biblias y miles de comentarios
Qué hacer y qué no hacer en cuanto a la oración corporativa
Lamanera en la cual uso el término «oración corporativa» simplemente significa que los miembros de una iglesia local se reúnen con el propósito de orar. Es paralela a la adoración corporativa, que usualmente ocurre cada domingo en la mañana. No quiero indicar que la oración y la adoración no deben suceder como parte de muchas otras actividades de la iglesia también. Deben y así lo hacen. Pero uno de los aspectos más significativos de todo el ministerio de oración de la iglesia en general puede ser llamar a la congregación o una parte significativa de ella a unirse para orar de forma corporativa.
La reunión de oración los miércoles por la noche
Hace varias generaciones, el miércoles en la noche se convirtió en el tiempo de la semana designado de manera más común para la oración corporativa. Se esperaba que casi cada iglesia de casi cada denominación condujera una reunión de oración en alguna noche de la semana. Esta tradición continúa en muchas iglesias hoy en día. A pesar del hecho de que casi nadie va a su reunión de oración, muchas iglesias creerían que están apostatando si no la sostuvieran cada semana.
A comienzos de siglo, R.A. Torrey dijo: «La reunión de oración debe ser la más importante en la iglesia. Y lo será si se dirige de manera correcta».1
Es difícil estar en desacuerdo con Torrey. Pero los líderes eclesiásticos de hoy en día están frustrados. Muchas iglesias actuales han descontinuado las reuniones de oración durante la semana. Muchas de las que todavía las sostienen admiten que se han convertido en una rutina, que son tediosas y que están moribundas, que genera poca actividad de oración ya sea para la iglesia o para la comunidad.
Una de las razones para la frustración podría ser que los pastores no «conducen de manera correcta» sus reuniones de oración, como dijo Torrey. A muchos líderes laicos en la iglesia les sorprende saber que a sus pastores nunca se les enseñó en el seminario cómo dirigir la oración corporativa.
Por años, el único seminario que sé que ofrecía aunque fuera un curso de oración era el Seminario Teológico Asbury en Kentucky. Afortunadamente, dada la influencia del gran movimiento de oración, esto ahora está cambiando. Pero la mayoría de los pastores en el ministerio jamás tomaron un curso tal y ni siquiera tienen un libro en su biblioteca acerca de la reunión de oración corporativa de la iglesia. Podrían haber otros libros, pero la investigación que he hecho acerca de la oración ha encontrado sólo una obra de ese tipo hasta ahora. Es un libro maravilloso por Sue Curran, The Praying Church: Principles and Power of Corporate Prayer [La iglesia que ora: los principios y el poder de la oración corporativa].2 Desafortunadamente, no ha disfrutado de la amplia circulación que merece.
¿Hay esperanza para la oración corporativa? Sí. Alvin Vander Griend reporta que algunas iglesias en los EE.UU. tienen «reuniones de oración que están repletas con personas y llenas de ferviente oración, reuniones en donde las personas llegan esperando ser cambiados y encontrar a Dios. Los estacionamientos de la iglesia están abarrotados, los cuartos colmados, las personas profesan su fe, algunos se convierten o se sanan, y cada semana llegan respuestas específicas a la oración».3
Reconozco completamente que Dios podría no dirigir a cada iglesia a hacer de la oración corporativa una parte central de su filosofía de ministerio, pero muchas iglesias hoy están dirigiéndose en esa dirección. La Biblia ciertamente nos anima a hacerlo.
La oración corporativa en la Escritura
Si la Iglesia nació el día de Pentecostés, nació de la oración corporativa. Antes de que Jesús dejará a sus discípulos en la tierra, les dijo que se reunieran en Jerusalén, «hasta que seáis investidos de poder desde lo alto» (Lc 24:49). Ellos siguieron sus instrucciones y se reunieron en el Aposento Alto. ¿Qué estaban haciendo allí? Se nos dice que «Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego» (Hch 1:14).
Sus oraciones recibieron dramática respuesta con la llegada del Espíritu Santo el día de Pentecostés. De acuerdo con la Escritura, estar «unánimes» en oración tuvo algo que ver con el derramamiento del poder espiritual ese día.
La Iglesia fue establecida y comenzó su vida normal como tal. La primera descripción bíblica de lo que los cristianos del Nuevo Testamento hacen en la iglesia se ofrece en el segundo capítulo de Hechos. «Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones» (Hch 2:42, énfasis mío). En ese entonces la oración corporativa no era algo periférico como frecuentemente lo es hoy. Era algo central.
Poco después cuando Pedro fue echado en la prisión aguardando su ejecución, se sostuvo una continua reunión de oración corporativa. «Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él» (Hch 12:5). Luego se nos dice (véase Hch 12:12) que la reunión de oración se convocó en la casa de María, la madre de Marcos, recordando eso porque no había edificios de iglesia en aquellos días, todas las reuniones de las congregaciones se sostenían en hogares. Por supuesto, el resultado fue que Pedro fue liberado de la prisión de forma milagrosa por un ángel.
Jesús declaró que el «Templo de Dios» debía ser una «casa de oración» (véase Mt 21:13). Creo que ese todavía es el deseo de Dios para las iglesias. Cada iglesia debe ser un centro de oración no sólo para la congregación sino también para la comunidad. Algunas realmente lo son, y a medida que avancemos a través de la década de los noventa, más y más iglesias estarán uniéndose a sus filas. Dios está brindando una nueva conciencia de oración a través del Cuerpo de Cristo, y esta es una razón por la cual muchos han comenzado a decir que un reavivamiento podría estar a la vuelta de la esquina.
El poder de la armonía
La principal cualidad que tiene la oración corporativa sobre otras clases de oración es la armonía. Jesús dijo: «Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos» (Mt 18:19). La armonía en la oración entre 2 ó 200 es más efectiva que las oraciones solitarias de un cristiano individual, aunque tales oraciones no deben descuidarse ni menospreciarse. Ninguna oración se desperdicia. Empero, la corporativa crea armonía más que ninguna otra clase de oración en la iglesia local.
Hay evidencia de que la cantidad de personas que oran es importante. Mientras más personas oren, más concordia hay. Sue Curran dice: «Cuando pasamos de orar solos a la manera corporativa, nos movemos al campo en el que los resultados se calculan de manera expositiva. Nos movemos del dominio de la suma al de la multiplicación: por cada persona añadida, se multiplica el poder de la oración».4
Sue cita dos Escrituras del Antiguo Testamento para ilustrar el principio. «Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil» (Lv 26:8). Y, «¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil?» (Dt 32:30). Estas obviamente no deben utilizarse como fórmulas matemáticas para calcular el poder de las reuniones de oración en la iglesia, sin embargo, el principio está allí. Mientras más oren, más es el poder potencial.
Muchos líderes de iglesia utilizan Hebreos 10:25, «no dejando de reunimos, como algunos tienen por costumbre», para animar la asistencia al servicio semanal de adoración. Esta ciertamente es una aplicación legítima, pero el contexto también indica que debe aplicarse a la reunión para la oración. Los versículos anteriores enseñan el sacerdocio de todos los creyentes: mediante la sangre de Jesús y no sólo algún sumo sacerdote, todos nosotros tenemos acceso directo a Dios. No debemos dejar de reunimos como sacerdotes que se comunican directamente con Dios en oración.
Arenas para la oración corporativa
Hay dos arenas básicas para la oración corporativa. La más grande es a nivel de una comunidad en donde una cantidad de iglesias se reúnen en conciertos de oración. Esto es extremadamente importante, más de lo que muchos creemos. Me ocuparé de la oración corporativa comunitaria más detalladamente en el próximo capítulo.
La otra arena es la más común: la iglesia local. El resto de este capítulo se ocupará de algunas de las maneras de realizar la oración corporativa en la iglesia local. Para ayudar a separarla de las otras múltiples actividades de oración posibles de la iglesia, me estoy enfocando, como he dicho, en reuniones organizadas por y para la iglesia en su totalidad primordialmente para la oración. Aunque se utiliza mucha oración en muchos servicios dominicales de oración, los estoy excluyendo de las reuniones de oración corporativa.
¿Cuán importante es la oración corporativa en nuestra vida de iglesia? ¿Cómo podemos evaluar y reportar esto? Creo que podemos tomar dos medidas prácticas, una subjetiva y una objetiva.
ACTIVIDAD
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Filas de oración corporativa
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Más alto
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Igual
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Menor
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Música/adoración
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Atención pastoral
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Evangelización
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Educación cristiana
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Programas juveniles
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Predicación
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Koinonía/comunión
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Misiones mundiales
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Evangelización local
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Grupos pequeños
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La medida subjetiva. P: ¿Cómo se clasifica la oración corporativa en nuestro sistema de valores comparada con otras 10 actividades comunes de la iglesia?
