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lunes, 5 de octubre de 2015

...Por avaricia os explotarán con palabras fingidas; sobre los cuales la sentencia pronunciada desde antiguo no está ociosa, y su perdición no dormita

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6







NOS PREPARAMOS PARA ENSEÑAR EN LA CONGREGACIÓN
2 Pedro 2:1-22
1      Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá entre vosotros         falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, negando aun         al Soberano que los adquirió, trayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2      Y muchos irán tras las lascivias de ellos, por causa de los cuales será difamado el               camino de la verdad;
3      y por avaricia os explotarán con palabras fingidas; sobre los cuales la sentencia                   pronunciada desde antiguo no está ociosa, y su perdición no dormita.
4      Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Tártaro         los entregó a cadenas de oscuridad, reservados al juicio;
5      y no perdonó al mundo antiguo, pero guardó a Noé, el octavo, pregonero de justicia,             trayendo un diluvio sobre el mundo de impíos;
6      y condenó a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a cenizas,                       poniéndolas como ejemplo para los que iban a vivir impíamente;
7      pero libró al justo Lot, cuando estaba atormentado por la conducta pervertida de los             perversos
8      (porque este justo, que vivía entre ellos, día tras día atormentaba su alma justa por los         hechos inicuos de lo que veía y escuchaba);
9      sabe el Señor rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo                   castigo hasta el día del juicio;
10      y mayormente a los que van detrás de la carne en concupiscencia de contaminación,           y desprecian la autoridad. Atrevidos, arrogantes, que no tiemblan al hablar mal de las           potestades superiores;
11      mientras los ángeles, que son mayores en fuerza y en poder, no llevan ante el Señor           un juicio difamatorio contra ellos.
12      Pero éstos, como animales irracionales, por naturaleza nacidos para presa y                         destrucción, blasfemando de lo que ignoran, también serán destruidos con la                         destrucción de aquéllos,
13      sufriendo el mal como pago de la injusticia. Teniendo por placer el libertinaje a pleno             día, son inmundicias y manchas que se recrean en sus errores, mientras comen                   alegremente con vosotros;
14      teniendo los ojos llenos de adulterio, e insaciables de pecado; seduciendo a las                     almas inconstantes; teniendo el corazón habituado a la codicia; hijos de maldición.
15      Abandonando el camino recto, se extraviaron siguiendo el camino de Balaam (el de             Bosor), quien amó el pago de la injusticia,
16      y recibió reprensión de su propia maldad por un mudo animal de carga, que hablando           con voz humana, refrenó la locura del profeta.
17      Éstos son fuentes sin agua, nubes impulsadas por la tormenta, para los cuales está             reservada la negrura de las tinieblas.
18      Porque voceando palabras arrogantes y necias, seducen con las pasiones sensuales           de la carne a los que hasta hace poco iban escapando de los que viven en error.
19      Les prometen libertad, y ellos mismos son esclavos de corrupción; porque de quien             uno es vencido, de éste queda hecho esclavo.
20      Porque si tratando de escapar de las contaminaciones del mundo por medio del                   conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y enredándose otra vez en ellas, son             vencidos, su postrer estado viene a serles peor que el primero.
21      Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de justicia, que después             de conocerlo volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
22      Pero les ha acontecido lo de aquel refrán tan verdadero: El perro vuelve a su vómito,           y la puerca lavada volvió a revolcarse en el cieno.

Las falsas enseñanzas requieren de falsos maestros





  A.      PREDICCIÓN DE LOS FALSOS MAESTROS, 2:1–3

Habiéndose referido al mal uso de la “profecía de la Escritura” (1:20), Pedro procede a exponer el peligro de los falsos maestros. A la manera de los falsos (pseudo) profetas en los tiempos del Antiguo Testamento (Dt. 13:1–5; Is. 28:7; Jer. 6:13–14; Ez. 13:9–10; Mi. 3:11) estas personas encubiertamente (secretamente, como un traidor en el campamento) introducirán (en la iglesia) herejías destructoras—esto es, “herejías acompañadas por la destrucción”. Por tales herejías los falsos maestros están “negando al mismo Maestro que los compró, y atrayendo un rápido desastre sobre sus propias cabezas” (NEB).
Vincent señala que la palabra traducida herejías significa una elección. De modo que “una herejía es, estrictamente, la elección de una opinión contraria a la usualmente recibida; de ahí es transferida al cuerpo de aquellos que profesan tales opiniones, y por lo tanto se forma una secta”. La naturaleza de esos movimientos sectarios es la propagación de enseñanzas heréticas, la depredación de las congregaciones para robar sus adherentes y la creación de divisiones, quebrantando así la obra de Cristo en el mundo y convirtiendo “en libertinaje la gracia de nuestro Dios” (Jud. 4). No es extraño, pues, que las enseñanzas heréticas hayan sido una herramienta escogida por Satanás para sembrar la semilla de la discordia y ahogar el progreso de la evangelización mundial (Mt. 13:24–30). Tampoco es extraño que los apóstoles las denunciaran en forma vehemente, porque las enseñanzas heréticas son generalmente el insidioso enemigo de la santidad y la justicia. Tales herejías son peligrosas porque la santificación del espíritu humano se realiza creyendo en la verdad divina (2 Ts. 2:13). Luego, creer una mentira, por más inocentemente que sea propagada, es incurrir en el riesgo de una eventual condenación (2 Ts. 2:9–12). La fuerte afinidad entre la herejía y la depravación moral, como se ve en este capítulo, ilustra el estímulo recíproco que la una da a la otra—actuando ambas como causa y efecto. El criterio para detectar la herejía en la enseñanza cristiana es si niega o no el señorío de Jesucristo. Tal enseñanza es una repudiación, deliberada o involuntaria, de la verdad revelada, aceptando en su lugar posiciones contradictorias.
El hecho de que muchos seguirán sus disoluciones (2; “prácticas lascivas”, VM.), evidencia que el corazón del hombre, aparte de la gracia divina, está sumamente inclinado a la corrupción y el error. Las personas engañadas hacen que el camino de la verdad sea blasfemado. El peligro está siempre presente debido al esfuerzo de los falsos maestros por hacer mercadería (aprovecharse) del pueblo de Dios con palabras fingidas (engañosas). La avaricia (3; codicia insaciable) de los líderes heréticos ha sido interpretada por algunos como el deseo de ganancias materiales, y por otros como el afán de conquistar seguidores. En cualquier caso, la motivación es egocéntrica en lugar de cristocéntrica. Tanto a los líderes como a los seguidores Pedro les advierte de una condenación que aunque ya de largo tiempo no se… tarda y de una perdición (destrucción) que ha ido ganando aceleración y ahora ya es inminente.


