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sábado, 25 de febrero de 2012

La Palabra de Dios: 2Corintios 2.17


biblias y miles de comentarios
 
2Co 2:17  Pues no somos como muchos, que comercian con la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios y delante de Dios hablamos en Cristo. 
 Pablo revela que en Corinto y en otros lugares, había predicadores que usaban el evangelio como mercadería. Con todos los problemas a los que los corintios se enfrentaban, tenían que habérselas también con los mercaderes de la religión. Pablo tomó prestado la palabra kapeleuein del mundo de los negocios. Se trata de un verbo que guarda relación con las actividades de un comerciante minorista o de un mesonero. Pero este vocablo había adquirido mala fama. Se usaba para referirse a quien les colocaba a los clientes un género con malas artes, importándole sólo el beneficio que lograra. Por ejemplo, el mercader que vendía el vino aguado (Is. 1:22), que le birlaba así el dinero a clientes poco  prevenidos, y luego desaparecía. Pablo usa el vocablo mercachifles para referirse a aquellos predicadores itinerantes que vendían como mercancía un evangelio que no era más que agua, que sacaban su beneficio de ello, y luego se iban. No dice cuántos podía haber por allí, pero sugiere que la palabra muchos indica que pululaban por varios lugares además de Corinto.

En la segunda mitad de esta epístola, Pablo menciona a los falsos apóstoles, que predicaban un evangelio distinto del genuino que anunciaban los apóstoles (11:13). Estos falsos pro-fetas causaban mucho perjuicio a la iglesia de Corinto, por lo que tenían que ser desenmascarados. Pablo hace referencia a su número y a su influencia dañina, y deja pendiente una discusión más amplia para la segunda parte de esta epístola. 

Mientras estos falsos maestros defraudaban a los corintios vendiéndoles una palabra de Dios diluida, Pablo denuncia esta práctica de distorsionar el mensaje de Dios y engañar a la gente (4:2). El contraste es sorprendente ya que, por la gracia de Dios, Pablo y sus compañe-ros son hombres competentes para realizar la labor de la predicación y la enseñanza de la Palabra de Dios (v. 16b). Escribe que ellos llevan el evangelio con sinceridad, como personas digna de toda confianza. La palabra sinceridad guarda relación con examinar algo a la luz del sol. El vocablo significa que la gente moralmente pura hace las cosas por motivos dignos de alabanza. 

La estructura del texto griego es mucho más enfática que muchos idiomas modernos. Por ejemplo, en el texto original la conjunción más bien aparece dos veces, una antes de «hombres sinceros» y la otra antes de «hombres [enviados] de Dios». Pablo repite el término para establecer una clara distancia entre él y sus colaboradores y aquellos buhoneros del evangelio. Al usar la frase hombres sinceros alude al factor humano, y con la frase hombres [enviados] de Dios recalca la fuente divina de su autoridad apostólica y mensaje. Dios
concedió a Pablo autoridad para hablar, y le confió la Palabra de Dios. En contraste, aquellos malos mercaderes carecían tanto de la sinceridad humana como de la autoridad divina. 

Una observación final. Pablo predicaba el evangelio en la presencia de Dios. Como apóstol de Jesucristo, era un embajador al servicio de Dios y podía comunicar, exclusivamente, el mensaje exacto que Dios le había confiado. Cuando un embajador no representa bien a su gobierno y habla por su propia cuenta, es inmediatamente cesado. De modo similar, Pablo estaba obligado a proclamar solamente la Palabra de Dios, con la plena conciencia de estar en su presencia. Además, Pablo, apóstol enviado por Jesucristo, proclamaba el escándalo de la cruz, la resurrección y el juicio final, e invocaba a la gente al arrepentimiento y a la fe en Cristo (véase Hch. 17:31; 24:25; 26:19–29). Pablo presentaba toda la voluntad de Dios, a judíos y a gentiles (Hch. 20:21, 27). Por tanto, los corintios debían haberse dado cuenta ya de que Pablo no predicaba  las mismas cosas que sus antagonistas. Debían haber elegido ponerse del lado de Pablo y sus colaboradores apostólicos y no del de sus adversarios. 

Palabras, frases y construcciones griegas en 
2:14–17 Versículo 14
τῷ πάντοτε θριαμβεύοντι—nótese el tiempo presente que corresponde al presente de φανεροῦντι (dando a conocer). El adverbio (πάντοτε) refuerza el sentido de efecto continuado. ἡμᾶς—se usa el plural para destacar a Pablo. El uso del plural, en lugar del singular, es común en esta epístola. Véase el comentario a 1:4.
τῷ Χριστῶ—el artículo determinado equilibra de τῷ θεῷ. Nótese que el último está al principio de la oración y el primero al final.
Versículos 15–16
τῷ θεῷ—con el dativo, Pablo reconoce la labor de Dios. Cuando se usa un verbo estático con el dativo como parte del predicado, se le otorga crédito (o descrédito) a Dios.
σῳζομένοις—es éste un presente progresivo de acción simultánea, «los que están siendo salvados».
ἐκ (…) εἰς—nótese la importancia de estas dos preposiciones que denotan desplazamiento desde un origen y movimiento dentro de algo—«desde el principio hasta el fin». En algunos manuscritos falta la preposición ἐκ (dos veces); pero se prefiere la lectura más difícil, la que incluye la preposición.
πρός—junto con el adjetivo ἱκανός (capaz) expresa capacidad para una labor determinada. 
 Versículo 17
ἐσμεν (…) καπηλεύοντες—la construcción perifrástica equivale al tiempo presente y da la idea de
una acción lineal.59
πολλοί—se prefiere a «muchos», en lugar de «los demás» (οἱ λοιποί), que es de origen occidental.60
ὡς—segunda vez que aparece. Debe suplirse el verbo enviar, en pasiva, para completar la cláusula. 

Resumen del capítulo 2
Pablo continúa explicando las razones que ha tenido para no ir a Corinto: su última visita había sido triste y prefiere que la próxima sea gozosa. Había escrito una carta en una situación muy aflictiva y con corazón apesadumbrado.
Alguien que había pecado y causado pesar a la comunidad, había sido castigado. Ahora Pablo encarece a los Corintios que perdonen y consuelen al pecador y que lo rehabiliten, de manera que el hermano no se sienta derrotado por la pena y sea presa de Satanás. Pablo mismo lo ha perdonado.
Aparentemente, Pablo y Tito habían quedado en verse en Troas, donde Pablo fue a predicar el evangelio. El Señor proveyó una puerta abierta al evangelio; pero Pablo estaba preocupado por la tardanza de Tito, que no llegaba. Por eso se despide y marcha a Macedonia. Con imágenes sacadas de un desfile de un conquistador victorioso, en el cual figuran sus cautivos, Pablo se retrata personalmente como un esclavo capturado por Dios, que ha conquistado al apóstol y se place en su obra como predicador del evangelio.
Pablo describe esta obra como un aroma que agrada a los que se salvan, y que disgusta a los que perecen. Mientras otros hacen mercadería del evangelio, en beneficio propio, Pablo y sus colaboradores lo proclaman con un corazón sincero y sabiendo que Dios los ha enviado.

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