Debido a que se reconoce que esta evaluación es subjetiva, podría ser o no revelatoria. Aquellos líderes de iglesia, en particular, que proclaman que la reunión de oración de mitad de semana es la más importante, aparte del obvio interés en el mismo y de su calidad, invariablemente tienden a clasificar el valor de la oración corporativa en lo más alto de la escala. Por eso es que también debemos tomar una medida más objetiva.
La medida objetiva. P: ¿Cómo se ajusta la oración corporativa con las actividades de la iglesia mencionadas anteriormente en términos de:
• presupuesto?
• tiempo del personal basado en las descripciones de trabajo?
• tiempo apartado en el calendario semanal de la iglesia?
• metas mensurables de la iglesia? No puedo contar la cantidad de iglesias que he visto que concienzudamente establecen metas mensurables anuales para la vida y el crecimiento de su iglesia, pero descuidan por completo el establecimiento de metas algunas para la oración corporativa. Tomando en consideración el esparcimiento del gran movimiento de oración, ya han comenzado a ocurrir cambios prometedores.
• tiempo del sermón? De los aproximadamente 45 sermones anuales que el pastor principal predica en el servicio central de adoración, ¿cuántos son explícita y primordialmente acerca de la oración?
Estas preguntas se prestan para respuestas numéricas. Al utilizarlas, las iglesias pueden evaluarse a sí mismas de manera precisa, y, si llegan a ser lo suficientemente valientes, también se pueden comparar con iglesias parecidas en sus denominaciones o comunidades.
¿Cuán importantes son los números?
Para muchas variedades de oración, los números grandes no son importantes. Relativamente pocas personas pueden o de hecho proveen apoyo de oración poderoso. Por ejemplo, Doris y yo tenemos sólo 19 miembros de los círculos internos de nuestro equipo de compañeros de oración, y no estamos particularmente buscando más. El apoyo de oración que recibimos de ellos es increíble y parece ser el número que Dios está indicando para nosotros al momento.
Sin embargo, la situación cambia cuando nos ocupamos de forma específica de la oración corporativa. Si una iglesia local siente que esta clase de oración debe ser parte central de su filosofía de ministerio, el número de miembros de iglesia que participan llega a ser muy importante. En algunos casos podría llegar a ser uno de los mejores barómetros de la calidad espiritual de la iglesia en general.
Una balanza
La mayoría de nosotros no tenemos el hábito de evaluar la oración; por eso no hemos alcanzado un acuerdo general como líderes de iglesia en cuanto a cómo cuantificar la vida de oración corporativa de las nuestras. Mi sugerencia es muy sencilla: calcule el porcentaje de aquellos que asisten al servicio de adoración semanal y que también retornan a la iglesia al menos otra vez durante la semana para la oración corporativa.
Si calculamos esto durante un período de tiempo, podemos medir fácilmente cómo le va a nuestra congregación. Pero, ¿cómo podría compararse esto con otras iglesias, especialmente las que están enfatizando de manera poderosa la oración corporativa? Para responder a esta pregunta, he investigado varias iglesias que me eran conocidas como instituciones que tenían ministerios especialmente fuertes de oración en aquel entonces. Digo «en aquel entonces», porque también he sabido que la oración toma un patrón inconstante en muchas iglesias. Creo que el diablo concentra más ataques en el ministerio de oración de las iglesias que en ningún otro, un hecho que en sí mismo debería decirnos cuán importante es la oración.
He aquí parte de lo que he hallado en mi investigación:
• La iglesia en los EE.UU. que tenía el porcentaje más alto de asistentes al culto que vuelven para la oración corporativa era la Iglesia Bautista de Álamo City en San Antonio, Texas. Frances Smyth, coordinadora del ministerio de oración, dice: «El pastor David Walker nos ha dirigido casi por cuatro años en una excitante y recompensante aventura de oración».5 Cuando hice la evaluación en Alamo City, 66% de los 2:000 asistentes a la adoración estaban involucrados en la oración corporativa semanal. Para 1993, habían movilizado un ejército de oración de 560 vigilantes/guerreros.
• La Iglesia Metro Vineyard [Viñedo metropolitano] de Kansas City es pastoreada por Mike Bickle, uno de los maestros y practicantes más sobresalientes de la intercesión en los EE.UU. La oración corporativa es tan importante en la Metro Vineyard que la descripción de trabajo de cada miembro del personal requiere que asistan al menos a una reunión de oración corporativa al día. Mi evaluación allí indicó que 43% de los 3.500 asistentes retornaban para la oración corporativa.
• Cuando Larry Lea tuvo sus destacadas reuniones matutinas de oración corporativa en la Church on the Rock [Iglesia en la Roca] en Rockwall, Texas, un 24% de los 5.000 asistentes estaban participando.
• La iglesia de John Wimber, Vineyard Christian Fellowship [Comunión cristiana del viñedo] de Anaheim, California, enfatiza mucho la oración corporativa. Cuando la evalué, un 13% estaban participando.
• En nuestra área del sur de California, la iglesia que tiene la fama de tener la reunión de oración, los miércoles por la noche más avivada es la Church On The Way [Iglesia del camino] de Jack Hayford. Un promedio de 29% de sus adoradores dominicales asisten a estas reuniones.
Los ingredientes básicos para la oración corporativa
Veo cinco ingredientes para las iglesias que desean ver avivada la oración corporativa y llegar a ser un centro dinámico de ministerio en su iglesia.
1. El pastor: el pastor principal debe ocuparse directamente del ministerio de oración corporativa de la iglesia. La implementación diaria de varios aspectos de este ministerio puede delegarse al líder de oración de la iglesia y a otros, pero si el pastor no es percibido por la congregación como el líder supremo, no volará como debe. Concuerdo con Sue Curran quien dice: «Mi convicción formada en base a experiencia personal y bastante estudio de la historia de los reavivamientos es que el ejemplo del pastor debe ser la fuerza iniciadora en el ministerio de oración de la iglesia».6
¿Cómo se debe hacer esto? El pastor debe utilizar el púlpito constantemente para señalar la prioridad de la oración y el programa corporativo de oración. Esta enseñanza debe fluir regularmente de parte del pastor tanto como tema mayor así como menor. Todos los sistemas de comunicaciones de la iglesia deben activarse para recordarle al pueblo la oración corporativa. Más importante aún, el pastor debe establecer un ejemplo participando de forma regular en las actividades de oración corporativa de la iglesia junto con su cónyuge y su familia. Un ejemplo sobresaliente de esto son los pastores coreanos que describí anteriormente que asisten personalmente a cada reunión de oración al amanecer porque «¡allí es donde está el poder!»
Los pastores deben motivar acerca de la oración en sus iglesias expresando de forma regular las respuestas a la oración desde el púlpito. Muchos pastores se pasan un año sin decir ni una vez nada dramático que sucedió en sus vidas debido a la oración, diciéndole al mismo tiempo a su pueblo que deben orar y esperar respuestas dramáticas. Además, regularmente se debe hacer tiempo en el servicio semanal de adoración para testimonios de los miembros de la iglesia que han visto respuesta a sus oraciones. Esto tiene un poderoso efecto, particularmente al tener al pastor en la misma plataforma asistiendo con aprobación.
2. El personal de la iglesia. Esto podría parecer un tanto radical, pero si la oración corporativa es tan importante como decimos, cada miembro del personal de la iglesia debe estar obligado a participar al menos en una actividad semanal de oración. Además el personal del programa (en contraste con el personal de apoyo) debe ser animado a involucrar a sus cónyuges y niños en la oración corporativa.
Parte del personal que está dotado para el ministerio debe ser asignado para dirigir la oración. Al mismo tiempo, otros miembros del personal no deben ser asignados. He visto ejemplos en donde se le asigno la dirección de la oración corporativa al personal en general, obteniendo resultados desalentadores porque los dones del Espíritu Santo de esa persona no fueron abiertamente reconocidos.
Muchos pastores principales de iglesias que oran dirigen la mayoría de la oración corporativa, pero no todas. Me impresioné con un pastor de una gran iglesia en Christ-church, Nueva Zelandia, que reconoció que el líder de oración de la iglesia, una mujer, estaba mucho mejor dotada para dirigir la oración corporativa que él. Él asistía a cada reunión, pero ella la dirigía. Ella se reunía con un grupo pequeño de intercesores esa tarde y oraba hasta que Dios le revelara Sus planes para la reunión de oración vespertina. El resultado fue una de las reuniones de oración más excitantes y con mejor asistencia a la que haya asistido.
3. La localización. Es aconsejable que se utilice el mismo local para las actividades de oración corporativa que la iglesia utiliza para la adoración regular. Obviamente no me estoy refiriendo al mismo cuarto porque el santuario generalmente es demasiado grande. Pero las personas deben acostumbrarse a orar juntas a donde van a adorar.
