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martes, 5 de febrero de 2013

Teologia Evangelica: 2 Tomos


. Teologìa Evangèlica
. biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 29MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información

 CONTENIDO
Prefacio 7
Agradecimientos 9
1 La teología 11
A. Introducción 11
B. El concepto de religión 13
C. La naturaleza de la teología 15
D. La relación de la teología con otras disciplinas 15
E. La clasificación de la teología 17
F. Las características de la teología evangélica
conservadora 20
G. Sistemas teológicos evangélicos 23
2 Revelación general y teología natural 33
A. Las tres formas de la revelación general 34
B. La teología natural 36
C. Evaluación de la revelación general 41
3 Revelación especial 45
A. La idea de la revelación especial 45
B. La forma de la revelación especial 50
C. lEs la revelación proposicional o encuentro
personal? 63
4 Inspiración 69
A. La naturaleza de la inspiración 69
B. La Biblia reclama ser inspirada por Dios 75
C. Evidencias de la inspiración de las Escrituras 79
4 Teología Evangélica
D. Teorías sobre la inspiración 85
5 El canon 93
A. Introducción 93
B. El canon del Antiguo Testamento 94
C. Los libros apócrifos 100
D. El canon del Nuevo Testamento 101
6 La crítica moderna de la Biblia 111
A. La crítica textual 112
B. La crítica de fuentes 114
C. La crítica histórica 117
D. La crítica histórico-literaria del Antiguo
Testamento 118
E. Aplicación de la crítica al Nuevo Testamento 126
F. La crítica de formas 129
G. La crítica de redacción 134
H. Conclusiones referentes a la crítica moderna 137
7 Inerrancia e infalibilidad 141
A. El concepto fundamentalista de la inerrancia
bíblica 142
B. Argumentos a favor de la inerrancia 143
C. Pasajes problemáticos 144
D. Maneras de solucionar las dificultades 146
E. Algunas consideraciones al definir la inerrancia .
bíblica 152
F. Conclusión 156
8 Autoridad divina 159
A. Definición 159
B. El ejercicio de la autoridad divina 160
C. El papel del Espíritu referente a la autoridad 162
D. Observaciones sobre la autoridad bíblica 165
E. Puntos de vista no evangélicos 167
F. Conclusión 172
Contenido 5
9 Conceptos teológicos de Dios 175
A. Conceptos generales acerca de la deidad 177
B. La doctrina de Dios en la historia 179
C. Conclusión 190
10 El único Dios verdadero: sus nombres 193
A. El papel de los nombres divinos 193
B. Nombres de Dios en el Antiguo Testamento 194
C. Nombres de Dios en el Nuevo Testamento 203
D.El problema de identificar a Dios como un ser
masculino 205
11 El único Dios verdadero: sus atributos 211
A. ¿Qué son los atributos? 211
B. La clasificación de los atributos 213
C. La descripción de Dios 214
D. Conclusión 250
12 El único Dios verdadero: su naturaleza trina 253
A. Introducción 253
B. La Trinidad en el Antiguo Testamento 256
C. La Trinidad en el Nuevo Testamento 260
D. Desarrollo histórico de la doctrina 265
E. Nociones contemporáneas de la Trinidad 277
F. Elementos esenciales en la doctrina de la
Trinidad 282
G. Analogías 285
H. La Trinidad y la vida espiritual 286
1. Conclusión 289
13 La creación 293
A. El testimonio bíblico 293
B. El significado teológico de la creación 298
C. Puntos de vista opuestos a la creación bíblica 303
D. Intentos de armonizar la ciencia con la Biblia 309
14 La providencia divina 321
A. ¿Qué es la providencia? 321
6 Teología Evangélica
B. La providencia como preservación o sustento 322
C. La providencia como el gobierno universal
de Dios 327
D. El gobierno divino y la libertad y
responsabilidad humana 329
E. ¿Qué dicen los teólogos? 330
F. La relación del gobierno divino con los
individuos 332
G. La relación del gobierno de Dios con el pecado
y los pecadores 334
H. Los fines del gobierno divino 336
1. Los medios que Dios usa en el ejercicio de la
providencia 338
J. El papel humano en la providencia 341
K. Las teorías opuestas al gobierno divino 343
15 El problema del mal y el sufrimiento 347
A. La naturaleza del problema 347
B. Las ideologías no ortodoxas 349
C. Explicaciones evangélicas del problema 355
D. La solución cristiana 366
16 Los ángeles, ministros invisibles de Dios 371
A. Introducción 371
B. La definición de los ángeles buenos 375
C. La actividad de los ángeles 384
D. Las relaciones entre los hombres de hoy y
los ángeles 389
E. El valor del estudio de los ángeles buenos 390
17 Los espíritus malignos: Satanás y los
ángeles caídos 393
A. Satanás, los demonios y la mente moderna 393
B. El príncipe de los demonios: Satanás 396
C. Los secuaces de Satanás: los demonios 405
D. El valor práctico de la demonología 413
Apéndice 41 7
Bibliografía 425

