
Formato PDF. Curso acerca de la nueva vida en Cristo Jesús y el empoderamiento del creyente cristiano.



En un mundo de tinieblas, como en el que vivimos, de inseguridad, temor y donde escuchamos diferentes voces, es importante que todo creyente, ministro y líder, aprenda a escuchar la voz de Dios. Se han visto extremos en los círculos evangelísticos con relación a este tema, un ejemplo de esto es, que existen personas que no creen que Dios habla hoy. Simplemente, creen que es un Dios que habló en algún tiempo, pero que ahora se ha callado. Sin embargo, mediante la lectura de la Biblia, podemos ver que Dios siempre ha querido hablar y comunicarse con su pueblo. Por otro lado, se debe tener en cuenta que existen muchos creyentes que utilizan el nombre de Dios en vano, diciendo frases como éstas "Dios me dijo", "Dios me habló que me divorcie", "Dios me habló que usted tiene que casarse conmigo", etcétera. Usan el nombre de Dios para manipular, controlar y hacer cosas que están en contra de la voluntad de Dios; y en realidad, El no les ha dicho nada. 


Esto es más que un libro; es la guía de una jornada espiritual de 40 días que le ayudará a descubrir la respuesta a la pregunta más básica de la vida: ¿Para qué estoy aquí en la tierra? Al final de esta jornada sabrá cuál es el propósito de Dios para su vida y entenderá la figura entera de su rompecabezas – cómo es que todas las piezas de su vida encajan perfectamente. Tener esta perspectiva la reducirá su estrés, le simplificará sus decisiones, le aumentará su satisfacción y, lo más importante, lo preparará para la eternidad.
Teología es enseñada por Dios. Apenas Dios puede hablar su Palabra en cuanto a sí mismo. La Biblia es la expresión de la Palabra de Dios en la historia de su pueblo. Es una Palabra Histórica. Aunque el pueblo de Dios cambia -- en el Antiguo Testamento es la nación de Israel y en el Nuevo Testamento es la comunidad de seguidores de Jesús -- la naturaleza de la Palabra de Dios es invariable. Siempre es la expresión de la voluntad de Dios para su pueblo. Esto es especialmente evidente en los pasajes legales, discursivos, y sapiensales, pero tampoco es ajeno a la literatura histórica y narrativa, donde los historiadores bíblicos no se contentan con describir los hechos, sino que evalúan los hechos a la luz de la Palabra de Dios conocida en ese tiempo. Así el estudio de la teología y el estudio de la historia del pueblo de Dios son inseparables.