4. El tiempo de duración. Un consenso que he hallado es que una hora es el período de tiempo ideal para una reunión corporativa de oración, al menos en la mayoría de los EE.UU. En nuestra cultura, las personas responderán mejor si las reuniones comienzan y terminan prontamente. El tiempo del día variará, dependiendo de cuando están disponibles las personas. Muchas iglesias en los EE.UU. están encontrando efectiva la oración temprano en la mañana, aunque no creo que, todavía, pueda llamarse una moda. La cantidad de veces que se sostienen reuniones de oración corporativa cada semana depende de la cantidad total de personas comprometidas a participar en ellas.
5. Masa crítica. Mi consejo es que al planificar una reunión corporativa de oración, asegúrese de comenzar y continuar con al menos 20 personas. Esto podría bajar hasta 17, pero no menos de eso. Cuando es menos de 17, adecuadamente se le debe llamar y tratar como un grupo pequeño de oración en lugar de oración corporativa congregacional. La teoría de la dinámica de grupos, que casi siempre procede de la práctica, nos dice que la naturaleza de un grupo menor de 17 es distinta a la de uno mayor.
En cuanto al tamaño máximo, el próximo punto de cambio en la dinámica de grupos es 40. Las reuniones de oración corporativa que tienen de 35 a 50 participantes se convertirán en reuniones en las cuales las personas se reconocerán entre sí y verán a pocos extraños. Esto tiene sus ventajas. Pero hay otras ventajas en una reunión de 100 ó 200 o más en donde la mayoría de las personas pueden esperar ser relativamente extraños entre sí.
Siete buenas razones para no asistir a la oración corporativa
Un amigo mío que es pastor de una iglesia, de casi 3.000, que está creciendo rápidamente aquí en el sur de California se contagió en cuanto a las reuniones de oración matutinas y las comenzó en su iglesia. Él asistía a todas ellas. Un saludable grupo de 80 personas se comprometieron a orar juntas de forma regular. ¡Pero después de unos meses los 80 se redujeron a 1 ó 2! ¿Qué sucedió?
Cuando hablé con él, concordamos en que había violado varias de las siguientes razones para no asistir a la oración corporativa, y que además era demasiado tarde. La oración corporativa todavía no ha vuelto a despertarse en esa iglesia debido al dolor residual y al desánimo general.
Si asumimos que las personas en la iglesia son normales en su vida espiritual general, y que no se apartan de la oración corporativa porque de alguna manera no están bien con Dios, he aquí algunas cosas que se deben tratar de evitar.
«Las reuniones son aburridas». Menciono esta primero, porque es la número uno. La principal razón, por mucho, por la cual los miembros no asisten a la oración corporativa es porque lo que allí sucede los aburre. Pocos se despiertan por la mañana emocionados con el pensamiento de que más tarde esa noche van a estar en una reunión de oración.
«Allí no me necesitan». Demasiados van a la reunión de oración como espectadores, no como participantes. Ellos creen que la única contribución personal que han hecho a la reunión es añadir otro cuerpo a los números.
«No se satisfacen mis necesidades personales». Algunos no sólo sienten que no contribuyen nada con otros, sino que también sienten que otros no contribuyen nada para con ellos. La satisfacción de necesidades personales no debe ser la motivación principal para asistir a las reuniones corporativas de oración, pero si algunos de los que asisten tienen urgentes necesidades personales, éstas deben cubrirse en oración en algún momento durante o después de la reunión.
«No sé cómo orar en público». Las personas que no han aprendido cómo unirse a orar en voz alta con otros se sentirán incómodos en la oración corporativa durante un período de tiempo.
«El Espíritu Santo no aparece». Esta no es una declaración teológica acerca de la omnipotencia de Dios, pero refleja una impresión precisa, particularmente de parte de aquellos que tienen grados de discernimiento espiritual. Si la dinámica espiritual no es lo suficientemente fuerte como para que se sienta, ¿para qué ir?
«Oramos, pero no sucede nada». Si las personas oran, pero no ven respuestas tangibles a sus oraciones, comienzan a sentirse como perdedores. Con el tiempo, esto hará que la asistencia a la reunión de oración disminuya tan seguramente como un equipo atlético perdedor que ve una disminución de la asistencia en los juegos.
«Nuestra reunión de oración es un club de chismes». Con demasiada frecuencia he escuchado a alguien en una reunión de oración decir, «Debemos orar por fulano o mengana esta noche porque …» El resto de la oración expone algo acerca de la vida de esa persona, que, como acostumbraba decir mi abuela, «debe mantenerse en la familia». Esto se hace muy a menudo en la carne, no en el Espíritu. Una gran motivación puede ser comunicar «que yo lo sé», y el resultado frecuente es que algunos de los presentes perpetúan el chisme una hora después de terminada la reunión bajo la fachada espiritual de una petición de oración.
Principios para reuniones poderosas de oración
Obviamente, hace falta evitar cada una de las anteriores razones para no asistir a la oración corporativa. A través de la experiencia que he tenido en la dirección de la oración corporativa, he identificado siete principios en el lado positivo. Debido a que aquí estamos lidiando con asuntos de estilo y no de sustancia, estoy consciente de que algunos hallarán mis sugerencias más aplicables a su situación que otros.
1. La adoración. Los primeros 10–15 minutos de la hora deben invertirse en cantar las oraciones. Las canciones de adoración que se dirigen a Dios son las más apropiadas. Estas deben percibirse como una forma de oración, no como el canto de himnos en preparación para orar. Los mejores líderes de adoración deben encargarse de este segmento. Una de las razones por las cuales la cantidad crítica para la oración corporativa es 20 es que con menos personas, la adoración en el canto tiende a ser bastante anémico.
2. La oración verbal. Unas pocas tradiciones cristianas, como los cuáqueros, le adjudican mucho valor al silencio en la oración. Sin embargo, la gran mayoría de las culturas alrededor del mundo, prefieren la oración verbal en sus reuniones de oración corporativa. La oración verbal cae en dos estilos generales: oración en concierto y oración en concordia.
La oración en concierto (que no debe confundirse con «conciertos de oración») significa que todos los presentes en la reunión de oración oran en voz alta al mismo tiempo. Esta es la forma más común de oración en las iglesias de todas las denominaciones en Corea, la cual, como grupo, aventaja al mundo en la práctica de la oración corporativa. El nivel de ruido de 4.000 coreanos orando juntos tiene que escucharse para creerse. Y ellos sostienen esta ferviente oración por largos períodos de tiempo, algunas veces 20 minutos, sin detenerse. Durante ese tiempo el nivel de ruido podría bajar un poco, entonces otra ola de unción de oración viene y lo sube de nuevo.
La oración en concierto es popular entre los carismáticos y los pentecostales en los EE.UU. y alrededor del mundo. Lo que llamaríamos el movimiento carismático independiente es por mucho la expresión del cristianismo de más rápido crecimiento en la mayoría de las partes del mundo; por lo tanto la oración en concierto es o será pronto la forma dominante de oración verbal en las reuniones de oración corporativa en general.
La oración en concordancia es la más usada en nuestras principales reuniones o históricas. Una persona ora en alta voz mientras que los presentes concuerdan, algunos de maneras más demostrativas que otros.
Orar con la Escritura, como forma de oración en concordancia, se está haciendo popular en muchas iglesias. En este caso los que oran abren la Biblia en un pasaje de la Escritura y leen parte del texto y oran parcialmente lo que el Señor les está mostrando en cuanto a las implicaciones del texto para la situación actual. Cuando se hace bien, esta es una conmovedora forma de oración porque implica orar la Palabra de Dios hacia Él.
Cómo apagar al Espíritu Santo
En las reuniones de oración en donde se espera la oración verbal, el líder puede apagar al Espíritu Santo de varias maneras, pero tres me resultan obvias:
• Permitir períodos de silencio. Mientras más silencio, menos personas regresarán la semana próxima. Se le puede enseñar a los que participan en la oración corporativa a que oren sin cesar, y a estar alertas y listos a expresar sus oraciones siempre que se presente una oportunidad. En la oración corporativa, las personas deben acostumbrarse a orar varias veces, no sólo en una ocasión.
• Las oraciones de una frase o las oraciones en donde se llenan los blancos. En un esfuerzo por involucrar más personas y evitar períodos de silencio, algunos líderes dicen: «Vamos a mencionar los nombres de Dios», «Vamos a limitarnos a una oración de agradecimiento a Dios» o «Vamos todos a orar: Dios, te damos gracias porque tú eres________». Esas tácticas son métodos plásticos para tratar de crear un sentimiento de vida. A la larga contribuirán al sentimiento de que las reuniones de oración son aburridas.
