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domingo, 6 de septiembre de 2015

Al oírlo entonces, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 

 
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La predicación expositiva

Este libro trata acerca de la predicación expositiva, aunque quizás fue escrito para un ambiente en depresión. No todos creen que esta clase de predicación —o para el caso cualquier tipo de predicación—, sea una necesidad apremiante en la Iglesia. Es más, en algunos círculos se afirma que debiera abandonarse. El dedo acusador la dejó atrás y ahora apunta a otros métodos y ministerios más «eficaces» y acordes con la época.

La devaluación de la predicación

Explicar por qué la predicación recibe esta baja calificación nos llevaría a cada una de las áreas de nuestra vida común. La imagen del predicador ha cambiado, ya no se lo considera líder intelectual, y ni siquiera espiritual, de la comunidad. Pídale al hombre que se sienta en el banco de la iglesia que describa al ministro, y la respuesta quizás no sea halagadora.

Según Kyle Haselden, el pastor es algo así como la «combinación perfecta» del «obrero simpático, siempre atento, dispuesto a ayudar a la congregación; el consentido de las mujeres ancianas y confidente reservado de los adolescentes; el padre modelo para la gente joven; la compañía ideal para los hombres solitarios; el afable “amigo de todos” en las reuniones sociales». Si eso se ajusta a la realidad, entonces el predicador probablemente sea aceptado, pero con toda seguridad no será respetado.

La predicación hoy, para complemento, se expone en una sociedad supercomunicada. Los medios masivos nos bombardean con cientos de «mensajes» por día. La radio y la televisión presentan locutores que nos entregan una «palabra del patrocinador» con toda la sinceridad de un evangelista. En ese contexto, el predicador puede lucir como otro vendedor ambulante que, en términos de John Ruskin, «hace magia con las doctrinas de la vida y la muerte».

Tal vez lo más importante sea que el hombre del púlpito siente que no tiene un mensaje autoritativo. Mucha de la moderna teología le ofrece poco más que ideas religiosas, por lo que sospecha que las personas sentadas en los bancos tienen más fe en los libros de ciencia que en los de predicación. En consecuencia, para algunos predicadores, lo novedoso de las comunicaciones estimula más que el mensaje mismo.

Presentaciones espectaculares, grabaciones cinematográficas, sesiones interactivas, luces llamativas y música de última moda pueden ser síntomas tanto de salud como de enfermedad. Indudablemente, las técnicas modernas pueden ampliar la comunicación; pero por otra parte pueden llegar a sustituirlo —lo deslumbrante y novedoso puede ocultar cierto vacío.

La acción social apela más a cierto sector de la iglesia que lo que se diga o lo que se escuche. Se preguntan: «¿De qué sirven las palabras de fe cuando la sociedad demanda obras?» Esa clase de personas considera que los apóstoles se equivocaron cuando dijeron: «No es justo que nosotros dejemos la Palabra de Dios para servir a las mesas» (Hechos 6:2).
En esta época de activismo parece más lógico afirmar que: «No es justo que dejemos de servir a las mesas para dedicarnos a la Palabra de Dios…»

El marco de la predicación

A pesar del «desprestigio» de la predicación y los predicadores, nadie que tome en serio la Biblia se atreve a desechar la predicación. Pablo fue escritor. De su pluma tenemos la mayoría de las cartas inspiradas del Nuevo Testamento y, encabezando la lista de ellas, está la dirigida a los romanos. A juzgar por su impacto en la historia, pocos documentos se le comparan. Sin embargo, cuando el apóstol se la escribió a la congregación de Roma, confesó: «Deseo verlos y prestarles alguna ayuda espiritual, para que estén más firmes; es decir, para que nos animemos unos a otros con esta fe que ustedes y yo tenemos» (1:11, 12, VP).

Pablo comprendía que algunos ministerios sencillamente no pueden operar sin un contacto personal, cara a cara. Incluso la lectura de una carta inspirada no lo puede reemplazar. «Por eso estoy tan ansioso de anunciarles el evangelio también a ustedes que viven en Roma» (1:15, VP). Hay un poder que emana de la palabra predicada que aun la infalible palabra escrita no puede reemplazar.

Los escritores del Nuevo Testamento veían la predicación como el medio por el cual Dios obra. Por ejemplo, Pedro les recordó a sus lectores que habían renacido «no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre» (1 Pedro 1:23). ¿Cómo afectó sus vidas esa palabra? «Y esta es la palabra», explica Pedro, «que por el evangelio os ha sido anunciada» (1:25). Dios los redimió a través de la predicación.

Más aún, Pablo se refiere a la historia espiritual de los tesalonicenses que se habían convertido «de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo» (1 Tesalonicenses 1:9, 10). Ese giro ocurrió, según el apóstol, porque «cuando recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la Palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes» (2:13).

Pablo consideraba que con la predicación Dios mismo hablaba —aunque a través de la personalidad y el mensaje del predicador— para así confrontar a hombres y mujeres, y volverlos a Él, pero nunca como el simple hecho de que el hombre expusiera su punto de vista sobre religión. Todo eso explica por qué Pablo instó al joven Timoteo a que «prediques la palabra» (2 Timoteo 4:2).

Predicar significa «manifestar, proclamar, o amonestar». La predicación debería agitar de tal manera al predicador que lo haga proclamar el mensaje con pasión y fervor. Sin embargo, no toda prédica apasionada desde un púlpito posee autoridad divina. Cuando el ministro habla como mensajero, proclama «la palabra» del que lo envió. Nada menos que eso puede pasar, legítimamente, cuando se expone la predicación cristiana.

Necesidad de la predicación expositiva


El hombre que está en el púlpito enfrenta la apremiante tentación de entregar un mensaje diferente al de las Escrituras, un sistema político (de derecha o de izquierda), una teoría económica, una nueva filosofía religiosa, antiguos títulos religiosos, una tendencia sicológica. Puede proclamar cualquier cosa con un tono de voz solemne, después de cantar los himnos. Pero si no predica las Escrituras, pierde su autoridad. Ya no confronta a sus oyentes con la Palabra de Dios, sino con la del hombre. Por eso es que mucha de la predicación moderna no produce otra cosa que un gran bostezo. Dios no está en ella.

Dios habla a través de la Biblia. Esta es su principal medio de comunicación para llegar a los individuos hoy. Por eso, la predicación bíblica no debe confundirse con «la antigua historia de Cristo y de su amor», como si se relataran tiempos mejores en los que Dios estaba vivo y activo.

Tampoco es la predicación una refundición de ideas ortodoxas acerca de Dios, pero ajenas a lo real. A través de la predicación de las Escrituras, Dios encuentra hombres y mujeres y los conduce a la salvación (2 Timoteo 3:15), a la riqueza y a la madurez del carácter cristiano (2 Timoteo 3:16, 17). Cuando Dios confronta a un individuo con la predicación, y lo prende del alma, ocurre algo tremendo.

EL TIPO DE SERMÓN QUE MEJOR TRANSMITE EL PODER DE LA AUTORIDAD DIVINA ES LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA. Sin embargo, sería ingenuo suponer que todo el mundo concuerde con eso. No se puede pretender que la gente que se aburre con predicaciones llamadas expositivas —aun cuando secas como hojuelas de maíz [Corn flakes] sin leche—, estén de acuerdo con ella. Aun cuando muchos predicadores se quitan el sombrero ante la predicación expositiva, su práctica los traiciona. Como la emplean poco, la desacreditan.

Es cierto que la predicación expositiva sufre severamente en los púlpitos ocupados por hombres que afirman ser sus aliados. Pero no toda predicación expositiva se puede calificar ni de «expositiva» ni de «predicación».

Lamentablemente, ningún departamento de pesas y medidas (de país alguno), exhibe en una vitrina un modelo de sermón expositivo con el cual comparar otros mensajes. Cualquier fabricante puede ponerle el título de «expositivo» al sermón que le plazca, y ni Ralph Nader [máxima autoridad en control de calidad en los Estados Unidos], lo cuestionará. A pesar del daño ocasionado por los impostores, la verdadera predicación expositiva es respaldada por el poder del Dios vivo.

