Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Pablo en Efesios ha escalado el monte Everest espiritual: primero habiéndonos escogido Dios desde antes de la fundación del mundo; así puso en marcha el Gran Designio en la doxología (Efesios 1: 3-14) y después en la magnífica oración Pablo destacó el triunfo de Cruz en la resurrección nuestra en Cristo (1:15-23). En Efesios 2, a pesar de estar muertos en delitos, Dios nos dio vida, nos resucitó y nos hizo sentar en lugares celestiales; “porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe” (2: 1-10).
Finalmente mediante la Cruz reconcilió a ambos en un solo cuerpo, matando en ellas las enemistades. La Iglesia de Cristo va creciendo bien coordinada hacia un templo santo y espiritual, la misma morada de Dios sin distinción alguna entre judíos y gentiles, todos unidos en Cristo triunfante (2: 11-22).
Toma nota de que después de cada exposición del Gran Designio, estas verdades tan importantes, Pablo eleva una oración ferviente. Así expresa el deseo de su corazón para que el creyente comprenda la maravilla y la grandeza de la gracia de Dios, lo cual es la obra del Espíritu Santo.
Una Ventana que da al corazón del Apóstol a los Gentiles Efesios 3:1-7
Pareciera que Pablo iba a orar por los creyentes en Cristo por segunda vez ya que ellos eran “un solo y nuevo hombre” ante Dios. Empieza Efesios 3:1 así: “Por esta causa . . .” pero en lugar de elevar una plegaria, hace una digresión, cambia el rumbo. “Por esta causa, yo Pablo, prisonero de Cristo Jesús por vosotros . . , .” Revelará su profunda gratitud que se apodera de él, deslumbrando su corazón frente a su llamado divino de ser Apóstol a las naciones.
Después de esta bendita digresión, vuelve a decir lo que estaba antes a punto de hacer.“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo” (3:14). Sigue la oración que respira el fuerte anhelo de Pablo para con ellos al contemplar con ellos la maravilla del Gran Designio (2:14-22).
Pablo tiene la costumbre algo frecuente de estar desarrollando una verdad y de repente tomar otro rumbo pero siempre bajo la guía del Espíritu Santo. El autor inspirado no fue nunca un autómata, un mero copiador; al contario Dios habló a través de los hombres. “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída de voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados (guidados) por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20, 21).
La más notable digresión larga se encuentra en 2 Corintios 2:14 – 7:1 en la cual Pablo da la esencia del Mensaje de la Cruz, en términos muy personales. ¡Qué tesoro nos ha dejado!
Pudiéramos imaginarnos de que al empezar de orar por los efesios, representantes de los hermanos de Asia, que se le resplandeciese como un relámpago toda su vida desde fariseo hasta estar en cadenas en Roma. No con nada del egoísmo sino con profunda pasión dice: “Yo Pablo, prisonero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles (las étnias – naciones.” v.1).
La trayectoria del fariseo fanático hasta Apóstol a las naciones.
Vale la pena repasar la trayectoria de Pablo ya que ahora él la vuelve a vivir a todo color en la cárcel de César. Siguen unos textos que nos dejan asombrados: “Y Saulo consentía en su muerte (Esteban) . . . Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel” (Hechos 8:1,3). “Saulo, respirando aún amenazas, contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén” (9: 1,2).
Sabemos bien la historia de su encuentro dramático con Jesús. “Saulo Saulo, ¿por qué me persigues? . . . ¿quién eres, Señor? . . . Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa es dar coces contra el aguijón . . . Señor, ¿qué quieres que yo hago? (vv.4-6). Dios sin duda alguna lo visitó durante los tres días, Pablo ya ciego y en ayunas. Dios reveló a Ananías por una intervención dándole instrucciones: “Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a sus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre” (vv.13, 14).
Sabemos tan bien la historia que no nos impacta tanto, pero ¡qué transformación y tan de repente y tan a fondo! “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos . . . pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo” (vv.20-22).