• Orar en grupos de dos o tres. Pedir a los que se encuentran en la reunión de oración corporativa que se vuelvan y formen grupos de dos o tres para orar juntos definitivamente satisface las necesidades de los presentes que se sienten a gusto con ello y tienen necesidades personales que quisieran que otros oraran por ellas. Pero definitivamente también desagrada a otros que se sienten incómodos con la intimidad forzada sobre ellos en el momento. Estos casi nunca dicen nada, pero no regresarán la semana próxima. A menos que la reunión se diseñe intencionalmente para servir a las necesidades de los «fanáticos», es mucho más sabio quedarse con el menor denominador y mantener al grupo grande como tal. Un compromiso es dividirse en grupos de cuatro a seis en lugar de dos o tres. Esto es mucho menos amenazador para los solitarios, aunque algunos todavía se sentirán incómodos con eso.
3. Apoyo mutuo. Las oraciones verbales deben provocar respuestas verbales. Piense en los modales telefónicos. Cuando una persona está en un monólogo en el teléfono, se espera que la otra haga sonidos y diga palabras con suficiente frecuencia para animar a su interlocutor. Lo mismo sucede con la oración corporativa.
Algunos han criticado a los pentecostales de manera tan severa por lo que ellos consideran como ruido excesivo; pero sus reuniones de oración parecen que se estuvieran efectuando en una biblioteca pública o en una funeraria. Los que no son pentecostales deben aprender buenos modales de respuesta verbal en las reuniones de oración corporativa. Los pentecostales no tienen los derechos reservados de «amén», «aleluya», «gracias Señor», «gloria a Dios». Es cierto que el nivel del sonido y la frecuencia dependerán del grupo, pero en general mientras más alto sea el asentimiento, sin que se deje de escuchar al que ora, mejor. Además, las personas que experimenten la motivación tienen mayor probabilidad de regresar a la reunión de oración la semana próxima.
El asentimiento verbal alcanza tres cosas:
• Anima al que ora.
• Involucra más al que asiente y ayuda a la concentración.
• Edifica la fe y la motivación en todo el grupo.
4. Oración efectiva. Como he dicho anteriormente, la oración efectiva se define como la que funciona. Esta obtiene respuestas. Y la oración efectiva sostendrá más que nada la vida y el ambiente de la oración corporativa. Por lo tanto, se deben encontrar medios y maneras para difundir las respuestas a la oración en cada una de las reuniones corporativas de oración. B.J. Willhite dice: «los cristianos comunes deben ser convencidos de que sus oraciones hacen una diferencia. A menos que una persona crea que sus oraciones realmente hacen una diferencia, es improbable que él o ella ore de manera consistente».7
En una iglesia tras otra, he visto listas de oración, algunas de ellas elaboradas. Pero en menos de un 10% he visto reportes regulares de respuestas a esas oraciones. La oración podría cambiar la historia, pero las personas que lo hacen no se motivarán en cuanto a ello si no saben qué está sucediendo.
Recuerdo haber escuchado a B.J. Willhite contar acerca de una iglesia que visitó en Texas que tenía lo que él llamaba «un muro de los lamentos». En una pared del santuario había un lugar en donde las personas podían colocar fotografías y archivar tarjetas de personas que no eran salvas. En un momento determinado del servicio, toda la congregación se dirigía al frente de esa pared y oraba de forma ferviente por la salvación de los que estaban identificados allí.
¡Maravilloso! Willhite le preguntó al pastor qué estaba sucediendo. «Se están salvando», respondió.
Entonces Bob Willhite hizo una sugerencia increíblemente sencilla. Sugirió que en el otro lado del santuario hicieran «un muro de la victoria», y que en cada servicio se fotografiaran y se hicieron tarjetas de las personas que estaban siendos salvadas del muro de los lamentos. Entonces pasarían al frente de la iglesia a colocar las fotos y las tarjetas en el muro de la victoria, repitiendo oraciones de agradecimiento. Eso es lo que quiero decir con la demostración de la oración efectiva.
5. Oraciones concretas. Armin Gesswein dice: «Orar de manera general jamás es efectivo. No hay verdadera fe ni expectativa. Y la oración sin fe está muerta».8 Estoy consciente de que es posible que el Señor se mueva con fuerza en una reunión de oración en particular, pero usualmente las peticiones de oración que provienen de emociones humanas generadas por la lectura de encabezados o titulares de noticias como, «Vamos a orar por las familias de los que perdieron sus vidas en el desastre aéreo en India» o «Vamos a orar por la cumbre económica Sur Americana que comienza hoy», son demasiadas abstractas para que haya significado alguno en cuanto a lo que concierne a la situación de oración para los que se encuentran reunidos. Algo más cercano como: «Una amiga de mi madre necesita oración porque su esposo la está amenazando con divorciarse», frecuentemente es más distracción que bendición.
Un gran problema con las oraciones de una sola frase o de relleno es que también tienden a ser muy abstractas. Las oraciones que hacemos en una reunión de oración corporativa deben, en la mayor medida posible, rascar a las personas en donde les pica. Es necesario que las oraciones sean tan concretas como sea posible.
6. Oración personal. Los que asisten y participan en la oración corporativa deben participar de forma personal en la actividad. Un par de sugerencias:
• Entrene a los que oran a usar «Yo» en lugar de «Nosotros» tanto como sea posible siempre y cuando se sientan cómodos haciéndolo. Eso los atrae de manera más directa a la oración y permite que se exprese su individualidad en el grupo en general.
• Conceda tiempo en la reunión de oración en el que las personas puedan expresar necesidades personales urgentes y en el que se ore por ellas al mismo momento. En una reunión de una hora, el tiempo dedicado a esto debe controlarse con cuidado o se puede convertir fácilmente en una clase de reunión social que uno podría esperar en un grupo pequeño en lugar de una reunión corporativa de oración. Pero nadie que venga a una reunión de esta clase con una necesidad personal urgente debe marcharse sin oración personal.
Entiendo por qué algunos dirán que esta es la razón por la cual algunas reuniones de oración planifican tiempo específico para la oración en grupos pequeños, ya he señalado los beneficios. Otra manera posible de manejar esto es tener un equipo de oración que se quede luego para ocuparse de las necesidades personales. En una reunión de oración corporativa de hasta 50 es posible designar un momento de 10 minutos para esto y contribuirá de forma positiva a la dinámica de la reunión. Si algunas de las necesidades son para sanidad física, imponer las manos puede involucrar a las personas de manera más directa en las actividades de la reunión.
7. Instrucción práctica. En última instancia, la manera en la cual las personas oran en las reuniones corporativas de oración no es nada más ni nada menos que comportamiento aprendido. Algunos adjudican su comportamiento, como el lenguaje corporal o el volumen, a la presencia del Espíritu Santo; pero Él no requiere que oremos en alguna manera especial para que esté presente en poder.
Las personas pueden aprender la oración en concierto. Pueden aprender a expresar concordancia. Pueden aprender a orar en párrafos en lugar de frases cortas. Pueden aprender a hablar lo suficientemente rápido como para prevenir que el silencio mate las cosas. Pueden aprender a sostener sus manos arriba o abajo. Pueden aprender a dar testimonio de respuestas a las oraciones. Pueden aprender a orar con los ojos cerrados o abiertos. Pueden aprender buenos modales de oración en público.
Una de las funciones de las escuelas de oración es enseñarle estas cosas a las personas, especialmente al principio. El modelaje y el aprendizaje pueden ayudar grandemente. El líder puede convertir cada reunión corporativa de oración en una miniescuela de oración recordándole a las personas lo que se espera, enseñándoles acerca de la oración y animando a los que saben más que los demás que lo demuestren sin dominar o controlar la reunión de oración.
Un punto importante en la historia ocurrió cuando los discípulos se reunieron en armonía en oración en el Aposento Alto. Como resultado, el Espíritu Santo vino el día de Pentecostés. Luego de eso, los creyentes jamás fueron los mismos, la iglesia jamás fue la misma y el mundo jamás fue el mismo. Usted también puede esperar ver esto mediante el uso de la oración corporativa de calidad en su iglesia.
Preguntas de reflexión
1. Discuta sus sentimientos en cuanto a la oración corporativa. ¿Cuál es el estado de las cosas en su iglesia?
2. Liste tantas razones como pueda para explicar por qué es importante que la mayor cantidad posible de creyentes concuerden en cuanto a lo que se ha de orar.
3. Si la razón primordial por la cual las personas eligen no asistir a la reunión de oración de la iglesia es que es demasiado aburrida, ¿qué se puede hacer en cuanto a eso?
4. Repase las tres maneras en las cuales se «apaga el Espíritu Santo» en las reuniones corporativas de oración. Haga comentarios personales acerca de cada una de ellas.
5. La «oración en concierto» significa que todos oran en voz alta al mismo tiempo. ¿Podría funcionar esto en su iglesia? ¿Por qué?