  B.      LOS FALSOS MAESTROS RESERVADOS PARA EL CASTIGO, 2:4–10a

El fin de los falsos maestros, en términos de “juicio” y “condenación” (3) es una declaración profética, pero es tan cierta como la historia. Pedro cita cuatro ejemplos, tres de retribución y uno de conservación, para reforzar su argumentación sobre las cosas por venir. Si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron (4); y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé (5); y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a ceniza (6); y libró al justo Lot (7), entonces sabe el Señor librar de tentación (pruebas) a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio (9). La forma de la condenación puede ser arrojándolos al infierno (tartarosas, solamente aquí en el N.T.) y entregándolos a prisiones de oscuridad (“abismos de tinieblas”, VM.), como en el caso de los ángeles caídos; o por un diluvio, como sucedió con el mundo en los días de Noé; o reduciendo a ceniza ciudades como Sodoma y Gomorra. Pero el juicio sobre las personas pecadoras es seguro. A esta lista Pedro agrega los falsos maestros y sus víctimas, quienes, si no se arrepienten (3:9), perecerán también en el juicio (3). Esta clase de personas se describen como “los que andan en pos de la carne, en la concupiscencia de inmundicia, y desprecian la potestad” (10; VM.).
El juicio de Dios no sólo es seguro y severo, sino también selectivo. No todos los ángeles cayeron; Noé y su familia inmediata se salvaron; Lot fue salvado de la ruina de Sodoma. El Señor sabe quién está condenado y quién será liberado, y sabe cómo guardar a cada cual para su propia morada eterna. La traducción de Phillips del verso 7 dice: “Lot, recordadlo, fue un hombre bueno que sufrió agonías espirituales día tras día por lo que veía y oía de la nefanda conducta de ellos.”


  C.      CARACTERIZACIÓN DE LOS FALSOS MAESTROS, 2:10–16

    1.      Audacia (2:10b–11)

Pedro dice que los falsos maestros se caracterizan por ser atrevidos (10; excesivamente atrevidos) y contumaces (poseídos de amor propio y de una actitud autosuficiente), que no vacilan en decir mal (blasfemar) de las potestades superiores (“las glorias del mundo invisible”, Phillips). En contraste, los ángeles, que los superan en fuerza y en potencia (11) no pronuncian juicio de maldición (juicios blasfemos) contra ellas (los ángeles malos) delante del Señor (cf. Jud. 9).


    2.      Animalidad (2:12–14)

La razón de la osadía de los falsos maestros se halla en su animalidad. Como animales irracionales (12), han nacido para la captura y la destrucción como bestias de presa. Su animalidad se evidencia en el hecho de que andan hablando mal de cosas que no entienden (blasfeman las cosas que ignoran). Se presentan como expertos espirituales cuando en realidad son ignorantes de las cosas de Dios. ¡Ay de ellos! perecerán en su propia perdición. En su acción destructora serán ciertamente destruidos; siendo injustos, recibirán el salario de iniquidad (13). Pero Pedro aún no ha terminado. La animalidad de ellos se expresa, además, en gozar de deleites cada día. Los tales, profesando ser cristianos, son inmundicias y manchas en la comunidad cristiana. La última parte del verso 13 ha sido interpretada “engañándoos al vivir en pecado, mientras se unen a vuestras fiestas de amor como si fueran hombres veraces” (LL). Como tienen los ojos llenos de adulterio (14), no pueden ver una mujer sin tener pensamientos lascivos hacia ella. En realidad están tan encharcados que no se sacian de pecar (son incapaces de dejar de pecar), porque con el corazón habituado a la codicia están realmente sumidos en malos deseos. No es extraño, pues, que sean hijos de maldición (“bajo maldición”, Phillips). Están ahora bajo la maldición de Dios, y son herederos de la condenación en el mundo venidero.


    3.      Avaricia (2:15–16)

A su audacia y animalidad agrega Pedro un tercer pecado—su avaricia. Han dejado el camino recto (15), porque amaron el premio de la maldad; “se lanzaron por lucro en el error de Balaam” (Jud. 11). La comparación de los falsos maestros con Balaam es indicativa de sus motivos (cf. Nm. 22–23). Balaam codiciaba ansiosamente el dinero que Balac le habría dado por maldecir a Israel. Sólo se guardó de recibirlo porque fue reprendido por su iniquidad por una muda bestia de carga. Estos falsos maestros, sin embargo, no tenían semejante obstáculo externo, y les faltaba una compunción interna, estaban dispuestos a aceptar “la recompensa del mal hacer” (VM.).


