“Había entre los fariseos un dirigente de los judíos
llamado Nicodemo.
Éste fue de noche a visitar a Jesús.
Rabí,
le dijo, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque
nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con Él”
(Jn. 3:1–2).
I. QUÉ ES UN MILAGRO.
A. Su Definición. Proviene
del griego “dunamis”, y se
entiende como poder inherente. Se usa para designar obras de origen y carácter
sobrenatural, que no podrían ser producidas por agentes y medios naturales.
También
existe otra expresión griega que es “semeion”,
indica señal, marca, prenda; se refiere a milagros y maravillas como señales de
autoridad divina.
En el hebreo la expresión “mofet”; fue usada para mencionar
un milagro.
Podemos
decir que un milagro auténtico es una acción de Dios, calificada como:
distintiva, maravillosa, diferente, portentosa, poderosa, significativa,
visible y sobrenatural, con un propósito específico de su voluntad.
B. Su Autenticidad. Ninguno de los milagros realizados por
Jesús estuvo destinado solamente para garantizar sus enseñanzas, ya que la
simple capacidad de hacer estas señales prodigiosas, no habría proporcionado
esta garantía, porque había personas que oponiéndose a los propósitos de Dios,
hacían señales y prodigios engañosos que podrían confundir aún a los escogidos.
Cuando un milagro era auténtico, armonizaba con la revelación y el
conocimiento que el creyente había recibido de Dios, e inclusive podía
contribuir a fortalecer y ampliar dicho conocimiento; por lo tanto, antes y
también ahora, se debe rechazar a todo obrador de milagros que niegue al Señor.
“Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas,
y harán grandes señales
y milagros; para engañar,
de ser posible, aun a los elegidos”
(Mt. 24:24; Mr. 13:22).
Para una mejor comprensión, lea también las siguientes citas
bíblicas: Dt. 13:2–3; Mt. 7:22; 2 Ts. 2:9; Ap. 13:13; 16:14; 19:20.
C. Su
Propósito. Los milagros que hicieron tanto el Padre
como Cristo Jesús, siempre estuvieron orientados a profundizar la comprensión
que el hombre tiene de Dios para
fortalecer una relación íntima con la fe; es decir, tanto de los que
observaban como también de los que participaban en un milagro; así igualmente
tendría relación con la fe de los que posteriormente oirían o leerían acerca de
sus señales y prodigios milagrosos.
Jesús siempre se negó a realizar
milagros, para demostrar únicamente que Él tenía la capacidad de hacerlo.
Cuando los hacía, era con el propósito del cual Juan hace referencia en el capítulo
20:30–31, o sea, el de obtener la vida eterna al creer solamente en Él y
obedecer sus mandamientos.
D. Su Carácter. En el Antiguo Testamento, Dios realizó
portentosos milagros a través de sus siervos para liberar, enseñar, castigar o
bendecir; y los hizo con naciones, ciudades, circunstancias, seres humanos y
con la naturaleza misma.
En
el Nuevo Testamento, los milagros realizados por Jesús, si bien es cierto,
demuestran también su Gran Poder sobre la naturaleza y los elementos, poseen
sobre todo un carácter de misericordia y sanidad física, en donde los sordos
oyen, los ciegos reciben la visión, los leprosos son curados, y algunos muertos
son resucitados.
Con este motivo, para todos aquellos que deseaban oír; es
decir, para los pobres de espíritu, fue
predicado el Evangelio de la
Salvación.
Ahora, la frecuencia de los milagros
que fueron hechos en el Nuevo Testamento, es mucho mayor que en el Antiguo
Testamento, más su cantidad no está registrada totalmente como señala el mismo
Juan. De tal manera, Jesús demuestra una autoridad inherente a su persona como
deidad, al expulsar demonios o perdonar pecados.
II LOS MILAGROS DE
JESÚS NARRADOS POR EL APÓSTOL JUAN.
A.Jesús
convierte el agua en vino: (2: 1-11).
1. El Entorno. Caná era una pequeña aldea, situada posiblemente a unos 10 Km. aproximadamente al
Noreste de Nazaret, en la provincia de Galilea. Esta provincia estaba
comprendida en un territorio rectangular de unos 70 Km. de Norte a Sur y unos 40 Km. de este a Oeste en las
regiones altas al Oeste del lago del mismo nombre, ubicada en la parte Norte de
Palestina.
Este entorno y sobre todo Nazaret, fue el escenario donde transcurrió gran
parte de la niñez y de la adolescencia de Jesucristo, y donde también se dio el
comienzo de su ministerio. A su vez,
ésta era también la tierra de Natanael,
uno de los apóstoles de Jesús.
Las
reminiscencias judías acerca de los cristianos primitivos, las mismas que han
sido preservadas por los rabinos, se hallan
localizadas en el sector de Galilea.