Los hermanos judíos no aceptaron de lleno a Pablo por sospechar su pasado, pero Bernabé lo trajo y la evidencia de su conversión radical por fin triunfó. Gálatas 2 nos informa: “Después, pasados los catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito”. Luego en el Concilio de Jerusalén en el año 50, por fin triunfó la gracia de Dios sobre el legalismo de los judíos. Pablo jugó un papel importantísimo. Resultó por orden de Jerusalén que Pedro iría a los judíos y Pablo iría a los gentiles con la bendición de la iglesia madre. Al fin le costó lanzar el Gran Designio de Dios. Por eso Pablo recapacitando no puede más que traza la soberana mano de Dios.
Fue en su tercer viaje misionero en Éfeso donde Pablo públicamente se retiró de la sinagoga, lo cual había sido hasta entonces su plan de acción, “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tirano” (Hechos19:8, 9).
Con esta larga trayectoria quizá podemos consentir la profunda emoción con que Pablo vuelve a haber sido escogido para jugar el papel más grande del plan eterno de Dios. Pablo contempla la grandeza de la gracia de Dios; es fuente de su constante maravilla. Habla de que fue por revelación: “por revelación me fue declarado el misterio” (v.3). Pablo se reconoce estar en el centro del plan de Dios, pero lejos de enorgullecerse, se humilla. No inventó este misterio, al contrario se le llegó por la iniciativa divina ¡A Dios y solo a Dios sea la gloria!
Pablo profundiza el Gran Designio de Dios y su rol bajo la soberanía de Dios Efesio 3:5-8
Cuando Pablo habla del “misterio” (vv.3, 5), no es nada misterioso, difícil de comprender, sino algo antes escondido o no desplegado, pero en el momento oportuno Dios iría a revelar lo que había venido planeando desde la eternidad. Ese momento oportuno fue Calvario y, sobre todo, Dios escogió a Pablo, el menos digno de todos, juntamente con los demás apóstoles y profetas para anunciarlo a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo su plan eterno (v.5). Dios es él mismo que hizo de “un solo y nuevo hombre, haciendo la paz y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando las enemistades” (2:15,16).
En breve, él define el Gran Designio en un importante aspecto: “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, del cual yo fui hecho ministro (siervo) por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo” (vv.6-8).
Podemos ver la verdadera humildad de Pablo frente a esta iniciativa de Dios en escoger un fariseo fanático arrestado en camino a Damasco por la gracia y poder de Dios para darle este rol que de ninguna manera mereciera. Pablo inventa una palabra, una comparativa de una superlativa: “soy menos que el más pequeño de todos los santos” (v.8).
Realmente la vida de Pablo fue un eje en el plan eterno para la Iglesia de Cristo. Con razón Dios le había dicho a Ananías: “Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15-16).
El Gran Designio lanzado y extendido hacia los siglos venideros Efesios 3: 9-11
Pablo vuelve a la gran extensión de esta última dispensación. La palabra “dispensación” tiene el concepto de dirigir, administrar y mantener una familia en todos los aspectos, cierto tipo de gobernación. En versículo 8,9, Pablo reconoce su rol. “Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas.”
El Gran Designo en Efesios tiene dos aspectos: 1). el eterno designio del Trino Dios en reunir en Cristo todas las cosas y 2). en ese designio la Iglesia de Cristo, “un solo y nuevo hombre” mediante la Cruz será el reflejo de la “multiforme sabiduría de Dios ante los principados y potestades en los lugares celestiales”. Pablo fue escogido para activar tal designio ¡Qué honor y solemne responsabilidad! Por eso Pablo se emociona en estos párrafos.
La palabra “dispensación”” aparece en la doxología Efesios 1:10,11: “de reunir en Cristo todas las cosas, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según su designio de su voluntad”. Todo giraba alrededor de la obra de la cruz, la obra magistral del Trino Dios. La doxología presenta el ministerio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, dándonos una vislumbre salvífica de cómo esa obra tomaría forma.
El segundo aspecto de la “dispensación” nos deja boquiabiertos y maravillados Por medio de la obra de la Cruz, inaugurando la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, Dios enseñará hasta a los principados y potestades la multiforme sabiduría de su designio. No podemos darnos cuenta del semejante propósito futuro que Dios nos da en gracia una posición que sobrepasa la de todos los seres angélicos. Pone en otra perspectiva el tremendo privilegio que Dios nos da ahora para entrar más plenamente en nuestra herencia en Cristo.
Si regresamos a la oración de Pablo en Efesios 1:3-14 desde el actual punto de vista de 3: 8-10, vemos muy ampliado un nuevo concepto de nuestra herencia en Cristo. Que “os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento (“epignosis” nuestra vivencia práctica en Cristo) de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos . . .” (Efesios 1:17-19). Entramos y realizamos todo esto por gracia . . . por medio de la fe.
Que Dios nos permita ver lo que él hará en nosotros, una exhibición de su sabiduría, ante los seres celestiales! ¡Qué pensamiento retador! De esta manera la sabiduría jaspeada de Dios será dada a conocer a los principados y potestades. Debe ser otra nueva motivación de dejar a Dios conformarnos a su gloriosa imagen. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).
El propósito eterno de Dios garantiza seguridad y acceso Efesios 3:12-13
Ya entendemos por qué Pablo se emociona tanto al recibir por revelación el glorioso futuro del Cuerpo de Cristo. Pero no tan solo en el futuro sino también en la dura actualidad de estar encadenado y los efesios viviendo en una ciudad idolatra. Todo esto es “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (vv.11, 12). La idea principal de confianza es hablar con denuedo, con perfecta libertad y con plena confianza en la verdad. Ya que Dios va forjando el futuro no hay por qué flaquear. Cuando Pablo lo decía, estaba viviendo en carne propia las tribulaciones con sumo gozo.
Al hablar Pablo de sus propias circunstancias actuales, los efesios sabían que sufría la cárcel por haber apelado a Cesar bajo la alegación falsa de haber metido a un gentil en el área del templo reservado exclusivamente para los judíos (Hechos 21-27-30). Su propio testimonio lo sostenía y termina el párrafo exhortándoles a no desmayar.
Pablo habiéndoles animado a seguir adelante, está ya preparado para interceder para que los efesios entren en la plenitud de la victoria de la Cruz. En seguida abrirá su corazón en intercesión semejante a la oración después de la doxología (Efesios 1:15-23). Esta oración nos llevará hasta el corazón de Dios y a las puertas del cielo.
EFESIOS, LA EPÍSTOLA DE LA IGLESIA Y LA CRUZ
Pablo y su gratitud ante el Gran Designo de Dios
Efesios 3: 1-13
Pablo en Efesios ha escalado el monte Everest espiritual: primero habiéndonos escogido Dios desde antes de la fundación del mundo; así puso en marcha el Gran Designio en la doxología (Efesios 1: 3-14) y después en la magnífica oración Pablo destacó el triunfo de Cruz en la resurrección nuestra en Cristo (1:15-23). En Efesios 2, a pesar de estar muertos en delitos, Dios nos dio vida, nos resucitó y nos hizo sentar en lugares celestiales; “porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe” (2: 1-10).
Finalmente mediante la Cruz reconcilió a ambos en un solo cuerpo, matando en ellas las enemistades. La Iglesia de Cristo va creciendo bien coordinada hacia un templo santo y espiritual, la misma morada de Dios sin distinción alguna entre judíos y gentiles, todos unidos en Cristo triunfante (2: 11-22).
Toma nota de que después de cada exposición del Gran Designio, estas verdades tan importantes, Pablo eleva una oración ferviente. Así expresa el deseo de su corazón para que el creyente comprenda la maravilla y la grandeza de la gracia de Dios, lo cual es la obra del Espíritu Santo.
Una Ventana que da al corazón del Apóstol a los Gentiles Efesios 3:1-7
Pareciera que Pablo iba a orar por los creyentes en Cristo por segunda vez ya que ellos eran “un solo y nuevo hombre” ante Dios. Empieza Efesios 3:1 así: “Por esta causa . . .” pero en lugar de elevar una plegaria, hace una digresión, cambia el rumbo. “Por esta causa, yo Pablo, prisonero de Cristo Jesús por vosotros . . , .” Revelará su profunda gratitud que se apodera de él, deslumbrando su corazón frente a su llamado divino de ser Apóstol a las naciones.
Después de esta bendita digresión, vuelve a decir lo que estaba antes a punto de hacer.“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo” (3:14). Sigue la oración que respira el fuerte anhelo de Pablo para con ellos al contemplar con ellos la maravilla del Gran Designio (2:14-22).