  D.      LOS FALSOS MAESTROS Y SUS VÍCTIMAS, 2:17–22


Decir que los falsos maestros son como fuentes sin agua, o nubes empujadas por la tormenta, para quienes está reservada la más densa oscuridad (17), es hablar de su desilusionante vaciedad. Decir de esos maestros que hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones (18) y prometen libertad, aunque ellos mismos son esclavos de corrupción (19), es hablar de sus depravados atractivos. Tanto para el maestro como para su seguidor, Pedro tiene una solemne palabra de advertencia. Para aquellos que han escapado de los miasmas del pecado por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez… su postrer estado viene a ser peor que el primero (20). Conocer el camino de la justicia es conocer el camino de la responsabilidad. De manera que para quien ha conocido el gozo de la salvación, volverse atrás del santo mandamiento (21) es pecar teniendo más luz, y por lo tanto ser culpable de un castigo más severo de lo que hubiera sido antes. Pasar de la conversión a la reincidencia es como que el perro vuelva a su vómito (cf. Pr. 26:11), o la puerca lavada vuelva a revolcarse en el cieno (22). Tal es el fin establecido para aquellos que persistentemente se apartan de Cristo una vez que lo han conocido.


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sábado, 12 de septiembre de 2015

sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso, como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando seas juzgado


RECUÉRDALO Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




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NOS PREPARAMOS A ESTUDIAR PARA ENSEÑAR EN LA CONGREGACIÓN
ROMANOS 3:1-8 CÓMO JUZGARÁ DIOS AL MUNDO

1     ¿Qué ventaja tiene pues el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión?
2      Mucho, en todos los sentidos. Primero, ciertamente en que les fueron                             encomendados los oráculos de Dios.
3      ¿Pues qué, si algunos se negaron a creer? ¿La incredulidad de ellos anulará                 acaso la fidelidad de Dios?
4      ¡De ninguna manera! Antes bien, sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso, como            está escrito:
    Para que seas justificado en tus palabras,
    Y venzas cuando seas juzgado.
5      Y si nuestra injusticia resalta la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios         que expresa su ira? (hablo como hombre).
6      ¡De ninguna manera! De otro modo, ¿cómo juzgará Dios al mundo?
7      Pero si mi mentira hizo abundar la verdad de Dios para su gloria, ¿por qué aún yo         mismo soy juzgado como pecador?
8      ¿Y por qué no decir, como somos calumniados, y como algunos (cuya                          condenación es justa) afirman que decimos: Hagamos lo malo para que venga lo           bueno?




EXÉGESIS DE ROMANOS 3:1–8

En Romanos 2, Pablo hace algunas observaciones significativas que desautoriza la idea de que Dios favorece a los judíos más que a los gentiles. Después de su aseveración acerca de la imparcialidad de Dios en Romanos 2:11, Pablo afirma que los gentiles tienen la misma oportunidad que tienen los judíos de ser declarados justos, en base a su obediencia a la ley que Dios ha escrito en sus corazones. 

La opinión tradicional era que los judíos tenían una ventaja porque a ellos se les había confiado la ley que Dios le reveló a Moisés, y por ese motivo, a no ser que los gentiles se convirtieran al judaísmo, no podían considerarse parte de la comunidad del pacto. Pero en 2:25–29, Pablo repite una vez más que Dios le da un valor igual o más alto a los gentiles obedientes que a los judíos con esa supuesta ventaja. Pablo afirma que lo que cuenta es la circuncisión del corazón, y esta es efectuada por medio del Espíritu y no por manos humanas. La comunidad judía debió haberse sentido totalmente perturbada por esta idea.

Contrario a lo que algunos podrían pensar, Pablo no está tratando de sacrificar al judaísmo, sino de establecer condiciones de igualdad para su argumento acerca del evangelio. No en este momento, sino más adelante, Pablo va poner de relieve el lugar especial que ocupa Israel en el plan de Dios (véase 9:1–5; 11:17–21). Por ahora, lo que su auditorio tiene que entender es que todos están sujetos a un juicio inminente por el pecado y tienen la misma necesidad de reconciliarse con Dios. Pero para alcanzar un mayor auditorio, Pablo desmantela las supuestas ventajas que reporta el hecho de ser judío, y para ello, utiliza incluso la lista de ventajas (no mencionadas). Lo que quiero decir es lo siguiente.

A través de la Carta a los Romanos, Pablo emplea preguntas retóricas —preguntas que él mismo responde— para darle paso a su próxima idea importante. No obstante, las preguntas retóricas nos hacen pensar en respuestas potenciales, aun cuando nunca las formulemos en voz alta.

Pablo, pues, pregunta de manera retórica cuál es la ventaja del judío o del uso de la circuncisión a la luz de la idea de que los gentiles pueden lograr ostensiblemente el mismo tipo de favor delante de Dios sin esas cosas. Y su respuesta en griego equivaldría a decir en nuestro lenguaje moderno: “¡Un montón de ventajas!”. Pablo responde: “De mucho, en todos los aspectos”, y con eso, crea la expectativa de que va a proseguir mencionando una gran cantidad de ventajas. La frase adverbial con la que comienza —“en primer lugar”— confirma que eso es lo que va a hacer, y usa una partícula griega cuyo único propósito es conseguir que los lectores esperen al menos otro elemento relacionado. Hallamos un conjunto similar de estos indicadores que anticipan lo que viene después al principio de la lista que aparece en 1 Corintios 12:28. Pero, ¿para qué usar el adverbio “primeramente” si no se pretende añadir un segundo elemento y así sucesivamente?

De manera alternativa, algunos han afirmado que Pablo sí tenía la intención de continuar la lista, pero se distrajo o se olvidó de lo que planeaba decir. Aunque ambas cosas son posibles, ninguna parece probable en base al tipo de estrategia retórica que Pablo usa. Recuerden que lo que él está haciendo aquí es recordarles a los judíos que ellos están exactamente en el mismo barco que lo gentiles, espiritualmente hablando. Aun cuando su estatus en el pacto con Dios sea significativo (como Pablo explica claramente en Romanos 9 y 11), eso no puede salvar el abismo que crea el pecado.

