lunes, 9 de julio de 2012

Alza tus hombros: El Rey Vuelve otra vez

biblias y miles de comentarios
 
¡El Rey ha Llegado!
Mateo 1:1–4:25
El anuncio del nacimiento de un rey siempre es una noticia de gran importancia para cualquier pueblo. En el pueblo escogido de Dios este anuncio fue motivo de gran expectación y esperanza. La gente que esperaba ver la redención de Israel y el cumplimiento de las promesas de Dios para su pueblo, escuchó este aviso con gozo. Sin embargo, no todos estaban listos para Su venida.
Después del período de la reconstrucción descrita en el Antiguo Testamento, cuando el remanente de Israel regresó a la tierra prometida, hubo una época de silencio de aproximadamente cuatrocientos años, durante los cuales Israel mostró un ritualismo frío e incredulidad.
Durante estos años, Dios mandó a otras naciones, especialmente a los tolomeos de Egipto, a los seleucos del norte, y a los romanos, para disciplinarles y exhortarles a volverse a El. Al final de este tiempo de cuatrocientos años, Dios intervino y mandó a Su hijo para cumplir Sus promesas.
Ese período se distinguió por el descontento con la situación contemporanea bajo la autoridad de Roma y por la esperanza de que el Mesías vendría pronto para salvarles y darles la victoria prometida sobre sus opresores.
Al llegar El Mesías, El cumplió con lo que Dios les había prometido, y no se conformó con lo que querían. Por tal razón, lo rechazaron. El desprecio a Jesús resultó de nuevo en el juicio divino en contra de ellos mismos. La destrucción de Jerusalén, que se efectuó en el año 70 d.C. y que fue terminada definitivamente en 135 d.C., cerró para siempre el período de la esperanza.
EL PROPOSITO DEL LIBRO DE MATEO
Cuando Mateo escribió este mensaje a sus oyentes, quería resolver un problema que les molestaba. Escribe después de la muerte de Cristo, durante una época en que la esperanza mesiánica había sido fuerte. A base de Zacarías 9–10, y algunas otras profecías del Antiguo Testamento, esperaban una restauración de tres pasos principales: regreso a la tierra prometida, venida del Mesías, y al fin, bendición.
Los judíos del primer siglo tenían un problema. Habían regresado a la tierra prometida muchos años antes. La esperanza del Mesías era fuerte, pero los años pasaban y El Mesías no llegaba. Por lo tanto, tampoco venían las bendiciones prometidas.
Los judíos cristianos solo lograban un poco más. Habían regresado a la tierra prometida. El Mesías vino, al nacer Jesucristo. Sin embargo, tampoco experimentaron las bendiciones prometidas que iban a acompañar al reino mesiánico. ¿Qué pasó en cuanto al plan de Dios? ¿Les habría fallado Dios?
Mateo escribió para contestar su pregunta. En breve, su respuesta fue que el Mesías había llegado, pero Su pueblo lo rechazó. Por eso, El les rehusó también y empezó una nueva forma del reino. Serían disciplinados por causa de su rebelión y restaurados más tarde.
El mensaje del libro contiene dos temas mayores. Primero, demuestra que Jesús es el Mesías que Dios había prometido. Segundo, explica qué le ha pasado al plan de Dios para Su pueblo, Israel.
Parece que había tres propósitos principales que Mateo tuvo al escribir el libro. Primero, que el lector judío reconociera que Jesús era su Mesías y que confiaran en El. Segundo, que la iglesia primitiva entendiera su función dentro del programa de Dios. Tercero, que los oyentes tomaran el mensaje que Mateo les había presentado y que lo utilizaran para hacer discípulos de todas las naciones, tal como Cristo les había ordenado.
LA ESTRUCTURA DEL LIBRO DE MATEO
La estructura lógica del libro se señala por el uso repetido de la frase “Cuando terminó Jesús…” Esta frase se repite en 7:28; 11:1; 13:53; 19:1; y, 26:1.
Las divisiones mayores del libro, basadas en este bosquejo estructural son: la identificación del Mesías (1–7); el ministerio del Mesías (8–10); el rechazo del Mesías profetizado (11–13:52); la oposición al Mesías (13:53–18:35); la presentación del Mesías (19–25); el rechazo del Mesías realizado (26–27); y, la resurrección del Mesías (28).
LA IDENTIFICACION DEL MESIAS
Mateo empieza a contestar la pregunta en cuanto a lo que pasó con el plan de Dios con un resumen de la evidencia que demuestra que Jesús era el Mesías (1:1–7:29). El testimonio viene de muchas fuentes distintas. Algunas de ellas no parecen ser las más probables para querer apoyarle (1:1–4:25).
El Testimonio de Su Genealogía 1:1–17
El libro principia con lo que parece ser una imitación intencional de la estructura de Génesis. Mateo describe el libro como el de la genealogía, o sea, de las generaciones de Jesucristo. Esta historia está relacionada, en la opinión del autor, con la de los patriarcas de Israel, quienes también se presentan de esta manera en Génesis.
Entonces, Mateo presenta en síntesis el significado de la genealogía que piensa describir. Jesús es descendiente tanto de David como de Abraham. Siendo descendiente de ellos, es el heredero de todas las promesas de Dios. Por eso, la genealogía de Jesús testifica de Su derecho a tomar posesión del trono de David, y a ser el Mesías de Israel.