 «¿POR QUÉ ESTUDIAR teología? Lo que me interesa
es la vida práctica del cristiano. Basta con leer mi Biblia". Estaes la actitud de muchos creyentes y aun de líderes cristianos. Elproblema con este modo de pensar es su propensión a aceptardistorsiones de doctrina e inconscientemente sustituir las en-señanzas bíblicas con tradiciones eclesiásticas. En el corto lap-so de su vida, el escritor de este libro ha observado en la iglesialos excesos dellegalismo, un énfasis desproporcionado sobre laprosperidad material y un concepto del amor de Dios tan tergi-versado que no deja lugar para su santidad, ira y juicio.
Conviene que teólogos ortodoxos y piadosos forjen teolo-gía basada en las Sagradas Escrituras y los obreros cristianosla estudien y la enseñen por las siguientes razones:
l. El conocimiento de la doctrina bíblica y sistemática esfundamental para tener una fe auténtica y salvífica. Los vo-cablos griegos pistis (verbo) y pisteuo (sustantivo) traducidos"fe" en el Nuevo Testamento a menudo se refieren a "unapersuasión firme, una convicción de verdad, una constanciaen la profesión de una verdad o la fidelidad a un sistema deverdades". La teología forj ada de las enseñanzas bíblicas pro-porciona la única base para esta fe neotestamentaria.
2. Es importante saber la teología para conocer bien aDios, nuestra propia naturaleza, el propósito de existir ylos aspectos de la salvación que el Señor nos ofrece. Tomás de Aquino observa acertadamente: "La teología estáenseñada por Dios, enseña acerca de Dios, y nos lleva aDios». Al conocerla bien estamos preparados para prestarleculto correctamente.
Para conocer a Dios, uno tiene que identificarlo, saberquién es y cómo es. El teólogo contemporáneo, P. T. Forsythdice: «El objeto de nuestra fe es un Dios teológico, o de otra manera no es amor santo». La idea de que Dios es amor es in-suficiente a menos que se defina este amor a la luz de Juan3:16. No se refiere al amor de un padre indulgente que pasapor alto la maldad de sus hijos, sino un amor que proporcionael antídoto de su maldad y hace aceptable al pecador ante unDios Santo. El conocer bien sus atributos y sus caminos nos
puede llevar a la adoración auténtica.
3. El estudio de la teología sistemática edifica a los creyen-tes y es un factor indispensable para perfeccionar «a lossantos para la obra del ministerio». El conocimiento de ladoctrina cristiana tiene mucho que ver con el desarrollo mo-ral y espiritual del creyente. Es obvio que nuestro carácter ymanera de vivir se amoldan a lo que creemos. "No os confor-méis a este siglo» (es decir, no permitan que el mundo les for-me en su molde con sus valores materialistas y errados),exhortó el apóstol Pablo (Ro. 12:2). Es necesario renovarnuestra mente estudiando en forma sistemática la verdad di-vina. "Creced en la gracia yconocimiento de nuestro Señor» (2 P. 3:18, énfasis del autor).
Es preciso también para conservar los resultados del evan-gelismo. El Espíritu Santo inspiró al profeta Oseas a lamen-tar: "Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento»(4:6). Si no enseñamos doctrina a los nuevos convertidos, elevangelismo será, según Juan Wesley, engendrar niños parael diablo.
Además, la enseñanza desempeña un papel importanteen la capacitación de obreros cristianos. En fin, coincidimoscon la observación: "El conocimiento de Dios es necesario
para la correcta adoración de Dios, el auténtico servicio aDios y la verdadera vida en el mundo ante Dios».
4. Toda predicación, enseñanza cristiana e interpretación
de la Biblia debe basarse en la sana doctrina. Es imprescin-dible saber las enseñanzas bíblicas a fin de comunicar el evan-gelio eficazmente a otros. De otro modo, las contradicciones eincertidumbres del predicador o maestro sembrarían confu-sión en la mente de los oyentes.
5. La mejor defensa contra la falsa doctrina es el buen cono-cimiento de la sana doctrina. El escritor inspirado nos ad-vierte en cuanto a los "hombres que para engañar empleancon astucia las artimañas de error" (Ef. 4: 14). Aquella personaque no conoce bien la teología bíblica es buen candidato paraque otros espíritus le den "revelaciones" espurias. Proliferanlos teólogos que forjan doctrinas basadas en especulacioneshumanas. Se suscitan también sectas falsas que, al igual quelos fariseos, recorren mar y tierra para hacer prosélitos y, unavez hechos, los hacen dos veces más hijos del infierno que susmaestros. El creyente debe estar preparado tanto para presen-tar defensa de la sana doctrina como para proclamarla en supureza y con relevancia y poder.
Comenzamos el estudio de la teología considerando lanaturaleza de la religión y la teología y las características de ladoctrina evangélico-conservadora.
B. El concepto de la religiónSe dice que el hombre es incurablemente religioso. No importa dónde se encuentre, tiene alguna forma de culto. ElCohelet (predicador) de Eclesiastés observa que Dios «ha puesto eternidad en el corazón" (3:10,11). Quiere decir que
las cosas que pertenecen al tiempo y espacio no pueden satis-facer plenamente al hombre. Fue creado para disfrutar de mu-cho más. Agustín ha dicho: "Oh Dios, tú nos has hecho para
ti y nuestro corazón está desasosegado hasta que descanse en ti". Esta conciencia de que existe algo más allá de los senti-dos, este anhelo por lo eterno es un don de Dios que capacita
al hombre para recibir una revelación del cielo.
¿Qué es la religión? Parece que todo el mundo sabe lo que
es, pero la halla difícil de definir, pues toma tantas formas diversas. Por regla general, es reconocer que existen poderes so-brenaturales invisibles pero activos en el mundo y adorarlos.
Puede ser un dios personal, dioses, espíritus o simplementeuna fuerza de la naturaleza. A veces, consiste en un conjuntode valores o prácticas de conducta, como en el caso de la religión de Confucio. Algunos pensadores incluyen en la definición de los que practican la religión, a personas que atribuyen supremo valor a un sistema secular como el marxismo y se
consagran a desarrollarlo. Sin embargo, la religión se caracte-riza generalmente por reverencia hacia un objeto sagrado, oración, consagración y adoración.
William P. Alston ha preparado una lista de las características de la religión:
1. Creencia en seres sobrenaturales (dioses).
2. Distinción entre objetos sagrados y profanos.
3. Actos rituales relacionados con objetos sagrados.
4. Un código moral que se cree que es promulgado porlos dioses.
5. Sentimientos religiosos (reverencia, sentido de mis-terio, culpa, adoración) ... los cuales tienen que vercon la idea de los dioses.
6. Oración y otras formas de comunicarse con losdioses.
7. Una cosmovisión que incluye el lugar del individuo enel mundo.
8. La organización más o menos total de la vida delcreyente según su cosmovisión.
9. Un grupo social unido por la religión descrita en lalista. (<Los que practican una religión forman grupos y casi siem-pre organizaciones sociales. Durante la edad medieval se con-sideraba al cristianismo como una institución con unconjunto de creencias, ceremonias y prácticas. Esta religión sedistinguía principalmente de otras tales como el judaísmo y elislam, por sus doctrinas. De modo que se suele describir la religión como un conjunto de creencias, actitudes y prácticas ex-presadas institucionalmente.
Pero la religión evangélica abarca más que esto. Incluyeuna experiencia personal con Dios realizada por fe en Cristo:
«Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios ver-dadero, ya Jesucristo, a quien has enviado» (Jn. 17:3). Es unavivencia de compañerismo con Dios y una vida de fe, adora-ción, amor, santidad y servicio espiritual.iCómo difiere la religión de la teología? La teología se tra-ta solamente de la parte intelectual, o sea la formulación delas doctrinas¡ la religión abarca al hombre entero. La teologíaes la teoría mientras que la religión es la práctica.
c. La naturaleza de la teología
iQué significa el vocablo «teología»? Aunque no se en-cuentra esta palabra en la Biblia, el concepto está. El término«teología» proviene de dos palabras griegas zeos (Dios) y lagos(palabra, discurso). Significa un discurso sobre Dios, pero enel uso no se limita a la doctrina de Dios, sino abarca todas lasdoctrinas cristianas. B. B. Warfield la define así: «La teologíaes la ciencia de Dios y su relación con el hombre y con elmundo». Es la formulación unificada y coherente de la verdadreferente a Dios, la relación entre él y la humanidad y el uni-verso. Está de acuerdo como se presenta la doctrina en la reve-lación divina, y se aplica a toda la vida humana.
D. La relación de la teología con otrasdisciplinas
Se considera que hay cuatro disciplinas que tienen una re-lación estrecha con la teología, o son parte de esta ciencia.Son la religión, la filosofía, la ética y la apologética. Ya hemos
descrito la religión, la cual abarca la teología, pero tambiénmucho más.
1. La filosofía. Puesto que tanto la filosofía como la teologíase ocupan de analizar críticamente el significado de términosy las dos emplean un estricto proceso de observación y razo-namiento para llegar a conclusiones, y procuran formular una cosmovisión consecuente, se considera que están relaciona-das. Difieren en que la teología comienza con la noción de
que Dios existe y es el creador de todo excepto el mal, mien-tras que la filosofía se interesa más en otros temas. Se edificala teología cristiana sobre el sólido cimiento de las Sagradas
Escrituras, mientras que la filosofía se basa en la razón natu-ral y las especulaciones del pensador. La filosofía carece dedoctrinas satisfactorias de la providencia, pecado, redención y
vida eterna.
Por otra parte, la filosofía puede servir bien al teólogo cris-tiano. La emplea para desarrollar sus doctrinas, añadir conte-nido a sus enseñanzas, escudriñar sus ideas y argumentos, yestablecer o defender su teología. Los padres de la iglesia enlos siglos tercero y cuarto d.C., empleaban la filosofía griegapara forjar las doctrinas de la trinidad y definir la naturalezade Jesucristo. En el quinto siglo, Agustín escribió La ciudad deDios, el cual es una síntesis de la filosofía de Platón y la teolo-gía cristiana. Transcurridos ocho siglos, Tomás de Aquino,sintetizó la teología católica con la filosofía de Aristóteles(Summa Teológica). Un ejemplo moderno del uso casi exclu-sivo de la filosofía, es la "teología» de Paul Tillich. Su técnicaes emplear la filosofía para formular preguntas, y la teologíapara dar las respuestas.
El pensador evangélico emplea la filosofía con cautela. Esun buen siervo de la revelación de Dios pero un amo malo so-bre ella. 1 Ramm observa acertadamente: "El teólogo debeaprender a tomar en serio todas las filosofías porque no sabecuál es la que Dios pueda usar en el adelanto del estudio de lateología¡ y debe aprender a no tomar en serio ninguna, de otromodo ha entregado la autonomía de la revelación especial».2