Entonces, ¿en qué consiste realmente la predicación expositiva? ¿Qué constituye tal predicación? ¿En qué se asemeja o difiere de otros tipos de predicación?

Definición de predicación expositiva

Definir es una tarea delicada, ya que muchas veces destruimos lo que definimos. El niño que hace la disección de una rana para averiguar qué la hace saltar, destruye la vida del animalito para aprender algo de él. Predicar es un proceso vivo que involucra a Dios, al predicador y a la congregación, y ninguna definición puede pretender maniatar esa dinámica. Pero igualmente debemos intentar una definición que resulte.

La predicación expositiva es la comunicación de un concepto bíblico, derivado de, y transmitido por medio de, un estudio histórico, gramatical y literario de cierto pasaje en su contexto, que el Espíritu Santo aplica, primero, a la personalidad y la experiencia del predicador, y luego, a través de este, a sus oyentes.

El pasaje gobierna al sermón

¿Qué puntos de esta definición elaborada y un tanto infructuosa deberíamos destacar? En primer lugar, y por encima de todo, el pensamiento del escritor bíblico determina la sustancia del sermón expositivo. En muchos mensajes, el pasaje bíblico que se le lee a la congregación recuerda al himno nacional que se toca en un partido de béisbol: da inicio al juego, pero no se vuelve a escuchar en toda la tarde.

En la predicación expositiva, como lo describe R. H. Montgomery, «el predicador encara la presentación de algún libro particular [de la Biblia] como muchos toman el último bestseller. Procura llevar a su gente el mensaje en unidades definidas [esto es, porciones definidas que tratan un tema específico] de la Palabra de Dios».

La esencia de la predicación expositiva es más una filosofía que un método. Que un hombre pueda o no llamarse expositor comienza con su propósito y con su respuesta sincera al planteamiento que sigue: «Como predicador, ¿se esfuerza usted por someter sus ideas a las Escrituras, o usa estas para apoyar aquellas?» No es lo mismo que preguntar: «Lo que usted predica, ¿es ortodoxo o evangélico?» Ni tampoco: «¿Tiene usted una opinión elevada de la Biblia o cree que es la infalible Palabra de Dios?»

Por más importantes que parezcan estas preguntas en otras circunstancias, un título en teología sistemática no califica a un individuo como expositor de la Biblia. La teología tal vez nos proteja de los males ocultos en interpretaciones atomistas o estrechas. Pero también nos puede vendar los ojos para no ver el texto.

En este enfoque del pasaje, el intérprete debe estar deseoso de revisar sus convicciones doctrinales y rechazar el juicio de sus maestros más respetados. Tiene que dar una vuelta en U respecto a sus propias ideas acerca de la Biblia si entran en conflicto con los conceptos del escritor bíblico.

Adoptar esta actitud hacia las Escrituras exige tanto sencillez como delicadeza. Por un lado, el expositor enfrenta la Biblia con una actitud infantil para escuchar otra vez la historia. No va a discutir ni a demostrar un punto, ni siquiera a encontrar un sermón. Lee para entender y para experimentar aquello que lee. Pero, al mismo tiempo, sabe que ya no vive como un niño, sino que es un adulto encerrado en presuposiciones, y con una visión del mundo que dificulta su entendimiento.

La Biblia no es un libro de cuentos para niños, sino una literatura muy valiosa que requiere una respuesta responsable. Sus diamantes no están en la superficie para que los recojan como flores. Su riqueza solo se extrae mediante un arduo trabajo intelectual y espiritual preliminar.

El expositor comunica un concepto

La definición destaca que el expositor comunica un concepto. Algunos predicadores conservadores han sido descarriados por su doctrina acerca de la inspiración y por una pobre comprensión de cómo opera el idioma.

Los teólogos ortodoxos insisten en que el Espíritu Santo protege las palabras individuales del texto original. Las palabras constituyen el material del cual se componen las ideas —afirman—, y a menos que aquellas sean inspiradas, estas corren el riesgo de errar. Aunque esto sea un punto importante en la declaración de principios evangélicos en cuanto a la autoridad bíblica, a veces malogra la predicación expositiva.

Aun cuando el predicador estudie los vocablos del texto, y hasta trate con ciertos términos al predicar, las palabras y las frases nunca deben convertirse en fines por sí mismas. Las palabras son expresiones sin sentido hasta que se unen a otros términos para transmitir una idea. En nuestro acercamiento a la Biblia, pues, estamos interesados, principalmente, no en lo que las palabras individualmente significan, sino en lo que el escritor bíblico quiere decir con el uso de ellas.

Para expresarlo de otra manera, los conceptos de un pasaje no se entienden solo con analizar las palabras separadamente. Un análisis gramatical, palabra por palabra, puede ser tan inútil o aburrido como leer un diccionario. Si un expositor procura entender la Biblia y comunicar su mensaje, debe hacerlo a nivel de las ideas.

Francis A. Schaeffer, en su libro La verdadera espiritualidad, afirma que la gran batalla para los hombres se da en el ámbito de la mente:

    «Las ideas son la materia prima del mundo de la mente, y de ellas surgen todas las cosas externas. La pintura, la música, la construcción, así como los sentimientos de amor y odio entre los hombres, son resultado de amar a Dios o rebelarse contra Él, en el mundo exterior.

    »El lugar en el que el hombre pasará la eternidad depende de que lea o escuche las ideas, la verdad proposicional, los hechos del evangelio… sea que crea en Dios basado en el contenido del evangelio, o que considere a Dios un impostor…

    »La predicación del evangelio consiste en ideas, apasionadas ideas traídas al hombre, como Dios nos las ha revelado en las Escrituras. Estas no son una experiencia vacía recibida interiormente, sino ideas sobre cuyo contenido se actúa interiormente, lo cual marca la diferencia.

    »Así que cuando fijamos nuestras doctrinas, afirmamos ideas, y no simplemente frases. No podemos usar las doctrinas como si fueran piezas mecánicas de un rompecabezas. La doctrina verdadera es un pensamiento revelado por Dios en la Biblia, idea que calza perfectamente en el mundo exterior y en el hombre como los creó Dios; la que el hombre puede proyectar a través de su cuerpo al mundo de su mente, y actuar en base a ella. Para el hombre, la batalla radica básicamente en el mundo del pensamiento».

El concepto proviene del texto

El énfasis en las ideas como la sustancia de la predicación expositiva de ninguna manera niega la importancia de la gramática y el lenguaje. La definición continúa explicando que en el sermón expositivo la idea deriva de, y se transmite a través de, un estudio histórico, gramatical y literario del pasaje en su contexto.

Esto trata primero con la forma en que el predicador llega a su mensaje y, segundo, con la manera en que lo comunica. Ambas cosas IMPLICAN analizar la gramática, la historia y las formas literarias. Al estudiar, el expositor busca el significado objetivo de un pasaje con la consabida comprensión del idioma, el trasfondo, y la organización del texto.

Luego, en el púlpito, comparte con la congregación, suficiente información obtenida de su estudio, para que el oyente pueda comprobar la interpretación por sí mismo. En definitiva, LA AUTORIDAD TRAS LA PREDICACIÓN NO YACE EN EL PREDICADOR SINO EN EL TEXTO BÍBLICO.

Debido a ello, el expositor trata, mayormente, con una explicación de las Escrituras, para enfocar la atención del oyente en la Biblia. Un expositor puede ser respetado por sus habilidades exegéticas y por su preparación diligente, pero esas cualidades no lo transforman en un «papa» protestante.

Como escribió Henry David Thoreau: «Hacen falta dos para tratar la verdad: uno para hablar, y otro para escuchar». Ninguna verdad que valga la pena se alcanza sin luchar, de modo que si una congregación crece, es porque comparte esa lucha. «Para que haya grandes poetas, tiene que haber un gran público», confesó Walt Whitman.

La predicación expositiva eficaz requiere oyentes con oídos para oír. Y como sus almas dependen de ello, el predicador debe ofrecerles a sus oyentes suficiente información para que puedan discernir si lo que están escuchando es lo que la Biblia realmente dice.