2.
La Ocasión.
Se trataba de una boda normal entre dos jóvenes de
diferentes sexos: un hombre y una mujer.
a.
No se sabe mucho acerca de cómo se celebraba una boda
en la Palestina
del primer siglo.
b.
La edad para que una jovencita pudiera ser
desposada era de doce años y un día.
c.
Clases de Matrimonios: a) Por pasión; b) por riqueza; c) por
honor; y d) por gloria a Dios.
d.
Antes de la Venida del Mesías, el matrimonio era considerado como
una obligación religiosa.
e.
Por lo general un joven se casaba entre los 16 y 17
años, si pasaba de los veinte debía haber una buena razón.
f.
La ceremonia, una vez que habían estado desposados;
es decir, comprometidos formalmente para casarse, la mujer era entregada
directamente o por medio de mensajeros al desposado, para que se cumpliera la
celebración de la boda.
g.
El casamiento de una joven, doncella o virgen, se
realizaba generalmente los días miércoles por la tarde; esto permitía tener los
primeros días de la semana para la preparación de la ceremonia y también
permitía al flamante marido realizar algún reclamo concerniente a la castidad
anterior de la joven, ante el Sanedrín, compuesto por un grupo de dirigentes
religiosos que se reunía los jueves.
La fiesta de
la celebración de la boda debía realizarse el miércoles, para no interferir con
el descanso del día sábado,
a.
decretado por la ley de los judíos. Los festejos de la boda
duraban generalmente una semana, y en el transcurso de los días se iban
agregando otros asistentes.
b.
En varias ocasiones, Jesús usó la idea de una boda como
una metáfora, para impartir enseñanzas sobre la naturaleza del advenimiento del
Reino de Dios.
c.
Jesús compara el Reino de Dios con una Boda Real,
Mt. 22:2.
d.
Jesús es el esposo en una boda, y sus discípulos, los
comensales, según: Mr. 2:19-20.
e.
Jesús es el esposo y Juan el Bautista es el amigo o
padrino, conforme nos enseña Jn. 3:29.
f.
La Iglesia es la esposa y Cristo el esposo: 2 Co. 11:2; Ap. 21:2.
g.
Pablo se refiere a la Iglesia como la esposa de
Cristo: Ef. 5:22-32.
1.
El Milagro. Este milagro está registrado solamente
en el Evangelio de Juan. Por tanto, es la señal que sirve de introducción al
inicio de la obra que había venido a cumplir el Hijo de Dios.
a.
Descripción de los hechos:
b.
La madre de Jesús ya se encontraba allí lo que podría indicar una relación de
confianza o parentesco, ya que probablemente estaba ayudando en los
preparativos. De tal manera era esa relación con la familia anfitriona, que
hizo que ella se preocupe por la falta de vino, y explica el porqué Jesús y sus
discípulos fueron invitados.
c.
En ese tiempo, no había variedad de bebidas y lo
común era beber vino o agua; pues, era como un alimento básico (Gn. 14:18; Nm,
6:20; Dt. 4:26; Neh. 5:18; Mt. 11:19).
d.
Cuando el vino se acababa era un grave aprieto para los
anfitriones, ya que la fiesta posiblemente duraría varios días.
e.
María comunicó a Jesús sobre la falta de
vino, porque sabía del poder de su Hijo.
f.
Jesús aclara a su madre, diciéndole: “mi hora aún
no ha llegado”.
g.
¿A qué hora se refiere? ¿Al momento apropiado para su
manifestación pública o “la hora suprema” de su crucifixión? Leamos: Jn. 7:6,
8, 30; 8:20; 12:23; 13:1; 17:1. Su misión tenía que llevarse a cabo, según el
plan exacto de Dios.
h.
La madre de Jesús estaba segura de que se podía confiar
en Él y obedecerle.
i.
Las ceremonias de purificación, desde el punto de vista ritual, los
judíos pensaban que se contaminaban durante las circunstancias de la vida
diaria, y se purificaban lavándose las manos y los pies; de tal manera que, en
una fiesta, los invitados requerían de una buena cantidad de agua para cumplir
con este ritual.
j.
En las casas, existían tinajas que eran usadas para
almacenar el agua que necesitaban para que se lavaran los invitados. En este
caso, habían seis tinajas, cada una de las cuales, podía contener hasta unos
cien litros de agua.
k.
A la orden de Jesús, los sirvientes llenaron con agua las
seis tinajas de piedra hasta el borde, lo que daba un promedio de seiscientos
litros.
l.
La segunda orden de Jesús fue que los sirvientes llevaran un
poco del contenido de las tinajas para que probara el encargado del banquete.