SU DESCENDENCIA DEMUESTRA QUE
JESUS ES EL MESIAS
En medio de esta lista aparecen cuatro mujeres: Tamar, Rahab, Rut y Betsabé. Cada una de ellas representa una historia significativa del Antiguo Testamento. Cada una nos recuerda de la grandeza de la gracia de Dios. Ningún judío se atrevería a rechazar la participación de ninguna de estas mujeres en la genealogía del Mesías porque ya contaban con el apoyo bíblico. María también, la madre de Jesús, se añade legítimamente a esta tradición de mujeres santas que participaron en las generaciones del Mesías.
El Testimonio de Su Nacimiento 1:18–25
La manera sobrenatural en que Dios actuó para realizar la concepción de Jesús también da evidencia de que Jesús era el Mesías. Su madre no lo concibió en la forma normal. El Espíritu Santo hizo una obra milagrosa en ella para que naciera este hijo (1:18)
SU NACIMIENTO DEMUESTRA QUE
JESUS ES EL MESIAS
Cuando José, su prometido, se dio cuenta del embarazo, le inquietó bastante. ¿Se puede imaginar cómo responderíamos nosotros al pasar por una situación igual a ésta (1:19)? Se observa el fruto del carácter cristiano en este varón de Dios. Siempre busca lo mejor para ella, sin ninguna clase de venganza.
Dios le confirma a José la naturaleza divina del nacimiento de Jesús por medio de un ángel (1:20–21). Dios le hace un participante en este plan también. José le dará el nombre que anuncia al mundo el propósito de Dios en el nacimiento de Su Hijo. Le llamará “Jesús”, es decir, “Jehová salva”, porque sería el instrumento a través del cual Dios salvará a Su pueblo de sus pecados.
Este testimonio del ángel fue confirmado también por las Escrituras (1:22–23). Una de las mayores confirmaciones de que Dios estaba actuando en el nacimiento de Jesús, era la conformidad al plan de parte de José, un varón justo del pueblo de Israel. En medio de una sociedad donde prevalecía la actitud del “machismo”, aceptó el testimonio y recibió a María como esposa (1:24–25).
El Testimonio de los Magos 2:1–12
Aun algunos líderes de otras naciones fueron convencidos por la naturaleza de la aparición de una estrella extraordinaria que confirmó el nacimiento del Mesías de Israel. Los “magos” eran líderes políticos y religiosos de sus pueblos. Al ver la evidencia en el cielo, hicieron un viaje largo para adorar a este nuevo rey extraordinario que había nacido (2:1–2).
Al oír esta noticia, Herodes estaba asustado e hizo planes para tratar de eliminar cualquier amenaza a sus dominios (2:3–8). El Antiguo Testamento confirmó el lugar del nacimiento del Mesías. Así que, sin querer, aun Herodes dio testimonio de que Jesús era El Mesías. Como líder político del pueblo de Dios, quiso eliminar la competencia.
Cuando los magos llegaron a Belén, la estrella les dirigió al lugar donde Jesús estaba y lo adoraron (2:9–11). Aunque el pueblo de Dios estaba dormido y no se dio cuenta del significado de lo que sucedía en medio de ellos, los magos extranjeros y un rey pagano estaban conscientes del significado de Su nacimiento. Dios demostró su propio interés en lo que sucedía al proteger a Jesús del complot de Herodes (2:12).
LOS POLITICOS PAGANOS DEMUESTRAN QUE
JESUS ES EL MESIAS
¡PENSEMOS!
Aun cuando los líderes paganos reconocieron y respondieron correctamente el plan de Dios, los israelitas no hicieron lo que se habría esperado de Su pueblo. No se dieron cuenta de lo que Dios estaba haciendo en el mundo, ni de lo que esperaba de ellos. Es fácil echarles la culpa. Sin embargo, si hubiéramos estado presentes, ¿Qué habríamos hecho? ¿Cuáles pasos debemos tomar para estar seguros de escuchar la voz de Dios y ponernos de acuerdo con Su plan para el mundo hoy?
El Testimonio de las Ciudades Visitadas 2:13–23
La evidencia que Jesús es El Mesías sigue a través de los viajes que hizo con sus padres durante Su niñez. Dios le protegió de la oposición de Herodes al mandarles a Egipto (2:13–15). Este viaje resultó en el cumplimiento del principio establecido en el Antiguo Testamento que el “hijo de Dios” es uno que ha sido Ilamado por Dios para salir de Egipto. Egipto se reconoce como el lugar de la esclavitud. Dios había sacado de allí a Su hijo Israel. Ahora, de nuevo, Dios saca a Su Hijo, Jesús, de allí también.
La intervención divina para proteger a Su Hijo se observa en la protección de la muerte que amenazaba por parte de Herodes (2:16–18). Después de la muerte de Herodes, Ilevarón a Jesús a la casa de sus padres en Nazaret (2:19–23).
La descripción de Jesús como Nazareno no se basa en ningún pasaje específico del Antiguo Testamento que se refiera directamente a este hecho. Sin embargo, es obvio que Mateo considere que se cumple una revelación profética. La cita puede referirse a la raíz del título que presenta al Mesías como el “vástago” (Is. 11:1). Otro posible significado para esta cita es que se refiere a la actitud que Israel manifiesta hacia El, tal como lo haria a cualquier judío que viniera de Galilea. Todos eran despreciados. Ser conocido como un nazareno habría tenido una implicación de rechazo de parte de los judíos contemporáneos de Cristo (Is. 53:2).
LAS CIUDADES VISITADAS DEMUESTRAN QUE
JESUS ES EL MESIAS
El Testimonio de Juan 3:1–12
Juan el Bautista es el siguiente testigo que Jesús es El Mesías. Vino anunciando el reino. Su mensaje era el que el Antiguo Testamento decía que Elías vendría predicando en los días finales, para preparar el camino para la venida del Mesías (3:1–4). Cuando el pueblo oyó el mensaje de Juan, respondió confesando sus pecados y siendo bautizado (3:5–6).
