El Código Secreto de la Biblia: Software
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EL PROGRAMA INFORMATICO QUE BUSCA MENSAJES OCULTOS EN LA BIBLIA
En 1993 un grupo de matematicos israelies, liderados por el Dr. Rips, descubrieron en La Biblia un codigo encriptado, la noticia recorrio el mundo, y es un hecho reconocido por todos. Este codigo esta oculto y se codifica con secuencias o saltos de letras o palabras: El trabajo fue volcado a un programa de computación ideado para tal fin. El sistema es un programa de computación en donde esta cargada la version original en hebreo, su lengua original, de la Biblia (LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO).
La llaman LA TORA. Busca los datos ingresados y decodifica mensajes ocultos, es decir, nombres, fechas y lugares. Los mas grandes magnicidios de la historia, con asesinos, fechas exactas y lugares aparecen alli, donde estuvieron esperando ser descubiertos desde hace tres mil años.
Anuncio el comienzo de la guerra del golfo, con fecha exacta y la cantidad de misiles scud que caerian del cielo, El asesinato de Kennedy en Dallas el 22 de noviembre, con el nombre del asesino y que luego Oswald seria muerto por otro hombre.
Las torres gemelas ¡!!, EL RECIENTE HURACAN KATRINA ¡!!! todo esta alli. Ese programa de computación ha sido testeado por las grandes agencias de seguridad e inteligencia de todo el planeta y no han encontrado falla. No ha habido nadie que refute el código. Nadie que demuestre aún la razón de tantas coincidencias.
Ningún estudioso del lenguaje hebreo, de las matemáticas ni de la teología que explique de dónde salen palabras entre las palabras. Nadie que diga por qué Bush, Arafat y Sharon aparecen juntos en una misma frase.
Ambos escépticos, luego de comprobar que las palabras que aparecen cruzadas en el texto bíblico no se repiten en otros textos, bajaron la cerviz ante la evidencia.
Rips halló el nombre exacto de 66 sabios hebreos codificados, con sus fechas de nacimiento y muerte unidas, y publicó sus resultados en 1994 en la revista Statistical Science. Ahí empezaron los descubrimientos.
El hecho de que la Biblia se suponga está dictada letra a letra por el mismísimo Dios, el cual advirtió muy seriamente a los antiguos israelitas el peligro que entrañaba modificar una sola palabra del texto, ya que se perdería todo su significado, ha hecho pensar desde siempre a todo tipo de alquimistas, cabalistas y estudiosos que ésta escondía un código secreto oculto a los ojos de los hombres, un código encriptado que era capaz de revelar el futuro.
Recordemos que la Biblia termina con las siguientes palabras: "Yo aseguro a todo el que escucha las palabras de la profecía de éste libro que si alguno hace añadiduras a ésto, Dios le añadirá a él las plagas descritas en éste libro. Y si alguno quita algo de las palabras de éste libro profético, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritas en éste libro" (Apocalipsis 22,18-19).
Incluso Isaac Newton estaba convencido de la existencia de éste código secreto. Aprendió hebreo y dedicó media vida a buscar el código sin éxito. El interés de Newton se produjo a raíz de leer éste texto: "(...) y en cuanto a ti, oh Daniel, haz secretas las palabras y sella el libro, hasta el tiempo del fin. Muchos discurrirán, y el verdadero conocimiento se hará abundante" (Daniel 12,4).
El código fue descubierto en la versión hebrea del Antiguo Testamento (Torah), eliminando los espacios entre palabras, y convirtiendo el texto en una única hebra de 304.805 letras.
La computadora explora esta larga tira en busca de las palabras y frases que se le ingresan al programa. Comienza con la primera letra, primero de corrido, luego saltando de a una letra, luego de a dos, y así sucesivamente hasta terminar. Seguidamente, rehace el mismo proceso comenzando desde la segunda letra, y luego desde las demás hasta terminar.
Esto se denomina ELS (Equidistant Letter Sequences) que significa "secuencias de letras equidistantes", que luego se reordena para presentarlo como matriz o crucigrama, al igual que aparece en el dibujo del encabezado de la página.
Conviene hacer una importante aclaración: el código descubierto ha sido confirmado por matemáticos no creyentes y especialistas en codificación del pentágono, además de haber sido probado en otros textos, comprobándose que sólo en la Biblia se da éste fenómeno.
El código narra hechos que sucedieron mucho después de que fuera escrita la Biblia. Se indican nombres completos, fechas, lugares y otras características sobresalientes de cada uno de los sucesos.
Los servicios secretos israelies (Mossad) tenían conocimiento de éste magnífico descubrimiento, e incluso avisaron a Isaac Rabín del destino que le esperaba, según las escrituras. Éste hizo caso omiso de las advertencias de su servicio de inteligencia, advertencias que desafortunadamente se hicieron realidad.
Conviene hacer una importante aclaración: el código descubierto ha sido confirmado por matemáticos no creyentes y especialistas en codificación del pentágono, además de haber sido probado en otros textos, comprobándose que sólo en la Biblia se da éste fenómeno.
La palabra "pospuesto" se encuentra en numerosas ocasiones en el texto oculto, la mayoría de ellas en temas relacionados con el fin del mundo; éste se habría pospuesto varias veces en los últimos años: finales de los ochenta, 1.998 y otra vez en los próximos años.
Pero el código también la fecha del definitivo "fin del mundo", ni más ni menos que en el año 2.012 (!!!). El año 2.012 es el año que los mayas predijeron que se acabaría el mundo, por lo que no hicieron ningún calendario posterior a ese año. Cuando menos es curiosa esa macabra coincidencia.
Ésta información la sacó a la luz el periodista Michael Drosnin, en su libro "El Código Secreto de la Biblia", en el que puedes encontrar mucha más información.
Se cree que el codigo es ¡el libro sellado! del que habla el Apocalipsis, que seria abierto al final de los dias. La clave ¡es la computadora! solo una computadora puede depurar los millones de secuencias codificadas, solo HOY pudo ser abierto ¡El libro sellado!, ¿sera este el fin de los dias? ¡todo lo que ha sido, es y sera, esta en la Torah!
Este programa, originalmente en hebreo, hoy a podido ser trasladado a caracteres latinos. Los resultados se muestran en hebreo (como el ejemplo) pero se traducen a español.
EL PROGRAMA INFORMATICO QUE BUSCA MENAJES OCULTOS EN LA BIBLIA
Hoy puedes tener ese software para comprobar tu mismo su veracidad, el programa ideado por matematicos israelies para descifrar La Biblia en tus manos !!!
ADVERTENCIA !!:
El programa debe ser utilizado con sumo cuidado, ya que la interpretación del mismo puede generar susceptibilidad.
El código secreto de la Biblia es un libro publicado en 1997, escrito por Michael Drosnin que sostiene la hipótesis de la existencia de uncódigo bíblico en la Torá judío (el Pentateuco de la Biblia cristiana). Este descubrimiento se le atribuye al matemático israelí Eliyahu Ripsquien, según el libro, verificó la existencia de este código tras cumplirse una predicción con fecha exacta.
Drosnin, que se declara ateo, habla en el libro de cómo se descubrió el código, en que consiste, la información oculta en la Torá acerca de la historia de la humanidad posterior a la escritura de esta y que ayudaría a verificar que efectivamente existe información codificada y aventura alguna predicción catastrófica sobre el futuro. Además el libro incluye varias entrevistas del autor con personas importantes de diversos gobiernos, en su búsqueda por evitar que esas predicciones catastróficas tengan lugar.
El libro permaneció durante mucho tiempo en las listas de los más vendidos y tuvo una secuela titulada: "El nuevo código secreto de la Biblia" que se publicó en 2002. La secuela no aportaba nada nuevo, simplemente contenía reflexiones sobre los posibles aciertos y fallos de las pretendidas predicciones que habían realizado desde la publicación del primer libro hasta la aparición del segundo y relataba más entrevistas con dignatarios de los países implicados en las predicciones.
Tras la publicación del libro, aparecieron a disposición del público varios programas de ordenador, entre ellos el original que había usado Rips para descifrar el código y otros que lo imitaban con mejor o peor fortuna. Actualmente existe una gran cantidad de personas que utilizan estos programas para escudriñar en la Torá acerca de los eventos del presente y el futuro.
El código de la Biblia, también conocido como el código de la Torá, consiste en un supuesto código oculto en la Torá judía (el Pentateuco de la Biblia cristiana) que relata acontecimientos del pasado, presente y futuro. Estos códigos son legibles gracias a unas reglas de codificación que únicamente pueden aplicarse al texto en hebreo antiguo utilizando programas informáticos. El libro El código secreto de la Biblia de Michael Drosnin, publicado en 1997, popularizó ésta teoría.