El milagro ya fue realizado, el cambio había sido instantáneo (V. 8).
m. El encargado del banquete probó el vino convertido, sin saber de
dónde provenía, y al compararlo con el primero lo calificó como mejor;
confirmándose así el prodigio de la transformación de un elemento a otro
distinto.
n.
Juan usa la palabra “señal”, para referirse a un milagro, del que
procura resaltar más que todo su significado que su carácter espectacular.
Tomemos en cuenta que todos los milagros que hizo Jesús, ponían en contraste:
el antiguo orden de la ley, su propósito y significado con relación a Jesús,
versus la fe que ahora debían tener en Jesucristo y sus obras.
2.
¿Cuál fue el Propósito de este Milagro?
Podemos
anotar varias deducciones que parecen lógicas:
a.
Quiso satisfacer el pedido de su madre.
b.
Trató de evitar un mal rato a los anfitriones.
c.
Quiso evitar que los invitados se quedasen sin
bebida.
d.
En verdad, el propósito fue demostrar su poder
sobre los elementos, revelando así su gloria para que sus discípulos creyeran
en Él como el Mesías Prometido, como el Hijo de Dios, Jn. 2:11. Éste fue, en
realidad, el propósito de Jesús al realizar este milagro, como ya lo anunciara
Juan al escribir esta narración del Evangelio.
3. Reflexión: Si confiamos en Jesucristo, siempre nos ayudará a resolver
nuestros problemas, pero igualmente, ¡siempre! debemos obedecer al pie de la
letra sus instrucciones
A.
Jesús sana al Hijo de un Funcionario: (4:46-54).
1.
El Entorno. Este evento se
desarrolla igualmente en Caná de Galilea, lugar ya descrito anteriormente.
2.
La Ocasión. Luego de haber convertido el agua en vino en
Caná de Galilea, Jesús junto a su
madre, sus hermanos y sus discípulos fueron a Capernaúm, ciudad situada a
orillas del mar de Galilea a una distancia de algo más de 20 Km. hacia el Noreste de
Caná, donde pasaron varios días.
Siendo que se acercaba ya la
celebración de la Fiesta
de la Pascua Judía,
Jesús subió a Jerusalén y llegado al templo, hizo una señal de gran autoridad
al purificarlo, donde muchos creyeron en su nombre por lo que vieron, pero
Jesús sabía que no eran sinceros.
También enseñó a uno de los dirigentes
de los fariseos llamado Nicodemo, acerca de la importancia de nacer
espiritualmente de nuevo para poder entrar al reino de Dios; luego enseñó que esto es posible gracias al gran
amor del Padre que envió a su Hijo Jesucristo para que en Él crean y logren la salvación de su alma.
Habiendo pasado un tiempo con sus
discípulos en la región de Judea, enseñando la Doctrina de la Salvación, prefirió
regresar a Galilea y evitar así las comparaciones que los fariseos hacían
respecto de Él y de Juan el Bautista; pues, la ruta normal de los judíos para
ir hacia el Norte, era evitando cruzar por Samaria, porque éstos detestaban a
los samaritanos. Pero el plan de Dios era que Jesús pasara por Samaria y al
llegar a Sicar donde pasó dos días en esta pequeña población, instruyó en las
Buenas Nuevas de salvación a una mujer samaritana y a varios de sus
compatriotas. Ahora, Jesús se encontraba nuevamente en Galilea, específicamente
en Caná.
Con todas estas señales que Jesús
hacía, su fama era cada vez mayor; varios habitantes de Galilea habían estado
en Jerusalén y habían visto personalmente la señal de autoridad que Jesús hiciera;
por lo que en Capernaúm, todos llegaron a saber sobre estos
acontecimientos. Y, había allí un funcionario real, el mismo que parece ser se
trataba de un oficial al servicio del rey Herodes Antipas, quien había heredado
de su padre las porciones de su reino correspondientes a Galilea y Perea, reinado
que duró hasta el año 39 d.C. Entonces, este oficial del rey tenía un hijo que
se encontraba muy enfermo, a tal punto que estaba por morir; y conocedor de las
señales que Jesús había hecho, decidió ir a Caná en su busca para rogarle que
le acompañase con la esperanza de que
salvara a su hijo.
3.
El Milagro. Son varios los puntos que analizaremos
en este milagro:
a.
La Angustia de un Padre. El tener a su hijo al
borde de la muerte, indudablemente conmovió hasta la última fibra de sus
sentimientos y lo llevó a buscar soluciones efectivas y rápidas a costa de lo
que fuera. Este padre seguramente buscó a quienes pudiesen aliviar la gravedad
de su hijo sin lograrlo. Entonces, sólo
volvió sus ojos a Dios.
b.
La Fe viene
por el Oír.
