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martes, 23 de octubre de 2012

Lo oculto atrapa a la juventud: Alerta - Manos a la obra


. La Juventud en garras del Ocultismo
. biblias y miles de comentarios
 
Lo oculto se ha convertido en un componente común de los programas televisivos orientados a los Jóvenes.  La creciente exposición de brujería y otras prácticas ocultas ha aumentado la aceptación de estas prácticas por los jóvenes, quienes la ven como algo excitante, exótico y alternativas para evadir la religión, particularmente el Cristianismo.
Un estudio de adolescentes locales en Lexington (Kentucky, EU) por el diario el Heraldo en 1997 mostró que “existe una subcultura, cultura subterránea, “underground” que hacen culto a lo “gótico”, vampirismo y otras muestras de envolvimiento en lo oculto por los niños y adolescentes”.  Esta rebelión expresada en la Biblia, es la brujería, vampirismo y satanismo, entre otras prácticas ocultistas.
El estudio concluye que muchos signos de envolvimiento satánico en los adolescentes (tales como símbolos satánicos en libros o cuadernos, mochilas, calcomanías) es mucho más que simple y temporal rebelión contra las normas sociales. Los jóvenes están haciendo pactos con las fuerzas espirituales ocultas y los Padres de familia tenemos que estar alertas.
Un pequeño porcentaje de los adolescentes que muestran interés en símbolos ocultos, terminan envueltos dentro de prácticas ocultas serias, pero muchos de ellos abren puertas espirituales al hablar y practicar de lo que no saben.
Los Jóvenes y lo oculto: un ejemplo de lo peor que puede pasar: El estudio en el diario de Kentucky fue motivado por el asesinato de dos personas el 25 de Noviembre de 1996, por el líder de un culto vampírico adolescente llamado Rod Ferrell. Rod expresó haber sido inducido a lo oculto y rituales de sacrificios humanos por su padre y su primer padrastro. Además, tuvo más contacto con el vampirismo y lo oculto a través de un juego que en Estados Unidos tiene fama sobrenatural: Calabozos y dragones.  (*de los mismos distribuidores de Pokémon en Estados Unidos). Este adolescente comenzó adentrándose en las prácticas de ocultismo poco después del segundo divorcio de su madre, caminaba en cementerios por la noche, cortándose a si mismo y ofreciendo su sangre a otros, pretendiendo ser un vampiro de 500 años llamado “vesago”. Además de otros síntomas típicos de rebeldía adolescente (usar drogas y faltar a la escuela), Comenzó a envolverse en un juego  llamado Vampiro: La mascarada.   El juego consiste en hacer que los jugadores físicamente realicen acciones de los personajes del juego,  casi como si estuvieran en una obra de Teatro. Es decir, estaban practicando físicamente durante las sesiones del “juego”.  En esta etapa de su vida, este joven se relacionó con dos jovencitas y un joven, los cuales formaron un grupo.  Le llamaron el “culto al vampiro”.  En este grupo empezaron a practicar sexo en grupo y a beber sangre como parte de sus rituales vampíricos. Un día, asesinaron a los papás de una jovencita, para que ella pudiera seguirlos en el culto sin que nadie se opusiera.  Fueron capturados y sentenciados a muerte por el asesinato de esas personas.   El juez lo describió como “un joven hombre con disturbios emocionales, la prueba de que realmente existe la maldad en el mundo”.
Principales actividades ocultas que envuelven a los Jóvenes: El MOVIMIENTO GÓTICO. Iniciado en 1981 en Londres en un club nocturno llamado la cueva del murciélago.   Los seguidores del movimiento gótico, se visten de negro, con la cara pálida, labios y uñas negras, usan capas, son habitantes de la noche, quienes abrazan sacrilegios, rebeldes de toda religión, y muchos de ellos consumados poetas, artistas, músicos. Algunos de los grupos musicales que representan el movimiento gótico son “Depeche Mode”, “The Cure”, quienes crearon una música sintética inspirada por lo gótico, llenando con multitudes sus conciertos donde quiera que se presentaran.
El llamado movimiento gótico, se distingue por ser “contra cultural”, y cuyos miembros se describen así: “almas lastimadas que se sienten desarraigados de la sociedad, se sienten solos de alguna manera”.  Los góticos celebran la muerte, incluyendo la muerte de la esperanza y la humanidad para nuestra cultura.
VAMPIRISMO: Hay dos tipos de vampiros envueltos en lo gótico: el “vampiro metafórico”, que adopta costumbres tales como dormir en cofres o cajas, usan “colmillos”, y mantienen trabajos nocturnos.  “Los vampiros reales” son aquellos que beben sangre y exhiben muestras de psicosis.  Muchos cruzan las líneas entre los dos grupos, pero la mayoría de ellos son adultos con pocos ingresos, que “aparentan” vivir en un mundo de fantasía.   El diario Los Ángeles Times, describe al segundo grupo como “más allá de un estilo de vida”, estos practicantes evitan el sol a toda costa. Algunos beben sangre y practican rituales de magia.  Muchos claman poseer habilidades psíquicas. Algunos dicen ser atormentados por espíritus diabólicos. Muchos jóvenes que hacen esto, sólo están jugando, pero muchos de ellos pierden el sentido de la realidad,  y se dejan envolver por prácticas ocultistas en las que luego quedan atrapados, sin salida aparente. Muchos recurren al suicidio cuando creen que no pueden salir de eso.
BRUJERÍA: Una de las grandes campañas de mercadotecnia dirigida a los jóvenes, es la brujería.  Los jóvenes creen, realmente creen que pueden recurrir a la brujería para cumplir sus deseos personales.  La brujería es descrita así: “Una religión centrada en la tierra, enfocada a elevar la espiritualidad individual, la brujería no es, ni ha sido nunca, un vehículo de adoración satánica”. Esta descripción proviene de la bruja Silver Ravenwolf, de Estados Unidos.  En la brujería se adoran a muchos dioses, tienen rituales y festivales y celebraciones de las estaciones. El sincretismo de esta religión esta incluido dentro de las prácticas de la Nueva Era.  La brujería está en demanda de muchos jóvenes, particularmente mujeres en edad de secundaria.  En los libros de brujería, encuentran temas como “Encuentra como los misterios de la brujería pueden hacerte brillar”, “Comienza tu viaje en la ceremonia de los adolescentes en la búsqueda”, “Trabaja la magia con verdaderos encantamientos”, entre otros.  La oferta de encantamientos es mucha, y es una trampa en la que muchos caen: “Como recibir dinero”, “como recibir un carro”, “encantamientos en contra de los maestros para que los pasen en los exámenes”, “Para atraer el sexo opuesto”, “Para que alguien te llame” y para que “alguien no te llame”, entre otros.
Aunque todavía no llega a números alarmantes la cantidad de jóvenes que practican estas cosas, los cristianos deberíamos estar al pendiente del desarrollo de dichos movimientos en nuestra comunidad, y hacer lo que sea necesario para alertar a nuestros jóvenes y niños sobre las trampas de un enemigo real: Satanás.
Si tu hijo ha mostrado estas señales,  clama a Dios por su ayuda y protección, y haz todo lo que sea necesario para alejar a tu hijo de ese ambiente. Nada es más importante que la vida, y la vida fundada en los principios Bíblicos Cristianos, es la vida eterna.