2. La ética. Esta disciplina se refiere a la ciencia de conducta,un estudio de lo bueno y lo malo en comportamiento. Se cla-sifica la ética en dos categorías: descriptiva y práctica. La pri-mera estudia la conducta según alguna norma del bien y delmal¡ y la última, principalmente, según los motivos. En lateología cristiana se encuentran elevados principios morales,especialmente en las enseñanzas de Jesús. Generalmente laética no cristiana alcanza su motivo en el utilitarismo, conve-niencia, perfeccionismo o humanismo, mientras que el moti-vo del cristiano es obedecer y agradar a su creador y amar a suprójimo.
3. La apologética. El término deviene del griego, apología. Seempleaba para referirse a la defensa de una persona como laque hizo Sócrates, cuando presentó ante los atenienses supunto de vista y justificó su conducta. El apóstol Pedro animaa los creyentes diciendo: «Estad preparados para presentar de-fensa" (apología, 1 P. 3: 15). Entonces, la apologética se refierea la actividad en que el cristiano se esfuerza para demostrarque su mensaje es verídico y creíble, y lo defiende contra críti-cas y distorsiones. La teología emplea la apologét~ca desarro-llando una defensa racional de sus doctrinas contra losataques del materialismo, escepticismo y otros adversarios dela fe. Incluye tanto argumentos positivos para establecer suverdad cristiana, como refutaciones de las críticas en su contra.
E. La clasificación de la teología
El término «teología" abarca muchas materias incluso es-tudios bíblicos, la historia de la iglesia, homilética y orienta-ción pastoral. Sin embargo, se refiere principalmente a lasmaterias doctrinales. Se divide en varios ramos.
l. Teología exegética. El vocablo griego traducido «exégesis"quiere decir «extraer". En la teología se refiere a extraer el sen-tido del texto bíblico, en vez de meter un significado en un pa-saje (eiségesis). La teología exegética es importante puesestablece la verdad divina extrayéndola de la revelación escri-ta de Dios.
2. Teología bíblica. Se refiere generalmente a la enseñanzaque se encuentra en la Biblia. Pero, ha tomado la forma deestudios específicos tales como la doctrina del AntiguoTestamento, la del Nuevo Testamento o la de ciertos escri-tores inspirados tales como San Juan, San Pedro o San Pa-blo. Por ejemplo, puede presentar la cristología paulina o laescatología juanina. Suele ser un intento de extraer la enseñanza de cada uno y organizarla sistemáticamente sin eva-luarla o interpretarla.
3. Teología histórica. Se presenta cronológicamente el desa-rrollo de la teología de la iglesia a través de los siglos. Cuentade las controversias doctrinales y los credos formulados porlos concilios. Por ejemplo, el Concilio de Nicea estableció ladeidad de Jesucristo, el de Constantinopla afirmó la persona-lidad del Espíritu Santo y la humanidad de Cristo, y el de Cal-cedonia definió la relación entre las dos naturalezas deCristo.
El protestantismo ortodoxo considera cada uno de los cre-dos resultantes de estos concilios como norma normata, esdecir, como una pauta determinada por la autoridad final dela palabra de Dios. Son de gran valor porque proporcionan unsumario de las creencias universales del cristianismo, refutanenseñanzas ajenas a la palabra divina y sirven en la instruc-ción y adoración cristianas.
Otro método de forjar la teología histórica es estudiar ladoctrina de una época, un teólogo o escuela de teología refe-rente a ciertas doctrinas claves. Así se examina en secuenciala teología de cada siglo sucesivo o época importante.
Este método es de gran valor porque nos enseña cómo for-jar la teología. Por ejemplo, los padres de la iglesia echaronmano de la filosofía griega para refutar las herejías y desarro-llar conceptos claros y contundentes de la verdad divina.
También nos proporciona criterio para evaluar las ideas doc-trinales tales como la deidad de Jesucristo. Al estudiar la ideade Sabelio, de que no había una trinidad sino que Dios se re-velaba en tres modos, y la respuesta de la iglesia a esta herejía,se nos enseña cómo evaluar la doctrina unitaria del movi-miento popularmente llamado «Solo Jesús».
Dice Erickson:
La historia es el laboratorio de la teología en el cualesta puede valorar las ideas a que se adhiere o consideraadherir. Los que faltan, no aprendiendo de lo pasado,son, como dice Jorge Santayana, condenados a repetirlo.
Si examinamos algunas de las "nuevas» ideas a la luz dela historia de la iglesia, hallaremos que son realmentenuevas formas de viejos conceptos.3
4. Teología filosófica. Con este método de hacer doctrina, elteólogo emplea principalmente la filosofía para desarrollarsus doctrinas. Ya hemos mencionado cómo se usa. Tomás deAquino vio en la filosofía de Aristóteles un medio de compro-bar la existencia de Dios y la inmortalidad del alma.
Teólogos han encontrado una variedad grande de usos pararesolver, clarificar y desarrollar temas de la teología cristiana,que incluyen: revelación, fe y razón, milagros, el problema delmal moral y natural (teodicia o sea la defensa de Dios. Porejemplo: ¿Cómo puede un Dios bueno y todopoderoso permi-tir el mal en el universo?), la paradoja de la soberanía de Dios y
el libre albedrío humano, la existencia ultratumba yla relacióndel cristianismo a las otras religiones.
5. Teología sistemática cristiana. El teólogo evangélico orga-niza lógica y sistemáticamente los temas de las SagradasEscrituras. Emplea los resultados de otros ramos de teología.
Depende del método exegético para extraer el significado deltexto bíblico y así proveer los ladrillos básicos para construirla doctrina cristiana. La teología bíblica proporciona el men-saje doctrinal de ciertos libros y escritores inspirados de la Bi-blia, tomando en cuenta la situación histórica de ellos.
El teólogo utiliza la teología filosófica como herramientapara forjar conceptos abstractos, explicar} aclarar} resolver y de-fender temas trascendentes y difíciles. En la teología histórica,encuentra el desarrollo de la doctrina a través de la historia de laiglesia. Todos estos ramos son como afluentes que desembocanen el río de la teología sistemática} o sea} como expresa Oríge-nes:«Dios da la verdad en hilos individuales, los cuales debe-mos tejer en una tela determinada». Todos estos hilos estántejidos para confeccionar la tela de la teología sistemática.
Este estudio presenta la teología sistemática con un énfa-sis primordialmente bíblico. Abarca los siguientes temas:
Revelación
Dios
Cristo
Salvación
El Espíritu Santo
La iglesia
Los últimos acontecimientos
Creación
Los ángeles
El hombre
El pecado
6. La teología pastoral. Consiste en el estudio de la obra delpastor, y la consejería pastoral.
7. Las teologías que no son usadas mucho son la dogmática(los asuntos fundamentales de la doctrina, según los anun-cian los credos de la iglesia), litúrgica y fundamental.
f. Las características de la teologíaevangélica conservadora
Toda religión tiene su teología. Los musulmanes han de-sarrollado su doctrina extrayendo sus enseñanzas del libroCorán, los hindúes de sus escritos sagrados tales como lasUpanishades y las Vedas. Asimismo los evangélicos conser-vadores tienen su teología particular. Esta difiere de la deotras divisiones del cristianismo en algunos aspectos talescomo su fuente y manera de forjarla.
El teólogo contemporáneo, Millard J. Erickson, señala
cinco características de la teología evangélica de la rama con-servadora del cristianismo: es bíblica, sistemática, relaciona-da a las cuestiones de la cultura y conocimientos de laerudición, contemporánea y práctica. 5
l. Es bíblica en el sentido de que todas las Escrituras canóni-cas son la fuente principal y determinante de sus enseñanzas.
Se emplean, sin embargo, los principios de la hermenéutica(interpretación gramático-histórica) y otras herramientas dela investigación bíblica para extraer el significado exacto deltexto. Por ejemplo, se interpreta un concepto bíblico conside-rando las palabras en su contexto y la situación histórica ycultural de la persona que habla.
Recalca la relación histórica y salvífica de Dios con supueblo escogido, las enseñanzas de los profetas y apóstoles, ysobre todo la vida, muerte y resurrección del Dios-hombreque redimió la humanidad. Toma en serio también la revelación general en la creación (Sal. 19:1-6; Ro. 1:18-21), la pro-videncia divina en la historia (Hch. 17:26) y los imperativosmorales que se manifiestan en la conciencia humana (Ro.2:14,15).
Por otra parte, el teólogo evangélico conservador no extraedoctrina de las tradiciones eclesiásticas como hacen los pensa-dores católicos. No se encuentran sus conceptos en laespecu-lación, las ideas y la razón humana, aunque se emplea la razónpara explicar, desarrollar y defender la verdad bíblica. El granteólogo del siglo diecinueve, Charles Hodge, observa que siste-mas enteros de teología se basan en intuiciones humanas. "Sicada hombre tuviera libertad de exaltar sus propias intuicio-nes/ como suelen llamar sus convicciones fuertes, tendríamostantas teologías en el mundo como hayan pensadores». 6
Los conservadores siempre sostienen que las SagradasEscrituras son la infalible norma de doctrina y práctica. La ta-rea del teólogo es, pues, descubrir piadosamente las enseñan-zas bíblicas y exponerlas en una forma lógica y organizada.
No tiene la libertad de añadir, restar, cambiar o criticarlas.
Siempre debe someterse a la autoridad de las Escrituras bus-cando en oración la iluminación del Espíritu Santo (1 Jn.2:20; 1 Co. 2:9-16).
2. La teología evangélica es sistemática. Puesto que la Bi-blia no presenta sus enseñanzas de una manera organizada ysistemática, la labor del teólogo conservador es extraerlas delas varias partes de la Biblia, analizarlas, describirlas yorga-nizarlas en forma lógica y sistemática. No aísla un texto delotro para formular una doctrina sino procura relacionar las
nociones bíblicas, la una con la otra a fin de presentar unaenseñanza armoniosa y completa. Para el evangélico conser-vador, la teología consisteprincipalmente en un sumario or-denado de la doctrina cristiana; es un compendio de lostemas de la Biblia.
3. La teología se relaciona con las cuestiones de la culturageneral y los conocimientos seculares. Por ejemplo, intentaevaluar a la luz de la Biblia los descubrimientos y teorías de la
ciencia referente al origen del universo y del hombre. (La unaarroja luz sobre la otra, y el teólogo busca la relación entreellas.) También, la teología trata de relacionar el punto de vis-ta del hombre con el de la sicología moderna, y la providenciacon la historia secular.
4. La teología evangélica debe incluir temas actuales y ex-presarse en términos contemporáneos, es decir, en ellen-guaje y conceptos de su época. Aunque las verdades de la
