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domingo, 30 de agosto de 2015

Saludaos los unos a los otros con beso santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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¿Cómo reconocer si una iglesia es o no cristiana?

Las características que presentaré a continuación, le ayudarán a entender más, si el lugar en el que Ud. se encuentra congregándose (solo o con su familia) es un lugar verdaderamente cristiano.
En todos los países, en todos los espacios geográficos, cada día aumentan más y más las quejas de personas que se han sentido manipuladas, estafadas, robadas, etc. en iglesias, congregaciones o denominaciones llamadas “cristianas”. Aunque no todas las iglesias llamadas cristianas caerían dentro de lo que sucede a diario, sí existen algunas (en cabeza de sus líderes) que practican tales cosas, y más.
Para saber en qué grado de engaño se encuentra una persona o personas dentro una iglesia llamada “cristiana” debemos entender primeramente el significado de algunos términos, como los siguientes:
  1. Manipulación: Acción y resultado de manipular.
    1. Manipular: Controlar sutilmente a un grupo de personas, o a la sociedad, impidiendo que sus opiniones y actuaciones se desarrollen natural y libremente: ese periódico manipula la opinión pública.
      Es interesante notar que una palabra sinónima de “manipular”, es “adulterar”, la cual significa a su vez, “Falsificar o manipular la verdad”.
  2. Estafa: En derecho, esta palabra significa, “Delito que comete el que, mediante engaño, abuso de confianza o uso de su cargo, se lucra indebidamente”.
  3. Robo: Del verbo robar, el cual, a su vez significa, “Tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea”.
Si hasta este momento está leyendo el artículo o viendo el vídeo, es posible que haya identificado alguno de los términos anteriores.
Si Ud. se encuentra en una iglesia llamada cristiana, y en ese lugar le impiden “que sus opiniones… se desarrollen natural y libremente”, tenga cuidado. Este podría ser uno de los síntomas de que está en el lugar equivocado. Note además que “manipular” es sinónimo de “falsificar o manipular la verdad”.
En el mundo cristiano, este último significado lo aplicaría a que la verdad, o sea, la Palabra de Dios, está siendo falsificada o manipulada para que esta diga lo que quiere decir para el beneficio de un líder o de una organización o grupo de personas, según sea el caso.
Y robar, es cuando algún líder –cualquiera que sea– toma para él o ella lo que no le pertenece, o le hurta a Ud. de cualquier modo que sea, falsificando o manipulando la verdad del evangelio. Recuerde: No importa si Ud. ha entregado dinero, bienes, tiempo, intelectualidad, etc. “sin que haya sido presionado”. Independientemente, si ese líder –hombre o mujer– ha falsificado o manipulado la verdad del evangelio para obtener algo de Ud., simplemente, lo ha robado. Tan sencilla como suena la palabra.
Permítame por favor, anotar las siguientes palabras que son precisas para este tema que estamos tratando:
  • “En este tiempo tenemos un escuadrón de arriesgados a quienes Dios ha fortalecido sus rostros  para articular acorde a la Justicia, verdad y equidad no seamos de los que prefieren comodidades de riquezas obtenidas con hechicería dado que la manipulación es HECHICERIA.
    No es cosa común volvernos a un estilo de vida donde evidenciemos que contamos con el favor de Dios, no por los bienes obtenidos, sino por un actuar honesto donde hacemos valer nuestra palabra y somos hijos de Dios, por la rectitud empleada en todo momento”. Jorge Hernández
Pero, ¿cómo podría saber una persona si está o no en un culto cristiano? ¿Existen algunas características que nos ayudarían a identificar un verdadero culto cristiano de uno falso? ¿Y cuáles podrían ser algunas de esas características? A muchas personas no les gusta preguntarle a alguien si es o no cristiano. Si lograra obtener una respuesta afirmativa, ¿cómo lo identificaría como un “cristiano”?

1. Quienes son verdaderos cristianos

Hoy día, existen muchas personas miembros de grupos no cristianos que se llaman, irónicamente, “cristianos”. Pero esto, es fácil de identificar.
Un cristiano es, obviamente, un seguidor de Cristo. Y un seguidor de Cristo, es discípulo de Cristo. Alguien que cree en TODO lo que Cristo ha dicho y hecho en Su Palabra. Un cristiano es alguien que también imita el carácter de Cristo. Si una persona, que se dice ser “cristiana” sólo cree en Él como un “hombre perfecto”; un “hombre bueno”; un “hombre que hizo muchos milagros”, un “hombre misericordioso”, o un simpe “profeta”, pero NO cree en TODAS las palabras que Él dijo, pues esa persona NO es un cristiano. Generalmente hago este tipo de preguntas a una persona que me dice que es “cristiano”.
Veamos algunos ejemplos:
  • ¿Quién es la verdad?
    • Un culto no cristiano, nunca reconocerá que Jesús es la verdad. Al contrario. Afirmarán que la verdad única es la que ellos enseñan. Además, su iglesia, organización o líder (sea hombre o mujer), es la que tiene la verdad, y si Ud. no se une a ellos, estará perdido por la eternidad. Pero, ¿qué dice Jesús?
      • Juan 14:6: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la VERDAD, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.
        • Si Jesús dice que Él es la VERDAD, entonces todos los líderes, grupos cristianos o no cristianos, están diciendo mentiras. La única VERDAD es el Señor. No puede haber contradicción. La verdad no se representa por un líder –hombre o mujer– mortal, por una iglesia u organización. La verdad la representa la Palabra del Señor, Dios mismo, el cual, se encarnó en la persona de Jesucristo.
  • ¿Quién es el único mediador?
    • 1ª Timoteo 2:5: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.
      • Los cristianos, SÓLO necesitan a Jesús para llegar a Dios. El grupo o persona que afirma que necesita a alguien más o algo más para llegar a Dios o al mismo Jesús, está mintiendo.
  • ¿Quién nos perdonó y por medio de quién lo hizo?
    • Romanos 3:23-26: “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. 24 Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. 25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, 26 porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y declara a los pecadores justos a sus ojos cuando ellos creen en Jesús”.
      • Aquellos líderes que le piden a sus miembros hacer “obras” para que Dios pueda perdonarles sus pecados, están mintiendo también. El cristiano verdadero ya ha sido liberado del castigo eterno de nuestros pecados, delante de Dios por medio de Jesús. Quienes les dicen a sus miembros que deben hacer “obras” para conseguir la justicia de Dios, o para sostener una salvación, son, simplemente mentirosos. La Palabra enseña lo contrario.
  • ¿Quién dice que Él y el Padre son uno?
    • Juan 10:30, registra las palabras de Jesús: “Yo y el Padre uno somos” (Énfasis añadido).
Y así, podría seguir. Pero por lo pronto le pregunto: ¿Tiene Ud. al verdadero Jesús? ¿Tienen los miembros de su organización o iglesia, o congregación al verdadero Jesús? Lo que piensan sus “hermanos” acerca de Jesús es demasiado importante para saber si Ud. está o no en el lugar equivocado. Si no apoyan la simple doctrina de quién es Jesús presentada anteriormente, mi consejo es: Salga de ese lugar. Esas personas no tienen al verdadero Jesús.

2. Cuáles son las doctrinas fundamentales de su iglesia, grupo u organización


Es interesante ver cómo un gran porcentaje (diría casi un 90%) de miembros de una iglesia, grupo u organización NO tienen la más mínima idea de lo que sus organizaciones piensan o en lo que creen. Conocerlo después, puede ser demasiado tarde. Recuerde que la eternidad es demasiado tiempo para estar equivocado. Toda iglesia, grupo u organización, tiene que tener por escrito las cosas en las que ellos creen; y si tienen alguna clase de aprobación por los entes de control de sus respectivos países, es porque tuvieron que presentar por escrito lo que piensan, ya sea, en forma de estatutos, reglamentos u ordenanzas.
Ahora bien, en estos estatutos, deberán establecer las doctrinas fundamentales de la fe cristiana (en caso de que sean verdaderamente cristianos). El saber si estas organizaciones sí creen en las doctrinas fundamentales de la fe cristiana, le ayudará a reconocer si Ud. está o no en el lugar equivocado. No le de miedo preguntar si estas personas creen o no en esas doctrinas (las cuales enumeraré en un momento.) Total, si no le permiten hacer estas preguntas, entonces, lo estarán controlando. Y lo mejor, es salir de ese lugar. Pero si Ud. pregunta, y comprueba que efectivamente sí tienen estas doctrinas fundamentales, esto, le dará algo más de confianza. Si no apoyan las siguientes doctrinas, podremos decir –una vez más– que está en el lugar equivocado.
Generalmente las doctrinas fundamentales se encuentran en la declaración de fe de una iglesia, grupo u organización. Si no ve estas doctrinas exhibidas en algún lugar dentro de la iglesia, pregunte por ellas, ya que estas doctrinas deberían (como afirmé anteriormente), encontrarse en los estatutos de esa iglesia, grupo u organización. Recuerde además, que los estatutos del lugar donde se congrega NO son privados. Son públicos y deben darse a conocer a todos y cada uno de los miembros de la iglesia o a las personas que tengan intención de adherirse a ese lugar. Si le responden que Ud. no es miembro de ese lugar y que no tiene derecho a leer los estatutos de ellos, tenga cuidado. Mi consejo particular es: Salga de ese lugar. Repito: el acceso a esos documentos NO es privado.
  1. La Biblia es la inspirada Palabra de Dios y es la autoridad final en todo lo que trata. Los grupos verdaderamente cristianos NO cuentan con otros libros supuestamente “inspirados” o “revelados”. Un verdadero culto cristiano SÓLO cuenta con la Biblia. Repito: Sólo tiene la Biblia, ya que esta, es suficiente y autoridad final en todo lo que trata.
  2. Hay un solo y único Dios en toda la existencia y en todo tiempo.
  3. La doctrina de la Trinidad que afirma que hay un solo Dios en tres Personas, eternales y distintivas. Y estas tres personas son: Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo. Tres Personas distintas, pero un solo Dios verdadero.
  4. Que Jesús nació de la virgen María y que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
  5. La Deidad de Cristo: Jesús es tanto divino como humano y que todavía, como mediador, es un hombre.
  6. Que Jesús murió en la cruz y resucitó de entre los muertos con el mismo cuerpo con que murió; pero en un cuerpo glorificado.
  7. Que la salvación es por gracia por la sola fe; no por fe + bautismo; tampoco por fe + obras.
Los cultos no cristianos rechazarán todos o casi todos los puntos antes enumerados. Tenga cuidado.

3. Dinero

Este es el tema más difícil en todos los cultos cristianos o no cristianos. Un verdadero culto cristiano nunca exigirá ni el pago de diezmos, ni el pago de ofrendas. Tampoco exigirá o pedirá a sus miembros que por “módicas sumas” adquieran el material que necesitan para “evangelizar”. Una organización realmente cristiana tampoco contratará a sus miembros para que trabajen de gratis en sus organizaciones, mientras unos cuantos se lucran económicamente.
El diezmo –y regresando al tema del dinero– es del Antiguo Testamento. Aunque el mismo Señor lo menciona en el Nuevo Testamento, Él NUNCA lo hizo con referencia a los gentiles. Siempre le habló a Su pueblo, a Su nación Israel. De hecho, la ofrenda tampoco es obligatoria.
Quisiera saber, ¿en dónde encajan los gentiles en estas palabras dada por Jesús sólo a los judíos acerca del diezmo para la nación de Israel?
  • Lucas 11:42: “Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello”.
Solo para ilustrar otro punto. Cuando su líder supuestamente “cristiano” le dice que traiga los diezmos al alfolí, y tiene una simple caja de madera con una ranura para depositar el dinero; simplemente, lo está robando. Porque esa caja, no es un alfolí. ¿Sabe Ud. lo que es el alfolí? En el concepto bíblico, el alfolí era una especie de receptáculo o granero que se usaba para que el pueblo de Israel depositara sus ofrendas y diezmos de todas sus cosechas.

