domingo, 26 de febrero de 2012

Las Promesas de Dios son Realidad en el Cristiano


biblias y miles de comentarios
 
Jehovah reitera su promesa a Israel, 41:1-20

La renovación
40:31
Introducción: Una de las grandes necesidades de hoy es la renovación, en forma personal e institucional. Isaías nos da ayuda sobre la renovación.
I.     La promesa de la renovación
1.     Ilustrada en el desierto que necesita lluvia.
2.     Ilustrada en la esterilidad espiritual que caracteriza a tantos.
II.     La manera de lograr la renovación.
1.     Buscar la unidad espiritual.
2.     Ejercer la fé.
III.     Las bendiciones de la renovación.
1.     Volarán como águilas.
2.     Correrán sin cansarse.
3.     Caminarán sin fatigarse.
Conclusión: Isaías vivía esta experiencia en varias épocas de su ministerio. Podemos experimentar la renovación también.
En el cap. 41 el profeta presenta el avance del conquistador persa como si fuera el juicio divino contra las naciones idólatras y sus dioses. El juicio divino y su sentencia ya han tenido lugar. La convocatoria es simultánea al desarrollo de los acontecimientos, específicamente los sucesos relacionados con Ciro, el rey de Persia. No se trata de una convocatoria a juicio, sino a un conflicto teológico, como veremos al comentar la sección de los vv. 21–29.
En cuanto al conquistador que avanza, es decir, los ejércitos de Ciro el persa, se expresa mediante una pregunta retórica que fue Jehovah quien lo despertó del oriente... para justicia. En otras palabras, él está encargado de ejecutar la justicia divina contra las naciones (v. 2).
El oriente (v. 2) se refiere a la situación geográfica de Persia con respecto a Mesopotamia, y dentro de ella a Babilonia. La referencia al norte en el v. 25 no es una contradicción, pues se refiere a la dirección de la cual llegaron a Babilonia los ejércitos de Ciro en el año 539 a. de J.C., después de haber conquistado Acmeta o Ecbatana, la capital de Media, en el año 550, y después de haber conquistado el reino de Lidia en Asia Menor, en el año 546.
El nombre de Ciro aún no es mencionado, pero las alusiones a él son suficientemente claras. La asombrosa rapidez con que Ciro logró consolidar su dominio en un vasto imperio (vv. 2–5), sólo ha podido ser superada en el mundo antiguo por las campañas de Alejandro Magno. El mismo verbo que el cronista usa para referirse al surgimiento de Ciro en la escena mundial es también usado aquí: despertó (v. 2; comp. v. 25 y 2 Crón. 36:22). Y en el v. 25 se dice que él invocaría el nombre de Jehovah, aludiendo a la predisposición de Ciro para reverenciar a Jehovah como el Dios cuyo templo estaba en Jerusalén (comp. 2 Crón. 36:22, 23; Esd. 1:1–4).
Joya bíblica
No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia (41:10).
Ante el avance de Ciro y el temor que inspiraba su ejército a las naciones sobre las cuales marchaba, el profeta exhorta a Israel a no temer, por cuanto Israel es siervo de Jehovah en la historia (v. 8). Esta es la primera vez que el profeta se refiere a Israel como el siervo de Jehovah, concepto que vamos a ver ampliado en los capítulos siguientes. Esto significa que aunque los judíos hayan sufrido la destrucción de su reino, de su capital y de su templo por mano de los babilonios, y ahora estén en el exilio y cautiverio, el profeta subraya la posición central de Israel en los planes de Dios y en el devenir de la historia mundial, particularmente en los sucesos de su tiempo: No temas, porque yo estoy contigo... (vv. 10–14). Como expresión de sumo cariño llama a Israel gusanito de Jacob (v. 14), es decir, un ser peque-ñísimo, desprotegido y pisoteado por todos. Sin embargo, está destinado a sobrevivir y a trillar los montes hasta hacerlos polvo (v. 15), mientras que a sus enemigos y sus hostilidades se los llevará el viento e Israel se regocijará en Jehovah (v. 16). Todo esto no es otra cosa que una ampliación de la respuesta divina a las inquietudes de su pueblo, expresadas en 40:27: ¿Por qué, pues, dices, oh Jacob; y hablas tú, oh Israel: “Mi camino le es oculto a Jehovah y mi causa pasa inadvertida a mi Dios”?
En los vv. 17 al 20 el profeta describe el futuro éxodo de Babilonia y el retorno a Sion. Los judíos atraviesan el desierto hostil y carente de agua con su lengua reseca de sed, pero de la misma manera como Jehovah proveyó de agua a su pueblo que salía de Egipto, así también ahora él les responderá y no los abandonará. Las palabras de los vv. 18 y siguientes no tienen por qué ser sólo figuras poéticas. Pero las palabras del v. 19 parecen referirse más bien a un futuro remoto, como la época en que vivimos: Ahora es que hemos visto crecer los árboles en el desierto y florece el Arabá, como expresión de la consolidación del estado de Israel en su tierra (comp. 35:1, 2).