Pablo tiene la costumbre algo frecuente de estar desarrollando una verdad y de repente tomar otro rumbo pero siempre bajo la guía del Espíritu Santo. El autor inspirado no fue nunca un autómata, un mero copiador; al contario Dios habló a través de los hombres. “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída de voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados (guidados) por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20, 21).
La más notable digresión larga se encuentra en 2 Corintios 2:14 – 7:1 en la cual Pablo da la esencia del Mensaje de la Cruz, en términos muy personales. ¡Qué tesoro nos ha dejado!
Pudiéramos imaginarnos de que al empezar de orar por los efesios, representantes de los hermanos de Asia, que se le resplandeciese como un relámpago toda su vida desde fariseo hasta estar en cadenas en Roma. No con nada del egoísmo sino con profunda pasión dice: “Yo Pablo, prisonero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles (las étnias – naciones.” v.1).
La trayectoria del fariseo fanático hasta Apóstol a las naciones.
Vale la pena repasar la trayectoria de Pablo ya que ahora él la vuelve a vivir a todo color en la cárcel de César. Siguen unos textos que nos dejan asombrados: “Y Saulo consentía en su muerte (Esteban) . . . Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel” (Hechos 8:1,3). “Saulo, respirando aún amenazas, contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén” (9: 1,2).
Sabemos bien la historia de su encuentro dramático con Jesús. “Saulo Saulo, ¿por qué me persigues? . . . ¿quién eres, Señor? . . . Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa es dar coces contra el aguijón . . . Señor, ¿qué quieres que yo hago? (vv.4-6). Dios sin duda alguna lo visitó durante los tres días, Pablo ya ciego y en ayunas. Dios reveló a Ananías por una intervención dándole instrucciones: “Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a sus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre” (vv.13, 14).
Sabemos tan bien la historia que no nos impacta tanto, pero ¡qué transformación y tan de repente y tan a fondo! “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos . . . pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo” (vv.20-22).
Los hermanos judíos no aceptaron de lleno a Pablo por sospechar su pasado, pero Bernabé lo trajo y la evidencia de su conversión radical por fin triunfó. Gálatas 2 nos informa: “Después, pasados los catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito”. Luego en el Concilio de Jerusalén en el año 50, por fin triunfó la gracia de Dios sobre el legalismo de los judíos. Pablo jugó un papel importantísimo. Resultó por orden de Jerusalén que Pedro iría a los judíos y Pablo iría a los gentiles con la bendición de la iglesia madre. Al fin le costó lanzar el Gran Designio de Dios. Por eso Pablo recapacitando no puede más que traza la soberana mano de Dios.
Fue en su tercer viaje misionero en Éfeso donde Pablo públicamente se retiró de la sinagoga, lo cual había sido hasta entonces su plan de acción, “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tirano” (Hechos19:8, 9).
Con esta larga trayectoria quizá podemos consentir la profunda emoción con que Pablo vuelve a haber sido escogido para jugar el papel más grande del plan eterno de Dios. Pablo contempla la grandeza de la gracia de Dios; es fuente de su constante maravilla. Habla de que fue por revelación: “por revelación me fue declarado el misterio” (v.3). Pablo se reconoce estar en el centro del plan de Dios, pero lejos de enorgullecerse, se humilla. No inventó este misterio, al contrario se le llegó por la iniciativa divina ¡A Dios y solo a Dios sea la gloria!
Pablo profundiza el Gran Designio de Dios y su rol bajo la soberanía de Dios Efesio 3:5-8
Cuando Pablo habla del “misterio” (vv.3, 5), no es nada misterioso, difícil de comprender, sino algo antes escondido o no desplegado, pero en el momento oportuno Dios iría a revelar lo que había venido planeando desde la eternidad. Ese momento oportuno fue Calvario y, sobre todo, Dios escogió a Pablo, el menos digno de todos, juntamente con los demás apóstoles y profetas para anunciarlo a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo su plan eterno (v.5). Dios es él mismo que hizo de “un solo y nuevo hombre, haciendo la paz y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando las enemistades” (2:15,16).
En breve, él define el Gran Designio en un importante aspecto: “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, del cual yo fui hecho ministro (siervo) por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo” (vv.6-8).
