Tal vez la cuestión más polémica que deba suscitarse sea: «¿Puede un verdadero creyente estar endemoniado?» Observe que no estoy hablando de posesión demoníaca, sino de demonización. Posesión indica propiedad y control absoluto. Los cristianos, incluso aquellos desobedientes, pertenecen a Dios y no a Satanás. Por lo tanto, el diablo no puede controlarlos por completo. La demonización, sin embargo, es algo distinto. Por demonización entiendo que Satanás, a través de sus demonios, ejerce un control parcial directo sobre una o más áreas de la vida de un cristiano o un no cristiano.
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