A la luz de la estrategia retórica de Pablo en Romanos 2, tenemos una buena razón para considerar esta lista de un solo renglón como parte de sus propósitos ulteriores. Piensen en esto: Pablo crea la expectativa de que va a proceder a hacer toda una lista de ventajas, pero si hubiera mencionado muchas ventajas, habría socavado la tarea que le ocupa.

La ventaja de los judíos: ¿Hay ventajas para el judío? La respuesta de Pablo en el versículo 2 hace que parezca que va a mencionar muchas, pero su lista se limita a una sola. No es que no haya ventajas (véase Romanos 9:4–5), sino que mencionarlas aquí no le resulta útil para su propósito. Pablo está haciendo uso de un amague retórico.

Pablo sí ofrece una lista de ventajas para los judíos, pero recién lo hace en 9:4–5. ¿Por qué allí y no aquí? Bueno, porque en el capítulo 9, él se prepara para lanzarles un desafío a los gentiles para que no tengan una opinión muy elevada de sí mismos. Al fin y al cabo, si Dios desgajó algunas ramas para injertar a los gentiles en su familia, él puede podarlos con la misma facilidad (11:17–21). Al final, Pablo ubica a los gentiles en uno o dos niveles más abajo, pero aquí se concentra en los judíos.

En el versículo 3, Pablo presenta el próximo punto de su argumento, y nuevamente emplea una pregunta retórica. Aunque a partir de la mayoría de las traducciones nos resultaría difícil percibirlo, Pablo utiliza un argumento insertado en los versículos 3–8 para apoyar sus afirmaciones en los versículos 1–2, en cuanto a que ciertamente sí hay ventajas para los judíos. ¿Por qué, pues, no están experimentando la bendición de Dios? ¿Podría ser acaso porque algunos de ellos son infieles? Eso causaría un impacto en la respuesta de Dios hacia ellos. 

La respuesta es el primero de muchos “¡de ningún modo!” o “¡de ninguna manera!” que encontramos a través del libro. Pablo intencionalmente hace preguntas imperfectas o incorrectas para derribarlos de una bofetada con una respuesta correcta. Las preguntas que hace equivalen a indagar si existe alguna letra pequeña en las promesas de Dios que le permitan retractarse y anular su pacto.

¿Nulas y sin efecto?: Pablo presenta su próxima idea importante por medio de una pregunta retórica. ¿Han quedado anuladas las promesas en las que se ha confiado por tanto tiempo? ¿Existe algún tipo de letra pequeña que le permita a Dios incumplir las promesas a causa de la desobediencia de Israel? ¡De ningún modo!

De manera significativa, Pablo ha resquebrajado conceptos que tradicionalmente consideraban a los judíos separados, y quizás por encima, de los gentiles. Alega que los gentiles podrían alcanzar el mismo tipo de relación con Dios, obedeciendo la ley escrita en sus corazones, y además, deja bien en claro que la ira de Dios ha sido revelada contra toda injustica, no sólo la de los gentiles.

Pablo ahora (temporalmente) restablece la confianza de su auditorio judío en cuanto al rol exclusivo que ellos juegan como pueblo del pacto con Dios. En Romanos 11, Pablo desarrolla el concepto de que sólo un remanente de creyentes israelitas —y no toda la nación de Israel— forma parte de la comunidad del pacto y será salvo (11:5, 25–26). Esta afirmación está cimentada en su triple aserción de que no todo el Israel físico es realmente Israel (9:6–8). 

Pero las complejidades con respecto al endurecimiento nacional, la elección soberana y el hecho de ser descendientes de la fe, vendrán después. Por ahora, Pablo se limita a declarar la verdad de la fidelidad de Dios en principio, y cambia de tema. Hay más bases que sentar en cuanto a la relación entre la fe y la justificación delante de Dios.

Pablo discute primeramente la relación de la fe y la creencia, con la respuesta de Dios. Observen la manera en que formula el versículo 3. Pablo no pregunta si hay algunos que no han creído, sino qué ha dado por resultado el hecho de que algunos no hayan creído. Presupone que la incredulidad existe y que podría afectar la relación de la comunidad del pacto con Dios. 

La respuesta de Pablo incluye una cita del Salmo 51:4, que afirma la justificación que Dios posee para juzgar el pecado, y no la seguridad del pecador cuando es juzgado. Por tanto, en vez de afirmar que la nación será salva únicamente en base al pacto —sin creer—, Pablo indica lo contrario. La salvación supone más que una simple membresía observante de la ley en la comunidad del pacto. Dios siempre planeó que el juicio final estuviera cimentado en la fe en su provisión.

En los versículos 5–8, Pablo detalla las complejidades de su argumento lógico, y para ello, explora algunas de las implicaciones de la injusticia. Pablo no está defendiendo la injusticia, él echa por tierra la idea de que nuestra injusticia hace que la justicia de Dios resalte más.

Esta cuestión se deriva de la idea de que la gente existe para darle gloria a Dios. Si este concepto es cierto, entonces el pecado podría ser quizás un medio muy útil para hacer que la gente viera a Dios desde una óptica más favorable. Pablo responde en el versículo 6 con la misma frase que usa a través de todo el libro: “¡De ningún modo!”. Deja también claro al final del versículo 5 que esta es una idea totalmente hipotética que parece lógica desde una perspectiva humana.

Sin embargo, hay problemas con esta estrategia propuesta. El primero tiene que ver con la razón primaria por la que Dios nos creó —es decir, para vivir en comunión con él. El hecho de haber elegido el pecado hizo que eso fuera imposible. En Romanos, Pablo detalla el plan de Dios para redimir la relación (y al mundo) de las consecuencias destructivas del pecado y restaurar todo a su orden original. Una gran parte de esa restauración implica que el pecado sea juzgado y eliminado de la creación de Dios.