Semillero homilético
Un pleito anunciado
41:1–28
Introducción: Los escritores bíblicos dramatizan las enseñanzas que quieren presentarnos en varias formas. En este pasaje la enseñanza viene en forma de un pleito. Era una forma de captar la atención de todos para poder dar las lecciones importantes que Dios quería presentarles. Veamos las enseñanzas:
I.     El llamado al pleito (vv. 1–4).
1.     La preparación abarcaba el llamado al silencio.
2.     La preparación abarcaba el invitar a acercarse para escuchar con toda atención.
II.     La acusación presentada en el pleito (vv. 5–7).
1.     Los ídolos hechos a mano no tienen eficacia.
2.     Los que trabajan haciendo ídolos se engañan (v. 7).
III.     El testimonio en el pleito (vv. 8–11).
1.     Identificación de los defensores (vv. 8, 9).
2.     Consolación, porque Dios los protege.
3.     Afirmación de la protección divina frente a la amenaza.
IV.     El veredicto del pleito es que Dios es el Señor de la historia.
1.     Los dioses falsos no pueden explicar el pasado (v. 22).
2.     Los dioses falsos no pueden predecir el futuro (vv. 21–23).
3.     Dios levantó a Babilonia y la quitará en su tiempo (vv. 25–27).
Conclusión: Puesto que Dios cuidó de su pueblo en los años antiguos, nos trae mucho consuelo el saber que Dios está en control de nosotros y nuestro destino. Podemos confiar en él, pedirle consejo y creer que él no nos desamparará. La fidelidad a Dios y sus mandamientos es la base para mantenernos en buenas relaciones. La obediencia suprema viene al someternos a las condiciones puestas por Dios, aceptando a Cristo como Salvador personal.
Los vv. 6 y 7 son posiblemente una nota marginal que ha sido incluida fuera de sitio por un escriba en un período posterior al del autor. Su lugar está después del v. 20 del cap. 40. Pero, ¿por qué juzgaría el escriba incluir esta sección que trata de la fabricación de un ídolo en este contexto? Parece que el escriba interpretó la fabricación del ídolo como una respuesta de las naciones a la convocatoria de Jehovah que aparece formulada en el v. 1. Eso parece indicar la frase se congregan y acuden en el v. 5b. Las naciones acuden a la contienda con Jehovah, cada una preparando su portavoz, su ídolo, y afirmándolo de manera que no se tambalee (v. 7). De ser como indicamos, es mayor aun el contraste de las naciones con Israel. Los otros pueblos son siervos de los ídolos, mientras que Israel es siervo de Jehovah, descendencia de Abraham. De esto trataremos en la sección siguiente.
3.     Jehovah reta a naciones y dioses, 41:21-29
Verdades prácticas
41:8–20
1.     Nuestro Dios nos conoce (v. 8).
2.     Nuestro Dios nos provee (vv. 10, 17, 18).
3.     Nuestro Dios nos defiende (vv. 10, 11).
4.     Nuestro Dios nos guía (v. 13).
5.     Nuestro Dios nos redime (v. 20).
Esta sección empieza en realidad en el v. 1, donde se convoca a las naciones para contender con Jehovah. Ahora ha llegado el momento en que cada una de las partes en la contienda pase a exponer su causa y sus argumentos. Los portavoces de las naciones son sus respectivos dioses. La escena se describe, aparentemente, después del juicio de las naciones a que se refieren los vv. 2–4. Pero no es así, sino que es simultáneo a la ejecución del juicio divino, el cual ya se ha desencadenado contra las naciones y a su turno vendrá también contra Babilonia (v. 25).
La contienda gira alrededor de quién es el Señor de la historia, es decir, quién planea de antemano los acontecimientos, los predice (vv. 26, 27) y a su tiempo los lleva a cabo. En pocas palabras, se trata de establecer quién es verdaderamente Dios.
Jehovah reta a sus enemigos a que se acerquen y anuncien lo que está a punto de suceder (v. 22), así como él lo ha venido haciendo por intermedio de sus siervos los profetas. La actitud de los dioses de las naciones es de absoluto silencio. Nada pueden responder a los retos de Jehovah (vv. 22a y 23a). Nada pueden decir sobre el pasado (v. 22a) ni sobre el futuro (v. 22b, 23a y 26b). Entonces Jehovah los conmina a que por lo menos hagan algo, sea bueno o malo, como para infundir miedo a Jehovah. Pero la respuesta de los dioses es una total inmovilidad. Entonces les dice Jehovah: He aquí que vosotros nada sois, y vuestras obras no existen; el que os escoja es una abominación (v. 24). Finalmente, Jehovah echa una mirada y ve que todos se han esfumado de su presencia sin poder decir nada (v. 28).
El mensaje completo de la Biblia
Se ha dicho que el AT es el primer tomo de una historia. Terminado el primer tomo, uno quiere seguir leyendo, y pregunta: "¿Y dónde está el segundo tomo?" Es imposible quedarse en el AT, porque allí hay tantas señales, caminos y puentes que conducen al NT. Hay puertas entreabiertas que nos invitan a pasar adelante. Hay enigmas, rompecabezas y problemas que reclaman solución. Sobre todo, se presenta una figura borrosa, una persona que se entrevé, la cual aparece por instantes en forma deslumbrante y enseguida se retira de nuevo a la oscuridad. ¡Eso es! El Mesías. Vemos su sombra en el AT, pero pasando por la puerta del NT, los redimidos lo vemos en su esplendor, lleno de gracia y de verdad!
El conflicto de Dios con los dioses de las naciones es por supuesto retórico. Aun el conflicto de Dios con las naciones idólatras es retórico (v. 29). Lo que el profeta hace es sustentar la tesis de que Jehovah, el Dios de la historia, es quien pudo anunciar de antemano el surgimiento de Ciro y su buena predisposición para con el pueblo de Dios (v. 25, 26). Por tanto, él puede anunciar con certeza a su pueblo Israel que estos acontecimientos significan buenas nuevas para Sion y Jerusalén (v. 27).