palabra divina son inmutables y válidas para todas las edades,es necesario reformar la doctrina en cada generación. Primeroporque el lenguaje y formas culturales cambian y es precisorevestir la verdad divina de ropa contemporánea para que seainteligible. En segundo lugar, porque continuamente surgennuevas cuestiones y problemas en la iglesia y estos requierennuevas formulaciones. El teólogo debe hacer hincapié en losasuntos candentes de su época, sin pasar por alto las verdadespermanentes de la teología. Por lo tanto, hace falta interpre-tar el texto bíblico y reaplicar la teología a la situación actual.
Esto no quiere decir que el teólogo tiene la libertad de aco-modar las verdades eternas al clima de incredulidad modernareferente a lo sobrenatural, o cambiar las verdades bíblicas
para que la teología sea aceptable a su generación. Se ve estoen la teología de Rodolfo Bultman, el cual "desmitologizó» el
Nuevo Testamento y reinterpretó su mensaje en términosexistenciales. En el proceso mutiló tan radicalmente el evan-gelio que la doctrina resultante queda sin poder para salvar lahumanidad. Tampoco quiere decir que debe comprometersetanto con los actuales problemas o cuestiones de hoy, quedescuida de su mensaje permanente y significativo como es elcaso de la teología de la liberación.
5. La teología evangélica debe ser práctica, o sea aplicable ala vida y los problemas humanos. En la edad media, la teolo-gía a menudo se degeneraba en discusiones estériles. A mu-chos de los escolásticos, les interesaba más el armonizar lateología con la filosofía de Platón o Aristóteles que elaborarlaen forma práctica. En la época de Kierkegaard, la teología pro-testante llegó a ser "doctrina muerta», algo que no tenía nadaque ver con la vida cristiana. Hoy en día, hay algunos teólogosque se esfuerzan en forjar teología que es más intelectual-mente estimulante que espiritualmente edificante.
La teología evangélica no debe ser mera teoría abstracta.
Como la profecía fue dada "para edificación, exhortación yconsolación" (1 Co. 14:3), asíla teología debe proporcionar elfundamento para solucionar los grandes problemas de la hu-manidad, ennoblecer al hombre, estimularlo a buenas obras yfortalecerlo en los momentos difíciles y angustiosos. Debe-mos formular la verdad de Dios de tal manera que los creyen-tes sean instruidos en la fe y estimulados a poner en prácticala doctrina de Cristo.
La teología evangélica no solo nos muestra cómo compor-tarnos, sino también nos inspira a vivir rectamente; no soloproporciona la norma sana de conducta sino támbién nosmotiva a cumplirla. 7 Erickson nos advierte, por otra parte,que la teología no debe preocuparse primordialmente de susdimensiones prácticas. El efecto práctico o aplicación de una
doctrina es el resultado de la veracidad de la enseñanza, y noal revés. 8
G. Sistemas teológicos evangélicos
Hace más de cuatrocientos años existen dos sistemasprincipales de la teología ortodoxa: el calvinismo y el armi-nianismo. En la época actual, se pueden encontrar variasteologías más, pero muchas de ellas se desvían de la Biblia ycada una tiende a tomar varias expresiones. Considerare-mos brevemente seis sistemas.
1. El calvinismo. Aunque este sistema fue ideado original-mente por Agustín de Hipona (354-430), debe su nombre yelaboración final al teólogo y reformador francés, fuan Calvi-no (1509-1564). El calvinismo recalca la soberanía de Dios ypuede ser reducido a cinco principios centrales.9
a) La depravación total del hombre. Esto no significa que
el hombre sea incapaz de hacer algo bueno y noble, sino quetodo aspecto de su ser está afectado por el pecado (Ef. 2: 1; Col.2: 13). Puesto que está muerto espiritualmente, no puede con-vertirse por sí mismo o aun prepararse para la conversión (Jn.24 Teología Evangélica6:44, 65¡ 1 Ca. 2: 14). Desde la "a" hasta la "z" la obra salvífi-ca es de Dios. "La elección no se funda en la fe o el arrepenti-miento previstos, sino en la gracia soberana ... Las Escriturasrepresentan ... a la fe y al arrepentimiento como acciones delas almas regeneradas . . . son el resultado y no la condicióndel propósito de Dios".lo
b) La elección incondicional. Desde el principio del mun-do Dios ha predestinado a algunos para la salvación, yeso
aparte de mérito humano alguno (Ef. 1:5, ll¡ Jn. 15:16-19¡
Ro. 9: 13-18). La elección de Dios se basa en "el beneplácito»
de la voluntad de Dios. Dios controla y hace todas las cosas,
hasta lo malo. Los calvinistas afirman que Dios ha elegido so-lamente cierto número de individuos para la vida eterna.
c) La expiación limitada. Cristo no murió por toda la hu-manidad sino solo por los elegidos. Cristo murió para que se
cumpliera el decreto de elección. Su objeto al hacer la expia-ción fue específico: relacionarse con un número definido de
personas, con los elegidos y con nadie más.
d) La gracia irresistible. Los que son elegidos, también se-rán salvos. A todos aquellos a quienes Dios ha predestinado
para vida, y a esos solamente, a él le place en el tiempo señala-do y aceptado, llamar eficazmente (Ro. 8:30¡ 1l:7¡ Ef. 1:10)
por su palabra y Espíritu (2 Tes. 2:13,14¡ 2 Ca. 3:3,6). Otras
personas no elegidas, aun cuando sean llamadas por el minis-terio de la palabra (Mt. 22: 14), y tengan algunas de las opera-ciones comunes del Espíritu (Mt. 13:20,21), nunca vienen
verdaderamente a Cristo.
e) La perseverancia de los santos. Dios da a los creyentes
el don de la perseverancia, de modo que aunque pequen, tam-bién se arrepentirán. Ningún elegido se perderá. De ahí salió
la frase, "una vez salvo, siempre salvo». Aunque el sentido de
la seguridad de la salvación de los elegidos sea debilitado o in-terrumpido por causas diversas como la negligencia en con-servarlo o por caer en pecado, nunca quedan destituidos de la
"simiente" de Dios. El creyente no puede caer totalmente de
la gracia (Fi!. 1:6¡ 2 Ti. 1:12¡ Jud. 14¡ Jn. 16:29).
La teología 25
Según este sistema, todo es predestinado por Dios. La
Confesión de Fe de Westminster define la predestinación
así: "Dios desde la eternidad ... ordenó libre e inalterable-mente todo lo que sucede ... Sin embargo, lo hizo de tal ma-nera, que Dios ni es autor del pecado ... ni hace violencia al
libre albedrío de sus criaturas ..." (Confesión de Westmins-ter, sección I)Y
2. El arminianismo. La alternativa al calvinismo fue desarro-llado por un teólogo holandés, Jacob Arminio (1560-1609).
Él atacó la doctrina calvinista de que Dios había preordenado
algunos a la salvación y otros a la condenación. Señaló que
semejante concepto no presenta "las buenas noticias", es re-pugnante a la naturaleza sabia, justa y bondadosa de Dios y
algo contrario al libre albedrío del hombre. Sobre todo, la
predestinación incondicional haría que Dios sea "el autor
del mal".
Según Arminio, la predestinación se basa en la prescien-cia de Dios: "Porque a los que antes conoció, también los pre-destinó", y son "elegidos según la presciencia de Dios" (Ro.
8:29¡ 1 P. 1:2). Es decir, sabiendo de antemano a quienes le
recibirían libremente y perseverarían en la fe, Dios los predes-tinó a ser salvos. La elección se condiciona a la respuesta del
hombre, algo previsto eternamente por Dios. (El problema
para los calvinistas es que piensan que no se puede separar la
presciencia de Dios de su predestinación. Dicen que la pres-ciencia de Dios dependía de que él había predestinado todas
las cosas.)
Este teólogo holandés, concuerda con Calvino en que el
hombre es depravado e incapaz en sí mismo para agradar a
Dios o aun arrepentirse. Pero Dios le provee gracia para tener
fe, volver a Dios y obedecerle. Si no hubiera provisto tal gra-cia, las invitaciones universales carecerían de sentido (Is.
55:1¡ Mt. 11:28¡ Hch. 17:30¡ Mr. 1:14,15).
Los puntos principales del arminianismo, a diferencia del
calvinismo, son:
al El decreto o propósito de salvación de parte de Dios se
aplica a todos los creyentes en Cristo que perseveran en la fe.
26 Teología Evangélica
b) Cristo murió por todos los hombres, y Dios no quiere
que ninguno perezca (2 Ca. 5:14,15; Tit. 2:11; 1 Jn. 2:2;
2 P. 3:9).
c) El Espíritu Santo ayuda a los hombres a tener fe en
Cristo para la salvación, pero no obliga a nadie en tal sentido.
d) La gracia salvadora de Dios no es irresistible.
e) Es posible que los cristianos caigan de la gracia y se pier-dan eternamente (He. 6:4-8; 2 P. 2:20...,-22; Ap. 3:5).12
3. Liberalismo o modernismo. Consiste en un cambio radi-cal de actitud hacia la fe cristiana tradicional, algo que ocurrió
en la última parte del siglo diecinueve. Es difícil definir sus
doctrinas porque estas tienen muchas formas de expresión y
tienden a cambiarse a menudo. Sin embargo, su mayor dis-tintivo es el deseo de adaptar las ideas religiosas a la cultura
moderna y a la manera actual de pensar. Los liberales insisten
en que el mundo ha cambiado desde el comienzo del cristia-nismo y que la terminología bíblica y los credos son incom-prensibles al hombre moderno. La fe cristiana debe ser repen-sada y comunicada en términos entendibles de hoy.
El segundo elemento del liberalismo es el rechazo de la fe
religiosa que se basa solamente en la autoridad de la Biblia. To-das las doctrinas tienen que estar de acuerdo con la razón y la
experiencia humana. Se acomodan los conceptos bíblicos a las
corrientes de pensamiento moderno, es decir, al racionalismo,
al humanismo, a la crítica literaria de la Biblia y a las teorías de
la ciencia. Un escritor observa que los liberales describen su ac-titud como "el espíritu de mentalidad amplia, de tolerancia, de
humildad, de devoción a la verdad dondequiera que se halle».
Están abiertos a corrientes de pensamiento antagónico a la or-todoxia y aun a las ideas de las religiones paganas. Sin embar-go, su mentalidad no tiene la amplitud necesaria para aceptar
lo sobrenatural del cristianismo bíblico. 13
Para ellos, la Biblia es la obra de escritores que estaban li-mitados por su cultura. No es un registro sobrenatural e infa-lible de una revelación de Dios, sino un libro extraordinario
que describe la búsqueda fructífera de Dios por parte de los
hombres. Sin embargo, contiene mitos supersticiones y otros
La teología 27
errores. El «espíritu del cristianismo» reemplaza la autoridad
de las Escrituras, los credos y la iglesia. Se abandonan las doc-trinas de la trinidad, la encarnación y nacimiento virginal de
Cristo, los milagros, el pecado original y los conceptos bíbli-cos del cielo y el infierno. Todos los seres humanos compar-ten la divinidad porque son creados a la imagen de Dios. Pero
en Jesús se encuentra un grado mayor de lo divino. Para hallar
a Dios, el hombre debe mirar adentro de sí mismo y no bus-carle solamente en la Biblia.
La idea central del liberalismo es la inmanencia de Dios, o
sea, que él está dentro del mundo y es inseparable de este. No
es un ser por encima del universo, sino forma el alma y la vida
de la creación. Así que se encuentra Dios en la totalidad de la
vida más bien que solamente en la Biblia y algunos eventos
revelatorios. Puesto que Dios está presente y obra en todo lo
que suceda, no hay distinción entre lo natural y lo sobrenatu-ral. Para el liberal, no hay milagros pues todo es natural, o