Algunos de los más expertos decodificadores han hecho sus propias pruebas y han encontrado la veracidad de mensajes ocultos dentro de los textos en la Biblia frente a que otros han negado dicha posibilidad, entre los que se incluye uno de los mayores estudiosos del código:Robert J. Aumann (Premio Nobel de Economía en 2005).
El principal método por el cual se extraen los mensajes significativos es la secuencia de letras equidistantes (ELS). Para obtener una ELS de un texto, se escoge un punto de partida (cualquier letra) y una distancia (un número, preferentemente negativo). Entonces, comenzando en el punto de partida, se seleccionan letras del texto equidistantes, separadas por el número que se haya elegido para la distancia. Por ejemplo, en la oración: entre cojos osados, las letras en negrita leídas de izquierda a derecha, separadas por una distancia de 4 letras, forman la palabra ECOS. Los espacios y los signos de puntuación se deben ignorar.
A menudo varias secuencias relacionadas con el mismo tema pueden aparecer simultáneamente en una serie de letras. Esto se debe a que se coloca el texto en una matriz regular, con el mismo número de letras en cada línea, extrayendo después un rectángulo. En el ejemplo, se muestra parte del Génesis (26, 5–10) con 33 letras por línea. Se muestran secuencias para BIBLIA Y CÓDIGO. Normalmente sólo haría falta mostrar un rectángulo más pequeño, como el que aparece dibujado en la figura. En ese caso habría letras que faltarían, pero es esencial que el número de letras que falten sea el mismo para cada par de líneas adyacentes. Si no, no se cumpliría la secuencia.
Si se ordenan las letras de Génesis 26:5-10 en una matriz de 33 columnas, se encuentran cruzadas las palabras "Biblia" y "código". Hay miles de combinaciones posibles.
Aunque se haya mostrado un ejemplo en inglés, para hacer una búsqueda de forma correcta habría que usar el texto bíblico en hebreo. Por motivos religiosos, la mayor parte de los defensores judíos del código usan sólo la Torá (los cinco primeros libros de La Biblia). Además, ya que las traducciones a cualquier otro idioma (de las cuales hay cientos de versiones para escoger) no son el texto original de la Biblia, esto requeriría que se creyera en el creacionismo de los idiomas (por la influencia de una entidad omnisciente, o gracias a una cuidadosa construcción) de modo que secuencias tan complejas como las encontradas en la Torá hebrea estuvieran presentes también en cada traducción. Otra alternativa consistiría en admitir que las secuencias halladas por los estudiosos del código no sean tan complejas o tan difíciles de encontrar como se dice.
Crítica
La principal objeción contra el código de Biblia publicado por Michael Drosnin consiste en que un modelo similar puede ser encontrado en otros libros aparte de la Biblia. Aunque la probabilidad de hallar una secuencia en un lugar aleatorio que responda a una palabra con significado sea baja, hay tantos puntos de partida y distancias posibles que es de esperar que tales palabras aparezcan aunque las palabras equidistantes a tan solo dos o pocas letras de distancias son casi imposibles de encontrar y que se relacionen entre si. En respuesta a un desafío explícito de Drosnin, que afirmó que sólo la Biblia podría contener secuencias, el matemático australiano Brendan McKay encontró algunas secuencias similares en Moby Dick que contenían frases relacionadas con acontecimientos modernos y que sólo él ha probado (no se sabe la veracidad de sus hallazgos por que no se sabe que algoritmos uso en su programa de decodificacion). Otros estudiosos, como el físico estadounidense Dave Thomas, encontraron más ejemplos en otros textos "la mayoria Biblias traducidas". Además, Drosnin había usado con ventaja la flexibilidad de la lengua hebrea, mezclando libremente hebreo clásico (sin vocales, donde las letras Y y W son estrictamente consonantes) con hebreo moderno (donde Y y W suelen indicar las vocales I y U), así como las variaciones en el uso de K y T, encontrando el significado deseado.
Los defensores del código responden que las secuencias que aparecen en la Biblia son de algún modo mejores que aquellas que han aparecido en otros libros. También investigan nuevos tipos de códigos para poder enfrentarse a la crítica. Sin embargo, en ausencia de una medida objetiva de calidad y de un modo objetivo de seleccionar cada prueba, no es posible determinar si cualquier observación concreta es significativa o no. Por eso, la mayor parte de los esfuerzos de los escépticos se centraron en intentar refutar las reclamaciones "científicas" de Witztum, Rips y Gans.
Como forma de crítica al estudio estadístico, en 1997, a Doron Witztum, Eliyahu Rips, Yoav Rosenberg de Israel, y Michael Drosnin deEstados Unidos, se les otorgo el Premio Ig Nobel de Literatura, por el descubrimiento estadístico de que la Biblia contiene un código secreto.
En 1999, McKay, junto con los matemáticos Dror Bar-Natan y Gil Kalai, y la psicóloga Maya Bar-Hillel, publicó un documento en Statistical Science donde proporciona una refutación adecuada de las investigaciones de Witztum y Rips. Sus puntos principales eran:
- Los datos usados por Witztum y Rips consistían en una lista de nombres de rabinos hebreos. La lengua hebrea es flexible en cuanto a que los nombres propios pueden variar, y cada rabino tiene varias denominaciones diferentes (alias y apodos), con lo que se debería ser muy cuidadoso en cuanto a como escoger cada nombre. Luego el resultado podría ser explicado reclamando que los datos no fueron escogidos correctamente. Extraído del documento: "... los datos estaban muy lejos de estar claros, debido al modo de realizar el experimento. Más bien el repertorio de opciones disponibles era enorme, sobre todo en la elección de los nombres de los rabinos aunque esto no explica como aparecen juntos tantos datos relacionados a los nombres de cada uno de ellos".
- Hay pruebas indirectas que los datos, de hecho, no fueron recogidos correctamente; es decir, la elección de los nombres y su forma de escribirlos fue orientada de algún modo para que encajara con la hipótesis del código.
- Los intentos de reproducir el experimento no alcanzaron el mismo resultado. Extraído del documento: "Un problema técnico que nos dificultó la investigación es que Witztum y Rips no nos han prestado sus programas de ordenador originales. Ni los dos programas distribuidos por ellos, ni nuestras propias implementaciones del algoritmo tal y como aparece descrito en los documentos de Rips y Witztum producen exactamente las distancias que se dicen".
Posteriormente ha habido un debate continuo.
El experimento de Gans también ha recibido fuertes críticas. Diseñado por el matemático Barry Simon, varios intentos de reproducirlo dieron resultados negativos. Finalmente, un comité de la Universidad hebrea, formado por defensores y escépticos, se dividió en dos grupos que se ayudaron de expertos independientes para recopilar los datos. Nadie encontró las evidencias del fenómeno que el experimento original de Gans supuestamente sí había encontrado.
Profecías no cumplidas
Cabe decir que tanto en su primer libro, como en la segunda parte, Drosnin se ha aventurado a hacer varias profecías, y al día de hoy algunas no se han cumplido .
Como ejemplo de ello, habría que agregar que en este mencionado código oculto, se pronosticó un holocausto nuclear o una catástrofe mundial en el año 2006, lo cual no ocurrió aunque si hubo una gran preocupación mundial por el caso de ataque atómico por parte de Corea del Norte.1 Al respecto se puede analizar esto con un pasaje de la Biblia misma que dice que si una profecía es dicha por alguien, y ésta no se cumple al 100%, la tal es falsa o no es confiable de creer.
Esta maravillosa obra, que ha alcanzado los primeros lugares de venta a nivel internacional, es una rotunda sacudida a nuestra propia incredulidad.
Ahora la misma Ciencia lo confirma: El valioso contenido que se atesora en "El Libro por Excelencia": La Biblia, resplandece una vez mas, aún ante la mirada atónita del autor de la obra (Michael Drosnin), quien en reiteradas ocasiones se declara como no creyente en un Ser Supremo, sin embargo, es cautivado plenamente, ante el descubrimiento del Código que ha reposado durante miles de años, en la versión original de la Torá, que fué escrita en idioma Hebreo.
Este maravilloso código sistematizado, fué descubierto por el doctor Eliyahu Rips, destacado matemático israelí y comprobado por célebres científicos de Harvard, Yale y la Universidad Hebrea.
El autor de la obra, Michael Drosnin, comparte con el lector, de una manera clara y amena, su fascinante experiencia, al ver como ante sus propios ojos, se descubren con datos específicos, como nombres, fechas, lugares, etc, sucesos de tal magnitud, como la llegada del hombre a la luna, el Holocausto, la guerra del Golfo, el asteroide que exterminó a los dinosaurios, entre otros.
El autor Michael Drosnin, da a conocer en el Código Secreto de la Biblia, el perfecto encuentro entre Ciencia y Religión. Los expertos aseguran que en dicho código, está detalladamente registrada la existencia de cada especie y de cada ser humano.
La Biblia, a pesar de las muchas persecuciones que ha tenido y de los muchos intentos que han habido por borrarla de la faz de la tierra, es hoy en día el libro mas leído del mundo.
Robert Aumann, economista y matemático que junto a Thomas Schelling fue nominado como Premio Nobel de Economía, y es un defensor de los estudios que afirman que la Biblia contiene un código secreto en el que se refleja el futuro de la humanidad.
De acuerdo con lo señalado por Michael Drosnin en su libro "El nuevo código secreto de la Biblia", Aumann analizó las investigaciones que otro matemático, Eliyahu Rips, realizara sobre las relaciones de los caracteres utilizados para la redacción del Viejo Testamento.
"El código de la Biblia -dijo tajante Aumann- es un hecho.
El planteamiento científico es impecable y los resultados de Rips son altamente significativos, de un modo inusual en el mundo de la ciencia.
He leído sus trabajos con atención; los resultados son claros y están perfectamente desarrollados", transcribió Drosnin luego de entrevistarse con el flamante Nobel de Economía.
Drosnin precisó que el 19 de marzo de 1996, Aumann comunicó a la Academia de Ciencias de Israel que "El código de la Biblia es un hecho demostrado".
A pesar de haber trascendido en el ámbito académico por su aporte al desarrollo de la teoría de los juegos -como otro Nobel, John Nash- los textos de Aumann también son material de consulta en sitios de Internet poco frecuentes para personalidades de su formación.
Así, su opinión sobre el código secreto de la Biblia figura en sitios de religión, esoterismo y hasta de una red ufológica (que estudia la supuesta existencia de OVNIs).
De las opiniones de Aumann sobre el código secreto, se pueden destacar las siguientes: "Por lo que a mí respecta, el código de la Biblia no ofrece dudas. He revisado los libros y no hay cuenta que no cuadre. Son de una limpidez inmaculada".
"Es más de cuanto se puede pedir en términos estadísticos. El rendimiento más exigente no suele pasar de una probabilidad en un millar. Los resultados de Rips son significativos como mínimo a un nivel de una en cien mil. No es nada frecuente ver resultados así en la experimentación científica".
"Es algo que se contradecía con mi formación matemática e incluso con los planteamientos religiosos a los que me había amoldado. Se aleja tanto del conocimiento científico... No ha habido nada igual en siglos y siglos de ciencia moderna".
INTRODUCCIÓN
El reportaje es el primer borrador de la historia. Este libro ofrece un informe completo de un código oculto en la Biblia que revela hechos ocurridos miles de años después de que la propia Biblia fuera escrita.
Quizá se trate, por tanto, del primer borrador del futuro.
Nuestro conocimiento del código bíblico es incipiente. Es como acceder a un gigantesco puzzle de infinitas piezas con sólo unos pocos cientos o miles de ellas en la mano. Tampoco tenemos un modelo: hemos de imaginarlo.
Lo único que puedo afirmar con absoluta certeza es que hay un código en la Biblia y que en un puñado de dramáticos casos ha servido para anunciar hechos que ocurrieron tal y como se había predicho.
No hay manera de saber si el código será igualmente certero en cuanto al futuro más lejano.
Me he propuesto aplicar aquí los mismos criterios de investigación periodística que he aplicado en otros casos. He empleado cinco años en verificar la información.
No he dado nada por hecho sin contrastarlo antes.
He confirmado cada hallazgo del código bíblico en mi ordenador personal mediante dos programas distintos: el empleado por el matemático israelí que descubrió el código y un segundo programa diseñado de manera independiente del primero.
Asimismo, he entrevistado a los científicos que investigaron el código tanto en Estados Unidos como en Israel.
Fui testigo de muchos de los hechos descritos en el libro. Cuando no fue así, el relato de los mismos se ha basado en testimonios directos o en noticias confirmadas por prensa escrita.
Al final del libro hay un apartado de minuciosas notas rerentes a cada capítulo, otro de notas relativas a las ilustraciones y una copia del experimento original que dio veracidad al código de la Biblia.
Me he trazado el objetivo de referir cuanto está codificado en la Biblia con la misma objetividad con que habría cubierto un suceso de actualidad en mis tiempos en el Washington Post o la información sobre un consejo de dirección cuando trabajaba en el Wall Street Journal.