4.     Misión mundial del siervo de Jehovah, 42:1-13
A partir del cap. 41 se empieza a presentar el carácter de Israel como “siervo de Jehovah” en la historia mundial, el cual se introdujo en 41:8. Se presenta a Israel como personificado en un solo individuo, razón por la cual la hermenéutica cristiana ha visto en estas profecías exclusivamente una referencia a la persona de Jesús. Este es un extremo de la interpretación. El otro extremo es la hermenéutica judía que ve en estas referencias exclusivamente alusiones a la misión del pueblo de Israel en medio de las naciones del mundo y no alusiones de carácter mesiánico. La posición hermenéutica centrada nos la muestra Jesús mismo en el Evangelio de Lucas, cuando al referirse a Isaías 61:1, 2; 58:6 dijo: Hoy se ha cumplido esta escritura en vuestros oídos. No dijo que aquel pasaje se refería exclusivamente a su persona, negando su clara referencia al pueblo de Israel. Dijo que los aspectos de la misión del siervo de Jehovah llegaban a su plenitud en su propia misión. Este es el sentido básico que comunica el verbo griego peplérotai en Lucas 4:21.
A continuación consideraremos la hermenéutica judía, pues expone el significado básico de este pasaje en la mente del profeta. Israel, como siervo de Jehovah, tiene la misión de traer justicia a las naciones (v. 4). El verbo traducido traerá (yotsí 7760), significa literalmente “sacará”, y la palabra justicia (mishpat 4941) también significa “derecho”, ya que la justicia es el resultado de la práctica del derecho. Puesto que traducir literalmente sacar derecho no expresa adecuadamente el sentido original en castellano, se ha traducido traer justicia. Esto significa que Israel está destinado a exteriorizar la ética y el derecho atesorados en la ley de Jehovah y hacerla también el patrimonio de las demás naciones de la tierra. Esta maravillosa profecía o designio divino, está también expresado en 2:3: Muchos pueblos vendrán... Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehovah (ver comentario allí).
El Siervo de Jehovah
Si la hermenéutica judía relaciona al siervo de Jehovah con el pueblo de Israel, como algunos afirman, nos preguntamos: ¿En qué manera ha contribuido el pueblo de Israel a la humanidad? ¿Cuáles son sus alcances? He aquí algunos de suma importancia:
bull; La religión judía y su concepto de Dios, supremo y santo.
bull; Las Sagradas Escrituras, especialmente el AT.
bull; Su importancia a los deberes religiosos del hombre para con los hombres.
bull; Su hincapié a la obediencia de la ley mosaica.
bull; Su interés en la pureza de la vida doméstica.
bull; Su firmeza y cohesión en la desgracia.
bull; Su unidad racial.
bull; Su esperanza en un futuro mejor.
bull; Su defensa de los preceptos de justicia, libertad y paz que enseñaron los profetas hebreos.
bull; Su vocación por la libertad de conciencia, de culto, de educación y cultura.
Los hebreos nunca han impuesto por la fuerza su religión, su cultura o costumbres, como lo han hecho otras religiones.
En el campo de la cultura han contribuido en medicina, música, educación, literatura, en las ciencias y en grandes descubrimientos.
Han recibido desde 1905 hasta 1965, 52 premios Nobel.
Johan Carlsen, en su libro "Israel" dice: "En cada lugar característico de la cultura occidental, los inventores e inspiradores del monoteísmo, humanismo, liberalismo, socialismo, marxismo, filosofía, psicología, ética, literatura, etc, son judíos".
La mayor contribución que han hecho al mundo se encuentra en el libro de Génesis 12:1 y siguientes.
Esta misión cumpliría Israel sin imponerse sobre las demás naciones con el poderío tiránico y prepotente que era corriente en los imperios mundiales. No tendría que recurrir a los medios de la propaganda política ni religiosa ni al recurso del lavado cerebral (v. 2). Tampoco impondría sus criterios en las tribunas de las naciones.
Básicamente, Israel ha cumplido su misión en la historia. Negarlo sería poner el dedo señalador en la persona misma que tuvo el designio: el Dios Jehovah (v. 5). Jehovah, quien extiende la tierra y preserva la vida sobre ella ha comprometido su propia gloria en este designio (v. 8). Por tanto, su pacto con Israel le compromete a preservarlo en medio de las naciones: ... Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para las naciones (v. 6). La palabra pueblo, tanto en este versículo como en el anterior tiene un sentido especial: Se refiere a toda la raza humana, como conformando un solo pueblo sobre la superficie de la tierra.
Semillero homilético
Un siervo extraordinario
42:1–21
Introducción: El mundo antiguo estaba repleto de siervos, puesto que la sociedad estaba organizada alrededor del sistema de divisiones de la sociedad. Muchos siervos guardaban resentimiento hacia sus amos, y no cumplían sus deberes con agrado. Si uno tenía la dicha de tener un siervo devoto que obedecía y cumplía con sus deberes en forma volitiva, era una bendición especial. El profeta ilustra como la nación de Israel cumplió con su misión como siervo fiel.
I.     La identidad del Siervo (v. 1).
1.     Demostraba complacencia en ser siervo escogido.
2.     Tenía la compañía del Espíritu Santo.
3.     Traería justicia a las naciones.
II.     La actuación del Siervo (vv. 2–6).
1.     Negativamente.
(1)     No gritará en forma irrespetuosa (v. 2).
(2)     No destruirá lo que es de valor (v. 2).
2.     Positivamente (vv. 4–6).
(1)     Establecerá justicia (v. 4).
(2)     Dará aliento para animar (v. 4).