La oración puede cambiar su comunidad
Vamos por la mitad del libro y es momento para una evaluación. Hasta ahora, he intentado hacer tres cosas:
• El primer capítulo describió el excitante movimiento de oración que está barriendo al mundo y en el cual muchos de nosotros deseamos participar.
• Dos capítulos investigaron profundamente la naturaleza de la oración, tanto al hablarle a Dios como al escuchar de su parte.
• Dos capítulos adicionales explicaron cómo la oración puede ser una parte vital y creadora de vida de las actividades semanales de su iglesia local.
Ahora quiero cambiar el enfoque de la oración e ir de la iglesia local a la comunidad. Gran parte de lo que expresaré en el resto del libro será relativamente nuevo. El Espíritu Santo ha estado mostrándole más cosas al pueblo de Dios en los años noventa que lo que sólo unos pocos estuvieron conscientes en los ochenta.
El avivamiento está llegando
Hay un imponente sentimiento en cuanto a lo que está sucediendo ahora. Nadie en mi generación ha experimentado un verdadero avivamiento mundial, así que sólo podemos imaginarnos cómo podría sentirse. Mi esperanza es que la mayoría de los que estamos vivos ahora viviremos para ver el gran avivamiento. No puedo establecer fechas, pero parece que esta es la generación que quizás habrá de experimentar el mayor derramamiento del Espíritu Santo de toda la historia.
Las condiciones que han precedido a los avivamientos en la historia parecen juntarse. Una por una están ajustándose como piezas en un gigantesco rompecabezas en el cual la imagen del avivamiento cada vez es más clara. Creo que el movimiento de santidad de hace más de 100 años pudo haber sido la semilla; de este, en los primeros años de nuestro siglo, vino el movimiento pentecostal.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, comenzó la gran cosecha global de almas, que ha aumentado desde ese entonces. Dios comenzó a impresionar a la Iglesia con una gran carga por los pobres y los oprimidos, señalando nuestras responsabilidades sociales, en los años sesenta. Esto continua creciendo. Entonces vino el gran movimiento de oración, que he estado describiendo en este libro, y también el resurgimiento del movimiento profético moderno. A medida que entramos en los noventa la guerra espiritual comenzó a surgir en las agendas de los cristianos activos.
Añadido a esto está la extrema degradación moral y social. Los racistas neonazis están resurgiendo en Alemania. Financieros poderosos son acusados de defraudar al público estadounidense a través de los ahorros y los préstamos. Millones de bebés indefensos son asesinados inhumanamente sin sentimientos de culpabilidad o remordimiento. Vastas cantidades de recursos naturales están siendo explotados para satisfacer la codicia humana. El sida está diezmando naciones completas en África y en otras partes. Pueblos enteros están dedicados a asesinarse los unos a los otros en los Balcanes, en el Medio Oriente y en el sur este de Asia. Alrededor de nosotros vemos a los que están llenos de injusticia, inmoralidad sexual, codicia, envidia, asesinato, engaño; odian a Dios, son violentos, desobedientes a sus padres, poco amantes e implacables, sólo por seleccionar unas pocas señales de la decadencia social de Romanos 1:29–31.
Esto no nos debe sorprender. La historia muestra que paralelo al aumento del poder de Dios que precede a un avivamiento viene el correspondiente aumento en el pecado público y corporativo. En el Antiguo Testamento, sucedió antes del avivamiento bajo Samuel, David y Ezequías sólo por nombrar unos pocos. Los presidentes mentirán. Los congresos pasarán leyes que condonarán la inmoralidad sexual. Las cortes supremas pronunciarán interpretaciones impías de las constituciones. Los analistas sociales proclamarán que estamos entrando en una era poscristiana.
Todo esto sería abrumador si no supiéramos también que luego del juicio de Dios, ¡Él derramará su poderoso poder!
La gran cosecha
A través de todo el mundo estamos testificando lo que, cualquiera sea el patrón de medida, es la mayor reunión de almas desde el tiempo de Jesús. Aunque nadie puede proveer estadísticas exactas, los que están bien informados acerca de China nos dicen que posiblemente 35.000 personas al día se están convirtiendo en cristianos, que ha subido de 20.000 durante partes de los años ochenta. Y esta es una nación en donde se ha utilizado toda forma de coerción política y militar por 40 años para erradicar al cristianismo. En África, al sur del Sahara, se estima que unos 20.000 a 30.000 se están volviendo a Cristo cada día. Una denominación en África del Sur tiene convenciones anuales de Pascua, que reúnen unos 2 millones de creyentes en cada ocasión.
Alguien calculó que en Latinoamérica 400 personas están renaciendo cada hora durante 24 horas del día. Guatemala ahora tiene más de 30% de evangélicos y ha elegido a un cristiano evangélico practicante como presidente. Una iglesia que se reúne en un teatro en el centro de Buenos Aires, Argentina, ahora sostiene servicios 23 horas al día, 7 días a la semana. Cierran de las 12:00 de la medianoche a la 1:00 de la mañana para limpiar. El Papa se ha alarmado tanto con el aumento de evangélicos renacidos en Latinoamérica que ha oprimido el botón de alarma y ha mandado que se detenga esto.
La caída de la Cortina de Hierro ha producido un fenómeno histórico en Europa Oriental. Nunca antes ha habido una cantidad tan grande de personas que siendo tan reacios al evangelio se hayan convertido de manera entusiasta en un período tan corto de tiempo. Un amigo mío, que no es particularmente conocido como evangelista, visitó recientemente una pequeña ciudad en Ucrania, en la que no había cristianos. Cuando llegó, se le pidió que hablara en un estadio local de hockey y que le explicara el cristianismo al pueblo. Las personas estaban tan hambrientas de escuchar que se enfrascaron en peleas, primero por asientos vacíos, luego por Nuevos Testamentos rusos que se estaban distribuyendo sin costo alguno.
Predicó un mensaje de salvación a través de un intérprete y ofreció una invitación. Los 4.000 asistentes se pararon para aceptar a Jesucristo. Creyendo que no eran sinceros o que no entendieron, repitió la invitación y tuvo los mismos resultados. Un amigo ruso entonces le dijo que estas personas eran sumamente serias. Algunas habían dejado sus granjas en un momento crucial de la cosecha para asistir. Ellos habían decidido que deseaban ser cristianos antes de venir y ¡sólo necesitaban saber cómo hacerlo!
He recibido tantos reportes que contienen un drama y una magnitud similar que he perdido la cuenta.
Cómo rechazar al diablo
No he visto a nadie describirlo mejor que George Otis, hijo, en su sorprendente libro, The Last of the Giants [El último de los gigantes]. Si pudiéramos tender a desanimarnos en cuanto a la extensión mundial del evangelio, sólo necesitamos dar un vistazo a vuelo de pájaro de lo que ha sucedido durante los últimos 2.000 años.
«En los días de la iglesia primitiva», dice Otis, «la estrategia misionera era relativamente sencilla. Todas las tierras estaban por evangelizarse, era necesario predicarle a todas las personas». A través de los próximos 1.900 años la marea subió y bajó, pero el resultado neto fue el avance, primero a través del Imperio Romano, luego a través de Europa, a las Américas y a Australia. Otis señala: «Hasta este punto, desde una perspectiva satánica, las cosas no se habían malogrado por completo[…] El cristianismo todavía estaba bastante contenido».
Pero, una vez más desde una perspectiva satánica: «Lo que no se esperaba, y ciertamente no era bienvenido, fue la desastrosa erupción de evangelización global en el siglo veinte». Como resultado, «Para gran desánimo del enemigo, las fronteras del mundo por evangelizar se han echado atrás de manera tan forzosa que ahora 75% de la población mundial tiene una oportunidad razonable de escuchar el evangelio».
El estado actual de las cosas, de acuerdo con Otis, es que los ejércitos de Dios «ahora han rodeado las últimas fortalezas de la serpiente: las naciones y los principados espirituales de la Ventana 10/40. Mientras que es cierto que la tarea restante es la fase de más reto de la batalla, los ejércitos de Lucifer actualmente confrontan una comunidad de creyentes cuyos recursos espirituales, de ser motivados, sometidos, y unificados de forma apropiada, son verdaderamente impresionantes».1
«Ventana 10/40»
Jesús dice que oren
Jesús hace una declaración verdaderamente significativa y conocida acerca de la cosecha: «A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos» (Mt 9:37). Esta situación es algo común entre los agricultores. El momento durante el ciclo de agricultura en que hacen falta más trabajadores es durante la cosecha. Como saben los agricultores, si no hay suficientes obreros a mano durante la cosecha, ésta pasará y se perderá.
Pero Jesús estaba haciendo una aplicación evangelística, hablando de multitudes, que, sin Dios, son como ovejas sin pastor. Tenemos una cosecha de esa clase en nuestras manos hoy, multitudes sin Dios que están listas para recibir el evangelio. Y los obreros son demasiado pocos.