sábado, 7 de julio de 2012

Sectas, ocultismo, denominaciones: Esclavitud satanica

biblias y miles de comentarios
 
Libertad de la esclavitud de sectas y del ocultismo
Conocí a Sandy cuando huía llena de temor de una sesión en congreso. Es una mujer linda de poco más de unos cuarenta años, normalmente tiene una personalidad llena de vida y suficiente energía como para dos. Tiene un marido cristiano comprometido con el Señor, varios hijos y vive en una hermosa comunidad en las afueras de la ciudad.
Durante toda su vida Sandy había ocultado muy bien la batalla que se libraba en su mente. Pocos, tal vez ninguno, sospechaban la guerra que tenía por dentro hasta que misteriosamente empezó a desaparecer de su mundo unos dieciocho meses antes de que nos conociéramos. He aquí su historia:
*     *     *
La historia de Sandy
Casi siempre vivía dentro de un minúsculo rincón de mi mente.
Al fin puedo creer que soy hija de Dios. Ahora estoy segura de mi lugar en el corazón de mi Padre. Él me ama. Mi espíritu da testimonio con su Espíritu de que esto es cierto y ya no me siento fuera de la familia de Dios; ya no me siento huérfana.
La presencia malévola que tenía adentro desde el momento que pasamos juntos en el congreso se fue, al igual que las muchas voces que me persiguieron durante treinta y cinco años. Siento que toda mi mente luce limpia, amplia y bella.
Antes de encontrar mi libertad en Cristo vivía casi siempre en un minúsculo rincón de mi mente. Aun así, jamás pude escapar de las voces que me ordenaban, de las expresiones obscenas ni de la ira acusadora. Así que trataba de separarme de mi mente y llevar una vida lejos de todo eso.
En 1979 me convertí a Cristo, y desde entonces fue una lucha constante poder creer que Dios realmente me aceptaba, me quería y yo le importaba. Pero por fin, ya, se acabó esta lucha de toda una vida. Nunca antes pude escuchar esa apacible y delicada voz de Dios en mi mente sin recibir castigo de parte de las otras voces. Hoy sólo está allí la apacible y delicada voz.
Esperaba que mi padre tuviera la razón y que Dios no existiera.
Todo empezó cuando yo era muy niña. Mi padre profesaba ser ateo y mi madre era muy religiosa, por lo que hubo mucho conflicto y confusión en nuestro hogar. Asistía a escuelas religiosas, pero cuando llegaba a casa escuchaba a mi padre decir que la religión era una tontería sólo para los débiles. Realmente esperaba que él tuviera la razón y que no existiera ningún Dios, porque le tenía miedo a la religión de mamá. Temía que Dios me castigara si no me comportaba correctamente. Aun así, buscaba respuestas espirituales a pesar de rechazar las soluciones de mis padres.
Me comunicaba con la bola, usándola como un medio para predecir el futuro, y creía que era mágica.
Mi familia, tanto mis padres como mis abuelos, estaba plagada de creencias supersticiosas y de amuletos. Recuerdo que cuando visitaba a mis abuelos maternos sentía que su casa era un lugar tranquilo donde lograba escaparme del caos del hogar en que me criaba. El único juguete que mi abuela tenía para mi era una bola mágica negra. La bola tenía una ventanita y pequeñas fichas adentro que daban quizás cien respuestas distintas. Le hacía una pregunta a la bola, como «¿lloverá mañana?» y flotaba a la superficie una respuesta como «probablemente».
Me encantaba esa bola y pasaba largo rato donde mi abuela jugando con ella y creyendo que tenía poderes mágicos y respuestas para todo los aspectos de mi vida. Le comunicaba a la bola los problemas de mis padres y de lo que estaba sucediendo en mi vida, usándola como un medio de predecir mi destino. Después de un tiempo me fui dando cuenta que muchas de las respuestas que me daba eran correctas confirmando mi creencia de que tenía poder especiales.
Supongo que los adultos creían que era simplemente un juguete con el que podían jugar los nietos. Sin embargo, cada vez que yo tenía problemas, los guardaba hasta llegar a casa de mi abuela donde trataba de resolverlos con la bola mágica.
Cuando visitaba a mis abuelos paternos, me llevaban a su muy legalista iglesia, y empecé a tenerle terror al infierno. Con temor a Dios y a la religión, me volqué hacia la bola mágica para tratar de pronosticar hechos. De esa manera podría estar preparada por adelantado a los desastres que Dios enviara a mi camino.
Explotaba de ira por cualquier cosa. Al mismo tiempo me sentía como una temerosa niñita triste y sola.
Cuando cumplí catorce años, ya me había convertido en una persona muy religiosa en la iglesia católica, donde por alguna razón me sentía muy segura. En casa no había paz porque el alcoholismo de papá y los pleitos entre él y mamá se intensificaron. Probablemente ellos dirían que el problema era yo, una niña problemática. Mi madre trataba de separarnos, a mi padre y a mí, porque él era muy abusador y yo no era muy pasiva. Me encantaba pelear y siempre me entremetía cuando él estaba enojado con alguien. Cada vez que me veía me echaba de la casa, por lo que al fin sólo volvía cuando él no estaba o cuando dormía.
Yo era iracunda, rebelde y odiaba a toda autoridad hasta el punto que la gente pasaba a mi lado cuidadosamente debido a mi cólera explosiva. Lo que no sabían era que por dentro me sentía como una niñita temerosa, triste y sola. Simplemente quería tener a alguien quien que me cuidara, pero jamás pude hablar de esto con nadie. Cuando alguien intentaba acercarse a mí, escondía mi inseguridad volviéndome agresiva.
En la escuela y en la comunidad era un problema, y llegué a ser sexualmente promiscua, haciendo básicamente todo lo que pudiera para quebrantar los diez mandamientos. Una vez entré a una iglesia católica, miré al crucifijo y dije: «Amo todo lo que odias y odio todo lo que amas.
Estaba retando a Dios para que me golpeara y ni siquiera tenía miedo de que lo hiciera.
Deseaba simplemente estar en una familia y sentirme segura.
A los diecinueve años fui a una gran ciudad y durante dos años viví con otras dos muchachas. A las dos de la mañana en un bar un barman nos dio una pequeña tarjeta y nos preguntó:
«¿Por qué no van a mi iglesia? Tal vez allí encuentren las respuestas a algunos de sus problemas y no tendrán que estar aquí a media noche.
Sentí que debería por lo menos intentar el asunto de «iglesia» una vez más, creyendo que todas eran iguales. Simplemente quería estar en una familia y sentirme segura; por lo que al día siguiente asistimos a esa iglesia. No tenía la menor idea de que era una secta … ¡y por diez años participé en ella!
Al principio me sentí amada; era mi «familia». Se interesaron por mi vida, nadie me había prestado antes tanta atención. Nadie se ocupó lo suficiente de mí como para decirme: «Queremos que duermas nueve horas por las noches. Queremos que comas tres veces al día. Queremos saber dónde estás». Me hicieron rendir cuentas de mi estilo de vida y yo interpreté su interés por mí como amor y preocupación por mi bienestar. Hubiera dado mi vida por ellos.
Acepté su filosofía de que todos somos dioses. Esto se ajustaba a la visión atea de mi padre de que realmente no existe un Dios supremo y que la religión es un invento de alguien para controlar a la gente. También me explicaron quién era Jesucristo, lo cual parecía satisfacer la religión de mi madre. Dijeron que él era simplemente un buen maestro, como Mahoma o Buda, pero que no era ni supremo ni Dios, porque de serlo no hubiera tenido que morir en una cruz.
Mi mundo entero giraba alrededor de las enseñanzas de la secta
Mientras más me metía en la secta, más me consumía la vida. Creía todo lo que me decían, y consideraba una mentira cualquier cosa que leyera en los periódicos o viera en la televisión. Así que no leía nada que no hubiera redactado la secta, y no creía nada a menos que su firma estuviera en ello. Mi mundo entero giraba en torno a su enseñanza.