sea, la obra de Dios. La presencia divina se revela en tales co-sas como verdad racional, belleza artística y bondad moral.
Aunque algunos liberales procuran mantener la apariencia de
tener un núcleo de doctrina cristiana, muchos tienden a ser
panteístas.
El liberalismo afirma que el hombre es bueno y que la so-ciedad progresa inexorablemente a la perfección. Considera
que el pecado no es un principio de maldad en el hombre y el
universo, sino la consecuencia de la ignorancia, una mala
adaptación e inmadurez de los hombres. Estos obstáculos al
desarrollo de la naturaleza bondadosa de los hombres, pueden
ser superados por la educación. La salvación consiste en qui-tar las imperfecciones humanas y mejorar moralmente al
hombre. El ejemplo y la ética de Jesús, son factores decisivos
para lograrla.
4. Neoortodoxia. Este nombre se aplica a un movimiento teo-lógico del siglo veinte. Se llama «ortodoxia» porque recalca al-gunos temas de la teología reformada, y «neo» (nuevo), pues
toma en serio los desarrollos culturales y teológicos contem-poráneos. Se originó con los teólogos europeos Karl Barth,
28 Teología Evangélica
Emil Brunner} Rodolph Bultmann y Friedrich Gogarten. No
es un movimiento organizado y la doctrina de cada teólogo di-fiere a la de los otros.
La neoortodoxia surgió como una reacción en contra del
protestantismo liberal. Se oponía en especial a su racionalis-mo} su énfasis en la inmanencia de Dios} su optimismo super-ficial sobre la bondad del hombre y su concepto del mejora-miento progresivo de la humanidad.
Barth y Brunner promulgaron ciertas doctrinas: volver a la
Biblia y a los reformadores para forjar la teología} la trascen-dencia absoluta de Dios (para Barth Dios es «el totalmente
otro,,)} su gracia} la centralidad de la revelación en Jesucristo} la
pecaminosidad del hombre y la necesidad de un encuentro per-sonal con Dios. Otros teólogos posteriores} llamados neoorto-doxos} Tillich y Bultmann} fueron influidos por la filosofía
contemporánea y discreparon doctrinalmente con los funda-dores de la nueva teología. Por ejemplo} según Bultmann} el
mensaje del Nuevo Testamento se expresa con mitos cuyas
fuentes fueron la literatura apocalíptica de los judíos y los mi-tos gnósticos acerca de la redención. Él niega rotundamente la
posibilidad de la inspiración de la Biblia} la encamación y los
milagros. Su teología es una caricatura del evangelio.
¿Cuáles son las doctrinas de Barth y Brunner contempla-das en este estudio?
a) Barth señala que la palabra de Dios toma tres formas:
Cristo la palabra viva} las Escrituras como el vehículo de la re-velación} y la proclamación (predicación) del evangelio.
b) La Biblia llega a ser la revelación divina cuando Dios
habla a través de ella. No es la palabra divina en sí misma}
sino que es un medio por el cual Dios puede hablar al indivi-duo en un encuentro personal. Los autores de la Biblia son
testigos de la revelación de Dios} tal como los discípulos fue-ron testigos de Cristo. Así que} las Escrituras son simple-mente una revelación indirecta} porque sirven como testigo o
indicador de la revelación.
c) Aunque Barth pone gran énfasis en las doctrinas bíbli-cas y cree en lo sobrenatural} él acepta las conclusiones de los
La teología 29
críticos modernos que procuran demostrar que la Escritura es
un documento humano, falible y errable. Así socava la autori-dad de la Biblia.
d) Según Barth y Brunner, las Escrituras emplean el len-guaje de tiempo y espacio} y Dios está por encima de ellos, de
modo que el lenguaje de ellas es metafórico y analógico.
Barth interpreta la creación de Adán y Eva y su caída como
«sagas", o leyendas con un significado espiritual} y no como
hechos históricos. No considera que la segunda venida de
Cristo es un acontecimiento} sino que se refiere al día en que
cada hombre comprenda que Cristo ganó la victoria sobre el
pecado.
e) Los dos teólogos neoortodoxos niegan que la revelación
de Dios sea proposicional (que consiste en afirmaciones de
verdad} o sea, conceptos doctrinales). El intento de convertir-la en proposiciones, según ellos} sería "materializarse y des-personalizar la revelación".
Puesto que la neoortodoxia no se basa en una revelación
cerrada e infalible} su doctrina tiende a evolucionar. Barth
empleó el existencialismo de Kierkegaard para forjar la teolo-gía. Rodolfo Bultmann lleva al extremo este existencialismo}
rechazando todo elemento sobrenatural de los Evangelios. Lo
tilda de "mito". También descalifica la historia en el Nuevo
Testamento como algo «ambiguo".
Entonces la neoortodoxia comienza a degenerar en neolibe-ralismo. A Paul Tillich solo le resta construir un nuevo sistema
de teología, interpretando simbólicamente y distorsionando ver-dades cristianas. La "caída" es alienación cósmica o predica-mento ontológico más bien que un evento histórico¡ la
«salvación" es reunión ontológica¡ "la cruz" es autonegación¡
la «parusía" es el cumplimiento de la existencia del ser creado
en la eternidad¡ el "infierno" es solo un grado de la realización
de los propios deseos por esfuerzo propio¡ yel "Padre} Hijo y
Espíritu" es una descripción metafórica de la triple dialéctica
de separación y reunión. Este sustituto filosófico de la teolo-gía cristiana es algo inentendible para el hombre común, una
forma de gnosticismo o secta falsa.
30 Teología Evangélica
5. Fundamentalismo. Este término se refiere a un movimien-to teológicamente conservador que surgió en la segunda y ter-cera décadas del siglo veinte en los Estados Unidos. Líderes
protestantes, que se preocupaban de la incursión hecha por
los liberales en la ortodoxia, se unieron y contraatacaron.
Reafirmaron las doctrinas ortodoxas y las defendieron contra
el liberalismo, la alta crítica, el darwinismo y ciertos aspectos
de la cultura secular del siglo veinte:
En 1910, la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana
Norteña afirmó cinco doctrinas esenciales que fueron ataca-das por los liberales: la inerrancia de la Escritura, el nacimien-to virginal de Cristo, su expiación sustituta, su resurrección
corporal y la historicidad de los milagros.
Transcurridos los años, los fundamentalistas recalcaban
también la inspiración verbal de la Biblia, la interpretación lite-ral tanto del relato de la creación como de las profecías bíblicas
y la venida premilenial de Cristo. El dispensacionalismo (el di-vidir el tiempo en siete dispensaciones) llegó a ser la caracterís-tica distintiva de la mayoría de ellos, y por poco las notas de la
Biblia Anotada por C. 1. Scofield fueron canonizadas.
El movimiento se caracterizó también por su lucha contra
el modernismo, la evolución, el comunismo, las sectas falsas,
la Iglesia Católica y el ecumenismo. Los fundamentalistas
creen que deben separarse de las congregaciones y organiza-ciones que no sostienen sus doctrinas. Su lema es: "Salid de
en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor". Como resultado,
hubo numerosas divisiones en las organizaciones evangéli-cas, y mucha amargura. Sus enemigos lograron darles la ima-gen de ser de mentalidad estrecha, belicosos y separatistas.
6. El Neoevangelicalismo. Alrededor del año 1948, se originó
en Estados Unidos un nuevo movimiento ortodoxo bajo éste
nombre. Entre sus fundadores había distinguidos líderes con-servadores, tales como Carl. F. H. Henry, prominente teólogo
y fundador del respetable periódico Christianity Today, Ha-roId Okenga, presidente en aquel entonces del Seminario Fu-ller, y Billy Graham, famoso evangelista.
La teología 37
Según los que iniciaron el movimiento, querían perpetuar
la ortodoxia, pero con una doctrina purificada de los elemen-tos debilitadores que habían entrado poco a poco en el funda-mentalismo clásico, tales corno los siguientes:
a) un espíritu reaccionario negativo;
b) la negligencia ante la necesidad de erudición;
c) el antidenominacionalismo con referencia a organi-zaciones religiosas no conservadoras y pentecostales;
d) la identificación con el dispensacionalismo;
e) el rechazo absoluto de las teorías de la ciencia;
fl la inacción ante los grandes problemas sociales y po-líticos.
Los resultados de este movimiento no tardaron en aparecer.
El neoevangelicalismo ha estimulado la actividad lite-raria de parte de eruditos ortodoxos, lo cual ha tenido por
consecuencia la producción de muchos artículos en revis-tas y un buen número de libros profundos sobre doctrina,
apologética y la relación entre la fe cristiana y la cultura.
Eso ha logrado disipar notablemente la imagen de oscu-rantismo e ignorancia que tenía la ortodoxia en los Esta-dos Unidos en las dos décadas anteriores al surgimiento
del neoevangelicalismo. Entre los escritores de este movi-miento están F. F. Bruce, Lean Morris, Philip Edgcumbe
Hughes, Bernard Ramm y Edward Carnell. 14
Escritores neoevangélicos aplican principios cristianos a
la economía, a la sociología ya las ciencias naturales. Algu-nos procuran armonizar el relato bíblico de la creación con los
descubrimientos de la ciencia. Han desarrollado soluciones
tales corno la evolución teísta y la creación progresiva, teorías
que reconocen que Dios es el creador de todo pero que él em-pleó la evolución corno el proceso de la creación o creó el
mundo por etapas progresivas. Son más tolerantes que los
fundamentalistas referentes a las diversas teorías de la inspi-ración de la Biblia; algunos aceptan también las conclusiones
de la crítica racionalista de las Escrituras. Sin embargo, todos
32 Teología Evangélica
permanecen unánimes en cuanto a creer las grandes doctri-nas ortodoxas.
CITAS Y REFERENCIAS
1. James H. Railey, Jr. y Benny C. Aker, "Theological founda-tions" en Systematic Theology, Stanley M. Hartan, ed., Logion
Press, Springfield, MI, 1994, p. 45.
2. Citado en Handbook of Evangelical Theologians, Walter
Elwell, ed., Baker Bookhouse, Grand Rapids, MI, 1993, p. 300.
3. Millard J. Erickson, Christian Theology, vol. 1, Baker Book-house, Grand Rapids, MI, 1983, p. 27.
4. Citado por B. A Demarest, "Systematic theology" en Evan-gelical Dictionary of Theology, Walter Elwell, ed., Baker Book-house, Grand Rapids, MI, 1984, p. 1066.
5. Erickson, op. cit., pp. 21,22.
6. Charles Hodge, Systematic Theology, vol. 1, Wm. B. Eerd-mans Publishing House, Grand Rapids, MI, 1982, p. 15.
7. Henry C. Thiessen, Leetures in Systematic Theology, Wm. B.
Eerdmans Publishing House, Grand Rapids, MI, 1952, p. 29.
8. Erickson, op. cit., p. 22.
9. Los principios centrales del calvinismo se encuentran en AA
Hodges, Comentario de la Confesión de Fe de Westminster, Li-bros CLlE, Tarrasa, Barcelona, s.f.
10. Íbid., p. 63.
11. Íbid., p. 56.
12. Los conceptos son presentados por Samuel Vila y Darío A
Santa María, "Arminianismo" en Enciclopedia ilustrada de his-toria de la Iglesia (Terrassa, Barcelona: CLlE, 1979), p. 203.
13. Carlos Jiménez, Crisis en la teología contemporánea, edición
revisada (Deerfield, FL: Editorial Vida, 1994), p. 33.
14. Íbid., p. 86.
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miércoles, 30 de enero de 2013

