jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Quién enviará obreros?: La transculturización en marcha

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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      Hacen falta quienes envíen obreros

“¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?”
Romanos 10:15

"¡Isabel! ¡Despierta! ¡Por favor, Isabel! ¡Despierta!" La compañera de cuarto de Isabel tenía en su mano el frasco vacío de Valium y sabía que Isabel no despertaría. Pero el instinto la impulsó a buscar ayuda. Las personas del departamento de al lado le ayudaron a cargar a Isabel hasta el auto. El kilómetro y medio que recorrieron hasta el hospital parecía como media vuelta al mundo. Le hicieron un lavado estomacal a Isabel. Se movió y abrió los ojos.
Meses después, Isabel pudo hablar de lo ocurrido:
"Yo había tenido una vida normal antes de esto. Amistades, una familia amorosa, buena comunión en la iglesia. Básicamente era una persona feliz. Había sido profesionista por diez años. Había tenido posiciones de buena reputación. Me había hecho cargo de otras personas. Y me había hecho cargo de mí misma bastante bien … hasta que esto sucedió.
"Acababa de regresar de un viaje misionero de seis meses en el Oriente. Mis sentimientos corrían desenfrenadamente. La nostalgia me inundaba al recordar aquellos buenos tiempos; las pesadillas y los recuerdos me perseguían en la callada soledad de la noche. Nadie se interesaba; nadie tenía tiempo para escuchar lo que yo quería decir.
"Acababa de regresar de una experiencia fructífera como asistente administrativa de una clínica médica. Lanzada de vuelta al metropolitano estilo de vida de Washington D.C., perdí todo sentir de mi propia identidad. Los profundos sentimientos de aislamiento me hacían retraerme aun más.
"Pensé que si regresaba a mi trabajo podría volver a enfocar mi vida. Pero la inestabilidad emocional aumentaba. La misma pesadilla se repetía una y otra vez:
"Habíamos estado en un pueblo proporcionando asistencia médica. En medio de una tormenta tropical, desperté al escuchar un tiroteo. Antes de poder volverme a dormir, vi cómo arrastraban el cuerpo de un hombre frente a la entrada de mi cabaña. Supuestamente lo habían encontrado en los campos robando opio.
"Ahora, de regreso en Washington, me despertaba de noche con el sonido de los tiros en mi mente. Y toda la horrible escena volvía de nuevo a mi mente. Empecé a usar tranquilizantes para controlar mi inestabilidad. Pero antes de las siete u ocho de la noche estaba perdida en medio de la ansiedad, de la confusión, de la inseguridad—llorando incontrolablemente.
"En contraste, también tenía un sentir de conocimiento ‘especial’. Me sentía realizada por una buena experiencia misionera. ¿Acaso no había estado allí? ¿No había tenido éxito? ¿No había formado un vínculo especial con Memito, cuidándolo hasta que sanara?
"Íbamos de regreso a casa después de una visita médica en la montaña cuando a medio camino encontré a un bebé de tres meses. Sus manos y pies estaban atados con un lazo. Era adicto al opio. Estaba casi muerto. Investigamos lo mejor que pudimos de quién era hijo. Su madre ya tenía cuatro hijos menores de cinco años.
"El hombre que se pensaba era el padre siempre salía en viajes de ‘negocios’ por tres o cuatro semanas cada vez. Probablemente había sido esa mujer la que lo había dejado allí para morir. A unos doscientos metros había una cabaña abandonada. Avisamos que pasaríamos allí la noche para hablar con la madre. Ella nunca se presentó. En la clínica pudimos darle los cuidados que necesitaba. Le llamábamos Memito, y finalmente fue adoptado por un doctor cristiano del lugar.
"Llegué a desarrollar una hipersensibilidad a la gran necesidad que existía en todo el mundo. Sentía mucho enojo contra las personas que no permitían que hablara de mis experiencias. Mi pastor no me permitía compartirlas en la iglesia. Ningún grupo de escuela dominical tenía tiempo para mí. Mis padres no mostraban suficiente interés para tan siquiera mirar mis fotografías. Empecé a juzgar y a condenar: ‘¿Cómo pueden ustedes pensar en comprar un auto nuevo cuando hay tantas necesidades?’ Pero no podía expresarme en voz alta. El dolor, el temor, el enojo y un sentimiento de culpabilidad se convirtieron en una severa depresión. No podía dormir de noche; no podía levantarme de la cama en la mañana. Dejé mi trabajo. Tomaba cada vez más tranquilizantes. ¡Sólo quería que alguien reconociera que yo había regresado a mi país!
"Un domingo por la mañana después del culto, reuní las fuerzas necesarias para acercarme de nuevo a mi pastor y decir: ‘¡Ya no puedo más! ¡Creo que estoy perdiendo el control de mi vida! ¡Necesito su ayuda!’ Con su brazo en mis hombros, contestó: ‘Isabel, estoy ocupado. Tengo compromisos toda la semana. Pero si es necesario, llama a mi oficina y fija una cita conmigo para el próximo miércoles. Isabel, si tan sólo estudiaras más la Palabra …’
"A través de la densa neblina de la existencia donde había estado viviendo, repentinamente todo quedaba claro como el cristal: `Pastor, ¡no valgo su tiempo!’ Había hecho otras llamadas desesperadas a varios consejeros. Uno trató de salir conmigo en plan romántico. Un siquiatra había clasificado mi condición con un nombre extravagante. Pero ahora quedaba claro: ‘¡Yo no valgo el tiempo de nadie!’
"Decidí tomarme lo que quedaba del frasco de Valium".
La mayoría de los cristianos se sorprendería al escuchar a los misioneros expresar de manera honesta su desesperante necesidad de apoyo en una u otra área. La mayoría de las súplicas no son tan dramáticas como la de Isabel. Pero cada una habla de la necesidad personal de quienes se unan a ellos y sirvan enviándolos.
Las misiones no sólo se enfocan en los que van. Los que sirven enviando a los obreros son igualmente importantes.

  Un fundamento bíblico
Si hubo alguien que supiera de los viajes misioneros y de la necesidad de un equipo de apoyo fue el apóstol Pablo. El dijo: "¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?" En el capítulo 10 de Romanos establece la necesidad del alcance transcultural en estos dos niveles de involucramiento: Los que van y los que sirven enviando.
Primero Pablo citó a Joel: "Porque todo aquel que invoque el Nombre del Señor, será salvo". Después, usando la lógica clara que comprendía tan fácilmente la mente romana, preguntó: "¿Y cómo van a invocar a uno en quien no han creído? ¿Y cómo van a creer en aquel de quién no han escuchado?"
Un estimado actual es que cerca de la mitad de la población mundial no ha escuchado una presentación del Evangelio que impacte su cultura.
"¿Y cómo escucharán sin un predicador?" Sí, tiene que haber un "predicador"—un misionero, un obrero transcultural, uno que va. Se llame como se llame, y vaya como vaya, tiene que haber uno que proclame las Buenas Nuevas. Dios decidió que éste fuera el camino. (A través de nuestro estudio, estaremos hablando del misionero de usted con el género masculino—aunque en todo caso ¡nos referimos a él, ella o ellos!)
Aunque la fuerza misionera total está decreciendo de las naciones occidentales, de manera soberana Dios está levantando un ejército de obreros de las naciones d los Dos Tercios del Mundo. Pero el urgente llamado de nuestro Señor de hace 2,000 años continúa siendo válido: "Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos." (Mateo 9:37) Y desafortunadamente la mayoría de las conferencias misioneras terminan aquí su llamado: "necesitamos más misioneros," gritan llorando.
Pero espere. Falta una pregunta más: "¿Y cómo predicarán si no son enviados?" (Romanos 10:13–15). Pablo reconoció que hay otros que tienen que estar involucrados en este esfuerzo de evangelización mundial además de los que van: los que sirven enviando a los obreros.
Los que van y los que sirven enviando a los que van son como dos unidades en el mismo equipo de alcance transcultural. Todos son igualmente importantes. Todos están involucrados de manera vital en el cumplimiento de la Gran Comisión. Todos están dinámicamente integrados y están caminando hacia la misma meta. Y todos tienen segura la victoria, porque los que están en la obra de Dios, ¡están en el equipo ganador!
Desde los humildes inicios de cien jóvenes en la reunión del Monte Hermón en 1886, el movimiento de voluntarios estudiantiles ha identificado y enviado al campo a más de 20000 hombres y mujeres como los que van, los que son apartados para declarar el Evangelio y las enseñanzas de Cristo a un mundo perdido y moribundo.
Este mismo grupo ha movilizado un ejército de más de 80000 personas de enfocadas en las misiones que se han comprometido a quedarse en su país de origen y apoyar a los que han salido.
En el año 2001 al celebrarse la Primera Conferencia Nacional de Misiones en Guatemala, el orador llamó al frente a aquellos que sentían el llamado para ir a las misiones. Una buen número de creyentes comprometidos dio ese paso con audacia. Entonces, con el mismo ardor, el orador hizo un llamado para aquellos que comprometerían su vida al ministerio de servir como enviadotes. Y otro grupo, incluso mayor, respondió al llamado.
En las décadas pasadas, muchos crecieron en iglesias con visión misionera. Hombres y mujeres de lugares lejanos vinieron a hablar de los retos de seguir en sus pasos. Era fácil para el escucha comprender la importancia de aquellos que van. Pero también existen aquellos que se quedan con el sentimiento de que si no son llamados a ir, la única alternativa que les quedaba era desearles que les fuera bien y decirles: "¡Adiós!"
Este escenario, obviamente, era respaldado por la historia de los hombres de David que estaban demasiado cansados para continuar, pero que recibirían una parte igual del botín. (Lea 1ª Sam 30, pero ¡no la use para "animar" a sus equipos de apoyo!) A aquellos que ya se están sintiendo que son de "segunda clase" debido a que no "están dejando todo para ir," esta historia sólo resalta sus sentimientos de no ser lo suficientemente buenos.
Quizá algunas personas en su congregación quieran involucrarse en la evangelización mundial, pero no se sienten llamadas a ir en este momento. ¡Las buenas noticias son que hay más que pueden hacer que simplemente decir adiós!
Hay una tremenda necesidad de quienes sirvan al enviar obreros. Y la necesidad va mucho más allá del involucramiento simbólico de asistir a una fiesta de despedida o dar una ofrenda para las misiones. Un obrero transcultural necesita el apoyo de un equipo de personas mientras se prepara para salir, mientras está en el campo y cuando regresa a su país de origen.
Un estudio cuidadoso de las cartas misioneras de Pablo revela cuánto tiempo invertía en hablar con su equipo de apoyo—aquellos que estaban involucrados con él en el ministerio. Algunas veces los felicitaba, otras veces les expresaba su soledad al estar lejos de ellos, los exhortaba y retaba. Pero siempre daba gracias a Dios por ellos.
Un equipo de apoyo es igualmente esencial para el misionero actual. Veamos unas muy buenas razones del por qué.

