domingo, 13 de octubre de 2013

Preparando Sermones: Abundancia en la Pobreza material

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
                                   LA ABUNDANCIA EN LA POBREZA MATERIAL

Sinopsis
     El estado de plenitud. Dado que Israel estaba frecuentemente limitado en recursos, la abundancia era una característica importante de su esperanza futura, y se convirtió en símbolo de bienestar espiritual.
I. Ejemplos de abundancia material
    A.  Lluvia
          Dt 32.2
          Ver también 1 Re 18.41 ; 1 Re 18.45 ; Job 36.28 ; Sal 68.9 ; Jl 2.23
     B. Agua, arroyos y ríos
          Sal 78.20

          Ver también Nm 24.7 ; 2 Cr 32.4 ; Sal 1.3 ; Is 44.4 ; Ez 47.5
     C. Crecimiento exuberante y fruto abundante
          Ez 47.12
          Ver también Ez 19.10 ; Ez 31.2–9 ; Dn 4.12 ; Dn 4.21 ; Ap 22.2
    D.  Cosecha, alimento, leche y vino
          Am 9.13
          Ver también 2 Cr 31.10 ; Sal 4.7 ; Sal 23.5 ; Sal 37.19 ; Pr 3.10 ; Is 7.22 ; Jr 44.17 ; Jl 3.13 ; Mi 2.11
     E. Amplitud
          Sal 31.8
          Ver también Gn 26.22 ; Sal 66.12
     F. Riqueza y posesiones
          Gn 24.35
          Ver también Gn 30.43 ; Gn 36.7 ; 2 Sm 19.32 ; 2 Cr 1.15 ; 2 Cr 9.22 ; Job 1.3
     G. Canaán
          Éx 3.8 
         Ver también Nm 13.27 ; Dt 8.8 ; Jr 2.7
II. Abundancia material como recompensa por la obediencia
   Lv 26.5
          Ver también Dt 30.9 ; Job 42.12 ; Sal 132.15
     A. Obediencia no es siempre recompensada de esta manera
          Job 1.12; Job 2.6; Flp 4.12 
III. Ejemplos de abundancia espiritual
     A. La abundancia del poder divino
          Dt 9.26; Sal 93.4; Jl 2.29–32; Ef 1.18–20; Ef 3.20
     B. La abundancia de la gracia divina
          Ro 5.20; 2 Co 9.8–14; Ef 1.7; Ef 2.6–7; 1 Ti 1.14; 1 P 1.2; 2 P 1.2
     C. La abundancia de la gratitud humana
          2 Co 4.15
          Ver también Sal 119.171
     D. La abundancia de la bendición futura de Dios
          2 Co 4.17
          Ver también Sal 36.8 ; Is 64.4 ; Jn 10.10 ; 1 Co 2.9 ; 2 P 1.11 ; Ap 14.3



Las Prisiones del Apóstol Pablo: ¿Nuestras Prisiones?