III.     Los logros del Siervo (vv. 6–21).
1.     Será luz para las naciones (v. 6).
2.     Abrirá los ojos de los ciegos (v. 7).
3.     Dará libertad a los presos (v. 7).
4.     Traerá redención personal y nacional (vv. 10–13).
5.     Derrotarán a los idólatras (v. 17).
Conclusión: La figura del Siervo en Isaías progresa del concepto nacional para llegar a ser personal. Aquí es evidente que el profeta habla de una persona. Sabemos que Cristo es el Siervo de Dios que cumplió perfectamente con todas estas promesas. Todavía está dispuesto para liberarnos de nuestros pecados.
¿En qué sentido Israel ha cumplido su misión? En el sentido de su poderosa influencia espiritual en el mundo. Los designios expresados en el v. 7 tienen que ver con la liberación de la idolatría, que hace que los pueblos moren en las tinieblas como presos y sean ciegos a la realidad de Dios y a la irrealidad de los ídolos (v. 7).
Israel ha cumplido este designio divino no mediante la imposición de su religión por medio de la guerra santa o por la inquisición, sino mediante la fiel transmisión de la Torah, las Sagradas Escrituras, que aunque todavía no hayan llegado a ser el patrimonio de todas las naciones, han logrado revolucionar la mentalidad de los habitantes del planeta, tanto en lo que concierne a la naturaleza y las metas de la historia humana, como en el hecho de que el camino ha sido abierto para todo ser humano para conocer a Jehovah como lo conocieron los profetas de Israel.
Esta profecía es una cosa nueva (v. 9), no en el sentido de la expectativa profética en sí, sino en cuanto al procedimiento expuesto en los vv. 1–4.
Las palabras que el profeta acaba de exponer arriba le llevan a prorrumpir en un cántico de alabanza en los vv. 10–13. El v. 13 constituye también una transición a la sección siguiente que empieza en el v. 14. El celo de Jehovah le conducirá a poner fin a sus enemigos. El profeta tiene en mente en especial a Babilonia, como se aclara en la sección siguiente.
5.     Jehovah redime a su siervo, 42:14-43:21
Un aspecto central de la actividad preservadora de Dios para con su pueblo Israel (43:6) es su intervención para redirmirlo del poder asimilador y destructor de los grandes imperios, y en este caso particular, del imperio babilónico.
Israel ha estado en el cautiverio, lejos de su tierra y en contacto con los centros más grandes del poder idolátrico vinculado con el poder imperial. Sin embargo, de una manera admirable, Israel ha sido purificado en el crisol de Babilonia y despojado de sus escorias de idolatría. Inclusive la historia nos muestra que muchos babilonios pudieron valorar este gran portento que es la fe de Israel como para optar por su Dios (comp. 51:1–8).
Sin embargo, esto no quiere decir que Israel fuera del todo consciente de lo que estaba ocurriendo en la historia universal, como para que los méritos le pertenecieran a él y no al Dios de la historia universal. Así como en los tiempos de Isaías hijo de Amoz, el pueblo en general no asimila la luz profética y permanece sordo y ciego, no obstante que es el siervo y el mensajero enviado de Jehovah (42:18, 19). El pasaje de 42:20 puede también ser traducido en tercera persona: Ha visto (es decir, Israel) muchas cosas, pero no las ha guardado; tiene oídos abiertos, pero no escucha. Esto es exactamente lo que se indica en 6:10 acerca de la falta de conciencia profética de Israel como pueblo. Pero esto no escapa de los planes de Dios, quien por su propia gloria (comp. 43:8), y a pesar de las limitaciones espirituales de su siervo Israel (42:18–20) se ha complacido en hacer grande y gloriosa la ley, a causa de su justicia (42:21). La ley (torah 8451) tiene aquí un sentido muy especial: Se refiere a la enseñanza profética o torah 8451 haneviim 5029 (comp. 42:4 y 2:3b).
Joya bíblica
No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás; ni la llama te abrasará. Porque yo soy Jehovah tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador (43:1–3).
Un aspecto cardinal de la torah profética tiene que ver con la disciplina a que ha sido sometido Israel como nación, con el propósito de que cumpla los propósitos divinos. Esta disciplina no ha excluido a Israel de la pérdida de su reino, de su capital, de su templo y de ir lejos de su tierra en cautiverio. Ningún otro dios ha hecho jamás tal cosa con su pueblo: Sentar una trayectoria ética. Es que Jehovah actúa a causa de su justicia (v. 21b). Es por eso que Jehovah ha entregado a Israel en manos de saqueadores, porque ellos no quisieron andar en sus caminos, ni obedecieron su ley (v. 24; comp. v. 22). Jehovah derramó sobre Israel el furor de su ira y la violencia de la guerra, pero Israel no entendió, es decir, no se daba cuenta que era Jehovah mismo el que hacía esto (v. 25).
Semillero homilético
Una protección segura
43:1–7
Introducción: La Palabra de Dios contiene muchas promesas para los fieles. Entre las promesas está la de protegernos en momentos de dificultad. Este pasaje contiene una serie de promesas que Dios hace para los fieles.
I.     El autor de la protección (v. 1).
1.     Es él que nos ha creado. La concepción no es resultado de acciones humanas; es obra de Dios.
2.     Es él que nos ha formado. El proceso del desarrollo humano es lento, con muchas experiencias peligrosas, pero Dios ha obrado a favor nuestro en cada paso.
3.     Es él que es redentor. Al llegar a la edad de responsabilidad personal y moral, tenemos que acudir a él como nuestro Salvador, para redimirnos del pecado.