Los líderes de Israel salieron al lugar donde Juan predicaba para ver qué hacía. No se presentaba ninguna evidencia de que querían recibir el mensaje de Juan. La pregunta que Juan les hace es sarcástica. Sabía perfectamente bien porqué habían llegado. No vinieron a arrepentirse, sino a observar y a buscar una forma aceptable de pararlo.
Sin embargo, Juan cumplió con el ministerio que Dios le había encomendado y preparó el camino para la venida del Mesías (3:7–12). Les condena por su incredulidad y desobediencia. Si continúan por el mismo camino, serán juzgados y destruidos.
JUAN EL BAUTISTA DEMUESTRA QUE
JESUS ES EL MESIAS
El Testimonio de Su Bautismo 3:13–17
Dios Mismo añadió Su propio testimonio de que Jesús era el Mesías cuando se bautizó. El bautismo de Jesús no era igual al que practicaba Juan. Por eso, Juan no entendía lo que Cristo hacía y trató de someterse al bautismo por Cristo, para identificarse con El; no lo contario (3:13–14). Sin embargo, Cristo insistió en la importancia de este evento (3:15).
Este bautismo representaba la presentación pública de Jesús al Padre para Su servicio. Jesús estaba listo y llenaba los requisitos indicados para presentarse a Dios para este ministerio. Dios confirmó el acto al hablar desde el cielo para demostrar Su aprobación de Jesús. El Espíritu Santo también descendió sobre El en preparación para el ministerio que comenzaba (3:16–17).
DIOS MISMO DEMUESTRA QUE
JESUS ES EL MESIAS
El Testimonio de Satanás 4:1–11
Aun Satanás cuenta entre quienes dan testimonio que Jesús es el Mesías. Reconoce la importancia de Jesús en el programa de Dios. Las tentaciones lo dan por sentado. Las usa para tratar de impedir el propósito de Dios. Le anima a funcionar de una manera independiente del Padre y Su plan. Al rechazar la tentación a someterse al programa de Satanás, Jesús provee otra evidencia más de que El era el siervo de Dios.
La tentación en cuanto al hambre 4:1–4
Satanás tentó a Jesús a usar Su poder sobrenatural para satisfacer un deseo natural de Su propia carne. Tenía suficiente razón para hacerlo y el poder necesario. Jesús rechazó la tentación porque no era el plan de Dios que comiera en ese momento. Al llegar el tiempo indicado Dios proveería la comida. Era más importante someterse al plan de Dios y glorificarle por medio de Su obediencia.
La tentación en cuanto a Su autoridad 4:5–7
La segunda tentación fue la de demostrar Su poder delante del pueblo al echarse desde el pináculo del templo y salir ileso. El pueblo vería Su autoridad sobrenatural y lo establecerían como su Mesías. Aunque tenía todo el derecho para hacer tal acto, tampoco era la voluntad de Dios.
La tentación en cuanto a Su misión 4:8–11
Finalmente, Satanás le ofrece todos los reinos del mundo, si le adora. Esta promesa será cumplida algún día de todos modos. La diferencia es que recibiría lo mismo, pero sin el atraso y sin la agonía de la cruz. De nuevo, Cristo se somete a la voluntad de Dios para Su vida. No cambiará Su plan, no importa qué recompensa le pueda ofrecer Satanás. La sumisión de Jesús al Padre confirma Su identificación como El Mesías. Así que, Satanás le deja por un rato.
SATANAS MISMO DEMUESTRA QUE
JESUS ES EL MESIAS
¡PENSEMOS!
Satanás le ofrecía a Cristo todo con tal que dejara el plan de Dios para Su vida para servirle. Le ofrecio:
*     La satisfacción de los deseos naturales.
*     Popularidad y el respeto de la multitud.
*     Poder sobre todo el mundo.
Parece incluir todo lo que se puede querer en esta vida.
Sin embargo, Cristo vio Su vida desde la perspectiva divina. Supo el plan de Dios para Su vida. Conoció la Palabra de Dios. Supo valorar correctamente lo que Satanás le ofreció. Por lo tanto, rechazó la tentación y persiguió el plan y la gloria de Dios.
¿Con qué recompensa le tienta Satanás a usted?
¿Cómo podemos responder a estas tentaciones para salir triunfantes?
El Testimonio de Sus Seguidores 4:12–22
Habiendo terminado su período de prueba, Jesús deja el desierto para empezar su ministerio en Galilea. La esencia de Su mensaje era que el reino estaba cerca (4:12–17). Todo lo necesario para iniciarlo estaba arreglado ya. Sólo hacía falta que el pueblo lo reconociera como El Mesías y que le proclamara rey para que empezara a gobernar.
Al comenzar el ministerio de Jesús, se presenta otra evidencia más, que es El Mesías: la respuesta de los primeros discípulos a Su llamado (4:18–22). Pescadores que aparentemente habían logrado el éxito en ese negocio, reconocieron Su autoridad y dejaron todo atrás para identificarse con El. Jesús les da la promesa de que participarán con El en la pesca de los hombres.
LOS PRIMEROS DISCIPULOS DEMUESTRAN QUE
JESUS ES EL MESIAS
El Testimonio de Sus Obras 4:23–25
La presentación de la evidencia termina con un resumen de las obras que Jesús hizo en este período inicial del ministerio. Jesús predicaba el mensaje que el pueblo había estado esperando: las buenas nuevas que el reino de Dios estaba cerca. Ya iba a principiar.