Teología Sistemática: Estudios a nivel Instituto Bíblico


. Teología Sistematica
 Estudios a nivel Inst Biblico
. biblias y miles de comentarios
 
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Teología Sistemática
L. Berkhof

 

Teología Sistemática
Oliver Buswell


Teología desde el lugar del pobre
Leonardo Boff


Teología de los Evangelios de Jesús
Javier Pikaza



Sumario de Doctrina Cristiana
Luis Berkhof

 

Teología del Nuevo Testamento
G. Ladd


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martes, 22 de enero de 2013

Un estudio Bíblico Teológico sobre Cristo y su Iglesia en el Libro de Rut: Estudios grupales


. legend alineado al centro Un estudio Bíblico Teológico sobre Cristo y su Iglesia en el Libro de Rut 
. biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
 TABLA DE CONTENIDO


INTRODUCCIÓN

LECCIÓN 1: EL ES JEHOVÁ TU DIOS
1.1.  SOBERANO EN SU CREACIÓN
1.2.  INCOMPRENSIBLE EN SU CARÁCTER
1.3.  TODOPODEROSO EN SU ACCIÓN

LECCIÓN 2: MISERICORDIA Y DESCANSO
2.1.  TU TIERRA SERÁ MI TIERRA
2.2.  TU PUEBLO SERÁ MI PUEBLO
2.3.  TU DIOS SERÁ MI DIOS

LECCIÓN 3: EL ES JEHOVÁ TU PROTECTOR
3.1.  HAY GRACIA EN SUS OJOS
3.2.  HAY REFUGIO EN SUS ALAS
3.3.  HAY PROVISIÓN EN SU ERA

LECCIÓN 4: BENDICIÓN Y REFUGIO
4.1.  UN CAMPO DONDE ESPIGAR
4.2.  UNAS CRIADAS CON QUIENES TRABAJAR
4.3.  UNA CASA DONDE VIVIR

LECCIÓN 5: EL ES JEHOVÁ TU REDENTOR
5.1.  YO TE REDIMIRÉ, DESCANSA…
5.2.  BENDITA SEAS TÚ, HIJA MÍA…
5.3.  NO DESCANSARÉ Y CONCLUIRÉ…  
LECCIÓN 6: SALVACIÓN Y SEGURIDAD
6.1.  LE EXTIENDE SU MANTO
6.2.  LE DA SEGURIDAD Y DESCANSO
6.3.  LE LLENA SUS MANOS VACÍAS

LECCIÓN 7: EL ES JEHOVÁ TU SEÑOR
7.1.  DA RENOMBRE ETERNO
7.2.  DA HERENCIA ETERNA
7.3.  DA PROSPERIDAD ETERNA

LECCIÓN 8: HERENCIA Y POSTERIDAD
8.1.  SU NOMBRE RESTAURADO
8.2.  SU POSESIÓN REDIMIDA
8.3.  SU POSICIÓN PROMOVIDA

CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
GUÍA DEL ESTUDIANTE Y FACILITADOR
ANEXOS

Al comenzar a estudiar este sensacional libro, es pertinente, reconocer su valor histórico,
bíblico y teológico. En consecuencia, en estas dos primeras lecciones consideraremos
aspectos relacionados con el carácter soberano y trascendental de Dios. En este sentido,
reconoceremos que el Señor tiene el control de todo cuanto existe; nada sucede sin su
designio. También, confesaremos que las cosas que vemos, vivimos y conocemos son
magistralmente, controladas, ejecutadas o permitidas por el Dios del universo. Lo cual
indica, que el hilo conductor de los acontecimientos y circunstancias, esta sostenido y
manejado por sus manos misericordiosas, justas y sabias.

La aceptación de su soberanía en todo cuanto existe, nos permitirá descansar en sus sabios
y cariñosos planes. También, nos invitará  en todo momento de nuestra vida a rendir
adoración, reconocimiento y servicio a su majestad. Solo un Dios soberano, controla todas
las cosas, porque Él mismo las ha decretado. Nadie puede conocer los acontecimientos de
la historia, si no es su autor. No obstante, el único y soberano Dios, conoce todas las cosas
y se complace en ejecutarlas para su propia  gloria. O usa los medios que Él mismo ha
establecido, para que esas cosas se realicen, de igual forma, para su única y gran gloria.

Al acercarnos al libro de Rut, descubriremos en sus líneas, no solo las maravillas de esta
historia, si no también aspectos de la vida de Israel, vida familiar, principios de relaciones y
fidelidad. Lo más fascinante y alentador es ver la mano de Dios guiando, dirigiendo y
haciendo que las cosas que  han sido decretadas y preestablecidas sean realidad en el
tiempo, circunstancias y condiciones como se han planeado. Además, nos permite conocer
a Dios, revelado en las cosas creadas y manifestado en forma providencial para guiar y
sustentar a los suyos. En este sentido, el capítulo primero de este libro, nos adentrará en
aspectos relacionados con su carácter, designios y su plan redentor para sus hijos. 

Para la realización de este estudio, es imprescindible leer el capítulo uno del libro de Rut
una y otra vez. Al leerlo debemos hacerlo en clave teológica. Es decir, se debe identificar,
resaltar y meditar en aquellos aspectos, decisiones y acciones directas o indirectas que lo
revelan como el Dios en la Biblia. De esta  forma, será posible reconocer su soberanía,
carácter y providencia diaria en todas las cosas y acontecimientos. Por consiguiente, nos
será posible, valorar su control absoluto y descansar en sus sabios planes. 

1.1.  SOBERANO EN SU CREACIÓN

El capítulo comienza hablando de un acontecimiento histórico y real. Aconteció en un lugar
y tiempo específico. Además, nos muestra las consecuencias reales y circunstanciales
vividas por quienes afrontaron  esta situación de hambre.  “Aconteció en los días que
gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra…” (Vs. 1). Pese a que el hambre es
consecuencia del pecado, no obstante, el Dios soberano la permite para manifestar su poder,
demostrar su juicio y expresar su gran poder y provisión. Podemos decir, que la situación
de hambre por la que pasó, por lo menos esta parte del pueblo de Israel, fue una expresión
de la soberanía divina para revelarnos su poder. Es interesente, anotar, que el alimento, por
ser una necesidad básica, moviliza a toda persona. En este caso a quienes están afrontando
la escasez y se ven abocados a ir a lugares donde haya alimentos suficientes.

Debemos resaltar que en varias partes en la  Biblia se registran situaciones de hambre por
las cuales pasó la tierra, no solo los del pueblo escogido. Esto nos permite reafirmar, que
las condiciones naturales, por las que el Señor permite que pasemos revelan la grandeza de
Dios sobre las cosas creadas. Él tiene el control sobre su creación de tal forma, que la hace
producir fruto en abundancia en algunas épocas, o la hace improductiva y estéril. 