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial


Las murallas de la ciudad de Roma tenían una extensión de unos 21 kilómetros. Los caminos principales partían del centro de la ciudad y corrían en varias direcciones. Entre estos estaba la Vía Apia que se dirigía hacia el sur, y es el que Pablo recorrió cuando llegó a Roma la primera vez, cerca del año 60 d.C. (Hechos 28). Otra carretera principal era la Vía Ostia, que salía hacia el suroeste, en la cual, según la tradición, Pablo fue ejecutado.
El esplendor de los edificios públicos, los templos, los arcos triunfales, las basílicas, las fuentes y los palacios impresionaba a todo el mundo. Las mansiones de los ricos eran opulentas en extremo, generalmente edificadas en las colinas que rodeaban a la ciudad; pero la gran mayoría de las familias romanas vivían en moradas de un solo cuarto, construidas en edificios grandes que tenían hasta seis niveles. Estos edificios eran de aproximadamente una manzana de largo, a menudo frágiles, con peligro de desplomarse o de incendiarse. Los pobres recibían gratis el agua y el trigo, y el vino era relativamente barato. Pero a pesar de esto, la pobreza de las masas era exagerada.
Había tanto congestionamiento en las calles durante el día, que el tránsito de vehículos estaba prohibido. De noche, el crimen reinaba en las calles menos importantes.
Distintos grupos étnicos de todo el Imperio Romano, formaban crecientes colonias en algunas áreas de la ciudad. Los judíos estaban concentrados en los distritos occidentales, donde se encontraban por lo menos trece sinagogas. Es probable que los primeros cristianos vivieran en este sector.
Los visitantes de la ciudad de Roma eran atraídos por los acueductos, los baños públicos y los circos, en los que se presenciaban carreras y otros eventos deportivos, así como sangrientas peleas entre gladiadores, o entre hombres y animales salvajes. El Circo Máximo tenía espacio para 150,000 espectadores.
La vida pública se centraba en los foros o mercados. El Foro Romano era el más importante porque era el centro gubernamental, con la Casa del Senado, la Sala de la Asamblea y los templos de Marte y Saturno. Otros imponentes edificios y templos ocupaban las siete colinas que rodeaban el Foro.
Cerca del Foro estaba la prisión Mamertina donde, según las tradiciones de la iglesia primitiva, Pablo, el apóstol a los gentiles, se encontraba preso, por el año 66 d.C. en que escribió la carta que vamos a estudiar. En ella recordaba que no era su primera experiencia como cautivo. Dos años había estado encarcelado en Cesarea, después había hecho el difícil viaje a Roma, incluyendo el naufragio, y ya había pasado otros dos años de prisión en esta ciudad. Estas experiencias dejaron huellas imborrables en su vida.
Tampoco disfrutaba de las comodidades de una casa alquilada, como en su primer encarcelamiento en Roma (Hechos 28:30–31). Si es cierto que el apóstol pasó este tiempo en los calabozos, entonces su estancia en ellos fue muy penosa, porque éstos eran cuartos subterráneos húmedos y fríos a los que se bajaban los prisioneros con cuerdas a través de un agujero en el techo y tenían que dormir sobre el piso duro.
En estas circunstancias, Pablo no podía tener el apoyo constante de sus colaboradores en la obra. El lenguaje de 2 Timoteo 1:16–18 implica que Onesíforo sólo con dificultad pudo localizarlo para visitarlo. Es probable que fuera en este ambiente incómodo donde Pablo escribió su última carta a Timoteo.
2 Timoteo 4:9–13 sugiere que cuando la envió, algunos de sus amigos habían estado con él, que Lucas estaba cerca, y que Timoteo y Marcos podrían verlo todavía, si es que Ilegaban a tiempo. Entonces, también es posible que en algunos días Pablo estuviera en una prisión más accesible.
No se sabe cómo Ilegó a esa cárcel de Roma, pero pudo haber sido arrestado en Nicópolis, donde pasó el invierno (Tito 3:12), en Troas, donde dejó su capa y sus libros (2 Timoteo 4:13) o en Efeso, donde Alejandro el calderero pudo haber sido el que lo acusó ante las autoridades (4:14–15). También es posible que regresara a Roma en sus viajes de predicación y ese ñanza y que fuera arrestado allí mismo. Lo que está muy claro es que al escribir esta carta, Pablo sentía que estaba al final de su vida.

¡PENSEMOS!
Cada vez que uno lee de nuevo un libro de la Biblia o lo hace en otra versión, lo entiende mejor y observa nuevas enseñanzas. Por tanto, inicie su estudio de 2 Timoteo leyéndolo varias veces ¿Qué aprende usted acerca del trasfondo de Timoteo en 1:5 y 3:15? Al leer 1:8, 12, 15–18; 4:6–18, ¿ué se sabe de las circunstancias de Pablo? ¿Cuáles eran las principales preocupaciones y propósitos del apóstol cuando escribió la carta a Timoteo?

AUTOR Y FECHA
Se debe mencionar que los eruditos discuten mucho los últimos años de la vida de Pablo, porque el libro de Hechos deja la historia inconclusa. En medio de estas discusiones también surge la duda de algunos con respecto a que Pablo fuera el autor de las epístolas pastorales (1 y 2 Timoteo y Tito). Puesto que el libro de los Hechos deja a Pablo en la prisión en Roma, algunos asumen que no fue liberado y que murió en esas fechas (cerca de 62 d.C.). Si fuera así, los estudiantes de la Biblia encontrarían difícil ubicar las tres epístolas pastorales en las épocas de la vida de Pablo que se relatan en el libro de los Hechos. Entonces, algunos han concluido que alguien más escribió estas cartas.
Sin embargo, las iglesias cristianas, casi sin excepción, han aceptado las epístolas pastorales como la genuina correspondencia del apóstol Pablo. Si se acepta que él fue liberado de la prisión de Roma después de Hechos 28 y que continuó su ministerio, entonces los datos que se mencionan en las cartas pastorales compaginan con los planes que Pablo tenía para después de su primer encarcelamiento y con las tradiciones que la iglesia primitiva ha dejado.
Además, no es probable que Nerón hubiera ordenado la ejecución de Pablo en 62 d.C., porque sus persecuciones empezaron después del famoso incendio de Roma en 64. Según Tácito, Nerón fue autor del incendio, pero para quitar de sí mismo la atención, echó la culpa a los cristianos. Así comenzó la época de persecuciones a los creyentes del primer siglo. Es mucho más probable que la muerte de Pablo por Nerón se haya efectuado en 66 o 67. Por lo tanto, muchos creen que Pablo escribió 2 Timoteo cerca del año 67 d.C.
No se saben todas las actividades de Pablo después de su primer encarcelamiento. Las cartas de esa época indican que esperaba visitar Macedonia y Asia (Filipenses 1:25–26, Filipenses 2:23–24; Filemón 22). Efectivamente, 1 Timoteo 1:3 dice que Pablo estuvo con Timoteo en Efeso, de donde viajó hacia Macedonia. Cuando Pablo escribió 1 y 2 Timoteo, este colaborador del apóstol continuaba su ministerio en Efeso.
Según 2 Timoteo 4:13, Pablo había estado también en Troas. Tito 1:5 y Tito 3:12 indican que asimismo estuvo en Creta con Tito y planeaba pasar el invierno en Nicópolis. El apóstol también había visitado Corinto y Mileto (2 Timoteo 4:20).
Pablo se había propuesto ir a España (Romanos 15:24, Hechos 19:21) y existe una tradición antigua que dice que  después que fue liberado de su primera prisión en Roma siguió su ministerio de evangelización en España.

