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sábado, 27 de octubre de 2012

Números: Para predicadores itinerantes


. Números: Un censo con propósito
. biblias y miles de comentarios

 
EL LIBRO DE NÚMEROS DESCRIBE LOS ACONTECIMIENTOS INMEDIATAMENTE anteriores a la entrada de los israelitas en la Tierra Prometida. En una situación de tensión similar a la que se vive en los días preliminares a una gran batalla o a una jornada de elecciones, estos acontecimientos dejan ver la intranquilidad e impaciencia de los israelitas, pero también la expectativa frente a lo que Dios haría. 
Los israelitas cometieron errores graves durante este crucial período, y Dios los disciplinó. Pero a través de esta disciplina e instrucción Dios los preparaba no sólo para adorarle sino para confiar en que Él les daría la victoria final.

Las enormes listas de cantidades y nombres en el libro de Números desaniman a muchos lectores. No obstante, estas deben observarse como lo hacían los antiguos israelitas. Estas listas eran la nómina final de reclutamiento antes de la batalla. Ellas invitaban a alabar a Dios por su fidelidad hacia los israelitas. Él los había protegido y multiplicado aun en medio de un desierto estéril.

Números tiene dos grandes secciones. Cada una de ellas comienza con un censo. El primer censo (caps. 1-4) enumera a los hombres de guerra de la primera generación de los salidos de Egipto. Este censo y la marcha triunfal hacia la Tierra Prometida terminó rápidamente en un desastre. La primera generación de israelitas no confió en Dios ni le agradeció su provisión. En lugar de eso, dudaron de Dios, lo acusaron y se rebelaron en contra de sus benignas instrucciones. Esto requería disciplina: la primera generación no heredó la tierra por haber sido infiel.

Pero aun cuando el Señor no les permitiría entrar a la tierra, no les había abandonado. Permitió que este pueblo rebelde pasara el resto de su vida en el desierto. Más aun, continuó misericordiosamente instruyéndoles en sus caminos y en las formas de preparar a sus hijos para entrar en la tierra. La infidelidad de la primera generación no cambió los planes de Dios ni lo hizo desistir de cumplir sus promesas. En algún momento los israelitas obedecerían a Dios y conquistarían la Tierra Prometida.

Después de vagar durante cuarenta años en el desierto, el segundo censo (cap. 26) enumera los hombres de guerra de la segunda generación. Finalmente, estaban preparados para hacer lo que sus padres no pudieron. Pero tras la narración de los capítulos 26 al 30 persiste una duda: «¿Tendrá éxito la segunda generación, o va a repetir los errores de sus padres?» El libro termina con una expectativa positiva. La segunda generación iba a tener éxito; por fin el pueblo de Dios heredaría la promesa de la tierra de Canaán. 
El libro de Números es el cuarto de los primeros cinco libros del AT, es decir, del Pentateuco. La palabra «números» viene del título que los traductores de la Septuaginta (una traducción griega del AT terminada alrededor del año 150 a.C.) le dieron al libro, un nombre en razón de los dos prominentes censos que contiene.

Hasta el siglo diecinueve los eruditos judíos y cristianos concordaban unánimemente en cuanto a que todo el Pentateuco fue escrito por Moisés. Alguien educado por los egipcios tenía, sin duda, los créditos para componer los cinco libros, además de ser un protagonista desde Éxodo hasta Deuteronomio.

Sin embargo, muchos eruditos de los siglos diecinueve y veinte dudaron que el Moisés histórico compusiera los primeros cinco libros del AT En lugar de eso, sugieren que estos libros, incluyendo Génesis, fueron compilados en una fecha posterior. De acuerdo con este análisis, hubo editores anónimos que usaron al menos cuatro documentos para armar el Pentateuco. 
A estos cuatro documentos se les identifica por el uso de los nombres divinos, tales como Elohim y Yahveh, a lo largo del Pentateuco. También se les identifica al observar ciertas variantes en el tratamiento de algunos temas, el uso de ciertas expresiones idiomáticas y la elección de vocablos. Los cuatro documentos son los llamados: documento J, que usa para Dios el nombre Yahveh; el documento E, que usa para Dios el nombre Elohim; el documento P, o sacerdotal; y el documento D, o Deuteronomista. Últimamente hay quienes desafían esta disección, sin que tras el consiguiente debate entre los eruditos surja un real consenso.

Por otra parte, la mayoría de los escritores evangélicos ha insistido en Moisés como el autor y compilador del Pentateuco. Si consideramos el largo viaje de los israelitas por el desierto, sin duda Moisés tuvo el tiempo para compilar los materiales y escribir la mayor parte de estos libros. 
Sin embargo, puede ser que supervisara algunas adiciones a estos libros, y también que existieran editores posteriores que bajo la dirección del Espíritu agregaran otros materiales. La extraordinaria historia de Balaam (caps. 22-24), por ejemplo, pudo haber sido escrita por otra persona, puesto que Moisés ni siquiera participó como observador en estos acontecimientos.

Al mismo tiempo, existen en Números muchas señales claras de que Moisés escribió la mayor parte de la narración. Por ejemplo, Números 33.2 dice específicamente que Moisés escribió el itinerario. También 3.40, sin duda sugiere que Moisés confeccionó el registro de los primogénitos de Israel. 
Más aun, la reiterada expresión «Y habló Jehová a Moisés diciendo», que encontramos al comenzar casi cada sección principal del libro, da cuenta no sólo de su origen divino sino también del significativo papel de Moisés en la comunicación de estas instrucciones divinas a los israelitas.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Lecciones y Tutoriales para Clases de Escuela Dominical: La Creación

biblias y miles de comentarios
 
La historia de la creación del mundo se encuentra en Génesis, el primer libro de la Biblia y el primero del pentateuco. Esta historia es importante porque introduce a Dios como el creador del mundo y como el único Dios. Diferente a otros cuentos o fábulas que tratan de explicar el origen del universo, en Génesis 1:1 vemos que Dios actúa solo. Que Dios es creador y que es uno solo es una de las creencias básicas del cristianismo.
Día 1: En el primer día Dios creó la luz y la separó de las tinieblas. Dios vio que la luz era buena y así concluyo el primer día. Nota que el pasaje no dice que Dios creo la oscuridad y que la considero buena. A la luz llamó día y a la oscuridad noche. (Génesis 1:3-5)
Día 2: En el segundo día de la creación Dios separó los cielos y la tierra. Dios hizo esto creando un espacio para separar las aguas de la tierra con las aguas de los cielos. (Génesis 1:6-8)
Día 3: Dios continúo organizando su creación en el tercer día. Agrupó las aguas y las llamó mares y dio a revelar la tierra seca. Ya para este punto las condiciones eran adecuadas para la vegetación. Dios ordenó que la tierra produjera toda semilla, planta y fruto. (Génesis 1:9-13)
Día 4: En el cuarto día Dios creó el sol, la luna y las estrellas. Recuerda que la luz ya existía desde el primer día. El propósito de estas estrellas, por lo menos en el verso 14, dice que eran para distinguir entre el día y la noche, y para darnos un sentido del tiempo. Dice que por el sol, la luna y las estrellas podemos marcas las estaciones, los días y los años. Desde la antigüedad han habido culturas paganas que adoran al sol y a la luna como dioses. Otros creen que las estrellas pueden revelar el destino de una persona. En este pasaje Dios nos da a entender que él esta sobre estas cosas. No hay divinidad en el sol, ni en la luna, ni en las estrellas. Son parte de la creación de Dios y sirven el propósito que Dios a determinado dentro de la naturaleza. (Génesis 1:14-19)
Día 5: Los primeros animales llegaron en el quinto día de la creación. En esta etapa la creación se estaba poniendo más compleja. Los mares fueron llenos de peces y otros animales marinos. Los cielos fueron llenos de aves. Dios los bendijo y los ordenó a multiplicarse. Esta primera bendición empezó un proceso natural que nada ni nadie ha podido parar. Mientras Dios diga, la vida siempre va a producir vida. Sea de un animal o de un ser humano, la vida es un milagro de Dios. (Génesis 1:20-23)
Día 6: El punto culminante de la creación ocurrió en el sexto día. Primero, Dios ordena que la tierra produjera todo tipo de bestia. Todo animal que corre, brinca y se arrastra vino en existía durante el día seis.
El verso 26 Dios cambia su tono al crear el hombre. En los días previos vemos que Dios ordena una acción. Vemos frases como "Dios dijo hágase…" o "Dijo Dios: Prodúzcase…". Ahora Dios dice "Hagamos al hombre en nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Esto no fue un mandamiento a la creación como lo fue cuando el ordeno que la tierra produjera vegetación, los mares peces y los cielos aves. La creación del hombre fue una obra muy personal. Muchos usan el este verso como evidencia de la presencia de la trinidad.
El verso 27 se puede leer como una celebración de la humanidad. Dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó". Es como un corto poema dentro de la narración.
Al final de las obras anteriores Dios vio que su creación era buena. En esta ocasión Dios expresa un poco más de gozo al reflejar en la creación de este día y dice que lo que había creado "…era bueno en gran manera". (Génesis 1:24-31)
Día 7: Dios descanso el séptimo día y lo declaro un día santo. Tradicionalmente el séptimo día es el sábado. (Génesis 2:1-3)
La creación en Génesis 2: El segundo capítulo de Génesis da un breve resumen de la creación pero mayormente se enfoca en la creación de los primeros seres humanos. Es como si pusieras una lupa sobre los versos de Génesis 1:26-28 para ver los detalles. Es en el segundo capítulo que vemos los nombres de Adán y Eva y su lugar en el huerto del Edén.




LA CREACIÓN

El Creador primero creó el cielo, y por tanto a los mismos ángeles. Estos son los guerreros, siervos y mensajeros del Creador. Sus ayudantes celestiales.

Para formar el mundo visible, el Creador sacó primero de la nada todo la materia de que se componen los cuerpos. Luego organizó el universo, procediendo por partes y por periodos sucesivos de tiempo, que se llamó los seis días de la creación.

Dios, con su omnipotencia, hubiera podido crearlo todo en un instante y con sólo quererlo, pero su prefirió organizar el universo en periodos sucesivos de tiempo. Al fin y al cabo, el Creador es un “hombre” de ciencias y quería observar cómo se desarrollaba su experimento.



LOS SEIS DÍAS DE LA CREACIÓN

El primer día dijo Dios: "Que la luz sea" y la luz fue. Después separó la luz de las tinieblas, dio a la luz el nombre de día y las tinieblas el de noche. Entonces despertó a los ángeles, dándoles forma con la luz que acababa de crear y les asignó misiones para que le ayudaran con su obra. Lucifer fue el primer ángel que despertó y por ello fue el más perfecto de todos. Tras el creo al resto y los puso a trabajar según iban despertando.

El segundo día creó el firmamento, que llamó cielo. Lucifer se encargó de llenarlo de estrellas, pero cuando terminó se quedo sin nada que hacer. Entonces tuvo lugar la rebelión y la Caída, la primera guerra civil en el cielo.

El tercer día, solucionado ya el problema de los rebeldes, reunió las aguas que cubrían la superficie de la tierra y formó con ellas el mar; después hizo aparecer el suelo árido que llamó tierra. A su palabra se cubrió la tierra de plantas y árboles de toda especie.

El cuarto día creó los astros que brillan en el firmamento, entre ellos ese sol, globo inmenso de luz que alumbra el mundo, presidiendo al día, y la luna, para alumbrar y presidir de noche para restarle brillo a las estrellas que Lucifer había encendido antes de su Caída.

El quinto día creó los peces y las aves, que luego bendijo diciendo: "Crecer y multiplicaos; que los peces llenen las aguas del mar, y las aves se multipliquen en la tierra."

El sexto día dijo Dios: "Que la tierra produzca animales vivos de toda especie; " y enseguida aparecieron animales de muchas formas.

El séptimo día decidió descansar y contemplar su obra.

Entonces el Creador vio que tenía un mundo, pero quiso crear entonces a un hijo predilecto para que disfrutase del mundo que había creado, ya que en este mundo aún habitaban los ángeles que expulsó el segundo día del cielo y su superioridad sobre el resto de las criaturas era claramente muy obvia, pese a haber perdido parte de su luz con el descenso. Tras darle muchas vueltas al problema decidió crear un ser lo más parecido a él mismo. Entonces creo al primer hombre, que llamó Adan, quizás porque fue hecho con arcilla, de donde viene su nombre, pues lo moldeó en tierra, inspiró en él la vida, y le entregó un alma racional, e inmortal. Dios quedó entonces asombrado de su misma creación, y le permitió poner nombre a cada una de las criaturas que él mismo había creado sobre la Tierra.

Hasta entonces, Adan era el único ser de la tierra creado a imagen y semejanza de Dios, pero Dios se percató que no era bueno que el hombre estuviese solo, y fue entonces Dios creó a la primera mujer. Fue un intento fallido, así que cambió el método para crear la segunda, esta vez de la costilla del hombre. Y el hombre al verla exclamó lleno de gozo: "¡Esto si es hueso de mis huesos y carne de mi carne¡" Entonces el Creador decidió que a partir de entonces el hombre dejaría a su padre y a su madre, para vivir unido junto a una mujer. Ese fue el comienzo de los tiempos. Y a la segunda mujer la llamó Eva, que significa madre de todos los hombres.


En seguida, al Creador se le ocurrió crear el matrimonio y al entregar a Eva a Adan por compañera, los unió instruyéndoles la sociedad doméstica, fundamento de todas las demás. El Creador, muy satisfecho con su obra, les dio su bendición y dijo: "Creced y multiplicaos, llenad la tierra y dominad en ella."

Pero el Creador pensó que debía poner a sus seres preferidos en algún lugar protegido y más privilegiado que el resto del planeta. Colocó a Adan y Eva en un jardín delicioso, llamado comúnmente Paraíso terrenal o Eden, donde se hallaban reunidas todas las riquezas y todos los encantos de la naturaleza. El Creador les dio entonces el goce de ésta deliciosa mansión. Pero en este jardín crecía un árbol especial, el del conocimiento, también conocido como el árbol de la ciencia del bien y del mal. Pero, confiado como estaba de que sus nuevas creaciones serian tan leales y conformistas como el resto de los seres que poblaban su Obra (a excepción de Lucifer, claro, aunque prefería no pensar mucho en ello), solo les impuso la prohibición avisándoles sin darle demasiada importancia: "Comed de los frutos de todos los árboles del Paraíso; en cuanto los del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, que está en medio del jardín, no los toquéis, porque en este caso moriréis." Supuso que con eso bastaría para disuadirles y entonces les dejó para que recorrieran el Edén a sus anchas.

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