Capernaúm, que era el lugar donde este funcionario vivía, posiblemente había
sido visitado en varias ocasiones por Jesús y sus discípulos; es decir, ya lo
conocían. Además, todos los que fueron a Jerusalén, habían presenciado sus
prodigios; por lo que, la fama de Jesús iba en aumento conforme a sus señales
milagrosas. Seguramente este angustiado padre no era judío, ya que no había ido
a la Pascua en
Jerusalén; lo que hace pensar que puede haber sido samaritano o de algún otro
lugar, pero al oír sobre el Poder de Jesús, la semilla de la fe empezó a
germinar y a crecer en su angustiado corazón.
c.
Es Necesario Humillarse. La posición social y económica de
este funcionario era bastante holgada, porque tenía varios siervos que
trabajaban para él: (V. 51); además, su posición de autoridad al pertenecer al
círculo de funcionarios del Rey y el hecho de no ser judío, hacían mucho más
difícil tomar la decisión de ir a implorar ayuda a ese humilde carpintero de
Nazaret; pero el crítico estado de la salud de su hijo, unido a su amor y
responsabilidad, hicieron que doblegara su orgullo y acudiera en busca de la
ayuda salvadora de Jesús. En tal virtud, para poder recibir las bendiciones de
Dios, debemos reconocer su grandeza y postrarnos a sus pies humildemente.
Jesús Confronta el
Corazón del
Funcionario del Rey. Al escuchar su petición y al reclamarle el hecho de
que necesitaba
a.
ver un milagro para que creyera en Él, talvez Jesús quería
que escucharan todas las personas que les rodeaban y de esta manera meditasen
en sus palabras, puesto que Él sí conocía de la naciente fe de este afligido
padre.
b.
Una Súplica Vehemente que Lucha con su
Fe. Esta
súplica dirigida al poder de Jesucristo para curar a su hijo, fue plasmada en
el ruego angustioso de este hombre luego de escuchar el duro reclamo hecho por
el nazareno.
c.
La Sabiduría, la
Misericordia y el Poder de Jesucristo… “Vuelve a casa que tu hijo vive”, fue
la misericordiosa respuesta a la súplica humilde de este nuevo creyente. La
afirmación de Jesús: “tu hijo vive”, indica que en ese momento fue realizado el
milagro, venciendo lo imposible de la distancia y el hecho de no haber estado
presente Jesús donde el enfermo yacía en progresiva agonía, ya que de no
haberse encontrado tan grave, seguramente su padre lo habría traído con él. El
inmenso poder de Dios no tiene límites ni parámetros, no hay lógica que
explique ni razón que pueda entender, cuando Él quiere hacer un milagro; tenga la plena seguridad,
usted, que será una realidad evidente en cada vida que reciba este beneficio.
d.
Aferrándose a la Fe. Fue así como el funcionario del Rey creyó en las
palabras de Jesús; por lo que su fe
crecía más y más en su corazón, y con la seguridad y el convencimiento plenos,
el funcionario del rey emprendió el retorno hacia su casa; y mientras meditaba, en el camino supo que
Jesús era el verdadero Hijo de Dios.
e.
La Confirmación del Milagro. Cuando el funcionario llegó a su casa se confirmó este
hecho prodigioso del Hijo de Dios, cuando varios de sus siervos le dieron la
noticia que él ya la conocía. “Su hijo vivía”; y cuando preguntó por la hora en
que se había recuperado notablemente, le indicaron que fue a la una de la
tarde; y con los ojos humedecidos por la emoción, se dio cuenta que a esa misma
hora Jesús le había dicho: “Tu hijo
vive”.
f.
La Gratitud que aumenta la
Fe y extiende el Amor. El funcionario del Rey, debió haber
sentido estas manifestaciones espirituales, puesto que también su familia creyó
en Jesús. Entonces, cabe preguntarse: ¿viene la fe como resultado de los
milagros? O, ¿es la fe la que hace posible que participemos de los milagros?
Siendo que la fe viene por el oír y el creer en la Palabra de Dios. (Ro.
10:17).
1. ¿Cuál fue el Propósito de este Milagro? Que todos los que escucharon, vieron o
participaron en este evento, creyeran en Jesucristo y en su poder para sanar enfermedades
a pesar de la distancia.
2.
Reflexión. Muchas veces, solamente cuando los
problemas nos acosan, nos oprimen, nos hacen sufrir profundamente y no
encontramos las soluciones necesarias para cambiar la situación, sólo así es cuando con gran ansiedad levantamos
nuestros ojos al cielo en busca de respuesta y esperanza; y aunque estemos
alejados de Dios, como nos muestra este milagro, podemos estar seguros de que
Jesucristo es la solución si acudimos a Él con un espíritu humilde y compungido
de todo corazón.
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