Recibí bastante instrucción personal en que me indicaban lo que tenía que hacer para convertirme en un «ser espiritual totalmente libre». Como enseñaban la reencarnación, creía que había tenido varias vidas anteriores. «Aprendí» nombres anteriores, cuántos hijos tuve, hasta el color de mi cabello. Esto incluía vidas en otros planetas. Como yo confiaba en ellos, les creía; la razón por la que nadie más conocía esta «verdad» respecto a sí mismos era que no estaban dispuestos a conocerla.
Vivía en dos mundos
Traté de vivir en dos mundos. Desde los siete años de edad he oído voces en mi cabeza y he tenido amigos invisibles, por lo que en la escuela vivía en un mundo y en mi casa tenía otro. Las voces en mi cabeza me seguían hablando, y los líderes de la secta me decían que eran voces de mis vidas anteriores. Mi esperanza inútil era que cuando estuviera plenamente instruida, esas voces se aquietarían y no me molestarían más.
Mientras sucedía esto, mi familia se trasladó a otro estado donde mi madre fue invitada a asistir a un estudio bíblico en el vecindario y aceptó a Jesucristo. No lo dijo a nadie porque mi padre todavía era ateo y no la habría dejado asistir al estudio. Sin embargo, pidió a sus amigos que oraran por la conversión de su marido y de sus hijos. Si hubiera sabido que estaban orando por mí, también habría intentado detenerla.
Fui a visitar a mi madre en su lecho de muerte con la idea de que un miembro de la secta pudiera convertirla.
Cuando mi madre enfermó de cáncer, fui a visitarla en su lecho de muerte con la idea de que un miembro de la secta pudiera convertirla y así cuidar de su espíritu en la próxima vida. En esa próxima vida ella viviría en la secta y yo podría estar consciente de ella; entonces tendría una mejor vida que la que tuvo con mi padre.
Mientras estaba con ella sentí un odio tremendo por sus amistades que visitaban su cuarto, le hablaban de Jesús y oraban por su sanidad. Yo ridiculizaba sus intentos, pero estaba asombrada de ver la fuerza de las convicciones de mi madre. Fue una batalla entre su mente y la mía, pero una noche estaba con tanto dolor y tan agotada emocionalmente que hizo conmigo una oración de compromiso para entregar su espíritu a la secta. Al día siguiente regresé a casa sintiéndome satisfecha, y ella murió a los pocos días.
Recuerdo una tarde a las tres, mientras hacía crucigramas con una vecina, que de repente sentí la presencia de mi madre en el cuarto. Le dije: «¿Qué haces aquí? Supuestamente deberías estar en la sede de la secta».
Más tarde ese mismo día me llamó mi hermano y me dijo que mamá había muerto esa tarde.
Mi amiga en la secta me contó que todo estaba muy bien, que habían recibido el espíritu de mi madre. Con el tiempo me llamarían apenas naciera la bebé que iba a recibir el espíritu de ella, para que yo la fuera a visitar.
Eso me enojó tanto, que robé una Biblia para resaltar todas las mentiras.
Cerca de una semana más tarde, recibí carta de una de las amigas de mamá que había estado con ella cuando murió. Dijo que mi madre se había ido a estar con Jesús, lo que me enojó tanto que fui a una iglesia local y me robé una Biblia. Iba a subrayar todas las mentiras en ella para luego enviarla a esta señora y mostrarle lo confundida que estaba, y para convertirla a la secta.
Abrí la Biblia en la mitad y empecé a leer en el libro de Isaías. En vez de subrayar las «mentiras» me vi subrayando palabras como «Venid, pues, dice el Señor, y razonemos juntos[…] si volviereis a mí, yo me volveré hacia ti». Descubrí que el libro estaba lleno de pasajes acerca de que uno no se debe involucrar con médiums ni con astrólogos. Cuando terminé de leer estaba confundida respecto a cuál era la verdad.
Jamás había leído una Biblia, mucho menos había poseído una, por lo que fui al final del libro para ver cómo terminaba todo. Cuando leí el libro de Apocalipsis me asusté, porque la secta enseña ese libro al revés. Ellos dicen que las personas son realmente «dioses» que regresan y toman el lugar que les corresponde en el cielo.
Me senté allí y traté de comunicarme con el espíritu de mi madre.
Regresé a la iglesia de donde había robado la Biblia y traté de comunicarme con el espíritu de mi madre. Razoné que si ella había sido cristiana, entonces yo debía poderla contactar en un lugar cristiano. Cuando llegué a la iglesia, dije que estaba tratando de comunicarme con mi madre, dijeron muy amorosamente que no creían que la encontraría allí, pero me invitaron a desayunar con ellos y a conversar del asunto. Resultó ser un desayuno de comunión cristiana, donde por primera vez en mi vida me encontraba entre un grupo de personas cuyas vidas parecían ser especiales debido a su relación con Jesucristo.
En los siguientes meses aumentó mi confusión conforme iba y venía entre mi lectura bíblica y la de mis libros de la secta. Visité la iglesia donde había conocido a la pareja y ellos iban a mi casa simplemente para leer las Escrituras conmigo. Los considero mi madre y mi padre espirituales. Jamás me hicieron sentir mala; simplemente me amaron y me aceptaron. Cada mes me recogían para llevarme a su desayuno cristiano y a otros servicios de la iglesia.
Si ella había ido realmente a estar con Jesús, yo también quería estar allí.
Durante esta época recuerdo que oraba y le decía a Dios que yo quería estar dondequiera que estuviera mi madre. Si había sido la causa de que ella hubiera perdido su entrada al cielo, entonces no quería ser cristiana porque quería estar con ella. Pero si realmente se había ido con Jesús, como me lo había dicho su amiga, deseaba estar allá también. No podía escoger.
Una noche en sueños vi a mi madre caminando hacia mí junto con otra persona vestida de blanco, me dijo: «Te perdono por lo que hiciste y quiero que te perdones a tí misma y ores por tu padre». Eso me despertó como un tiro y desperté a mi marido diciendo: «Ya sé donde está ella». Me enojé por haberme pedido que orara por mi padre, pero así supe que era mi madre. Nadie más se atrevería a pedirme que hiciera eso.1
La siguiente semana asistí a la iglesia con esa pareja, entregué mi vida al Señor y renuncié a mi participación en la secta. Entregué a la pareja todos mis libros y los avíos de la secta, y ellos se lo llevaron de mi casa. En los dos años siguientes me discipularon y me llevaron a su grupo de comunión.
A las seis semanas de ser cristiana me di cuenta de que estaba embarazada, por lo que me enojé con el Señor. Ya había tenido tres abortos y había decidido que no debía seguir con el embarazo sólo porque era cristiana. Pero mi marido, me dijo: «Yo pensaba que tú, como cristiana, no aceptarías un aborto porque los cristianos no creen en el aborto». Me enojé porque Dios me hablara a través de mi marido, quien ni siquiera era cristiano, pero Dios parecía decirme: «Mira, tu casa tiene suficiente espacio para un bebé. ¿Pero qué tal tu corazón? ¿Habrá campo en él?» Entonces me decidí a tener el bebé.
A los nueve meses de haber nacido el bebé mi esposo entregó su vida al Señor. Me dijo: «Cuando te decidiste en contra de un aborto me impresionó la intervención de Dios y su impacto en tu vida».
Un sacerdote supo mi trasfondo y sugirió que probablemente yo necesitaría liberación.
Me preguntaba si debería ser católica como había sido mi madre. Mis padres espirituales me dijeron que estaría bien que asistiera a la iglesia católica, por lo que empecé a asistir a un grupo de oración de católicos carismáticos. Cuando el sacerdote supo mi trasfondo sugirió que probablemente necesitaría liberación, por lo que me reuní con él. Empezó a hablar con lo que había dentro de mí, pidiéndole su nombre. La «cosa» le daba un nombre y luego se ponía iracunda y violenta; me asusté y le di una paliza al sacerdote.