Este mensaje fue confirmado por señales sobrenaturales (4:23–24). Como resultado, grandes multitudes le estaban siguiendo, llenas de esperanza (4:25). Venían a El de todas las regiones de Israel. La evidencia sobreabundaba. ¡El Mesías de Israel había llegado!
SU MENSAJE Y OBRAS DEMUESTRAN QUE
JESUS ES EL MESIAS
¡PENSEMOS!
La lista de evidencias que Mateo presenta para demostrar que Jesús era El Mesías de Israel, el Salvador del mundo, es larga. Parece demasiado grande; casi aburrida. Todas estas fueron observadas por muchos testigos que lo podrían confirmar o negar. No hace falta la evidencia. El problema de la incredulidad nunca se basa en la evidencia. Existe amplia prueba para cualquier persona que quiere saber la verdad. Cristo dice que el que busca encuentra. El que quiere hacer la voluntad de Dios sabrá si el mensaje de Cristo es cierto.
Repase los primeros cuatro capítulos de Mateo. Haga una lista de todas las evidencias que encuentre descritas allí que Jesús es el Mesías, el Salvador enviado por Dios.
¿Habrá suficientes motivos para confiar en El? ¿Ha creído en Cristo como su propio Salvador?
Si no está seguro de que Cristo es su propio Salvador, ¿Por qué no hacer esta decisión hoy?
Si ya lo ha hecho. ¿Para qué le sirve esta evidencia que Mateo señala? ¿Cómo debe afectar este conocimiento nuestro testimonio frente a quienes no conocen a Cristo?
2
Mas Que Religioso
Mateo 5:1–7:29
A través de la historia siempre ha habido personas moralistas. Son buena gente y “no hacen daño a nadie”. Muchas de ellas se han propuesto vivir conforme a los diez mandamietitos. A tales personas cuesta mucho trabajo presentarles a Jesucristo porque consideran que han vivido bien y no lo necesitan. Estos individuos se unen al joven rico que le dijo al Señor: “Todo esto lo he guardado desde mi juventud”(19:20).
En la multitud que vió la evidencia que Jesús es el Mesías (1–4) y que le seguía (4:23–25), habían varías personas que manifestaban esta actitud. Al seguirle, escucharon con mucho cuidado sus Palabras.
Tenían un interrogante mayor en sus mentes: Si el Rey había venido y el reino ya iba a empezar, ¿Podrían participar? El joven rico expresa lo que pensaban: “¿Qué más me falta?” ¿Cuáles eran los requisitos para entrar al reino? Jesús da la respuesta a esta pregunta de varias perspectivas distintas en el Sermón del Monte (5:1–7:29).
SU DESCRIPCION DE LOS ACEPTADOS 5:1–16
Su Carácter Piadoso 5:1–12
Las bienaventuranzas describen la clase de personas que participarán en el reino. Son las mismas que gozarán de la verdadera prosperidad y contentamiento. La esencia de la descripción demuestra que no son quienes cumplan con todos los ritos establecidos y que presenten una gran manifestación pública de su religión quienes entrarán al reino de Dios. La entrada al reino se basa en un carácter piadoso interno.
LA ENTRADA AL REINO DE DIOS
NO SE BASA EN RITOS
EXTERNOS PUBLICADOS
SINO EN EL CARACTER
INTERNO TRANSFORMADO
Quienes están contentos de las condiciones como están ahora en el mundo, no estarán muy felices en el reino venidero. Al contrario, quienes ahora sufren y lloran por causa de la justicia, pueden estar seguros que habrá una recompensa justa en el futuro. Experimentarán la bendición de Dios en el reino.
¡PENSEMOS!
Se observan ocho características de la gente verdaderamente feliz. Haga una lista de ellas y sus resultados correspondientes. Evalúe su propia experiencia. ¿Se manifiestan estas condiciones en su vida? ¿Está experimentando estas bendiciones prometidas? Señale una área en su vida donde considere que Dios quiere transformar su vida. Defina algunos pasos que podría tomar para lograr el cambio deseado. Pídale a Dios Su ayuda para poder realizarlo.
Su Influencia Penetrante 5:13–16
Quienes quisieran entrar en el reino de Dios deben tener una influencia penetrante en el lugar donde les ha colocado. Como la sal, deben crear una sed para Dios por medio de sus vidas transformadas (5:13). Como la luz, deben revelar la naturaleza de Dios en medio de la oscuridad en derredor (5:14–16).
LOS QUE ENTRAN AL REINO SE DAN A CONOCER
POR SU INFLUENCIA PENETRANTE EN EL
MUNDO
¡PENSEMOS!
¿Cómo está nuestra influencia con los vecinos? ¿Estamos creando una sed para Dios en nuestra sociedad por el estilo de vida distinta que manifestamos? ¿Se está revelando la luz de la naturaleza de Dios en medio del mundo oscuro en el cual vivimos por medio de nuestra vida? Evalúe la influencia de su iglesia en su pueblo. ¿Qué podrían hacer para mejorar esta influencia?
SU RELACION CON LOS RELIGIOSOS 5:17–7:6
Jesús y la Ley 5:17–20
Después de terminar Su resumen de la descripción de quienes entrarían al reino, Jesús hace una referencia a los que todo el mundo suponía que se incluirían: los líderes religiosos del pueblo (5:17–7:6). Debido a que esta discusión tiene que introducir un conflicto acerca de la ley, Jesús define el marco dentro del cual la discusión de la ley tiene que presentarse (5:17–20).