4. Siembra

La famosa “siembra” no es bíblica. Y menos, la “siembra” de dinero. Las veces que la Palabra de Dios menciona “siembra”, se refiere –particularmente en el Nuevo Testamento– a Su Palabra. Nunca de dinero.
Si en una iglesia, congregación u organización le hablan de “siembra”, mi consejo es el mismo: Salga de ese lugar.
Un cristiano, tampoco le “siembra” a otro cristiano. Y menos le “siembra” dinero. Si su líder le menciona a Ud., o los secuaces del líder le mencionan que su pastor o pastora tiene una necesidad de cambiar su carro o su apartamento o casa, o que tiene necesidad de un “mercadito”, y que Ud. al sembrar en él o ella recibirá el 100% o el 70% o el 30% porque es su obligación debido al esfuerzo que ellos hicieron al sembrar en Ud. ¡¡ojo con eso!! Eso es del diablo. Eso no proviene de Dios.
Si un pastor le dice que si “siembra” en tal o cual ONG y que recibirá de parte de Dios el doble o el triple, no sea tonto. No se deje engañar. Piense en lo siguiente. Dentro del marco legal de las finanzas, los únicos que dan dividendo son los bancos, o las acciones en una empresa; o dinero a término fijo; pero NUNCA le pagarán más de lo que ha estipulado el gobierno en la tasa de interés para los casos anteriores. Todo lo que no esté contenido dentro de ese marco legal es, simplemente ilegal. Y si Ud. lo hace, es tan bandido como el que lo invitó a hacerlo. Si Ud. cree en las palabras de un determinado pastor, es, o un iluso o es una persona ambiciosa. Mejor busque una pirámide. O prepárese a perder su dinero. Pero por favor, no se lamente después. Si encuentra en la Biblia un ejemplo de un pastor o anciano con el toque de Midas (o sea, que todo lo que tocaba lo convertía en oro), recogeré mis palabras. Pero si lo escucha de un pastor o de una pastora, mi consejo es el mismo: Salga de ese lugar. Está en medio de lobos.
  • Mateo 13:37: “Jesús les dijo: «El que siembra la buena semilla de trigo soy yo, el Hijo del hombre. (Traducción en lenguaje actual – TLA).
  • Marcos 4:14: “El sembrador es el que siembra la palabra”.
El sembrador, es entonces, la persona que siembra la palabra. No la que “siembra” el dinero. Y en este y en todos los casos, es el Señor quien siembra la palabra cuando nosotros la predicamos.
Note lo que la Palabra nos advierte acerca de la avaricia:
  • Colosenses 3:5: "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría".
  • Hebreos 13:5: "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré" (Énfasis añadidios).

5. Pactos

Esta es otra manera de cómo los lobos vestidos de ovejas les roban a los incautos. Dios hizo dos pactos: El del Antiguo y el del Nuevo Testamento. Este último lo selló con la sangre de Su Hijo, la cual fue suficiente para obtener todo lo que un hijo de Dios necesita. Y en ambos casos Dios fue quien inició estos pactos. NUNCA estos pactos fueron iniciativa del hombre. ¿Qué le hace a Ud. pensar que una criatura –así sea llamada hijo de Dios por la adopción– va a presentar ante Dios un dinero para pactar por la salvación de un miembro de su familia, una enfermedad, una casa, un carro o la beca? Entonces, ¡¡Ud. es un ignorante de las Escrituras!! ¿Ud. cree que Dios puede ser comprado por una ofrenda de dinero cuando ya la ofrenda de sangre fue presentada para perdón de pecados, y que por eso tenemos todas las bendiciones tanto las del cielo como las de la tierra?
  • Lucas 22:20: “De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”.
  • 2ª Corintios 3:6: “el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”.
  • Hebreos 8:6: “Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas”.
Si este nuevo pacto es establecido “sobre mejores promesas”, cualquier pacto que Ud. pretenda hacer de propia iniciativa, es decirle a Dios, que lo que Él hizo NO fue suficiente para Ud. o su familia; por lo tanto, se convierte en un incrédulo. Tal cual.

6. Profecías

¿Está asistiendo a una iglesia donde de entrada y sin conocerlo le dan “profecía” a sus oídos o a viva voz? Permítame decirle que eso NO es bíblico. Ni en el tabernáculo, ni en el templo en Israel, ni en las sinagogas o en las iglesias del Nuevo Testamento, los “hermanitos” o “hermanitas” se paraban en las puertas de acceso a esos lugares a “darles profecía” a los que llegaban. Pregunte por la base bíblica de esa abominable y maldita mentira de algunos cultos y líderes mal llamados cristianos.
Si hoy en día se aplicara la Ley como en el Antiguo Testamento, estos mal llamados “profetas” debían morir apedreados:
  • Deuteronomio 18:20-22: »Si aparece alguno que diga traer un mensaje de parte de Dios, y que en realidad no haya sido enviado por él, deberán matarlo. Lo mismo deberán hacer con cualquier profeta que aparezca con mensajes de otros dioses. 21 »Ahora bien, si ustedes se preguntan cómo saber si una persona trae o no un mensaje de parte de Dios, sigan este consejo: 22 Si el profeta anuncia algo y no sucede lo que dijo, será señal de que Dios no lo envió. Ese profeta no es más que un orgulloso que habla por su propia cuenta, y ustedes no deberán tenerle miedo» (Traducción en lenguaje actual – TLA).
Y finalmente,

7. La disciplina

¿Conoce Ud. los estatutos del lugar donde se está congregando? ¿Sabe Ud. cómo aplican la disciplina bíblica, si es que la aplican? A través de nuestra página recibimos correos de personas que preguntan sobre el tema de la disciplina cuando un hermano o hermana cae en pecado repetitivo. Pero cuando les pregunto, ¿qué dicen los estatutos de la iglesia? No saben nada de esos estatutos. Es más, desconocen que en los estatutos se debería mencionar el tema de la disciplina.
¿Y qué hemos visto? Casos de disciplinas que no tienen nada qué ver las Escrituras. Son sólo normas de hombres. Note Ud. cómo en las iglesias cristianas se puede aplicar una disciplina de conveniencia: Al Pastor que cayó en adulterio, lo disciplinan un año enviándolo a ser restaurado a un lugar paradisiaco; (con todos los gastos pagos por la congregación), y al hermano que fue acusado de “rebelión”, lo sientan por dos años y le quitan todos los privilegios, incluida la cena del Señor.
¿Qué hacer en un caso de disciplina? Ante todo compare los estatutos de la iglesia con el concepto bíblico de disciplina. Y si ve que esos estatutos van en contra de lo que enseña la Escritura, hable con el pastor, con la junta o con quien esté a cargo de la iglesia, pero por favor, no se quede callado. Si lo hace también está cometiendo pecado.

CONCLUSIÓN

Los anteriores puntos, son solo algunos de los tantos problemas que se presentan en las congregaciones llamadas cristianas. Más adelante ampliaremos cada uno de los temas, profundizando en las Escrituras lo que se debe y lo que no se debe hacer.
Tristemente, muchos que se llaman "cristianos", que creeríamos que aman verdaderamente al Señor, son sometidos, volviéndose dependientes de simples mortales que se llaman a sí mismos “pastores”, porque NO tienen conocimiento de Dios.
  • 2ª Corintios 4:6: Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos la grandeza de Dios. (Traducción en lenguaje actual – TLA).
¿Conoce Ud. la grandeza de Dios por el único medio que nos mostró en Jesucristo? ¿O cree Ud. que es su pastor, pastora u organización quien le dará conocer esa grandeza? Si así lo cree, recuerde una vez más: La eternidad es demasiado tiempo para estar perdido.
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domingo, 21 de abril de 2013

El Dar: Un sentimiento muy explotado por Reverendos - Estudia y Actúa

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
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LA HISTORIA DEL ENGAÑO LUCRATIVO 
 A lo largo de la historia del cristianismo y de cualquier otra religión, ciertos individuos han pensado en usar la fe y la credulidad para obtener beneficios y acentuar su deseo de riquezas o de poder. Para ello han diseñado fórmulas diversas que van desde la fabricación de ídolos, hasta la imposición de cargas económicas a cambio de una bendición espiritual.

 Podemos citar, para no ser muy extensos, dos hechos bíblicos al respecto. El primero ocurrió en Efeso, donde los fabricantes de ídolos de la diosa Diana produjeron un gran alboroto (Hechos 19:23-41) al ver que las prédicas de Pablo ponían en peligro sus fuentes de ganancias basadas en la superstición y las bendiciones existentes en una imagen hecha en plata de esa diosa “Diana”, patrona de los Efesos. Demetrio, un influyente platero de esa ciudad instigó al pueblo contra los cristianos, porque sus enseñanzas eran anti-ídolo y anti fetiche, perjudicaba su negocio, pues dice la Palabra que él mismo les generaba “mucha ganancias” (Hechos
19:25). La acusación propuesta contra los cristianos fue de sedición, y por lo tanto, los intereses creados dominaron[1] sobre la verdad y la razón.

 La segunda historia que refleja un espíritu de chantaje espiritual fue el caso de  Simón el Mago. Él había hecho de la magia, engaño, adivinación y los fenómenos sobrenaturales un medio de ganancia. Noten que la Biblia declara que las fórmulas usadas por el mago eran falsas: “Porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo”  Hechos 8:11. Es evidente que usaba su “supuestos poderes divinos” para explotar la fe de los ingenuos para beneficio propio. Al ver Simón el poder del mensaje de Felipe, aparentemente se convirtió, (Hechos 8:12-13) pero en el fondo pensó “es buen negocio ser cristiano y explotar los dones espirituales“. Así que al llegar los apóstoles a Samaria para apoyar el ministerio de Felipe, y éstos mediante la imposición de manos impartieron el Espíritu Santo, (8:17) llevó a Simón a pensar que si buscaba esta forma de poder podría obtener más beneficios, y propuso:“–Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo” (Hechos 8:19). ¿Quería en realidad Simón compartir la bendición, o más bien estaba buscando una forma de hacer negocio con los dones del Espíritu? La respuesta está en las palabras del apóstol Pedro:
“Entonces Pedro le dijo:–¡Tu dinero perezca contigo, porque has pensado obtener por  dinero el don de Dios!  Tú no tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios” (Hechos 8:20-21). ¿Por qué no era recto delante de Dios? Porque quería volver a sus andadas, a hacer dinero a base de las cosas espirituales, explotar la fe.