  El proceso de la vida de un obrero transcultural
Considere este diagrama del proceso de la vida física/emocional/mental/espiritual de un obrero transcultural durante su experiencia misionera.

  A. La vida "normal"
La línea plana horizontal en este diagrama representa la "vida normal" de la existencia de su misionero antes de que siquiera hubiera pensado en las misiones. ¡Esto no quiere decir que su vida haya sido aburrida! Había los altibajos normales, pero para facilitar la comparación, considere que esta línea sea la vida normal antes de las misiones.
La línea que parece las subidas y bajadas de una montaña rusa es el pulso cambiante del ser completo de su misionero una vez que pasa por su experiencia misionera. Al hablar de los altibajos de la vida misionera, un veterano dijo: "¡La vida misionera me lleva en un viaje que está totalmente fuera de la esfera de las comodidades que he llegado a disfrutar!"
Las líneas verticales indican segmentos de tiempo, puntos específicos en la iniciativa misionera. El espacio relativo entre estas líneas puede variar a causa de muchos factores. Pero estas son fases que usted, como una persona que le apoya, debe conocer. Al brindarle su apoyo, anticipe el siguiente punto en el proceso de la vida de su obrero. Y esté disponible para ofrecer su ayuda.

  B. La anticipación de la aprobación
Por un tiempo, su misionero oraba a solas, batallando con todos los sentimientos normales de insuficiencia. ¿Desea saber cómo se sentía probablemente? Lea los capítulos 3 y 4 de Éxodo y ponga atención a los cinco pretextos de insuficiencia de Moisés. Al ir leyendo, note que Dios contesta todas sus protestas con Su propia suficiencia total. En algún momento, ya sea audazmente o con algo de renuencia, su amigo anunció que creía que Dios le había hecho un llamado personal para ser misionero. Cada partícula de su cuerpo se ha sometido a un aumento de emoción, aprensión, visiones de grandeza y pesadillas de depresión.

  C. La anticipación de la salida
Finalmente llega el día: La iglesia, la mesa directiva de misiones o cualquier otro cuerpo responsable (vea Hechos 13:1–4) ha confirmado ese llamado personal con su aprobación. Se ha tomado la decisión que su misionero ¡de verdad se va! Por días, semanas o incluso meses de preparación, de formación de un equipo de apoyo y de entrenamiento, crece la emoción al acercarse la fecha de salida.

  D. El período de la luna de miel
Su misionero es lanzado al espacio en un avión, pero sus emociones van muy por encima del avión. La "luna de miel" ha empezado. Por un tiempo anda en una burbuja protectora, disfrutando de todas las novedades. Incluso el hecho de que la ducha tiene una sola llave que produce agua fría le parece "interesante". Hay tanto que observar, tanto que absorber. ¡Todo es tan … diferente!

  E. La tensión cultural
El tiempo que pasa entre las etapas que se han identificado variará de acuerdo a las circunstancias. Pero tan ciertamente como la noche le sigue al día, la siguiente etapa es inevitable. Una mañana su misionero se despierta bruscamente a la realidad de que la llave de la ducha ¡nunca producirá agua caliente! Se da cuenta que se ha comprometido con circunstancias que ya no son curiosas; ahora son raras o incluso anticuadas.
La aventura del descubrimiento se ha convertido en el temor de: "¿Y ahora qué sigue?" Los primeros microbios de disentería lo mantienen despierto toda la noche. El hecho de que éste es el idioma más difícil de aprender en el mundo lo ha motivado a buscar un intérprete permanente. Los primeros indicios de persecución o el conocimiento de que las personas no van a cambiar tan fácil o rápidamente como había esperado lo han hecho pedirle a Dios: "Que pase de mí esta copa". Las cimas de éxtasis han caído hasta las profundidades de la desesperación. La tensión cultural ha iniciado.
Muchos misioneros no quieren hablar de esta etapa de la vida misionera, porque creen que las personas en el país de origen no creerán que sean suficientemente "espirituales" si confiesan la realidad de algunos de estos tiempos difíciles. En estos tiempos su obrero transcultural necesita el apoyo de usted. Muchos, demasiados, se estrellan a estas alturas. Claro, ¡hay otros que regresan desde antes de despegar!

  F. El ministerio de amor
Pero su misionero ha sido enseñado que la tensión cultural es una etapa normal que tiene que atravesar. Como hizo Pablo con Timoteo (1ª y 2ª de Timoteo), usted estará allí para dar apoyo a su amigo en estos tiempos de desconsuelo. Por lo tanto, hará precisamente eso: lo atravesará y llegará a un tiempo hermoso de ministerio motivado por el amor de Cristo. Gracias al fuerte apoyo que usted le brinda, él surgirá con una visión fortalecida de los propósitos de Dios en su vida y sus motivos para ser misionero. No todo es color de rosa. Los adversarios están allí. Pero la "puerta grande y eficaz" de ministerio que mencionó Pablo también está allí (vea 1 Corintios 16:9).

  G. La anticipación del regreso
La vida continúa. Tan cierto como que el viaje misionero tuvo un punto inicial, llegará el tiempo cuando, al igual que Pablo y Bernabé, "… allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido." (Hechos 14:26).
Nuevamente sus sentimientos están mezclados. Sí, su misionero quiere regresar y verlos a ustedes. Pero ha formado nuevas amistades. Tiene nuevas ideas y nuevos ideales. Ha cambiado sus patrones de comportamiento y sabe que será difícil integrarlos al nuevo ambiente de su país. No, no regresará al ambiente de antes, ¡porque ustedes también han cambiado!
El corazón de su misionero se ha quebrantado por la compasión por los perdidos; y hay muy pocos que pueden tomar su lugar en el ministerio. El deseo de quedarse y continuar en el ministerio generalmente sobrepasa al deseo de regresar a su país. Por lo tanto, el ritmo emocional/psicológico/espiritual de su misionero vuelve a disminuir.
Es probable que la carta más pequeña que se haya escrito jamás fuera a un misionero cuyo año de descanso estaba programado; todos los planes estaban hechos. Entonces, recordando las dificultades de otras ocasiones cuando había regresado a su país, escribió que había cambiado de opinión; no iba a regresar. La respuesta se envió: "¡Pedro! ¡Regresa a casa!" Regresó y su equipo de apoyo pudo ayudarle a través de la siguiente etapa.

  H. La tensión cultural al inverso
En el Capítulo Siete trataremos extensamente el apoyo que su obrero transcultural necesita después de su regreso. Es intenso el trauma que se inicia en todo su ser cuando regresa. Un ejemplo es la readaptación desesperante de Isabel quién relató su historia al principio de este capítulo. En este tiempo de gran necesidad su misionero quizá se sienta bastante insuficiente para hacer algo por resolver su problema.
Durante este tiempo de tensión cultural invertida, el regreso al país de origen requiere de fuerte apoyo.