Y puesto que el juicio conlleva un castigo por el pecado, Pablo pregunta retóricamente por qué el pecador es condenado si el pecado hace que la gloria de Dios abunde. En el versículo 8, reformula este concepto y lo presenta como una exhortación a hacer mal para que venga el bien. Por supuesto, Pablo no está defendiendo esta línea de conducta, sino que al proponer el extremo opuesto de comportamiento, él sienta las bases de algunas lecciones valiosas. El pecado y el mal no producen ningún beneficio, ya sean mentiras piadosas o un libertinaje descontrolado. El pecado no hace más que acumular ira para el día del juicio.

Aquí, la idea hipotética de Pablo puede parecer atroz, pero no tanto como podríamos pensar. Las actitudes hacia el pecado cambian con el paso del tiempo. Cuando yo era un joven estudiante universitario que buscaba a Dios, me sentía oprimido por mi pecado y la carga que lo acompañaba. Mi mayor motivación cuando oré para recibir a Cristo era obtener perdón y liberación de la culpa. Pero las cosas pueden cambiar. No todos los pecados nos resultan tan claramente opresivos que anhelamos deshacernos de ellos. Es posible incluso que lleguemos a considerar el pecado como parte de los que somos —un capricho personal que los demás simplemente tienen que aceptar, y algo a lo que no queremos renunciar. Bajo esas circunstancias, podríamos comenzar a buscar razones para justificar nuestro pecado. La desobediencia que Pablo describe en Romanos no se trata, probablemente, de un pecado voluntariamente admitido, pero todo pecado interrumpe nuestra comunión con Dios. No importa cuáles sean nuestras motivaciones o justificaciones, si continuamos en pecado, la consecuencia es la misma.


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viernes, 11 de septiembre de 2015

¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?...Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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Preparemos nuestra enseñanza
Mateo 7:13-29
La puerta y el camino de la vida 
13 "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella. 14 Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan. 

Cómo reconocer a los falsos profetas 
15 "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así también, todo árbol sano da buenos frutos, pero el árbol podrido da malos frutos. 18 El árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos. 19 Todo árbol que no lleva buen fruto es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis. 

Parábola de los dos cimientos 
21 "No todo el que me dice ’Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: ’¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’ 23 Entonces yo les declararé: ’Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!’ 

24 "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, será semejante  a un hombre prudente que edificó su casa sobre la peña. 25 Y cayó la lluvia, vinieron torrentes, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa. Pero ella no se derrumbó, porque se había fundado sobre la peña. 

26 "Pero todo el que me oye estas palabras y no las hace, será semejante  a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. 27 Cayó la lluvia, vinieron torrentes, y soplaron vientos, y azotaron contra aquella casa. Y se derrumbó, y fue grande su ruina." 

28 Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes estaban maravilladas de su enseñanza; 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. 

DOS CLASES DE RELIGIÓN 
(Mateo 7:13–29)
 INTRODUCCIÓN
Muchas religiones existen en el mundo desde el punto de vista humano—católicos, protestantes, mahometanos, teósofos, budistas—, subdivididas en no menos de 300 sectas; pero para Cristo no son centenares, ni diez, ni cinco; sólo dos: el camino ancho o el estrecho, árbol bueno o malo, hombre prudente o insensato. 

¿En qué categoría estamos? 
¿Qué distingue al insensato del prudente? 

Los dos tienen el mismo propósito.

 1. Edificar un abrigo para el alma
todos procuran lo mismo. 
¿Por qué? 
¿Cuáles son los motivos?
 a) Miedo a lo desconocido.

 b) Admiración por la sabiduría en la Naturaleza.

 c) Previsión de la inmortalidad 
(anécdota: las piedras de una gran calle de Babilonia tenían todas grabada la palabra «eternidad»).

 d) La voz de la conciencia, el sentimiento de pecado, muy vivo entre los indios y los faquires. La religión es necesaria; la diferencia está en la forma o en el lugar en que se funda, roca o arena.

  2. Los pueblos eligen la más fácil, la de la mayoría:
     a) Para el indio, la budista.
     b) Para el turco o el moro, la mahometana.
     c) Para el español, la católica.
     d) Para el inglés, la protestante.

Para la gran mayoría, la religión es sólo formalismo, sin detenerse a investigar y creer de veras. No tienen tiempo; negocios, fútbol, cine lo acaparan todo y mueren engañados, nunca creen de veras. Ventaja en los países evangélicos: los despertamientos religiosos que apelan a las masas.

 3. Jesús llama a los tales necios o insensatos: 
¿Por qué? No saben darse cuenta del peligro. El que tiene una fortuna procura asegurarla. Todos tenemos un gran tesoro, el alma inmortal. ¿Dónde colocaremos el tesoro? No podemos guardarlo nosotros mismos. Ninguno podrá redimir su propia alma (Sal. 49:6–8); o confiamos el tesoro en manos más seguras, o lo perderemos para siempre. Satanás no quiere que los hombres se preocupen por su alma, para que no encuentren la verdad; les hace pensar:
     a) Que no vale la pena, que es un misterio imposible de descifrar.
     b) Que si hay Dios, no será un juez severo, sino un padre bonachón.
     c) Que lo que importa es lo que se ve. «Pájaro en mano …», etc.

 4. Pero los hombres deberían escudriñar las señales: el insensato de la parábola debía mirar las señales de peligro del terreno donde edificaba …
     a) La arena era señal de que por allí pasaba agua.
     b) Las vertientes de las montañas vecinas lo denunciaban.
     c) Los vientos acanalados del valle lo estaban presagiando
.
 5. Así, el hombre que pretende ser religioso debería examinar las evidencias de su religión:

 a) Fundamentos: ¿Son de origen humano, o divino? ¿Tienen su origen en Cristo y los apóstoles, o en tradiciones no seguras? ¿Es congruente con el modo de obrar de Dios, según vemos en la Naturaleza? (ej.: ¿Envía Dios el sol y la lluvia gratis, y el perdón sería pagando?)

 b) Vertientes: 
¿Cuáles han de ser las consecuencias del sistema? Las religiones impuestas se hacen aborrecibles. La religión, por costumbre, acaba en incredulidad; la religión hipócrita o exterior ha de verse abocada al fracaso. Deberían pensarlo millones de «insensatos», según la calificación de Jesús; pero los hombres aceptan solamente lo más fácil. Jesús se extrañaba de la ceguera de los falsos religiosos de su tiempo que no sabían ver las señales (Mt. 16:2). No se paraban a examinar las profecías que oían leer en la sinagoga, por esto no supieron comprender que vivían en días del Mesías. Los trágicos vientos de violencia, desenfreno, etc., de nuestros días, nos dicen que la tempestad de la ira de Dios se acerca.

 6. Pero veamos el cuadro positivo, del que oye y hace: 
es frecuente esta expresión en boca de Jesús (véase Lc. 11:26). Significa el que oye con atención, medita, piensa, busca, se interesa seriamente como los de Berea (Hch. 17:13). El investigador serio busca la roca, que es la revelación divina; no se fía de las tradiciones humanas: «El que oye «mis» palabras»… ¿Es palabra de Cristo la que oímos, o de hombres? ¿Estamos unidos a Él por la fe? Notemos (Ro. 10:11):

 7. Jesús añade «y la guarda»: 
por la fe entramos en el corazón de Cristo y Él en nosotros. Formamos una sola cosa, pero ¿y después?… Hay que edificar una casa, una torre más o menos modesta, un carácter cristiano, un edificio para la eternidad (véase 1 P. 2:1– 5). No hay que usar materiales de mala calidad. Hay cristianos que pretenden edificar sobre la roca con tales materiales (véase 1 Co. 3:10–15). Sobre buena roca, buen material; según el material aquí, sería la gloria allá. Es un privilegio vivir para la eternidad, pero también una gran responsabilidad.

 8. Las pruebas que azotan el edificio: 
Dios mismo las permite para demostrar a Satanás la firmeza de nuestra fe, sin que ellas nos puedan arrastrar. Son, como decía un predicador,
 «las corrientes que lavan».

 9. La prueba final (2 Ts. 1:6–10):
 a) Jesús conocía esta prueba final, eterna, definitiva. No es extraño que dijera: «Grande es su ruina».
 b) El creyente en Cristo, en cambio, está firme y su firmeza crece a medida que avanza el tiempo y la tempestad. Era en la cárcel de Roma, pocos días antes de ser degollado, que Pablo escribía: «Yo sé en quién he creído y estoy cierto …» (2 Ti. 1:12; 4:8).

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lunes, 24 de febrero de 2014

Muchos falsos profetas han salido por el mundo: Estaban con nosotros, pero no eran de nosotros

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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 ¿Qué es una secta?
   Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad…
(Hechos 20:29–31)

Hace poco leí en los titulares de uno de los diarios de mayor circulación en Buenos Aires: «Invasión de las sectas». Al leer el artículo me di cuenta de que para el autor en «las sectas» estábamos incluidos nosotros, los cristianos evangélicos.

En el primer siglo de nuestra era los judíos consideraban a Cristo y a sus seguidores como una secta. El tema de las sectas es tan candente que durante una cruzada en Brasil, el evangelista Luis Palau se vio obligado a explicar por televisión la diferencia entre una secta y una verdadera iglesia. No es fácil definir la palabra «secta». Una prominente revista secular, después del suicidio de 39 miembros de una secta explicó: «La línea divisoria entre religión y secta, entre fe y fanatismo, a menudo es difícil de trazar». El diccionario Espasa Calpe define secta como «conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideología», pero al agregar los sinónimos incluye «herejía».

En este libro consideramos que una secta es un grupo (generalmente sincero) que ha dejado la verdad enseñada en la Biblia y ha ido tras una doctrina extraña y/o un líder con mucho carisma. La secta se compone de elementos doctrinales y sociológicos. Para lograr sus propósitos termina manipulando y controlando a los feligreses.

Al exponer las marcas distintivas de las sectas, veremos que hay iglesias que no son sectas propiamente dichas pero exhiben una o más de las características; todavía no son sectas pero están en peligro de abusar de sus miembros y de convertirse en sectas.

Antes de entrar en el tema específico, es importante para el lector comprender lo siguiente:

1) La iglesia nunca estará libre de falsos profetas.
«Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor…» (2 Pedro 2:1).

No nos sorprendamos de que las sectas estén creciendo, pero al mismo tiempo estemos alertas. En la Biblia también hallamos exhortaciones como: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mateo 7:15); «Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo» (Filipenses 3:2); «…algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrina de demonios» (1 Timoteo 4:1); «Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz» (2 Corintios 11:14).

2) Según el apóstol Juan, la proliferación de las sectas falsas es una señal de que la última hora está cercana.
«Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo» (1 Juan 2:18).

3) Al referirse a las sectas, la prensa (y hasta algunos gobiernos) en Latinoamérica tiene en mente a todos los grupos que no pertenecen a la religión tradicional.

Prueba de ello es que en muchos diarios aparece una lamentable traducción al español del nombre de la secta «Heaven’s Gate» como «Puerta al Cielo». Numerosas iglesias evangélicas se llaman «Puerta del cielo» o «Puerta al cielo».

Los enemigos del evangelio lo han aprovechado para probar que el movimiento evangélico es una secta. El resultado es que al criticar a las sectas falsas por sus necedades y conductas extremas (un ejemplo es la malversación de fondos), incluyen a todos los cristianos evangélicos. Por eso es crucial que la iglesia misma sepa cómo distinguir entre una secta y una verdadera iglesia bíblica.

4) Sólo incluímos sectas que son derivaciones del verdadero cristianismo, y no hace referencia a otras religiones (por ejemplo el budismo, el hinduismo, etc.).