II.     Las expresiones de esta protección (v. 2).
1.     Nos protege de las aguas de peligro.
2.     Nos protege de los ríos profundos.
3.     Nos protege del fuego para no ser quemado.
III.     Las razones por la protección (vv. 3, 4).
1.     Porque pertenecemos a Dios como criaturas suyas (v. 1b).
2.     Porque nos ha rescatado, por su propio esfuerzo (v. 3).
3.     Porque nos valora mucho (v. 4).
(1)     Nos estima grandemente (v. 4a).
(2)     Somos honorables delante de él (v. 4b).
(3)     Nos ama (v. 4c).
Conclusión: Uno de los problemas emocionales mayores hoy en día es la falta de autoestima, debido a las múltiples experiencias que las personas hayan tenido durante la niñez. Pero es de valor reconocer que Dios nos tiene en gran estima, no importa lo que pensamos de nosotros mismos, o lo que otros piensan de nosotros. Este pasaje nos asegura que Dios nos ama y ha hecho todo para protegernos y guardarnos seguros.
Ahora el profeta pregunta con inquietud si acaso Israel se podrá dar cuenta de la naturaleza misma de los acontecimientos que están a punto de suceder después de haber llegado el fin del cautiverio babilónico (v. 23; comp. v. 9). Se ha acercado la redención de Israel, la cual es expresión del celo mismo de Jehovah para sacar a luz sus propósitos en la historia universal (vv. 14–17; comp. v. 13). El pueblo de Israel va a ser conducido de regreso a su tierra, y Jehovah va a preparar el camino. Delante de ellos él transformará las tinieblas en luz y los lugares escabrosos en llanuras (vv. 15, 16). Este acontecimiento constituirá una gran bofetada para los idólatras, tanto de las demás naciones como los que de entre Israel han optado por otros dioses aparte de Jehovah (v. 17).
Semillero homilético
Perspectivas para un año nuevo
43:19
Introducción: En la ocasión de la asunción de oficiales, sean de gobierno o de las iglesias, siempre se presentan proyectos y planes nuevos. También hacemos lo mismo cuando comenzamos un nuevo año. Vale la pena considerar algunas perspectivas al entrar en otro año.
I.     Dios obra a través de su pueblo.
1.     En momentos cuando su poder se manifiesta en forma abierta.
2.     En momentos cuando parece que Dios no está actuando.
II.     Dios obra en forma deliberada.
1.     Tiene metas que quiere alcanzar.
2.     Sus metas son de corto y largo plazo.
III.     Dios obra ofreciendo poder para cumplir con sus metas.
1.     Requiere oración por este poder divino para cumplir las metas.
2.     Requiere organización y dirección.
3.     Requiere consagración, entrega y participación de parte de todos.
4.     Requiere evaluaciones y correcciones periódicamente para cumplir con la misión en forma exitosa.
Conclusión: Al encararnos con el año entrante, se requiere una fe constante en el Señor y una dedicación especial a la tarea.
Joya bíblica
"Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí, y no me acordaré más de tus pecados" (43:25).
Sin embargo, la visión profética del desarrollo de los acontecimientos históricos desencadenados por el surgimiento de Ciro no es entendida por el pueblo, quien tiene temor de sus consecuencias. Después de todo, ¿por qué no podría constituir el imperio persa el factor más poderoso para la asimilación y la destrucción de Israel? Es así como se hace necesaria la palabra profética, la torah 8451 de 42:1, la cual anuncia Israel que aunque ha de pasar por las aguas, Jehovah estará con él y los ríos no lo inundarán, y cuando ande por fuego no se quemará ni la llama lo abrasará (43:2). Estas palabras aluden al enorme poderío desplegado por el pueblo persa para conquistar el mundo, como lo revela el v. 3 en que se dice a Israel: A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti. Con estas palabras se alude a la conquista de Egipto, que sería consumada por Cambises, el sucesor del rey Ciro (43:4). En medio de estos acontecimientos, la voz profética tiene un mensaje de consolación y de esperanza para el pueblo de Israel. En 43:1b dice Jehovah: No temas, porque yo te he redimido... considerando la redención decretada de Israel como si ya fuera un hecho consumado. Y en el v. 5 repite: No temas, porque yo estoy contigo...
¿Por qué se manifestará el celo de Dios con la redención de Israel su siervo? La respuesta se expresa en 43:1b: Te he llamado por tu nombre; tú eres mío (comp. Exo. 33:12; Isa. 45:5, donde dice las mismas palabras también respecto a Ciro). Y en 43:4 dice: ... ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo...
Títulos divinos
Note los distintos títulos divinos que se dan especialmente en 43:1, 3, 14 y 15:
V.     1 ...Jehovah, el que te creó; el que te formó. Nos dan un enfoque divino de la nación de Israel.
V.     3 El Santo de Israel. Nos muestra que el Dios de Israel es apartado de todo mal, y que es distinto de cualquier otro.
V.     14 Vuestro Redentor: El que rescató a la nación de la esclavitud de Egipto.
V.     15 Vuestro Rey. Pone de relieve que Jehovah como creador y redentor de Israel, es el que gobierna a la nación y la protege. En términos generales se puede decir que estos títulos destacan lo que Dios es y a la vez nos muestran la relación íntima que hay entre él y la nación de Israel.