No soy rabino ni sacerdote, ni un estudioso de la Biblia. No tengo convicciones preconcebidas pero sí un único rasero: la verdad.
Este libro no es la última palabra. Es sólo el primer aviso.
El código fue descubierto por el doctor Eliyahu Rips, uno de los expertos mundiales en teoría de grupos, el modelo matemático en el que se basa la física cuántica.
Lo han corroborado renombrados matemáticos de Harvard, Yale y la Universidad Hebrea. Lo ha verificado un experto en descodificación del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Ha superado tres niveles de revisión por parte de una destacada publicación científica.
El asesinato de Rabin no es el único acontecimiento moderno de que da cuenta el código. Además de los atentados contra Sadat o los hermanos Kennedy, en la Biblia están codificados centenares de hechos cruciales para el mundo, desde la segunda guerra mundial hasta el escándalo del Watergate, el Holocausto, la bomba de Hiroshima, la llegada del hombre a la Luna o el reciente impacto de un cometa en Júpiter.
El día exacto en que el cometa chocaría con Júpiter fue descodificado antes de que ocurriera, y otro tanto sucedió con las fechas de la guerra del Golfo.
Nada de esto parece ajustarse a las reglas de nuestro pragmático mundo y, puesto que no soy creyente, yo sería de los primeros en tacharlo de fiebre milenarista. Pero he estado metido en ello durante cinco años. He pasado muchas semanas junto al doctor Rips, su descubridor. He aprendido hebreo y comprobado el código día tras día en mi ordenador personal.
El código de la Biblia fue descubierto en el texto hebreo original del Antiguo Testamento, es decir, en la primera versión escrita del libro sagrado. Este libro ha sido traducido a casi todos los idiomas y es hoy la base de la religión occidental. El código de la Biblia es ecuménico: su información va dirigida a todos. Sin embargo, sólo existe en hebreo, ya que éste es el idioma original de la Biblia.
INDICE
· CAPITULO UNO: EL CODIGO
· CAPITULO DOS: EL HOLOCAUSTO ATÓMICO
· CAPITULO TRES: TODO SU PUEBLO EN GUERRA
· CAPITULO CUATRO: EL LIBRO SELLADO
· CAPITULO CINCO: EL PASADO RECIENTE
· CAPITULO SEIS: ARMAGEDON
· CAPITULO SIETE: APOCALIPSIS
· CAPITULO OCHO: LOS DIAS FINALES
Fragmentos:
Isaac Newton, el primer científico moderno, el hombre que formuló los principios mecánicos de nuestro sistema solar y descubrió la fuerza de gravedad, estaba seguro de que la Biblia ocultaba un código capaz de revelar el futuro. Aprendió hebreo y dedicó la mitad de su vida a buscarlo.
De acuerdo con su biógrafo John Maynard Keynes, se diría que Newton estaba obsesionado con el código. Cuando Keynes asumió el cargo de rector de Cambridge, descubrió las notas que Newton había dejado allí al abandonar la rectoría. Keynes no cabía en sí de asombro. La mayor parte del millón de palabras manuscritas por el propio Newton no versaban sobre matemáticas o astronomía, sino sobre teología esotérica. Dejaban bien a las claras la certeza del gran físico de que la Biblia ocultaba una profecía de la historia de la humanidad.
Newton, afirmaba Keynes, estaba convencido de que la Biblia y el universo entero eran un "criptograma pergeñado por el Todopoderoso", y estaba deseoso de "leer el acertijo de la mente divina, el acertijo de los acontecimientos pasados y futuros que la divinidad había preestablecido".
Newton murió sin encontrar el código. Por variados que fueran los modelos matemáticos que aplicaba, no logró encaminar sus largos años de búsqueda...
El descodificador del Pentágono había corroborado, de manera independiente y con su propio programa, los resultados de los investigadores israelíes.
Hombres que habían vivido cientos y miles de años después de que la Biblia fuera escrita aparecían codificados con todo detalle. Rips había encontrado las fechas. Gans, las ciudades.
Sin duda, el código de la Biblia era real
Kass envió el siguiente mensaje por correo electrónico a los israelíes: "El artículo ha pasado la tercera revisión. Vamos a publicarlo."
