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domingo, 21 de octubre de 2012

Algunos ejemplos de Prédicas: Halla sus partes


. Predicas que se pueden rescatar: Retener lo bueno y desechar lo malo
. biblias y miles de comentarios
 

martes, 9 de octubre de 2012

El satanismo en marcha: Conócelo para no caer en él

 
Símbolos y Cosas del satanismo
Simbolos y cosas del Satanismo

Muchas veces nos encontramos frente a símbolos que nos llaman la atención y que portamos, incluso, los llevamos a casa porque nos gustan, nos sentimos atraidos o simplemente porque "estan de moda" . ¿de qué simbolos hablamos? ¿cuál es la importancia de conocerlos? ¿son peligrosos o son simple supersticion?


Antes de comenzar nuestro análisis, comenzaremos aclarándote desde este momento que : Los Simbolos que aca aparecen representan abiertamente adoración a Lucifer. Portarlos significa despreciar la protección de Dios y abrir puertas a los demonios. Los símbolos son formas de comunicación que va más allá del idioma, se trata de lenguaje subliminal que va directamente al inconciente personal y al inconciente colectivo.
Estos simbolos estuvieron siempre presente en la historia de la humanidad, algunos de forma solapada y otros de forma tan abiertamente pública que pasasaron y continúan pasando desapercibidos... No se trata de símbolos humanos, sino de símbolos entregados por ángeles caídos a humanos con el propósito de guiar a la humanidad por el rumbo elegido por Lucifer, el culto al sol, la bestia del apocalipsis bíblico.
Lucifer
Muchos desconocen qué o quién es Lucifer. Lucifer en su idioma y nombre original significa "Ángel de luz". Lucifer era el querubin más hermoso del cielo de Dios, quien más tarde fue echado fuera de la compañía de Dios por intentar ocupar su lugar y crear una especie de "golpe de estado celestial". Un tercio de los ángeles le siguió. Estos ángeles caídos son conocidos como Nephilim.
Luego de desobedercer a Dios, éste querubin antes llamado Lucifer pasó a llamarse "Diablo" en griego o "Satanás" en hebreo cuyo significado es "Adversario", entre otros nombres como "Dragón", "Serpiente antigua", etc.
Este querubin desvía a la humanidad hacia su fin a modo de "venganza" ante el Creador. Este adversario es llamado "El padre de la Mentira", "El Engañador". Muchos le temen al nombre "Satanas" o "Diablo", sin embargo Dios nos indica que solamente a Dios se le ha temer y no a Satanás, pues Dios esta por sobre todo ser creado por Él.
Comenzaremos con dos de los más importantes símbolos cabalisticos o de brujería; El pentagrama y el hexagrama. Se trata del Talisman de Saturno (Saturno es otro nombre de Lucifer) Es utilizado para conjurar demonios y realizar encantamientos o hechizos. En algunas ceremonias se le incrusta en un círculo en cuyo centro se pone de pie el participante para "protegerse" supuestamente de otros espiritus malignos.
Antes de continuar debemos de recalcar que estos simbolos no fueron diseñados por seres humanos, sino por los Nephilim, los ángeles caidos, y son utilizados para rituales prohibidos por Dios.
Los conjuros y brujerias no funcionan sin ellos. Si no conoces a alguien que sepa de "magia de alto nivel" de modo que pueda explicar la utilidad de los mismos, basta con remontarse a tribus nativas indigenas, pues han sido utilizados por culturas diversas y distantes entre si, un ejemplo de ellas son los Egipcios y los Mayas, ambos dos extremos del mundo en distancia. Las personas que los portan o utilizan estan ya sea conciente o inconcientemente relacionados con cultos oscuros. Estos símbolos u objetos son utilizados como "llaves que abren puertas" a los demonios. Cada vez que portas estos simbolos u objetos estas de una manera u otra invitando a los demonios y atrayendo la desgracia y el dolor a tu vida.
El portarlos como amuletos implica un "contrato" entre los demonios y tú de renegar de Dios y su cobijo.
Debido al uso de éstos simbolos y muchos otros que no alcanzamos a mostrar por una cuestion de espacio, culturas completas han desaparecido de la faz de la tierra.
El Pentagrama
El Pentagrama representa a Venus = Lucifer (angel de luz, estrella de la mañana) Nombres intercambiables. De hecho, en Alemania aún se le llama a esta estrella "Satansstern", y en general en Europa se le llama de ese modo. Las 5 puntas tienen que ver con el paso astronómico del planeta Venus, el cual tiene cinco conjunciones (con la tierra y el sol) ésto ocurre cada 8 años formando un perfecto pentagrama. y también con los cinco propósitos de Satanás que se pueden encontrar en Isaías 14:13-14
Se le llama estrella de la mañana ó dios de la guerra. En bajos niveles de brujería se le utiliza para obtener poder de los demonios y realizar maldiciones, y en magia de alto nivel este símbolo se utiliza para el vertimiento de la sangre humana en la adoración de Lucifer (guerra y rituales).
"Te guie y guarde nuestra gloriosa bandera y su estrella de la suerte en donde quiera que te encuentres" -postal norteamericana de 1920; Venus' pentagrama, Swastika (dios sol); punto en un círculo (dios sol, Lucifer); colores masónicos y bandera (48 pentagramas).
Es sabido que los bancos de los Illuminati constantemente organizan, planifican y entregan fondos económicos a las guerras. También es el motivo por el cual la bandera Suiza podría ser interpretada no sólo como el simbolo oficial de la insignia del Vaticano, sino por la sangre derramada por 700 años, ya que Suiza ha sido el centro de la financiación de la guerra desde la época de los Templarios. Ése es el motivo por el cual esta estrella es usada por casi todas las maquinas de muerte y guerra del mundo.
Los bancos que proveen del dinero, el cual es utilizado en las guerras para obtener luego conspicuas ganancias (sin los cuales ninguna gran guerra hubiese sido posible en los ultimos 200 años), han sido producidas por hombres quienes estaban involucrados en lo más profundo del ocultismo y la masonería.
En casos de sacrificios humanos a Lucifer, el pentagrama es usualmente un circulo, como el de las insignias de antiguos jets norteamericanos, o en la bandera de Corea del Norte. Rusia Comunista pintó un pentagrama rojo en todo, y los Chinos comunistas tienen cinco de ellas (pentagramas) en su bandera. Por su parte la Union Europea insertó doce (12) estrellas o pentagramas, que según la explicación oficial significan "doce meses de año", "doce horas", etc.
Cuando el gobierno Federal de los Estados Unidos conquistó america cristiana en 1776, los conquistadores Masones eligieron dos de estas llaves que abren puertas o que conectan con el mundo ocultista: 13 pentagramas, y colores masónicos como el rojo, el blanco y el azul (Francia, Inglaterra, Rusia, Corea, Chile, USA, Australia, entre otros países utilizan estos colores en sus banderas nacionales.)
Cuando el pentagrama no esta en un círculo, representa a Venus, "the Morning Star", la estrella de la mañana, Reina del Cielo, lujuria, brujería, intriga, fascinacion, y magia.
Los cabalistas fundaron en Hollywood, en Los Angeles, que por cierto significa “Hail Mary” (salve María) lo cual es parte del ritual católico llamado Rosario.
No es sorprendente, que, esta Venus, o Reina del Cielo (la virgen María, la antigua Asterot, Astarté o Astarot de los babilónicos, la imagen de la estatua de la libertad de los masones o Isis en Nueva York), premia a sus mejores "brujos" o hechiceros con una estrella en el Bulevard de la Fama de Hollywood.
Cualquiera por su aporte o servicio a la hechicería posee el honor y obtiene su "estrella de la fama" porque ha rendido algún servicio a la causa de Venus, (Isis, Ishtar, o Lucifer), la Reina del cielo.
Billy Graham, un pastor que erroneamente se le conoce como uno de los más grandes evangelistas ampliamente conocido a través de la televisión le fue concedida en el número 6901 del Blvd de Hollywood. (cabe destacar que este "pastor" o Evangélico tenia lazos con el vaticano y era en cierta forma el eslabón entre el gobierno de Reagan y el vaticano, jugando un segundo rol, casi desconocido y que se ha ido ventilando a medida que pasa el tiempo)
El "satan-sstern" (la estrella de la mañana, o la estrella del diablo) de la Alemania pagana ha llegado a ser el "símbolo de la navidad", una pagana celebración que no aparece como festividad cristiana en la biblia, pero que sin embargo muchas denominaciones cristianas han absorbido inocentemente.
Dios prohibe cualquier clase de idolatria. El cortar y decorar árboles de navidad o de instalar pesebres es una forma de idolatría.
Todo verdadero brujo sabe que: Navidad es Saturnalia, una antiquisimo festival de sacrificio humano que celebra el nacimiento del "dios sol".
Más facil que estudiar la historia del paganismo, es simple preguntar a Dios qué le pertenece a Él y qué es lo que Él prohibe.
¿Sabia usted que cada día festivo reconocido por el gobierno de en los Estados Unidos fue re-instituido en base a los festivos europeos, los cuales las primeras colonias americanas habían prohibido por más de 300 años?
La regla es la siguiente, donde haya un pentagrama, ése es el limite del cristianismo.
Simbolo del dios sol (3 mil años más antiguo que el uso moderno que le dio Budah y Hitler (¿sangre y sacrificio?)
Un buen ejemplo de esto es George Washington, según sus biografos, en su adolescencia escribía a Jesús y más tarde como presidente de los Estados Unidos, jamás volvió a mencionarlo ni siquiera en su lecho de muerte. El contraste fue "inexplicable", hasta que te das cuenta y ves su conexion con simbolos Espiscopales y Masónicos... Encontrar un retrato de George Washington en internet es muy fácil, basta fijarse en su vestimenta en la cual aparece con un mandíl masónico ...
No se puede servir a dos señores que estan en oposición, portar un pentagrama, aún cuando sea inocentemente abre el camino a la miseria espiritual.
Fijate que casi nadie en la tierra, concientemente, rinde culto o adoración a Lucifer. Eso se debe a que los seres humanos lo hacen inconcientemente, muchos ni se cuestionan porqué reciben una hostia ni su significado.
Muchos padres inocentemente llevan a sus bebés para ser "bautizados" por "tradición" y cuelgan todo tipo de "santos " en sus casas, o rinden "veneración" a cuanta "virgen" le pongan en el altar. Todos esto prohibido explicitamente en la biblia cristiana por tratarse de prácticas demoniacas.
Israel es un buen ejemplo: Muchos reyes antiguos fueron Buenos Reyes, pero Israel se mantuvo bajo maldición porque “no echaron abajo los lugares altos” aun cuando dichos lugares altos no fueron vueltos a usar... pero fueron tolerados, o puestos a la vista. (Lugares altos = objetos de culto que se adoraba en altares) Israel fue esparcido y hecho esclavo debido a su desobediencia al adoptar cultos paganos. Luego Dios mismo lo volvió a juntar en el actual Israel cumpliendo la profecía que Él reuniría a Su pueblo nuevamente.
Salomón adoptaba cuanto dios pagano encontraba cada vez que se casaba. Llevaba las imágenes de ídolos de sus esposas a casa. Salomón probó que él no era amante de Dios debido a "su tolerancia" en lo que respecta a objetos e ídolos paganos.
Es un hecho que Hollywood trata de esconder el pentagrama, presentandolo como algo glamoroso en vez de algo que pertenece a prácticas ocultistas... Como un portal de brujería dice:, “el tejedor esta de pie detrás de las formas, y él teje silenciosamente...” Hoy en día estos símbolos o llaves estan tan "a la vista" que pasan desapercibidos.
OTROS SIMBOLOS QUE PUEDES ENCONTRAR EN TODAS PARTES ...
Sunwheel / Crosswheel. (rueda del sol / rueda de la cruz) Una cruz que nada tiene que ver con la cristiandad (se trata de una "X"), sino con la adoración del dios sol. Tiene mas de 5000 años de antiguedad y fue encontrado en cavernas francesas. Es el simbolo que utiliza en la actualidad la industria de turismo sueco. ( www.MySwitzerland.com ) Suiza ... un jardin de juego para los banqueros y para el Papa y por 500 años sin denominación ni bandera hasta que le fue entregada una bandera ocultista por el franmason Napoleon en 1815, a quien le dio por nombre Helvetia.
Este símbolo fue dado a los caballeros templarios por el Vaticano quienes eran los militares y banqueros para el Papa. Y esta bandera se usó en todas partes de europa por los caballeros masónicos. Representa al dios sol.
La guerra y el dinero son la especialidad de Lucifer y Suiza siempre fue famosa por ambas cosas... pues desde suiza salen los fondos para guerras con ganancias de vuelta.
Cruz de Hierro.” Es de hecho mas antigua que alemania, y la mayoria de los alemanes, asi como los Suizos, son completamente ignorántes que viven bajo símbolos antiquísimos de adoración al sol.
En muchísimas catedrales alemanas puede observarse " la cruz del sol " esculpida en los cielos directamente centradas en el lugar en el cual la luz del sol y sus adoradores aparecen. Ellos se sientan y canta e incluso oran.
Los caballeros del dios sol, seguidores de los jesuitas, usan la cruz roja y blanca muy orgullosamente en su vestimentas. Ambas eran válidas, en blanco o en rojo (Señores de Malta) y rojo sobre blanco (cruzadas).
La rueda del sol y la cruz es tan vieja como el hombre con mas de 6,000 años de adoración al sol.

El Annu. Hay quienes creen que la marca de cain era una cruz, el Annu. Puesto que de acuerdo a escavaciones en la antigua babilonia es también el signo del dios Annu.
Una cruz doble o asterisco o estrella de 8 puntas. Otro nombre de Nimrod era Tamuzz, cuyo signo era una cruz o una "T".
Puedes ver estos símbolos en muchas iglesias que se hacen llamar cristianas, pero son de acuerdo a la simbología que utilizan, iglesias de Satanás.

Algunos símbolos ocultistas.
Citibank. Otra rueda de cruz. Cruz proporcional dentro de un circulo.
El segundo y más reciente logo es un sol saliente, o la estrella de la mañana, Venus. Citi es el mas grande grupo financiero mundial. El New York Times confirmó que Citigroup mantenía los fondos del terrorista mas famoso del siglo 20 Yassir Arafat.
Sun Trust Bank. Otro sol naciente... por supuesto el nombre lo dice todo.
Swiss Life. La cruz dentro de la rueda. Haciendo titulares durante el 2002 por perdidas masivas y corrupcion general. Nadie con un logo en el cual aparezca un sol puede ser de confianza.
Oroboros / Lucent Technologies.
Un sitio web de zen budista japones esta enojado con Lucen porque tomó su "enso" o "circulosumi."
De hecho Japon es la "tierra del sol naciente" . La adoracion del sol parece estar en sus genes...
Los ocultistostas saben que este símbolo representa a su bienamado Satan, la “serpiente solar”. Una serpiente enredada en un círculo mordiendose la cola un “oroboros,” representa al dragón, de acuaerdo al “The Illustrated Book of Signs and Symbols” de Miranda Bruce-Mitford. Y como se menciono mas arriba con CityBank, el circulo es un simbolo del dios sol, y Lucifer, y los ocultistas usan este circulo para atraer poderes demoniacos. ¿ No es extraño que se haya utilizado este símbolo en la película de terror "El Aro"?
Para quienes alguna vez visitaron las torres gemelas antes que "cayeran", saben que existía un enorme círculo ocultista a su lado.
9-11 fue solamente el más grande "sacrificio" de norteamerica. Lamentablemente, Bush y la sociedad neoyorkina creó otro gran círculo en el primer aniversario y fue transmitido por televisión a todo el mundo, el más grande ritual de magia del mundo ... la vista de todos y oculto a todos ...
El masón y escritor J.S.M. Ward dijo que ese "simbolo" representaba "a dios". Y está en lo correcto, pero al dios de la masoneria “in god we trust” versa la leyenda del dólar.
Éstos simbolos son señales de adoración; si los portas, das a los angeles caídos autoridad sobre ti
Usar un símbolo o colgarlo alrededor de tu cuello o colgarlo en la pared es darle cierto honor -- lo que es adoracion -- y pueden bloquear y bloquearan tu alma abriendo tu espiritu a la falsedad, algo en lo cual Lucifer y sus ángeles caídos son especialistas.
Fíjate que estos símbolos, se encuentran en la mayoría de los grupos mal llamados “cristianos”. La idolatria no es sólo arrodillarse frente a una cruz, o una imagen de alguna de las tantas "virgenes", o "santos", muchas veces es llevar puesto un inocente anillo, un talismán, o colgar en tu pared objetos o imagenes relacionadas con estos simbolos. Incluso un gesto hecho con las manos. Bien sabido es el lenguage corporal utilizado por los masones para reconocerse entre ellos. También muchos gestos o "muecas" que revelan a qué grupo pertenecen ciertas "tribus urbanas"
Si tienes dudas no preguntes a un sacerdote o a un ignorante que se haga llamar vidente o brujo, o a un medium o a un maestro masón - pues los verdaderos brujos o mediums son precisamente aquellos quienes menos lo parecen. Gracias a que a los angeles caídos les queda muy poco tiempo, estas cosas ya no son "secretos" de algunos y pueden ser verificadas por cualquiera. Debido a que a estos demonios les queda poco tiempo y saben que para ellos no hay perdón sinó condenación eterna intentan hacer caer a la obra de Dios, el ser humano.
Adobe Software. Eye of Horus. Desde la edicion de 2001 de “Image Ready” de este software de imagenes. Esta es una representación del antiguo Ojo de Horus de los ejipcios (dios sol). Es increible que el paganismo antiguo se ha extendido en los Estados Unidos desde el año 2000. Desde el “9-11” de Septiembre de 2001, muchísimas corporaciones han adoptado simbolos antiguos de demonios y magia.
Tomb Raider, Lara Croft / Pepsi promotion. El ojo del dios sol Horus, dentro de un circulo, dentro de un triangulo, dentro de un circulo.... oops!
Otro simbolo interesante es el de Pepsi Cola: Como el culto al sol son encontrados en muchos de los juegos de video y anime japonés... Obviamente no es un mero accidente que asi sea ...

El gran sello de los Illuminati “Great Seal” de los Estados Unidos, 1776 (Illuminati fundado en mayo de 1776); la pirámide o triangulo sagrado y el "Ojo que todo lo ve" del mal espiritual quien posa como Horus. Todo en una sola imagen.
Tambien es el sello de los Illuminati, creado por el ocultista Adam Weisshaupt en 1776 en una esquina oscura de Alemania conocida como Bayern en la ciudad de Ingolstadt dos meses antes de la declaración de la indepedencia. Esta es toda la prueba que se necesita para saber que Thomas Jefferson pertenecía a la orden de los Illuminatis porque era la persona de más relevancia en el comité que eligió este símbolo (junto a Benjamin Franklin, un Rosacruz y y figura fundamental en la creacion de la Gran Logia de Pennsylvania). Este es el más famoso símbolo del dios sol (Lucifer)
- especialmente visto:Masoneria, Rosacruces (significa“rosy cross”), Caballeros de todas las ordenes, pinturas Católicas y decor, y por supuesto, demonologia Egipcia, (la cual es de origen antiguo, pero no del más antiguo), significando Horus, el dios sol Egipcio (un tipo de Lucifer). Estos espíritus dejan su marca durante toda la historia de la humanidad como si se tratara de huellas digitales. Es una prueba absoluta, porque es espiritual
Otros logotipos comúnes en los que aparece el dios sol, la piramide, la serpiente, la estrella de Salomon, etc.
 

jueves, 30 de agosto de 2012

La Triada: Josue - Jueces - Rut / Especial para pastores y Ministros Itinerantes

biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 29MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 
ESCRITOR: Josué (Josué 24:26), sucesor de Moisés (Deuteronomio 31:23).
El Talmud dice que Josué los escribió todo menos los últimos cinco versículos, y que aquellos fueron escritos por Finees.

Josué significa “Jehová es Salvación” – la misma palabra en el Nuevo Testamento es Jesús (Hebreos4:8).

  Josué era un gran general, el cual nació como esclavo en Egipto.

Tenía 40 años en el tiempo del Éxodo (uno de los espías), Tenía 80 años cuando recibió su comisión, Tenía 110 años cuando murió.

  Era un hombre de oración, de valor, de confianza en Dios, de fe, de liderato, de entusiasmo, y de fidelidad. Es un tipo de Cristo en nombre y en obra.

Josué demuestra que es posible que un hombre de habilidad ordinaria llega a ser líder en la iglesia. No recibió su llamamiento mediante unas letras flamantes escritas en el Cielo, sino por un Viejo, el cual conoció a Dios y a Josué, el cual vio que dios le equipó a Josué para ser líder.    - Blackwood

PROPÓSITO: Completa la redención fuera de Egipto. La salvación no es tan solo una redención del infierno, sino también una redención al Cielo.

El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. (Romanos 4:25)

TRANSICIÓN: Hasta aquí Jehová había hablado por sueños, visiones o por el ministerio de un ángel. Ahora se presenta un nuevo método. La ley de Moisés es la voz escrita de Jehová (Josué 1:8)

VERSÍCULO CLAVE:
Yo os he entregado, como la había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. (Josué 1:3)

El libro de Josué se compara con Efesios en el Nuevo Testamento.
•  Es profético de Israel, y típico de la Iglesia.
•  Lea acerca del título de Israel a la tierra (Jeremías 23:8; Ezequias 37:21).
•  Conflicto y conquista van juntos con la posesión.
 
PALABRA CLAVE: Posesión
•  La pertenencia de Israel era incondicional (Génesis12:7:15:18-21:17:8).
•  La posesión de Israel era condicional (Deuteronomio 29:9 – 30:20).

La palabra clave no es “victoria” – Dios gana la victoria. Israel gana la liberación y la posesión.

Josué  1:4 – La extensión de la tierra prometida.
13:1 – No la poseían toda.
16:11 – Josué había conquistado la tierra y fue accesible.    
11:23 – A cada tribu le fue dado un repartimiento, pero tenían que expulsar al enemigo. Había de ser una ocupación gradual de la tierra por cada tribu.
Al cristiano de hoy en día le es dado título a las bendiciones espirituales (Efesios 1:3; Romanos 5:1-11; Romanos 8:37; 1Corintios1:30; Gálatas 5:22,23).
La posesión y experiencia práctica de ellas depende del conflicto y de la conquista (Efesios 6:10-20; Gálatas 5:25; 2 Corintios 10:3-6; 1 Corintios 9:25-27; Hebreos 4:11). Estas nunca se logran por la energía de la carne, sino mediante el poder del Espíritu Santo que obra en la vida del creyente que se le entrega (Romanos 7 y 8).

COMENTARIO:
Hay varios incidentes en el libro de Josué que necesitan de un comento separado. Los consideraremos brevemente.

      Capítulo 1 – Dios anima a Josué y presenta e inicia a la nación a un nuevo modo de vida. La jornada por el desierto y pasó. Ya no son nómadas del desierto, sino moradores en la tierra. Rubén, Gad y la media tribu de Manasés tienen posesiones al lado oriental del Jordán (compárese con Colosenses 3:1-4).

Capítulo 2 – Los espías son enviados, no para ver si pueden entrar en la tierra, sino para explorar
cómo mejor entrar en ella. El informe de los espías se encuentra en el versículo 24. Dios salva a Rahab la ramera. Ella creyó a Dios (vs. 10:13; Hebreos 11:31). El alcalde de Jericó pudo haberse salvado si creyera a Dios. Ninguno había de haber perecido.

  Capítulo 3, 4 – El arca va delante y separó las aguas del río Jordán. La vara de Moisés no las separó. El arca va delante llevada por los sacerdotes. Cristo va delante de nosotros a través de la muerte, mas va con nosotros por esta vida. El  Jordán representa la muerte de Cristo y no la muerte nuestra.

     Capítulo 5 – Abandonaban el rito de la circuncisión en el desierto. Dios les estaba enseñando que la vieja naturaleza no es buena y que la nueva naturaleza no tiene poder (Romanos 7:18).

     El maná cesa y los israelitas comen del fruto de la tierra. El maná es para los bebés en Cristo y representa los días de Su carne. Hoy en día comemos del Cristo vivo (2 Corintios 5:16,17).

     Jesús es el Príncipe de nuestra salvación (v. 13-15; Hebreos 2:10; 12:1,2).

Capítulo 6 – Puede haber un desacuerdo entre el señor John Garstang y la señorita Kathleen Kenyon en cuanto al muro del antiguo Jericó, pero la fe del creyente no se apoya en la pala de arqueólogo (Hebreos 11:30). Para el creyente, Jericó representa el mundo. Es fuerte y formidable y pronosticador – la conquista depende de la fe (I Juan 5:4).

Hebreos 11 revela cómo la fe obró durante todas la épocas en las vidas de los siervos más selectos de Dios al hacer frente ellos al mundo, y al vencer ellos por la fe.

Capítulos 7, 8 – La derrota y la victoria en Hai representan la carne en el creyente. El pecado de Acán era el pecado de Israel.

Los pasos en los pecados de la carne (v..21):

   Ví – físico
    Codicié – mental
     Tomé – volitivo.

     No puede haber ninguna liberación hasta que el pecado sea tratado en la vida de un creyente
(Efesios 4:17-31; I Juan 1:9).

     Capítulo 9 – Esto principia la campaña en el sur. Habiendo avanzado hasta el corazón de la tierra y habiéndola dividido, Josué ahora puede marchar así poco a poco contra cada sección. Josué ha sido comparado con Alejandro Magno y con Aníbal como gran general. Dividir y conquistar era la estrategia usada por Josué.

  Fue engañado por los gabaonitas en hacer un pacto con ellos, lo cual era contrario al mandato claro de Dios (v.4). Los gabaonitas representaban al diablo con toda su astucia y maña (Efesios 6:11, 16; Apocalipsis 12:9).

Capítulo 10 – Josué conquista a 5 reyes de los amorreos (v. 5), al continuar la campaña en el sur.
Termina la campaña en el sur por la destrucción de Maceda, Laquis, Libna, Eglón, Hebrón y Debir (v. 40).

     Este capítulo contiene el relato del día prolongado de Josué. “¿Hizo detenerse el sol Josué?” Todavía es una pregunta que se hace por ambos escéptico y santo. Aquí tiene algunas explicaciones del día prolongado de Josué, las cuales han sido propuestas:

  (1) Es la práctica de algunos evitar el dar de cualquiera interpretación. Lo ignoran por completo como si no fuera digno de comento.
  (2) Algunos tratan el lenguaje como poético (v.12). Esto es para adoptar una interpretación no literal que descarta por completo lo milagroso del incidente. Aquellos que mantienen este criterio generalmente se refieren a Jueces 5:20, “Desde los cielos pelearon las estrellas; Desde sus órbitas pelearon contra Sísara.” Nosotros rehusamos descartar esto de ser poético. No tenemos la suficiente información para declarar dogmáticamente que estas son declaraciones poéticas y que no son realidades. Nos hace acordar de la vieja perogrullada que dice que el lenguaje poético a veces es la mentira prosaica.
  (3) Algunos llaman esto un milagro de refracción. El énfasis se pone en el versículo 13.
  (4) Algunos adoptan la posición de que Dios detuvo todo el sistema solar (v. 12). Hacen del día de Josué un día de 23 horas y 20 minutos. Los otros 40 minutos se hallan en 2 de Reyes 20:8-11.
  (5) Algunos mantienen que Dios apagó la luz del sol más bien que dejó que siguiera brillando. Otros mantienen que Josué había ido a marcha forzada toda la noche (unos 67 kilómetros), atacando al enemigo desde atrás – y llegando de repente sobre ellos. Era el mes de julio – 40 grados o 49 grados en la sombra, y no había ninguna sombra. Josué no quiso tener más sol – quiso tener menos sol.
  (6) Parece que la mejor explicación es una combinación de los números 4 y 5. A Josué le hizo falta más luz y menos calor. Dios cubrió el sol con las piedras de una granizada. Dios retardó la tierra (v.12). “En Gabaón” indica que el sol quedó directamente sobre Gabaón – bisecando a Gabaón – y la luna descendía en el valle de Ajalón. ¡Esto es un milagro!

Capítulo 11 – Cuenta de la campaña en el norte  y la conclusión de la jefatura de Josué en la guerra (v.23).

Capítulo 12 – El diario de las campañas de Josué.

Capítulo 13 – Toda la tierra no quedaba ocupada ni poseída (v.1).

Capítulo 14 – Hebrón es dada a Caleb, el cual nació como esclavo y era compañero de Josué. Estos dos hombres eran los únicos espías que dieron un  informe favorable.

  Caleb descubrió la fuente de la juventud (v.11).
Tenía: (1) Fe para olvidarse del pasado
           (2) Fe para hacer frente a la realidad
           (3) Fe para hacer frente al futuro

     Capítulo 15 – El territorio de Judá en la tierra prometida.

     Capítulo 16 – El territorio de Efraín en la tierra prometida.

     Capítulo 17 – El territorio de Manasés en la tierra prometida.

Capítulo 18, 19 – El tabernáculo está situado en Silo. El territorio de las otras tribus en la tierra prometida.

Capítulo 20 – Las ciudades de refugio.

Capítulo 21 – Las ciudades de los levitas.

Capítulo 22 – Josué despida a las 2 tribus y media y ellas vuelven al lado oriental del Jordán.

 Edifican un altar de gran apariencia. El altar fue condenado como había un solo altar y era para sacrificio.

Capítulo 23 – El último mensaje de Josué para los líderes de la nación.

Capítulo 24 – El último mensaje de Josué en Siquem a todas las tribus de Israel (nótese v.15).

  Los versículos 29-31 relatan la muerta de Josué.
Josué fue el líder religioso de el pueblo de Israel luego de Moisés, esto se ve claramente en el libro de Josué, su liderazgo fue acompañado por Dios pero no se vio grandes milagros o señales como en el caso de Moisés fuera del cruce del Jordán que de cierta forma ratifica ante el pueblo a Josué como sucesor de Moisés. No obstante los israelitas entraron y conquistaron la "Tierra Prometida".
Se ve claramente aquí al compararse este libro con los anteriores que los milagros y señales divinas no son la esencia de la victoria aunque a veces la provoquen, como ya se vio muchos Israelitas que vivieron grandes milagros no entraron en la Tierra Prometida y estos si. Se ve claramente que lo mas importante es la obediencia a Dios, y la fe en lo que dice ya que esto fue la diferencia entre una generación que no entró y otra que si en "La Tierra Prometida".
En el libro de Josué se observa que Dios es fiel en cumplir sus promesas con aquellos que le son fiel, en libros anteriores se vio también el "enojo" de Dios con los que se quejaban, no tenían fe y recordaban siempre a su "Egipto" queriendo en su interior volver a el, en vez de caminar por el desierto para ir a lo que seria su posesión, pese a que seguían a Moisés.
Este libro es un poco "violento" los antiguos moradores son derrotados en guerra pese a que eran militarmente mas avanzados que los israelitas y poseían fortificaciones. Son destruidos totalmente. Históricamente estos eran crueles, y estaban con otros dioses. Entre los antiguos se pensaba que el que ganaba una guerra era el cual tenia un dios mas fuerte y a la hora de ir a la guerra se confiaba mucho en su dios. Además es como que Dios realiza un juicio, y le da una buena tierra a aquellos que mas la merecían. Esto pasó aproximadamente hace 1400 años antes de Cristo. Una época muy violenta en el cual solo el mas fuerte sobrevivía libremente. Israel no era el mas fuerte, pero los Judíos sobrevivieron hasta hoy en día. Algo especial poseían, esto era que su dios era Dios. La "destrucción total" también está relacionada con el no "contaminarse" mezclándose con personas de otras creencias que en algunos casos llegaban hasta el sacrificio de personas (no estoy seguro si en este caso). Tenga en cuenta que esto transcurrió en un entorno muy distinto al actual.
La forma en que se conquistó Jericó demuestra quien era realmente el que daba la victoria. La derrota de Israel en Hai revela que sin Dios los israelitas no largarían mucho. Al final de este libro se reparte la tierra conquistada, se organizan ciudades de "refugio" y culmina con mensajes de despedida de Josué.
 
En el libro de los Jueces, ya no están los grandes líderes Moisés o Josué, es mas no hay un gran líder. Pero siempre hay personas sobresalientes y de algunas de estas que vivieron en la época de los "jueces" y son contadas sus proezas en este libro. Este periodo es un intermedio antes de que lleguen los reyes que gobernarían a Israel. Este libro abarca mas o menos unos 300 años y no se sabe su autor. Es muy útil como "puente" entre Josué y "Samuel" que se verá mas adelante
En este libro se ve continuamente que cuando caen espiritualmente quedan bajo opresión hasta que son liberados (luego de rogarle a Dios) con la ayuda de algún líder que los guía o los impulsa. En gran parte este problema de Israel se debe a no haber terminado de conquistar el territorio que debía.
Algo que deja ver este libro, que como se dijo, narra aproximadamente un periodo de 300 años es que el ser humano lamentablemente suele recurrir en errores frecuentes. De no haber sido así no habrían sufrido tanto.
 
En el libro de Rut, se narra una interesante historia de una familia que vivió en aquella época de los Jueces. La tradición judía dice que fue escrito por Samuel. Es muy útil saber que mediante el amor y el querer hacer lo correcto siempre se es posible triunfar. La joven moabita llega a ser la bisabuela del rey David.
 
 


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viernes, 11 de mayo de 2012

Estudios Biblicos: Ideal para pastores y ministros Itinerantes II


biblias y miles de comentarios
 
EL CONTEXTO HISTÓRICO
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
El Antiguo Testamento se formó en el devenir de la historia del pueblo de Israel.1 Su mensaje hace referencia a acontecimientos concretos y a relatos históricos. Sin embargo, su objetivo es presentar el testimonio de la fe de un pueblo. La finalidad de los escritos bíblicos no es hacer un recuento detallado de los sucesos de Israel sino preservar, afirmar y celebrar la fe de esa comunidad.2
Aunque la escritura en Israel se desarrolló formalmente durante la constitución de la monarquía (ca. 1030 a.C.; véase Tabla cronológica), los recuerdos de épocas anteriores se mantenían y transmitían de forma oral, de generación en generación. Esos relatos orales los redactaron posteriormente diferentes personas y grupos del pueblo, para preservar las narraciones que le daban razón de ser, y para contribuir a la identidad nacional y al desarrollo teológico de la comunidad.3
El comienzo: la historia primitiva (… 2400 a.C.)
La primera sección del libro de Génesis (caps. 1–11).4 se denomina comúnmente como la historia primitiva o «primigenia», y presenta un panorama amplio de la humanidad, desde la creación del mundo hasta Abraham. El objetivo es poner de manifiesto la condición humana en la Tierra. Aunque al ser humano le corresponde un sitial de honor por ser creado «parecido a Dios mismo» (1.27),.5 su desobediencia permitió la entrada del sufrimiento y la muerte en la historia. La actitud de Adán, Eva, Caín y sus descendientes, y las naciones que quisieron edificar «una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo» (11.4), afectó adversamente los lazos de fraternidad entre los seres humanos y, además, interrumpió la comunión entre éstos y Dios. En ese marco teológico va a desarrollarse la historia de la salvación; es decir, los relatos que destacan las intervenciones de Dios en la historia de su pueblo.
Los patriarcas (2200–1700 a.C.)
En la segunda sección del libro de Génesis (caps. 12–50) se presentan los orígenes del pueblo de Israel. El relato comienza con Abraham, Isaac y Jacob; continúa con la historia de los hijos de Jacob (Israel)—José y sus hermanos—; prosigue con la emigración de Jacob y su familia a Egipto, y finaliza con la vida de los descendientes de Jacob (Israel) en ese país. En la Biblia, la historia del pueblo de Dios comienza esencialmente con los relatos de los patriarcas y matriarcas de Israel.
Los antecesores de Abraham fueron grupos arameos (Gn 25.20; 28.5; 31.17–1820,24; Dt 26.5) que en el curso del tiempo se desplazaron desde el desierto hacia la tierra fértil. En la memoria del pueblo de Israel se recordaba que sus antepasados habían emigrado desde Mesopotamia hasta Canaán: de Ur y Harán (Gn 11.27–31) a Palestina.
Aunque los detalles históricos de ese peregrinar son difíciles de precisar, ese período puede ubicarse entre los siglos XX-XVIII a.C. Esos siglos fueron testigos de migraciones masivas en el Próximo Oriente Antiguo, particularmente hacia Canaán.
De acuerdo con los relatos del Génesis, los patriarcas eran líderes de grupos seminómadas que detenían sus caravanas en diversos lugares santos, para recibir manifestaciones de Dios. Posteriormente, alrededor de esos lugares se asentaron los patriarcas: Abraham en Hebrón (Gn 13.18; 23.19); Isaac al sur, en Beerseba (Gn 26.23); y Jacob en Penuel y Mahanaim (Gn 32.2, 30), al este del Jordán, y cerca de Siquem y Betel, al oeste del Jordán (Gn 28.10–19; 33.15–20; 35.1).
Es difícil describir plenamente la fe de los patriarcas. Quizá consistiera en un tipo especial de religión familiar o tribal, a cuyo dios se le conocía como «el Dios de los padres», o Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Israel) (Gn 31.29, 42, 53; 46.1). El Dios de los patriarcas no estaba ligado a ningún santuario; se manifestaba al líder familiar o tribal, y le prometía orientación, protección, descendencia y posesión de la tierra (Gn 12.7; 28.15, 20). Algunos aspectos culturales que se incluyen en los relatos patriarcales tienen paralelo con leyes extrabíblicas antiguas como el código de Hamurabi (ca. 1750 a.C.).6
El libro de Génesis destaca las relaciones de parentesco de los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob se presentan en una secuencia de generaciones. Isaac, el hijo de Abraham y Sara, engendró dos hijos de Rebeca: Esaú y Jacob. Jacob, que se identifica también como Israel, fue el padre de doce hijos, de quienes posteriormente, según el relato bíblico, surgirán las doce tribus de Israel. A través de José—uno de los hijos de Israel—el grupo llegó a Egipto, desde donde serían liberados por Moisés.
Desde la época de José (ca. siglo XVII a.C.) hasta la de Moisés (ca. siglo XIII a.C.), no se tienen amplios conocimientos sobre el pueblo de Israel y sus antepasados. Durante esos casi cuatrocientos años, la situación política y social del Próximo Oriente Antiguo varió considerablemente. Los egipcios comenzaron un período de prosperidad y renacimiento, luego de derrotar y expulsar a los hicsos, pueblo semita que había llegado del desierto. Durante todo este tiempo, Palestina dependía políticamente de Egipto. En el Mediterráneo no había ningún poder político que diera cohesión a la zona. Mesopotamia estaba dividida: la parte meridional, regida por los herederos del imperio antiguo; la septentrional, dominada por los asirios, quienes posteriormente resurgen como una potencia política considerable a partir del siglo XIV a.C.
Los hicsos gobernaban Egipto (1730–1550 a.C.) cuando el grupo de Jacob llegó a esas tierras.7 Cuando los egipcios se liberaron y expulsaron a sus gobernantes (1550 a.C.), muchos extranjeros fueron convertidos en esclavos. La frase «más tarde hubo un nuevo rey en Egipto, que no había conocido a José» (Ex 1.8) es una posible alusión a la nueva situación política que afectó adversamente a los grupos hebreos que vivían en Egipto. Estos vivieron como esclavos en Egipto aproximadamente cuatrocientos años. Durante ese período, trabajaron en la construcción de las ciudades de Pitón y Ramsés (Ex 1.11).
Los descendientes de José no eran las únicas personas a quienes se podía identificar como «hebreos»8. Esta expresión, que caracteriza un estilo de vida, describe a un sector social pobre. Posiblemente se refiera a personas que no poseían tierras y viajaban por diversos lugares en busca de trabajo. El término no tenía en esa época un significado étnico específico. Durante ese período, diversos grupos de «hebreos», o de «habirus», estaban diseminados por varias partes del Próximo Oriente Antiguo. Algunos vivían en Canaán y nunca fueron a Egipto; otros salieron de Egipto antes de la expulsión de los hicsos.
El éxodo: Moisés y la liberación de Egipto
(1500–1220
a.C.)
Tres tradiciones fundamentales, que le dieron razón de ser al futuro pueblo de Israel y que contribuyeron al desarrollo de la conciencia nacional, se formaron entre los siglos XV-XIII a.C.: la promesa a los patriarcas; la liberación de la esclavitud de Egipto; y la manifestación en el Sinaí. En la Escritura estos relatos están ligados en una línea histórica continua, desde los patriarcas hasta Moisés. Este último es la figura que enlaza la fe de Abraham, Isaac y Jacob, la liberación de Egipto, el peregrinar por el desierto y la entrada a Canaán.
Según el relato de la Biblia, Dios llamó a Moisés en el desierto y le encomendó la tarea de liberar al pueblo de la esclavitud de Egipto (Ex 3). Esta misión se enfoca como la respuesta de Dios a la alianza (o pacto) y la promesa hechas a los patriarcas (Ex 3.1–4, 17; 6.2–7, 13; 2.24). «El Dios de los antepasados» es el Señor (Yavé).9—«yo soy el que soy» (Ex 3.14–15)—que se reveló a Moisés.
Luego del enfrentamiento con el faraón, Moisés y los israelitas salieron de Egipto. Esta experiencia de liberación se convirtió en un componente fundamental de la fe del pueblo de Israel (Ex 20.2; Sal 81.10; Os 13.4; Ez 20.5).10
Tradicionalmente, la fecha del éxodo de los israelitas se ubicaba en ca. 1450 a.C.; sin embargo, un número considerable de estudiosos modernos la ubican en ca. 1250/30 a.C. El faraón del éxodo es posiblemente Ramsés II, conocido por sus proyectos monumentales de construcción.
Cuando el pueblo salió de Egipto, cruzó el mar Rojo (Ex 14.21–22). Se celebra ese paso en la historia del pueblo como una intervención milagrosa de Dios (Ex 14–15). Al grupo de hebreos que salió de Egipto se añadieron grupos afines. El peregrinar por el desierto se describe en la Biblia como un período de cuarenta años (una generación), bajo el liderazgo de Moisés. Es difícil de establecer con exactitud la ruta del éxodo.
La experiencia fundamental del pueblo en su viaje a Canaán fue la alianza o pacto en el Sinaí. Esa alianza revela la relación singular entre el Señor y su pueblo (Ex 19.5–6); se describe en el Decálogo, o Diez mandamientos (Ex 20.1–17), y en el llamado Código de la alianza (Ex 20.22–23.19). En el Decálogo se hace un compendio de los preceptos y exigencias de Dios. Se incluyen los mandamientos que definen las actitudes justas del ser humano ante Dios, y las que destacan el respeto hacia los derechos de cada persona, como requisito indispensable para la convivencia en armonía.
Luego de la muerte de Moisés, Josué se convirtió en el líder del grupo de hebreos que habían salido de Egipto (ca. 1220 a.C.). Según el relato de la Escritura, la conquista de Canaán se llevó a cabo desde el este, a través del río Jordán, comenzando con la ciudad de Jericó (Jos 6). Fue un proceso paulatino, que en algunos lugares tuvo un carácter belicoso y en otros se efectuó de forma pacífica y gradual. La conquista no eliminó por completo a la población cananea (Jue 2.21–23; 3.2).11
Durante el período de conquista y toma de posesión de la tierra, los grandes imperios de Egipto y Mesopotamia estaban en decadencia. Canaán era un país ocupado por poblaciones diferentes. La estructura política se caracterizaba por la existencia de una serie de ciudades-estado, que tradicionalmente habían sido leales a Egipto. La religión cananea se distinguía por los ritos de la fertilidad, que incluían la prostitución sagrada. Entre sus divinidades se encontraban Baal, Aserá y Astarté. La economía de la región se basaba en la agricultura.12
Período de los jueces (1200–1050 a.C.)
El período de los jueces puede estimarse con bastante precisión entre los años 1200 y 1050 a.C. A la conquista y toma de Canaán le siguió una época de organización progresiva del territorio. Ese período fue testigo de una serie de conflictos entre los grupos hebreos—que estaban organizados en una confederación de tribus o clanes—y las ciudadesestado cananeas. Finalmente, los antepasados de Israel se impusieron a sus adversarios y los redujeron a servidumbre (Jue 1.28; Jos 9).
El libro de los Jueces relata una serie de episodios importantes de ese período. Los jueces eran caudillos, es decir, líderes militares carismáticos que hacían justicia al pueblo. No eran gobernantes sino libertadores que se levantaban a luchar en momentos de crisis (Jue 2.16; 3.9). El cántico de Débora (Jue 5) celebra la victoria de una coalición de grupos hebreos contra los cananeos, en la llanura de Jezreel.
El período de los jueces se caracterizó por la falta de unidad y organización política entre los grupos hebreos. La situación geográfica de Palestina y la falta de colaboración contribuyeron a robustecer la tendencia individualista. Los israelitas estaban en un proceso de sedentarización y cambio a nuevas formas de vida, particularmente en la agricultura. Durante ese período se fueron asimilando paulatinamente la cultura y las formas de vida cananeas. Esa asimilación produjo prácticas sincretistas en el pueblo hebreo: la religión de Yavé—el Dios hebreo identificado con la liberación de Egipto—incorporó prácticas cananeas relacionadas con Baal, conocido como señor de la tierra, quien garantizaba la fertilidad y las cosechas abundantes.
Los filisteos—que procedían de los pueblos del mar (Creta y las islas griegas), y que fueron rechazados por los egipcios ca. 1200 a.C.—se organizaron en cinco ciudades en la costa sur de Palestina. Por su poderío militar y su monopolio del hierro (Jue 13–16; 1 S 13.19–23), se convirtieron en una gran amenaza para los israelitas.13
La monarquía: Saúl, David, Salomón (1050–931 a.C.)
A fines del siglo XI a.C., los filisteos ya se habían expandido por la mayor parte de Palestina; habían capturado el cofre del pacto o de la alianza, y habían tomado la ciudad de Silo (1 S 4). Esa situación obligó a los israelitas a organizar una acción conjunta bajo un liderato estable. Ante esa realidad se formó, por imperativo de la política exterior, la monarquía de Israel (1 S 8–12).
Samuel es el último de los jueces (1 S 7.2–17) y, además, se le reconoce como profeta y sacerdote. Poseía un liderato carismático que le dio al pueblo inspiración y unidad (1 S 1–7). Los primeros dos reyes de Israel—Saúl (1 S 10) y David (1 S 16.1–13)—fueron ungidos por él.
Saúl, al comienzo de su reinado, obtuvo victorias militares importantes (1 S 11.1–11); sin embargo, nunca pudo triunfar plenamente contra los filisteos. Su caída quedó marcada con la matanza de los sacerdotes de Nob (1 S 22.6–23), y su figura desprestigiada en el episodio de la adivina de Endor (1 S 28.3–25). Saúl y su hijo Jonatán murieron en la batalla de Guilboa, a manos de los filisteos (1 S 31).
David fue ungido como rey en Hebrón, luego de la muerte de Saúl. Primero fue consagrado rey para las tribus del sur (2 S 2.1–4) y posteriormente para las tribus del norte (2 S 5.1–5). En ese momento había dos reinos y un solo monarca.
El reino de Israel alcanzó su máximo esplendor bajo la dirección de David (1010–970 a.C.). Con su ejército, incorporó a las ciudades cananeas independientes; sometió a los pueblos vecinos—amonitas, moabitas y edomitas, al este: arameos al norte y, particularmente, filisteos al oeste—y conquistó la ciudad de Jerusalén, convirtiéndola en el centro político y religioso del imperio (2 S 5.6–9; 6.12–23).
La consolidación del poder se debió no sólo a la astucia política y la capacidad militar del monarca, sino a la decadencia de los grandes imperios en Egipto y Mesopotamia. Con David comenzó la dinastía real en Israel (2 S 7).
Paralelo a la institución de la monarquía surgió en Israel el movimiento profético.14 El profetismo nació con la monarquía, pues en esencia es un movimiento de oposición a los reyes. Posteriormente, cuando la monarquía dejó de existir (durante el exilio en Babilonia), la institución profética se transformó para responder a la nueva condición social, política y religiosa del pueblo.
Salomón sucedió a David en el reino, luego de un período de intrigas e incertidumbre (1 R 1). Su reinado (970–931 a.C.) se caracterizó por el apogeo comercial (1 R 9.26–10.29) y las grandes construcciones. Las relaciones comerciales a nivel internacional le procuraron riquezas (1 R 9.11, 26–28; 10.1–21). Construyó el templo de Jerusalén (1 R 6–8), que adquirió dignidad de santuario nacional y, en el mismo, los sacerdotes actuaban como funcionarios del reino (1 R 4.2). En toda la historia de Israel ningún rey ha alcanzado mayor fama y reputación que Salomón (cf. Mt 6.29).
La monarquía: el reino dividido (931–587 a.C.)
El imperio creado por David comenzó a fragmentarse durante el reinado de Salomón. En las zonas más extremas del reino (1 R 11.14–40), se sintió la inconformidad con las políticas reales. Las antiguas rivalidades entre el norte y el sur comenzaron a surgir nuevamente. Luego de la muerte de Salomón, el reino se dividió: Jeroboam llegó a ser el rey de Israel, y Roboam el de Judá, con su capital en Jerusalén (1 R 12). El antiguo reino unido se separó, y los reinos del norte (Israel) y del sur (Judá) subsistieron durante varios siglos como estados independientes y soberanos. La ruptura fue inevitable en el 931 a.C. El profeta Isaías (Is 7.17) interpretó ese acontecimiento como una manifestación del juicio de Dios.
El reino de Judá subsistió durante más de tres siglos (hasta el 587 a.C). Jerusalén continuó como su capital, y siempre hubo un heredero de la dinastía de David que se mantuvo como monarca. El reino del norte no gozó de tanta estabilidad. La capital cambió de sede en varias ocasiones: Siquem, Penuel (1 R 12.25), Tirsa (1 R 14.17; 15.21, 33), para finalmente quedar ubicada de forma permanente en Samaria (1 R 16.24). Los intentos por formar dinastías fueron infructuosos, y por lo general finalizaban de forma violenta (1 R 15.25–27; 16.8–9, 29). Los profetas, implacables críticos de la monarquía, contribuyeron, sin duda, a la desestabilización de las dinastías.
Entre los monarcas del reino del norte pueden mencionarse algunos que se destacaron por razones políticas o religiosas (véase la «Tabla cronológica» para una lista completa de los reyes de Israel y Judá). Jeroboam I (931–910 a.C.) independizó a Israel de Judá en la esfera cúltica, instaurando en Betel y Dan santuarios nacionales para la adoración de ídolos (1 R 12.25–33). Omri (885–874 a.C.) y su hijo Ahab (874–853 a.C.) fomentaron el sincretismo religioso en el pueblo, para integrar al reino la población cananea. La tolerancia y el apoyo al baalismo (1 R 16.30–33) provocaron la resistencia y la crítica de los profetas (1 R 13.4). Jehú (841–814 a.C.), quien fundó la dinastía de mayor duración en Israel, llegó al poder ayudado por los adoradores de Yavé. Inicialmente se opuso a las prácticas sincretistas del reino (2 R 9); sin embargo, fue rechazado después por el profeta Oseas debido a sus actitudes crueles (2 R 9.14–37). Jeroboam II (783–743 a.C.) reinó en un período de prosperidad (2 R 14.23–29). La decadencia final del reino de Israel surgió en el reinado de Oseas (732–724 a.C.), cuando los asirios invadieron y conquistaron Samaria en el 721 a.C. (2 R 17).
La destrucción del reino de Israel a manos de los asirios se efectuó de forma paulatina y cruel: En primer lugar, se exigió tributo a Menahem (2 R 15.19–20); luego se redujeron las fronteras del estado y se instaló a un rey sometido a Asiria (2 R 15.29–31); finalmente, se integró todo el reino al sistema de provincias asirias, se abolió toda independencia política, se deportaron ciudadanos y se instaló una clase gobernante extranjera (2 R 17). Con la destrucción del reino del norte, Judá asumió el nombre de Israel.
El imperio asirio continuó ejerciendo su poder en Palestina hasta que fueron vencidos por los medos y los caldeos (babilonios). El faraón Necao de Egipto trató infructuosamente de impedir la decadencia asiria. En la batalla de Meguido murió el rey Josías (2 Cr 35.20–27; Jer 22.10–12)—famoso por introducir una serie importante de reformas en el pueblo (2 R 23.4–20)—; su sucesor, Joacaz, fue posteriormente desterrado a Egipto. Nabucodonosor, al mando de los ejércitos babilónicos, finalmente triunfó sobre el ejército egipcio en la batalla de Carquemis (605 a.C.), y conquistó a Jerusalén (597 a.C.). En el 587 a.C. los ejércitos babilónicos sitiaron y tomaron a Jerusalén, y comenzó el período conocido como el exilio en Babilonia. Esa derrota de los judíos ante Nabucodonosor significó: la pérdida de la independencia política; el colapso de la dinastía davídica (cf. 2 S 7); la destrucción del templo y de la ciudad (cf. Sal 46; 48), y la expulsión de la Tierra prometida.
Exilio de Israel en Babilonia (587–538 a.C.)
Al conquistar a Judá, los babilonios no impusieron gobernantes extranjeros, como ocurrió con el triunfo asirio sobre Israel, el reino del norte. Judá, al parecer, quedó incorporada a la provincia babilónica de Samaria. El país estaba en ruinas, pues a la devastación causada por el ejército invasor se unió el saqueo de los países de Edom (Abd 11) y Amón (Ez 25.1–4). Aunque la mayoría de la población permaneció en Palestina, un núcleo considerable del pueblo fue llevado al destierro.
Los babilonios permitieron a los exiliados tener familia, construir casas, cultivar huertos (Jer 29.5–7) y consultar a sus propios líderes y ancianos (Ez 20.1–44). Además, les permitieron vivir juntos en Tel Abib, a orillas del río Quebar (Ez 3.15; cf. Sal 137.1). Paulatinamente, los judíos de la diáspora se acostumbraron a la nueva situación política y social, y las prácticas religiosas se convirtieron en el mayor vínculo de unidad en el pueblo.
El período exílico (587–538 a.C.), que se caracterizó por el dolor y el desarraigo, produjo una intensa actividad religiosa y literaria. Durante esos años se reunieron y se pusieron por escrito muchas tradiciones religiosas del pueblo. Los sacerdotes—que ejercieron un liderazgo importante en la comunidad judía, luego de la destrucción del templo—contribuyeron considerablemente a formar las bases necesarias para el desarrollo posterior del judaísmo.
Ciro, el rey de Anshán, se convirtió en una esperanza de liberación para los judíos deportados en Babilonia (Is 44.21–28; 45.1–7).15 Luego de su ascensión al trono persa (559–530 a.C.) pueden identificarse tres sucesos importantes en su carrera militar y política: la fundación del reino medo-persa, con su capital en Ecbatana (553 a.C.); el sometimiento de Asia Menor, con su victoria sobre el rey de Lidia (546 a.C.); y su entrada triunfal a Babilonia (539 a.C.). Su llegada al poder en Babilonia puso de manifiesto la política oficial persa de tolerancia religiosa, al promulgar, en el 538 a.C., el edicto que puso fin al exilio.
Época persa, restauración (538–333 a.C.)
El edicto de Ciro—del cual la Biblia conserva dos versiones (Esd 1.2–4; 6.3–5)—permitió a los deportados regresar a Palestina y reconstruir el templo de Jerusalén (con la ayuda del imperio persa).16 Además, permitió la devolución de los utensilios sagrados que habían sido llevados a Babilonia por Nabucodonosor.
Al finalizar el exilio, el retorno a Palestina fue paulatino. Muchos judíos prefirieron quedarse en la diáspora, particularmente en Persia, donde prosperaron económicamente y, con el tiempo, desempeñaron funciones de importancia en el imperio. El primer grupo de repatriados llegó a Judá, dirigido por Sesbasar (Esd 1.5–11), quien era funcionario de las autoridades persas. Posteriormente se reedificó el templo (520–515 a.C.) bajo el liderazgo de Zorobabel y el sumo sacerdote Josué (Esd 3–6), con la ayuda de los profetas Hageo y Zacarías.
Con el paso del tiempo se deterioró la situación política, social y religiosa de Judá. Algunos factores que contribuyeron en el proceso fueron los siguientes: dificultades económicas en la región; divisiones en la comunidad; y, particularmente, la hostilidad de los samaritanos.
Nehemías, copero del rey Artajerjes I, recibió noticias acerca de la situación de Jerusalén en el 445 a.C., y solicitó ser nombrado gobernador de Judá para ayudar a su pueblo. La obra de este reformador judío no se confinó a la reconstrucción de las murallas de la ciudad, sino que contribuyó significativamente a la reestructuración de la comunidad judía postexílica (Neh 10).
Esdras fue esencialmente un líder religioso. Además de ser sacerdote, recibió el título de «maestro instruido en la ley del Dios del cielo», que le permitía, a nombre del imperio persa, enseñar y hacer cumplir las leyes judías en «la provincia al oeste del río Éufrates» (Esd 7.12–26). Su actividad pública se realizó en Judá, posiblemente a partir del 458 a.C.—el séptimo año de Artajerjes I (Esd 7.7)—; aunque algunos historiadores la ubican en el 398 a.C. (séptimo año de Artajerjes II), y otros, en el 428 a.C.17
Esdras contribuyó a que la comunidad judía postexílica diera importancia a la ley. A partir de la reforma religiosa y moral que promulgó, los judíos se convirtieron en «el pueblo del Libro». La figura de Esdras, en las leyendas y tradiciones judías, se compara con la de Moisés.
Época helenística (333–63 a.C.)
La época del dominio persa en Palestina (539–333 a.C.) finalizó con las victorias de Alejandro Magno (334–330 a.C.), quien inauguró la era helenista, la época griega (333–63 a.C.). Después de la muerte de Alejandro (323 a.C.), sus sucesores no pudieron mantener unido el imperio. Palestina quedó dominada primeramente por el imperio egipcio de los tolomeos o lágidas (301–197 a.C.); posteriormente, por el imperio de los seléucidas.
Durante la época helenística, el gran número de judíos en la diáspora hizo necesaria la traducción del Antiguo Testamento en griego, versión conocida como Los Setenta (LXX). Esta traducción respondía a las necesidades religiosas de la comunidad judía de habla griega, particularmente la establecida en Alejandría.18
En la comunidad judía de Palestina el proceso de helenización dividió al pueblo. Por un lado, muchos judíos adoptaban públicamente prácticas helenistas; otros, en cambio, adoptaron una actitud fanática de devoción a la ley. Las tensiones entre ambos sectores estallaron dramáticamente en la rebelión de los macabeos.
Al comienzo de la hegemonía seléucida en Palestina, los judíos vivieron una relativa paz religiosa y social. Sin embargo, esa situación no duró mucho tiempo. Antíoco IV Epífanes (175–163 a.C.), un fanático helenista, al llegar al poder se distinguió, entre otras cosas, por profanar el templo de Jerusalén. En el año 167 a.C. edificó una imagen de Zeus en el templo; además, sacrificó cerdos en el altar (para los sirios los cerdos no eran animales impuros). Esos actos incitaron una insurrección en la comunidad judía.
Al noroeste de Jerusalén, un anciano sacerdote de nombre Matatías y sus cinco hijos—Judas, Jonatán, Simón, Juan y Eleazar—, organizaron la resistencia judía y comenzaron la guerra contra el ejército sirio (seléucida). Judas, que se conocía con el nombre de «el macabeo» (que posiblemente significa «martillo»), se convirtió en un héroe militar.
En el año 164 a.C. el grupo de Judas Macabeo tomó el templo de Jerusalén y lo rededicó al Señor. La fiesta de la Dedicación, o Hanukká (cf. Jn 10.22), recuerda esa gesta heroica. Con el triunfo de la revolución de los macabeos comenzó el período de independencia judía.
Luego de la muerte de Simón—último hijo de Matatías—, su hijo Juan Hircano I (134–104 a.C.) fundó la dinastía asmonea. Durante este período, Judea expandió sus límites territoriales; al mismo tiempo, vivió una época de disturbios e insurrecciones. Por último, el famoso general romano Pompeyo conquistó a Jerusalén en el 63 a.C., y reorganizó Palestina y Siria como una provincia romana. La vida religiosa judía estaba dirigida por el sumo sacerdote, quien, a su vez, estaba sujeto a las autoridades romanas.
La época del Nuevo Testamento coincidió con la ocupación romana de Palestina. Esa situación perduró hasta que comenzaron las guerras judías de los años 66–70 d.C., que desembocaron en la destrucción del segundo templo y de la ciudad de Jerusalén.
Tabla cronológica del Antiguo Testamento
La siguiente tabla cronológica identifica las fechas de los acontecimientos más importantes de la historia bíblica. La abreviatura «ca.» (circa) indica que la fecha es aproximada. (Por lo general, la fecha, mientras más antigua, es menos precisa.)
En la época monárquica, la cronología es bastante exacta, aunque aun en este período los estudiosos pueden diferir en uno o dos años. La tabla identifica, además, algunos acontecimientos importantes de la historia antigua, y destaca las fechas de la actividad de varios profetas.
I. El comienzo: Gn 1-11
Historia antigua
Relatos bíblicos
Período prehistórico
. . .
La creación
Edad de bronce antiguo
3100-2200
Antepasados de Abraham nómadas en Mesopotamia
Cultura sumeria:
Extensión del poderío militar hasta el Mediterráneo
2800-2400

2600-2500
Egipto:
Imperio antiguo: 3100-2100
2500
Construcción de las grandes pirámides: 2600-2500
II. Los patriarcas: Gn 12–50
Edad de bronce medio
2200-1550
Egipto: Imperio medio: 2100-1720
2000
Mesopotamia: tercera dinastía de Ur: 2100-2000
Llegada de Abraham a Palestina: ca. 1850
Primera dinastía babilónica (amorea): a partir de 1900
1700
Los patriarcas en Egipto
Egipto: Ocupación de los hicsos: 1730-1550
III. El éxodo: Moisés y Josué: Ex, Nm, Dt, Jos
Edad de bronce reciente
1550-1200
Egipto: Imperio nuevo.
1500
Dinastía XVIII: 1550-1070
1300
Moisés en Egipto
Asia Menor y norte de Siria: Imperio Hitita: 1450-1090

Ramsés II: Faraón egipcio: 1304-1238
1250



1220
Éxodo de Egipto ca.1250/30 Los israelitas vagan por el desierto. Moisés recibe las tablas de la ley en el monte Sinaí. Josué invade Palestina. Conquista y posesión de Canaán. Israel se establece como una confederación de tribus: ca. 1230-120
IV. Período de los jueces: Jue
Edad de hierro I
1200-900
Egipto: Faraón
Período de los jueces: 1200-1030
Ramsés III: 1194-1163
1150
Los filisteos, rechazados por Ramsés III, se establecen en la costa de Palestina: 1197-1165


1100
Débora y Barac derrotan a los cananeos en Taanac: ca. 1130
Mesopotamia: Tiglat-piléser I: 1115-1077
Samuel, profeta y juez de Israel: ca. 1040
Decadencia de Asiria y nacimiento del reino arameo de Damasco, Rezín rey de Damasco.
V. La monarquía: 1 y 2 S, 1 y 2 R, 1 y 2 Cr
1050
1000
Saúl, primer rey de Israel: ca. 1030-1010
950
David expande el reino y establece a Jerusalén como su centro político y religioso: ca. 1010-970
925
Salomón expande el imperio y construye el templo de Jerusalén: 970-931.
Asamblea en Siquem y división del reino: 931
VI. Judá e Israel - el reino dividido 931-587
Reyes de Israel
Reyes de Judá
Edad de hierro II
900-600
Egipto: dinastía XXII 945-725
Jeroboam I: 931-910
Roboam: 931-913

900
Se establecen cultos en Dan y Betel

Abiam: 913-911
Damasco: Rey Ben-hadad I
Nadab: 910-909
Asá: 911-870
Asiria: Asurnasirpal: 883-859
Baasá: 909-886
Elá: 886-885

Josafat: 870-848
850
Zimrí: 885 (7 días)
Omrí: 885-874

Joram: 848-841
Salmanasar III: 858-824
Ahab:874-853
800
Actividad profética de: Elías: ca. 865
Ocozías: 841
Atalía reina de Judá: 841-835
Salmanasar V: 824-811

750
Ocozías: 853-852
Joram: 852-841
Joás: 835-796
Adad-nirari III: 811-783
Decadencia de Asiria: 783-745
Actividad profética de Eliseo: ca. 850
Amasías: 796-781 Ozías (Azarías): 781-740
Asiria: Tiglat-pileser II: 745-727.
Comienza la política de auxiliar pueblos conquistados




721
Jehú: 841-814


Joacaz: 814-798
Joás: 798-783



Profecías de Isaías y Miqueas: c.740
700
Jotam: 740-736
Guerra siroefraimita
650
Jeroboam II: 783-743
Ahaz: 736-716
Israel y Siria luchan contra Judá: 734
Profecías de Amós y Oseas: ca. 750
Asiria: Salmanasar V: 726-722
Zacarías: 743 (6 meses)
Salum: 743 (1 mes)
Menahem: 743-738

Ezequías: 716-687
Sargón II: 721-705
Pecahías: 738-737
Manasés: 687-642
Senaquerib: 705-681
Pécah: 737-732
Esarhadón: 681-669
Oseas: 732-724
Assurbanipal: 668-621
Caída de Samaria: Deportaciones, sincretismo religioso fin del reino del norte
Amón: 642-640
Profecías de Sofonías: ca. 630
Babilonia: Nabopolasar: 626-605
625
Vocación de Jeremías: ca. 627
Destrucción de Nínive: 612
Josías: 640-609
Batalla de Carquemis: 605
Reforma religiosa que se extendió a Samaria: 622
600
Babilonia: Nabucodonosor: 604-562


587/6
Profecías de Nahúm: 612
Joacaz: 609 (3 meses)
Joaquim: 609-598
Sedequías: 598-587
Comienzo de la actividad profética de Ezequiel: 593
Caída de Jerusalén: 587/6
VII. Exilio de Israel en Babilonia: 587-538
Edad de hierro III


Evil-merodac: 562-559

Indulto de Joaquín: 661

Babilonia: Nabónido: 559-539

Ciro el persa conquista Babilonia: 539
600-300

587/6
Luego de la toma de la ciudad y la destrucción del templo de Jerusalén líderes judíos son desterrados de
Jerusalén: 587/6
Godolías es nombrado gobernador: 587/6
VIII. Época persa: Restauración: 538-333
Edicto de Ciro: fin del exilio: 538
538
Sesbasar es nombrado gobernador: 538
Persia: Cambises: 529-522
Restauración del altar de los sacrificios: 538
Darío: 522-486
Reorganización del imperio persa: Siria y Palestina forman la 5a. satrapía del imperio.
500
Construcción del “Segundo Templo” en Jerusalén: 520-515
Profecías de Hageo y Zacarías: 520
Persia: Jerjes I (Asuero): 486-465
Artajerjes I
Zorobabel nombrado gobernador;
Josué, Sumo sacerdote.
Longímano: 465-423
Misión de Esdras en Jerusalén: 458 (428 ó 398)
400
Profecías de Malaquías;
Jerjes II: 423
Restauración de las murallas: 455-443
Darío II Notos: 423-404
350
Segunda misión de Nehemías: 432
Artajerjes II Mnemón: 404-358
333
Artajerjes III Ocos: 358-338 Arsás: 338-336 Darío III Codomano: 336-331
Judea se organiza como un estado teocrático, bajo el imperio persa: ca. 350
Alejandro Magno: conquista Persia (333) y Egipto (331)
IX. Época helenística: 331-63
Alejandro Magno: 336-323 Luego de la muerte de la muerte de Alejandro, el imperio se divide en dos grandes áreas:


Judea
Egipto: Imperio de los Lágidas
Siria y Babilonia Imperio de los Seléucidas
Judea sometida al poder de los Lágidas 323-197
Tolomeo I Soter: 323-285
Seleuco I Nicator: 312-280
300
Grupos judíos se establecen en Egipto y en Antioquía.
Tolomeo II Filadelfo: 285-246
Antíoco I Soter: 280-261
Antíoco II Teo: 261-246

250
Tolomeo III Evergetes: 246-221
Seleuco II Calínico: 246-226
Se prepara la traducción de la Ley o Pentateuco en griego (LXX). Posteriormente se traducen otros libros del AT: 250
Tolomeo IV Filopátor: 221-205,
Antíoco III El Grande: 223-187
200
Tolomeo V Epífanes: 205-180
Seleuco IV Filopáter: 187-175
Judea sometida a los Seléucidas 197-142
Luego del triunfo de Antíoco III El Grande sobre los Lágidas, Egipto no desempeñó un papel preponderante en la política de Judá.
Antíoco IV Epífanes: 175-163
Antíoco IV saquea el templo de Jerusalén: 169 Decreto para abolir las tradiciones Judías.
Antíoco V Eupátor: 163-162
Demetrio I Soter: 162-150
Tolomeo VI Filométor: 180-145
Se instaura el culto al dios Júpiter Olímpico en el Templo de Jerusalén: 167
Rebelión de los Macabeos para lograr la independencia judía de los seléucidas: 166-142
El templo es reconstruido y purificado: 164
Muerte de Judas Macabeo
Alejandro Balas: 150-145
150
Tolomeo VII: 145-116
Demetrio II: 145-138 con Antíoco VI: 145-142
Independencia de Judea; triunfo de la revolución Macabea: 142 Gobierno de los Asmoneos: 142-63
Antíoco VII Sidetes: 138-129

Tolomeo IX: 116-109
Demetrio II Nicator: 129-125
Juan Hircano, Sumo sacerdote y etnarca: 134-104
Antíoco VIII: 122-113 con Seleuco V: 122
Tolomeo X: 108-89
Antíoco IX Cicico: 113-95
100
Aristóbulo I, Sumo
sacerdote que tomó el título de rey: 140-103 Alejandro Janeo, Sumo sacerdote: 103-76
Tolomeo XI: 88-80
Guerras de sucesión: 95-84
63
Cleopatra VII, reina de Egipto: 51-31
Tigrames El Armenio: 83-64
Alejandro Salomé: 76-67 Aristóbulo II, rey y Sumo sacerdote: 67-63
Antíoco VII: 68-64
Roma conquista Egipto: 31
Pompeyo, el general romano, conquista Jerusalén: 63
Juan Hircano II, Sumo sacerdote: 63-40 Herodes, rey de Judea: 37-4
Libros recomendados
Asurmendi, J. y García Martínez, Félix. «Historia e instituciones del pueblo bíblico». Introducción al estudio de la Biblia. 1. La Biblia en su entorno. Estella: Editorial Verbo Divino, 1990.
Bright, John. La historia de Israel. Trad. del inglés por Marciano Villanueva. Bilbao: Desclée De Brouwer, 1987.
Packer, James I.; Tenney, M. C. y White, Jr. W. El mundo del Antiguo Testamento. Trad. del inglés por Elsa Romanenghi de Powell. Miami: Editorial Vida, 1985.
Wright, A. G.; Murphy, R. E. y Fitzmyer, J. «Historia de Israel». Comentario bíblico «San Jerónimo». Tomo 5. Trad. del inglés por Alfonso De la Fuente Adánez. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1972.
EL CONTEXTO HISTÓRICO
DEL NUEVO TESTAMENTO
La mayoría de los libros del Nuevo Testamento se escribieron durante la segunda parte del siglo I d.C., y en ellos se refleja el medio histórico y cultural imperante en ese momento. El Nuevo Testamento surge entonces bajo la influencia de tres grandes culturas de la época: la judía, la griega y la romana. Por eso sobre la cruz de Jesús aparece un letrero escrito en hebreo, griego y latín (Jn 19.19–20).
El Nuevo Testamento y el ambiente judío
Sin conocimiento del factor cultural judío, es imposible comprender el Nuevo Testamento. Esto es cierto porque gran parte de los personajes de la época del Nuevo Testamento son judíos: Jesús, sus discípulos y sus apóstoles, y los primeros creyentes de la iglesia. Jesús habló el arameo, vivió en Galilea y Judea, y murió en Jerusalén.
Hay tres aspectos del ambiente judío que son importantes destacar aquí: el religioso, el social y el literario.
Aspecto religioso
Hay una estrecha relación entre la iglesia cristiana y el pueblo judío, sobre todo en lo que a la religión respecta. En el centro de la fe judía está la afirmación de que «Dios es el único Señor» (Dt 6.4; Mc 12.29; DHH), que sus leyes son sabias y dignas de obediencia (Sal 78.5–8), y que él ha escogido un pueblo para sí mismo. Nada de eso está ausente en la fe cristiana. En realidad, las Escrituras de Israel, donde los profetas dejaron registrado el mensaje de Dios para su pueblo, siguieron siendo las Escrituras de la iglesia cristiana. Sería mucho tiempo después cuando se agregaría el Nuevo Testamento. Por eso en el Nuevo Testamento se ven registradas muchas de las costumbres religiosas judías y se menciona a los grupos judíos más influyentes de la época (Mt 22.23–33; Hch 23.6–8; 1 Co 15.12–58).
Por otra parte, la esperanza en la venida del Mesías significaba para los judíos el deseo de ver cumplida la justicia por la mano misma de Dios. De modo que las naciones e individuos que se oponían al pueblo judío recibirían su castigo; y el pueblo escogido y los justos tendrían su recompensa. Pero con la muerte y resurrección de Cristo los primeros cristianos entendieron que la salvación prometida y el juicio mismo incluían a todos los seres humanos de todas las épocas (Jn 3.14–18; 12.32; 1 Ti 1.15; 2.4).
Aspecto social
También se debe tener en cuenta la situación social. En la sociedad israelita de la época de Jesús había tres clases sociales: una alta, una media y otra pobre. La clase alta se componía de las familias de los jefes políticos y religiosos, de los comerciantes solventes y terratenientes, y de los recaudadores de impuestos (publicanos). La clase media contaba con los medianos y pequeños comerciantes, los artesanos, los sacerdotes y los maestros de la ley. Por último, la clase pobre, la más numerosa, estaba formada por jornaleros que vivían al día (Mt 20.1–16), y por muchos otros que vivían al margen de la sociedad, como los mendigos, los leprosos y los paralíticos (Mc 10.46).
Según las leyes, el lugar más bajo en la escala social lo ocupaban los esclavos, aunque su situación real dependía de la posición y carácter de sus amos. Los esclavos que no eran judíos rara vez recuperaban su libertad. En cambio, los esclavos israelitas podían recuperar su libertad en el año sabático. El año sabático se celebraba cada siete años, y su objetivo era que no se cultivara la tierra durante un año, para celebrar así un año en honor a Dios (Ex 23.10–11; Lv 25.1–7; 26.34, 43). Como no se debía cultivar, no se podían saldar las deudas, y éstas se perdonaban. Del mismo modo, eran liberados los esclavos israelitas que habían trabajado durante seis años.
Los principales oficios eran la agricultura, la ganadería, la pesca (en el lago de Galilea), trabajos artesanales (alfarería, zapatería, carpintería, albañilería, etc.) y el comercio. También la atención del templo daba trabajo a un gran número de sacerdotes y levitas.
Se dice que la población de Palestina en la época de Jesús pudo haber sido de aproximadamente un millón de personas.
Los judíos no formaban un grupo religioso y político unido. Decimos religioso y político porque ambos aspectos estaban muy relacionados. En este sentido, los judíos se habían dividido en muchos grupos. En el Nuevo Testamento se mencionan varios de ellos: los fariseos, los saduceos, los herodianos y los maestros de la ley. Los fariseos eran un grupo más que todo religioso. Defendían la estricta obediencia de la ley de Moisés, de las tradiciones y de la piedad popular (Flp 3.5–6). Representaban el grupo con más autoridad entre el pueblo. Eran influyentes y participaban en la dirección política. Después de la destrucción del templo de Jerusalén (año 70 d.C.), fue el grupo que predominó entre los judíos. Este grupo sostuvo la idea de la vida eterna, el libre albedrío y la providencia. Los saduceos, en su mayoría, venían de familias de sacerdotes aristocráticos. El grupo se asociaba con los sacerdotes y con el Sanedrín o tribunal judicial israelí. Negaban la vida futura y la existencia de los ángeles y espíritus (Mt 22.23–33; Hch 23.6–8). También desaparecieron con la caída de Jerusalén. Un grupo menor fue el de los herodianos (partidarios de Herodes; Mt 22.16), y el de los esenios. Los esenios no se mencionan en el Nuevo Testamento; sin embargo, los historiadores y testigos de la época (Filón de Alejandría, Flavio Josefo, Plinio), e incluso los primeros padres de la iglesia (Justino, Clemente de Alejandría, Orígenes), reconocieron su importancia. Cultivaban una vida comunitaria y muy organizada, los bienes eran comunes y exigían el celibato, la rectitud moral, la modestia, los vestidos blancos, las comidas comunitarias, las abluciones o ritos de purificación con agua, y el separarse del resto de los judíos. Creían en las doctrinas hebreas y en la necesidad de purificarse con persistencia. Pero también tenían muchas creencias paganas: el determinismo universal, la adoración del sol como dios, y la reencarnación. Este grupo, como los dos anteriores, desapareció al luchar contra Roma. Precisamente se desencadenó esta lucha en el año 66 d.C. por los celotes («los celosos»). Ellos eran fanáticos de la libertad y de una exagerada espera en los momentos culminantes de la vida y de la historia.
Por último, mencionaremos a un grupo importante por su influencia literaria: los maestros de la ley (escribas, letrados o rabinos). Ellos enseñaban la religión y las tradiciones, y explicaban las Escrituras. En su mayoría eran laicos. Enseñaban en el templo (Lc 2.46) o en las sinagogas (Hch 15.21). Ejercían mucha influencia por su piedad y erudición. Hacían estrictas interpretaciones de la ley, creían en cierta libertad humana, pero limitada por la providencia. Creían en la resurrección y en los ángeles, en la venida del Mesías y en la reunión final de todas las tribus de Israel. Su marcado carácter separatista los volvió presumidos, y con eso disminuyeron su fuerza espiritual. Junto con los fariseos, se opusieron fuertemente a Jesús (Mt 23). Sus enseñanzas se conservaron en la llamada «literatura rabínica», escrita después del Nuevo Testamento.
Aspecto literario
La literatura cristiana, ante todo el Nuevo Testamento, se inspira en el Antiguo Testamento y en el judaísmo contemporáneo. Esto es llamativo, porque el Nuevo Testamento y los primeros escritos cristianos se hicieron en griego. En efecto, sin importar la influencia griega, muchas palabras, mensajes y enseñanzas corresponden al espíritu hebreo. La enseñanza era primero oral y en arameo, luego se vertió al griego, pero conservando su cualidad judía. Así, en el Nuevo Testamento conservamos palabras como: abbá y marana ta.
El cristianismo primitivo se originó a partir del pueblo judío (Hch 2.46), y poco a poco fue distinguiéndose de éste, hasta separarse del todo. La separación definitiva fue motivada por el mismo mensaje proclamado: no es requisito ser judío para ser cristiano (Hch 15.1–35). Así, muchas personas que no eran judías se integraron a la iglesia y contribuyeron a la separación (Ro 11.11–12). Esa separación era de esperarse de todas formas, pues la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios, existe porque con su vida, muerte, resurrección, presencia y actuación subsiguientes, se ha realizado un acontecimiento totalmente nuevo. Es la nueva creación (Mc 1.27; 2.21–22; Jn 13.34; Gl 6.15; Ef 2.15). Además, este nuevo acontecimiento se transmitió con formas literarias nuevas, como los evangelios, y con la transformación de formas tradicionales, como las cartas.
El Nuevo Testamento y el ambiente griego
Las grandes conquistas militares de Alejandro Magno en Asia (año 333 a.C.) hicieron que la cultura griega se difundiera por el occidente asiático, por el norte de África, por el sur de Europa y por Roma misma. No es de extrañar que, para el siglo I d.C., el griego fuera el idioma de las personas cultas de la zona del mar Mediterráneo, e incluso la lengua popular en muchas de las regiones de la zona. Esta difusión de la cultura griega es lo que se ha denominado «helenismo».
Dado que el pueblo de Israel sufrió diversas deportaciones masivas a lo largo de la historia, era común encontrar comunidades judías fuera de Palestina. Esas comunidades constituyeron lo que se llama el judaísmo de la «diáspora» o dispersión. Aunque estas comunidades siguieron fieles a sus tradiciones religiosas (por ejemplo, Hch 16.13), adoptaron el griego como idioma propio. Hoy se acepta que después del año 70 d.C. eran más los judíos de la diáspora, que los que vivían en Israel. Fue así como en la comunidad judía de Alejandría (Egipto) se tradujeron al griego las Escrituras israelitas. La principal de estas traducciones es la «versión de los Setenta» o Septuaginta (LXX), la cual se convirtió en el texto de uso común de los cristianos de habla griega.
También en Jerusalén hubo un grupo de judíos cristianos que hablaban griego (Hch 6.1). Eso hizo posible la difusión del evangelio en las comunidades de la diáspora y entre los paganos (Hch 11.19–20). El judío más notable entre la diáspora es, sin duda, Pablo de Tarso. Pablo fue primero perseguidor de cristianos y luego, convertido ya al cristianismo, fue seguidor y propagador celoso de Cristo entre los paganos (Gl 1.14). Sus viajes misioneros abarcaron la mayoría del mundo conocido hasta entonces y sus cartas constituyen una parte muy importante del Nuevo Testamento.
Por todas estas razones no es extraño que el Nuevo Testamento se hubiera escrito en griego, aunque algunos manuscritos y tradiciones anteriores puedan sugerir que al inicio se escribieron en hebreo y arameo. Sin embargo, lo cierto es que su redacción y texto definitivos se hicieron y se conservaron en griego.
El Nuevo Testamento y el ambiente romano
Alrededor del siglo II a.C. el poder militar de Roma se había apoderado de todo el Mediterráneo. A partir del 63 a.C. