... El que tiene este cargo, ha de ser irreprensible, debe ser apto para enseñar; no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Moisés es uno de los personajes que más se menciona en la Biblia. No todas las veces la mención es una referencia a la persona como tal, pues en algunas ocasiones se está hablando sobre la Ley o los libros escritos por él.
Para hoy la lección más importante que debemos aprender, en relación con la vida de Moisés, es que él respondió al llamado que Dios le hizo para involucrarse en Su plan.
Al inicio quiso hacer las cosas a su manera y fracasó. Cuando ya era el tiempo de Dios puso un puñado de excusas para no atender al llamado, pero finalmente fue, y luego que se dejó utilizar por Dios fue un líder firme y comprometido.
Moisés pasó los primero años de su vida pensando que era importante, y que por sus méritos humanos sería el libertador de su gente. Pero en lugar de eso terminó exiliado y llegó a ser un sencillo pastor de ovejas. Cruzando al otro extremo, por un momento menospreció el poder de Dios para utilizar a alguien pequeño; pero finalmente aprendió a confiar en Dios y aunque tuvo sus altibajos pudo ver las grandes cosas que el Señor puede hacer con alguien sencillo.
El poder no estuvo en Moisés, el príncipe, el pastor o el profeta, sino en el Dios que le encomendó una tarea y que siempre estuvo apoyándolo para cumplir con Su propósito.
Pastoreando las ovejas de su
suegro Jetro –que significa “Su excelencia”-, Moisés llegó
hasta el Monte Horeb –que significa “Desolación”-, donde se le apareció
el Ángel de Jehová, (vs. 1-2).
Según el Diccionario Ilustrado
de la Biblia, de editorial Caribe: “Muchos teólogos creen que el
Ángel del Señor, mencionado varias veces en el Antiguo Testamento,
es una teofanía, o sea, una manifestación de Dios en forma
visible y corpórea, antes de la encarnación de Cristo...
Puede concluirse que el Ángel del Señor es el Hijo de Dios,
quien revela corporalmente la divinidad, (Juan 1:18)”. Otros se oponen
a esta idea diciendo que diluye el carácter de la encarnación
de Jesucristo, y reduce lo dicho en Hebreos 1:4, que fue “hecho tanto superior
a los ángeles”.
El Ángel de Jehová se apareció
en una llama de fuego, en medio de una zarza. Lo curioso era que
el arbusto no se consumía mientras ardía. Esto atrajo
la curiosidad de Moisés. Pero al acercarse a investigar, fue
detenido por la voz de Dios que le ordenó quitarse el calzado, pues
aquel era un lugar santo, (vss. 2-5).
Dios se le reveló a Moisés
como el Dios de sus antepasados los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.
El miedo lo sobrecogió y se cubrió la cara porque tuvo temor
de mirar la gloria de Dios, (vs. 6). Se creía que ver a Dios
cara a cara ponía a quien lo hacía en peligro mortal.
Así se lo dijo Dios mismo más adelante, (Éxodo 33:20),
“No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre y vivirá”.
El Señor le dijo a Moisés que el tiempo de liberar a los
israelitas de la esclavitud en Egipto había llegado ya. Le
reveló su plan de llevarlos a una tierra buena y de abundancia,
(vss. 7-9). La expresión “tierra que fluye leche y miel”,
es la descripción tradicional de la región llena de colinas
de Canaán en su estado pastoral original.
El elegido para la gran tarea de liberar
a los hebreos era Moisés, (vs. 10). Sin embargo, después
de cuarenta años cuidando ovejas, caminando a solas por los desiertos,
con una familia y un hogar establecido en Madián, Moisés
ya no era el líder animoso que una vez había querido libertar
a su pueblo por su propia iniciativa. Tal vez ya había olvidado
mucho del lenguaje refinado de la corte egipcia, y hablaba sólo
el idioma madianita. Ahora era un Moisés maduro, más
sabio y calculador, era más prudente y por ello presentó
una serie de excusas:
1. Se sintió pequeño para tal misión. Cuarenta
años antes lo había echado a perder todo al matar imprudentemente
al egipcio. Moisés preguntó: “¿Quién
soy yo?” Dios le respondió: “Ve, porque yo estaré contigo”,
(vss. 11-12).
2. Dijo que no sabría qué responder cuando le preguntaran:
“¿Cuál es su nombre?” Dios le contestó: “YO
SOY EL QUE SOY... Así dirás a los hijos de Israel:
YO SOY me envió a vosotros”, (vss. 13-15). Con este nombre
Dios se revela a Moisés como un Dios real, personal, inmutable y
todopoderoso.
3. Moisés argumentó que no le creerían que
Dios se le había aparecido. Dios le mostró que su vara
de pastor al dejarla caer al suelo se transformaba en culebra; y que al
meter su mano en sus ropas se volvía leprosa, y al meterla de nuevo,
se volvería sana de nuevo, (Éxodo 4:1-9).
4. Pretexto aún más: “Nunca he sido hombre de fácil
palabra”. Dios pacientemente le ofreció: “Yo estaré
en tu boca y te enseñaré lo que hayas de hablar”, (Éxodo
4:10-12).
5. Continuó negándose hasta enojar a Dios, (Éxodo
4:13-14). Aún así, Dios le ofreció que su hermano
Aarón lo ayudaría, y que Él les daría palabras
y los guiaría en lo que debían hacer, (vss. 13-17).
Finalmente, Moisés accedió y decidió cumplir la tarea
que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob le había encomendado.
PREGUNTAS PARA CONSIDERAR
1. ¿Cuál es la gran tarea que Dios lo ha llamado
a hacer en su vida?
2. Está ya preparado o está preparándose
para realizarla?
3. ¿Qué obstáculos ve adelante para efectuar
su llamamiento?
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Fondo bíblico: Éxodo 3:1 al 4:17
Verdad central: Dios llama y equipa a la gente para una tarea especial.
Texto áureo: Lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Éxodo 3:4
Objetivo
Reconocer que Dios escoge a las personas para una tarea especial, y apreciar su dirección divina.
Bosquejo
I. El encuentro divino
-- A. El llamado divino
-- B. La comisión divina
II. La respuesta humana
-- A. "¿Quién soy yo?"
-- B. "¿Quién eres tú?"
III. La promesa de ayuda
-- A. El Dios de acción
-- B. El Dios de poder
-- C. El Dios que provee
Introducción
Una de las experiencias más solemnes y trascendentes de la vida del cristiano es el llamado específico de Dios a hacer algo. La historia de Israel y de la Iglesia nos presenta numerosos relatos de personas a quienes Dios llamó para cumplir una tarea especial. El llamado y las respuestas-dadas fueron tan diversos como los individuos que fueron llamados. Algunos fueron llamados a ser líderes, otros fueron llamados a un servicio simple. Algunos huyeron, otros discutieron, y aún otros respondieron en obediencia inmediata. El elemento compartido por todos ellos fue la toma de una decisión. El relato del llamado de Moisés nos describe la asombrosa experiencia de un hombre. Este relato anima a los que ven sólo sus debilidades a enfocar en un Dios que sólo ve Su poder.
Comentario Bíblico
I. El encuentro divino Éxodo 3:1-10
-- A. El llamado divino
Uno de los principios fundamentales del servicio a Dios es que la tarea asumida se origina en el llamado de Dios. Nadie, sean cuales sean los talentos o la posición que tenga, podrá establecerse ante la presencia de Dios. Los puestos de servicio espiritual son dados por Dios soberanamente.
El relato de la vida de Moisés en Madián (v. 1) hace hincapié en esta verdad. La frase "apacentando Moisés las ovejas" en el idioma hebreo indica que éste era el oficio de Moisés; era pastor. Estaba viviendo tranquilamente en el exilio, lejos del puesto de príncipe que tuvo en Egipto.
Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre los criterios que empleamos los seres humanos para determinar el potencial de una persona, y los criterios que usa Dios?
La gente a menudo juzga las cualidades de los demás según su inteligencia, habilidades, y capacidad para tomar decisiones. Las normas que Dios usa son diferentes. Moisés, un hombre que mató a un egipcio y huyó al desierto, no califica dentro de las normas humanas para una tarea especial. Pero Dios vio algo en Moisés que Él pudo usar.
Dios no llamó a Moisés cuando éste gozaba de los deleites del palacio de Faraón o de su preparación en la escuela de los egipcios. Más bien, este llamado de ser profeta nos muestra una rotura radical con todos los lazos del pasado. Cuando Moisés tuvo ese encuentro con Dios en forma de la zarza ardiente, no lo vemos preocupado con la situación del pueblo hebreo, ni con un deseo de ser su libertador. Más bien, todo el relato del llamado de Moisés se presenta como algo iniciado por Dios.
Aunque Dios es responsable de la preparación que mucha gente recibe aun antes de convertirse, sus talentos personales no desempeñan parte alguna en prepararlos para recibir el llamado de Dios a hacer su obra. Dios puede usar las habilidades y la educación de uno como lo hizo con Moisés, pero no juegan un papel importante en ser llamado o usado por Dios.
Los medios y los eventos que Dios utiliza para llamar a sus siervos escogidos son tan diversos como la gente a quien Él llama. Lo importante de la zarza ardiente es que esto era un evento nuevo y extraordinario en la vida de Moisés. Marcó un nuevo período en la interacción entre Dios y Moisés. La vida de pastor para Moisés había terminado; la nueva vida de ser un libertador y profeta estaba para comenzar.
-- B. La comisión divina
Moisés fue parte de un momento especial y sobrenatural. Estaba ante el Dios de sus padres (v. 6).
La repetición en los versículos 7 y 9 expresa que Dios estaba muy consciente de las aflicciones de su pueblo. Él había escuchado sus clamores y conocía sus penas. Este es un ejemplo de la gran compasión de Dios y de su entendimiento de la condición y las necesidades de su pueblo. El llamado de Moisés no se basaba en el corazón y las pasiones de él; ese llamado estaba basado en la compasión de Dios por Israel.
Moisés serviría como el representante de Dios. En el versículo 8, Dios expresó claramente sus intenciones: librar al pueblo de la esclavitud y llevarlos a "una tierra buena". En el versículo 10, Dios le dijo a Moisés que Él sacaría al pueblo de Egipto.
Pregunta: ¿Qué peligros enfrentan los cristianos si creen que el éxito o el fracaso en la obra de Dios dependen de ellos en lugar de Dios?
Los cristianos nunca deben olvidar la solemne responsabilidad de ser representantes de Dios. De la misma manera, nunca deben olvidar que después de todo, es Dios que cumple las tareas que Él les asigna. Son sólo instrumentos en sus manos. Ellos actúan como necios cuando empiezan a confiar en sus propias habilidades. Tengan por seguro que siempre fallarán, y hasta posiblemente desilusionarán a quienes sirven.
II. La respuesta humana Éxodo 3:11-13
-- A. "¿Quién soy yo?"
Mientras que el llamado de Dios a una tarea especial se basa en la soberanía y la gracia de Dios, la voluntad e iniciativa humana también están presentes y activas. Este pasaje nos enseña que al principio Moisés resistió el llamado de Dios en su vida. Su caso no es el único en las Escrituras. Otros dos ejemplos son Gedeón (Jueces 6:11-40) y Jeremías (Jeremías 1:1-12). Pero estos ejemplos muestran que, a pesar de la reserva humana. Dios puede transformar vidas. Moisés con el tiempo sería el gran líder de Israel durante este período formativo de la historia del pueblo.
Moisés resistió el llamado de Dios presentando cinco razones distintas (3:11; 3:13; 4:1; 4:10; 4:13). Dios consideró cada una seriamente y las contestó en forma completa y maravillosa.
La reacción inicial de Moisés es común a todos los que se encuentran ante la presencia y persona de Dios (lea, Isaías 6:5). A diferencia de su resistencia demostrada más tarde, la primera pregunta de Moisés demuestra una legítima reacción inicial de un individuo que es confrontado por Dios al ser llamado para hacer su obra.
Pregunta: ¿Cuáles son algunos de los beneficios que los cristianos recibirán al tener una correcta perspectiva de sí mismos delante de Dios?
La primera pregunta que Moisés hizo es una de dos preguntas críticas que todo cristiano debe hacer. Una correcta perspectiva de sí mismo en relación con Dios y su obra es fundamental para que el servicio espiritual sea efectivo. Esto nos recordará de quién es la obra, y refuerza el conocimiento de que Dios es el que realmente cumple la obra.
La respuesta de Dios a Moisés fue directa y poderosa; el asunto no era quién era Moisés, sino quién era el que lo llamó. Mientras más íntimamente conocemos a Dios, mejor nos entenderemos a nosotros mismos. Con una certidumbre absoluta. Dios le prometió a Moisés que Él iría con él. Para reforzar esta promesa. Dios le dio a Moisés una señal. Esta señal (la zarza ardiente) tuvo dos funciones: (1) Era una señal visible del poder y de la santidad de Dios que ha irrumpido en la escena de la experiencia humana; y (2) señaló el futuro seguro de un pueblo redimido adorando a su Dios en su santuario.
-- B. "¿Quién eres tú?"
La segunda reacción de Moisés refleja una segunda pregunta fundamental para todo cristiano: "¿Quién es Dios?" Más específicamente la pregunta debe ser: "¿Realmente sé quién es el que me llamó?" Para Moisés y los cristianos que buscan ser sinceros consigo mismos, esta pregunta contiene elementos de una fe sincera así como de duda humana.
Esta no es una pregunta de reflexión filosófica; es una pregunta respecto a una relación muy especial. Moisés y el pueblo tenían que saber cuáles eran las intenciones de Dios. Aunque Él era el Dios de sus padres, ¿cuál seria su futura relación con ellos? Al entender quién era Dios, sus preguntas serían contestadas.
PREGUNTA: ¿Qué pasos prácticos podemos tomar para crecer en el conocimiento de Dios?
El cristiano debe dedicar su vida a obtener más conocimientos de Dios. La lectura sistemática de la Biblia, la oración y el ayuno son pasos vitales y necesarios para crecer en el conocimiento de Dios. Mientras existe el elemento de divinidad soberana para conocer a Dios (Mateo 11:27), también existe el elemento de voluntad humana que responde positivamente a la dirección interna del Espíritu Santo (Salmo 27:8).
III. La promesa de ayuda Éxodo 3:14,15; 4:1-5.10-16
-- A. El Dios de acción
Dios expresó sus intenciones y futura relación con Israel a Moisés al revelarse como Jehová, un nombre derivado del verbo hebreo "ser", YO SOY EL QUE SOY. También incluye acción futura—YO SERÉ EL QUE SERÉ.
Dios se revelaría por medio de eventos y actos especiales en un futuro que todavía no revelaría a Moisés. Sin embargo, en los días venideros este Dios de acción obraría por medio de Moisés.-'Como líder de Israel, Dios le aseguro a Moisés que Su presencia sería la fuerza detrás de su liderazgo. Fue esta presencia divina que Moisés reconoció como la cualidad indispensable que lo distinguió a él y al pueblo de Israel de las demás naciones (Éxodo 33:16). Lo que distingue a los divinamente llamados al servicio de Dios en cualquier capacidad es Su presencia en sus vidas.
Jehová sería el nombre que el pueblo de Israel usaría para referirse a Dios "este es mi nombre para siempre" (3:15). Esta frase sugiere que la revelación de Dios continúa y es para siempre. A través de la historia de Israel, este nombre (y su forma corta Jah) apareció en muchas combinaciones que expresaban en forma precisa cómo Dios se había revelado a Israel: Libertador, Guía, Juez, Sanador, Proveedor y muchos otros.
PREGUNTA: ¿Cómo se ha revelado Dios a usted por medio de Su poder?
Dios continúa revelándose a sí mismo a aquellos que lo buscan. Él desea una íntima relación con Sus hijos; desea ser conocido de una manera personal.
-- B. El Dios de poder
En Éxodo 4:1 Moisés contradijo en forma directa la promesa de Dios en 3:18: "Y oirán tu voz." "Ellos no me creerán, ni oirán mi voz", dijo Moisés. Tenía que convencerse de que el poder de Dios en efecto estaba con él. La respuesta de Dios exhibió la gran paciencia que Él mostraba hacia las dudas de Moisés. Hasta le ofreció a Moisés tres señales—la señal de la vara, la mano leprosa, y la descripción de las aguas del río convirtiéndose en sangre. Estas servirían de señal al pueblo y a Moisés.
Para que un cristiano realmente sea efectivo en llevar a cabo los planes de Dios, debe asegurarse internamente de que el poder de Dios operará en su ministerio. Este poder sirve dos propósitos mayores: (1) como un medio para confirmar al cristiano y a los que él sirve que Dios verdaderamente está obrando (4:5); y (2) para los que no son creyentes, una demostración del poder y autoridad de Dios (4:8,9).
-- C. El Dios que provee
Moisés debió estar satisfecho desde un principio, cuando tuvo la experiencia de la zarza ardiente. Debió creer que Dios estaría con él y que cumpliría todas sus promesas. Pero a Moisés le faltaba crecer más. Con el transcurso de los años su relación con Dios se desarrollaría aun más mientras ministraba a Israel. En este momento de su vida, vemos que Moisés era como la mayoría de nosotros. Él tenía dudas también.
Al rogarle a Dios por última vez que enviara a otra persona en lugar suyo, es evidente que Moisés buscaba una razón para no responder al llamado de Dios. Una vez más. Dios demostró su paciencia tratando con las debilidades del hombre. Sin embargo, Él permitió que Moisés conociera Su ira también. La respuesta a cada pregunta sirvió para decirle a Moisés que Dios está consciente de las limitaciones del hombre, y escoge llamar a individuos a pesar de sus protestas. Dios le afirmó la misma verdad a Pablo cuando dijo: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9).
La última protesta de Moisés recibió una reprensión severa de Dios. Este pasaje muestra a Moisés muy desesperado. Moisés ya no podía postergar su decisión de ir o no. Dios le concedió una petición a Moisés, pero no lo libró de su responsabilidad. Si bien Aarón fue señalado como el portavoz, fue Moisés quien fue comisionado como el intermediario de Dios (4:16). El servicio a Dios es un asunto de sumisión: la sumisión de una voluntad humana y finita a un Dios paciente y todopoderoso.
Aplicación
La vida de Moisés demuestra que el llamado de Dios es tan único como la gente a quien Él llama. Dios no llama a un cristiano según sus talentos o dones naturales, aunque puedan ser importantes. Más bien, la comisión se basa en la elección soberana de Dios de un individuo para llevar a cabo Su plan. No vamos a imponer las normas de la sociedad secular de cualificaciones estrictas para un servicio espiritual al punto que no podamos reconocer la obra de Dios en la vida de ese individuo
La experiencia del llamado de Dios puede traemos a una etapa crucial de reconocer quiénes somos nosotros y quién es Dios. Debemos reconocer que no tenemos ningún poder para traer cambios permanentes y significativos sin el poder de Dios. Moisés no fue llamado debido a sus talentos, preparación, o éxitos personales. Moisés fue llamado porque Dios sabía lo que Él podía lograr por medio de él. Así como fue importante para Moisés saber quién lo llamó, así también el liderazgo espiritual y efectivo requiere tener un conocimiento creciente de Dios cada día.
Los que responden al llamado de Dios tienen la promesa de su presencia, poder y providencia. Sólo aquellos hombres y mujeres llenos "de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 6:5) pueden ejercer liderazgo espiritual. Las poderosas manifestaciones del poder de Dios operarán en la vida de sus siervos para que los que no creen puedan creer y tener fe, y los que creen puedan ser fortalecidos y alentados.
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La historia de Moisés es una de las más famosas de la Biblia.
Moisés era el hombre quien dios usó para sacar Su pueblo de la esclavitud en Egipto.
Moisés alzó su vara y el Mar Rojo se partió.
Moisés era el hombre que tuvo un encouentro con Dios en el monte de Sinaí y recibió los Diez Mandamientos.
Moisés era el hombre quien Dios usó para guiar Su pueblo por el desierto a la "Tierra Prometita".
Cuando Dios necesita que se haga algo, frecuentemente emplea a hombre para hacerlo. Si Dios necesite hacer algo hoy día, quizas use a Ud.
El éxito de Moisés no tuvo nada que ver con su propia sabiduría y fuerza. Su éxito provino del poder de Dios.
Su éxito de Ud. también podría provenir de Dios.
En la última lección aprendimos que los hijos de Israel se mudaron a Egipto para escapar de una escasez de elementos tremenda. José, uno de los hijos de Israel, era un gran líder en Egipto. Mientras José vivía, los hijos de Israel estaban respetados y tratados con bondad.
No obstante, cuando José murió, su pueblo llegó a ser víctimas de discriminación. De hecho, llegaron a ser esclavos. Es interesante notar que todas las naciones que han esclavizado a otros, had llegado a tener miedo de ellos. Así que, los eqipcios llegaron a temer a los hijos de Israel, que también se llaman hebreos. Temían que los hijos de los hebreos salieran de la niñez y formaron un ejército revolucionario. Por tanto, se decidieron matar a todos los niños recién nacidos.