En tiempos de Abram hubo hambre en su tierra y tuvo que ir a Egipto en busca de
alimentos; “Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar
allá; porque era grande el hambre en la tierra” (Gén. 12:10). Hubo hambre en Egipto, en
los días de José hijo de Jacob; “Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como Joséhabía dicho; y hubo hambre en todos los países…” (Gén. 41:54). Durante el reinado de
David, hubo hambre en Israel;  “Hubo hambre en los días de David por tres años
consecutivos” (2 Sm. 21:1). Los profetas Elías y Eliseo también sufrieron las penurias de
periodos de hambre; “…Y el hambre era grave en Samaria” (1 Ry. 18:2), “Eliseo volvió a
Gilgal cuando había una grande hambre en la tierra” (2 Ry. 4:38). “Y hubo gran hambre
en Samaria, a consecuencia de aquel sitio” (2 Ry. 6:25).

También el profeta Jeremías sufrió los rigores del hambre;  “…porque allí morirá de
hambre, pues no hay más pan en la ciudad” y  “…prevaleció el hambre en la ciudad, hasta
no haber pan para el pueblo” (Jer. 28:9; 52:6). En el Nuevo Testamento, la Biblia registra
un periodo de hambre, el cual afectó a los cristianos; “Y levantándose uno de ellos, llamado
Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra
habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio” (Hc. 11:28).

Respecto a situaciones de hambre en la tierra, de la cual Noemí y su familia son afectadas,
hemos de notar que manifiestan la soberanía de Dios sobre su creación. Es el Señor mismo,
quien permite periodos de hambre y escasez para llamar a su pueblo al arrepentimiento;
juzgar a los reprobados; disciplinar a sus hijos y manifestar su maravillosa providencia para
con ellos. Eso nos muestran los siguientes textos: “…porque Jehová ha llamado el hambre,
la cual vendrá sobre la tierra por siete años” (2 Ry. 8:1). “Trajo hambre sobre la tierra, y
quebrantó todo sustento de pan” (Sal. 105:16).  “Así, pues, ha dicho Jehová de los
ejércitos: He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas
morirán de hambre” y “Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean
exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres” (Jer. 11:22; 24:10).

Otra de las manifestaciones de la soberanía y  control del Señor aun en el hambre, es la
provisión de la cual Él nos colma, para su gloria y nuestra bendición. Por lo menos, eso es
lo que nos indica la Escritura.  “Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que
buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien” (Sal. 34:10). “Jehová no dejará padecer
hambre al justo; Mas la iniquidad lanzará a los impíos” (Pv. 10:3).

La gracia soberana de Dios para con sus hijos, se manifiesta no solo en ordenar a la
naturaleza que actúe de acuerdo a sus designios, sino en sustentar a sus seguidores en
medio de las situaciones que parecen hostiles y adversas. En este sentido, podemos percibir
la soberanía del Señor, en el desplazamiento de esta familia a Moab y posteriormente, en la
muerte de los tres hombres de la familia judía. “…Y un varón de Belén de Judá fue a morar
en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos” (Vs. 1).

Muchos de nosotros, tenemos dificultad en ver la soberanía de Dios en la muerte de
nuestros seres queridos y en condiciones de pobreza, dolor y angustia. “Y murió Elimelec,
marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos… Y murieron también los dos, Mahlón y
Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido” (Vs. 3-5).
Al ser desterrados por razones naturales o antinaturales, y afrontar  la condición de otras
condiciones de vida, nos preguntamos ¿dónde está el Señor en todo esto?

Sin embargo, para quienes son guiados por el Señor, todas las cosas conducen a la vida y la
esperanza. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto
es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Rm. 8:28). En este sentido, el
hambre, muerte, dolor y sufrimiento son elementos llenos de soberanía, usados por Dios
para el trato con sus hijos. Afirmar esto, desde la periferia es fácil. Sin embargo, cuando
estamos en el fragor de la prueba, la situación se torna distinta e incomprensible.

Un Dios soberano, dirige con cuerdas invisibles de amor y providencia a sus hijos. Eso es
lo que vemos con la dirección que da paso a paso a las decisiones, acciones y adversidades
en la vida de Noemí, Rut y su familia. Cada detalle, por sencillo que parezca, esta
enmarcado dentro del cuidado  amoroso, tierno, extraordinario y revelador de Dios. El
hambre en Belén y la posterior abundancia. Soledad y posterior compañía. Amargura y
posterior dulzura. Dolor y posterior esperanza. Pérdida y posterior ganancia. Todas las
situaciones y momentos específicos por los que pasamos a diario, son dirigidos y
encaminados por la cuerda irrompible de su soberanía, control y providencia sobrenatural. 

La casualidad, destino o suerte labrado por uno mismo, pierden sentido, al entender por la
gracia divina, que todo esta determinado  desde antes de la fundación del mundo. En
absoluto, nada sucede por decisión humana. Más bien, todo cuanto acontece a la naturaleza,
vida personal y a toda la creación, es la realidad de la soberanía de Dios. Por lo tanto, no
debemos desanimarnos ante las situaciones inesperadas y complejas de la vida. Debemos
descansar en la gracia soberana del Señor para sus hijos. Noemí y Rut vieron en su propia
vida su dirección. Comprendieron como Él, usa las circunstancias aparentemente adversas,
para ejecutar sus planes preestablecidos y llevar a cabo su perfecta obra.

De igual forma, todo fiel hijo, esta llamado a ver en todas las cosas la voluntad soberana de
Dios, siendo ejecutada para su propia gloria. Un Dios soberano, no es sorprendido por
ninguna cosa, sea natural o no. Por el contrario, Él mismo es quien da la palabra y todas las
cosas suceden. De manera especial, en el capítulo uno, vemos la soberanía maravillosa del
Señor a favor de sus hijos. Usa situaciones de  la vida, para revelarles los inalcanzables
propósitos de sus insondables planes. No debemos descansar hasta que comprendamos los
principios de su majestuosa acción en la vida de sus criaturas y creación.

1.2.  INCOMPRENSIBLE EN SU CARÁCTER

La soberanía de Dios es la expresión de su carácter. En este sentido, al desplegarse su
control poderoso, se pone de manifiesto el carácter del Señor. Cada acción, decisión o
realidad, de la que somos objeto, es la  presentación de acciones características y
perfecciones de Dios. Por lo cual, los eventos  en perspectiva bíblica y teocéntrica, nos
llaman a reconocer, adorar y exaltar una bondad específica del carácter Creador.

Por consiguiente, estudiar el cuidado de Él para sus hijos, es adentrarnos en aspectos de su
ser y obrar. Consideremos algunos de los aspectos de la esencia de Dios, manifiestos en el
capítulo uno. En esta lección se exalta la soberanía en los eventos históricos. También, su
providencia. Esta tiene que ver con su provisión para el sustento de la creación y las cosas
creadas. Consideremos las implicaciones y alcances de la providencia divina. 

Dios, el Gran Creador de todo, sostiene (Hb.  1:3) dirige, dispone, y  gobierna a todas las
criaturas, acciones y cosas (Dn. 4:34,35; Sal. 135:6; Hc. 17:25-28; Job 38-41) desde la más
grande hasta la más pequeña (Mt. 10:29-31),  por su sabia y santa providencia (Pv. 15:3;
Sal. 145:17; 104:24), conforme a su presciencia infalible (Hc. 15:18; Sal. 94:8-11) y al libre
e inmutable consejo de su propia voluntad (Ef. 1:11; Sal. 33:10,11), para la alabanza de la
gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia (Ef. 3:10; Rm. 9:17; Sal.
145:7; Is. 63:14; Gén. 45:7) (Westminster, Cap. 5).

En este sentido, podemos argumentar que la descripción característica de Dios presentada
en este libro, indica ampliamente, el cuidado y seguridad que Dios tiene de las cosas
creadas, incluido el hombre y la mujer. Por lo cual, vemos en el capítulo uno, el accionar
del Señor a favor de los suyos. Al proveer un sitio donde  vivir temporalmente, al dar
compañía y consuelo a la viuda y al facilitar el regreso de Noemí y Rut a tierra de Belén.

Pese al despliegue grandioso de Dios para sus hijas, es interesante ver la incomprensión que
tienen de su extraordinario y providencial accionar. Noemí no entiende el sufrimiento, las
pérdidas, los desplazamientos. Por tanto, entra en un estado de profunda depresión y
confusión. Recordemos que en su providencia, Él mismo establece los fines y los medios,
por los cuales se han de realizar sus planes (Hc. 27:31,44; Os. 2:21,22) a pesar de esto, Él
es libre para obrar sin los medios (Os. 1:7; Mt. 4:4; Job 34:10), sobre ellos (Rm. 4:19-21) y
contra ellos, según le plazca (2 Ry. 6:6; Dn. 3:27) (Westminster, Cap. 5).

En consecuencia, solemos hacer muchas preguntas ante las situaciones que soberanamente
han sido planeadas, cuando las sufrimos en carne propia. Lo que se pone de manifiesto es la
incomprensión, insatisfacción y desacuerdo ante sus sabias y justas decisiones. Noemí no es
la excepción. “¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que
puedan ser vuestros maridos? …porque yo  ya soy vieja para tener marido. Y aunque
dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos,
¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar
por amor a ellos?...” (Vs. 11-13). Aunque su razonamiento es veraz dentro de la lógica humana, no lo es así, desde la óptica divina. Podemos afirmar que Noemí, estaba muy
preocupada por resolver su soledad, viudez y falta de hijos por su propia cuenta; para sí
misma y para sus abnegadas nueras.