Si las personas que están sentadas en los bancos de la iglesia tienen que esforzarse para entender al predicador, este también tiene que hacerlo para entender a los escritores de la Biblia.

Comunicación quiere decir «reunión de significados», y para que ella se dé a través de un auditorio o del tiempo, los involucrados deben tener algunas cosas en común: el idioma, la cultura, la visión del mundo, las formas de comunicarse.

El expositor acerca su silla al lugar donde se sentaron los escritores de la Biblia. Intenta encontrar el camino al mundo de las Escrituras para entender su mensaje. Aunque no necesita dominar los idiomas ni las formas literarias de los escritores bíblicos, debiera apreciar el aporte de cada una de esas disciplinas.

El expositor puede tener conciencia del amplio surtido de ayudas interpretativas a su disposición para usar en su estudio. Y, en la mayor medida posible, busca un conocimiento de primera mano acerca de los escritores bíblicos y sus ideas en el contexto.


El concepto se aplica al expositor

Nuestra definición de predicación expositiva sigue diciendo que la verdad debe aplicarse a la personalidad y a la experiencia del predicador. Esto pone el trato de Dios con el predicador en el centro mismo del proceso.

Por mucho que quisiéramos que fuera de otro modo, el predicador no puede separarse del mensaje. ¿Quién no ha oído a algún consagrado hermano orar antes del sermón: «Esconde a nuestro pastor detrás de la cruz para que no lo veamos a él, sino a Jesús?»

Elogiamos el espíritu de esa oración. Los hombres y las mujeres deben pasar a través del predicador y llegar hasta el Salvador. (¡O tal vez el Salvador debe pasar a través del predicador y llegar hasta la gente!) Pero no existe ningún lugar donde el predicador pueda esconderse. Incluso un púlpito grande no puede ocultarlo de los demás.

Phillips Brook estaba en lo cierto cuando describió la predicación como la «verdad derramada a través de la personalidad». El hombre afecta a su mensaje. Puede estar pronunciando una idea escritural, y ser tan impersonal como una grabación telefónica, tan superficial como un comercial de radio, o tan manipulador como un estafador. El auditorio no oye al sermón, oye al hombre.

El obispo William A. Quayle pensaba en esto cuando rechazaba las definiciones rígidas para la homilética. «Predicar, ¿es el arte de preparar y pronunciar un sermón?», preguntó. «No, eso no es predicar. ¡Predicar es el arte de preparar y presentar al predicador!» La predicación expositiva debiera convertir al predicador en un cristiano maduro.
Así como el expositor estudia su Biblia, el Espíritu Santo lo estudia a él. Cuando el hombre prepara sermones expositivos, Dios lo prepara a él. Como dijo P. T. Forsyth: «La Biblia es el principal predicador para el expositor».

Las diferencias que se hacen entre «estudiar la Biblia para obtener un sermón y escudriñarla para alimentar la propia alma», son engañosas y falsas. Un erudito puede examinar la Biblia como poesía hebrea, o como un registro de nacimientos y reinados de antiguos reyes, y no ser confrontado con la verdad de ella. Pero tal separación no puede existir para el que abre el Libro como la Palabra de Dios. Antes que el hombre proclame el mensaje de la Biblia a otros, debe vivirlo.

Lamentablemente, muchos expositores fracasan más como cristianos que como predicadores, porque no piensan bíblicamente. Un número apreciable de ministros, muchos de los cuales afirman tener un alto concepto de las Escrituras, preparan sus sermones sin consultarlas en absoluto.

Aunque el texto sagrado sirva como aperitivo para entrar a degustar el sermón o como aderezo para decorar el mensaje, el contenido principal yace en el pensamiento del propio predicador o de algún otro, recalentado para la ocasión.

Incluso entre lo que se titula «predicación expositiva», hay versículos que pueden llegar a convertirse en plataformas para lanzar las propias opiniones del predicador. Una receta común en los libros de cocina homilética dice algo así:
«Tome varios temas teológicos o morales, mézclelos con partes iguales de “consagración”, “evangelización”, y “mayordomía”. Agregue varios “reinos” o “la Biblia dice”. Remueva con una selección de historias bíblicas. Añada “salvación” para sazonar. Sírvase caliente sobre una fuente de versículos bíblicos».

Esos sermones no solo dejan mal nutrida a la congregación, sino —peor aún— hacen morir de hambre al predicador. No crece porque el Espíritu Santo no tiene con qué alimentarlo.
William Barclay diagnosticó la causa de la desnutrición espiritual en la vida del ministro al escribir: «Cuando más permita un hombre que su mente se vuelva negligente, perezosa y débil, menos tendrá que decirle el Espíritu Santo. La verdadera predicación ocurre cuando un corazón amoroso y una mente disciplinada se ponen a disposición del Espíritu Santo».
En definitiva, Dios está más interesado en desarrollar mensajeros que mensajes, y como el Espíritu Santo confronta a los hombres, principalmente, a través de la Biblia, el predicador debe aprender a escuchar a Dios antes de hablar en nombre de Él.


El concepto se aplica a los oyentes

El Espíritu Santo no solo aplica esta verdad a la personalidad y la experiencia del que predica, sino también —según nuestra definición—, a sus oyentes. El expositor piensa en tres aspectos. Primero, como exégeta, lucha con los significados del escritor bíblico. Luego, como hombre de Dios, batalla con la forma en que Él quiere cambiarlo personalmente. Por último, como predicador, reflexiona en lo que Dios quiere decirle a su congregación.

La aplicación le da el propósito a la predicación expositiva. Como pastor, el predicador expone las heridas, dolores y temores de su rebaño. Por eso estudia las Escrituras, buscando qué tienen ellas para decírselo a su gente que sufre dolor y culpa, duda y muerte.

Pablo le recordó a Timoteo que las Escrituras eran para usarlas. «Toda Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado para hacer toda clase de bien» (2 Timoteo 3:16, 17 VP).

La predicación expositiva pobre carece, generalmente, de aplicaciones creativas. Los sermones aburridos, por lo común, producen dos quejas principales. Primero, los oyentes protestan diciendo: «Siempre lo mismo». El predicador da la misma aplicación a todos los pasajes, o —lo que es peor—, no da ninguna. «Que el Espíritu Santo aplique esta verdad a nuestras vidas», invoca el expositor que no tiene la más remota idea de cómo afectará el mensaje a las personas.

Una segunda reacción negativa refleja que el sermón no tiene una relación suficientemente directa con el mundo como para que resulte útil. «Es verdad, lo creo, ¿y qué? ¿Dónde está la diferencia?» Después de todo, si el hombre o la mujer deciden vivir bajo el mandato de las Escrituras, tal acción, normalmente, tendrá lugar fuera del edificio de la iglesia.

Allá afuera, las personas pierden el trabajo, se preocupan por sus hijos, y encuentran que la maleza les está invadiendo el césped. Rara vez, las personas normales tienen insomnio a causa de los jebuseos, los cananeos, o los amorreos; ni siquiera a causa de lo que Abraham, Moisés o Pablo dijeron o hicieron.

La gente no duerme pensando en los precios de las mercaderías, el fracaso de las cosechas, la discusión con la novia, el diagnóstico de una enfermedad maligna, una vida sexual frustrante, la escalada de la competencia profesional donde siempre gana el otro. Si el sermón no tiene que ver mucho con ese mundo, la gente se preguntará si en realidad tendrá alguna utilidad.

En consecuencia, el predicador debe olvidarse de hablar solo en cuanto a la eternidad y hacerlo también respecto al momento en que vivimos. El predicador expositivo confronta a las personas consigo mismas basado en la Biblia, su función no es dictarles conferencias sobre historia o arqueología extraídas de la Biblia.

La congregación se reúne como jurado, no para condenar a Judas, Pedro o Salomón, sino para juzgarse a sí misma. El expositor debe conocer a su gente tanto como a su mensaje, y para adquirir ese conocimiento analiza las Escrituras y a su congregación. Después de todo, cuando Dios habla se dirige a los hombres y mujeres tal como son y donde estén.