Por un lado, Cristo aclara que no ha venido para abolir la ley (5:17–19). Cualquier mensaje que dijera que la ley ya no sirve no ha venido de El. Vino a cumplir la ley; no a destruirla. Vino para hacer posible el cumplimiento de lo que la ley exige.
Al otro lado, aunque es cierto que tienen que cumplirse las exigencias de la ley, ningún hombre las puede cumplir. Aun no era suficiente la justicia que los fariseos ejercían (5:20). Las prácticas externas nunca podrían satisfacer lo que la ley exigía en el corazón del hombre.
LAS PRACTICAS EXTERNAS DE LA LEY
NUNCA SATISFARAN LAS DEMANDAS DE DIOS
¡DIOS EXIGE MAS QUE LA JUSTICIA DE
LOS FARISEOS!
Su Rechazo de las Tradiciones de los Fariseos 5:21–48
Habiendo definido este marco principal de la discusión acerca de la ley, Jesús demuestra específicamente porqué no son suficientes las ordenanzas detalladas de los fariseos. Se jactaban de cumplir fielmente la ley. Se suponía que las tradiciones eran la autoridad absoluta en cuanto a lo que Dios esperaba de Su pueblo.
Jesús demostró que sus tradiciones no llegaban al blanco. Habían puesto todo el énfasis en las regulaciones detalladas pero no cumplían con el espíritu de la ley. No se fijaban en lo que la ley realmente exigía. Por eso, Jesús rechaza sus tradiciones y aclara la naturaleza de las exigencias de Dios.
Acerca del asesinato 5:21–26
En cuanto a la ley del homicidio, Jesús demuestra que la prohibición del acto físico del asesinato no es suficiente (5:21–26). La ley de Dios incluye la actitud del corazón hacia los demás. Si odian a alguna persona, su actitud es equivalente al homicidio, aunque las restricciones sociales no les permiten llevar a cabo su deseo. Esta actitud tiene que resolverse antes de seguir adelante con cualquier rito religioso.
Acerca del adulterio 5:27–30
De la misma manera, el adulterio no se limita a quienes en realidad llevan a cabo el acto. El deseo del corazón es tan significativo como el hecho en sí. Dios quiere que tanto la mente como el cuerpo se mantengan puros y disponibles para Su uso.
Acerca del divorcio 5:31–32
Además, Jesús intenta comunicar una nueva perspectiva en cuanto al divorcio. Aprovecharon una cláusula del Antiguo Testamento, que Dios les dio para proteger a la mujer de los abusos paganos en cuanto a la separación del esposo, como un indicio de la aprobación de la mismo de parte de Dios. Jesús aclara que esto, produce un estado de adulterio y debe evitarse.
Acerca de los votos 5:33–37
Los votos se definen de nuevo conforme a la norma divina. Las tradiciones de los judíos en sí demostraron que eran necesarios por causa de la falta de honradez de la gente. Se utilizan, cuando los hombres ya no tienen confianza el uno del otro. Así que, la norma divina no se revela porque los votos se cumplan, sino por una fama de honradez que elimina la necesidad de ellos. En vez de jurar por cosas sobre las que no tienen ningún control, deben decir la verdad de tal manera que ya no sean necesarios estos juramentos.
Acerca de la venganza 5:38–42
La ley exigió un castigo semejante para recompensar el mal hecho a otros. Esta ley se había convertido, en la práctica judía, en el derecho de venganza de parte de la persona ofendida. Tales actitudes vengativas no reflejaron el propósito de Dios para Su pueblo. Dios sería glorificado por una actitud dispuesta a aceptar el maltrato de parte de otros. Deben manifestar amor para los demás, no importa lo que les hayan hecho.
Acerca del amor para los demás 5:43–48
El principio anterior abre la puerta al último, y el más importante de todos que Jesús quiere que comprendan. El precepto del amor para su prójimo se había convertido en una ley promoviendo las relaciones recíprocas: amar a quienes le aman. Jesús enseña que el amor verdadero no pide ninguna recompensa. El pueblo de Dios debe manifestar un amor distinto: deben amar a sus enemigos también.
Su Rechazo de la Práctica de los Fariseos 6:1–7:6
No sólo rechaza Jesús sus tradiciones; sino también su práctica. La causa mayor de esta repulsa es que su práctica se conforma a las normas humanas; no a las divinas. Su estilo de vida se basa en las apariencias externas, en la búsqueda de algún provecho personal y en una evaluación, según las normas humanas.
Jesús principia con una evaluación de los ritos religiosos (6:1–18). Estos ritos se presentan como un espectáculo público, con el fin de conseguir prestigio personal.
LOS RITOS HECHOS AL PUBLICO
YA TIENEN SU RECOMPENSA
LAS OBRAS HECHAS PARA HONRAR A DIOS
SERAN RECOMPENSADAS POR DIOS
Acerca de la limosna 6:1–4
Dan limosnas, pero no por causa de su compasión hacia los pobres, sino para que los hombres los vean y los alaben por sus buenas obras. Deben dar en secreto para que su obra de amor sea recompensada por Dios.
Acerca de la oración 6:5–15
Sus oraciones también se presentan para llamar la atención de los hombres, en vez de conversar con su Dios. Deben orar en privado de tal manera que solo Dios se dé cuenta de sus actos. Entonces, podrán ser recompensados adecuadamente.
Tampoco deben emplear las repeticiones vanas de una religión de ritos. Orarán de una manera directa, expresando sus necesidades y deseos. Tales deseos deben ser una reflexión de los de Dios Mismo y de una relación adecuada a Su plan.