ETAPAS DEL MINISTERIO MISIONERO DE PABLO

1. Primer viaje misionero. A Chipre, Panfilia, Galacia
2.Segundo viaje. A Asia Menor, Macedonia y Grecia;  Escribió 1 y 2 Tesalonicenses.
3.Tercer viaje. A Efeso, Macedonia, Grecia. Escribió 1 y 2 Corintios, Romanos y posiblemente, Gálatas.
4. En prisión. En Jerusalén, Cesarea y Roma. Escribió Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses.
5. Epoca de libertad. Viajó a Asia Menor, Creta, Macedonia y ¿España? Escribió 1 Timoteo y Tito.
6. Segundo encarcelamiento en Roma. Escribió 2 Timoteo.


Preparando Sermones: Tema La Vida que Dios nos da es Santa

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial

Sinopsis
     Las Escrituras tratan la vida humana como un regalo divino y algo por lo cual los seres humanos son responsables. De esta manera debe ser valorada y respetada. Ninguna persona tiene el derecho de quitarle la vida a otro.
I. La santidad de toda vida humana
    a. Procede de Dios
          Gn 2.7; Hch 17.25
    b.  Es preciosa para Dios
          Gn 1.27
          Ver también Gn 4.10–11 ; 2 Sm 18.12–13 ; Mt 6.25–26
     c. Es protegida por Dios
          Dt 22.8
          Ver también Gn 4.15 ; Nm 35.11–12 ; Jr 22.3
     d. El tiempo de la muerte está fijado por Dios
          He 9.27
          Ver también Job 14.5 ; Sal 90.3 ; Sal 90.5
     e. Dios prohíbe el quitarle la vida a alguien ilícitamente
          Éx 20.13
          Ver también Mt 19.18 ; Ro 13.9 Tan preciosa es la vida humana que en algunas situaciones en las que se requiere la pena de muerte en el AT son tratadas de forma diferente en el NT (Jn 8:5,11).
     Dios castiga el quitar la vida ilícitamente
          Gn 9.6
          Ver también Éx 21.14 ; 2 Sm 12.9 ; 2 Re 21.16
II. La santidad de la vida de los hijos
     a. Los hijos son planeados por Dios
          Gn 18.10; Jue 13.3–4; 1 Re 13.2; 2 Re 4.16–17; Jr 1.5; Lc 1.13–17; Lc 1.24–25; Lc 1.31–33; Lc 1.35
     b. Los hijos son preciosos y deben ser atesorados
          Sal 127.3–4
          Ver también Gn 33.5 ; Gn 48.9 ; Sal 113.9 ; Sal 128.3
     c. El sacrificio de niños es contrario a Dios
          Gn 22.10–12; Lv 18.21; Dt 12.31; 2 Re 3.27; 2 Re 16.3; Sal 106.38; Is 57.5; Jr 7.30–31; Jr 19.5; Ez 16.20–21
    d.  Advertencias en contra de matar niños
          Éx 1.16–17; Hch 7.19
     e. La vida prenatal es totalmente humana
               Job 31.15; Sal 22.9; Sal 119.73; Sal 139.13–16; Is 46.3–4; Is 49.1; Is 49.5; Jr 1.5
          Lucas usa la misma palabra aquí para un niño nonato que la que usa en 2:12,16 para un niño recién nacido y en 18:15 para los más pequeños:
               Lc 1.41; Lc 1.44
     f. Herir a una mujer embarazada es muy serio
          Éx 21.22–25; Am 1.13
III. La santidad de la vejez
     a. La vejez debe ser respetada
          Pr 23.22
          Ver también Lv 19.32 ; Job 32.6 ; Sal 71.18 ; 1 Ti 5.1–2
     b. La vejez debe ser valorada
          1 Ti 5.4
          Ver también Gn 47.12–13 ; 1 Sm 22.3 ; Jn 19.26–27


sábado, 12 de octubre de 2013

El concepto del hombre por el hombre: Existencialismo y Palabra de Dios

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial



La conclusión de Sartre
Uno de los pensadores más influyentes de nuestra generación es, sin duda alguna, el existencialista francés Jean Paul Sartre. Junto su compañera y alter ego Simone de Beauvoir, marcó un hito en el pensamiento occidental de la post guerra. No es mi intención por el momento navegar por las aguas del existencialismo en un brazo de mar tan pequeño, sino concentrarme en el concepto que Sartre tenía del hombre.