  I. La integración completa
Un misionero que ha sido entrenado para anticipar la tensión al regresar a su país y que tiene un fuerte equipo de apoyo para la readaptación, con el tiempo se integrará completamente al ambiente distinto de su país de origen. Será un agente de cambios positivos en su iglesia y comunidad. "Se quedará allí mucho tiempo con los discípulos" (vea Hechos 14:28). Como Pablo, continuará "en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos" (Hechos 15:35). Y ¿quién sabe?, después de un tiempo quizá incluso diga: "Oye, Bernabé, ¡vayamos otra vez!" (vea Hechos 15:36).
Ningún obrero transcultural debe salir hoy en día de su país sin un equipo de apoyo fuerte e integrado, compuesto de personas que tengan educación y conocimiento, que estén tan entusiasmadas como él y que se hayan comprometido a la obra de servir al enviar obreros.
Usted quizá sea parte de ese equipo. Su corazón siente compasión por las personas de otras culturas, sin embargo, no ha escuchado el llamado de ir. Cuando un misionero habla en su iglesia, o llega el reporte de una victoria, usted siente que su pulso se acelera de manera especial. Sabe que Dios le ha dirigido a quedarse en su país. Puede ser que Dios le esté llamando al ministerio de servir al enviar obreros.
En actitud de oración, considere servir en una o más de las seis áreas de apoyo:

  Apoyo moral—simplemente estar "disponible"
  Apoyo de organización—atender todos los detalles
  Apoyo económico—dinero, dinero, dinero
  Apoyo en oración—la batalla espiritual en su apogeo
  Apoyo por medio de la comunicación—cartas, casetes y más
  Apoyo durante la readaptación—más que simplemente aplaudir cuando llegue a salvo en el avión

Cada área tiene sus responsabilidades singulares; cada una se puede cumplir mejor con dones específicos dentro del Cuerpo de Cristo. Por ejemplo, si usted tiene el don de animar a los demás, le puede ser más fácil proporcionar apoyo moral y de comunicaciones. El don de la administración será muy útil para el apoyo de logística. El contribuir al apoyo económico de su amigo será más fácil si usted tiene el don de dar. El don de la intercesión es vital para el apoyo en oración. El apoyo en la readaptación es muy beneficiado con el don de la hospitalidad. Permita que Su Espíritu hable a su corazón en cuanto a su posible involucramiento en una de estas áreas de apoyo.
El llamado de Dios en su vida para servir al enviar obreros tiene que ser tan vivo como el llamado en la vida del que usted va a enviar. De la misma manera, el compromiso que usted hace tiene que ser tan seguro como el de su obrero transcultural. La acción responsable que usted toma es tan importante como el ministerio que su obrero cumple en el campo misionero.
Y la recompensa de las almas que se ganan para Su Reino será igual por la fidelidad suya y la de su misionero.

  Análisis de un ejemplo de apoyo
Mientras una iglesia en Sacramento, California empezaba los preparativos para enviar a su segunda familia misionera al campo, el concepto de que la iglesia sirviera enviándolos llegó a ser una prioridad. Siete parejas se comprometieron a dirigir el equipo de apoyo para Lou, Sandy y su bebita de seis meses, Marlies.
Cada uno de los que formaban parte del equipo fue animado a considerar la seriedad de cada área de apoyo. Uno de los miembros del equipo relata lo siguiente:

  "Lou y Sandy invitaron a nueve parejas a su hogar en junio. Ellos ya habían estado en las Filipinas. Habían visitado varios ministerios allí, confiando que el Señor les mostrara dónde quería que ellos sirvieran.
  "En aquella reunión en junio, Lou compartió con nosotros la oportunidad que ellos sentían que Dios les había provisto. Dijo: "Pero la única manera en que podremos ir será si tenemos un Grupo Responsable por nuestro apoyo". El discutió las necesidades básicas de apoyo moral, de organización, económico, en oración, por medio de la comunicación y durante la readaptación y de cómo el Grupo Responsable podía encabezar cada una de estas áreas. Luego nos pidió que oráramos seriamente en cuanto a formar parte del esfuerzo del equipo. El quería que le diéramos nuestra respuesta dentro de dos semanas. Resultó que siete parejas sintieron el llamado de Dios de servir. Así fue como iniciamos.
  "Todos sabíamos que queríamos apoyar a Lou y Sandy. Después de todo, habíamos dicho que formaríamos parte del Grupo Responsable. Pero ¿qué seguía? Como Lou nos pidió a Jorge y a mí que encabezáramos el Grupo Responsable, les llamamos a los demás para ver si había un área específica de ministerio en la que se querían involucrar. Los Hughes se encargarían del apoyo de organización. Los Huffman tenían corazón para la readaptación. Los Martin querían ser responsables por el apoyo de comunicación. A su vez cada uno dio su respuesta.
  "Tuvimos nuestra primera reunión formal como Grupo Responsable en agosto. Creo que al principio queríamos aparentar que teníamos todo bajo control. Sin embargo, conforme iba progresando la reunión, quedó claro que en realidad, ¡no era así! Pero ¡gloria a Dios!, las barreras empezaron a derrumbarse, y pudimos confesar que estábamos confundidos en algunas áreas. Empezamos a discutir nuestros problemas, y también pudimos trabajar como grupo para encontrar soluciones creativas.
  "El área más crítica para este equipo fue la que ocupó la pareja de George y Alice. Como coordinadores asumieron el papel de enlace. Así que esta es la oportunidad para que usted sirva al enviar obreros para ser una parte esencial del proceso misionero."

¡Espere! Como veremos en el próximo capítulo, usted puede hacer más que levantar su mano como voluntario. Cuando su obrero transcultural se enfrenta a dificultades, hace falta el apoyo moral de usted para protegerlo.
  (Además del siguiente estudio individual, vea la Guía para el líder de grupo para la sesión uno que empieza en la página 187.)

  Para su involucramiento personal
Nota: Un texto sin contexto es un pretexto. A través de este estudio usted encontrará muchas citas de las Escrituras. Para tener un beneficio más completo de las lecciones, lea cada una en su contexto completo. Permita que el Espíritu Santo le guíe a toda la verdad (Juan 16:13).
☐ Lea Romanos 10:13–15. En base a ese pasaje, llene los espacios en la siguiente declaración. Note que hay una palabra clave en cada pregunta que lo lleva a la siguiente. Por lo tanto, ¡el fundamento para toda la secuencia queda en la última palabra!
10:13 Porque todo aquel que __________ el nombre del Señor, será salvo.
10:14 ¿Cómo, pues, ___________ a aquel en el cual no han ___________? ¿Y cómo ____________ en aquel de quien no han ____________? ¿Y cómo ____________ sin haber quién les ____________?
10:15 ¿Y cómo ____________ si no fueren __________?
(Anote la última respuesta con letras mayúsculas ¡para que resalte en su mente la importancia de servir al enviar obreros! El servir al enviar obreros no es más importante que, pero si es tan importante como el ir.) (Vea Juan 13:16b.) (Vea Joel 2:32)
☐ Anote las nueve etapas del proceso de la vida física/emocional/psicológica/espiritual de un obrero transcultural durante su experiencia misionera, y el incidente en cada lapso que marca la transición de una etapa a otra (note el ejemplo).


☐ Lea los siguientes pasajes en relación a la necesidad de Pablo de un equipo de apoyo. En el espacio después de cada cita anote la clase de apoyo que Pablo estaba pidiendo o agradeciendo—ya sea moral, de organización, económico, en oración, por medio de la comunicación o durante la readaptación. Escriba en la línea el don que haría más fácil servir en esa área. (Cada área aparece en por lo menos uno de los pasajes.)
• Efesios 6:18–19
___________________
• 2 Timoteo 4:13
___________________
• Hechos 14:26–28
___________________
• Hechos 21:12–13
___________________
• Romanos 16
___________________
• Filipenses 4:10–12
___________________

☐ Indique en los siguientes pedestales dónde cree usted que el "cristianismo cultural" estima el valor de cada uno de los siguientes obreros:

    •      el pastor
    •      el laico
    •      el misionero
    •      el evangelista



¿Puso usted al laico en el pedestal más bajo?
Ahora lea 1 Corintios 1:11–13; 3:4–9; 12:12–27 y Apocalipsis 2:6, 15. La doctrina de los nicolaítas hacía distinción entre el clero (profesionales religiosos) y el laico (gente común y corriente).

Después de orar, complete la siguiente frase:



Quizá usted no pueda completar esto ahora. Termine de leer Sirviendo al enviar obreros. Al final de nuestro estudio, ¡confiamos que sí podrá hacer que esta declaración sea personal! (¿Ya buscó y leyó Juan 13:16b?)


  Pasos para la acción
Después de terminar el Capítulo Uno, completar la sección: Para su Involucramiento personal y participar en una discusión en grupo (vea la Guía para el líder de grupo que empieza en la página 187), usted podrá:

  •      Darse cuenta de la necesidad de quienes sirvan enviando obreros.
  •      Desear estudiar más para saber cómo puede participar.
  •      Tomar la iniciativa. Hágale saber a su amigo misionero que usted está aprendiendo en cuanto al ministerio de servir al enviar obreros. Dígale que pronto estará disponible para ayudar a apoyarle en una o más áreas ¡para la gloria de Dios!
  •      Multiplicarse. Busque en su congregación a los que parecen estar desocupados. Posiblemente sean los miembros transculturales de su iglesia. Invítelos a leer y estudiar este libro con usted.