¿Entonces qué hemos de hacer? Es necesario actuar de muchas formas, pero la primera que Jesús menciona es orar. «Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies» (Mt 9:38). Las implicaciones de esto nos resultan claras hoy. Suponga que decidimos no orar. Entonces obviamente gran parte de la cosecha se perderá. Recuerdo de nuevo lo que dijo Jack Hayford, «Si nosotros no lo hacemos, Él no lo hará». En cierto sentido teológico así como práctico, el deseo de Dios de que todos se salven se cumplirá o no dependiendo de nuestras oraciones.
La evangelización es guerra espiritual
El blanco principal de la evangelización mundial en los años noventa podría ser la Ventana 10/40, pero para ser sincero la mayoría de nosotros siente más responsabilidad por nuestra comunidad aquí en casa. Aunque deseamos involucrarnos en las misiones mundiales y algunos estaríamos abiertos al llamado personal de Dios para movernos a través de las culturas, allí no es donde estamos viviendo en este momento. Si miro arriba y abajo en mi calle, veo bastantes ovejas sin pastor. ¿Cómo pueden ser ganadas para Cristo?
Los contextos podrían ser diferentes, pero los principios son los mismos. ¿Por qué habría Jesús de decir que nuestra primera responsabilidad para penetrar nuestra comunidad con el evangelio es orar? Porque sabía lo que muchos de nosotros tendemos a ignorar: la evangelización, ya sea en la Ventana 10/40 o en mi calle es guerra espiritual.
Si no estamos claros acerca de esto, sólo necesitamos recordar la conversión del apóstol Pablo. Entonces conocido como Saulo de Tarso, era uno de los enemigos más fieros y temidos del cristianismo. Pero en camino a Damasco, a donde iba a perseguir cristianos, Saulo se convirtió de forma dramática por una aparición personal de Jesús. No sólo renació, sino que Jesús lo llamó a la evangelización mundial al mismo tiempo. Y le dio instrucciones claras.
Cuando Pablo, en obediencia al Señor, llegara a una nación naturalmente encontraría una población de incrédulos. La descripción de su trabajo dada por Dios era específica. Habría de convertir esas personas «de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios» (Hch 26:18). Lo que Pablo quizás no sabía en ese entonces, pero que luego aprendió mediante la experiencia, fue que cuando Satanás tiene a los incrédulos bajo su control, no los entrega sin pelear. Esto es lo que ahora llamamos guerra espiritual.
Nuestra principal arma es la oración
Cuando digo que Pablo aprendió ésto después, pienso en lo que escribió a los creyentes en Éfeso. «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Ef 6:12). Se conoce a éste como uno de los principales pasajes en el Nuevo Testamento acerca de la guerra espiritual.
Una buena parte de lo que Pablo escribe aquí es una descripción del armamento y el arsenal que nos da Dios para confrontar al enemigo en la guerra espiritual. Me gusta la manera en la que el erudito del Nuevo Testamento, Clinton E. Arnold, explica este pasaje. Él señala que, aunque para Pablo la guerra espiritual es tanto defensiva como ofensiva, «es más activa que reactiva».2 Como parafrasea Arnold a Pablo: «La acción agresiva primordial a que está llamado el cristiano en el mundo es esparcir el evangelio».3
Habiendo dicho eso, ¿cuál es la principal arma de guerra espiritual que necesitamos cuando nos movemos a la evangelización de nuestra comunidad? ¡La oración! Arnold dice: «Si Pablo fuera a resumir la forma principal de adquirir acceso al poder de Dios para librar una guerra espiritual exitosa, él afirmaría resueltamente que es mediante la oración. A ésta se le da mucha mayor prominencia en el pasaje de la guerra espiritual que en ningún otro de los implementos».4
Ahora puede ser un tanto más claro por qué Jesús diría que cuando nos encontremos en medio de la gran cosecha con pocos obreros, debemos orar. Sin un arma tan poderosa como la oración no podríamos esperar sacar a personas bajo el poder de Satanás, a quién Pablo llama, «el dios de este siglo» (2 Co 4:4) ni traerlas a la fe en Jesucristo. Sin la oración estaríamos prácticamente impotentes al tratar de evangelizar ya sea nuestra ciudad o la Ventana 10/40.
La oración de guerra
Una vez que entendamos por qué es importante la oración para alcanzar a nuestra comunidad para Cristo, entonces debemos decidir qué tipo de oración usar. Como lo he mencionado anteriormente, en la Biblia se utilizan varias clases de oración. Todas ellas son importantes y cada una es apropiada para ciertas circunstancias.
El tipo de oración más indicado para el evangelismo diseñado para sacar a los incrédulos de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios es la oración de guerra. Se le conoce también como «atar al hombre fuerte». Otro libro en esta serie Guerrero en oración: Oración de guerra (Editorial Betania), entra en más detalle en este tema. En este punto, simplemente necesitamos estar claros en cuanto a lo que la Biblia quiere decir con «atar al hombre fuerte».
Algo significativo en el ministerio terrenal de Jesús vino cuando Pedro, en favor de todos los discípulos, declaró: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mt 16:16). En respuesta, Jesús por vez primera les dijo por qué había venido: «Edificaré mi iglesia» (Mt 16:18). Edificar la iglesia, por supuesto, es una declaración evangelística.
Entonces Jesús añade: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Aquí hay una fuerte pista de la guerra espiritual que le espera a cualquiera que intente edificar la Iglesia. Satanás no procura permitir que suceda sin oposición alguna. Pero él no podrá detener el avance del evangelio porque Jesús dijo: «Te daré las llaves del reino de los cielos» (Mt 16:19). El Reino de Dios avanzará si se usan esas llaves.
Pero, ¿qué son las llaves?
Jesús dijo: «Y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos» (Mt 16:19). Entonces, atar tiene significado evangelístico. Ahora los discípulos comenzaban a entender más acerca de lo que quería decir Jesús cuando anteriormente les dijo: «¿Cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata?» (Mt 12:29, énfasis mío).
Ponerse la armadura y dividir el botín
La enseñanza más clara de Jesús acerca del hombre fuerte se encuentra en Lucas 11. Este es un pasaje acerca de los demonios, que comienza en Lucas 11:14; Jesús está sacándole un demonio a un hombre mudo. Cuando el demonio se marcha, el hombre habla por vez primera.
Los fariseos estaban mirando esta dramática demostración de poder sobrenatural, y se preguntaban: «¿Cómo lo hizo?» Su conclusión fue lógica, dadas sus presuposiciones. Ellos dijeron: «Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios» (Lc 11:15). Note que escalaron el escenario.
En Oración de guerra, distinguí entre la guerra espiritual en el frente de batalla, la guerra espiritual a nivel de lo oculto y la guerra espiritual a nivel estratégico. Jesús comenzó a nivel del frente de batalla sacando un demonio ordinario, pero los fariseos la escalaron a nivel estratégico al mencionar a Beelzebú, uno de los principales principados. Así que el resto de este pasaje se ocupa de la guerra a nivel estratégico, el tipo que requiere oración de guerra.
Jesús, por supuesto, niega sacar demonios mediante el poder de Beelzebú, sino más bien a través del «dedo de Dios» (Lc 11:20), el cual, como hemos visto en el pasaje paralelo en Mateo 12:28, significa «el Espíritu de Dios». La fuente del poder de Jesús era el reino de luz, no el de las tinieblas.
Jesús entonces utiliza la ocasión para una enseñanza significativa. Y dice: «Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee» (Lc 11:21). Obviamente, en este contexto el «hombre fuerte» se refiere a Beelzebú o algún otro principado de alto rango. ¿Cuáles son los «bienes» que los principados y los poderes de las tinieblas guardan de forma tan celosa? Indudablemente hay muchos, pero ninguno les resulta más valioso que las almas perdidas. Siempre y cuando la armadura del hombre fuerte esté intacta, tiene a las almas perdidas en donde quiere.
Pero cuando «alguien más fuerte que él», que sólo podría indicar al Espíritu Santo, «lo derrota» o como diría Mateo, «lo ata», «le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín» (Lc 11:22). ¿Qué activa esta guerra espiritual realizada para atar los principados y los poderes? Como vimos en base a Efesios 6, es la oración, específicamente la oración de guerra.
En resumen, atar al hombre fuerte es utilizar las llaves del «Reino del cielo» para que las puertas del Hades no obstruyan la edificación de la Iglesia de Cristo aquí en la tierra. A través de la oración de guerra, podemos liberar almas perdidas y llevarlas «de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios» (Hch 26:18).