Esto me asustó tanto que decidí mantenerlo en secreto. Quise creer que si realmente era cristiana, Dios espantaría de mi vida esa horrible presencia. Como no sucedió así, no pude creer que en verdad tenía una relación con Dios. La gente me decía que yo estaba salva ya que había entregado mi corazón al Señor, pero nadie me podía ofrecer la seguridad que buscaba. Me sentí medio mala, medio buena y no me podía imaginar cómo iría al cielo sólo la mitad de mí.
Iba a la iglesia, pero cuando llegaba a casa, las voces me atormentaban; ya no eran mis amigas.
De nuevo nos mudamos, tuvimos más hijos y nos involucramos en una iglesia nueva y en sus estudios bíblicos, pero todavía experimentaba esa vida dividida. Iba a la iglesia, pero apenas llegaba a casa las voces empezaban a atormentarme. Ya no eran mis amigos: me acusaban, gritaban, se enojaban y profanaban. Me decían: «Crees que eres cristiana, pero no lo eres. Eres inmunda y pecadora».
Mientras más cristiana me hacía, peor actuaban las voces.
Me hice legalista, pensando que tenía que asistir a todo estudio bíblico y a toda actividad de la iglesia. Iba los domingos por la mañana y las noches de domingos y miércoles, con la idea de que si estaba presente cada vez que la iglesia abría sus puertas podría comprobar que era cristiana.
Salía en viajes de misiones y enseñaba en la escuela dominical. Cuando enseñaba los estudios bíblicos y hablaba con otros los peligros de las sectas, todo se intensificaba dentro de mí. El enojo se transformaba en ira, el dolor en tormento, las acusaciones me hacían sentir suicida. Pensé: ¿Por qué no me mato? Jamás voy a alcanzar la perfección para ser una verdadera cristiana.
Cuando salí en un programa radial y hablé de los peligros de las sectas, me plagaba el temor de que mataran a mis hijos. Me volví paranoica hasta de enviarlos a la escuela, por lo que me salí de todo. Me sentí entonces mejor por un tiempo y las voces disminuyeron su actividad, pero me convertí en una persona solitaria que no iba a ningún lado ni hablaba con nadie, deseaba simplemente estar sola todo el tiempo. Me sentí cada vez más atada, y mi vida interior se convirtió en una cárcel en donde no brillaba la luz.
Me diagnosticaron un TPM (trastorno de personalidad múltiple).
Asistí a un centro cristiano de consejería que me ayudó a aclarar algunos maltratos de mi infancia. Me diagnosticaron un trastorno de disociación debido a las voces y a las personalidades múltiples, porque muchas veces decía: «Bueno, nos sentimos de tal manera». Mi consejero me preguntaba: «¿Por qué dices “nos”?» «No lo sé», contestaba.
Esto me asustaba pero también sentía alivio al saber que por fin alguien creía que habían voces dentro de mí. Asistía dos veces por semana a sesiones de consejería para aliviar el dolor y el tormento. Si en algún momento habían aciertos aparentes me daba pavor y luego sentía la necesidad de castigarme haciendo algo peligroso o doloroso. No había nada que apaciguara la cólera dentro de mí, excepto los casetes de alabanza y adoración. Solamente cuando los escuchaba sentía que no me volvía loca, pero sólo podía escucharlos: no los podía cantar.
Los consejeros me amaban y estaban dispuestos a ayudarme cada semana. Oraban por mí y se comprometían a acompañarme en todo mi peregrinaje, cosa que les parecía que iba a durar mucho tiempo pues tenía que integrarme de nuevo. Me dieron esperanza, asegurándome que Dios me quería sana y que Él lo lograría, a pesar de que yo vacilaba entre la esperanza y la desesperación como si estuviera en una montaña rusa. Estos consejeros cristianos fueron como un salvavidas para mí, y me transmitieron el amor y la aceptación de Dios en la manera en que me escuchaban, me comprendían y se preocupaban por mí.
Sin embargo, cuando tenía siete años ocurrió un hecho tan traumatizante que me produjo terror y que incluso impidió seguir los consejos. Cada vez que llegaba a la edad de siete años, en el proceso de consejería, me daba demasiado temor seguir adelante. Razonaba: Si es tan terrible, no quiero saber de qué se trata. Una voz dentro de mí decía que me haría daño recordar el asunto.
Tenía una vecina amiga que conocía mis luchas. Un día me pidió que la ayudara a preparar una «Conferencia sobre la resolución de conflictos personales y espirituales» que se iba a dar en su iglesia en unas seis semanas. La idea era que yo le ayudara a visitar iglesias, colocar carteles y vender los libros. No quería hacerlo. Estaba segura de que la conferencia era simplemente una reunión más como tantas en las que había estado. Siempre regresaba a casa muy sola y desanimada, sabiendo que me esperaba el castigo por haber intentado buscar una cura. Aunque temía que mi vida fuera aún más desgraciada. De mala gana le dije que la ayudaría.
Después de ver el primer video durante diez minutos, decidí odiar a Neil Anderson.
Mi vecina me dio varios videos del congreso para que los viera con el fin de poder responder a las preguntas sobre los materiales. A los diez minutos de ver el primer video ya había decidido odiar a Neil Anderson, pues él no tenía nada que decirme. Sentí deseos de advertir a la gente que no asistiera y le dije a mi vecina:
—No me gustó el hombre. ¿Estás segura de que quieres que venga a dar esta conferencia? Me parece que hay algo malo con él.
—Bueno—me respondió—, eres la única que me dice eso entre unas treinta y cinco personas con quienes he conversado.
En la cruzada aumentó mi resistencia y no escuché todo lo que se dijo. Tampoco recordé las noches en que Neil habló de nuestra identidad en Cristo, y me senté en la segunda fila sin poder cantar ni uno de los himnos. Mientras él hablaba, parte de mí decía: Eso no es nada nuevo. Lo sabíamos de todos modos. Otra pequeña voz dentro de mí decía: Quisiera que todo lo que dice fuera cierto y que me pudiera ayudar. Sin embargo, no revelé mi parte que tenía esperanza, sino más bien la que criticaba. Al conversar con los demás, les decía:
—¿Qué piensas de la conferencia? No es tan buena, ¿verdad?
Me empecé a ahogar y a sentir enferma, me dirigí al auto para ir a casa.
Casi al final de la semana nos mostraron la grabación de una sesión de consejería de dos horas. No pude mirar a la mujer del video mientras encontraba su libertad. Sentí terror y cólera a la vez. Me empecé a ahogar y a sentir enferma, y me dirigí al auto para ir a casa, decidida a no aparecer el sábado. Pero en el pasillo me encontré con Neil.
Pasamos a una sala adjunta donde Neil me ayudó a hacer algunas renuncias, que repetía en voz alta y que me permitieron tomar mi posición en contra de Satanás y de sus influencias en mi vida. También le pedí a Dios que me revelara qué era lo que me había impedido sentarme a mirar el video, y fue entonces que recordé lo que sucedió cuando tenía siete años de edad. Era como si se hubieran apartado las nubes: me pude ver como una niñita aterrada por una presencia oscura y negra.
Jugaba con muñecas en el dormitorio al fondo de la casa. Era de día y no sucedía nada que produjera temor, ni había nadie más en el cuarto. De repente sentí que me consumía el terror. Recuerdo que dejé de jugar y me acosté boca arriba y dije: «¿Qué quieres?» a una presencia gigantesca y negra que estaba sobre mí. La presencia me dijo:
—¿Puedo poseer tu cuerpo?
—Sí, si prometes no matarme—le respondí.
Literalmente sentí aquella presencia infiltrarse totalmente desde la cabeza hasta los pies. Fue tan opresivo sentir que esa cosa invadiera todos los poros de mi cuerpo que recuerdo que pensé: Me voy a morir. Tenía sólo siete años, pero recuerdo que fue tan sexual y sucio, que sentí tener un gran secreto que debía ocultar y que jamás se lo podría contar a nadie. Desde entonces me parecía que tenía más de una personalidad y creía natural que otros seres invisibles tomaran mi cuerpo. A veces hacía cosas que luego no recordaba cuando la gente hablaba de ellas. Entonces pensaba: Bueno, no fui yo; fue mi «amigo» invisible el que lo hizo.