Pirolo, N. (1991). Sirviendo al enviar obreros (pp. 10–16). San Diego, CA: Emmaus Road, International.


sábado, 2 de noviembre de 2013

El trasfondo religioso de la Reforma Protestante: Ayuda para ministros y obreros itinerantes

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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El trasfondo religioso de la Reforma Protestante
La noche del 31 de Octubre de 1517, un monje alemán llamado Martín Lutero clavó unas proposiciones teológicas en la puerta de una Iglesia en Wittemberg, con el propósito de ser discutidas; y, como dice un historiador, “en el plazo de una quincena, toda Europa se hizo eco del sonido de los martillazos.”[1] Aunque el mismo monje agustino no lo sabía, esa noche había comenzado la Reforma.
Ahora bien, ¿qué estaba sucediendo en el mundo, a nivel político, económico, social y reli­gioso, que permitió que un sólo hombre pusiese a temblar los cimientos de la institución más poderosa del mundo? Eso es lo que veremos brevemente en estos artículos. Pero antes, quisiera que echemos un vistazo al enorme poder que la Iglesia Católica Romana ejercía en Europa durante la Edad Media, porque sólo así podremos entender lo que significó para Lutero y los reformadores enfrentarse con esta institución en el siglo XVI.
El Catolicismo Medieval:
Es muy conocido el dicho de que todos los caminos llegan a Roma. Pues ese refrán se puede aplicar a la situación religiosa de Europa durante la Edad Media. Basados en las palabras de Cristo en Mateo 16:18, el catolicismo enseñaba que la iglesia cristiana fue fundada sobre el apóstol Pedro, quien había sido martirizado y enterrado en Roma.
En ese período de la historia prácticamente nadie cuestionada eso. Todos reconocían a la Iglesia Católica Romana como madre espiritual, y al Papa, el supuesto sucesor de Pedro y vicario de Cristo en la tierra, como el padre espiritual. Fuera de esa paternidad no había salvación para nadie. De manera que la iglesia Católica Romana controlaba prácticamente todos los aspectos de la vida humana desde la cuna hasta la tumba.
El Papa tenía autoridad para nombrar obispos, los cuales a su vez ordenaban a los sacerdotes, los cuales a su vez podían administrar los siete sacramentos a través de los cuales se suponía que Dios dispensaba Su gracia: el bautismo, la confirmación, la Misa, la penitencia, el matrimonio, la ordenación y la extremaunción.
Los sacramentos:
A menudo se hablaba de los siete sacramentos como las siete arterias del Cuerpo de Cristo, a través de las cuales el creyente recibe los beneficios vitales de la gracia de Dios. A través del bautismo, el primer sacramento, el niño era hecho parte de este sistema de salvación, ya que a través de este rito se supone que el niño es purificado del pecado original y hecho partícipe de la gracia.
Pero el centro de este sistema sacramental era la Misa, donde el cuerpo de Cristo es ofrecido nuevamente como un sacrificio (contradiciendo así las claras enseñanzas de la carta a los Hebreos, sobre todo en los cap. 9 y 10).
Al decir que los sacramentos son medios a través de los cuales el hombre se hace partícipe de la gracia de Dios, es importante que entendamos que el concepto de gracia de la Iglesia Católica Romana difiere del concepto bíblico de “gracia”. Según la iglesia Católica, el ser humano no puede hacerse justo ni amoroso a sí mismo, a menos que Dios haga en nosotros una obra de capacitación a través de Su gracia, gracia que llega a nosotros a través de los sacramentos. En la medida en que nosotros actuamos por el influjo de esa gracia y nos hacemos más amorosos y más justos, en esa misma medida Dios nos justifica. “En ese modelo, la gracia de Dios era el combustible que necesario para llegar a ser una mejor persona, más justa, más santa, más amorosa”[2].
Por supuesto, ¿cómo puede una persona, dentro de ese sistema, saber si ha sido lo suficientemente justo, santo y amoroso? ¿Cómo podemos saber si hemos hecho nuestro mejor esfuerzo? Es imposible de saberlo; y es precisamente por esa razón que debemos de hacer uso del sacramento de la confesión de manera regular.
Sin embargo, eso tampoco aseguraba nada, sobre todo si uno tomaba en serio la práctica de la confesión. El sacerdote iba a través de una lista oficial haciendo un escrutinio del penitente en el que nadie concienzudo podía salir bien parado. Pero para eso la iglesia también tenía una respuesta: El Purgatorio. Antes de llegar al cielo, los hombres debían ir a ese lugar a purgar aquellos pecados que no habían sido debidamente tratados en vida, exceptuando únicamente los pecados mortales.
En este punto entraba en juego otro de los puntales del catolicismo medieval: el culto a la Virgen y a los santos.
El culto a la virgen y a los santos:
Este culto se popularizó debido, en parte, a la forma como Cristo era presentado durante la Edad Media: como un Juez terrible al que no podíamos acceder directamente debido a Su santidad. Eso alentó la idea de tratar de llegar a Jesús a través de Su madre. Pero con María ocurrió algo similar a lo que ocurrió con Jesús; si era difícil acercarse a la Reina del cielo, podía hacerse el intento a través de los santos.
Por supuesto, la Iglesia Católica insistía en que ni María ni los santos debían ser adorados, sino únicamente venerados; pero esa era una distinción muy sutil que la gente común y corriente, muchos de ellos analfabetos, difícilmente iban a entender. Una estatua de la Virgen María no podía enseñar a los católicos fieles la diferencia teológica que había entre la adoración y la veneración.
Las indulgencias:
Otro aspecto importante del catolicismo medieval fue el de las indulgencias. Cuando una persona se confesaba ante el sacerdote éste le imponía varios actos de penitencia de acuerdo con el pecado cometido. Los pecados que no eran tratados adecuadamente en esta vida debían ser purgados en el purgatorio.
La buena noticia es que algunos santos habían sido tan buenos que no sólo merecían entrar al cielo directamente, sin pasar por el purgatorio, sino que tenían un superávit de méritos. Éste tesoro de méritos era administrado por el Papa, el cual podía adjudicárselos al que le faltara. Estos dones de méritos son las indulgencias.
En un principio esas indulgencias eran ofrecidas a los que participaran en la primera Cruzada; pero a medida que la iglesia se vio necesitada de dinero, comenzaron a ser vendidas. Como veremos más adelante, el escándalo por la venta de indulgencias en Alemania fue la chispa que encendió la Reforma.
Pero algunos cambios comenzaron a ocurrir, sobre todo a partir del siglo XIV, que amenazaban ese reinado incuestionable de la iglesia, como veremos en nuestro próximo artículo.