A pesar del natural escepticismo de los matemáticos laicos, ninguno pudo encontrar error alguno en el procedimiento. Ninguno pudo esgrimir la más mínima objeción respecto del experimento. Tampoco pudo dar ninguno una explicación razonable de la sobrecogedora existencia en la Biblia de un código capaz de vaticinar hechos posteriores a su escritura.
La Biblia tiene la forma de un gigantesco crucigrama. Está codificada de principio a fin con palabras que, al conectar entre sí, revelan una historia oculta.
"Actualmente, un gran sector de la humanidad considera la Biblia como algo folklórico, de contenido mitico, mientras que sólo la ciencia ofrece una lectura aceptable de la realidad. Otros aseguran que la Biblia, en tanto palabra divina, ha de ser cierta, y por consiguiente la que se equivoca es la ciencia. A mi entender, cuando completemos nuestra comprensión de ambas, ciencia y religión se fundirán en una y por fin tendremos una teoría unificada completa."
En los casi tres años que lleva publicado, nadie ha enviado una refutación en regla a la revista matemática donde el artículo de Rips-Witztum apareció.
Dijo Einstein en cierta ocasión: "Por persistente que sea, la distinción entre pasado, presente y futuro es pura ilusión." El tiempo, advertía Einstein, no es en modo alguno lo que parece. No fluye en una única dirección. El futuro y el pasado coexisten.
Newton, el otro gran fisico que definió nuestro universo, no sólo afirmó que el futuro ya existe sino que creía en la posibilidad de predecirlo; de hecho, dedicó parte de su vida a buscar en la Biblia un código oculto capaz de anticipar el futuro.
Algunos científicos actuales, entre ellos el que quizá goza hoy de mayor renombre, Stephen Hawking, creen que llegará un momento en que podremos viajar en el tiempo. "No es improbable -aventura Hawking-que en un futuro tengamos la capacidad de viajar en el tiempo."
Tal vez, el poeta T. S. Eliot no estaba tan desacertado cuando escribió: "El tiempo presente y el pasado / Quizá están presentes en el tiempo futuro / Y el futuro encerrado en el tiempo pasado."
No sabemos todavía si todo el pasado y todo el futuro de cada uno de nosotros están contenidos en algún nivel superior y por ahora inaccesible del código secreto de la Biblia. Ello la convertiría, en efecto, en el Libro de la Vida. Lo que sí parece evidente es que el nivel de codificación al que hemos logrado acceder contiene todos los acontecimientos relevantes de la historia mundial.
Todos los líderes de la segunda guerra mundial -Roosevelt, Churchill, Stalin, Hitler- están allí. "América", "revolución" y 1776 ("5536") aparecen en el mismo sector. "Napoleón" está codificado junto a "Francia", pero también junto a "Waterloo" y "Elba". La revolución que cambió la faz del siglo XX, la "revolución" comunista en "Rusia", está codificada al lado del año en que triunfó, 1917 ("5678").
Grandes artistas y escritores, inventores y científicos, tanto antiguos como actuales, aparecen por doquier en el texto oculto. "Homero" está descrito como "poeta griego". "Shakespeare" forma parte de una misma secuencia codificada que no sólo revela su nombre sino también sus logros: "Shakespeare" -"llevó a escena" -"Hamlet"-"Macbeth".
"Beethoven" y "Johann Bach" aparecen como "compositores alemanes", y "Mozart" es un "compositor" de "música". "Rembrandt" está codificado junto a "holandés" y "pintor". "Picasso" figura como "el artista".
También los grandes avances tecnológicos están registrados en el código. Los "hermanos Wright" están conectados con la palabra "aeroplano". "Edison" figura junto a "electricidad" y "bombilla", "Marconi" junto a "radio". Los dos científicos cuyas definiciones del universo continúan rigiendo el mundo moderno, Newton y Einstein, se encuentran en el código junto a sus principales descubrimientos.
Al lado de "Newton", el hombre que describió el funcionamiento de nuestro sistema solar y la fuerza gravitatoria que mantiene en su sitio a los planetas, aparece la palabra "gravedad". Hasta los intentos del propio Newton por encontrar en la Biblia un código capaz de revelar el futuro están consignados en el texto oculto: cerca del nombre del astrónomo puede leerse "código de la Biblia".
A Einstein se lo menciona una vez. En la proximidad se lee "vaticinaron una persona sesuda". La palabra "ciencia", intercalada con la frase "un nuevo y excelente conocimiento", cruza el nombre. Y justo encima de "Einstein" el código predice: "revolucionó la realidad".
También su teoría de la relatividad está codificada. De hecho, la explicación global del universo que Einstein buscaba y no encontró, la teoría unificada completa, podría encontrarse codificada en la Biblia desde hace tres mil años. Junto al nombre del científico, la única vez que éste aparece, y asimismo al mencionar la teoría de la relatividad, el código da la siguiente pista: "añadir una quinta parte". Lo cual parece indicar que no encontraremos la respuesta que buscaba Einstein en nuestro espacio de tres dimensiones ni al añadir la cuarta dimensión temporal, sino en una quinta dimensión cuya existencia ningún fisico cuántico pone hoy en entredicho.
"En los textos religiosos más antiguos -observó Rips-también se menciona una quinta dimensión. La llaman "profundidad del bien y del mal"."
¿Cielo e infierno? Estas cuestiones en otro tiempo preocupaban al hombre, pero pocos científicos actuales, y aún menos periodistas, suelen tomarlas en serio. Sin embargo, el código secreto de la Biblia vuelve a situarnos ante las grandes preguntas de antaño.
¿Prueba el código que hay un Dios? Para Eli Rips, la respuesta es sí.
"El código de la Biblia ofrece pruebas científicas inapelables", declara el matemático.
Pero Rips creía en Dios antes de encontrar tales pruebas.
Muchos otros coincidirán con él en que por fin tenemos pruebas seculares de su existencia. Por mi parte, sólo sé que ningún humano pudo haber codificado la Biblia de esta manera. Contamos, pues, con la primera prueba científica de que existe, o al menos existió en la época en que fue escrita la Biblia, una inteligencia que trasciende la nuestra. Ignoro si se trata de Dios. Pero estoy seguro de que codificar información en la Biblia respecto de hechos que ocurrirían tres mil años después no está al alcance de ningún ser humano.
Una inteligencia capaz de ver el futuro había codificado la Biblia. Sabía cuándo sobrevendría el peligro. Diseñó, por tanto, un código que sólo la tecnología de la época crucial podría desvelar. ¿Era, pues, éste el "libro sellado"? De hecho, el código tenía una especie de seguro temporal que garantizaba su secreto hasta tanto no se inventaran los ordenadores. ¿Habíamos logrado abrir el "libro sellado"? ¿Estábamos realmente a las puertas del tan temido "fin de los días"?
El libro del Apocalipsis anuncia que la batalla final caerá sobre nosotros por sorpresa, como un ladrón en medio de la noche. En efecto, las palabras inmediatamente anteriores al Armagedón son: "Mira que vengo como ladrón." La Biblia nos advierte de una desgracia súbita e inevitable. Sin embargo, el mensaje del código es precisamente el opuesto; nos advierte para que podamos evitar el desastre apocalíptico.
Alguien escondió en la Biblia una advertencia, la información necesaria para que impidamos la destrucción del mundo.
"Para ver el porvenir hay que mirar hacia atrás", señala el libro de Isaías.
Verifiqué cada uno de los próximos 120 años. Sólo dos de ellos, 2000 y 2006, aparecían claramente codificados junto a "guerra mundial". Ambos estaban asimismo codificados con "holocausto atómico". Eran los dos únicos años de los próximos 120 que coincidían con ambas expresiones.
No hay manera de saber si la guerra que predice el código ha de estallar en el 2000 o en el 2006. El primero aparece en dos ocasiones, pero 2006 presenta mayores probabilidades matemáticas. Tampoco hay manera de saber si el peligro es real. Pero si el código está en lo cierto, podría desatarse una guerra mundial hacia finales del milenio, probabilidad no del todo descartable dentro de los próximos diez años.
"Holocausto atómico" y "guerra mundial" están codificados juntos.
Según el código, en la próxima guerra se emplearán armas de destrucción masiva que jamás se habían empleado en batalla alguna. Hiroshima significó el fin de la segunda guerra, pero hoy en día existen, entre ojivas atómicas y misiles balísticos múltiples, al menos cincuenta mil armas nucleares. Cada una de ellas puede destruir una ciudad entera. Podrían barrer el mundo en pocas horas.
La tercera guerra mundial sería, literalmente, el Armagedón
El aviso de cuándo, dónde y cómo arrostraría nuestro mundo el verdadero Armagedón, una guerra mundial nuclear, ha permanecido oculto en el más sagrado de los versículos de la Biblia durante tres mil años...
Por MICHAEL DROSNIN