Supongamos que las cartas de Pablo a los corintios se hubieran perdido entre la correspondencia y fueran entregadas a los cristianos de Filipos. Estos se habrían devanado los sesos tratando de entender los problemas específicos de los que escribió Pablo, ya que vivían en una situación diferente a la de sus hermanos en Corinto.

Las cartas del Nuevo Testamento, como las profecías del Antiguo, fueron dirigidas a congregaciones específicas, que pasaban por problemas particulares. Los sermones expositivos de hoy serán ineficaces a menos que el predicador comprenda que sus oyentes también viven en una situación particular y que tienen una mentalidad característica.

La aplicación eficaz empuja al predicador hacia la teología y la ética. Al ir de la exégesis a la aplicación, el hombre hace un arduo viaje a través de cuestiones relacionadas con la vida, las que a veces son desconcertantes.

Además de las relaciones gramaticales, el expositor también explora las personales y sicológicas. ¿Cómo se vinculaban los personajes del texto? ¿Cómo se relacionaban con Dios? ¿Qué valores se escondían tras las decisiones que tomaban? ¿Qué pasaba por la mente de aquellos que estaban involucrados?

Estas preguntas no se dirigen al «allá» ni al «entonces», como si Dios solo hubiera tratado con las personas en el pasado. Esas mismas preguntas que planteaba anteriormente se pueden plantear hoy respecto al «aquí» y al «ahora». ¿Cómo nos relacionamos en la actualidad? ¿Cómo nos confronta Dios con esos mismos puntos? ¿En qué formas el mundo moderno se asemeja o difiere del bíblico?

Las preguntas que plantean las Escrituras, ¿son las mismas que se hace el hombre hoy? ¿Se plantean en igual manera o no? Esta investigación se constituye en la materia prima de la ética y la teología. La aplicación que se adosa a un sermón en el intento de hacerlo relevante, se mantiene alejada de estas preguntas e ignora la máxima de nuestros antecesores protestantes: «Las doctrinas tienen que enseñarse en forma práctica, y los deberes en forma doctrinal».

La aplicación incorrecta puede ser tan destructiva como una exégesis errónea. Cuando Satanás tentó a Jesús en el desierto, trató de vencerlo con una aplicación falsa de las Escrituras. El tentador le susurró a Jesús el Salmo 91 con admirable precisión: «Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra» (vv. 11, 12).

Satanás entonces discurrió: «Ya que posees esta salida prometida, ¿por qué no la usas y saltas del pináculo del templo, y así demuestras de una vez por todas que eres el Hijo de Dios?» Al rechazar al diablo, Jesús no discutió el aspecto gramatical del texto hebreo. Al contrario, atacó el uso que le quiso dar al salmo empujándolo a saltar del templo. Él tenía otro pasaje de las Escrituras que se aplicaba mejor a aquella situación: «No tentarás al Señor tu Dios.»

Tenemos que predicar en un mundo influido por el novelista, el periodista y el dramaturgo. Si no lo hacemos, tendremos oyentes de mentalidad ortodoxa, y conducta herética. Por supuesto, al predicar a un mundo secular, no debemos disertar con términos empleados por el secularismo.

Aunque las ideas bíblicas deben dirigirse a la experiencia humana, debemos llamar a los hombres y las mujeres a vivir en conformidad con la verdad bíblica. «Sermones relevantes» pueden convertirse en simples peroratas desde el púlpito a menos que relacionen la situación vigente con la Palabra eterna de Dios.

F.B. Meyer comprendió el temor reverencial con que el predicador bíblico habla acerca de los problemas de su época: «Pertenece a una descendencia importante. Los reformadores, los puritanos, los pastores de los padres peregrinos eran, esencialmente, expositores. No anunciaban sus opiniones particulares, que podían depender de interpretaciones privadas o de una disposición dudosa, sino que, aferrándose a las Escrituras, aseguraban sus mensajes con irresistible eficacia convencidos de que contenían lo que “Así dijo el Señor”».

Conceptos nuevos

Predicación expositiva

Definiciones

  Predicaciones expositivas: La comunicación de un concepto bíblico, derivado y transmitido a través de un estudio
      histórico
      gramatical
      y literario
    del pasaje en su contexto, que el Espíritu Santo aplica primero
      a la personalidad y a la experiencia del predicador, y luego,
      a través de él,
    a sus oyentes.
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jueves, 7 de mayo de 2015

Eso que le llaman Noviazgo: Un Estudio Biblico


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Información
 Capítulo 1 El noviazgo Llorón  9
Capítulo 2 El noviazgo Pollito  17
Capítulo 3 El noviazgo Osama Bin Laden  25
Capítulo 4 El noviazgo Alicate  31

Capítulo 5 El noviazgo Microondas  39
Capítulo 6 El noviazgo Ciclón  47
Capítulo 7 El noviazgo Pink y Cerebro  53
Capítulo 8 El noviazgo Peor es nada  61
Capítulo 9 El Noviazgo bombillo  69
Capítulo 10 El Noviazgo 007  77

Capítulo 11 El Noviazgo equivocado  87
Capítulo 12 El Noviazgo eterno  95
Conclusión Las señales 

Muchos de los fracasos en las relaciones de pareja, en los noviazgos, en la vida de “amigovios” (amigovios: dícese de una relación donde no saben si son amigos o novios), amigos con derechos u otro adjetivo que inventemos,  se deben principalmente a que en la mayoría de los casos nadie les dijo o mejor dicho, nadie nos dijo, cómo enfrentar eso a lo que todos llamamos amor. 

Las personas nacen, crecen, viven y mueren sin darse cuenta si supieron o no amar, en su larga o corta visita por esta Tierra. Lo peor es que culpamos al destino, a Dios, a la vida misma, a la suegra, a la novia o al dinero.
Sin percatarnose que en muchos casos el problema no está fuera sino dentro de nosotros mismos.
Hemos sido capaces de crear un sin número de di-ferentes maneras de relacionarnos, casi incontables, inimaginables, inigualables, incomparables e increí-bles. Tenemos la capacidad de “crear” cada vez más y más, extrañas y nuevas maneras de amar. Por ello, “Los doce tipos de noviazgo más comunes”, recopila de
una manera divertida las principales formas en que nos relacionamos.

La idea central, es tratar de identificar las características y los rasgos más importantes que tienen los implicados en los romances (tanto él como ella). Ya que los papeles que asumen los actores y actrices de estas comedias, muchas veces rayan en lo simpático, loco y atrevido.

Te desafío a que con papel en mano, pueda en este viaje por el libro, ir redescubriéndo el galán o el agresor que vive dentro de tì.  Tal vez descubras que mantienes una relación Osama Bin Laden o peor aún, que tu no-viazgo bien podría ser llamado Pinky y Cerebro.

Esta es una guía práctica que te permitirá meditar so-bre la forma en que desarrollas tus relaciones sentimentales, de manera que puedas redireccionar tus acciones en caso de ser necesario. En algunos casos no será nece-sario que cambies tus actitudes, sino obligatorio...

Te sugiero que no uses este libro solamente para identificar los errores de tu pareja. Más bien utilízalo para que puedas identificar los tuyos propios de ti mismo (la redundancia es intencional) y te asegures una gradua-ción con honores en la Universidad de la Vida con una Maestría en amor.

Fue escrito principalmente para jóvenes entre 15 a 25 años, pero luego de hacerlo y regalar unas copias a algunos amigos me di cuenta que muchos adultos también lo necesitan. Como por ejemplo a los que se los regalé.  Ya que han visto descubiertos sus curiosos comportamientos en él.

Espero lo disfrutes y puedas desarrollar de una manera correcta el regalo más preciado que nos ha dado Dios, como lo es el amor.