Características básicas de las sectas falsas

   Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. (1 Juan 4:1)

El apóstol Juan nos exhorta, o mejor dicho, nos ordena probar los espíritus. En realidad uno de los propósitos de 1Juan es el discernimiento, y por ello el estudio de esta epístola resulta idóneo para ayudarnos con este tema. Esta epístola fue escrita hacia fines del primer siglo.

Había pasado suficiente tiempo desde el comienzo de la iglesia como para que herejías, doctrinas extrañas, falsos profetas y engañadores entraran en las congregaciones.2 Primera Juan es el libro más apropiado del Nuevo Testamento para conocer las características básicas de una secta falsa, a fin de poder discernirlas y preparar a los cristianos con sana doctrina para que no caigan en la trampa del enemigo.

Vemos que los cristianos de Berea fueron premiados y llamados «más nobles» porque «día tras día estudiaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les decía» (Hechos 17:11 VP). Debido a que los mismos vientos de doctrina que circulaban en el primer siglo todavía están molestando a la iglesia contemporánea, con urgencia necesitamos escudriñar la Escritura para ver si «estas cosas son ciertas».

1. Salen de nosotros.
La gran mayoría de quienes comienzan una secta falsa tuvieron sus principios en el movimiento cristiano evangélico, como advierte Juan:

   «Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros» (2:19)

Durante una visita a Argentina encontré literatura sobre la iglesia «evangélica» homosexual. Al indagar más, me enteré de que sus líderes anteriormente habían sido pastores de iglesias bíblicas.

En Guadalajara, México, los fundadores de «La Luz del Mundo» también salieron de dos grupos netamente evangélicos.

Es más, hemos recibido cartas (especialmente de Sudamérica) de personas atrapadas en la Iglesia de Unificación, cuyo fundador Sun Myung Moon antes de iniciar su propio grupo había comenzado en una iglesia presbiteriana y luego había sido miembro de una iglesia pentecostal.

Cuando con mi esposa vivíamos en México, «Los Niños de Dios» —ahora conocidos como «La Familia de Amor»— casi se llevaron el grupo de jóvenes de nuestra iglesia. El fundador, el ya fallecido David Berg, antes había sido ministro con la Alianza Cristiana y Misionera.

Jim Jones, el fundador del «People’s Temple», el grupo que se suicidó masivamente en Guyana, profesó su conversión en una Iglesia del Nazareno y luego pastoreó una iglesia carismática. El grupo conocido como «Dios es Amor» que proviene de Brasil, profesa ser una iglesia evangélica pentecostal.

De las sectas más conocidas podemos mencionar a Russell de los Testigos de Jehová, que comenzó en una iglesia congregacional; Mary Baker Eddy, fundadora de la Iglesia de Ciencia Cristiana, quien nació en una familia con tradición bíblica congregacional, y fue influenciada por las doctrinas de un hombre que había pertenecido primero a la iglesia metodista y más tarde a una iglesia pentecostal; José Smith de los mormones fue tocado por el avivamiento evangélico en Nueva Inglaterra en los Estados Unidos de América.

Seguramente cerca de nuestra casa se encuentra funcionado una secta cuyo fundador salió de una sólida iglesia bíblica. Pablo explica:

   «Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos»
(Hechos 20:30)


2. El error básico de la secta falsa radica en lo que cree sobre el Hijo de Dios y por ende sobre el plan de salvación.

   «¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo?» (2:22)

De este versículo deducimos que es posible estar equivocado acerca de la doctrina de Dios Padre o aun de Dios Espíritu Santo y seguir llamándose verdadero cristiano, pero jamás se puede estar equivocado acerca del Hijo de Dios. Juan afirma:

   «Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre» (1 Juan 2:23; véase también 2 Juan 7)

Hace tiempo una persona me escribió preguntando sobre un grupo en Centroamérica. Sucedía que al visitarlo le había impresionado el ambiente de «amor» y no le había parecido tan diferente de su iglesia a la que había asistido durante años. Después de investigar el tema, encontré en el grupo algo que Pablo seguramente denominaría «doctrinas de demonios» (1 Timoteo 4:1). Entre otras cosas, descubrí que ese grupo sostiene que Jesucristo evolucionó hasta llegar a ser un dios, y alega que Jesucristo y Satanás son hermanos. A este grupo Juan diría: «Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios» (2Jn. 9).

Pasé varias horas escribiendo una cuidadosa contestación a la carta. Tres semanas más tarde recibí la respuesta, mejor dicho una protesta acusándome de que yo había falseado la doctrina del grupo y que era imposible que lo que yo decía fuera verdad. Como por mi parte había hecho un estudio cauteloso y sabía que yo tenía razón, entonces en mi réplica le expliqué a esta persona que aunque un grupo hasta el momento no hubiera enseñado cierta doctrina, ésta igualmente forma parte de sus creencias. Muchas sectas esperan hasta que la persona sea parte integral del grupo para entonces revelar las grandes doctrinas falsas, que generalmente tienen que ver con la persona de Cristo.

   «Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo»
(Judas 4)

3. Emplea material extrabíblico colocándolo al mismo nivel que la Biblia.
 Puede ser algo escrito como El libro del Mormón o Las cartas de MO (David «Moisés» Berg, de «La Familia de Amor»), o la palabra de un líder caudillo —como el ejemplo del joven pastor que presentamos al comenzar este libro.

Aduciendo «revelaciones directas de Dios», esta clase de líder (generalmente llamado profeta, apóstol o ungido) controla a los miembros del grupo. Recuerdo un triste incidente en un país de Centroamérica. Durante el culto el líder de la iglesia recibió la «revelación» de que una mujer soltera tenía que casarse con cierto hombre en la congregación.

En forma inmediata celebraron el casamiento (por cierto no legal). La dama, que no estaba de acuerdo pero a la vez no quería oponerse al ungido de Dios, luego admitió: «Aquella noche básicamente fui violada».