Acerca del ayuno 6:16–18
De la misma manera el ayuno no debe practicarse para llamar la atención de los hombres, sino como una expresión de los deseos profundos del corazón del individuo frente a Dios. En este aspecto, tal como en los otros, tenían una práctica equivocada. Su meta estaba mal dirigida.
Acerca de las riquezas 6:19–34
El segundo problema mayor en cuanto a la práctica de los líderes de Israel, se manifiesta en Su corrección acerca de las riquezas. Habían dado una prioridad mayor a la búsqueda de ganancia personal, que al servicio a Dios (6:19–24). Así que, servían a la riqueza, en vez de a Dios.
Cristo les exhortó a dejar de preocuparse por las riquezas y a confiar en Dios (6:25–34). Si dieran la prioridad indicada al servicio de Dios, El se encargaría de lo demás; proveería todo lo que necesitaran.
LA RIQUEZA MATERIAL SE PIERDE
EL TESORO QUE DIOS DA PERDURA
PARA SIEMPRE
Acerca del juicio de los demás 7:1–6
finalmente, Cristo señala el tercer problema en cuanto a la práctica de los líderes religiosos de Israel. Se han dedicado a juzgar a los demás. Deben de haberse preocupado por lo que Dios quisiera lograr en sus propias vidas. En vez de examinarse y corregir sus debilidades, se han justificado y dedicado a atacar a los demás. Quienes quieren participar en el reino de Dios deben purificarse a sí mismos y tratar de ayudar a los demás; no destruirlos.
ES MAS FACIL QUITAR LA PAJA DEL OJO
DE SU HERMANO
DESPUES DE QUITAR LA VIGA DEL SUYO
SU INSTRUCCION PARA LOS ACEPTADOS 7:7–27
La evaluación de los líderes religiosos de Israel ha demostrado claramente que la justicia de los escribas y fariseos no era suficiente para entrar al reino de Dios. Después de terminar este análisis, Cristo presenta la conducta que se espera de quienes lograrán ingresar en el reino. Estas instrucciones no se presentan como requisitos para llegar. Indican el estilo de vida que se observará entre la clase de personas que lograrán hacerlo.
La Importancia de Buscar 7:7–11
La primera característica de quienes entrarán al reino de Dios es que reconozcan la importancia del reino y busquen cómo entrar. La implicación de esta enseñanza es que sus líderes no lo han hecho. Han buscado la ganancia personal en la vida.
La Importancia de Servir a Otros 7:12
La segunda característica se presenta como un resumen de todo lo que la ley y los profetas requieren del pueblo de Dios. Deben servir a los demás, tal como quieren que los demás hagan.
La Importancia de la Puerta Estrecha 7:13–14
En tercer lugar, Jesús les advierte que el camino que lleva al reino no es popular. No es que las grandes multitudes van a seguir. Tendrán que andar en un sendero solitario porque la gran mayoría anda por el camino ancho que lleva a la destrucción. La entrada al reino es por la puerta estrecha.
La Importancia de los Frutos 7:15–23
La cuarta característica de quienes entrarán al reino es que produzcan buen fruto. Muchos dirán que merecen el pase en base a su servicio al Rey. Sin embargo, sus vidas demuestran que no pertenecen a El y que no lo merecen. Serán rechazados.
La Importancia de Poner en Práctica Sus Palabras 7:24–27
Finalmente, quienes entrarán al reino de Dios serán aquellas personas que reconozcan las palabras de Cristo y que las pongan en práctica. Quienes no lo hagan, serán destruidas en el día del juicio.
Debemos tomar nota de nuevo que en estas enseñanzas, Cristo no está presentando los requisitos para entrar al reino. Nadie podría cumplirlas todas al pie de la letra para poder pasar.
A través del sermón, el ingreso al reino se recibe por la fe. Sin embargo, tal fe producirá estas características en la vida de la persona que confía en El de verdad. Por eso, son pruebas válidas para determinar quién pertenece al reino de Dios. Sin la transformación de la vida que el Espíritu de Dios produce, nadie podría vivir esta clase de vida jamás.
LA REACCION DE LA MULTITUD 7:28–29
Al terminar Cristo este mensaje, la gente estaba maravillada por causa de Su enseñanza. Enseño con autoridad de una manera que nunca habían escuchado antes. Los escribas instruyeron como intérpretes de lo que otros habían escrito. No podían hablar con una autoridad definitiva. Aquí estaba el Autor de la Palabra. Sabía exactamente lo que quería decirles. Nunca habían oído una doctrina así. Por eso, la enseñanza única de Jesús se suma a las otras pruebas que es El Mesías. Debemos confiar en El.
¡PENSEMOS!
En el Sermón del Monte se presenta una lista larga de las características de los que entrarán al reino. El Mismo Dios que podía producir tal fruto en el hijo de Dios de esa generación lo puede producir hoy también. Dios todavía quiere ver esta clase de vida en Sus hijos.
Revise las características señaladas en este estudio y evalúe su propia vida a la luz de ellas. ¿Habrá alguna área de su vida en que Dios quiere hacer algún cambio? Al identificar el cambio que Dios quiere producir, pídale Su ayuda para lograrlo. ¿Cuáles pasos debe tomar para hacerlo? ¿Qué podría hacer hoy para empezar?
3
Un Sueño Realizado
Mateo 8:1–10:42
¿Alguna vez ha soñado con algo tan bonito que ha pensado: “¡Quién pudiera realizar tal sueño!”? Desafortunadamente parece que estos sueños sólo se realizan en los cuentos de hadas.