El noviazgo llorón se da cuando los enamorados en la relación (novio o novia), deciden utilizar el arma súper secreta (por lo menos eso cree el que la usa), conocida con el nombre de “lágrimas”, para lograr sus objetivos o caprichos.
Sucede cuando uno de los dos tiene algo importante que decir a su pareja y la otra persona irrumpe en llan-to, justo en ese preciso momento. Arma muy utilizada por las mujeres, pero en estos tiempos también ha sido aprovechada por los hombres.
La pregunta es: ¿Con qué intención lo hacen?¿Para hacer sentir culpable a la otra persona?, ¿Para que no le siga discutiendo del tema porque sabe que lleva las de perder?, ¿Para lograr que la persona ante la cual llora sienta lástima?, ¿Porque es la forma en que de pequeño o de pequeña conseguía las cosas, por ejemplo, los caramelos? o  ¿Para sentir que eres la víctima?
(nota: si el llanto es producto de un golpe, definitivamente eres una víctima, pero no es este el caso).
El asunto es que utilizar las lágrimas es un comporta-miento que bien puede mostrar dos cosas:

1.  El alto grado de sentimentalismo que tiene la perso-na (en realidad esto se da en muy pocos casos, como dos, o tal vez tres en el mundo), o; 
2.  La forma que utilizan para comunicar sus anhelos, deseos o temores. (Esta es la de la que hablamos). Los niños recién nacidos tienen una particular forma
de comunicación: las lágrimas. Ellos no saben hablar, en-tonces su única forma de comunicar lo que necesitan es el llanto. Lo utilizan para comunicar por ejemplo, que tienen deseo de hacer pupu (pupu:  dícese de un niño que necesita ir al baño), lo utilizan también para pedir alimento, para decir que les duele el estómago, para de-cir que quieren dormir o jugar, para llamar la atención o para espantar a los que le hacen feas muecas cuando los visitan y les hablan en un idioma extraño.
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lunes, 13 de mayo de 2013

La idea procreadora de Dios El matrimonio - 2

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
ESPOSO -La cabeza del hogar

Lo primero que debemos aceptar es que el hombre y la mujer son diferentes. Los hombres tienen cualidades masculinas, y las mujeres tienen cualidades femeninas. La estructura física misma del hombre es diferente desde las células de su cuerpo con sus 23 cromosomas. Hombres y mujeres difieren físicamente, emocionalmente, psicológicamente, mentalmente y relacionalmente. Dios diseñó al hombre primero y determinó que necesitaba una ayuda, entonces creó a Eva. De todos modos, ambos fueron creados a la imagen de Dios. “a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Esto los hace co-iguales bajo Dios.

Dios claramente dio diferentes roles al esposo y a la esposa con un claro mandato al esposo. El es quien “ama a su esposa como Cristo amó a su iglesia” (Efesios 5:25), y él es quien “ama a su esposa como a su propio cuerpo (Efesios 5:28). ¿Qué propósito más alto ha puesto Él delante de un esposo? Está para mostrar el mismo interés por ella en cada aspecto, tales como: nutrirla y apreciarla, protegerla y tener el mismo amor auto-sacrificado que Cristo tuvo por la iglesia. Cuando un hombre trata a su esposa de este modo, encontrará una esposa a quien le será fácil respetarlo y someterse como “al Señor”. El debe entender que una mujer no es propiedad de un hombre, sino su compañera.

De hecho, esta relación determina la efectividad de las oraciones del hombre e impacta tremendamente su vida espiritual. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (I Pedro 3:7). Esto no es una referencia a la vida moral o espiritual, sino a la estructura física del cuerpo, la cual demanda respeto, honor y amor, si has de ser efectivo sirviendo al Señor.

Aún en el jardín del Edén, Dios dejó claro que el propósito de Su creación fue multiplicar y poblar la tierra. La reproducción ha sido siempre evidencia del plan de creación de Dios. En el mismo versículo siguiente, Dios dio un mandamiento que una vez por todas arregla la perversión concerniente al pensamiento de la sociedad actual. El dijo, “fructificad y multiplicaos” (Génesis 1:28). A pesar de lo que el hombre moderno pueda decir, no cabe duda que la homosexualidad es una malvada perversión contra el plan de nuestro Creador. Ellos no pueden reproducir físicamente. Sodoma y Gomorra trataron de violar esto. Dios les destruyó como un ejemplo de Su juicio por violación de Su Divino plan. Si tienes preguntas sobre esto, lee Romanos 1:26-27.

El esposo es aquel que mantendrá unido y ligado el hogar como una faja o banda para ajustar. Si esa faja se rompiese, el hogar caería. Confiere además la idea de que está para ser un líder, un protector y un proveedor con una gran cuota de tierno y amante cuidado.

Se demanda Sacrificio

Ahora veamos las responsabilidades de un esposo hacia su esposa, las cuales pueden ser sintetizadas en una sola palabra: AMOR. “Maridos amad a vuestras mujeres” (Efesios 5:25). No es una opción, ¿pero cómo podemos medir el peso y la profundidad de esa palabra? A menudo usamos la palabra para describir cosas tales como: “amo mi automóvil,” “amo mi perro”, o “amo cabalgar.” De todas maneras, cuando hablamos de amor en una relación matrimonial, la palabra mueve su significado a un nivel mucho más alto.

La Biblia dice, “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). La medida completa de tal amor es imposible de comprender para cualquier hombre mortal, pero debe ser la meta de cada verdadero esposo porque se le requiere lograrlo. Si un hombre realmente piensa en esto, entonces todo su egoísmo muere dentro suyo ante el altar del matrimonio. ¿Qué incluye el amor en relación a la vida matrimonial? En el matrimonio, la esposa llega a ser muchas cosas para su esposo, pero la más importante es que ella llega a ser su mejor amiga. Los siguientes versículos ponen este amor en perspectiva y nos dan un más claro entendimiento de este amor: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Jesús estableció este ejemplo para nosotros en la cruz. No podemos hacer menos por nuestra mejor amiga, nuestra esposa. Ahora, veamos cómo esto se relaciona con el matrimonio.

La esposa también puede encontrarse siendo arrastrada hacia un centenar de diferentes direcciones. Tal vez ninguna de ellas sea mala en sí misma, de todos modos, Dios pone una prioridad sobre el hogar, y nosotros debemos hacer lo mismo. El esposo es responsable de establecer guía y ser el ejemplo de liderazgo en el hogar. No es para ser pasado a su esposa. Ella está para seguir y sostener el ejemplo del esposo, siendo guiados juntos por verdaderos principios bíblicos.

El esposo debería ser el líder en oración en las comidas y en el devocional hogareño a la noche con su esposa e hijos. El debe ser un estudiante de la Palabra, aplicando enseñanzas y verdades bíblicas a las muchas situaciones que se presentan en el hogar. El debería llevar a su familia a la iglesia, no solamente enviarles. El hogar y la iglesia deben trabajar juntos edificando un matrimonio en el cual Jesucristo es la cabeza.

Liderazgo físico y espiritual

Hay hombres que pueden ser grandes amantes pero terribles líderes, y hay hombres que pueden ser grandes líderes pero terribles amantes. El ego masculino a menudo se encuentra a sí mismo mentalmente exaltado más allá de su verdadera capacidad. La clave para esto es el equilibrio. Juntos, el hombre y su esposa, deben esforzarse en alcanzar equilibrio en sus roles. Demasiados desafíos pondrán estrés sobre la relación matrimonial y tensión en el hogar. El hogar es la prioridad, y el equilibrio es el ingrediente clave al invertir nuestro tiempo. El esposo podría consumirse con reuniones de negocios, involucrarse en reuniones de iglesia algunas noches a la semana, o ser aficionado a los deportes, y así la lista podría continuar. Ten por seguro que habrá miles de cosas para consumir tu tiempo y mantenerte fuera de tu hogar. De todas maneras, la Biblia claramente enseña priorizar la vida familiar. La clave es “someterse”.