Siempre el cristianismo se ha visto amenazado por la manipulación mercantil. Con la conversión de Constantino, lo cual trajo más males que bienes a la Iglesia, se comenzó a proliferar el culto a las osamentas de los mártires. A partir de ahí comenzó a hacer negocio de todo aquello que tenía un matiz religioso. Aparecieron las reliquias portadoras de bendición y perdón de los mártires. Al respecto escribe Juan Eslava Galán, católico y crítico español de este fenómeno: “El fetichismo mágico de las reliquias, alentado por la jerarquía eclesiástica que obtenía de él buenos dividendos, tanto espirituales como dinerarios, fue en aumento hasta transformarse en obsesión. Hasta tal punto que a veces la codicia de una reliquia justificó extorsiones, asesinatos y hasta guerras“[2]. Y fíjense hasta donde llegó lo absurdo que incluso “las reliquias más peregrinas hicieron su aparición en cantidades sorprendentes. En el obispado de Maguncia, dentro de artísticos relicarios, se veneraban plumas y huevos del Espíritu Santo. En otro santuario había estiércol del
estercolero del santo Job, un producto que, según la autorizada opinión de san Juan Crisóstomo [aumenta la sabiduría y fortalece la paciencia]“[3].

El mercantilismo con las reliquias des-cabelló a muchos. Una de ellas fue la madre del Emperador Constantino, llamada Helena, y hecha santa por la iglesia católica, la cual afirmaba poseer uno de los clavos con los cuales Jesús fue crucificado[4]. En el Santuario de Sangüensa, en Navarra, España, se venera una supuesta pluma del arcángel san Gabriel.

¿Qué se buscaba con el culto a las reliquias? Atraer peregrinos y obtener ingresos. Convertir el lugar en un centro de fama y poder. A veces para entrar y ver una de estas reliquias se debía aportar una suma determinada de dinero. Si un noble la deseaba poseer para su ciudad, debía pagar a las arca de la Iglesia una gran suma. Era un medio de obtener ganancias económicas de forma indecorosa, explotando la fe de la gente. Alrededor de estos objetos fraudulentos, como la sábana santa[5], el Grial de Cristo[6], la supuesta madera de la cruz etc., se entretejían cuentos fantásticos que rompían la lógica bíblica y humana[7] para producir un gran negocio religioso.

No podemos negar que en todas las épocas y de muchas maneras se ha tratado de anular la forma bíblica de dar, para introducir  fórmulas contrarias a la Palabra, como la de usar objetos, fetiche, indulgencias y ceremonias paganas, con las cuales se sobornaba a Dios para que perdonara y otorgara gracia a los que no deseaban arrepentirse y vivir rectamente, de acuerdo a sus postulados, buscando el camino fácil de “comprar la bendición, o el objeto que portaba ésta”.

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domingo, 3 de marzo de 2013

El Diezmo o la ofrenda?: Un debate que lleva chispas

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
. El diezmo¿De què?
.
El diezmo es abolido por el nuevo pacto 

Heb 8.13 Cuando Dios nos habla de un nuevo pacto es porque ha declarado viejo al primero; y a lo que esta viejo y anticuado, poco le falta para desaparecer. Heb 7.18 Así que el mandato anterior quedo cancelado porque era débil e inútil, pues la ley de Moisés no perfecciono nada, y en su lugar tenemos una esperanza mejor.

Heb 8.7 Si el primer pacto hubiera sido perfecto, no habría sido necesario un segundo pacto. Pero Dios encontró imperfecta a aquella gente. El Señor dice: Vendrán días en que haré un nuevo pacto con Israel y con Juda. Este pacto no será como el que hice con sus antepasados.

Ga 3.10 Quienes ponen su confianza en la ley de Moisés, están bajo maldición, porque la escritura dice: Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que esta escrito en la ley.

Ga 3.13 Cristo nos libro de la maldición de la ley, pues el fue hecho objeto de maldición por causa nuestra, porque la escritura dice: Maldito todo el que muera colgado de un madero.

El diezmo pertenece a la ley de Moisés que es el viejo pacto, débil, inútil, imperfecto, bajo maldición, que tiene que desaparecer, y que ha sido cancelado con la muerte del Señor en la cruz y la llegada del Espíritu Santo el día de Pentecostés, fue un pacto hecho con el pueblo de Israel, no con nosotros . El pacto de Dios no es un menú espiritual donde uno puede escoger lo que mas le gusta, tampoco se puede mezclar uno con otro como quien hace un cóctel de bebidas, no puedes cumplir una cosa y dejar otra porque te haces culpable de todo lo demás.

Stg 2.10 Porque cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se hace culpable de todo.

Jesús dijo en Mt 5.18 Pues les aseguro que mientras exista el cielo y la tierra, no se le quitara a la ley ni un punto, ni una letra, hasta que suceda lo que tiene que suceder. Lo que tiene que suceder es la llegada del nuevo pacto y no el fin del mundo como algunos han querido decir. En el fin de los tiempos, no necesitaremos más pactos.

Gal 5.2 Escúchenme: Yo Pablo les digo que si ustedes se someten al rito de la circuncisión, Cristo no les servirá de nada. Quiero repetirle a cualquier hombre que se circuncida que esta obligado a hacer todo lo que manda la ley de Moisés. Ustedes, los que buscan quedar libre de culpa cumpliendo la ley, se han apartado de Cristo, se han separado del amor de Dios.

De la misma manera si nos sometemos a la teoría del diezmo Cristo no nos sirve para nada. ¿Porque le dices no a la circuncisión y al diezmo si?,
Gal 5.12 Pero esos que los andan perturbando a ustedes, ojala se castraran a si mismos de una vez.

Pablo esta tan molesto con los que han querido mezclar la ley de Moisés con el nuevo pacto, que les aconseja que en vez de cortarse el prepucio solamente, se mutilen. Pidiéndole a los creyentes que traigan sus diezmos al alfolí y que Dios les va a abrir la ventanas del cielo, el muy cacareado pasaje de Malaquias 3.10 estamos mezclando el viejo pacto con el nuevo y anulando la sangre de Jesús.
Ga 2.21 No quiero rechazar la bondad de Dios; pues si uno pediera quedar libre de culpa por obedecer la ley, Cristo habría muerto inútilmente

¿Para que sirvió el viejo pacto?

Ga 3.19 Entonces, ¿para que sirve la ley de Moisés? Fue dada, para poner de manifiesto la desobediencia de los hombres, hasta que viniera esa descendencia.
Ro 3.20 ...Ya que la ley solamente sirve para hacernos saber que somos culpables.
Ro 10.4 Porque la ley se cumple en Cristo para librar de culpa a todos los que tienen fe.
Ga 3.23 Antes de venir la fe, la ley nos tenia presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer. Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo.
Ef 2.15 Cristo puso fin a la ley que consistía en mandatos y reglamentos, y formo de los dos pueblos un solo pueblo, unido a El, así hizo la paz con su muerte en la cruz.

Cuando Jesús les dice a los maestros de la ley y a los fariseos en Mt 23.23 que deben seguir guardando la ley y el diezmo, esta hablando con judíos no con nosotros que somos los paganos. Además que el mismo Jesús estaba sometido a la ley. Ga 4.4 Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés, para dar libertad a los que estábamos bajo esa ley. Cuando Jesús mando a sus discípulos a anunciar el reino, les dio estas instrucciones: Mt 10.5 No vayan a la regiones de los paganos, todavía no estamos nosotros en esta película, anuncien que el reino de Dios se ha acercado, solo que se ha acercado, ustedes recibieron gratis este poder no cobren tampoco por emplearlo. Dios es bueno, da gratis como en el pacto de Adán, que fue un pacto sin promesa por que ya se lo había dado todo, antes que Adán hiciera nada bueno ni malo. El no necesita que tú le des ningún dinero para bendecirte. El te bendijo hace mucho tiempo, no te dejes asustar. Ef 1.4 Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo. Y otro detalle muy importante es que no les había dado el Espíritu Santo todavía. Mt 10.1 Jesús llamo a sus discípulos, y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades. No te olvides que en este grupo también iba Judas que era descendencia de Satanás, no podía llevar el Espíritu Santísimo de Dios.

Nosotros entramos en escena después de su muerte en la cruz. Mr 16.15 Vayan por todo el mundo y anuncien a todos este mensaje de salvación, el que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado. Para todo el mundo, aquí esta la promesa que le hizo a Abraham en Gn 12.3.. Por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo. Amen.

Quien te enseño que un cristiano tiene que diezmar, circuncidarse o guardar el día de reposo. Pablo le dice a los gálatas estupidos dos veces y al apóstol Pedro hipócrita por querer volver a la ley de Moisés.
Ga 3.1 Galatas estúpidos, ¿quien los embrujo? En nuestra predicación hemos mostrado ante sus propios ojos a Jesucristo crucificado. Solo quiero que me contesten a esta pregunta:¿ Recibieron ustedes el espíritu de Dios por obedecer a la ley de Moisés o por haber creído en el mensaje que oyeron?. Tan estúpidos son ustedes, que habiendo comenzado con el Espíritu quieren ahora terminar con esfuerzos puramente humanos.

La influencia de la ley había sido tan fuerte, que hasta el apóstol Pedro estaba confundido y se había dejado influenciar por el grupo de Santiago, el hermano del Señor que insistía en guardar la ley de Moisés, Pablo los llama fanáticos de la circuncisión.

Ga 2.11 Pero cuando Pedro fue a la ciudad de Antioquia, lo reprendí en su propia cara, porque lo que estaba haciendo era condenable. Pues primero comía con los no judíos, hasta que llegaron algunas personas de parte de Santiago; entonces comenzó a separarse, y dejo de comer con ellos, por miedo a los fanáticos de la circuncisión. Y los otros creyentes judíos consintieron también con Pedro en su hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejo llevar por ellos.

De mas esta decir que estos hombres llegaron a entender el mensaje de salvación hasta morir por el.

El Sumo Sacerdote de la clase de Melquisedec

He 7.26 Así pues Jesús es precisamente, el sumo sacerdote que necesitamos. El es santo, sin maldad y sin mancha, apartado de los pecadores y puesto más alto que el cielo.

He 7.12 Porque al cambiar el sacerdocio, también se tiene que cambiar la ley.

He 7.22 De este modo, Jesús es quien garantiza un pacto mejor que el primero, los otros sacerdotes fueron muchos porque la muerte les impedía seguir ejerciendo su oficio, pero como Jesús no muere su oficio sacerdotal no pasa a ningún otro. Por eso puede salvar para siempre.

El sacerdocio no es transferible como nos enseñaron durante mucho tiempo, ninguna institución te puede condenar ni salvar, solo la sangre preciosa de Jesús salva. 1Pe 1.18 Ustedes saben muy bien que el costo de esa salvación no se pago con cosas corruptibles, como el oro y la plata sino con la sangre preciosa de Cristo. Ga 1.8 Pero si alguien les anuncia un mensaje de salvación distinto del que les hemos anunciado, caiga bajo maldición.

La ley de Moisés termino, y con ella terminaron también el diezmo, los levitas, los sacerdotes, los templos, los sacrificios, etc., etc. EL Espíritu Santo no busca palabras bonitas cuando se trata de defender el mensaje de salvación y llama basura a todo lo demás. Fl 3.5 Me circuncidaron a los ocho días de nacer, soy de raza israelita, pertenezco a la tribu de Benjamín, soy hebreo e hijo de hebreos. En cuanto a la interpretación de la ley judía, fui del partido fariseo, era tan fanático, que perseguí a los de la iglesia, nadie tuvo nada que reprocharme, pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor. Aun más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y a todo lo considero basura a cambio de ganarlo a el y encontrarme unido a el. No busco quedar libre de culpa por la obediencia de la ley, sino por medio de la fe en Cristo.