En los vv. 5 al 7 se refiere al retorno de los cautivos de Israel de los cuatro extremos de la tierra (alusión al carácter mundial del imperio babilónico). En 43:8, en lugar de la formulación del Texto Masorético hotsí 3318, haz salir, preferimos la formulación de los Rollos del mar Muerto que tienen: Haré salir, pues es Dios mismo quien hace salir a su pueblo de Babilonia. El retorno de Israel a su tierra no constituye un movimiento puramente ideológico y político, ya que como lo indica el v. 8, Israel permanece ciego y sordo, es decir, inconsciente frente a la naturaleza de estos acontecimientos históricos. Es un hecho de Dios, y por eso mismo Israel como siervo de Jehovah es su testigo en la historia (v. 10) y en el conflicto de la fe monoteísta con la concepción politeísta e idólatra de la historia (vv. 9–13). Y el testigo, antes de testificar, ha de ser un convencido de su fe en el Dios único. Por eso Dios ha hecho que Israel presencie una historia articulada y dirigida por el Dios supremo: ... para que me conozcáis y me creáis, a fin de que entendáis que Yo Soy (43:10; comp. Juan 8:58).
Semillero homilético
El Dios incomparable
44:1–8
Introducción: Isaías no pudo dejar el tema de la grandeza de Dios. Cuando él pensaba en el plan de Dios para el pueblo, y como ese pueblo no había cumplido cabalmente con los ideales de Dios, podría haber enfocado más la rebeldía del hombre. Pero no, su énfasis siempre ha estado en la grandeza de Dios.
I.     Es incomparable en su creación.
1.     Nos ha formado (v. 2).
2.     Nos ha escogido (v. 2).
II.     Es incomparable en su manera de proveer para nuestras necesidades (vv. 3, 4).
1.     Suministra agua para los sedientos y agua para la tierra seca.
2.     Suministra el Espíritu Santo para investirnos de poder.
3.     Suministra bendiciones diarias para su pueblo (v. 3).
III.     Es incomparable porque nos ha asegurado de su cuidado (vv. 6–8).
1.     El es Redentor (v. 6).
2.     El es Dios único y verdadero (v. 6).
Conclusión: El agua es elemento indispensable para nuestra existencia. Es interesante como Isaías utiliza este elemento en una metáfora para ilustrar lo necesario que es Dios para nosotros diariamente.
En los vv. 14–21 se especifica que es de Babilonia que Israel habría de ser rescatado tras los acontecimientos que ha desatado el surgimiento de Ciro y el imperio persa. En el v. 14 se anuncia la caída de Babilonia y de los caldeos. El decreto es divino y su sello o firma aparece en el v. 15, en la manera de la ratificación de las leyes de Dios en Levítico 18–26. Como en estos capítulos, en el v. 15 se puede omitir el verbo soy.
En 43:16–21 se describe el retorno de Israel a su tierra después del cautiverio babilónico como un acontecimiento comparable sólo al éxodo de Israel de Egipto. Pero esta cosa nueva que Dios está a punto de hacer superará aquel acontecimiento de la historia pasada (vv. 18, 19). La repetición de las maravillas del éxodo de Egipto en el éxodo de Babilonia es testimonio de que realmente Israel es el pueblo escogido y formado por Dios (v. 20) con el propósito de que en su carácter de siervo de Dios proclame su alabanza (v. 21).
Joya bíblica
Cantad loores, oh cielos,
porque Jehovah lo ha hecho.
Gritad con júbilo, oh profundidades
de la tierra (44:23).

La Brevedad de la Vida y la eternidad de La Palabra de Dios


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Isaías 40: 1-8
Un mensaje de consuelo
40:1–8
Introducción: Los presos que han pasado meses o años en campos de concentración reciben el mensaje de liberación con una alegría que es incontenible. Es así con el mensaje de liberación que llega a los exiliados, porque ya están en libertad para regresar a su tierra. Vemos tres verdades acerca de este mensaje de consuelo.
I.     Llega en tiempos de sufrimiento.
1.     La condena ha terminado (v. 2).
2.     La iniquidad ha sido perdonada (v. 2).
II.     Promete corregir los males.
1.     Endereza la calzada torcida (v. 3).
2.     Rellena el valle de depresión (v. 4).
III.     Despierta confianza en Dios.
1.     Su Palabra perdura (v. 8).
2.     Su mano retribuye la injusticia (v. 8).
Conclusión: Los judíos habían pasado 70 años en sufrimiento, y ahora están siendo invitados a regresar a su patria. Dios había cumplido su promesa de no abandonar a su pueblo.
Joya bíblica
¿Quién midió las aguas en el hueco de su mano y calculó la extensión de los cielos con su palmo? ¿Quién contuvo en una medida el polvo de la tierra, y pesó los montes con báscula y las colinas en balanza? (40:12)
Para levantar la fe del pueblo en Jehovah, el profeta empieza describiendo su inmensa grandeza, poder y majestad (12–14). Luego hace un contraste entre Jehovah y las naciones, que son tan sólo como una gota de agua que cae de un balde y son estimados como una tenue capa de polvo sobre una balanza (vv. 15–18), es decir, que de por sí no deciden el curso de la historia.
Después de presentar la grandeza y majestad de Jehovah, presenta el hecho ridículo de un escultor que hace dioses a pedido del cliente. Si el cliente es rico, recubre su dios con oro y lo adorna con cadenas de plata purificada (v. 19). Si el cliente no tiene recursos, prescinde del oro y se conforma tan sólo con que su dios no se tambalee (v. 20).
Esclavitud en Jamaica
El Dr. William E. Hull, en su interesante libro, La Experiencia Cristiana de la Salvación, presenta una ilustración sobre la esclavitud en Jamaica. Dice: "Al acercarse la medianoche del 31 de julio de 1828, William Knibb reunió a diez mil esclavos en la isla de Jamaica para celebrar el Acto de Emancipación que tomaría efecto el día siguiente. Llenaron un inmenso ataúd de látigos, hierros de marcar, esposas y otros símbolos de servidumbre. A la primera campanada de la medianoche, Knibb gritó: ’¡El monstruo se está muriendo!’ Al sonar la última campanada gritó: ’¡El monstruo está muerto! ¡Enterré-moslo!’ Cerraron el ataúd, lo bajaron a una tumba de dos metros y lo taparon, enterrando así para siempre los últimos vestigios de su horrenda esclavitud. A una voz, diez mil gargantas afónicas celebraron la libertad humana."