Sartre parte de la premisa de que no existe Dios y, por lo tanto, no considera al hombre como un ser creado bajo la autoridad de un Ser superior, ni tampoco presupone un propósito fuera de nosotros mismos que debamos perseguir: “El hombre, dice Sartre, es nada más que lo que él hace de sí mismo. Ese es el primer principio del existencialismo”. Y de ese principio fundamental se deriva lo que podríamos llamar la libertad soberana del hombre. Para Sartre, la libertad no es otra cosa que el poder que supuestamente poseemos de definir nuestro propio ser, de determinar lo que somos.

Y ¿qué es lo que realmente somos? Según él, eso es algo que no podemos establecer con certeza en ningún punto de nuestra existencia porque nuestro ser no posee una esencia fija, sino que es algo que estamos determinando continuamente por nosotros mismos: “La naturaleza humana no existe, ya que no existe ningún Dios” que nos provea un concepto adecuado de ella.

El hombre está en un constante proceso de llegar a ser y, por lo tanto, nunca podremos decir lo que un hombre realmente es. Consecuentemente, según Sartre, el hombre es nada, una pasión inútil. ¡Que ironía! Echando a Dios fuera de su sistema filosófico, y tomando al hombre como punto de partida para explicar su esencia, termina reduciéndolo a nada.

De manera que el ateismo no sólo atenta contra la existencia de Dios, sino también contra la humanidad del ser humano. Cuando el hombre pretende obviar a Dios pierde el único punto objetivo de referencia que le permite establecer su significado y propósito.

Sorprendentemente al final de su vida el pensamiento de Sartre dio un giro inesperado; unos meses antes de morir escribió: “No siento que yo sea un producto de la casualidad, una mota de polvo en el universo, sino alguien que era esperado, prefigurado. En conclusión un ser que solamente un creador pudo colocar aquí; y esta idea de una mano creadora se refiere a Dios”. ¿Será posible que el viejo pensador haya encontrado algo trascendental que había perdido de vista luego de 75 años de búsqueda?

Preparando sermones: Tema Duda - Ayuda Ministerial

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Sinopsis
     La duda conduce a la inseguridad y a la falta de confianza en cuanto al deseo y habilidad de Dios de liberar a su pueblo. También lleva al temor de personas y situaciones.
Dudando la verdad de Dios
     Duda como el cuestionamiento de las palabras de Dios
          Gn 3.1
          Ver también Gn 3.4 ; Is 5.19 ; Jr 17.15 ; 2 P 3.4
     Duda como la falta de fe
          Mt 21.21–22
          Ver también Mt 17.20 ; Mr 6.6 ; Mr 16.14 ; Lc 17.6
     Duda como vacilación
          Stg 1.6
          Ver también 1 Re 18.21 ; Ro 4.20 ; Ef 4.13–14
     Duda com doble ánimo
          Stg 1.8
          Ver también 2 Re 17.40–41 ; Lc 16.13 ; 1 Co 10.21 ; Stg 4.8
Duda como inseguridad sobre la relación con Dios
     Dudando la compasión de Dios
          Sal 77.7–9
          Ver también Sal 90.13 ; He 12.5–6
     Dudando el interés de Dios
          Job 30.20; Is 49.14
          Ver también Sal 13.1–2 ; Sal 22.1–2 ; Sal 35.17 ; Is 40.27 ; Jr 8.18–22 ; Lm 3.8 ; Hab 1.2
     Dudando el deseo de Dios de liberar
   Jr 45.3
          Ver también Éx 5.22–23 ; Lm 2.1–9 ; Lm 3.13–20
     Dudando la habilidad de Dios de liberar
          Sal 78.18–22
          Ver también Éx 14.10–12 ; Sal 78.41–43 ; Mt 8.26
     Dudando la justicia de Dios
          Jr 12.1
          Ver también Job 9.23 ; Sal 73.13–16 ; Sal 82.2 ; Jr 15.16–18 ; Hab 1.13
Duda como temor de personas y situaciones
     Mt 14.30–31
     Ver también Gn 12.12–13 ; Gn 19.30 ; Gn 26.7 ; Jos 7.5 ; 1 Sm 17.11 ; Is 51.12–13


https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html