Jamás volví a jugar con la bola negra. Nada más tenía que hablar con mi amigo invisible y este me sugería lo que debía hacer. Unas veces eran sugerencias malas, pero otras eran buenas. Dada mi gran necesidad de compañerismo por los maltratos en mi infancia, jamás se me ocurrió que esa voz fuera otra que la de una amistad.
Cuando le contaba, Neil decía: «Es mentira». Apaciblemente me conducía a través de los pasos hacia la libertad.
Cuando Neil me condujo a la liberación, dándome las palabras que debía decir, renuncié específicamente a todos los guardianes satánicos que se me habían asignado. En ese instante me asustó la presencia malévola y temía que nos diera una paliza a los dos. Me recordó que yo había jugado con esa bola mágica por años.
Neil me instó a que no tuviera miedo y me preguntó qué decía la presencia a mí mente. Cada vez que le contaba lo que decían las voces, él respondía: «Eso es mentira», y me iba conduciendo muy apaciblemente por los pasos hacia la libertad. Recuerdo el mismo instante en que la presencia ya no estaba. Sentí como que la personita que era yo verdaderamente se estaba inflando como un globo dentro de mí. Al fin, después de treinta y cinco años de una vida fraccionada, yo era la única persona dentro de mi cuerpo. He dedicado el lugar desocupado por la presencia malévola a mi nuevo inquilino: el Espíritu limpio, apacible y tranquilo de Dios.
El sábado por la mañana temí despertarme, pensando: Esto no es real. No quería abrir los ojos porque normalmente la voz me decía algo como: «¡Levántate, ramera estúpida! Tienes que trabajar». Entonces me levantaba y hacía todo lo que me indicara. Pero esta mañana no habían voces y mientras reposaba en cama pensé: Aquí no hay nadie más que yo.
Cuando regresé al congreso y entré por la puerta, la gente me veía distinta. Les conté cómo me había sentido siempre una huérfana en el cuerpo de Cristo, pero que ahora me sentía libre y parte de la familia de Dios.
Llegué a convencerme de que Dios quería tanto como yo que eso se fuera.
Pensé que apenas se fuera Neil, esa cosa volvería. Sin embargo, la paz perduró porque Jesucristo fue el que me liberó. Cada vez que volvía el temor, repasaba sola los pasos hacia la libertad, cosa que hice por lo menos cuatro o cinco veces más. Llegué a convencerme de que Dios quería tanto como yo que eso se fuera y jamás volvió desde entonces.
Una semana después tuvimos un choque frontal en el auto. Temí que la voz estaría allí de nuevo para decirme: «Voy a destruirte porque crees que estás libre». Pero más bien sentí que Dios me decía: «Aquí estoy para protegerte y siempre estaré contigo así».
Cuando una de mis hijas me preguntó si el choque había sido por su culpa, me pregunté por qué podría pensar así. Recordé que uno de los pasos hacia la libertad es romper con las ataduras ancestrales porque las fortalezas demoníacas se pueden pasar de una generación a la siguiente (Éxodo 20:4, 5). Mi niña de diez años de edad me dijo:
—A veces sé lo que va a pasar antes de que suceda y a veces miro por la ventana y veo cosas que nadie más ve.
Inmediatamente supe que había que liberarla de esa atadura. Entonces hice que tomara los pasos, traduciendo las palabras más complicadas a un lenguaje que ella podía entender. Oró para cancelar todas las obras del mal que sus antepasados le hubieran transmitido, rechazando toda forma en que Satanás podría estar reclamándola para sí. Se declaró estar eterna y completamente identificada con el Señor Jesucristo y comprometida con Él. Desde ese momento jamás volvió a sentir esa presencia demoníaca.
Mi marido estaba fuera de la ciudad durante el congreso y cuando regresó a casa le conté todo lo sucedido. El domingo siguiente en la clase de la escuela dominical, el líder preguntó si había alguien que quisiera decir algo respecto a la conferencia. Mi esposo se paró y dijo:
—Yo quiero hablar de algo, aunque no logré asistir, porque a mi regreso el Señor me regaló una nueva esposa.
Ahora siento la sonrisa de Dios y su rostro oculto hacia mí.
Antes, no tenía autoestima. Sentía diariamente que Dios tenía cierta medida de gracia para mí que en algún momento se acabaría, y que incluso Él mismo se preguntaría por qué me había creado. Sabía que algún día iba a decir: «Estoy cansado de Sandy». Por lo tanto, oraba todos los días:
«Por favor, Señor, no dejes que sea hoy. Permíteme terminar esto último antes de que lo hagas».
Fue algo muy liberador saber, cuando Neil nos enseñó, que Dios y Satanás no actuaban de la misma manera, sino que Dios va más allá de toda comparación y que Satanás está tan por debajo de Él, que no deberíamos equivocarnos y pensar que tiene atributos divinos. Siempre había creído que Dios y Satanás eran iguales, luchando por nosotros, y que Dios básicamente le decía: «Te regalo a Sandy».
Desde mi conversión había clamado constantemente al Señor:
¡Crea en mí un corazón puro!
¡Renueva un espíritu firme dentro de mí!
¡No me eches de tu presencia!
¡No quites de mí tu Santo Espíritu!
Una y otra vez había hecho esa oración, agonizando y anhelando conocer al Señor en persona y con afecto, pero sintiendo que mi relación era con la espalda de Dios. Ahora siento su sonrisa y su rostro vuelto hacia mí.
Ya no vivo en un minúsculo rincón de mi mente o fuera de mi cuerpo. Vivo por dentro, con mi mente en mi único y precioso Señor. ¡Qué diferencia más profunda! No hay palabras para expresar adecuadamene la tranquilidad y la ausencia de dolor y de tormento que ahora experimento a diario. Es como si viera después de haber estado ciega todos esos años. Todo es nuevo, precioso y lo atesoro porque no se ve negro. Ya no vivo con el miedo al castigo por cada movimiento que haga. Ahora soy libre para tomar decisiones y tengo alternativas. ¡Tengo la libertad de cometer errores!
El último año y medio me había sido imposible dejar que alguien me tocara sin sentir dolor o sin tener pensamientos sexuales terribles. Durante el acto sexual yo miraba desde fuera de mi cuerpo. Cuando esa presencia malévola decía ser mi «esposo», sabía por qué me sentí siempre como una prostituta, aun siendo cristiana.
Una vez desenmascarada esa mentira, y después de renunciar a ella, he llegado a comprender el significado de «novia» por primera vez en mi vida después de veinte años de matrimonio, y también siento el amor del Novio a quien veré algún día.
El Señor me ha enjugado mis lágrimas y respondido al clamor de mi corazón. Al fin siento un Espíritu recto dentro de mí; la presencia que salió de mí no era de Dios sino del maligno. Siempre temía que la presencia de Dios me dejara. Ahora me siento limpia por dentro. Sigo asistiendo a la consejería cristiana y estoy progresando. Estoy aprendiendo a enfrentar y rechazar el maltrato del pasado. Estoy aprendiendo a vivir en comunidad y a confiar de nuevo en los demás, después de haberme sentido traicionada por mi experiencia con esa secta.
Creo que Dios en su misericordia se encontró conmigo en mi necesidad, y ordenó la reunión que finalmente desenmascaró y echó fuera la opresión satánica en mi vida. Ahora puedo seguir creciendo en la familia de Dios. Estoy segura de pertenecer a esta familia y de ser amada en ella. Dios me ha mostrado que Él es fiel y capaz, no sólo de llamarme de las tinieblas hacia la luz, sino también de guardarme y de sostenerme hasta que termine mi peregrinar y me encuentre cara a cara con Él. Todavía me encuentro con pruebas, tentaciones y el dolor de vivir en un mundo perdido, pero camino sintiendo dentro de mí el fuerte latido del corazón de un Padre amoroso. Ya se ha ido la interferencia satánica.