Logos: La Palabra hecha Realidad

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



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LA PALABRA DEL MENSAJE CRISTIANO
Logos significa palabra. El Cuarto Evangelio usa este vocablo en sentido técnico cuando llama a Jesús El Verbo; pero antes de ocuparnos con este uso especial de logos, necesitamos estudiar su utilización ordinaria en el NT. Naturalmente, esta es una de las palabras griegas más comunes, pero, aún así, cuanto más la estudiemos, más veremos la riqueza que contiene su significado.
Ho logos, la palabra, llega a ser casi sinónimo de mensaje cristiano. Marcos nos dice que Jesús predicaba la palabra a las multitudes (Mr. 2:2). En la parábola del sembrador, la semilla era la palabra (Mr. 4:14). La tarea de Pablo y de sus compañeros era predicar la palabra (Hch. 14:25). Muy a menudo se le llama palabra de Dios (Lc. 5:1; 11:28; Jn. 10:35; Hch. 4:31; 6:7; 13:44; 1 Co. 14:36; He. 13:7). Algunas veces, es la palabra del Señor (1 Ts. 4:15; 2 Ts. 3:1). Y, una vez, es la palabra de Cristo (Col. 3:16). Ahora bien, en griego, el genitivo puede ser subjetivo u objetivo. Si estos genitivos son subjetivos las frases significan: la palabra que Dios dio, la palabra que el Señor dio, la palabra que Cristo dio. Si son objetivos, significan: la palabra que dice de Dios, del Señor y de Cristo. Con toda probabilidad, tanto los significados subjetivos como los objetivos están implicados en estas frases, lo cual quiere decir que el mensaje cristiano, el logos, la palabra, es algo que viene de Dios; no es un descubrimiento del hombre, sino un don de Dios. Y es algo que dice de Dios, algo que el hombre no podía haber descubierto por sí mismo.
El hecho mismo de que logos sea casi sinónimo de mensaje cristiano, ya es significativo, pues, evidentemente, quiere decir que este mensaje es hablado, y, por tanto, no aprendido de un libro, sino transmitido de persona a persona. Papías, el escritor cristiano del siglo II, dice que aprendió más de vivir la palabra de Dios y de perseverar en ella, que de cualquier libro. El mensaje cristiano viene muchísimo más a menudo a través de la personalidad viva que a través de las páginas escritas o impresas.
Esta palabra, este logos, tiene ciertos oficios.
(I) La palabra juzga (Jn. 12:48). Un viejo catecismo pregunta qué sucederá a quien haga caso omiso de las verdades detalladas en él. Su respuesta es: la condenación, y de las más grandes, por cuanto el lector ya no puede alegar ignorancia. Saber de la verdad no es solamente un privilegio; es, también, una responsabilidad que recae sobre nosotros.
(II) La palabra purifica (Jn. 15:3; 1 Ti. 4:5). Purifica, desenmascarando el mal e indicando el camino de hacer el bien. La palabra corrige lo erróneo y exhorta a conducirse rectamente. Purifica en el sentido de que procura desarraigar los viejos defectos e infundir aliento para ir en pos de nuevas virtudes.
(III) A través de la palabra viene la creencia (Hch. 4:4). Ningún hombre puede creer en el mensaje cristiano hasta que no lo haya oído. La palabra es la que da a un hombre la oportunidad de creer; y, habiéndola oído, tiene el deber de darla a conocer a otros para que también crean.
(IV) La palabra es el agente del nuevo nacimiento (1 P. 1:23). Una cosa es cierta, como G. K. Chesterton dijo: “Sea un hombre lo que sea, no es lo que debe ser” (según Dios). Tiene que ser cambiado tan radicalmente, que ese cambio puede únicamente llamarse nuevo nacimiento, y la palabra es el primer agente en esta tremenda operación recreadora.
El estudio de la palabra logos llega a ser de primera necesidad cuando conocemos lo que el NT dice sobre cuál ha de ser nuestra actitud para con ella.
(I) El logos debe ser oído (Mt. 13:20; Hch. 13:7, 44). El cristiano tiene impuesto el deber de escuchar. Entre las múltiples voces del mundo, debe afinar el oído para distinguir lo que es mensaje de Dios. El cristiano nunca se dará la oportunidad de conocer si, previamente, no se da la de escuchar.
(II) El logos debe ser recibido (Lc. 8:13; Stg. 1:21; Hch. 8:14; 11:1; 17:11). Hay una forma de escuchar que es puramente superficial. O la corriente de palabras resbala sobre el oyente, por no hacerle efecto alguno, o escucha y se desentiende del asunto por considerar que no le sirve para nada. El mensaje cristiano no debe ser únicamente escuchado, sino también introducido en el corazón y en la mente, i.e. incorporado.
(III) El logos debe ser afianzado (Lc. 8:13). Los griegos decían que “el tiempo todo lo borra”. Una palabra puede ser oída, aceptada y, más tarde o más temprano, borrada por el paso del tiempo. El mensaje cristiano debe ser deliberadamente retenido. Ha de ocupar en la mente un lugar privilegiado. Ha de pensarse en él, meditarse, para que nunca se pierda.
(IV) El logos es para permanecer en él (Jn. 8:31). Cada hombre tiene su propio círculo de pensamientos e ideas en que vive, se mueve y tiene su razón de ser; en que descansa su vida y por el que dirige sus actividades. El mensaje cristiano debe ser aquello en y por lo que un hombre viva.
(V) El logos debe ser cumplido (Jn. 8:51; 14:23; 1 Jn. 2:5; Ap. 3:8). El mensaje cristiano es más que materia de conocimiento para la mente; es dirección para la vida. Se realiza en la acción, no en la especulación. Demanda obediencia. No es meramente algo para pensar; es una ética y una ley para ser acatadas.
(VI) El logos debe ser testificado (Hch. 8:25; Ap. 1:2). Es algo de lo que toda la vida de un hombre es testigo. Un hombre solamente demostrará que lo ha aceptado, viviéndolo. Sea cual fuere la sociedad de este hombre y el lugar que ocupe en ella, toda su vida y su acción deben decir del logos: “Yo sé que es verdadero, de lo cual doy fe”.
(VII) El logos debe ser servido (Hch. 6:4). El logos impone deberes. No es algo que un hombre acepta para sí, y nada más; es algo que ese hombre debe anhelar llevar a otros. No es algo que únicamente trae salud a su alma, sino algo por lo que debe estar dispuesto a consumir su vida.
(VIII) El logos debe ser anunciado. Dos palabras son especialmente usadas al respecto. 2 Ti. 4:2 usa la palabra kerussein, que es la utilizada con referencia a un heraldo que está proclamando algo. En Hechos 15:36 y 17:13 se emplea kataggellein, que es la palabra usada cuando se trata de una declaración oficial y autoritativa. La proclamación debe ser hecha con autoridad y con certeza, porque, cuando anunciamos el mensaje cristiano a otros, no partimos de: “Así digo yo”, sino de “así dice el Señor”.
(IX) El logos debe ser hablado con denuedo (Hch. 4:29; Fil. 1:14). Hace algún tiempo se publicó un libro con el sugestivo título de No Más Apologías. Esto bien podría significar que hemos estado demasiado ansiosos de enfrentarnos a medias con el mundo, que hemos tratado demasiado de afinar el mensaje cristiano para los oídos del mundo, que lo hemos aguado y mutilado a fin de hacerlo menos exigente y, por tanto, más atractivo. Debería haber cierta inflexibilidad de calidad en nuestra proclamación del logos.
(X) El logos debe ser enseñado (Hch. 18:11). El mensaje cristiano principia con la proclamación, pero debe seguir con la explicación. Una de las más graves flaquezas de la iglesia es que hay demasiadas personas que no saben lo que significa cristianismo ni lo que éste cree ni lo que representa; y una de las mayores faltas de la predicación es que, a menudo, exhorta a los hombres a ser cristianos sin enseñarles lo que es el cristianismo. La enseñanza constituye una parte esencial del mensaje cristiano.
(XI) El logos debe ser llevado a la práctica (Stg. 1:22). El mensaje cristiano no es, exclusivamente, para la calma del estudio, para la disección de la cátedra, para las acrobacias mentales del grupo de discusión. Es para vivirlo cotidianamente.
(XII) El logos puede ser causa de persecución y sufrimiento (1 Ts. 1:6; Ap. 1:9). No es probable que tengamos que morir por nuestra fe; pero tendremos que vivir por ella, y pueden venir tiempos en que tengamos que escoger entre lo fácil y lo recto.
Si nuestra relación con el logos implica obligaciones, estará inevitablemente expuesta a los fracasos.
(I) En el logos puede dejarse de creer (1 P. 2:8), porque el oyente piense que es demasiado bueno para creerlo o porque, en su creencia fundada en los deseos más que en los hechos, no quiere que sea cierto, ya que el logos condena su vida y busca cambiarla.
(II) El logos puede ser tanto arrebatado como ahogado (Mt. 13:22; cf. Mr. 4:15). Las tentaciones, los impulsos, las pasiones de la vida, pueden hacer a un hombre olvidar el mensaje cristiano poco después de oírlo. Las actividades, los cuidados, afanes y placeres del vivir pueden tomar tanto de la existencia de una persona, que el mensaje cristiano se ahoga en ella porque no tiene dónde alentar.
(III) El logos puede ser falsificado y adulterado (2 Co. 2:17; 4:2). Siempre que un hombre comience a escucharse y, por tanto, a dejar de escuchar a Dios, su versión del mensaje cristiano será distorsionada e inadecuada. Siempre que olvide someter sus conceptos e ideas a la prueba de la Palabra del Espíritu de Dios, producirá una versión del mensaje cristiano que será suya, pero no de Dios. Si continúa obrando así, acabará por amar a su pequeño sistema más que a la verdad de Dios.
(IV) El logos puede ser invalidado (Mr. 7:13). Es fatalmente fácil desplazar el mensaje cristiano, obscurecerlo con interpretaciones humanas, complicar su sencillez a base de condiciones, reservas y aclaraciones. Siempre que consideremos el mensaje cristiano como algo con lo que tenemos que efectuar un acuerdo, más bien que como algo a lo que nos tenemos que rendir, corremos el riesgo de hacerlo ineficaz. Sin “sometimiento” al mensaje, éste no puede hacer ni lograr su pleno efecto.
Cuando examinamos el contenido del mensaje cristiano en el NT, empezamos a apreciar, como nunca, las riquezas de esta fe que se nos ofrece. La palabra logos se emplea en el Nuevo Testamento por lo menos con siete genitivos diferentes, los cuales expresan en qué consiste el mensaje. Veámoslos.
(I) El mensaje cristiano es una palabra de buenas nuevas (Hch. 15:7). Nos trae tales noticias de Dios, que hacen al corazón cantar de gozo. El día más grande de la vida de un hombre es aquel en que descubre el amor. El mensaje cristiano conduce al hombre a descubrir nada menos que el amor de Dios.
(II) El mensaje cristiano es una palabra de verdad (Jn. 17:7; Ef. 1:13; Stg. 1:8). Toda la vida es una búsqueda profunda de la verdad. “¿Qué es la verdad?”, preguntó el burlón de Pilato, y no aguardó la respuesta. Puede que sea así; pero la vida resultaría intolerable si no hubiera estrellas fijas. El mensaje cristiano infunde seguridad al hombre.
(III) El mensaje cristiano es una palabra de vida (Fil. 2:16). El mensaje cristiano capacita al hombre para dejar de existir y comenzar a vivir. Le da Vida, con V mayúscula.
(IV) El mensaje cristiano es una palabra de justicia (He. 5:13) que dice al hombre dónde queda la bondad; le muestra lo que es misericordia; le da nuevas normas de vida; lo capacita para enriquecerlas y le da poder para cumplirlas.
(V) El mensaje cristiano es una palabra de reconciliación (2 Co. 5:19). La misma esencia de esta declaración es que Dios no se considera nuestro enemigo: es nuestro amigo. No se trata de que Dios necesitará reconciliarse con nosotros; el NT nunca dice eso. Eramos nosotros quienes necesitábamos ser reconciliados con Dios. La gran dádiva del mensaje cristiano es quitar la enajenación del hombre respecto de Dios y hacer posible la más grande las amistades.
(VI) El mensaje cristiano es una palabra de salvación (Hch. 13:26). Es la palabra de rescate. Rescata al hombre de los lazos del mal que lo maniataban. Lo potencia para vencer las tentaciones y obrar rectamente y con cordura. Lo libra del castigo que hubiera recaído sobre él si Dios le hubiese tratado según justicia y razón, y no con amor. Lo eleva sobre el estado mortecino en que se encuentra en esta vida, estado en que se hubiera encontrado en la otra.
(VII) El mensaje cristiano es la palabra de la cruz (1 Co. 1:18). Es la historia de uno que murió por los hombres. Es la historia de un amor que no se detuvo ante el sacrificio y que, por tanto, demuestra no haber nada que Dios no arrostre, sufra o sacrifique por amor al hombre. El corazón del logos cristiano es la cruz.
En el NT hay un uso técnico de la palabra logos. Está en el prólogo del Cuarto Evangelio, y culmina en la gran declaración: “La Palabra (logos) fue hecha carne, y habitó entre nosotros” (Jn. 1:14). Esta es una de las afirmaciones más trascendentales del NT, y tendremos que profundizar en ella si queremos apoderarnos de algo de su significado.
(I) Debemos empezar recordando que, en griego, logos tiene dos significados: palabra y razón, y ambos se entretejen juntamente.
(II) Comencemos por el trasfondo judío de esta palabra. En el pensamiento judío, una palabra no era simplemente un sonido articulado que expresa una idea: la palabra hacía cosas. La palabra de Dios no es un mero sonido: es una causa eficiente. En el relato de la creación, la palabra de Dios crea. Dios dijo: sea la luz; y fue la luz (Gn. 1:3). Por la palabra de Dios, fueron hechos los cielos … porque él dijo, y fue hecho (Sal. 33:6, 9). Envió su palabra, y los sanó (Sal. 107:20). La palabra de Dios hace lo que él quiere (Is. 55:11). Debemos recordar siempre que, en el pensamiento judío, la palabra de Dios no sólo decía, también hacía.
(III) Hubo un tiempo en que los judíos hablaban arameo porque habían olvidado su lengua hebrea. Por tanto, fue necesario traducir las Escrituras al arameo. Estas traducciones se llaman Targums. Ahora bien, como, en la simplicidad del AT, se atribuían a Dios sentimientos, acciones, reacciones y pensamientos al estilo de los hombres, los artífices de los Targums sintieron que todo esto aplicado al Altísimo seguía siendo demasiado humano, y, entonces, comenzaron a usar una circunlocución para expresar el nombre de Dios, es decir, no hablaban de Dios, sino de la Palabra, la memra de Dios, dando lugar a lo siguiente: en Ex. 19:17, los Targums dicen que Moisés sacó del campamento al pueblo para encontrarse con la memra, la Palabra de Dios, en vez de con Dios. En Dt. 9:3, la palabra de Dios, la memra, es fuego consumidor. En Is. 48:13 leemos: Mi mano fundó también la tierra y midió los cielos. Y en los Targums se dice: Por mi Palabra, mi memra, he fundado la tierra, y por mi fuerza he suspendido los cielos. El resultado fue que las escrituras judías, en su forma popular, se llenaron de la frase: La Palabra, la memra de Dios; y la palabra estaba siempre haciendo, no meramente diciendo.
(IV) Recordemos que palabra y razón están entrelazadas. En el pensamiento judío hay otra gran concepción: la de Sabiduría (sophia). Esto es así mayormente en Proverbios. Dios con sabiduría fundó la tierra (Pr. 3:13–20). El gran pasaje está en 8:1–9, donde la sabiduría existe desde siempre; antes que la tierra lo fuera, la sabiduría estaba con Dios. Esta idea se encuentra muy desarrollada en los libros escritos entre los dos Testamentos. En Eclesiástico 1:1–10 se dice que la Sabiduría fue concebida antes de todas las cosas, y que está derramada sobre toda la creación. En la Sabiduría de Salomón, la Sabiduría lo hace todo (9:12). La Sabiduría fue el instrumento de Dios en la creación y está entretejida con toda ella.
De este modo, en el pensamiento judío tenemos dos grandes concepciones respaldando la idea de Jesus como la Palabra, el logos de Dios. Primera, la Palabra de Dios no es únicamente discurso: es poder. Segunda, resulta imposible separar las ideas de Palabra y Sabiduría; y la Sabiduría de Dios fue lo que creó y penetró el universo que él hizo.
Al final del siglo I, la iglesia tuvo que hacer frente a un serio problema de comunicación. La iglesia se originó en el judaísmo, pero necesitaba presentar su mensaje a un mundo griego, que las categorías del judaísmo le eran ajenas. Como Goodspeed indica: “Un griego que quisiera ser cristiano estaba obligado a aceptar a Cristo, el Mesías. Naturalmente, preguntaría qué significaba eso, y hubiese habido que darle un cursillo de apocalíptica judía. ¿No había otra forma de introducirle directamente en los valores de la civilización cristiana sin ser siempre dirigido, podríamos incluso decir desviado, a través del judaísmo? ¿Debía el cristianismo utilizar siempre un vocabulario judío?” Alrededor del año 100 d. de J.C., hubo un hombre en Efeso, llamado Juan, que advirtió el problema. Este hombre fue quizás la mente más grande de la iglesia cristiana; y, repentinamente, vio la solución. Tanto judíos como griegos tenían la concepción del logos de Dios, ¿no podrían aunarse las dos ideas? Veamos el trasfondo griego con que trabajó Juan.
(I) Por el año 560 a. de J.C., hubo un filósofo griego, llamado Heráclito, que también vivió en Efeso. Este pensador concebía el mundo como un flujo. Todo está cambiando continuamente; no hay nada estático en el mundo. Pero, si todo cambia sin cesar, ¿por qué no es el mundo un completo y absoluto caos? Su respuesta fue: “Todo sucede conforme al logos”. En el mundo operan una razón y una mente; esa mente es la de Dios, es el logos de Dios; y el logos es el que hace que el universo sea un cosmos ordenado, y no un confuso caos.
(II) Esta idea de una mente, una razón, un logos, gobernando el mundo fascinaba a los griegos. Anaxágoras habló de la mente (nous) que “todo lo gobierna”. Platón decía que el logos de Dios era el que mantenía los planetas en sus órbitas y el que traía de vuelta las estaciones y los años en sus tiempos determinados. Pero fueron los estoicos, que estaban en su apogeo cuando el NT fue escrito, quienes amaron apasionadamente esta concepción. Para ellos el logos de Dios “vagaba—como Cleanto decía—por todas las cosas”. El curso de los tiempos, de las estaciones, de las mareas, de las estrellas, en fin, de todo, era ordenado por el logos; el logos fue el que introdujo la razón en el mundo. Posteriormente, la propia mente del hombre era una pequeña porción del logos: “La razón no es otra cosa que una partícula del espíritu divino inmersa en el cuerpo humano”, dijo Séneca. El logos fue el que puso la razón en el universo y en el hombre; y este logos era la mente de Dios.
(III) Esta concepción llegó a su clímax con Filón, un judío alejandrino que fusionó el método de pensamiento hebreo con los conceptos griegos. Para Filón el logos de Dios estaba “inscrito y grabado en la constitución de todas las cosas”. El logos es “el guardián por medio del que el piloto del universo gobierna todas las cosas”. “Los hombres se igualan en su capacidad de entender al logos”. “El logos es el sumo sacerdote que pone las almas ante Dios”. El logos es el puente entre el hombre y Dios.
Ahora podemos ver lo que Juan estaba haciendo por medio de su importantísima y profunda declaración: “La Palabra fue hecha carne”.
(I) Estaba vistiendo al cristianismo con un ropaje que un griego podía interpretar. He aquí un desafío para nosotros. El rehusó seguir expresando el cristianismo por medio de las anticuadas categorías del judaísmo, y usó categorías que, en su tiempo, se conocían y entendían. Una y otra vez la iglesia ha fracasado en esta tarea (de expresar las mismas ideas con distintas categorías) por pereza mental, por miedo a cortar las amarras del pasado, por huir de alguna posible herejía; pero “el hombre que quiera descubrir un nuevo continente tiene que aceptar el riesgo de navegar por un mar que no está en la carta”. Si, en cualquier tiempo, hemos de hablar a las gentes del mensaje cristiano, debemos utilizar un lenguaje que puedan entender. Esto es precisamente lo que Juan hizo.
(II) El autor del Cuarto Evangelio estaba dándonos una nueva cristología. Llamando a Jesús logos, Juan declaraba que (a) Jesús es el poder creador de Dios venido a los hombres. Jesús no sólo habló la palabra de conocimiento: El es la palabra de poder. Jesús no vino tanto para decirnos cosas como para hacer cosas por nosotros. (b) Jesucristo es la mente de Dios encarnada. Podríamos bien traducir las palabras de Juan: “La mente de Dios se hizo hombre”. Una palabra es siempre “la expresión de un pensamiento”, y Jesús es la perfecta expresión del pensamiento de Dios para los hombres.
Haremos bien en redescubrir y predicar otra vez a Jesucristo como el logos, la Palabra de Dios.