Se hace interesante, reconocer que los creyentes, ante la incomprensión de la gracia de Dios
en las circunstancias adversas, son tentados a confundirse y  a buscar remediar esas cosas
por sus propios medios ineficaces y pecaminosos. También, a culpar al Señor por su trato
hacía ellos. Al igual que Noemí, nos desahogamos, no reconociendo nuestras faltas, sino
expresando la amargura y aflicción ante Dios. Tendemos a quejarnos, y descargar  nuestra
amarga situación, ante el justo y bondadoso Señor. “No, hijas mías; que mayor amargura
tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí” (Vs. 13).

Al llegar a la tierra natal, Noemí es recibida en Belén con sorpresa y admiración.
“Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado
en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?”
(Vs. 19). Lo interesante, es notar que esa sorpresa es por la  apariencia que reflejaba esta
abatida mujer. Es allí, cuando ella, saca a la luz toda la amargura, dolor y pesadumbre que
le agobian. “Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en
grande amargura me ha puesto el Todopoderoso” (Vs. 20). 

Es nuevamente en casa, cuando puede procesar las pérdidas y ser consolada. Allí da rienda
suelta a su sufrimiento. Puede hablar libremente, aunque sea de los amargos días que esta
pasando. “Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me
llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el  Todopoderoso me ha
afligido?” (Vs. 21). Después de largos días de caminar en silencio, meditando su
sufrimiento, con la compañía silenciosa de su nuera Rut, ahora en Belén, exterioriza el
dolor y la motivación que la traen de regreso. Llora su dolor y sus muertos. Es en Belén,
donde comprende la totalidad de sus pérdidas y completa la elaboración del duelo.

Cuan interesente es que al manifestar su dolor y sufrimiento, Noemí reconoce la soberanía
del Señor en cumplir su voluntad en ella, pese a ser dolorosa. Reconoce que todo ha venido
de Dios. No atribuye ninguna mala decisión  de su parte o de su esposo, aunque fuera
posible. Por el contrario, exclama que el mismo Señor quien la sacó de Belén con las manos
llenas, la regresa con las manos vacías. Este reconocimiento indica el grado de madurez al
que ha sido llevada Noemí. No protesta contra Dios, si no que reconoce amargamente su
soberanía. No se silencia ante sus coterráneos, si no que expresa su incomprensión ante las
decisiones del Señor que le han sido dolorosas, con sabia y pública confesión.

Noemí no entiende como ahora todo ha cambiado. Se expresan muchos contrastes valiosos
para la comprensión de este cuadro de sufrimiento. La familia sale de Belén, casa del pan,
porque hay hambre. Llegan a Moab y se establecen con el infortunio para Noemí, de perder
a su esposo y sus dos hijos. Su nombre que significa placentera, se ha convertido en
amargura. Salió llena de esperanza, regresa vacía y en aflicción (Vílchez, 1998, pp. 84-85).

En realidad ¿Dios aflige a sus hijos? Aunque muchas personas consideran que un Dios
justo y bueno no puede afligir a sus hijos, no  obstante, vemos en este cuadro, la verdad
sobre el asunto. La aflicción es uno de los medios que Él emplea para manifestar su poder,
disciplinar a sus hijos y para glorificarse en medio de nuestras amarguras. Como en el caso
de Job, hay una incomprensión por parte de  Noemí de la realidad del sufrimiento. No
obstante, en el cuadro dramático de Job, se nos revela el origen celestial  y los propósitos
divinos del infortunio. En el caso de Noemí no hay esa información, que daría respuesta a
los lectores de las razones soberanas y celestiales que promovieron el dolor.

Noemí, está considerando la realidad presente con sus ojos de mujer. Sus ojos ven dolor,
pérdida, aflicción, amargura. Parece que ella, cree lo que muchos creen, respecto a la vida,
y es que todo tiempo pasado fue mejor. Al mirar atrás, quisiera regresar el tiempo y
continuar disfrutando de lo que a su juicio era más placentero. Sin embargo, desde la óptica
celestial, no ha acontecido nada que no contribuya para la  gloria de Dios y para la
bendición de Noemí y el pueblo escogido. Al respecto la Confesión de fe dice: “Aunque on respecto a la presciencia y decreto de  Dios, quien es la primera, todas las cosas
sucederán inmutable e infaliblemente (Hc. 2:23); sin embargo, por la misma providencia las
ha ordenado de tal manera, que sucederán  conforme a la naturaleza de las causas
secundarias, sea necesaria, libre o contingentemente (Gén. 8:22; Jer. 31:35; Ex. 21:13; Dt.
19:5; 1 Ry. 22:28,34; Is. 10:6,7) (Westminster, Cap. 5).

Ante el egoísmo de Noemí, y el de todos nosotros ante el sufrimiento, Dios responde. Sin
embargo, por nuestra dureza de corazón, vemos su respuesta después de mucho dolor y
amargura. En este sentido, para los hijos de Dios, todo tiempo por venir será mejor, porque
es la oportunidad para conocer más al Señor y disfrutar de sus hermosas decisiones
providentes, justas y soberanas. Además, lo que podemos aprender de Noemí y de todo hijo
de Dios, que es pasado por el sufrimiento y la aparente soledad, es como mientras nosotros
pensamos en sí mismos, Dios está tejiendo su proyecto redentor para todos los elegidos. En
consecuencia, no debemos preocuparnos y dolernos por lo que nos pasa, si no llenarnos de
gozo y alegría, por las cosas que el Señor está ejecutando para su gloria y la bendición de
muchos, en medio de nuestra incomprensión y confusión.

Lo altamente significativo y admirable es la  forma como el Dios soberano y fiel, usa la
incomprensión y el dolor nuestro para tejer sus maravillosos planes. También, podemos
gozarnos, porque en medio de nuestra dureza  para comprender el accionar divino, Él
permanece fiel a su palabra y a sus planes preestablecidos. Lo que no sabía Noemí, es que
su dolor y sufrimiento amargo, eran parte del precio que debía pagar por ir a tierra
extranjera y anunciar el plan redentor a los moabitas; de los cuales algunos, como es el caso
de Rut sería incluida en los hijos de Dios  y traída al pueblo del  pacto a vivir bajo la
promesa de salvación y vida abundante. 

Nos podemos preguntar ¿era consciente Noemí, que estaba siendo  dirigida por Dios?
¿Comprendía que su dolor era necesario para que Rut fuera traída a reconocer el señorí o del
Dios de Israel en su vida? ¿Si no hubieran muerto su esposo y sus dos hijos, Noemí hubiera
intentado regresar a Belén? ¿Se había establecido tanto Noemí, en Moab, que el Señor le quitó su familia, para que se viera obligada  a regresar? ¿No percibes en todo esto, la
dirección soberana de Dios para esta humilde y valiente mujer?

Podemos concluir esta sección diciendo, que pese a la amargura que nos causen las
decisiones de Dios en nuestra vida, aun así, todos sus hijos estamos siendo guiados por el
Señor. Además, estamos llamados a reconocer su carácter y aprender de su provisión en
medio de la más amarga incomprensión. Esa es una de las conclusiones a las cuales llega
Job al final del sufrimiento. Éste, le ha servido para conocer más del Señor a quien amaba y
para comprender sus inmensos designios y depender de sus maravillosos propósitos.

No es necesario entender los planes de Dios  para deleitarnos en ellos. No es necesario
definir la dirección que Él esta dando a nuestra vida, para depender de Él. No debemos
esperar a tener placer en todas las cosas, para aceptar que somos sustentados por Él.
Muchas veces Dios usa el dolor y sufrimiento nuestro para dar alegría y placer a muchos.
Ese es el caso de José, esclavo en Egipto, también el de Job, los discípulos y centenares de
creyentes en todo el mundo. Al igual que Noemí, la amargura temporal y la aparente
pérdida, son ampliamente recompensadas por el generoso y buen Dios.

En este sentido, podemos reiterar que Dios  siempre tiene cuidado de los suyos, aunque
éstos no lo vean y comprendan. En medio de la aflicción, amargura y vergüenza nuestra, el
Señor está haciendo sonar la melodía de su incomparable propósito redentor. Las notas de
sus bondadosos planes, suenan en medio de nuestros desafinados gritos de incomprensión
ante su dulce sinfonía. Por lo cual, debemos descansar en sus brazos y refugiarnos plácida y
confiadamente en su carácter inmutable. Noemí, es un claro ejemplo de la forma como Dios
nos revela su carácter, en medio de la admiración de los demás y la incomprensión
personal, por la forma como somos tocados y afectados por las situaciones de la vida.  

Recuerda, Dios siempre tiene un campo con cosecha y una mesa servida, luego de pasarnos 
por el desierto triste y doloroso. Por lo cual, debemos estar expectantes por el desarrollo de
los siguientes capítulos en la vida de Noemí  y Rut. El cuidado providencial de Dios, ha vuelto a traer a Noemí a la casa del pan: Belén, para ser alimentada y nutrida con los
suculentos manjares de la casa, bajo el cuidado paternal y providencial de Dios. Podemos
afirmar, en consecuencia, según lo dice la Confesión de fe; que “así como la providencia de
Dios alcanza, en general a todas las criaturas, así también de un modo especial cuida a su
Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella (1 Tm. 4:10; Amos 9:8,9; Rm. 8:28; Is.
43:3-5,14)” (Westminster, Cap. 5).
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