Gloria al Señor.
*     *     *
Los padres deben conocer las artimañas de Satanás
Lo horrible de Satanás se revela en la vida de Sandy. ¿Será capaz de aprovecharse de una niñita con padres disfuncionales y con abuelos que en su ignorancia, ofrecen a sus nietas juguetes de las ciencias ocultas? Sí, lo haría, y en realidad, lo hace.
He investigado el origen de muchos problemas de adultos en las fantasías infantiles, en los amigos imaginarios, en los juegos, en lo oculto y en los maltratos. No basta con advertirle a nuestros hijos respecto al extraño que se podrán encontrar en la calle. ¿Qué hacer con el que les aparece en su dormitorio? Nuestra investigación indica que la mitad de nuestros adolescentes que profesan ser cristianos han experimentado en sus propios dormitorios algo que los ha asustado. Más que cualquier otra cosa, eso fue lo que nos impulsó a Steve Russo y a mí a escribir el libro The Seduction of Our Children [La seducción de nuestros hijos]. Deseamos ayudar a los padres a saber cómo proteger a sus hijos y a vencer la influencia de las tinieblas. Al final de ese libro he anotado algunos pasos hacia la libertad de manera simplificada para los niños y los jóvenes al comienzo de la adolescencia.
Verdad, no enfrentamiento de poderes
En el área de liberación, el intento noble pero desastroso del sacerdote de realizar un exorcismo con Sandy me da razón para no promover un enfrentamiento de poderes. El hecho de que el consejero se dirigiera directamente al demonio podría ser como meter y menear un palo de escoba en un nido de avispas proclamando: «¡Aquí hay demonios!» Esa experiencia dejó a Sandy aterrorizada y totalmente indispuesta a enfrentar el asunto otra vez. Mi interacción fue únicamente con Sandy y no con los demonios.
El cerebro es el centro de mando, y debido a que Sandy estaba dispuesta a hablar conmigo de lo que le sucedía, nunca perdimos el control. Pensamientos acusadores y aterradores le bombardeaban la mente. Apenas ella revelaba lo que escuchaba, yo simplemente exponía el engaño diciendo: «Es mentira», o si no le pedía que no lo aceptara y le dijera que se fuera. El poder de Satanás está en la mentira; al exponerla se rompe el poder. La verdad de Dios libera a la gente. De vez en cuando insto a la persona a pedirle a Dios que le revele lo que la mantiene atada, y es muy corriente que los hechos pasados muchas veces, recuerdos bloqueados vuelvan a la memoria de la persona para que pueda confesarlos y renunciar a ellos. En el caso de Sandy, no tenía recuerdo consciente de lo que sucedió cuando tenía siete años (el capítulo diez expone los medios bíblicos de descubrir esos recuerdos).
Ejercer la autoridad en Cristo
La preocupación que Sandy expresó por mi salida de su ciudad es otra razón por la que me gusta tratar solamente con la persona. Cuando me preguntó qué podría hacer cuando yo no estuviera, respondí:
No hice nada. Usted hizo la renuncia y usó su autoridad en Cristo al decirle a la presencia malévola que se fuera. Jesucristo es su libertador y siempre estará con usted.
Renunció a su invitación a dejar que el demonio poseyera su cuerpo. Más adelante renunció a toda experiencia de sectas y de lo oculto. No se puede recalcar lo suficiente la importancia de este paso, pues está ligado al concepto total del arrepentimiento.
A través de toda su historia la Iglesia ha declarado públicamente: «Renuncio a ti, Satanás, a todas tus obras y a todos tus caminos». La mayoría de las iglesias católicas, ortodoxas y litúrgicas todavía hacen esa profesión, pero no sé por qué razón no lo hacen las iglesias evangélicas. Esa afirmación general se debe aplicar de manera muy específica a cada individuo. Este debe confesar y renunciar a todo lo que sea jugar con lo oculto, todo contacto leve con las sectas y toda búsqueda de dirección falsa. Conforme Dios nos los traiga a la memoria, debemos renunciar a todas sus obras y a todos sus caminos. Toda mentira y todo camino de engaño se deben reemplazar con «el camino, la verdad y la vida» (Juan 14:6). Lo que se hace en el primero de los pasos hacia la libertad: Lo falsificado en contraste con lo real».
Las ataduras de Satanás
Sandy nunca tuvo una relación sexual «normal» y se percibía a sí misma como una prostituta porque la presencia malévola decía ser su marido. La libertad de esa atadura le permitió entrar en una relación amorosa e íntima con su esposo. Tendré mucho más que decir sobre las ataduras sexuales después de otros testimonios.
La batalla mental que sufrió es bastante típica en los que están esclavizados. La mayoría de la gente implicada en un conflicto espiritual hablará de su origen familiar disfuncional o de otros abusos, pero rara vez revelarán la batalla que existe en sus mentes. Temen que se estén volviendo locos y no les gusta la idea de que alguien se lo confirme, ni tampoco les gusta la posibilidad de tener que usar medicamentos.
Sandy se sintió aliviada cuando su consejero cristiano le creyó. El mundo secular no tiene otra alternativa que buscar una cura física, ya que la enfermedad mental es el único diagnóstico posible. La tragedia de los medicamentos antisicóticos, en caso de que el problema sea verdaderamente espiritual, es drogar al paciente. ¿Cómo la verdad podrá liberar a quien esté tan intoxicado que casi no pueda hablar, mucho menos pensar?
Los consejeros cristianos con quienes he podido dialogar agradecen mucho cuando les hago considerar el conflicto espiritual y cómo resolverlo. Esto les permite dar una consejería mucho más integral y eficaz.
En medio de una conferencia una señora me dijo que yo la estaba describiendo hasta el último detalle. Dijo que iría a un centro de tratamiento por treinta días. Le pregunté si podría verla antes, pues yo sabía que ese centro era conocido por el uso de drogas en la terapia. Estuvo de acuerdo, y después de nuestra reunión me escribió lo siguiente:
Luego de conocerlo el lunes por la noche mi marido y yo estábamos absolutamente eufóricos. Él estaba muy contento de verme feliz. Al fin había podido tomar mi posición en Cristo y renunciar al engañador. El Señor me ha liberado de la esclavitud.
La gran nueva que tengo es que no me desperté con pesadillas ni gritos. ¡Más bien me desperté con cantos en el corazón! El primer pensamiento que entró a mi mente fue «aun las piedras clamarán», seguido de un «Abba, Padre». Neil, ¡el Espíritu Santo está vivo en mi ser! ¡Alabado sea el Señor! No puedo empezar a contarle lo libre que me siento, ¡pero de algún modo creo que ya lo sabe!
Aceptar la responsabilidad
Las voces y pesadillas tienen una explicación espiritual en cuanto a su origen, y la Iglesia tiene la responsabilidad de investigarla. Creo que todo pastor y consejero cristiano debe ayudar a las personas que las padecen.
Usted no tiene nada que perder al tomar los pasos o guiar a otros hacia la libertad. Es simplemente una limpieza de la casa al estilo antiguo, tomando en cuenta la realidad del mundo espiritual. Lo único que pretendemos es ayudar a la gente a responsabilizarse de su relación con Dios. Nadie está acusando a nadie de nada. Si no hay nada demoníaco sucediendo en esa vida ¡lo peor que puede suceder es que ahora la persona esté realmente lista para participar en la Santa Cena la próxima vez que se ofrezca!
El relato de Sandy destaca muy bien las dos metas más codiciables en este tipo de consejería Primero, que las personas sepan quiénes son como hijos de Dios y que forman parte de esa familia para siempre. Segundo, que tengan paz y tranquilidad mental, la paz que guarda nuestros corazones y nuestras mentes, la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).