Lo que más me molesta de este incidente es que los líderes de la congregación tratan a los miembros como si no fueran «coherederos de la gracia de la vida» (1 Pedro 3:7), como si no tuvieran capacidades espirituales (1 Corintios 12) con derecho al acceso directo al trono de la gracia (He. 4:16), como si fueran súbditos a quienes pueden manipular por su palabra.

4. Alegan que son los únicos con la verdad.
 La mayoría de las sectas profesan haber encontrado la iglesia y la doctrina «ideal» y su razón de ser es no seguir cometiendo los errores de las demás iglesias.

Es propio decir que Jesús es el único camino porque la Biblia lo enseña (Juan 14:6), pero es totalmente diferente decir que mi iglesia o el grupo al que asisto es el único con la verdad, y como consecuencia los demás no son salvos o, peor todavía, que están bajo el control de Satanás. En un grupo de ese tipo la salvación no consiste tanto en ir a Cristo sino en ir a un grupo o iglesia, o en un sistema de obras humanas. Declarándose los únicos poseedores de la verdad, ciertos grupos no permiten que sus miembros pisen el umbral de otra iglesia.

Hace poco mi hijo Joel, a quien Dios le ha dado una preocupación especial por los que están atrapados en doctrina falsa, asistió a la iglesia de unos amigos a quienes había estado testificando de su fe. Joel me comentó que el culto fue similar al de una iglesia evangélica, pero con una diferencia notable: cuando la gente pasaba a dar testimonio ninguno alababa al Salvador Jesús sino que toda la alabanza estaba dirigida a la iglesia en sí.

Dar la gloria a otro es peligroso porque Dios mismo declara: «…a otro no daré mi gloria ni mi alabanza a esculturas» (Is. 42:8).

5. Emplean sólo porciones de la Biblia, y generalmente fuera de contexto. 
Fundamentan su doctrina en unos pocos pasajes de la Escritura, pero ¡cuidado! pues llegan a ser expertos en los pasajes que apoyan sus creencias.

Hace tiempo José, un miembro de nuestra iglesia, tuvo un encuentro con un miembro de una semisecta y se sentía confundido porque el hombre había declarado que José no era salvo por no haber sido bautizado de la manera prescrita en su iglesia.

Grupos así son peligrosos pues conocen muy bien su doctrina y ciertos versículos —generalmente oscuros— que apoyan tal doctrina, y se valen de ellos para confundir a la gente. José no fue el único caso; a otros miembros de nuestra iglesia les han dicho que no son salvos porque celebran la Navidad, toman café, comen carne, no dan su diezmo a cierto grupo, y varias otras cosas relacionadas con la manera de vestir, el maquillaje, etc. El apóstol Pablo debió enfrentarse con muchas de las mismas creencias (y aun más), y como respuesta escribió:

   «Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo…. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne»
(Col. 2:16–17, 20–23)

6. Emplean terminología bíblica pero con su propia definición de los distintos términos. 
Si cerca de su casa funciona una secta y usted llega a conversar con uno de sus integrantes, sugiero que le pregunte el significado de las siguientes palabras: salvación, pecado, redención, anticristo, evangelismo, reino de Dios, Hijo de Dios, Cuerpo de Cristo, justificación por la fe.

Luego, entonces, compare lo que ellos dicen con el significado bíblico. ¡Cuidado! Quizá al principio las definiciones de la secta tengan apariencia de verdad. Por eso es tan importante el discernimiento. Si Bernabé pudo ser arrastrado y engañado por falsa doctrina (Gá. 2:13), cuánto más nosotros.


sábado, 13 de octubre de 2012

¿Cuántos más esperaremos?: La llegada del Mesías



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Rabino habla sobre la presunta llegada del Mesías a Jerusalén

 

 


. biblias y miles de comentarios
 
El pueblo judío ha esperado la llegada del mesías salvador durante siglos, y según ciertos grupos, la llegada estaría próxima a realizarse.

Según algunos miembros del mundo judío, el mesías estaría próximo a venir. Tan próximo que inclusive, lo haría dentro de los últimos meses de este año 2012, generando expectativas en algunos lugares del mundo donde el llamado fue mucho más fuerte y especificamente ligado a que las mujeres judías no abortaran para de esa forma evitar que la llegada del mesías se viera truncada.

Según se decía en estos documentos proféticos que circulan por la web, la llegada del mesías significaría el caos para la humanidad, ya que seria un mesías falso, el mismo que los cristianos reconocen como el anticristo. De su llegada al fin, no habría mucho tiempo.

Según esta hipótesis, entre noviembre y diciembre llegaría el mesías y con esto se finalizaría el ciclo de la humanidad tal como lo conocemos. Sin embargo, el Rabino de la comunidad Judía de Chile, Eduardo Wangortin, explica que esta teoría no tiene ninguna cabida dentro de las creencias de su comunidad.

“En realidad, los judíos pensamos que siempre va a venir el mesías, en cualquier momento, pero de ninguna manera tenemos una fecha que diga que el 2012 sería especialmente. En ningún lado aparece una cifra que indique en qué fecha viene el mesías, lo que sí, esperamos al mesías todos los días y por eso nuestro comportamiento tiene que ser de tal forma que merezca su venida”, explica.

La fe judía se diferencia del cristianismo esencialmente en que el cristianismo plantea que el mesías ya llegó y estará encarnado en la persona de Jesús, mientras que el judaísmo plantea que todavía se está esperando al salvador.

Agrega que, “la espera del mesías es una marca de esperanza constante, nuestra visión de la historia es esperanzadora y constantemente pensamos que el día próximo será mejor que el anterior porque se acerca la venida del mesías. Esto podría ser Dios mismo, o podría ser una generación de jóvenes que comience un camino de hermandad, paz y amor, y sería entonces una generación mesiánica, pero no establecemos una fecha específica para su venida, eso no depende de nosotros, sino que de Dios. Nosotros somos básicamente racionalistas y positivistas
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