En el tiempo de Jesús muchas personas soñaban con algo más bonito que lo que nosotros nos hemos podido imaginar. Este sueño incluía la llegada del Mesías para establecer un reino de paz aquí en la tierra, en el que todos gozaríamos una verdadera prosperidad. Se preguntaban si en verdad tal sueño, que se les había enseñado desde la niñez, podría realizarse.
Cristo vino a Su pueblo con el fin de convertir ese sueño en realidad. Al anunciar Su llegada, tenía que confirmarlo por medio del ministerio que llevaría a cabo.
Después de completar la lista de testigos quienes dieron testimonio que Jesús era el Mesías (1–4) y presentar el mensaje inicial de Cristo a Sus seguidores para revelar la clase de justicia que Dios exige para entrar al reino (5–7), Mateo da un resumen de la naturaleza del ministerio de Jesús, el Mesías (8–10).
Por medio de los diversos aspectos del ministerio presentado, Mateo demuestra que Jesús realizó lo que el pueblo esperaba que su Mesías lograra. La reacción de Juan desde la cárcel (11:2–3) demuestra la pregunta que el pueblo debía haberse hecho al observar estas evidencias.
Se presentan algunos indicios que la gente se preguntaba como debían de haberlo hecho (9:8, 33; 12:23). Sin embargo, los líderes respondieron que Jesús no podría ser el Mesías. Dieron el crédito por las obras hechas a Satanás (9:34; 12:24). Su explicación logró que, a pesar de tanta evidencia, la mayoría del pueblo dudara de la autenticidad de Jesús. Sin embargo, la evidencia sobreabundaba.
LAS ESPERANZAS REALIZADAS 8:1–9:38
Su Poder sobre la Enfermedad 8:1–17
Entre las demostraciones de que Jesús era el Mesías, una de las más notables era su poder sobre la enfermedad. Un leproso fue curado cuando pidió la ayuda de Jesús (8:1–4). La presentación de las ofrendas indicadas ante los sacerdotes debe haber sido suficiente prueba que el Mesías estaba presente. Ningún otro había logrado este milagro.
Un oficial romano pagano pidió la ayuda de Jesús para curar a un siervo paralítico que sufría (8:5–13). El ejemplo de su fe en Cristo presenta un contraste notable con la falta de fe de los líderes religiosos de Israel que debían de haber creído pero que rehusaron.
La suegra de Pedro fue curada de una fiebre severa y pudo levantarse para servirle al Señor y a sus compañeros (8:14–15). Estas personas eran nada más unos pocos ejemplos de los muchos que Jesús sanó de sus enfermedades y libró del poder de los demonios. Al correrse la fama de Jesús y de Su poder para curar a los enfermos, le trajeron muchos más para que les ayudara también.
Sus Exigencias para Sus Seguidores 8:18–22
Jesús les comunicó desde el principio que no sería fácil seguirle. El costo del discipulado es alto. Sus exigencias son serias. Quería advertirles que sólo quienes estaban convencidos y comprometidos de verdad le deberían seguir.
Su Poder sobre la Naturaleza 8:23–27
Jesús demostró Su autoridad sobre la naturaleza también al controlar el viento y el mar. Aun Sus propios discípulos se asustaron al ver esta manifestación de Su poder.
Su Poder sobre los Demonios 8:28–34
Al llegar al otro lado del mar, Jesús manifestó Su autoridad al librar a dos hombres endemoniados que habían sido totalmente imposibles de controlar. En contraste a los discípulos que creyeron al ver la manifestación de Su poder, el pueblo se asustó y pidió que salieran, a pesar del bien que habían hecho.
Su Poder para Perdonar Pecados 9:1–8
Jesús aprovechó la curación de un paralítico para demostrar Su autoridad para perdonar pecados. Cuando le confrontaron por Su “blasfemia”, Jesús les demostró que las dos cosas van juntas. Su facultad para sanar dio una evidencia objetiva externa de Su derecho para perdonar el pecado. La multitud reconoció las implicaciones del evento y alabaron a Dios por lo que había hecho por medio de Cristo.
Su Poder para Cambiar Vidas 9:9–13
Mateo se presenta también a sí mismo como un ejemplo de lo que Jesús pudo lograr en la vida del hombre. Jesús le tomó del puesto despreciado de cobrador de impuestos, con todas sus implicaciones ilícitas, y le cambió la vida.
Los fariseos no comprendieron este aspecto de la obra de Cristo. Creyeron que debían prestar su atención sólo a quienes ya estaban viviendo conforme a la ley, con todos sus deberes externos. Tuvieron que aprender lo que quería decir: “Misericordia quiero, y no sacrificio” (9:13). Para ellos todo era lo contrario. Su énfasis estaba en el sacrificio; no supieron nada de la misericordia, ni la divina, ni en su propia vida.
Su Poder sobre la Tradición 9:14–17
Los fariseos le confrontaron de nuevo porque no se conformaba a algunas de las prácticas tradicionales de los judíos, como el ayuno. Jesús utilizó varias ilustraciones para demostrar que se ha establecido un nuevo programa que no puede conformarse a las prácticas del sistema antiguo. Así Cristo demostró que Su autoridad era mayor que las tradiciones.
Su Poder sobre la Muerte 9:18–26
Jesús demostró Su autoridad sobre la muerte al sanar a la hija muerta de un líder del pueblo que había confiado en El. En el camino, curó a una mujer que había estado sangrando internamente por doce años sin ninguna ayuda adecuada para curarle. Le tocó por fe y fue curada (9:20–22). El atraso por su causa no presentó ningún impedimento para que Jesús sanara a la hija de Jairo. El tiempo no afectó la obra que tenía que hacer.