Aproximadamente en estos días, Moisés nació. Sus padres no tenían miedo del mandamiento del rey, y escondieron al niño Moisés por tres meses. Cuando ya no había seguridad en tenerlo en la casa, concibieron un plan audaz. Hicieron una arquilla de juncos y la pusieron con el niñito Moisés adentro, en el río. Su hermana, María, mir[o de lejos para ver lo que le acontecería.
Lo pusieron a Moisés en el río donde la hija del Faraón venía para bañarse. Cuandovio al niñito, se decidió a adoptarlo y criarlo como su pripio hijo. María se fue a la Princesa y le preguntó si quería una nodriza que le creara al niño. En esta manera, pues, la mamá de Moisés recibió pago por criar a su propio niño. Moisés fue criado como el hijo de la hija de Faraón. Así que, tuvo la oportunidad de ser capacitado en toda la sabiduría y los conocimientos de los egipcios. También tenía contacto con su mamá, y ella podía enseñarle acerca del único Dios verdadero.
Cuando Moisés llegó a ser un hombre, vio a un egipcio que golpeaba a uno de sus hermanos hebreos. Moisés mató al egipcio, porque pensó que sus hermanos entendieran que Dios lo estdaba llamando para ser su libertador. No entendieron. Moisés pensaba que él llegaría a ser un líder revolucionario, pero fue un fracaso. Había matado a un egipcio y tuvo que huirse del país para evitar que etuviera encarcelado.
Durante los 40 años siguientes, Moisés vivía en la tierra de Madián. Moisés no hizo nada de importancia durante este entero período de tiempo, sin embargo éstos no eran años desperdiciados. Eran muy importantes. Alguien ha observado que Dios cria cosas de la nada. Así que, cuando Dios quería hacerle de Moisés un gran líder, lo redujo a la nada.
La Biblia enseña que los pastores eran una abominación a los egipcios. (Génesis 46:34) Por eso, Dios hizo de Moisés un pastor. Moisés, que había sido un príncipe poderoso y bien educado en Egipto, pasó cuarenta años como pastor. Moisés había sido una vez poderoso en palabras y hechos en Egipto, )Hechos 7:22) Ahora no era nada. Aún se había olvidado de hablar con facilidad el idioma egipcio.
Entonces, en aquel momento Dios llamó a Moisés. Dios le habló de una zarza ardiente. Le dijo que guitara su calzado, porque el lugar en que el estdaba, era tierra santa. Cuando nos vamos a trabajar, nos ponemos los zapatos. Ahora, Dios iba a trabajar en la vida de Moisés.
Dios iba a liberar Su pueblo de la esclavitud egipcia, y se decidió trabajar por medio de Moisés para cumplir la tarea. Nuevamente, es importante recordar que el éxito de Moisés era el resultado directo del poder de Dios.
Por supuesto, el Faraón de Egipto no quería libertar sus esclavos. Tuvo que ser obligado a libertarlos. Dios dio a Moisés el poder de hacer diez gan milagros. Cada milagro trajo desastre sobre los egipcios. Estos milagros se llaman las Diez Plagas.
La última plaga era la de la muerte. Moisés advirtió al Faraón que sí no libertara el pueblo de Dios, el primogénito de todos los hombres y bestias muriera. Dios dijo a Su pueblo cómo evitar estda plaga. En un día especial, matarían a un cordero, y pondrían su sangre en los dos postes de la puerta de sus casas. Cuando el Señor viera estda sangre, El "pasará por encima" de esta casa. El pueblo hebrdeo, hasta hoy día, celebra este gran acontecimiento por observar la "Pascua de Jehová".
Moisés era un hombre importante, pero sólo era importante pordque Dios lo usó. Dios lo inspiró a escribir los primeros cinco libros de la Biblia. Dios le dio la habilidad de libertar a los hijos de Israel. Recuérdese que Moisés era uno de los hijos de Israel, también. Esa era su familia y sus amigos. Esta histgoria se encuentra en el libro de Éxodo. Espero que algún día Ud. lea la historia entera directamente de la Biblia.
Por favor tome Ud. algunos momentos para pensar en su propia familia y sus amigos. Quizás ellos, también, necesiten la liberación. Sabemos que Dios no quiero que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Quizás Dios trabaje por medio de Ud., como lo hizo por medio de Moisés.