1 En la parábola del hombre rico y Lázaro se nos habla claramente del gran abismo que separa a los vivos de los muertos. No creo que fuera realmente la madre de Sandy la que apareció en su sueño. No hay ninguna manera de saberlo con certeza, pero quizás Dios usó la sensibilidad de Sandy para con su madre como un medio de comunicarse con ella y de atraerla a él.

Tom Cruise: Acusado de explotación laboral - victimas de la cienciologia

biblias y miles de comentarios
 
FBI les sigue los pasos a Tom Cruise y la iglesia de la cienciología. Obligaba a creyentes a hacer trabajos para él y les pagaba una miseria.
El popular actor Tom Cruise es investigado por el FBI, luego de que salieran a la luz testimonios de personas supuestamente abusadas y explotadas por el actor y otros miembros de la iglesia que profesa: la cienciología.

De acuerdo al desertor John Brousseau (ex cuñado del líder de la iglesia y padrino de Cruise en su boda con Katie Holmes), la estrella de Top gun y Misión Imposible utilizaba a creyentes para hacer trabajos forzados, tales como labores de oficina, reparación de sus autos y remodelación de un hangar, pagándoles tan solo 50 dólares a la semana.

Brousseau relata que, para justificar el abuso, se les indicaba que se trataba de ‘una labor a favor de la humanidad’.

En la investigación, también se cuenta con el testimonio del director Paul Haggis, quien formó parte de la organización por 34 años. Él denuncia la existencia de la congregación Sea Org, donde los padres eran obligados a entregar a sus hijos para trabajar, así como las exorbitantes cantidades de dinero que la iglesia exigía a quienes deseaban abandonar el culto.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Las Ambiciones de la Nueva Era Herramienta de Satanás: El Ocultismo en el Cine



Las Ambiciones de la Nueva Era Herramienta de Satanás: El Ocultismo en el Cine

Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 28MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial - Apologética
Información
 