El apóstol Pablo dice que ahora que tenemos a Jesús, la ley y el diezmo son basura para el y que lo perdió todo: esto es para los que todavía están buscando bendiciones materiales en el nuevo pacto. La verdadera riqueza y abundancia esta en el Espíritu Santo. Ro 10.12 Pues el mismo Señor, es Señor de todos y da con abundancia a todos los que le invoquen. Por eso es lo que dice . Todos los que invoquen el nombre del Señor , alcanzaran la salvación. Jn 7.37 ...Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. Como dice la escritura, del corazon del que cree en mi brotaran ríos de agua viva. Jn 10.10 El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Vida en abundancia es el Espíritu Santo, no el dinero como dicen los pastores que predican prosperidad, ofendiendo así al Espíritu Santo de Dios. El Rey de Reyes nació en un pesebre entro en Jerusalén en un burrito prestado y no tenia donde recostar su cabeza. El burrito significa que vino a servir, no a ser servido.

El sacerdocio de Aarón tenía la tribu de levi que cobraba el diezmo, mataban los animales para el sacrificio por los pecados de pueblo y también apedreaban a los que no cumplían con la ley de Moisés. El sacerdocio de Melquisedec tiene la salvación y el Espíritu Santo como garantía porque el Señor pago en la cruz por los pecados del mundo, quiere decir que terminaron los sacrificios de animales o sea la tribu de levi perdió su empleo y el diezmo que era su salario. Si los pastores siguen aferrados a estas cosas están pisoteando la sangre de Jesús. Ga 1.10 Yo no busco la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios. Si yo quisiera quedar bien con los hombres , ya no seria un siervo de Dios.

EL NUEVO PACTO, EL ESPIRITU SANTO Y LA OFRENDA

Jer 31.31 El Señor afirma: vendrá un día en que haré un nuevo pacto con Israel y con Juda. Este pacto no será como el que hice con sus antepasados, cuando los tome de la mano para sacarlos de Egipto porque ellos no cumplieron mi pacto, a pesar de que yo era su dueño. Yo, el Señor lo afirmo. Este será el pacto que haré con Israel en aquel tiempo: pondré mi ley en su corazon y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor lo afirmo. Ya no será necesario que unos a otros amigos y parientes tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el mas grande hasta el mas pequeño me conocerán. Yo les perdonare su maldad y no me acordare más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo.

Esta profecía esta en el libro de Jeremías que fue escrito aproximadamente 600 años antes del nacimiento de Jesús. Nos anuncia el nuevo pacto que tiene la sangre del Señor cuando dice" perdonare su maldad"; tiene el Espíritu Santo cuando dice” pondré mi ley en su corazon". Es un pacto distinto, no será como el primero; describe una de las características del espíritu de Dios que va ha estar en nuestro corazon,'' Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para conocerme'' . Jn 15.25 ..Pero el Espíritu Santo, el defensor que el padre va a enviar en mi nombre, les enseñara todas las cosas. 1Jn 2.20 Cristo les ha dado ha ustedes el Espíritu Santo, y todos ustedes tienen conocimiento. 2.27 Pero ustedes tienen el Espíritu Santo que Jesucristo les ha dado, y no necesitan que nadie les enseñe.
También estas tres veces la frase que se puede decir que es un sello de que así será: Yo el Señor lo afirmo

Quiere esto decir que solo los pastores o sacerdotes tienen el Espíritu Santo? Mi Biblia dice que no, o sea que el sistema de culto que conocemos hoy y que heredamos de Roma donde un solo hombre controla todo y habla los domingos desde el pulpito ha veces para miles de cristianos que son salvos y tienen también el Espíritu de Dios, enseña que los creyentes tendrán que someterse en todo a la supuesta autoridad espiritual. El apóstol Pablo habla de su autoridad, porque el vio la luz gloriosa del Señor, fue llevado al tercer cielo y murió por el nombre de Jesús. Quien le dio ese poder a las instituciones???

Si todos tienen el Espíritu Santo, porque solo uno trasmite mensajes de parte de Dios? 1Cor 14.26 igualmente si se trata de comunicar mensajes de parte de Dios, que hablen dos o tres, y que los otros consideren lo que haya dicho, pero si Dios le revela algo a otra persona que esta allí sentada, entonces el primero debe dejar de hablar. De esta manera todos , cada uno en su turno correspondiente, podrá comunicar mensajes de parte de Dios, para que todos aprendan y se animen.1Co 14.34 Las mujeres deben guardar silencio en el culto de la iglesia.

En el culto judío estaba prohibido que las mujeres hablaran; en el culto cristiano, las mujeres y también los hombres deben guardar silencio. No culpen a sus pastores por esta tiranía de la palabra, esto salio de las grandes instituciones que tienen autoridad, dominio y poder sobre el pueblo de Dios.

LA OFRENDA

1Co16.1 En cuanto a la colecta para los hermanos en la fe, háganlas según las instrucciones que les di a las iglesias en la provincia de Galacia. Los domingos, cada uno de ustedes debe apartar, según lo que haya ganado, y guardarlo para que cuando yo llegue no se tengan que hacer colectas.

Según lo que haya ganado, no sabemos cuanto, ni nadie tiene autoridad para decirte cuanto, es como tu decidas en tu corazon generosamente porque el Espíritu de Dios ahora vive dentro de ti . Amen 2Co 8.7 No les digo esto como un mandato

2CO 9.5 ...La colecta de ustedes estará dispuesta como una muestra de generosidad, y no como una muestra de tacañería, acuérdense de esto: el que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazon, y no de mala gana, porque Dios ama al que da con alegría. Dios puede darles a ustedes toda clase de bendiciones, para que tengan siempre lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras. La escritura dice: Ha dado generosamente a los pobres y su justicia permanece para siempre. Dios que da la semilla que se siembra y el alimento que se come, les dará a ustedes todo lo necesario para la siembra, y la hará crecer, y hará que la generosidad de ustedes produzca una gran cosecha. Así tendrán ustedes toda clase de riquezas y podrán dar generosamente. Y la colecta que ustedes envíen, será motivo de que por medio de nosotros los hermanos den gracias a Dios. Porque al llevar esta ayuda a los hermanos, no solamente le llevamos lo que les haga falta, sino que también los movemos a dar muchas gracias a Dios y ellos alabaran a Dios, pues esta ayuda les demostrara que ustedes obedecen al evangelio de Cristo. También ellos honraran a Dios por la generosa contribución de ustedes para ellos y para todos. Y además oraran por ustedes con mucho cariño, por la gran bondad que Dios les ha mostrado a ustedes. Gracias a Dios porque nos ha hecho un regalo tan grande que no tenemos palabras para expresarlo.

Si Dios te da una gran cosecha es para que puedas dar generosamente, no para que la guardes, lo que tu crees que te sobra le pertenece a otro. 2Co 8.12 ..Ahora ustedes tienen lo que a ellos les falta. Los ricos no quieren oír este mensaje.

La ofrenda cuando es para ayudar a los pobres dice el Espíritu Santo que va a producir 7 cosas: cubrir sus necesidades materiales, acción de gracias, alabanza, testimonio de obediencia al evangelio, honra para Dios, oración con mucho cariño, se vera la gran bondad de Dios. La gran bondad de Dios es la causa de nuestra salvación Hech 15.1 Nosotros creemos que somos salvos gratuitamente por la bondad del Señor. Nosotros recibimos gratis porque el Señor hizo una ofrenda, la más grande de todas, ofreció su cuerpo para salvar a muchos y también recibió 7 dones en el cielo. Rev 7.9 después de esto, mire y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos, iban vestidos de blanco y llevaban hojas de palmeras en las manos. Todos gritaban con voz fuerte: La victoria es de nuestro Dios, que esta sentado en el trono, y del Cordero. Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se inclinaron delante del trono hasta tocar el suelo con la frente, y adoraron a Dios diciendo: Así sea, la alabanza, la gloria, la sabiduría, la gratitud, el honor, el poder y la fuerza sean dados a nuestro Dios por todos los siglos. Así sea.

O sea que somos salvos por una ofrenda. Jesús hizo muchos milagros de curaciones pero el más grande fue el que hizo en la cruz del calvario donde nos curo a todos y para siempre. Amen. Ef 1.6 Por esta causa alabamos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. En su gran amor Dios nos a liberado por la sangre que su Hijo derramo, y ha perdonado nuestros pecados. Dios nos ha mostrado su amor dándonos toda sabiduría y entendimiento.

Anteriormente en el capitulo 5 versículo 11 de revelación dice: El cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza Puedes ver que la palabra riqueza fue cambiada por gratitud en la lista del capitulo 7. Esta riqueza es la abundancia del Espíritu Santo 2Co 8.9 Porque ya saben ustedes que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa de ustedes, para que por su pobreza fueran ustedes enriquecidos.

2Co 8.12 Porque si alguien de veras quiere dar , Dios le acepta la ofrenda que el de conforme a sus posibilidades. Dios no pide lo que uno no tiene. No se trata de que por ayudar a otros ustedes pasen necesidad; se trata más bien de que haya igualdad. Ahora ustedes tienen lo que a ellos les falta; en otra ocasión ellos tendrán lo que les falte a ustedes, y de esta manera habrá igualdad.

2Co 8.7 Pues ustedes que sobresalen en todo: en fe, en facilidad de palabras, en conocimiento, en buena disposición para servir y en amor que aprendieron de nosotros, igualmente deben sobresalir en esta buena obra. No les digo esto como un mandato; solamente quiero que conozcan la buena disposición de otros, para darles a ustedes la oportunidad de demostrar que su amor es verdadero.

EL amor se demuestra con obras, porque el verdadero amor que viene de Dios busca el bien de los demás y no el suyo propio. Conocemos el amor por una ofrenda. Jn 3.16 Pues Dios amo tanto al mundo que dio a su hijo único, para que todo aquel que crea en El no muera sino que tenga vida eterna.

1Jn 3.16 Conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros, así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, como puede tener amor de Dios en su corazon ? Hijitos míos que nuestro amor no sea solo de palabras, sino que se demuestre con hechos.

Esta claro para mi que no hay evangelio sin ofrenda y la ofrenda esta relacionada con los pobres. No es para que los pastores vivan como ricos, es para predicar el evangelio de Jesucristo. Conozco uno a quien no le interesaban los pobres. Jn 12.5 Por que no se vendió este perfume en 300 denarios para ayudar a los pobres? pero judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenia a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella.

Jn 15.13 El amor mas grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos.

Será este el verdadero sentido de la Santa Cena del Señor cuando tomo el pan en sus manos y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos diciendo: Este es mi cuerpo entregado a muerte en favor de ustedes. Hagan esto en memoria mía

Que quiso decir el Señor, que comamos pan los domingos por la mañana? yo pienso que nos dio una norma de vida, que es amar a tu prójimo como a ti mismo y que este amor no sea solo de palabra sino de hechos. Amen.

Este es básicamente el mensaje del evangelio de Jesucristo. El enemigo también tiene su mensaje y es que busques tu propio bien y no el de los demás. Por su puesto que si tiene un mensaje también tiene mensajeros a los que el Espíritu Santo llama falsos maestros. 2Pe 2.1 Hubo también falsos profetas entre el pueblo de Israel , y así también habrá falsos maestros entre ustedes. Ellos enseñaran con disimulo sus dañinas ideas, negando de ese modo al propio Señor que los salvo, esto les atraerá una rápida condenación. En su ambición de dinero los explotaran a ustedes con falsas enseñanzas, pero la condenación les espera a ellos sin remedio. Mt 12.23 Raza de víboras, de la abundancia del corazon, habla la boca. La abundancia es el Espíritu Santo de Dios.


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martes, 11 de septiembre de 2012

Conceptos que Hacen errar y caer: El Diezmo - Nuevas Luces al respecto

biblias y miles de comentarios
 
CONCEPTOS ERRADOS

El Diezmo como Impuesto

El punto de vista sobre este tema tiene su base en los principios del Reino de Dios, sobre el fundamento de las Sagradas Escrituras, tal y como lo entiende el autor, haciéndose responsable único de aquellos aspectos en los cuales haya otras interpretaciones; y va dirigido en primer lugar a todos aquellos creyentes, nacidos de nuevo, y que forman parte del Cuerpo de Cristo.
Estoy asombrado del énfasis desmedido que se pone en los últimos años en la predicación del diezmo, y lo que me deja estupefacto del todo es la terminología que se usa al hacerlo, la imposición legalista, y la obligatoriedad de practicarlo como panacea de la bendición de Dios en el campo económico. Como suele ser habitual en la naturaleza humana, todo lo que se impone por ley acaba siendo repelente y atrae un rechazo a la autoridad que lo ejecuta.
Se nos dice que el diezmo es anterior a la ley de Moisés, porque Abraham dio los diezmos a Melquisedec antes de ser formulada la ley en el Sinaí, sin embargo yo no veo que el padre de la fe llevara cada fin de mes los diezmos al sacerdote de Salem, sino que lo hizo una sola vez como respuesta a una situación concreta.
Para muchos acaba siendo una verdadera carga difícil de llevar que les oprime en lugar de dar al Señor con alegría, porque Dios ama al dador alegre. Esta realidad tampoco produce ningún beneficio en el cumplidor del diezmo porque se hace por imposición, no por fe y convicción, y todo lo que no proviene de fe es pecado (Romanos, 14:23).
Como en diferentes doctrinas “bíblicas”, tenemos dos predicaciones distintas sobre un mismo tema. Unos predican el diezmo como actual y otros no creen que sea una práctica para nosotros. Los primeros tienen sus textos favoritos para asentar sus tesis y los otros se centran en otros versículos para decir lo contrario. ¿Qué hacemos entonces? Como dijo el apóstol: “Examinadlo todo y retened lo bueno”.
Por mi parte me gustaría poder compartir algunas meditaciones al respecto y dejar a cada uno que viva y actúe por su propia convicción de fe. En este tema entran en juego componentes de gran sensibilidad porque afectan a un terreno delicado, donde hay piedras de tropiezo en ambos extremos y que tiene una gran trascendencia en la realidad eclesiástica.

Algunas consideraciones iniciales
Oí hablar del diezmo al poco tiempo de convertirme, no en una predicación, sino en una conversación entre hermanos. Puse oído y como no entendía bien el término logré informarme por mi cuenta de qué trataba aquello de diezmar. Cuando supe que era aportar el diez por ciento de todos mis ingresos para la obra de Dios comencé a practicarlo con verdadera pasión.
A lo largo de todos estos años mi mujer y yo hemos dado el diezmo, a menudo con satisfacción y otras por simple rutina religiosa; aunque debo decir que no me he ajustado a todas las directrices legalistas proclamadas desde el púlpito, y he incluido cambios en nuestra forma de hacerlo.
Debo decir también que después de muchos años de practicar el diezmo no nos hemos hecho ricos, nuestras necesidades básicas siempre han estado cubiertas, gracias a Dios, y vivimos sin grandes lujos, más bien de forma austera, trabajando los dos para sacar adelante a nuestra familia con tres hijos en edad escolar.
Desde hace algún tiempo comencé a inquietarme por esta práctica en cuanto a sembrar en terrenos equivocados, dadas las formas de sistema religioso que han tomado algunas iglesias locales, con líderes dominantes que aprovechan el control económico como uno de los pilares de su gobierno sobre la grey de Dios. He tenido que replantearme este asunto, meditar en ello, estudiar las Escrituras y confrontar mis esquemas mentales al respecto.

El diezmo y el sistema religioso
Imponer la obligatoriedad del diezmo viene a ser como un impuesto religioso necesario para mantener el sistema jerárquico que predomina actualmente en muchas iglesias.
A menudo se pide que los hermanos pongan el nombre en su sobre de diezmo, lo que proporciona un control farisaico sobre los creyentes. De esta forma el líder y pocos mas tienen información sensible que pronto conduce a la hipocresía, haciéndolo para ser visto y anotado en el registro de la iglesia como una categoría especial: los que dan el diezmo. Este camino conduce irremediablemente a un evangelio de obras.
La sutileza de pedir a los hermanos que pongan su nombre en el sobre con el fin de que el pastor pueda orar por ellos para que puedan recibir la bendición de Dios al hacerlo, no deja de ser una artimaña que se aleja de la vida de fe para levantar un mediador que canalice la bendición de Dios. Además no concuerda con la enseñanza de Jesús de que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda. Es una manera infantil de tratar a los creyentes.
Algunos de nuestros métodos para conseguir fondos son tan vergonzosos que están produciendo deshonra y rechazo al evangelio.
La presión y coacción sobre los creyentes para conseguir que den el diezmo tiene su base, generalmente, en el temor y la ansiedad por las finanzas de la iglesia. Actuar por temor lleva en si mismo castigo (1 Juan, 4:18), y se pierde el resultado de dar con alegría y fe basada en el amor y no el miedo.
En el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: El justo por su fe vivirá (Romanos, 1:17). Si no actuamos por fe no podemos agradar a Dios (Hebreos, 11:6) y por ello no recibiremos el galardón.

La gran pregunta
¿Debemos diezmar como se hacía bajo la ley o no? ¿El diezmo es para hoy o era solamente para los que vivían bajo la ley de Moisés?
Está claro que el diezmo pertenece a la ley, dado para mantener a la tribu de Leví que fue escogida para dedicarse al sacerdocio, y no recibieron herencia de la tierra. Si queremos levantar un sacerdocio jerárquico al estilo del Sinaí entonces necesitamos los diezmos.
Si decimos que el diezmo es anterior a la ley y por tanto debemos aplicarlo hoy, también debemos circuncidarnos porque la circuncisión fue dada a Abraham como señal de la promesa y por tanto antes de la ley.
Cuando se usa el pasaje de Hebreos 7 y el sacerdocio de Melquisedec como argumento para apoyar la práctica del diezmo pensamos en lo siguiente: Ese diezmo fue dado una sola vez; el sacerdocio de Melquisedec, figura de Cristo como nuestro sumo sacerdote, pertenece a un nivel celestial y no terrenal, es un sacerdocio inmutable y no sometido a los rituales y el sistema centrado en el templo de
Jerusalén. El sacerdocio según el orden de Aarón pertenece a un sistema de sacrificios repetitivos para obtener el favor y el perdón de Dios; mientras que el sacerdocio según el orden de Melquisedec, figura del sacerdocio inmutable de Cristo, pertenece a un nivel superior donde no hay necesidad de ofrecer sacrificios continuos, sino que con una sola ofrenda, hecha una vez y para siempre, quitó los pecados.
La obra de Jesús nos libra del viejo sistema religioso repetitivo por el que nunca alcanzamos una conciencia limpia de obras muertas, su sangre nos limpia para siempre y nos introduce a una nueva dimensión de comunión y vida en el Espíritu de Dios.
Sin embargo, cuando se predica la obligatoriedad de dar el diezmo como ley nos adentramos en una parte del sistema religioso que nos mantiene en la repetición de obras para obtener la ayuda oportuna. Ese formato pertenece al viejo régimen de la letra y no al nuevo del Espíritu. Ampliaremos mas adelante todo esto.
Si enseñamos la práctica del diezmo como requisito para la bendición de Dios, hemos entrado en una dinámica de obras que no tiene fin, porque si cumplimos una parte de la ley y dejamos otras sin cumplir no alcanzaremos el favor de Dios.
10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace
culpable de todos. 11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho:
No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho
trasgresor de la ley. 12 Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados
por la ley de la libertad. 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no
hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.
(Santiago, 2)
Por ese camino anulamos la obra única y acabada de Cristo para obtener la redención, o mas bien regresamos a las obras de la ley para ser justificados, y el apóstol nos dice que “si lo que destruí lo vuelvo a edificar, trasgresor me hago” (Gálatas, 2:18).
Por otro lado resulta caprichoso escoger algunas obras de la ley y dejar otras. Hemos sido redimidos de la maldición de la ley (Gálatas, 3:13), Jesús se hizo maldición por nosotros para librarnos de la condenación de la ley, porque nos era imposible cumplirla en su totalidad. El apóstol Pedro lo expresó así:
Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un
yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11Antes creemos que
por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos (Hechos, 15)
Imponer el diezmo por ley deriva irremediablemente en condenación, “porque todos
los que dependen de las obras de ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito
todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para
hacerlas” (Gálatas, 3:10).
Ahora bien, lo que venimos diciendo no significa que no seamos generosos o que eludamos nuestra responsabilidad con la iglesia local, iremos viendo esta parte más ampliamente a medida que avancemos en el tema. Dios ama al dador alegre, y el que siembra generosamente recibirá una cosecha generosa. No solo en dinero, sino en todo lo que compartimos con los demás: Tiempo, comprensión, amabilidad, etc.
Veamos los conceptos y argumentos que se suelen usar más a menudo para justificar el impuesto del diezmo.

Argumentos y conceptos clásicos sobre el diezmo
Vamos a ver algunos de los razonamientos que se hacen a la hora de enfatizar la  imposición ineludible de dar el diezmo.
Traed todos los diezmos al alfolí. ¿Qué es el alfolí? En la versión evangélica que oímos a menudo en ciertos púlpitos se trata de la iglesia local donde nos congregamos; el pastor, que actúa como “sumo sacerdote” o levita, recibe los diezmos y los administra, en algunos casos bajo la supervisión de un consejo y en otros como bien le parece. La mayoría de los amados hermanos llevan su dinero confiados en el buen hacer de los líderes, creyendo que lo hacen para el Señor y olvidándose de todo lo demás. Han sido enseñados que esa parte de sus ingresos pertenecen a Dios, es “su impuesto” y
como tal no tienen nada mas que decir.
En algunas iglesias locales se hace cada año una reunión informativa para dar a conocer la economía y otros asuntos de carácter administrativo.
Digamos que esta es una manera simple de interpretar la palabra alfolí, es una “exégesis” de andar por casa, de fácil comprensión en un sistema religioso relacionado con un lugar, un pastor y una congregación habituada a la rutina eclesiástica. Sin embargo, “alfolí es un término derivado del árabe, con que nuestra Reina-Valera llama al hórreo o granero, era el reservorio para los diezmos, anejo al templo, y a cargo de los levitas” (comentario Bíblico de Matthew Henry). Lo cual pone de manifiesto, una vez más, que hemos asumido el sistema veterotestamentario como parte del evangelio de la gracia. Lo aplicamos literalmente en este caso y nos quedamos tan a gusto. Claro, parece encajar como un guante en nuestros propósitos de simplificar las cosas y hacerlas entender y exigir como bíblicas.
Si decimos que los diezmos pertenecen al Señor y debemos traerlos al alfolí, que es la iglesia donde nos congregamos, ¿dónde queda el noventa por ciento restantes? ¿A quién pertenece? Se deduce que con el resto hacemos lo que mejor nos parece, si somos generosos daremos alguna ofrenda extra para los pobres o cualquier otra necesidad, pero eso ya es voluntario y no contiene la carga de obligatoriedad que se le aplica al diezmo.
Esta forma de partir y trocear nuestras vidas no aparece en la enseñanza del apóstol Pablo. Se nos enseña que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo son de Dios, que hemos sido comprados por precio, que no somos nuestros, que si vivimos para el Señor vivimos y si morimos para el Señor morimos, así que vivamos o muramos del Señor somos. Se nos enseña que cuando venga el Espíritu Santo él nos guiará a toda verdad, también a la de saber cuando y donde debemos invertir nuestro dinero, pero la ley de los diezmos ya deja establecido este asunto y no hay lugar para la dirección del Espíritu de Dios, de tal forma que apagamos la voz de nuestro interior porque otra voz ha tomado su lugar.
Hay una canción que se canta en muchas iglesias, que es realmente bonita y pegadiza en su melodía y entonación pero que enseña a fraccionar nuestras vidas en su mensaje. Dice así:
Traemos hoy ante tu altar nuestras coronas
Queremos darte lo mejor de nuestras vidas,
Te entregaré mi amor entero, los sueños que logré alcanzar.
Te daré lo mejor de mi vida,
Te daré lo mejor cada día,
Será mucho más que una canción
Mi obediencia en mi mejor adoración
Traemos hoy ante tu altar nuestras coronas
Queremos darte lo mejor de nuestras vidas
Traemos sólo las primicias
Pues tú mereces lo mejor
Y yo me pregunto: Si traemos al Señor solo lo mejor ¿Qué hacemos con el resto de nosotros? ¿Dónde quedan nuestros pecados para ser lavados en la sangre del Cordero? Eso no lo podemos traer al Señor porque es lo peor de nosotros y entonces ¿A dónde lo llevamos? Si le damos al Señor solo lo mejor ¿Dónde está la rendición incondicional de todo nuestro ser para ponerlo bajo el señorío de Cristo? De este tipo de mensajes se deduce que hay una parte de nosotros que queda fuera de nuestra comunión con Dios, es el lado oscuro, el desván de nuestro carácter, la habitación que no enseñamos a nadie porque es indecente y de mal gusto, osea, hemos entrado en la práctica de vivir de las apariencias, poner la mejor cara en los cultos, esforzarnos un poco, total son dos horas y poco mas, para luego vivir lejos de la realidad de estar unidos con Cristo en la vida y en la muerte. Todo un despropósito. Sin embargo nos gusta tanto la música, la entonación, el ritmo musical de la canción que no importa el mensaje, lo que importa es que nos conmueve, nos riza el cabello y eso es suficiente para la superficialidad de una vida cristiana mediocre, parcial y de apariencias.
Es un ejemplo de los muchos que tenemos a la hora de cantar canciones que forman una teología basada en el emocionalismo más que en la verdad, en conceptos del pacto de la ley más que en el evangelio de la gracia. Esa mezcla nos conduce a la confusión.
En conclusión diré que deducir que el alfolí es la iglesia local es una interpretación interesada para adaptarla a nuestro sistema religioso. Ni siquiera los judíos actualmente dan el diezmo puesto que entienden que destruido el templo de Jerusalén el diezmo carece de lugar ya que no existe el sistema sacerdotal centrado en los sacrificios, por ello tienen otra forma de recoger ofrendas en la sinagoga.
En todo caso, el templo de Dios lo forman los redimidos por la sangre del Cordero, no es un templo de piedra, ni es un alfolí de ladrillos. Pero al hacer énfasis en un lugar donde llevamos nuestros diezmos volvemos a levantar otro templo, es decir, el lugar de culto, por mucho que nos esforcemos luego en enseñar que la casa de Dios somos nosotros, una casa espiritual y un sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios. Nuestra entrega a Dios tiene que ver también con la economía, el dar con generosidad, pero no por sistema sino con alegría porque Dios ama al dador alegre.
No dar el diezmo es robar a Dios. Esta frase lapidaria es una de las denuncias que aparecen en el libro de Malaquías, pero no es la única, especialmente dirigidas a la clase sacerdotal, aunque cuando se mencionan los diezmos se amplia el mensaje a la nación entera. Este texto del profeta Malaquías es el preferido de aquellos que quieren imponer el diezmo con la amenaza de quedar bajo maldición sino cumples con ello.
Hace algún tiempo recibí una carta sobre este asunto, y quisiera compartir contigo la respuesta que envié a este hermano. Su nombre está omitido.
“Mi nombre es…, escribo desde Londres y deseo saber si las maldiciones que habla Malaquías por no diezmar en el antiguo testamento están vigentes para nuestros días, es decir, ¿si una persona no diezma puede entrar en maldición? Gracias por su ayuda. Bendiciones”.
Esta fue mi respuesta:
Apreciado hermano en la fe.
Si eso fuera así entonces toda la revelación de la justicia de Dios por la fe, es decir, la justificación en Cristo mediante la fe sería anulada y el evangelio que predicó el apóstol Pablo no era cierto. Está escrito que "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, para que la bendición de Abraham nos alcanzase" (Gálatas, 3:13-14).
Por otro lado, si ponemos como base de la bendición la ley de Moisés, tendríamos un conflicto interminable, porque si diezmamos pero no guardamos el sábado o no somos circuncidados incurriríamos en maldición también. De lo contrario estaríamos haciendo diferencias entre guardar unas cosas y no otras.
Habría que preguntarse ¿por qué ese énfasis en cumplir con los diezmos y no con otros aspectos de la ley? La obligatoriedad de dar el diezmo se ha convertido hoy día en ley y por tanto, un requisito para obtener la aprobación de la iglesia institucional, osea, la justificación por obras, osea, otro evangelio. En los días del apóstol Pablo el conflicto era sobre la circuncisión, de tal forma que circuncidarse llegó a ser vital para la salvación. El apóstol de los gentiles luchó contra esa deformación de la verdad que le había sido revelada, y lo hizo con verdadera pasión y vehemencia, porque se daba cuenta que estaba en juego la verdad que nos hace libres y no esclavos de un sistema religioso.
En nuestros días la economía ocupa un papel preponderante, las iglesias viven desafíos tremendos para mantener los presupuestos elevadísimos, en algunos casos, de ahí la presión continua para que los fieles, los creyentes, cumplamos con la "obligatoriedad de dar el diezmo" llegando a maldecir a los que no lo dan, poniendo una carga pesada sobre muchos amados hermanos con débil conciencia. Pero el evangelio de la gracia de Dios no es poner cargas, sino liberar de las cargas a los oprimidos.
Ahora bien, si un hermano piensa que dar el diezmo es una forma de manifestar su fidelidad a Dios, que lo haga, no que lo imponga, que lo haga en fe, con alegría, no por obligación ni por las amenazas de ser maldecido. Si nuestra bendición tiene la base de dar o no dar el diezmo ¿para qué murió Cristo? Efesios capitulo uno y versículo tres dice claramente que Dios ya nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Cuando ponemos las obras como base de nuestra bendición estamos operando bajo el fundamento de la ley, el antiguo régimen, no bajo el Nuevo Pacto del Espíritu.
Comprendo perfectamente y sé la presión que se ejerce en muchos púlpitos de nuestras iglesias occidentales presionando a los hermanos en la obligatoriedad de los diezmos, y también sé que muchos han quedado defraudados por ese énfasis desmedido. A libertad nos llamó el Señor no a servidumbre.
En resumen, usar el texto de Malaquías para amenazar con maldiciones a los que no dan el diezmo me parece una distorsión de la verdad completa que aparece en la totalidad de las Sagradas Escrituras. Sé de muchas iglesias que no enseñan el diezmo y dan con alegría para la obra de Dios y no me consta que estén bajo maldición. Aprovecho para enviarte un saludo cordial en Cristo

La superstición del diezmo
Otro de los énfasis que se suele hacer a la hora de reclamar el pago de los diezmos es que así te colocas en el lugar donde Dios puede bendecir tu vida económica. Este mensaje es muy atractivo, aunque puede llevar a muchos a pensar en términos de echar a la lotería, o poner mesa a la diosa fortuna. Me explico. No cabe duda que todo lo que el hombre sembrare eso también segará, pero cuando ponemos como base de la provisión de Dios el que demos los diezmos estamos azuzando la superstición innata del hombre religioso, de esa forma con una mentalidad pragmática deducimos que merecemos el premio porque hemos hecho la obra de “echar el boleto”. Una vez mas ese camino nos conduce al evangelio de obras, donde la práctica del diezmo suplanta el fundamento de la redención como base de la bendición de Dios. La provisión de Dios es Cristo, y la obra de expiación hecha en el monte de Dios nos proveerá para todas nuestra necesidades.
Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por
tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto
(Génesis, 22.14).
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por
amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos. (2 Corintios, 8:9).
Para afianzar esta práctica damos lugar a testimonios en los que algunas personas cuentan como antes de dar el diezmo vivían en pobreza, y desde que comenzaron a darlo la economía les va de maravilla, osea, les ha tocado la lotería y de esa forma tenemos el mensaje para la multitud de oyentes de que practicar el diezmo es la clave para la prosperidad. Glorificamos las obras y nuestros ojos se van detrás de ciertas prácticas en lugar de poner la mirada en el Autor y consumador de nuestra fe.
El mensaje en negativo dice que si no damos el diezmo Dios nos castigará, no seremos buenos cristianos, seremos creyentes de segunda categoría y el pastor no estará contento con nosotros, por lo tanto no contaremos con su apoyo. Además, estamos en serio peligro de perder nuestro puesto de trabajo y el diablo podrá zarandearnos como él quiera, seremos derrotados y con razón, así pues, le ponemos base a ser entregados en manos de Satanás por no cumplir con el requisito de los diezmos.
Esto puede resultar exagerado y alarmista pero es el resultado de una enseñanza que pone como fundamento de nuestra provisión las obras de la ley en lugar de levantar a Cristo como la Roca que nos sostiene. El diezmo viene a suplantar a Jesús como proveedor para todas nuestras necesidades; hemos inventado otro camino, levantamos un ídolo y decimos: Estos son vuestros dioses que os sacaron de Egipto.
Es el pecado de Jeroboam, un nuevo sistema religioso para no tener que pasar por Jerusalén y llegar a la cruz del Calvario donde nuestra expiación y redención ha sido realizada.
El pecado de Jeroboam levanta otros lugares de culto, inventa otros sacrificios, y pone sacerdotes a su antojo, pero su origen está fundado sobre la soberbia del poder y el temor de perderlo, por ello le dice al pueblo: Estos son tus dioses que te sacaron de Egipto, no hace falta ir a Jerusalén, tenemos otros dos lugares mas cercanos, uno en Be-tel y el otro en Dan, allí podréis ir y conseguir el favor de Dios. De esta forma eliminamos la cruz de Cristo, el mensaje de la cruz se diluye y se hace más asequible al pueblo para que puedan creer y vivir cómodamente, ser prosperados en todo y nadar en la abundancia.
Este pecado y falsificación de la verdad tiene apariencia de piedad, apariencia de ser bíblico, y una vez que lo institucionalizamos anula la palabra original de Dios y se transmite de generación en generación con la fuerza de la tradición religiosa. Así ocurrió con el pecado de Jeroboam que se estableció en las siguientes generaciones como parte del verdadero culto, hasta que el juicio de Dios les alcanzó.
La imposición del diezmo ha venido a ser uno de los pilares de ese nuevo sistema eclesiástico, que es preciso enfatizar, para mantener el edificio que estamos levantando a mayor gloria del hombre.
¿Con esto quiero decir que los que dan el diezmo están cometiendo el pecado de Jeroboam?, no, no estoy diciendo eso, estoy tratando de discernir hacia donde nos conducen ciertas prácticas elevadas a la categoría de imposición legalista; además de decir que el fundamento de nuestra fe y provisión ya está puesto, el cual es Cristo, y si alguno pone otro fundamento la obra se quemará y no recibirá recompensa (1 Corintios, 3).
Algunos en su afán por imponer y asegurarse el cobro de los diezmos llegan a extremos verdaderamente sectarios, como es el caso de la llamada iglesia Universal del reino de Dios, y que enseña lo siguiente: “los diezmos y las ofrendas son tan sagrados, tan santos como la Palabra de Dios. Los diezmos significan fidelidad y las ofrendas el amor del siervo hacia el Señor. No se pueden disociar los diezmos y las ofrendas de la obra redentora del Señor Jesús; significan, en verdad, la sangre de los salvos en favor de aquellos que necesitan de la salvación”. Aquí tenemos un ejemplo más de como se pueden retorcer las Escrituras con el fin de conseguir fondos para mantener la idea de que se está predicando el evangelio.