También tenemos que tomar en cuenta que atar al hombre fuerte no es evangelizar. Ello jamás salvó a nadie. Sólo el evangelio de Jesucristo es el poder de Dios para salvación como dice Pablo en Romanos 1:16. Predicamos a Cristo y a este crucificado. Pero hay multitudes en nuestro mundo y en nuestras comunidades que, si las cosas no cambian, jamás podrán escuchar el evangelio de Cristo y tomar la decisión de aceptarle o rechazarle. Creo que la oración de guerra dirigida por el Espíritu puede cambiar las cosas y ayudar a eliminar las anteojeras que ha puesto el dios de este siglo.
Cómo orar por la comunidad
¿Cómo se puede traducir, hoy en día, la oración significativa por nuestras comunidades? Dios está respondiendo esta pregunta de formas sorprendentes y nos está proveyendo los medios para orar como nunca antes.
Los cristianos oran por sus comunidades de dos maneras principales:
• La oración en la iglesia local realizada por los miembros de la misma.
• Personas cristianas de varias iglesias locales orando juntas por su comunidad.
Si analizáramos la vida de oración de la mayoría de las iglesias locales de hoy, hallaríamos poca oración explícita y abierta por la comunidad. Muchas iglesias oran por los perdidos en su comunidad, pero no oran mucho por la comunidad en general. Esto se debe en parte a que las necesidades de la congregación son tan grandes que ellas mismas requieren mucho tiempo de oración. Pero se podría deber en parte al desaliento. Cuando han tratado anteriormente de orar por su comunidad, no han visto mucho cambio.
Una de las razones para esto es que la autoridad de una iglesia local no es muy grande en la comunidad en general. Mientras más aprendemos acerca de «tomar nuestras ciudades para Dios»,5 como diría John Dawson, más entendemos el significado literal de la oración de Jesús en Juan 17: «que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste» (17:21). Sin la práctica y visible unidad del Cuerpo de Cristo en una ciudad en particular, se pueden esperar pocas respuestas hasta para las más fervientes oraciones de guerra.
La unidad necesaria en la ciudad para la guerra espiritual debe comenzar con la unidad entre los pastores y los principales líderes cristianos. Los pastores de las iglesias locales son los guardianes espirituales de las puertas de la ciudad, y como tales tienen autoridad divina. Aparentemente Satanás conoce eso mucho mejor que los pastores, «al unirnos prevalecemos; al dividirnos nos caemos» (John Dickinson, 1768). Ciudad tras ciudad, Satanás ha tenido éxito en mantener divididos a los pastores y conservar así la autoridad de cualquier hombre fuerte que haya asignado a la ciudad. Por buena razón, lo que estos espíritus territoriales más temen es la unidad de los pastores, y mediante ellos la unidad del Cuerpo de Cristo.
Conciertos de oración
Uno de los primeros en reconocer la falta de oración unida y que comenzó a tomar pasos para cambiar la situación fue David Bryant, fundador de Concerts of Prayer International [Conciertos de Oración Internacional]. A través de los años ochenta, mi amigo David subió a la cima a través de los EE.UU. como el principal promotor de la oración unida a nivel de ciudad. Aunque relativamente pocos líderes hablaban de ello en ese entonces, el celo de Bryant jamás flaqueó.
Bryant fue grandemente inspirado por el liderazgo de Jonathan Edwards en el Primer Gran Avivamiento de los EE.UU. y su libro para preparar a los cristianos para Él: An Humble Attempt to Promote Explicit Agreement and Visible Union of God’s People in Extraordinary Prayer of the Revival of Religion and the Advancement of Christ’s Kingdom on Earth [Un humilde intento de promover la concordancia explícita y la unión visible del pueblo de Dios en oración extraordinaria para el avivamiento de la religión y el avance del Reino de Cristo en la tierra]. Bryant considera este extenso título como una definición de los «conciertos de oración».6
Al desarrollar los conciertos de oración, Bryant estaba intentando combinar las fortalezas de dos clases de grupos de oración que había observado: los que oraban por el avivamiento en la iglesia, y los que oraban para alcanzarlo. Él reconoció que la oración interna debe equilibrarse con la externa por la comunidad y el mundo.
Se percibe la visión de Jonathan Edwards de «la unión visible del pueblo de Dios» como un ingrediente clave para conciertos de oración. Bryant dice: «El concierto de oración provee una expresión visible de la unidad en el Cuerpo de Cristo». La percibe como una respuesta a la oración de Cristo en Juan 17, y añade: «A través de la intercesión corporativa somos forjados de nuevo en Cristo, los unos con los otros y con la misión de Cristo en el mundo».7
A medida que se han multiplicado los conciertos de oración en las ciudades a través de los EE.UU. y Canadá, se han hecho avances significativos en la unidad del pueblo cristiano en oración por sus comunidades. De nuevo, mientras más pastores locales de iglesia adquieran la visión de los conciertos de oración y participen personalmente, más fuertes serán.
Cumbres de oración
Joe Aldrich ha lanzado cumbres de oración, quizás porque entiende la necesidad de que los pastores tomen el liderazgo para lograr la unidad del Cuerpo de Cristo en una ciudad, y las define como «conferencias diseñadas para provocar renovación y unidad entre los pastores y otros líderes de iglesia».8
Comenzando en el Noroeste, en donde Aldrich sirve como presidente de la Escuela Bíblica Multnomah en Portland, Oregón, los que él está preparando han conducido cumbres de oración en ciudad tras ciudad. Los resultados, que casi han llegado a ser predecibles, son sorprendentes. Esto, me parece, es un ejemplo de un concepto que está disfrutando una unción poderosa y divina para las clases de cosas que Dios desea lograr entre los líderes espirituales o los guardianes de las puertas de las ciudades de hoy.
Las cumbres de oración tienen gran potencial para comenzar el proceso de cambio radical en la atmósfera espiritual de nuestras ciudades. El subtítulo del libro de Aldrich Prayer Summits [Cumbres de oración] es: Seeking God’s Agenda for Your Community [Cómo buscar la agenda de Dios para su comunidad]. Una característica singular de la cumbre de oración es que los pastores se juntan en un contexto de retiro por cuatro días y no tienen ninguna agenda propia. No tienen una alineación de conferencistas ni ningún programa diario. Casi siempre terminan cantando de 75 a 100 canciones e himnos al día, oran juntos, escuchan a Dios, leen la Escritura y reciben lo que el Espíritu Santo pueda tener para ellos. Uno de los ministerios normales del Espíritu Santo es el arrepentimiento profundo y el perdón. Los líderes están permanentemente unidos para cualquier otra cosa que Dios pueda tener para su comunidad.
Los pastores que asisten a una cumbre de oración son animados a sostener asambleas solemnes en sus iglesias. Son «asambleas convocadas de forma especial, diseñadas para ocuparse de la desobediencia y el pecado en la congregación de una iglesia local».9
Luego de una cumbre de oración y varias asambleas solemnes, los pastores de Portland, Oregón, decidieron cancelar sus servicios vespertinos y reunirse en el Coliseo de Portland a comienzos del 1992. Asistieron unos 13.500 de todas las iglesias y tradiciones para lo que se describió como «La mejor reunión familiar que jamás haya tenido Portland». Dale German, un pastor nazareno, reporta: «La celebración nunca terminó. Cantamos, oramos juntos y aplaudimos a Dios. Todos compartimos la carga. Todos sentimos la opresión espiritual en Portland y el Noroeste. Todos deseamos que la ciudad de Portland sea sacudida por Dios y la justicia».10
Alertas de oración en la ciudad
Aunque no se ha probado extensamente al momento de escribir, uno de los conceptos más prometedores para la oración unida a nivel de toda la ciudad ha surgido de Avery Willis, de la Junta de Escuela Dominical de la Convención Bautista del Sur. Bajo el Curso Unido de Oración 2000 A.D., está desarrollando materiales para ayudar a organizar grupos de oración de las iglesias en cada ciudad para proveer un manto de oración de 24 horas para la comunidad.
Cada grupo de oración se matricula para una semana, lo cual significa que se necesita un total de 168 grupos para cubrir cada ciudad. El diseño es sencillo: cuando cada grupo está a punto de concluir su hora de oración, llaman al próximo grupo para asegurarse de que no se detenga la cadena. Esto tiene el potencial de vincular a todo el Cuerpo de Cristo de la ciudad para un esfuerzo de oración en conjunto semana tras semana, lo que no tiene precedente alguno que yo conozca. Juntamente con los conciertos y las cumbres de oración, puede pavimentar el camino para el cambio permanente en la atmósfera de la ciudad.
Cómo orar en la comunidad
En la década de los noventa Dios está resaltando un concepto, el cual, al menos para mí, es vigorizantemente nuevo. Unos cuantos lo han estado practicando por un tiempo, pero ahora Dios está mostrándole a todo el Cuerpo de Cristo cómo orar en la comunidad.