Podemos ver la verdadera humildad de Pablo frente a esta iniciativa de Dios en escoger un fariseo fanático arrestado en camino a Damasco por la gracia y poder de Dios para darle este rol que de ninguna manera mereciera. Pablo inventa una palabra, una comparativa de una superlativa: “soy menos que el más pequeño de todos los santos” (v.8).
Realmente la vida de Pablo fue un eje en el plan eterno para la Iglesia de Cristo. Con razón Dios le había dicho a Ananías: “Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15-16).
El Gran Designio lanzado y extendido hacia los siglos venideros Efesios 3: 9-11
Pablo vuelve a la gran extensión de esta última dispensación. La palabra “dispensación” tiene el concepto de dirigir, administrar y mantener una familia en todos los aspectos, cierto tipo de gobernación. En versículo 8,9, Pablo reconoce su rol. “Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas.”
El Gran Designo en Efesios tiene dos aspectos: 1). el eterno designio del Trino Dios en reunir en Cristo todas las cosas y 2). en ese designio la Iglesia de Cristo, “un solo y nuevo hombre” mediante la Cruz será el reflejo de la “multiforme sabiduría de Dios ante los principados y potestades en los lugares celestiales”. Pablo fue escogido para activar tal designio ¡Qué honor y solemne responsabilidad! Por eso Pablo se emociona en estos párrafos.
La palabra “dispensación”” aparece en la doxología Efesios 1:10,11: “de reunir en Cristo todas las cosas, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según su designio de su voluntad”. Todo giraba alrededor de la obra de la cruz, la obra magistral del Trino Dios. La doxología presenta el ministerio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, dándonos una vislumbre salvífica de cómo esa obra tomaría forma.
El segundo aspecto de la “dispensación” nos deja boquiabiertos y maravillados Por medio de la obra de la Cruz, inaugurando la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, Dios enseñará hasta a los principados y potestades la multiforme sabiduría de su designio. No podemos darnos cuenta del semejante propósito futuro que Dios nos da en gracia una posición que sobrepasa la de todos los seres angélicos. Pone en otra perspectiva el tremendo privilegio que Dios nos da ahora para entrar más plenamente en nuestra herencia en Cristo.
Si regresamos a la oración de Pablo en Efesios 1:3-14 desde el actual punto de vista de 3: 8-10, vemos muy ampliado un nuevo concepto de nuestra herencia en Cristo. Que “os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento (“epignosis” nuestra vivencia práctica en Cristo) de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos . . .” (Efesios 1:17-19). Entramos y realizamos todo esto por gracia . . . por medio de la fe.
Que Dios nos permita ver lo que él hará en nosotros, una exhibición de su sabiduría, ante los seres celestiales! ¡Qué pensamiento retador! De esta manera la sabiduría jaspeada de Dios será dada a conocer a los principados y potestades. Debe ser otra nueva motivación de dejar a Dios conformarnos a su gloriosa imagen. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).
El propósito eterno de Dios garantiza seguridad y acceso Efesios 3:12-13
Ya entendemos por qué Pablo se emociona tanto al recibir por revelación el glorioso futuro del Cuerpo de Cristo. Pero no tan solo en el futuro sino también en la dura actualidad de estar encadenado y los efesios viviendo en una ciudad idolatra. Todo esto es “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (vv.11, 12). La idea principal de confianza es hablar con denuedo, con perfecta libertad y con plena confianza en la verdad. Ya que Dios va forjando el futuro no hay por qué flaquear. Cuando Pablo lo decía, estaba viviendo en carne propia las tribulaciones con sumo gozo.
Al hablar Pablo de sus propias circunstancias actuales, los efesios sabían que sufría la cárcel por haber apelado a Cesar bajo la alegación falsa de haber metido a un gentil en el área del templo reservado exclusivamente para los judíos (Hechos 21-27-30). Su propio testimonio lo sostenía y termina el párrafo exhortándoles a no desmayar.
Pablo habiéndoles animado a seguir adelante, está ya preparado para interceder para que los efesios entren en la plenitud de la victoria de la Cruz. En seguida abrirá su corazón en intercesión semejante a la oración después de la doxología (Efesios 1:15-23). Esta oración nos llevará hasta el corazón de Dios y a las puertas del cielo.
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