Principios del Reino sobre la economía
Antes de considerar algunos de los principios sobre el tema de la economía en el Reino de Dios, que son comunes y aplicables a otros temas, diré que si quieres apartar el diezmo como una disciplina personal para no caer en el otro extremo, el de la escasez y la falta de generosidad a la hora de compartir con otros, hazlo, pero eso no te hace mas acepto delante de Dios.
Las disciplinas son buenas para no caer en la pereza y la negligencia, el apóstol Pablo dice que tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne, por tanto, ni porque comamos, o hagamos cualquier otra cosa, seremos mas aceptos ante Dios, el que nos justifica es Dios, en base a la obra perfecta y acabada de Jesús en la cruz del Calvario (Col.2:20-23) (1 Co.8:8)
Decir esto puede resultar arriesgado para quienes buscan la ocasión de vivir con una liberalidad extrema apoyándose en la gracia, pero es el núcleo del evangelio de Jesús.
El evangelio puede ser deformado en un extremo o en el otro, pero Dios conoce a los que son suyos y que se aparte de iniquidad todo aquel que invoca el Nombre del Señor. Y tampoco se trata de justificar el legalismo con la idea de ayudar la condición humana caída, porque en Cristo somos nuevas criaturas y el poder de la resurrección debe estar actuando en quienes han resucitado con Cristo para buscar las cosas de arriba.
Bien, dicho esto, aunque comprendo que se puede ampliar mucho más y que pueden quedar cabos sin atar, para no alargarme demasiado me centraré en los principios básicos que rigen la obra de Dios sobre la economía en la vida de los redimidos por la sangre del Cordero, los nacidos de nuevo y que andan en novedad de vida.
La fe. Como está escrito: el justo por la fe vivirá. La fe es una convicción interior que nos guía a vivir de una manera determinada. Todo lo que hacemos como hijos de Dios tiene o debe tener este sello, porque sin fe es imposible agradar a Dios, es necesario creer que hay Dios y que es galardonador de los que le buscan.
La fe o convicción se nutre de la palabra viviente de Dios poniendo en nuestras conciencias la certeza de actuar de una manera o dejar de hacerlo de otra. Ese espíritu de fe nos ha sido dado por Dios, en una medida apropiada, para obrar por amor.
La fe nos puede mover a hacer inversiones económicas de diversos tipos en función del movimiento de nuestro corazón, porque la fe es del corazón, no de las necesidades apremiantes que se nos presentan en muchos cultos y programas de radio y televisión. Saber escoger correctamente donde y cuando debemos poner nuestro dinero es un arte que necesita la dirección del Espíritu de Dios.
Creo personalmente que a la práctica del diezmo se le puede aplicar la palabra del apóstol Pablo cuando dice: 
“¿Tienes tu fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a si mismo en lo que aprueba. Pero el que duda
sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene
de fe, es pecado” (Ro, 14:22.23)
En este caso tiene que ver con la comida, que también está regulada por la ley de Moisés. Alguien puede tener la convicción de no comer ciertos alimentos, aunque está escrito que el comer una cosa u otra no nos hace mejores ni peores, porque la oración santifica todos los alimentos. En el caso del diezmo algunos habituados hasta ahora a dar el diezmo pueden mantener esa convicción dentro de la esfera de su fe, si así lo desean, no para imponerla a los que han sido enseñados de otra forma, y su fe se ha desarrollado de distinta manera en el tema de la economía, es un asunto del corazón no de las apariencias, “tenla para contigo delante de Dios” y no juzgues o condenes al que tiene otra convicción.
Habrá otros que se sienten obligados por la imposición de su pastor en esta materia aunque no tengan la convicción, en ese caso deben escoger si obedecer la enseñanza del líder o someterse a su conciencia, sabiendo que todo lo que no procede de fe, de la convicción interior del corazón, es pecado. Algunos aprovecharán estos principios para desarrollar una falta de generosidad, de todos modos es mejor tener a los hermanos contentos a la hora de dar sus ofrendas que obligados por ley sobre lo que no están persuadidos. Resumo citando las palabras de Pablo en otro dilema expuesto en su carta a los corintios, “Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros
no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios”.
El amor. “Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Co.16:14). “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Ro. 13:10). Si somos movidos por fe y amor no tendremos dificultades para comprender las necesidades que tiene una iglesia local en el terreno económico y seremos responsables al respecto. Es más bienaventurado dar que recibir; y compartir con otros de lo que tenemos es una de las dichas de la vida cristiana. Creo que la mayoría de los hermanos no tienen problemas con este asunto, las luchas se presentan cuando desde el liderazgo se ejerce presión, coacción, culpabilidad, manipulación (incluso de las Escrituras), juicio y condenación para asegurarse la entrada de los ingresos necesarios.
Otro conflicto es cuando se proyectan gastos elevadísimos dirigidos especialmente a programas en lugar de las necesidades reales de las personas. Se justifican los presupuestos con la idea de anunciar el evangelio, aunque en muchos casos se trata de manías de grandeza y de competencia con otras iglesias para ser más grandes, más vistosos, tener mayor reputación e influencia. Algunos predicadores estrella de la televisión atraen tanto protagonismo hacia ellos mismos que avergüenzan a los mismos creyentes y defraudan el evangelio de Jesús. Por no hablar de las ingentes cantidades de dinero que se invierten en la construcción de edificios suntuosos para competir con las catedrales de la Edad Media. Jesús dijo que no quedaría piedra sobre piedra, pero el amor permanece para siempre.
La vida en el Espíritu. 
Esta clase de vida no está regulada por la ley sino por la unión con Cristo. No se puede controlar sino que depende del movimiento de las aguas vivas en nuestro espíritu. Cuando esta clase de vida falla, se estanca y paraliza, entonces el sistema religioso viene a ocupar su lugar con sus normas, dogmas, disciplinas, hábitos y tradiciones. Una vez que ha ocupado su lugar ya no quiere desalojarlo, sino establecerse, y así tenemos la rutina religiosa como base esencial de lo que llamamos vida cristiana. El líder ejercerá de sumo sacerdote y mediador, además de ser la voz de la conciencia para determinar lo que hay que hacer en cada momento, lo que está bien y lo que está mal. De esta forma hemos anulado la vida del Espíritu de Dios y ha sido suplantada por un sistema eclesiástico que vuelve a decir: “Estos son vuestros dioses que os sacaron de Egipto”, hagamos fiesta, apoyemos nuestro programa y así llegaremos a la tierra de provisión.
Amados de Dios, nuestra inversión económica también depende de andar en el Espíritu, no de la rutina establecida. Debemos estar despiertos espiritualmente para saber donde y a quién debemos dar, ser sensibles a la voz de Dios en nuestro espíritu para sembrar en los campos que nos indique el Espíritu de Dios, y al hacerlo siempre será con generosidad y alegría, porque Dios ama al dador alegre.
Cuando nos movemos en el Espíritu en esta área no estamos pensando en el premio sino en la obediencia. El gozo no está en dar 1 euro o 100 euros, sino en obedecer la voz de Dios en nuestros corazones. La obediencia trae bendición y gozo y más obediencia y más sensibilidad a nuestro espíritu para actuar en nuevas oportunidades para dar.
Cuando establecemos un límite en nuestras ofrendas o diezmos nos costará salir de esos parámetros y seguir al Espíritu. Nos acomodamos al hábito y perdemos la frescura de la vida de fe. No tengo nada en contra de los buenos hábitos, personalmente soy metódico y organizado, me gusta planificar las cosas, pero procuro dejar siempre la puerta de la flexibilidad abierta para estar atento al hombre interior, el del corazón.
La generosidad.  
“El que siembra generosamente, generosamente también segará.
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis
para toda buena obra”
(1 Co.9:6-8).

