sábado, 4 de junio de 2011

¿Es la Homosexualidad una Opción Cristiana?: Un Libro de alcance íntimo y Confrontador


 
¿Es la Homosexualidad una Opción Cristiana?:  Un Libro de alcance íntimo y Confrontador
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 480Kb  | Idioma: Spanish | Categoría:  Consejería Pastoral
Información 
 La homosexualidad despierta distintas reacciones entre los cristianos. Desde la homofobia que ridiculiza, margina y rechaza, por un lado, a la libre aceptación de la homosexualidad como alternativa de vida válida, por el otro.
Una guerra feroz se ha instalado en el debate ético teológico. Bajo los uniformes de la obediencia y del amor,
los ejércitos se enfrentan con una sola víctima que yace en el campo de batalla: ese ser humano homosexual, herido por el desprecio de los otros o lastimado por su propia culpabilidad.
Felizmente, John Stott alcanza el equilibrio entre esas posturas extremas. Sin dejar de analizar los cuatro pasajes bíblicos que expresan prohibiciones en relación con la homosexualidad, Stott avanza hacia un desarrollo bíblico positivo de la sexualidad humana y del matrimonio. Así, enfoca el tema en cuestión desde la óptica de la voluntad original de Dios y la redención en Jesucristo.
No hay posibilidad de sacrificar la obediencia. “No puede haber ‘liberación’ de las normas creadas por Dios;
la verdadera liberación sólo se encuentra aceptándolas.” Tampoco hay posibilidad de renunciar al amor. La iglesia debe ser “un medio cristiano de amor, comprensión, aceptación y apoyo”.
Creativamente, Stott recurre a la síntesis paulina de fe, esperanza y amor, para resumir la problemática y dar
algunas sugerencias prácticas. Creo que este escrito seráde gran ayuda para la persona homosexual, para entender la voluntad de Dios para su vida, así como para contar con los recursos divinos necesarios para vivirla. Creo, también, que la iglesia debe leerlo con atención para comprender su papel de comunidad sanadora. El encuentro de ambas, persona y comunidad, será el camino hacia el sano equilibrio que enseña la palabra de Dios: la perfecta combinación entre el amor y la obediencia.

Contenido
El contexto de la reflexión  7
¿Es una opción cristiana la formación   10
de una pareja homosexual estable?
Las prohibiciones bíblicas  12
Sexo y matrimonio en la Biblia  22
Los argumentos contemporáneos  27
La fe, la esperanza y el amor  35
Notas  45
Algunas sugerencias  48

En virtud de la polémica que por su naturaleza provoca este tema, creo oportuno comenzar por describir el
contexto adecuado para la reflexión y enunciar algunos hechos acerca de los lectores y de mí mismo, que doy por sentado al escribir.
En primer término, todos somos seres humanos. No existe una ‘especie’ o un fenómeno ‘homosexual’. Sólo existen personas, seres humanos, creados a la imagen de Dios, pero caídos; todos estamos marcados por la gloria y la miseria que esa paradoja entraña, incluido el potencial de la sexualidad y los problemas sexuales. Por firme que sea nuestra desaprobación de las prácticas homosexuales, no tenemos derecho alguno a deshumanizar a los homosexuales, a considerarlos menos que humanos.
En segundo término,  todos somos seres sexuados. De acuerdo con las Escrituras y con la experiencia, la sexualidad es esencial a nuestra humanidad. Quizá los ángeles sean asexuados, pero no los seres humanos. Cuando Dios hizo al género humano, nos creó varón y mujer. De modo que, al hablar de la sexualidad, tocamos un punto cercano al centro de nuestra personalidad; está en consideración nuestra identidad misma, que tal vez sea reafirmada o amenazada. Así es que el asunto requiere una sensibilidad extrema.
No sólo es cierto que todos somos seres sexuados; también es cierto que cada uno tiene una determinada  orientación sexual. El zoólogo norteamericano Alfred C.Kinsey, a partir de su famosa investigación sobre la sexualidad humana, ubicó a todos los seres humanos en algún lugar de una escala del 0 (una tendencia exclusivamente heterosexual, con atracción hacia el sexo opuesto solamente) al 6 (una tendencia exclusivamente homosexual, con atracción hacia el mismo sexo solamente; puede tratarse de hombres homosexuales o ‘lesbianas’, como se suele llamar a las mujeres homosexuales). Entre estos dos polos, el doctor Kinsey marca varios grados de bisexualidad, y hace referencia a personas con orientación sexual doble, indeterminada o fluctuante. Sus estudios lo llevaron a concluir que: el 4% de los hombres (por lo menos de los norteamericanos blancos) es exclusivamente homosexual a lo largo de toda su vida, el 10% lo es durante unos tres años, y no menos del 37% tiene algún tipo de experiencia homosexual entre la adolescencia y la vejez. El porcentaje de mujeres homosexuales resultó menor, aunque alcanza el 4% en el grupo de edad entre los veinte y los treinta y cinco años. Las cifras son lo suficientemente elevadas como para justificar el comentario del doctor D. J. West en cuanto a que “la homosexualidad es una circunstancia
sumamente común”.
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