Los conciertos de oración, las cumbres de oración, las alertas de oración en la ciudad y muchas otras actividades parecidas están creadas para promover la oración por la ciudad. Yo pertenezco a un movimiento llamado «Love L.A.» [Ama a Los Ángeles]. Los pastores se reúnen tres veces al año de 7:00 a.m. a 11:00 a.m. para la oración unida en la Iglesia Presbiteriana de Hollywood y entonces una noche al año en la parte sur central de Los Ángeles en el Centro Cristiano Crenshaw, todos los miembros de la iglesia son invitados. Asisten de 400 a 1.200 pastores y hasta 8.000 laicos se reúnen para orar. En Ama a Los Ángeles oramos por nuestra ciudad.
Por algún tiempo, he estado sintiendo en mi espíritu que Dios estaba tratando de mostrarnos algo nuevo. No que lo antiguo fuera malo o que debía eliminarse. Al contrario, nuestras oraciones por la ciudad necesitan multiplicarse en frecuencia e intensidad. No es y/o, es ambos/y. Concuerdo con lo que escuché a David Bryant decir en la Conferencia estadounidense acerca de la oración a nivel estratégico en 1993: «La oración a nivel estratégico jamás debe efectuarse independientemente de la oración unida para el avivamiento, porque al nivel que Dios gane la batalla dentro de la Iglesia y elimine las fortalezas allí; en última instancia prevalecerán las otras oraciones por la Ventana 10/40».
Cómo derribar las murallas
Unirse en la oración por el avivamiento me resulta tan importante que no olvidaré muy pronto una conferencia de crecimiento eclesiástico en la Segunda Iglesia Bautista de Houston a la cual asistí en la primavera del 1992 en donde escuché a Jack Graham, pastor de la Iglesia Bautista Prestonwood de Dallas, expresar exactamente lo que sentí que Dios estaba mostrándome:
«El avivamiento vendrá cuando derribemos las murallas entre la iglesia y la comunidad».
Me conmoví profundamente en mi espíritu cuando escuché eso. Se ha convertido en lo que creo es una palabra profética para mí personalmente y para el Cuerpo de Cristo en general. Gran parte de lo que Dios desea hacer en nuestras ciudades en los noventa sucederá si obedecemos esta palabra, y recíprocamente gran parte de lo que Dios desea no sucederá si no obedecemos.
Me encanta la manera en que lo dice Jack Graham: «El avivamiento vendrá …» El avivamiento sólo llega. No lo producimos ni lo generamos. Dios envía el avivamiento mediante Su Espíritu Santo.
Pero hay una condición: «cuando derribemos las murallas entre la iglesia y la comunidad». Dios no va a derribar esas murallas por sí mismo. Podría hacerlo a través de Su soberano poder, pero ha elegido no hacerlo. Me imagino que una de las razones podría ser que Él no las colocó en primera instancia. A nosotros nos toca derribar esas murallas.
De todas las iglesias y denominaciones en Londres, Inglaterra, la que ha tenido el impacto más verificable en su comunidad inmediata es el Templo Kensington, de acuerdo con un estudio reciente por marc Europa. El pastor Wynee Lewis ha revelado que en 1982, había 26 asambleas de brujas localizadas dentro de un radio de un kilometro de la iglesia. Ellas habían unido sus fuerzas y declarado: «Vamos a cerrar el Templo Kensington».
Al escuchar esto una mujer de Uganda que era miembro de la congregación se acercó al pastor Lewis con una mirada de indignación y rechazo. Y dijo: «¿Quiénes son las brujas que desean cerrarnos? ¡Averigüe sus direcciones y démelas!» Formó un equipo de oración con intercesores de Gana y Nigeria y salió a la comunidad, sosteniendo reuniones de oración de guerra frente a los centros de las brujas. Y estos cerraron uno por uno. Estas mujeres africanas sabían cómo derrumbar las murallas.11
Como algo aparte, algunos se percatarán de que este libro acerca de la oración relacionado con la iglesia local es el cuarto de la serie Guerrero en oración. Cuando la diseñé creí que este libro podría ser el primero. Pero mes tras mes, no pude comenzarlo aunque tenía todo el material necesario. Entonces Dios me mostró por qué. Me dijo a Su manera que estaba trabajando sólo en la mitad de la presuposición apropiada. Mi idea era hacer un libro acerca de la oración en la iglesia local, parte del cual sería la oración por la comunidad. La mitad que faltaba, me mostró Dios, era la oración fuera de las paredes de la iglesia en la comunidad. Los últimos cuatro capítulos constituyen la mitad que hacía falta anteriormente.
El querer como el hacer
Dios no sólo nos ha dicho que hagamos nuestras oraciones en la comunidad, sino que también nos ha dado algunas maneras excitantes e innovadoras para hacerlo. Además, ¡son divertidas! La oración divertida es un concepto un tanto raro, pero creo que Dios está cumpliendo para nosotros lo que escribió Pablo en Filipenses: «Porque Dios es el que en vosotros, produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Flp 2:13, énfasis mío).
Han surgido cuatro maneras de orar en la comunidad como principales actividades cristianas para los años noventa. Otras podrían aparecer, pero éstas, ahora, están en pie:
• Marchas de alabanza. Estas se concentran en ciudades.
• Caminatas en oración. Concentradas en los vecindarios.
• Expediciones de oración. Estas se enfocan en las regiones.
• Viajes de oración. Estos se concentran en fortalezas.
Una referencia bíblica que creo es una palabra profética para orar fuera de nuestras iglesias hoy es Josué 1:3, dada por Dios a Josué mientras se preparaba para dirigir su pueblo a la Tierra Prometida. Dios dijo: «Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie» (énfasis mío). Creo que Dios nos está aguijoneando fuera de nuestras iglesias a través de conciertos de oración o nuestras cumbres de oración y a nuestras comunidades para orar allí físicamente.
A medida que le obedezcamos, nos estaremos acercando más y más al avivamiento que desea enviar.
Preguntas de reflexión
1. ¿Concuerda con que la Iglesia mundial está en el umbral de un gran reavivamiento? ¿Cuáles son algunas de las cosas que le llevan a esa conclusión?
2. Mire de nuevo el mapa de la «Ventana 10/40». Mencione algunos de los países allí y diga cuáles son las necesidades importantes de oración en ellos.
3. ¿De qué manera sería preciso decir que el evangelismo es guerra espiritual? ¿El «atar al hombre fuerte» salva almas por sí mismo? Hable acerca de esto.
4. Discuta los beneficios de los conciertos de oración y las cumbres de oración. ¿Ha experimentado alguno de ellos o ha escuchado reportes de parte de otros acerca de los mismos? ¿Cree que sería posible sostener un concierto de oración regular en su ciudad? De ser así, llame o escriba a: Concerts of Prayer International, P.O. Box 36008, Minneapolis, MN 55435, Tel: 612-853-1740, Fax: 612-853-8474.
5. ¿Cómo expresaría la crucial diferencia entre orar por su comunidad y orar en su comunidad? ¿Concuerda con que Josué 1:3 podría tener una aplicación directa hoy?
1 R.A. Torrey, How to Work for Christ [Cómo trabajar para Cristo], Fleming H. Revell, Grand Rapids, Michigan, 1901, p. 211.
2 Sue Curran, The Praying Church: Principles and Power of Corporate Praying, Shekinah Publishing Company, 394 Glory Road, Blountville, TN 37617.
3 Alvin Vander Griend, The Praying Church Sourcebook, Church Development Resources, Grand Rapids, Michigan, 1990.
4 Curran, The Praying Church [La iglesia que ora], pp. 27–28.
5 Francés Smyth, «Prayer Ministry» [Ministro de oración], The Alamo City Reflections, 25 de septiembre de 1991, p. 4.
6 Curran, The Praying Church, p. 48.
7 B.J. Willhite, «How to Get Your People to Pray» [Cómo llevar a su pueblo a orar], Ministries Today, noviembre-diciembre 1988, p. 36.
8 Armin Gesswein, «Churches on Fire!» [Iglesias que arden], Alliance Life, s.f.
1 George Otis hijo, The Last of the Giants, Chosen Books, Grand Rapids, Michigan, 1991, pp. 143, 144.
2 Clinton E. Arnold, Powers of Darkness, InterVarsity Press, Downers Grove, Illinois, 1992, p. 159.
5 John Dawson, La reconquista de tu ciudad, Editorial Betania, Miami, Fl., 1991.
6 David Bryant, How Christians Can Join Together in Concerts of Prayer for Spiritual Awakening and World Evangelization, Regal Books, Ventura, California, 1988, p. 13.
8 Joe Aldrich, Prayer Summits, Multnomah Press, Portland, Oregón, 1992, p. 15.
11 Wynne Lewis, «The Supernatural» [El supematural], World Pentecost, Primavera 1993, p. 5.
Wagner, C. P. (1995). Iglesias que oran : Cómo la oración puede revitalizar su congregación y derribar las paredes que la separan de su comunidad. Serie guerrero en oración (108). Nashville, TN EE.UU.