Reseña del ocultismo
En un popular programa de televisión, la heroína convoca espíritus y realiza hechizos y magia para derrotar a seres demoníacos. En otro programa, brujas adolescentes usan su magia blanca para vencer a hechiceros y espíritus malignos. Este tipo de programas populares tratan con el mundo del ocultismo. El ocultismo ha prosperado desde el comienzo de la civilización. A lo largo del Antiguo y el Nuevo Testamento, los profetas de Dios han confrontado el problema del ocultismo.
El término "ocultismo" está tomado el latín occultus, que significa 'tapar', 'esconder' o 'aquellas cosas que son ocultas o secretas'. Una breve definición de ocultismo es 'la práctica de lograr conocimiento o poderes sobrenaturales fuera del Dios de la Biblia'. A través de estas prácticas, los ocultistas buscan ejercer influencia en circunstancias presentes o futuras, en la vida de ellos o de otros.
¿Por qué hay tanto interés en el ocultismo? Los expertos señalan varios factores. El primero es el desencanto con la iglesia y la religión organizada. El segundo factor es la curiosidad. Hay una atracción hacia el ocultismo que apela a nuestro interés en lo invisible. Muchos comienzan con un juego "inofensivo", pero esto suele llevar a más. Tercero, hay una búsqueda de poder. Las personas quieren tener control sobre el futuro, los espíritus o sobre otras personas.
Hay tres categorías principales del mundo del ocultismo: la adivinación, la magia y el espiritismo. La adivinación es un intento de predecir el futuro y, con él, moldear nuestra vida en consecuencia. Las artes de adivinación incluyen la astrología, el zodíaco, las bolas de cristal, las cartas de tarot, la quiromancia, los médium, la numerología y los horóscopos.
La segunda categoría es la magia, o paganismo. Los que están en la magia intentan controlar el presente mediante ceremonias, sortilegios y hechizos. Las artes mágicas incluyen la hechicería, la magia blanca, la brujería, el satanismo, las misas negras y los hechiceros.
Luego tenemos el espiritismo. Los que están involucrados en el espiritismo intentan comunicarse con los muertos y recibir información o ayuda de ellos. El espiritismo involucra las tablas guija, sesiones de espiritismo, necromancia y fantasmas.
El mundo del ocultismo no solo trae un mensaje falso, sino un mensaje peligroso también. Las experiencias con el ocultismo nos alejan de Dios y nos ponen en contacto con el mundo de los demonios. Jesús dijo que el diablo es "mentiroso, y padre de mentira" (Juan 8:44). Al tratar con lo demoníaco, uno no puede esperar tratar con la verdad. El demonio y su legión solo intentan "robar, matar y destruir" (Juan 10:10). Por esta razón, Deuteronomio 18 dice que las prácticas de la hechicería, brujería, adivinación y necromancia son detestables para el Señor. Fueron estas prácticas que atrajeron juicio sobre los cananeos y los expulsó de la tierra. Dios no quería que estas enseñanzas infiltraran ninguna cultura. La iglesia debe no solo presentar el peligro del ocultismo, sino el mensaje de vida y victoria que se encuentra en Jesucristo sobre los principados de las tinieblas.
Los peligros del ocultismo
"¿Qué tiene de malo unirme al Club de Vampiros o asistir a una sesión de espiritismo?", podría preguntarle su hijo. Para algunos, la exposición al ocultismo a través de los juegos de fantasía, los medios de comunicación o la música podría llevar a una mayor participación en un mundo peligroso.
El principal peligro del ocultismo es que es un camino fuera de Dios que puede ponernos en contacto con el mundo de los demonios. Las fuerzas demoníacas intentan engañar y destruir a las personas. Por lo tanto, el contacto con lo demoníaco genera numerosos problemas.
Primero, los expertos en sectas y los psicólogos han documentado la conexión entre la participación en el ocultismo y los trastornos psicológicos y emocionales. Los participantes pasan muchísimas horas estudiando, practicando y jugando juegos que involucran conjurar demonios, sacrificar criaturas en ritos crueles, controlar fuerzas siniestras y echar hechizos para inutilizar y matar a sus enemigos. Esto puede afectar el estado espiritual, mental y emocional de una persona.
Segundo, está el peligro de la posesión demoníaca. Las artes ocultistas suelen exigir que uno vacíe su mente e invite a espíritus extraños a controlar el intelecto y el cuerpo de la persona. Por ejemplo, al operar una tabla guija, se les pide a los participantes que vacíen sus mentes y permitan que otras fuerzas los guíen para intentar obtener mensajes. Estas técnicas abren la puerta a la posesión demoníaca.
Tercero, existe el peligro de violencia contra uno mismo y contra otros. Muchos casos de violencia y suicidios están vinculados con el ocultismo. El Dr. Thomas Redecki, un psiquiatra y presidente de la Coalición Nacional sobre la Violencia Televisiva, ha dado testimonio experto en varios juicios por asesinato que estaban conectados con juegos de roles y fantasía. Dice: "He encontrado múltiples casos de actitudes, valores y percepciones de la realidad que estaban fuertemente influidos por una inmersión en estos juegos. Cuando alguien pasa 15 a 30 horas a la semana soñando cómo salir a matar a sus oponentes y robar un tesoro, no sorprende que ocurra el deseo de representarlo en la vida real".{1}
Los casos reales incluyen el famoso ocultista practicante de la magia negra Aleister Crowley. Terminó en un manicomio por seis meses luego de tratar de conjurar al diablo. No solo eso, sino que sus hijos murieron y sus esposas o se volvieron locas o murieron como consecuencia de adicción a la bebida.{2} En Florida, un grupo de tres adolescentes fue acusado de matar a golpes a los padres de una cuarta niña de su grupo. Estos adolescentes participaban en el juego de rol y fantasía Vampiro.{3}
No produce ningún beneficio meterse en el ocultismo. La Palabra de Dios nos dice que evitemos el ocultismo porque puede ser adictivo y dañino. En cambio, Filipenses 4 nos dice que pasemos nuestro tiempo en todo lo verdadero, respetable, justo, puro, amable, digno de admiración. Aquello en lo que nos centramos afecta nuestras acciones y nuestra perspectiva de la vida. Por lo tanto, debemos meditar en lo que edifica la mente, el cuerpo y el espíritu.
La investigación de los fenómenos ocultistas
¿Pueden los videntes predecir sucesos futuros? ¿Pueden los médium realmente hablar con los muertos? ¿Cómo se explican los fenómenos psíquicos? Tratar con el ocultismo exige un enfoque equilibrado. La cosmovisión bíblica reconoce tanto el mundo físico como el espiritual. Hay seres físicos, pero también seres espirituales del bien y del mal. No podemos ignorar lo sobrenatural, pero tampoco debemos estar obsesionados con ello. C. S. Lewis comentó: "Hay dos errores iguales y opuestos en los cuales puede caer nuestra raza con relación a los 
demonios. Uno es no creer en su existencia. Otro es creer y tener un interés malsano en ellos. Ellos mismos están tan complacidos por un error como por el otro, y reciben a un materialista o a un mago con el mismo deleite".{4} Lo que pide Lewis, igual que nosotros, es un enfoque equilibrado. Hay numerosas afirmaciones de acontecimientos sobrenaturales en el mundo del ocultismo. Sin embargo, no todos los fenómenos ocultistas deben ser atribuidos a lo sobrenatural. Ha habido casos en los que las personas han atribuido rápidamente sucesos no explicados a lo demoníaco, solo para descubrir más tarde otras explicaciones naturales. Esto suele causar vergüenza y daña la credibilidad de la persona y del grupo. Debemos cuidarnos de investigar todas las explicaciones posibles.
La mayoría de los fenómenos ocultistas son meros trucos. Técnicas como la prestidigitación, engaños físicos o mecánicos, la suerte o la probabilidad matemática, y la lectura corporal pueden explicar muchos casos. Por ejemplo, se creía que el psíquico judío Uri Geller tenía poderes sobrenaturales, como la capacidad de mover o doblar objetos a cierta distancia con su mente. Hasta llegó a engañar a científicos con sus proezas. Sin embargo, se demostró que sus supuestos poderes eran falsos cuando el mago James Randi realizó las mismas proezas, exponiendo los trucos del charlatán.
Otros fenómenos pueden ser atribuidos a factores psicológicos. Por ejemplo, una persona que demuestra tener varias personalidades y habla con diferentes voces puede tener un trastorno de personalidades múltiples que debería ser tratado con medicación. Los cambios inusuales de la personalidad o el temor de objetos o nombres pueden deberse a algún tipo de desequilibrio químico. Uno debería ser cuidadoso e investigar estas posibilidades antes de concluir que hay poderes ocultistas trabajando o que es una posesión demoníaca.
La cuarta explicación puede ser atribuida a nuestra naturaleza pecaminosa. Santiago 1:14, 15 dice: "Cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte". Demasiado a menudo, los cristianos son rápidos para atribuir malos hábitos y conflictos a lo demoníaco, y no asumen la responsabilidad por sus acciones. Por ejemplo, la adicción a la pornografía es el resultado de ceder a nuestra naturaleza pecaminosa, y no una actividad satánica, necesariamente.
Antes de atribuir sucesos y dificultades al mundo demoníaco, primero debemos determinar si es consistente con la actividad demoníaca, según la describe la Biblia, y que no puede explicarse naturalmente. Entonces podemos considerar la posibilidad de que sean demoníacos.
Cómo testificar a los que están en el ocultismo
¿Qué debería hacer usted si descubre que un amigo o un hijo están involucrados en el ocultismo? Al testificar a los ocultistas, debemos entender que, para ellos, el cristianismo es intolerante y mezquino. Se sienten incomprendidos, y una rápida condenación a menudo hace que la persona se retraiga y se meta más en el ocultismo. Muchas personas ingresan a organizaciones ocultistas porque la iglesia y sus pares los han rechazado. Así que, al testificar, debemos acordarnos de ser firmes, pero también amables y sensibles.
Recuerdo una situación en el parque de diversiones Six Flags. Mientras esperaban en una cola, dos hombres cristianos observaron a un estudiante que llevaba una camisa que promocionaba una banda que tenía claras conexiones con el ocultismo. De una forma muy condescendiente, preguntaron al joven por qué usaba esa camisa. "Me gusta la música de ellos", fue la respuesta. A lo cual los hombres lo reprendieron duramente. Pronto surgió una breve y acalorada discusión. El joven quedó con una sensación de enojo y de condenación, mientras los dos cristianos se felicitaron mutuamente por otra gran tarea de "testificación". Lamentablemente, este tipo de incidentes son demasiado frecuentes. El primer paso al testificar es demostrar amabilidad y respeto.
Segundo, haga alguna investigación en el área para saber de qué está hablando. Las personas que están en el ocultismo no consideran que su actividad sea peligrosa, y piensan que las advertencias de otras personas son ingenuas y malinformadas. Por lo tanto, poder señala ejemplos específicos de preocupación es mucho más productivo que las acusaciones generalizadas. Si usted no puede encontrar información, siéntese y escuche pacientemente mientras la persona explica por qué y cómo se involucró. Al escuchar, haga preguntas que lleve a la persona a analizar su creencia. El escuchar siempre logra mucho en todo tipo de testificación.
Tercero, señale el peligro de la adicción que puede ser el resultado de pasar grandes cantidades de tiempo y dinero en actividades ocultistas. 1 Corintios 6:12 nos advierte: "No dejaré que nada me domine". La adicción al ocultismo lleva a la esclavitud, pero la verdad de Dios nos libera.
Cuarto, sepa lo que dice la Biblia sobre el ocultismo. Señale que la naturaleza del Adversario es engañar y destruir. La naturaleza de Dios es verdad y amor. Dedicar mucho pensamiento a las enseñanzas falsas del ocultismo puede distorsionar la visión de la realidad que tiene uno. Este mensaje lleva finalmente a la ruina, mientras que la verdad de Dios lleva a la vida. Comparta el mensaje de amor de Dios y demuéstrelo en sus acciones.
Finalmente, presente el mensaje de vida, verdad y esperanza que se encuentra en Cristo. El ocultismo solo ofrece un falso mensaje que trae destrucción, porque la fuerza detrás de él es el padre de mentiras. La decepción del ocultismo lleva a la esclavitud, pero la verdad lo libera. Al tratar con el mundo del ocultismo, los cristianos no tienen que temer, porque tenemos la autoridad sobre lo demoníaco a través de Cristo que triunfó sobre todos los poderes y autoridades por medio de la cruz (Colosenses 1:15).
Liberación del ocultismo
Si usted se ha metido en el ocultismo, o conoce a alguien que quiere salir de él, ¿qué debería hacer? Primero, la liberación y restauración permanente comienzan por una relación con Jesucristo. Si usted no ha confiado en Cristo, recibirlo como su Señor y Salvador es el primer paso. Cuando esto ocurre, usted es liberado del reino de las tinieblas y está ahora bajo la autoridad del reino de la luz. 1 Pedro 2:9 dice que es Cristo quien "nos llamó de las tinieblas a su luz admirable".
Segundo, reconozca y confiese su pecado de participación en el ocultismo. Luego acepte el perdón de Dios por fe. 1 Juan 1:9 dice: "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad".
Tercero, deshágase de todos los objetos ocultistas. Se nos presenta este ejemplo en Hechos 19:19, 20. Quienes habían llegado a Cristo quemaron sus objetos públicamente. Tener artículos ocultistas cerca, como tablas guija, cartas y estatuas, puede ser una fuente de tentación para volver. La remoción de estos objetos ayuda a evitar enfrentar la tentación y tratar con los recuerdos.
Cuarto, rompa todo contacto con médium y asociaciones ocultistas. Los guías y amigos espirituales en el ocultismo lo alentarán a abandonar su confianza en Cristo y volver a participar en el ocultismo. Uno debe confiar valientemente en que Cristo lo protegerá de la represalia demoníaca y le brindará nuevos amigos que lo alentarán en el Señor.
Quinto, si encuentra difícil la transición, busque un consejero cristiano con conocimiento en esta área. Solo un consejero cristiano entiende que la sanidad viene cuando tratamos no solo con el aspecto físico, mental y emocional, sino también con el espiritual.
Sexto, únase a una comunidad de cristianos que oren por usted y que se interesen por usted. También, trate de crecer en su nuevo andar con Jesucristo. Usted ha estado llenando su mente con las enseñanzas del ocultismo y ahora debe, como dice Pablo en Romanos 12: "ser transformado mediante la renovación de su mente". Esto viene de llenar su mente con la verdad de Dios y tener comunión con Él.
Al buscar la liberación del ocultismo, no podemos quedarnos a mitad de camino. Debemos dedicarnos a alejarnos del pecado y seguir a Cristo con todo nuestro corazón. Los creyentes deben prestar atención a la exhortación de Pablo de vestirse con toda la armadura de Dios. En Efesios 6, Pablo nos recuerda que "nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales". Solo los cristianos que se ponen bajo la autoridad de Cristo pueden tratar con el mundo del ocultismo, y solo los que están protegidos por su armadura pueden resistir al Adversario y ser liberados del ocultismo.

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