SE DIFUNDIO SU FAMA
POR TODA AQUELLA TIERRA
Su Poder sobre la Ceguera 9:27–31
La evidencia del poder de Jesús como Mesías siguió cuando curó a dos hombre ciegos. Estos hombres que no veían son un ejemplo a quienes pueden ver pero no quieren. Antes de su curación perseguían a Cristo hasta que les dio lo que necesitaban. Después, no se callaban aun cuando Cristo les había dicho que no se lo contaran a nadie.
Jesús trataba de evitar las multitudes que le seguían solamente por ver lo sensacional. Por eso, hizo esta prohibición. Su actitud fue todo lo contrario a lo de muchos que se presentan para sanar en el nombre de El, actualmente. A pesar de Su esfuerzo, la fama de lo que Jesús había hecho se difundió por todos lados.
“NUNCA SE HA VISTO COSA SEMEJANTE
EN ISRAEL”
Su Poder sobre la Mudez 9:32–34
Otra vez se manifestó Su autoridad cuando sanó a un hombre mudo por causa de un demonio. Se ven las dos reacciones distintas de los observadores. La gente responde maravillada que nunca se había visto tal cosa en Israel. Los líderes religiosos rechazaron toda la evidencia y echaron la culpa a Satanás. La evidencia era suficiente, pero ellos no querían creerla.
“POR EL PRINCIPE DE LOS DEMONIOS
ECHA FUERA LOS DEMONIOS”
Su Compasión por las Multitudes 9:35–37
La evidencia final de que Jesús era el Mesías fue su preocupación por el pueblo de Israel. Al ver su condición desesperada, como ovejas sin pastor, sintió compasión por ellos.
El trabajo pastoral les tocaba a los líderes religiosos del pueblo, a los sacerdotes, a los profetas y a otros. Sin embargo, tenían sus propios intereses. Por eso, no se preocupaban por el bien de las ovejas y éstas se quedaron a defenderse a sí mismas. Así que Cristo indica que los discípulos deberían orar para que Dios mandara a otros obreros para hacer la obra.
¡PENSEMOS!
La lista de evidencias de la autoridad de Jesús es impresionante. De nuevo nos lleva a la conclusión que la incredulidad de los líderes no era por falta de suficientes pruebas. No creyeron en El, a pesar de lo visto, porque no querían confiar.
Haga una lista de las obras que demuestran el poder de Jesús. Si Cristo podía hacer todo esto, ¿Habrá algún problema suyo que no pueda resolver? ¿A qué problema tiene que enfrentarse en su propia vida? ¿Puede Cristo resolverlo? ¿Por qué seguir luchando para solucionarlo? ¡Entrégueselo ahora mismo!
LA RESPUESTA DE LOS DISCIPULOS 10:1–42
Su Llamamiento 10:1–4
La respuesta a la oración antes mencionada se encuentra en la comisión de los mismos discípulos. Se nota en el proceso de preparación de estos nuevos embajadores, cuatro pasos que Cristo siguió:
* Les invitó a colaborar con El.
* Les enseñó con Su palabra y Su ejemplo.
* Les mandó a orar por la necesidad.
* Les envió como Sus representantes.
¡PENSEMOS!
El patrón para la preparación de líderes que el Señor nos dejó no ha sido superado. Al buscar nuevos dirigentes para la obra de Dios, no hay mejor forma de prepararlos que ésta que El Señor utilizó.
Pídale a Dios que le ayude a identificar alguna persona apta para servir a Dios en su iglesia. Contando con la dirección del Señor, haga un plan de trabajo para guiar a esa persona, a través de estos cuatro pasos, al servicio de Dios. El proceso es largo pero no hay mejor inversión del tiempo que ésta.
Su Comisión 10:5–10
La compasión de Jesús por las multitudes extraviadas le motiva a enviar a Sus discípulos con el mensaje del reino. Su aceptación de El, juntamente con la obediencia a Su comisión, es un testimonio que ellos reconocen Su autoridad como el Mesías.
La comisión que Jesús les da es para dirigirse a las ovejas perdidas, que se han quedado sin pastor, de la casa de Israel. Deben llenar el vacío dejado. Las ovejas que quieren seguir a Dios les seguirán. Estas mismas ovejas proveerán toda necesidad física de los discípulos que les llevan la verdad. Por lo tanto, no deben llevar ninguna provisión para el camino.
“EL QUE A VOSOTROS RECIBE,
A MI ME RECIBE;
Y EL QUE ME RECIBE A MI,
RECIBE AL QUE ME ENVIO”.
Después de instruirles en cuanto a su tarea inmediata, Jesús se proyecta hacia el futuro y les advierte de lo que sufrirán después de Su salida, siendo Sus representantes todavía. Aunque los hombres tratarán de destruirlos, no se deben preocupar. Podrán contar con la ayuda de Dios. Además, pueden estar seguros que la oposición no es en contra de ellos, sino de Jesús mismo (10:16–42).
¡PENSEMOS!
Considere las promesas que Jesús presenta a los discípulos en cuanto a su ministerio futuro como sus embajadores (10:16–42). Haga un resumen de los principios enseñados. ¿De cuáles cosas pueden estar seguros? ¿Cómo deben afectar estos principios su ministerio?
¿Cuáles de éstos podrían afectarnos a nosotros hoy? ¿Cómo deben afectar nuestro ministerio?


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