El corazón redimido por la abundante riqueza de Cristo y su entrega como substituto en la cruz del Calvario, ha recibido un impacto tan fuerte de generosidad y entrega que manifestará una buena dosis de esa generosidad hacia los demás.
La generosidad no es doblegarse a la manipulación emocional para sacar beneficio, muchos aprovechan el amor que se les supone a los cristianos para engañar y obtener dinero fácil. La generosidad va unida al discernimiento para no errar el blanco. Eso no excluye que muchos de nosotros en algún momento hayamos sido engañados por personas que parecían sinceras en sus peticiones y luego se demuestra que eran unos farsantes. En cualquier caso aprendemos con la práctica.
El señorío de Cristo. La vida cristiana es el resultado de la invocación del Nombre de Jesús sobre nuestras vidas, “todo aquel que invocare el Nombre del Señor será salvo”.
Esa invocación nos coloca bajo el dominio y el señorío de Cristo, pasamos a ser suyos, su propiedad, somos un espíritu con él, por tanto, toda nuestra vida queda sujeta a él, hemos muerto con Cristo, sepultados y resucitados con él para andar en novedad de vida. Ya no somos nuestros, somos propiedad de Dios. No hay división, ni áreas diversas, todo nuestro ser le pertenece, espíritu, alma y cuerpo.
Viviendo bajo su señorío somos mayordomos de lo que Dios nos ha dado para administrar, y se requiere de los administradores que sean hallados fieles. La economía es una parte mas de nuestra vida que debe estar bajo la dirección del Espíritu de Cristo, por ello no deberíamos despilfarrar, ni ser negligentes o deudores, sino sondear en nuestro espíritu cual es la voluntad de Dios en cada ocasión para hacer buen uso de los recursos materiales.
Los que quieren enriquecerse. Uno de los indicativos de esta generación es el afán desmedido por el enriquecimiento, el materialismo, el hedonismo, la cultura del placer.
Somos grandes consumidores de recursos y para ello necesitamos grandes cantidades de dinero, de ahí que vivamos muy preocupados y afanados por conseguir riquezas.
El tipo de iglesia más llamativa de nuestros días es la que ofrece una imagen ostentosa y rica, que está ocupada especialmente en conseguir grandes logros que sean vistos a larga distancia, “levantar torres que lleguen al cielo” y atraigan la mirada de la sociedad para quedar hechizados ante su grandeza y despliegue de poder. Es el estilo de la iglesia de Laodicea, rica, autosuficiente y orgullosa de sus logros pero ante Dios ciega, desventurada y desnuda.
El apóstol de los gentiles lo dijo así: “Los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición” (1 Timoteo 6:9). En nuestros días parece haber en ciertas iglesias una carrera desenfrenada por el amor al dinero ¿cómo se sabe esto? por la cantidad de tiempo que se dedica a predicar sobre prosperidad, diezmos, economía, programas necesitados de grandes exigencias monetarias de los creyentes, se alardea de un nivel de vida elevado como signo de la bendición de Dios.
El deseo por las riquezas pone lazos, nos atrapa en pensamientos codiciosos, nos hace necios y nos hunde en vidas destructivas. La vida familiar se desmorona, un elevadísimo número de los niños que nacen son hijos de fornicación, nacen fuera del ámbito familiar como fruto de la promiscuidad sexual, el aborto pretende frenar esos embarazos, el divorcio cuanto antes mejor, el adulterio se comprende en muchos casos, pero el afán por las riquezas supera cualquier otro esfuerzo en nuestras vidas.
Queremos comprar el cariño de nuestros hijos con juguetes de todo tipo pero vivir lejos de su presencia. Jesús nos enseñó a hacer tesoros en el cielo donde no llegan los ladrones,
Y que el afán y la ansiedad por las necesidades materiales es una práctica relacionada con los gentiles que viven lejos del Reino. Tristemente en muchos casos nos dejamos arrastrar por la misma corriente de esos esquemas de vida.
Los pobres, huérfanos, viudas y extranjeros. La iglesia primitiva tuvo muy en cuenta las necesidades de los más desfavorecidos. Una de las primeras elecciones que llevaron a cabo no fue para dar un título sino para encargar un trabajo, el trabajo de ocuparse de las necesidades de las viudas. Escogieron a siete personas que estaban llenas del Espíritu Santo, de fe y sabiduría, tal era la capacitación que buscaron en ellas para encomendarles el trabajo social de atender la distribución diaria de las viudas, que habían quedado un tanto desatendidas por el crecimiento y la persecución de la iglesia (Hechos, 6).
Nosotros normalmente le ponemos un título a las personas y luego les pedimos que actúen en función del título, o el ministerio (que ha venido a ser un título) dado; pero en Hechos seis no aparece ni siquiera el término diácono, solo aparece como título del capítulo pero no aparece en el texto, curioso. Para nosotros son los siete diáconos, pero no se les llama diáconos; al hablar mas adelante de Felipe se le menciona como uno de los siete, nada mas. Es una curiosidad para reseñar la mentalidad
predominante que hemos asumido por los nombramientos.
En los inicios de la iglesia primitiva se desarrolló una comunión que incluía compartir todas las cosas, eran de un corazón y un alma y nadie alardeaba de sus posesiones, sino que las ponían a disposición de la comunidad, por ello no había ningún necesitado porque se compartía según la necesidad de cada uno. Vendían sus propiedades y ponían el precio a los pies de los apóstoles.
32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno
decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en
común. 33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34 Así que no había entre ellos
ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y
traían el precio de lo vendido, 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía
a cada uno según su necesidad. 36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por
sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de
Chipre, 37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de
los apóstoles (Hechos, 4)
.
Al respecto de estas experiencias de los amados hermanos del primer siglo quiero decir dos cosas. La primera es que curiosamente no se trataba de dar el diezmo, sino la totalidad de los ingresos obtenidos por la venta de sus propiedades. La segunda es que mas adelante parece que esta forma de “comunismo” no dio resultado porque la iglesia de Jerusalén experimentó una gran necesidad y fueron los hermanos de otros lugares quienes les socorrieron. Lo que quiero resaltar es que tenían una gran sensibilidad por las necesidades de las personas y no por los programas; la comunión giraba alrededor de las personas y sus múltiples necesidades. Se me dirá que en ese tiempo no había un Estado que se encargaba de la seguridad social como en nuestros días, a lo que respondo que precisamente buena parte de nuestro actual sistema social está basado en la influencia que el cristianismo ha tenido en la cultura occidental.
También tenemos en el Nuevo Testamento la constatación de la gran ofrenda que administraron Pablo y Bernabé para los hermanos de Jerusalén.
27 En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. 28 Y
levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que
vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de
Claudio. 29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron
enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30 lo cual en efecto hicieron,
enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. (Hechos, 11)
Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. 26 Porque Macedonia y Acaya
tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están
en Jerusalén. 27 Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles
han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos
ministrarles de los materiales. 28 sí que, cuando haya concluido esto, y les haya
entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España
(Romanos,15)
Las necesidades de los pobres ocupan un porcentaje mínimo en los presupuestos de las iglesias de nuestros días. Hay maravillosas excepciones y ejemplos verdaderamente admirables de entrega y compasión por los desamparados, los cuales merecen toda nuestra admiración y reconocimiento. Sin embargo, predomina la indiferencia por la obra social, y la economía de las iglesias queda engullida en proyectos de otra índole.
Algunas consideraciones finales.
Tetzel, el más famoso predicador de indulgencias en la Edad Media, pregonaba que en el mismo instante que sonaba la moneda en el cofre el alma salía del purgatorio. Las 95 tesis que Martín Lutero clavó en la catedral de Wittenberg, el 31 de Octubre de 1517, iban dirigidas especialmente contra el uso y abuso que se estaba llevando a cabo con la recogida de dinero, a través sobre todo de las indulgencias, para hacer la capilla Sixtina en Roma. Ese hecho se considera el inicio de la Reforma Protestante.
Hoy, muchos de los pregoneros que usan los medios de comunicación para reclamar dinero a espuertas no están muy lejos de aquel mensaje medieval. Se ofrecen oraciones por tus ofrendas, te garantizan todo tipo de para bienes económicos por tu ofrenda generosa, se dice que tu fidelidad al diezmo hará de ti un cristiano feliz y próspero, osea, la ley de la oferta y la demanda, una forma mas de mercantilismo al mas puro estilo babilónico. Sí, no nos escandalicemos, la característica básica de la gran ramera en Apocalipsis es que ha enriquecido a muchos con sus mercaderías, lee el capítulo 18 de Revelación y lo verás.
Algunos medios de comunicación, especialmente la llamada televisión cristiana, se han convertido en verdaderas pirañas de la economía, devoran y vuelven a devorar los recursos de muchos hermanos en nombre del evangelio, pero los frutos no son los deseados. Como en todas las cosas hay excepciones, honrosas, dignas de elogio, gracias a Dios por ellas.
El apóstol Pablo dice que no son los hijos quienes deben atesorar (proveer) para los padres, sino los padres para los hijos, y mostró el ejemplo diciendo que “ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. 
34Antes vosotros sabéis que para lo que me ha
sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. 35En
todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y
recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que
recibir” (Hechos, 20).
Hoy muchos se auto-titulan apóstoles pero ignoran esta parte del apostolado. Hay demasiadas personas dispuestas a vivir del evangelio como recurso a una vida fácil; reclamar el pago de los diezmos parece ser una manera cómoda de establecer una forma de vida que excluye el aprendizaje de un oficio para cubrir las necesidades familiares. En muchos casos los verdaderos llamados del Señor pasan todo tipo de privaciones porque no hay recursos para ellos, como no exigen ni coaccionan, no reciben. En esto el dicho es cierto: “El que no llora…”. Aunque sus peticiones van dirigidas al trono de la gracia para recibir la ayuda oportuna.
En la iglesia primitiva no se hacía ese énfasis en los diezmos. Hubo una ocasión inmejorable para haber zanjado la cuestión de una vez, fue en el Concilio de Jerusalén y que se narra en Hechos 15. Cuando llegaron a las conclusiones, después de múltiples intervenciones, determinaron escribir una carta a los hermanos de las iglesias gentiles en estos términos:
“Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20sino
que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación,
de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada
ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. 22
Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de
entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por
sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23y escribir
por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de
entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. 24 Por cuanto
hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os
han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y
guardar la ley, 25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones
y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 26 hombres que han
expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Así que enviamos a
Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. 28 Porque ha
parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que
estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de
ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo
bien” (Hch. 15).
¡Que curioso! Ninguna referencia a la obligatoriedad de imponer el diezmo.
Cuando Jesús censura en Mateo, 23:23 la actitud de los fariseos que diezman la menta, el eneldo y el comino, olvidándose lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia, y la fe, y luego dice, “esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”, lo hace en el contexto de la ley de Moisés, se dirige a judíos que viven bajo el régimen viejo de la letra. Y no hay mas textos en el Nuevo Testamento para apoyar la doctrina de los diezmos, excepto en Hebreos 7 que ya hemos comentado.
Con este trasfondo, me pregunto ¿por qué ha venido a ser la predicación de imponer el diezmo uno de los pilares esenciales del mensaje que se predica? La respuesta que me doy a mismo es que hemos vuelto a levantar, en buena medida, el antiguo edificio religioso, el legalismo rancio, el viejo régimen de la letra, y para sostenerlo necesitamos la obligatoriedad del impuesto religioso.
Ese mismo sistema eclesiástico se revuelve contra los que piensa que lo amenazan y busca la manera de “matarlos”. Así ocurrió con Jesús. Una de las acusaciones que permitió llevarlo a la cruz fue que destruiría el viejo templo y levantaría uno nuevo en tres días, aunque el hablaba del templo de su cuerpo. Así está escrito:
Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, 60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, 61que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo... 65
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué
más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.
66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! (Mateo, 26).
Tengamos cuidado no sea que creyendo edificar la iglesia de Dios estemos levantando un edificio espurio, como tantos lugares altos que se levantaron en la antigüedad.
Para finalizar, y con la intención de que no haya equívocos en cuanto a mi posición en este tema, diré que estoy en contra de imponer el diezmo como si fuera un impuesto obligado por ley para los creyentes, pero estoy a favor de apoyar en todos los sentidos a aquellos amados hermanos que hacen una buena labor de edificación del pueblo de Dios, y de tenerlos en alta estima por causa de la obra que realizan.
Estoy en contra de la presión y la coacción para presionar a los hermanos con cargas pesadas de llevar, pero estoy a favor de la generosidad con los que padecen necesidad.
Estoy en contra de imperios económicos eclesiásticos que enriquecen a unos pocos esquilmando a la grey de Dios, pero estoy a favor de invertir generosamente en la extensión del Reino a todas las naciones a través de hombres y mujeres íntegros, de fe y amor por los perdidos.
Si tu tienes la práctica de dar el diezmo sigue haciéndolo, pero sitúalo en sus justos términos, no es una demanda para conseguir el favor y la aceptación de Dios, tal vez será una forma de disciplina en tu dar, pero recuerda que todo tu ser y todo lo que tienes es propiedad de Dios. Sigue al Espíritu y se abierto para saber cuándo, donde y cuánto debes sembrar con libertad.
Creo en pedir a Dios para todas nuestras necesidades, y que El suple de múltiples maneras todo lo que nos falta en cada momento para llevar a cabo la misión que nos ha encomendado.
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