Ayuda Ministerial: Los Conflictos arreglados a la luz de la Palabra

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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1Cor 6.1-40
6 ¿Cómo se atreve alguno de vosotros, teniendo un asunto contra otro, a ir a juicio delante de los injustos y no, más bien, delante de los santos? 2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar pleitos tan pequeños? 3 ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¡Cuánto más las cosas de esta vida! 4 Por tanto, en caso de haber pleitos con respecto a las cosas de esta vida, a los que para la iglesia son de poca estima, ¿a éstos ponéis para juzgar?  5 Para avergonzaros lo digo. Pues, ¿qué? ¿No hay entre vosotros ni un solo sabio que pueda juzgar entre sus hermanos? 6 Pero hermano va a juicio contra hermano, ¡y esto ante los incrédulos! 7 Sin lugar a duda, ya es un fracaso total para vosotros el que tengáis pleitos entre vosotros. ¿Por qué no sufrir más bien la injusticia? ¿Por qué no ser más bien defraudados? 8 Sin embargo, vosotros hacéis injusticia y defraudáis, ¡y esto a los hermanos!
9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, pero ya sois santificados, pero ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo  y en el Espíritu de nuestro Dios.
Consagrar el cuerpo a Dios
12 Todas las cosas me son lícitas, pero no todo me conviene. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna. 13 La comida es para el estómago, y el estómago para la comida, pero Dios destruirá tanto al uno como a la otra.
El cuerpo no es para la inmoralidad sexual, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. 14 Pues como Dios levantó al Señor, también a nosotros nos levantará por medio de su poder. 15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una prostituta? ¡De ninguna manera! 16 ¿O no sabéis que el que se une con una prostituta es hecho con ella un solo cuerpo? Porque dice: Los dos serán una sola carne.  17 Pero el que se une con el Señor, un solo espíritu es.
18 Huid de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo. 19 ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Pues habéis sido comprados por precio. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo.

El deber conyugal
7 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer. 2 Pero a causa de la inmoralidad sexual, cada hombre tenga su esposa, y cada mujer tenga su esposo. 3 El esposo cumpla con su esposa el deber conyugal; asimismo la esposa con su esposo. 4 La esposa no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposo; asimismo el esposo tampoco tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa.
5 No os neguéis el uno al otro, a menos que sea de acuerdo mutuo por algún tiempo, para que os dediquéis a la oración y volváis a uniros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. 6 Esto digo a modo de concesión, no como mandamiento. 7 Más bien, quisiera que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don procedente de Dios: uno de cierta manera, y otro de otra manera.
8 Digo, pues, a los no casados y a las viudas que les sería bueno si se quedasen como yo. 9 Pero si no tienen don de continencia, que se casen; porque mejor es casarse que quemarse.
La permanencia del matrimonio
10 Pero a los que se han casado mando,  no yo, sino el Señor: que la esposa no se separe de su esposo 11 (pero si ella se separa, que quede sin casarse o que se reconcilie con su esposo), y que el esposo no abandone a su esposa.
12 A los demás digo yo, no el Señor: que si algún hermano tiene esposa no creyente,  y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si alguna esposa tiene esposo no creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 14 Porque el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el creyente.  De otra manera vuestros hijos serían impuros, pero ahora son santos. 15 Pero si el no creyente se separa, que se separe. En tal caso, el hermano o la hermana no han sido puestos bajo servidumbre, pues Dios os  ha llamado a vivir en paz. 16 Porque, ¿cómo sabes, oh esposa, si quizás harás salvo a tu esposo? ¿O cómo sabes, oh esposo, si quizás harás salva a tu esposa?
El cristiano en su ambiente social
17 Solamente que viva cada uno como el Señor le asignó, y tal como era cuando Dios le llamó; así ordeno en todas las iglesias. 18 ¿Fue llamado alguien ya circuncidado? No disimule su circuncisión. ¿Ha sido llamado alguien incircunciso? No se circuncide. 19 La circuncisión no es nada, y la incircuncisión no es nada; más bien, lo que vale es guardar los mandamientos de Dios. 20 Cada uno permanezca en la condición  en que fue llamado. 21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes; pero si puedes hacerte libre, por supuesto procúralo. 22 Porque el que en el Señor es llamado siendo esclavo, es hombre libre del Señor. De igual manera, también el que es llamado siendo libre, es esclavo del Señor. 23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. 24 Hermanos, que cada uno se quede para con Dios en la condición  en que fue llamado.
Consejos para los no casados
25 Pero con respecto a los que son solteros,  no tengo mandamiento del Señor, aunque les doy mi parecer como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. 26 Pues, a causa de la presente  dificultad, bien me parece que al hombre le sea bueno quedarse como está. 27 ¿Estás ligado a esposa? No procures desligarte. ¿Estás libre de esposa? No busques esposa. 28 Pero también, si te casas, no pecas; y si la soltera  se casa, no peca; aunque aquellos que se casan tendrán aflicción en la carne, y yo quisiera evitárosla.
29 Pero os digo esto, hermanos, que el tiempo se ha acortado. En cuanto al tiempo que queda, los que tienen esposas sean como si no las tuvieran; 30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran; 31 y los que disfrutan de este mundo, como si no disfrutaran de él. Porque el orden presente de este mundo está pasando.
32 Quisiera, pues, que estuvieseis libres de ansiedad. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; 33 pero el casado se preocupa de las cosas de la vida, de cómo ha de agradar a su esposa, 34 y su atención está dividida.  La mujer no casada, o soltera,  se preocupa de las cosas del Señor, a fin de ser consagrada tanto en cuerpo como en espíritu. En cambio, la casada tiene cuidado de las cosas de la vida,  de cómo ha de agradar a su esposo. 35 Esto digo para vuestro provecho; no para poneros restricción, sino para que viváis honestamente, atendiendo al Señor sin impedimento.
36 Si alguien  considera que su comportamiento es inadecuado hacia su virgen  y si está en la flor de la edad y por eso siente obligación de casarse, puede hacer lo que quiere; no comete pecado. Cásense. 37 Pero el que está firme en su corazón, no teniendo necesidad, sino que tiene dominio sobre su propia voluntad y así ha determinado en su corazón conservársela virgen, hará bien. 38 De modo que el que se casa con  su virgen  hace bien; y de igual manera, el que no se casa  hace mejor.
El matrimonio de las viudas
39 La esposa está ligada  mientras viva su esposo. Pero si su esposo muere, está libre para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor. 40 Pero según mi opinión, más feliz será si permanece así. Y pienso que yo también tengo el Espíritu de Dios.


Santa Biblia : Reina-Valera Actualizad. (1989). (electronic ed. of the 1989 editio., 1 Co 6.1–7.40). El Paso: Baptist Spanish Publishing House.