1. Al Espíritu de Dios (Efesios 5:18-19)
2. Unos a otros en el temor de Dios (Efesios 5:21)
3. La esposa al esposo (Efesios. 5:22)
4. El esposo a Cristo (Efesios 5:25)
5. Los hijos a los padres (Efesios 6:1)
6. Los siervos a los amos (Efesios 6:5)
7. Los amos al Señor en el cielo (Efesios. 6:9)

Provisión material

La palabra “amor” incluye muchas responsabilidades y tiene muchas implicaciones. En los votos matrimoniales, el esposo asume la carga del sustento, y ningún hombre verdadero buscará evadir su obligación. La Biblia tiene palabras cortantes para decir sobre los hombres que toman sus responsabilidades livianamente en esta dirección. Dice, “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (I Timoteo 5:8). Normalmente, no es lo mejor cuando la esposa tiene que salir para ganar parte del pan diario, especialmente cuando hay niños en el hogar. Los Psicólogos dicen que el impacto más grande sobre la vida de un hijo es hecho durante los primeros 6 años de su vida. Puede ser la madre, o una cuidadora de niños que moldee la vida de tu hijo. ¿Quién crees que es según la elección de Dios? De todos modos, podrían haber circunstancias, ocasionalmente, donde tal necesidad surja, pero no debería ser la norma. Es responsabilidad del esposo proveer para las necesidades de la familia y así hacerlo, con la mejor de sus habilidades, honrando su responsabilidad ante Dios.

Muchos esposos cometen un error aquí. En su celo por proveer abundantemente para sus hijos y su esposa, ellos olvidan al Señor. Ellos fallan en hacerlo parte del compañerismo. Ellos no dan nada a las obras y los ministerios de Dios, y se asombran cuando Dios no les bendice mas abundantemente. “Él te da el poder para hacer las riquezas (Deuteronomio 8:18). El verdadero y sabio hombre no derramará para sus hijos y su esposa lo que justamente pertenece al Señor de los Ejércitos. II Corintios 8-9 nos da claras instrucciones que el dar debe ser una parte del hogar cristiano. El esposo debe proveer para las necesidades materiales del hogar, pero Dios es el supremo proveedor para nuestras necesidades. Al darle a Él, tu puedes entonces reclamar esta promesa, “Mi Dios suplirá todo lo que nos falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

Unicidad

Cuando un hombre ofrece a una mujer su mano en matrimonio, él dice mediante ese acto, que de todas las mujeres sobre la tierra, él la ha elegido a ella. Unicidad en el matrimonio significa que dos llegan a ser como uno, lo que afecta a uno, afecta al otro. Debe haber tierno cuidado amoroso y entendimiento de esta especial persona. Al vivir juntos como uno, Dios da este especial mandamiento: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (I Pedro 3:7). Tratando a tu esposa equivocadamente apagas tus oraciones e impactas toda tu vida. Cuando su belleza física esté disminuyendo, cuando su cara se arrugue, cuando su voz ya no sea tan musical, cuando la enfermedad deje sus rastros, él deberá estar para amarla tan verdaderamente y tan profundamente como siempre. Estás para darte a tí mismo por ella “así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). Este es un alto desafío, y para el esposo cristiano es un desafío para ser practicado hasta que el cielo dé la bienvenida a uno de ellos en casa.

Zonas peligrosas…El trato y proceso de pensamiento sobre las mujeres debe ser cuidadoso. Los “deseos de la carne” es una de las tentaciones más fuertes del hombre, y el diablo las usará para destruir tu matrimonio. No digas que no te puede suceder a ti. Lee la historia de David, Salomón y otros. El esposo debe guardar su corazón y su mente en estos asuntos. El hombre debe tratar a las mujeres con pureza (I Timoteo 5:2). Debe evitar cualquier pensamiento o actividad sexual fuera del matrimonio (Efesios 5:3-4 y Hebreos 13:4).

Job hizo “pacto con sus ojos” (Job 31:1). Se comprometió a no mirar (o pensar) en otra mujer, con malas intenciones. Para proteger tu matrimonio, debes proteger tus ojos. Si lo ves en televisión, cambia el canal. Si lo ves en una revista, da vuelta la página. Si aparece en tu computadora, rápidamente bórralo. De nuevo, guarda tus ojos y tu mente, y guardarás tu corazón. Puedes llegar a pensar que puedes manejar el asunto, pero estás equivocado. Dios nos da una sola respuesta: – HUYE – “huye de las pasiones juveniles” (2 Timoteo 2:22).

Plena atención

Muchas veces, los hombres están a menudo descuidados sobre su concentración o atención. El problema es que bajas la guardia, y caes en hábitos libres o fáciles en tu hogar. De compras, o en la calle, eres excedidamente cuidadoso. Estás atento y cortés. Eres cuidadoso de no injuriar los sentimientos de una dama en tu lugar de trabajo, pero cuando llegas al hogar, ventilas todos tus problemas y dices que has sido reprimido todo el día. Puedes ser cortante, brusco y franco en tus comentarios. Respondes preguntas impacientemente y en forma ruda, en un irritado tono de voz. Piensas que porque una mujer es tu esposa, debería saber que la amas, aunque eres rudo con ella. Piensas que ella no debería hacer caso a todo lo que tú haces o dices, aun si eso es algo que ofendería grandemente a otras mujeres. De todos modos, olvidas de que ella tiene sentimientos, y que ella también pudo haber tenido un día escabroso.

Otro error que se comete en el hogar es que no se hacen los mayores esfuerzos en el tema de amabilidad y paciencia. Hay hombres que no dicen nada mezquino, o cortante en el hogar, pero deben confesar que dicen pocas cosas tiernas y amorosas. Su conversación es breve, seca y metódica. La tibieza del amante y recién casado esposo ha desaparecido extrañamente. La promesa de “amar y cuidar” rápidamente ha sido olvidada. El amor hablado necesita ser cultivado como cualquier otra clase de amor, y si no es alimentado, se muere.

Hay veces cuando un hombre debería ser especialmente sensible y atento para con su esposa. Un hijo podría haber estado enfermo todo el día o podría haberla tensionado por su desobediencia; el trabajo de la casa ha sido perturbado y demorado, y el día entero ha estado lleno de inusuales cuidados. Ella puede estar herida y solitaria, pero si su esposo tiene ternura y la demuestra, entonces las memorias de ese día rápidamente se borrarán. Toma poca atención borrar las batallas del día y restaurar el gozo del corazón.

Consejo

Es dado por hecho que si un hombre siente que una mujer es digna de ser su esposa, mirará por ella como un ser maduro, una persona inteligente. Aun después del matrimonio, algunos hombres tratan sus esposas como ellos son, en el mismo nivel mental que los niños. Ellos nunca comparten acerca de sus negocios, o las luchas del día. Ahora bien, una mujer no sabe nada acerca de negocios, pero puede ser una gran consejera, algunas veces viendo el cuadro más amplio. La mujer a la cual se hace referencia en Proverbios 31 revela que es sabio para un esposo buscar el consejo de su esposa. Ella tal vez no tenga los detalles en su cabeza como su esposo los tiene, pero el hecho es que una rápida intuición de la mujer a menudo saltará al punto correcto, mientras la lógica de un hombre es lenta en alcanzarlo. Entonces el hecho mismo de que ella esté mas, o menos, distanciada del inmediato problema, a menudo elaborará sus juicios más claros y más precisos. Es un hombre sabio el que busca el consejo de su esposa en los asuntos de sus negocios. Muchos hombres pueden agradecer el discernimiento de sus esposas por un largo compartir de su fortuna.

Con gran corazón

La cabeza y el corazón deben estar sincronizados. Que nos libre el Cielo de un hombre que es un “nadie” en su trabajo y un pequeño tirano en su hogar. Que ama pararse en el terreno y ser el dominante, ser el tirano matón del círculo del hogar, vociferar mandatos y amenazar a su esposa y sus hijos como algún salvaje animal. De todas las personas despreciables, este hombre es el peor. Esto es una total violación de lo que Dios intentó que los hombres sean para sus esposas. Este tipo de persona no tiene el concepto de lo que significa “Maridos, amad a vuestras esposas”.

Rendición a Cristo

Tal vez este pensamiento quemó sobre tu corazón. Hay hombres que son tiernos para con sus esposas. Ellos proveen cada cosa necesaria para su confort. Ellos son muy atentos y de gran corazón. Ellos les aconsejan muy bien y son bondadosos para con ellas, pero en cuanto a los temas espirituales, ellos se retraen y no toman parte en la adoración con ellas. Ellos se cierran a sí mismos fuera de la más profunda y de la más sagrada parte de la vida de una esposa. Ella va sola a la iglesia. Ella se sienta sola a la mesa del Señor. Sola dobla sus rodillas en oración. Ella sola lleva las esperanzas, adversidades y aspiraciones de su alma. Ella sola quiere que su esposo, mas que nadie en el mundo, venga a Jesucristo y haga de Él su Señor y Salvador. El no tiene parte con ella en todo esto. “Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no permanecerá” (Marcos 3:25).

El niega los votos que hizo ante el altar matrimonial. Dios nos hizo cuerpo, alma y espíritu. Negar la parte espiritual de esta sagrada relación es estar ciego a la más importante parte de esta unión. Podríamos decir a cada esposa que, tal vez en esta situación, un matrimonio tal no es un matrimonio como Dios intentó que fuese. Solamente Su gracia la puede ver a través de eso, y ella puede clamar por la promesa de que su consistente testimonio pueda ser el resultado de la salvación de su esposo. “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas” (I Pedro 3:1).

Si juntos no son un alma y un espíritu, entonces este matrimonio no es a la manera que Dios intentó que fuese. Tal acción de parte de un esposo es completamente equivocada y reprensible, y Dios lo llevará a juicio para responder por esto. Es una gran equivocación para la esposa cristiana y familia, y la consecuencia de sus acciones serán reveladas ante el trono del Juicio.

Los corazones están para ser unidos en comunión eterna. Los años aquí en la tierra son tiempos de preparación para una unión que perdurará más allá del valle de las sombras de la muerte y por último a través de toda la eternidad. Creemos que muchas lágrimas serán derramadas en el cielo por matrimonies fallidos que Dios quiso bendecir pero no pudo. El enjugará todas las lágrimas, pero tendremos recuerdos de lo que debería haber sido. Oremos para que Dios ayude a un esposo que no está en esta correcta relación, para pensar sobre sus cosas y someter su vida a su esposa y sus hijos, pero por sobre todo al Señor Jesucristo, haciendo de Él el Señor de su vida.

Si cosas no están correctas y tu quieres arreglarlas, puedes hacerlo ahora mismo. Si un amigo llamara a la puerta de tu casa, abrirías y lo invitarías a entrar. Jesús llama a la puerta de tu corazón, pero te corresponde a ti abrir la puerta e invitarlo a entrar. Él solamente entrará ante tu invitación. Él limpiará tu corazón y lo hará un lugar donde tú y Él puedan tener comunión cada día de tu vida. Él dice, “He aquí estoy a la puerta y llamo. Si alguien oye mi voz (ese serías tú) y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él” (Apocalipsis 3:20).

domingo, 17 de marzo de 2013

El Poder de Jesus Sobre los Demonios: Manual de Guerra Espiritual

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
 • ORIGEN Y NATURALEZA
De acuerdo con las Escrituras, mucho antes de la creación del hombre, Dios creó una innumerable compañía de seres espirituales que reciben diversos nombres. El libro de Job nos cuenta que alababan y se regocijaban cuando Dios fundaba la tierra. Se los llama “estrellas” y también “hijos de Dios”.
“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia... ¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?” (Job 38:4-7 RV60).
El autor de la Epístola a los Hebreos los llama ángeles y dice que éstos son espíritus creados por Dios:

      “Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus” (Hebreos 1:7 RV60).

Y que son ministradores, enviados por Dios para servicio a favor de los creyentes:
“ ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?” (Hebreos 1:14 RV60).

“Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14 RV60).
De ahora en adelante, recuerda que debes pedir a Dios en el nombre de Jesús que te envíe sus ángeles para que te ayuden. Jesús te los enviará y serán de mucha utilidad mientras realizas cualquier tipo de liberación. Nunca les hables directamente a ellos para que vengan y actúen. Recuerda que debes pedirle al Unico que tiene el Poder de enviarlos en tu ayuda: Dios en Cristo Jesús. Si desobedeces a éste principio, lo más seguro es que en vez de ellos, vengan ángeles caídos a contrarrestar tu labor. Si hay algo que verdaderamente aborrecen los demonios es la alabanza y adoración al Dios vivo. Los atormenta y debilita. Tú puedes pedirle al Padre que los ángeles que te fueron enviados empiecen a adorar a Jesucristo.
“Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.” (He.1:6 RV60).
Tú debes estar seguro por la fe que ésto sucederá y la liberación demoníaca que estés efectuando se facilitará. Hay que emplear todas las armas espirituales que nos da la Palabra para vencer.

Habrá momentos en que estarás debilitándote por la terrible guerra espiritual.
Para soportar hasta la victoria final pide a Dios que te envíe un ángel del cielo para fortalecerte:
“Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle” (Lucas 22:43 RV60).


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jueves, 11 de octubre de 2012

Una Versión de Cuidado: NVI - omisión y mutilación desenfrenada

biblias y miles de comentarios
 
 
¡¡Cuidado con la Biblia NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL (NVI)
 
No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella" (Deuteronomio 4:2)
 
Hace unos cuantos años, en Guatemala se introdujo la Nueva Versión Internacional (NVI) publicada por la Sociedad Bíblica Internacional. Pude adquirir una copia del Nuevo Testamento, donde leí cómo esta Biblia era el “principio de una nueva tradición” (énfasis de ellos). Al estudiarla, pude comprender el por qué de tal declaración, ¡ya que es una nueva tradición, pero en contra de la Biblia tradicional! Querido lector, tanta indignación me dio al ver cuántas palabras habían sido omitidas o cambiadas, que realmente lamenté que hubiese llegado a nuestro país este grupo de mercaderes falsos que corrompen la Palabra de Dios (2 Corintios 2:17).
 
      En mi afán de ayudar al pueblo de Dios a entender mejor el asunto,
quiero ofrecerles este breve análisis y dar las razones más obvias de por
qué las iglesias bíblicas no deben usar, apoyar o recomendar dicha Nueva perVersión Internacional (NVI).
 
      1. Porque su texto subyacente Hebreo/Griego proviene de la crítica textual de Westcott y Hort. Se ha dicho que existe una trinidad textual satánica compuesta de tres documentos exabruptos: el texto Alejandrino, el texto Sinaítico y el texto Vaticano. Estos tres forman lo que se llama hoy el “aparato crítico textual”. Dicho aparato crítico pretende reemplazar el Texto Recibido, que es el texto Griego subyacente de las Biblias de la Reforma, que fueron usadas por todos los reformadores fieles a las verdades bíblicas. La “nueva tradición” en Biblias atenta contra ellas con su filosofía de traducir “el significado” o “el mensaje” pero no literalmente las palabras.
 
      En el libro titulado “The Story of the New International Version” (La Historia de la Nueva Versión Internacional) publicada por la New York International Bible Society en 1978, los editores declaran en las páginas 12 y siguientes, que su meta era la de “producir una nueva traducción que se apegaría a los textos originales más fieles. Sin embargo, esto es confuso, dado el hecho que no existen “los originales”. Lo que en realidad quieren decir es que ellos han encontrado o producido dichos “originales”, lo cual es totalmente falso. Además, ellos mismos declaran que su texto subyacente es “ecléctico”, es decir, que proviene de la trinidad textual mencionada y de una cantidad de fuentes, incluyendo los Rollos del Mar Muerto, el Pentateuco Samaritano, la Septuaginta y otras fuentes no tradicionales. Aparte de esto, consultaron biblias corruptas como la Revised Standard (ojo:hecha por el Consejo Mundial de Iglesias), la New American Standard, la New English, la Biblia de Jerusalem (ojo:Católica) y demás entre otras. Su comité fue integrado por teólogos pertenecientes a universidades e instituciones anti-fundamentalistas.
      Regresando al texto subyacente crítico de la NVI, sabemos que sus mayores promotores, los obispos anglicanos apóstatas, el señor Brooke Foss Westcott y Fenton John Anthony Hort, pertenecieron al ocultismo y regularmente asistían a los extraños cultos teosóficos de Elena Blavatsky en Londres a finales del siglo XIX. De hecho, la NVI dice en Isaías 14:12 que el que cayó del cielo por su rebelión fue el lucero de la mañana –uno de los nombres de nuestro Señor Jesucristo, según 2 Pedro 1:19. ¡La NVI confunde a Lucifer con Cristo! ¡Quiere decir que la NVI se basa en textos influenciados por ocultistas de la Nueva Era! (Vea “New Age Bible Versions” por G.A. Riplinger, AV Publications, Ararat, Virginia, 1995).
2. Porque la NVI contó con la participación editorial de Virginia Ramey Mollenkott, una mujer declarada lesbiana quien a su vez le declaró la guerra a los cristianos fundamentalistas. En su libro titulado “Sensuous Spirituality” (Espiritualidad Sensual), Mollenkott declara que, Mi lesbianismo siempre ha sido parte de mí. De hecho, el Comité Revisor de la NVI hasta ha producido una edición de la NVI para promover la igualdad género-sexual entre hombres y mujeres y terminar con la idea de que Dios odia a los homosexuales al tergiversar palabras “ofensivas” como “sodomitas” o “afeminados”. Compare 1 Corintios 6:9, donde la NVI usa la frase “homosexualidad” en lugar de “afeminados” o “sodomitas” para decir que “Dios solamente condenó los actos criminales de los heterosexuales, pero no el homosexualismo en sí.
      En Deuteronomio 23:17, 1 Reyes 15:12, 22:46 y 2 Reyes 23:7 la frase “prostitutas del templo” son usadas en lugar de “sodomitas”. O sea, que la NVI es la “Biblia” preferida de los homosexuales. Además de esto, el Comité decidió producir otra edición de la NVI dedicada a igualar los géneros al eliminar palabras “machistas” como “hijo del hombre” (Hebreos 2:6; Salmos 8:4) para que lea “ser humano”. En Daniel 7:13, la NVI cambió la frase “hijo del hombre a “con aspecto humano”. Este pasaje es uno de los pasajes que nos habla de la deidad de Cristo como el Anciano de Días. En Hechos 1:21, la NVI sugiere que también las mujeres pudieron haber sido consideradas para ser “apóstolas”, al sustituir la palabra “hombres” con “uno de los que”.
      3. Porque la NVI ataca las doctrinas cardinales como la deidad de Cristo, la salvación por fe, la inspiración verbal de las Escrituras y demás. De hecho, el Sr. Edwin Palmer, miembro del Comité Ejecutivo de la NVI, en su libro titulado “The Holy Spirit” (El Espíritu Santo) dijo que nuestra versión contrarresta el gran error que prevalece tanto en las iglesias protestantes ortodoxas, consistente en que la salvación es solamente por la fe, y en que para ir al Cielo solamente hay que creer en Cristo.” (The Holy Spirit, Grand Rapids, Michigan, Baker Book House, 1974, p. 83). Agrega Palmer más adelante que pocos pasajes demuestran clara y decisivamente que Jesús es Dios.” Con qué razón han excluido de las Sagradas páginas esa gran frase que habla de la Trinidad, es decir, 1 Juan 5:7 donde leemos al final que los tres “son uno".

ALGUNOS EJEMPLOS DE LA MUTILACIÓN TEXTUAL DE LA BIBLIA
NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL (NVI)

1.La NVI debilita la doctrina de la deidad de Cristo al cambiar la frase “Hijo de Dios” a “Hijo del Hombre” en Juan 9:35, ya que esa frase es clave para defender esa doctrina.
 
2. La NVI omite totalmente Hechos 8:37 donde leemos “Y Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondió él, y dijo: Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.”
 
3. La NVI omite la palabra “Dios” por la palabra genérica “Él” en 1 Timoteo 3:16, debilitando así la doctrina de la deidad de Cristo y uno de los pasajes más fuertes en defensa de la Santa Trinidad.
 
4. La NVI omite a “Dios” en Apocalipsis 20:12, que es un pasaje que nos enseña que Jesús es Dios, ya que es él quien está sentado sobre el trono.
 
5. La NVI omite totalmente Marcos 15:28 donde la Escritura declara que Cristo fue contado entre los transgresores (inicuos), en cumplimiento a una profecía del Antiguo Testamento en Isaías 53:12. Es decir, que la NVI niega este hecho.
 
6. La NVI elimina la frase “por nosotros” en 1 Corintios 5:7 negando así la doctrina de la obra redentora sustitutiva por nosotros.
 
7. La NVI niega la doctrina de la sangre de Cristo al eliminar “por su sangre” en Colosenses 1:14.
 
8. La NVI elimina la frase “por sí mismo” en Hebreos 1:3, debilitando la doctrina de la salvación de Cristo.
 
9. La NVI debilita la doctrina del sacrificio expiatorio al omitir la frase “por nosotros” en 1 Pedro 4:1.
 
10. La NVI declara en una nota en Marcos 16:9-20 que estos pasajes que relatan la resurrección de Cristo no aparecen “en los originales”. Este tipo de anotaciones pone en tela de juicio este y muchos otros pasajes de la sagrada escritura.
 
11. La NVI debilita la doctrina de la resurrección al omitir “le levantaría” en Hechos 2:30.
 
12. La NVI cambió la frase “pruebas infalibles” (indubitables) por “pruebas convincentes” en Hechos 1:3.
13. La NVI llama a José el “padre” de Jesús en Lucas 2:33.
 
14. La NVI vuelve a llamar José el padre de Jesús en Lucas 2:43.
 
15. La NVI debilita y niega la encarnación de Jesucristo en 1 Juan 4:3 al usar “reconocer” en vez de “confesar”.
 
16. La NVI niega que Jesús es el “unigénito”, al omitir esta palabra en Juan 1:14,18; 3:16,18 y 1 Juan 4:9.
 
17. La NVI debilita o niega el señorío de Cristo al omitir la palabra “Señor” en los siguientes versos: Mateo 13:51; Marcos 9:24; Lucas 23:42; Hechos 9:6; 1 Corintios 15:47; 2 Corintios 4:10; Gálatas 6:17; Efesios 3:14; Colosenses 1:2; 2 Timoteo 4:1 y Tito 1:4 entre otros.
 
18. La NVI debilita la doctrina de la resurrección al omitir la frase “porque yo voy al Padre” en Juan 16:16.
 
19. La NVI omite la frase “el principio y el fin” en Apocalipsis 1:8, debilitando la doctrina eternidad de Cristo.
 
20. La NVI omite la frase “Yo soy el Alpha y el Omega” en Apocalipsis 1:11.
 
21. La NVI omite la frase “al que vive por siempre jamás” en Apocalipsis 5:14 cuando las cuatro bestias y los veinte y cuatro ancianos se postraron y adoraron.
22. La NVI niega la segunda venida de Cristo al omitir la frase “y que has de venir” en Apocalipsis 11:17.
 
 23. La NVI vuelve a negar su segunda venida en Mateo 25:13 al omitir la frase “en la cual el Hijo del hombre ha de venir”.
 
24. La NVI omite por completo Mateo 18:11, debilitando la doctrina de la salvación.
 
25. La NVI omite la frase “en mí” (hablando de creer en Jesús) en Juan 6:47 dando a entender que solamente se hace necesario “creer”, ¿pero en qué o quién?
 
26. La NVI omite la frase “de los que son salvos” de Apocalipsis 21:24. Esto debilita la doctrina de la salvación y da a lugar una interpretación universalista de la salvación.
 
27. La NVI omite la frase “de cierto que será más tolerable para Sodoma y Gomorra en el día del juicio, que de aquella ciudad”, que refleja la influencia de Virginia Mollenkott quien es una lesbiana, quien además formó parte del grupo consultor de estilistas para esta versión.
 
28. La NVI omite la frase “donde el gusano no muere” en Marcos 9:44 y el 46 está totalmente omitido.
 
29. La NVI omite la frase “no perezca” de Juan 3:15, debilitando la doctrina del infierno.
 
30. La NVI omite la palabra “eternalmente” en 2 Pedro 2:17 debilitando así la doctrina del eterno castigo de los incrédulos.
 

NOTA: Este artículo fue tomado de su libro “La restauración y purificación de la Antigua Biblia de Valera de 1602 - Basada en el Texto Recibido (Receptus)”.
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