Dice el Dr. Hull: "Ese mismo sentimiento de liberación de la opresión es una nota dominante en la experiencia cristiana de la salvación. La palabra ’redención’ recoge este sentimiento gozoso de liberación del cautiverio del pecado..."
En los vv. 22–24 el profeta vuelve a hablarnos de la majestad de Dios, como en los vv. 12–14, pero esta vez se concentra en el dominio que Jehovah ejerce sobre la historia de los hombres. Presenta a Jehovah sentado sobre el cenit (lit. el círculo de la tierra). Ante tal escena los habitantes de la tierra parecen langostas (v. 22). Y aunque en medio de esas langostas destaquen los poderosos y los gobernantes de la tierra, Jehovah los hace desaparecer tan sólo con un soplo, que constituye su juicio histórico (vv. 23, 24).
De nuevo, en los vv. 25, 26, vuelve el profeta a describir la majestad de Dios. Después de haber presentado su grandeza como creador de la tierra (vv. 12–18) y su majestad sobre los seres humanos, el profeta remonta nuestra atención a la inmensa multitud de las estrellas y dice: A todas llama por su nombre...
Si a los billones y trillones de estrellas Jehovah llama por sus respectivos nombres, ¿cómo es posible que Israel pueda pensar que algo se le pueda escapar a Dios, aunque sea tan pequeño como el destino de un pueblo muy pequeño en medio de las naciones de la tierra? (v. 17). ¿Cómo podría Jehovah olvidar sus promesas a un pueblo que escogiera en medio de todos los pueblos para que fuera llamado con su nombre: “pueblo de Dios”? (comp. v. 1).
La salvación
Dice el doctor Robert L. Cate, en su libro Teología del Antiguo Testamento, que en el vocabulario básico del AT hay dos consideraciones respecto a la salvación: "La salvación como liberación y como rescate." Dice que "es la segunda palabra principal en el vocabulario veterotestamentario de la salvación, generalmente se traduce como ’rescatar’, con menos frecuencia como ’redimir’ y ocasionalmente como ’liberar’. Como veremos, es este último sentido el que más se aproxima al significado antiguo cuando se aplicaba a los actos de Dios. Se aprecia un contenido espiritual mucho mayor en este término que en el anterior." (ver pág. 169). "Es más," dice el autor. "El libro de Isaías aclara muy bien que el acto de redención por Dios era un acto de liberación y no un acto de pagar a los opresores de Israel (Isa. 50:2). El resultado final de un acto de redención se describe en términos de regreso gozoso de los redimidos". (Isa. 51:11) (ver. pág. 170).
En los vv. 28–31 el profeta subraya los resultados admirables de la fe centrada en la persona de Jehovah, este Dios majestuoso que es creador y sustentador del universo. Sus palabras constituyen la conclusión de su mensaje de consolación para su pueblo (comp. v. 1). Esta es una fe eficaz, capaz de renovar las fuerzas físicas y espirituales a grandes y pequeños, a viejos agotados y a los jóvenes que tropiezan y caen. Este poder que proviene de la fe se necesita para dar respuesta al llamado de la redención (comp. vv. 9, 10). Se requiere de esta fe para iniciar la gran aventura del retorno a la libertad.


La Predicación Ayer y Ahora: ¿Difieren? Filipenses 1:15-18


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Algunos, por cierto, predican a Cristo por envidia y rivalidad; pero otros lo hacen de buena voluntad. Filipenses 1:15-18
    Es completamente lógico (y jamás debiera haber sido negado) que cuando Pablo habla aquí de los que “predican a Cristo por envidia y rivalidad … por ambición personal no con sinceridad, pensando causar tribulación (para mí) en mis cadenas”, no se refiere, en modo alguno, a aquellos para quienes sólo tiene motivos de alabanza por haber sido “alentados en el Señor por mis cadenas y están mostrando mucho más valor para hablar sin temor el mensaje de Dios”. El apóstol enfoca ahora el asunto desde un ángulo diferente. El ha indicado ya los dos resultados favorables de las experiencias de su encarcelamiento:
a. el verdadero asunto se ha aclarado para los de afuera (la guardia pretoriana, etc.), de manera que estos ahora dan perfecta cuenta de que las cadenas de Pablo son por Cristo;
 b. la mayor parte de los creyentes de la gran metrópoli, sacudiendo sus primeros temores, proclaman, al fin, el mensaje de Dios animosamente. Ahora él acentúa una tercera razón que también es causa de su optimismo (una razón que en realidad está implícita en a. y b.), es a saber,
c. ¡Que Cristo es proclamado!
Así pues, con este pensamiento que embarga toda su mente, ahora declara que esta predicación de Cristo no siempre se hace, triste es decirlo, por motivos apropiados.
Todos aquellos en los que Pablo piensa proclaman a Cristo  (véase los versículos 15, 17, 18). Ellos son sus embajadores y lo proclaman con autoridad y públicamente como el único nombre dado a los hombres por el cual podamos ser salvos. (Para este verbo proclamar o predicar y sus sinónimos véase C.N.T. sobre las Epístolas Pastorales, pp. 349–350). Hasta donde se puede entender del texto, ninguno de estos predicadores enseña una falsa doctrina.
Ninguno de ellos, por ejemplo, concede una importancia indebida a la observancia de la ley como medio de salvación. Ninguno de los que se mencionan en Fil. 1:15–18 “predica otro evangelio” (Gá. 1:6; cf. 5:1–6) “u otro Jesús” (2 Co. 11:4). Ninguno de ellos es “perro” o “mal obrero” (Fil. 3:2). Pero a pesar de que todos proclaman el verdadero evangelio, no todos lo hacen por un motivo digno. ¡Y esa es la cuestión!, en consideración de la cual Pablo divide a los predicadores de Roma en dos grupos.
El primer grupo está compuesto por aquellos que anuncian a Cristo por envidia y rivalidad. (Para esta misma combinación véase también 1 Ti. 6:4). Para un estudio de la palabra envidia véase C.N.T. sobre las Epístolas Pastorales,  No debe olvidarse que en Roma había una iglesia mucho antes que Pablo llegase allí. Y por lo tanto, casi sin lugar a dudas, es lógico pensar que ciertos predicadores habían adquirido cierta fama entre los hermanos. Es fácil imaginar que, con la llegada de Pablo y especialmente con la divulgación de su fama por toda la ciudad (véase los vv. 13 y 14), estos conocidos predicadores comenzaron a perder algo de su reconocido prestigio. No pasó mucho tiempo sin que sus nombres se fueran empalideciendo, y que en consecuencia se despertase en ellos la envidia hacia Pablo.
Su predicación de Cristo no era, pues, por motivos puros y nobles.
El segundo grupo estaba compuesto por los que eran movidos por buena voluntad (palabra que se usa aquí en el sentido de buena voluntad humana; mientras que en Fil. 2:13; Lc. 2:14; 10:21; Ef. 1:5, se emplea significando el beneplácito divino). Es evidente que la esencia de esta buena intención o buena voluntad era el amor por Pablo y por el evangelio que éste proclamaba, porque las palabras que siguen a continuación dicen: éstos lo hacen por amor, sabiendo que  estoy puesto para la defensa del evangelio. A estos no les molestaba la autoridad que Pablo ejercía por mandato divino, ni los grandes dones que había recibido de Dios, ni el honor que muchos le dispensaban. Ellos anunciaban a Cristo por amor, (véase sobre el v. 9), un amor por Cristo, y por consiguiente también por su evangelio y por el hombre que ellos sabían que había sido puesto, destinado, comisionado (para este verbo véase en 1 Ts. 3:3; cf. Lc. 2:34) para la defensa (véase lo dicho en el v. 7) del evangelio. 
Aquellos predican a Cristo por ambición personal. Como el siervo asalariado desprecia muchas veces el idealismo, y solo vive pendiente del pago que ha de recibir, así también estos predicadores envidiosos son movidos únicamente por motivos egoístas (cf. Fil. 2:21). Buscan el honor y la fama, o, cuando menos, han permitido que este motivo controle los más nobles incentivos. Por tanto, Pablo continúa: estos predican a Cristo no con sinceridad, es decir, no con motivos puros y apropiados, pensando causar tribulación (para mí) en mis cadenas. No les importaba, en absoluto, agravar las aflicciones de Pablo, con tal de satisfacer sus propios y mezquinos intereses.
18a. Pero, ¿qué importa? Que de todas maneras, sea hipócrita, o sinceramente, Cristo es proclamado, y en esto me regocijo. La abnegación de Pablo provoca una cariñosa admiración. Nosotros lo amamos tanto más por haber escrito este bello pasaje. Alma sensible como él era, no siente piedad de sí mismo, porque ciertos predicadores envidiosos tratan de ganar el aplauso a expensas de él. Lo que realmente le importa no es lo que ellos le hacen a él, sino lo que hacen por el evangelio. Pero, ¿es posible que individuos tan egoístas pudieran prestar algún servicio al evangelio? Sí, porque los que los escuchaban no sabían lo que Pablo sabía. Los oyentes oían solamente la buena predicación, pero no veían la causa reprobable que la motivaba. Lo que importaba, pues, era que de todas maneras, sea hipócrita—como aquellos que sabían encubrir sus intereses egoístas—o sinceramente—como aquellas cuya única aspiración era la verdadera gloria de su Señor y Salvador—Cristo era anunciado.
Y en esto, dice Pablo, me regocijo (véase también 1:25; 2:2, 17, 18, 28, 29; 3:1; 4:1, 4, 10).
Parece que el gozo del apóstol es tan grande que desplaza cualquier otra consideración.
18b Sí, me regocijaré. Porque sé que por medio de vuestras oraciones y por la ayuda provista por el Espíritu de Jesucristo, esto redundará en mi salvación,  conforme a mi ardiente anhelo y esperanza, de que jamás en nada seré avergonzado; sino que ahora, como siempre, por mi valor inagotable Cristo será glorificado en mi persona, ya sea por vida o por muerte.  Pues para mí el vivir (es) Cristo, y el morir (es) ganancia.  Ahora bien, si (lo que me espera es) el vivir en la carne, esto (significa) para mí una labor fructífera; no obstante, no puedo decir qué escogeré.  Por ambas partes me siento apremiado, teniendo el deseo de partir y estar con Cristo, ya que eso es muchísimo mejor;  sin embargo, permanecer en la carne es más necesario por causa de vosotros.  Y estando convencido de esto, sé que permaneceré, sí, permaneceré con todos vosotros para vuestro progreso y gozo en la fe,  a fin de que por mí, es decir, por razón de mi visita a vosotros otra vez, vuestro gozo en Cristo abunde.

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