viernes, 1 de noviembre de 2013

La desobediencia: Un pecado que arruinó nuestro estado virginal

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Desobediencia
Sinopsis
Rehusarse a obedecer a alguien, especialmente alguien en una posición de autoridad. Las Escrituras insisten en la necesidad de obedecer a Dios todo el tiempo.
La desobediencia entra en el corazón de las personas por varias razones
Desobediencia viene por la avaricia y la lujuria
Génesis 3.6 (RVA) — 6 Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió.
Génesis 3.11–12 (RVA) — 11 Le preguntó Dios: —¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieses? 12 El hombre respondió: —La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.
Éxodo 16.19–20 (RVA) — 19 Y Moisés les dijo: —Ninguno guarde nada de ello hasta el día siguiente. 20 Pero no obedecieron a Moisés, sino que algunos guardaron algo para el día siguiente; pero crió gusanos y hedió. Y Moisés se enojó contra ellos.
Josué 7.20–21 (RVA) — 20 Acán respondió a Josué diciendo: —Verdaderamente yo he pecado contra Jehovah Dios de Israel, y he hecho así y así: 21 Vi entre el botín un manto babilónico muy bueno, 200 siclos de plata y un lingote de oro de 50 siclos de peso, lo cual codicié y tomé. Todo ello está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero está debajo de ello.
2º Samuel 11.2–4 (RVA) — 2 Y sucedió que al atardecer David se levantó de su cama y se paseaba por la azotea del palacio, cuando vio desde la azotea a una mujer que se estaba bañando. Y la mujer era muy bella. 3 David mandó preguntar por la mujer, y alguien le dijo: —¿No es ésta Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías el heteo? 4 David envió mensajeros y la tomó. Cuando ella vino a él, él se acostó con ella, que estaba purificándose de su impureza. Entonces ella regresó a su casa.
Desobediencia surge por la impaciencia
Éxodo 32.23 (RVA) — 23 Ellos me dijeron: "Haz para nosotros dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido."
Ver también Nm 20.10–11 ; 1 Sm 13.8–14
Números 20.10–11 (RVA) — 10 Luego Moisés y Aarón reunieron a la congregación delante de la roca, y él les dijo: —¡Escuchad, rebeldes! ¿Sacaremos para vosotros agua de esta roca? 11 Entonces Moisés levantó su mano y golpeó la roca con su vara dos veces. Y salió agua abundante, de modo que bebieron la congregación y su ganado.
1º Samuel 13.8–14 (RVA) — 8 El esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había señalado. Pero como Samuel no venía a Gilgal y el pueblo se le dispersaba, 9 Saúl dijo: —Traedme el holocausto y los sacrificios de paz. El ofreció el holocausto. 10 Y sucedió que al acabar de ofrecer el holocausto, he aquí que venía Samuel. Saúl le salió al encuentro para saludarle,11 y Samuel le preguntó: —¿Qué has hecho? Saúl respondió: —Cuando vi que el pueblo se me dispersaba, que tú no venías en el plazo señalado y que los filisteos estaban reuniéndose en Micmas, 12 entonces pensé: "Los filisteos descenderán ahora a Gilgal contra mí, y yo no he implorado el favor de Jehovah." Por eso me vi forzado y ofrecí el holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: —Has actuado torpemente. No guardaste el mandamiento que Jehovah tu Dios te dio. ¡Pues ahora Jehovah hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre! 14 Pero ahora tu reino no será duradero. Jehovah se ha buscado un hombre según su corazón, a quien Jehovah ha designado como el soberano de su pueblo, porque tú no has guardado lo que Jehovah te mandó.
Desobediencia viene por el temor
Jeremías 43.2–7 (RVA) — 2 Azarías hijo de Osaías, Johanán hijo de Carea y todos los hombres arrogantes dijeron a Jeremías: —¡Dices mentiras! No te ha enviado Jehovah nuestro Dios, para decir: "No entréis a Egipto para residir allí"; 3 sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en mano de los caldeos, a fin de que nos maten o que nos lleven cautivos a Babilonia. 4 Así que Johanán hijo de Carea, todos los oficiales de los soldados y todo el pueblo no obedecieron la voz de Jehovah, para quedarse en la tierra de Judá. 5 Más bien, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de los soldados tomaron a todo el remanente de Judá (los que habían regresado, para residir en la tierra de Judá, de todas las naciones a donde habían sido echados), 6 a hombres, a mujeres, a niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nabuzaradán, el capitán de la guardia, había dejado con Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc hijo de Nerías. 7 Entraron en la tierra de Egipto, porque no obedecieron la voz de Jehovah; y llegaron hasta Tafnes.
Juan 7.13 (RVA) — 13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él, por miedo de los judíos.
Juan 12.42 (RVA) — 42 No obstante, aun de entre los dirigentes, muchos creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Gálatas 2.12 (RVA) — 12 Pues antes que viniesen ciertas personas de parte de Jacobo, él comía con los gentiles; pero cuando llegaron, se retraía y apartaba, temiendo a los de la circuncisión.
Desobediencia es el resultado del orgullo y la arrogancia
Levítico 10.1 (RVA) — 1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante de Jehovah fuego extraño que él no les había mandado.
Ver también Éx 5.2 ; 2 Cr 26.16
Éxodo 5.2 (RVA) — 2 Pero el faraón respondió: —¿Quién es Jehovah para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehovah, ni tampoco dejaré ir a Israel.
2º Crónicas 26.16 (RVA) — 16 Cuando Uzías se hizo fuerte, su corazón se enalteció hasta corromperse. El actuó con infidelidad contra Jehovah su Dios y entró en la casa de Jehovah para quemar incienso en el altar del incienso.
Incredulidad es desobediencia
Hebreos 3.12 (RVA) — 12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros un corazón malo de incredulidad que os aparte del Dios vivo.
Ver también Jr 7.23–28 ; Ro 11.30–32 Ro 11:20 hace claro que la desobediencia de la que habla aquí es la incredulidad ; He 3.18–19 ; He 4.2 ; He 4.6
Jeremías 7.23–28 (RVA) — 23 Más bien, les mandé esto diciendo: ’Escuchad mi voz; y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Andad en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien.’24 Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia adelante. 25 Desde el día en que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta este día, os envié todos mis siervos los profetas, persistentemente, día tras día. 26 Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; más bien, endurecieron su cerviz y actuaron peor que sus padres. 27 "Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás, pero no te responderán. 28 Por tanto, les dirás: ’Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehovah su Dios ni aceptó la corrección. La fidelidad se ha perdido; ha sido eliminada de sus bocas.’
Romanos 11.30–32 (RVA) — 30 De igual manera, vosotros en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos. 31 Asimismo, ellos han sido desobedientes en este tiempo, para que por la misericordia concedida a vosotros, también a ellos les sea ahora concedida misericordia. 32 Porque Dios encerró a todos bajo desobediencia, para tener misericordia de todos.
Hebreos 3.18–19 (RVA) — 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que no obedecieron? 19 Y vemos que ellos no pudieron entrar debido a su incredulidad.
Hebreos 4.2 (RVA) — 2 Porque también a nosotros, como a ellos, nos han sido anunciadas las buenas nuevas; pero a ellos de nada les aprovechó oír la palabra, porque no se identificaron por fe con los que la obedecieron.
Hebreos 4.6 (RVA) — 6 Puesto que falta que algunos entren en el reposo, ya que aquellos a quienes primero les fue anunciado no entraron a causa de la desobediencia,
Falta de amor es desobediencia
Juan 14.24 (RVA) — 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me envió.
Ver también 1 Jn 2.9 ; 1 Jn 3.15
1 Juan 2.9 (RVA) — 9 El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está en tinieblas todavía.
1 Juan 3.15 (RVA) — 15 Todo aquel que odia a su hermano es homicida, y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciendo en él.
Desobediencia a Dios lleva al castigo
Castigo se aplica a individuos
Génesis 3.17–19 (RVA) — 17 Y al hombre dijo: —Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: "No comas de él", sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; 18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.
Génesis 3.23–24 (RVA) — 23 Y Jehovah Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida.
Levítico 10.1–2 (RVA) — 1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante de Jehovah fuego extraño que él no les había mandado. 2 Entonces salió fuego de la presencia de Jehovah y los consumió. Y murieron delante de Jehovah.
Números 20.12 (RVA) — 12 Luego Jehovah dijo a Moisés y a Aarón: —Por cuanto no creísteis en mí, para tratarme como santo ante los ojos de los hijos de Israel, por eso vosotros no introduciréis esta congregación en la tierra que les he dado.
1º Samuel 28.18 (RVA) — 18 porque no obedeciste la voz de Jehovah ni ejecutaste el ardor de su ira contra Amalec. Por eso Jehovah te ha hecho esto hoy.
2º Samuel 12.14 (RVA) — 14 Pero como en este asunto has hecho blasfemar a los enemigos de Jehovah, el hijo que te ha nacido morirá irremisiblemente.
Jonás 1.10–12 (RVA) — 10 Aquellos hombres temieron muchísimo y le preguntaron: —¿Por qué has hecho esto? Pues entendieron que huía de la presencia de Jehovah, ya que él se lo había declarado. 11 Y le preguntaron: —¿Qué haremos contigo para que el mar se nos calme? Porque el mar se embravecía más y más. 12 Y él respondió: —Levantadme y echadme al mar, y se os calmará; pues yo sé que por mi causa os ha sobrevenido esta gran tempestad.
Efesios 5.5–6 (RVA) — 5 Porque esto lo sabéis muy bien: que ningún inmoral ni impuro ni avaro, el cual es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Nadie os engañe con vanas palabras, porque a causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
Castigo por la desobediencia de la incredulidad
2 Tesalonicenses 1.8–9 (RVA) — 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no han conocido a Dios y a los que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús.9 Ellos serán castigados con eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
Ver también He 2.2–3
Hebreos 2.2–3 (RVA) — 2 Pues si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación, que al principio fue declarada por el Señor, nos fue confirmada por medio de los que oyeron,
Naciones que son castigadas
Génesis 15.14 (RVA) — 14 Pero yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después de esto saldrán con grandes riquezas.
Ver también Hch 7.7
Hechos de los Apóstoles 7.7 (RVA) — 7 "Pero yo juzgaré a la nación a la cual sirvan", dijo Dios, " y después de esto saldrán y me rendirán culto en este lugar."
Deuteronomio 11.26–28 (RVA) — 26 "Mira, pues; yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: 27 la bendición, si obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios que yo os mando hoy; 28 y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que yo os mando hoy, para ir en pos de otros dioses que no habéis conocido.
Ver también Éx 32.35 ; Dt 28.15 ; Is 13.11
Éxodo 32.35 (RVA) — 35 Y Jehovah hirió al pueblo con una plaga por lo que habían hecho con el becerro que Aarón formó.
Deuteronomio 28.15 (RVA) — 15 "Pero si no escuchas la voz de Jehovah tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:
Isaías 13.11 (RVA) — 11 "Castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad. Haré que cese la arrogancia de los soberbios, y humillaré la altivez de los tiranos.
Desobediencia, como todos los pecados, puede ser perdonada
Romanos 5.19 (RVA) — 19 Porque como por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores, así también, por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos.
Ver también Ef 2.1–5
Efesios 2.1–5 (RVA) — 1 En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo y al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia. 3 En otro tiempo todos nosotros vivimos entre ellos en las pasiones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y por naturaleza éramos hijos de ira, como los demás. 4 Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos!


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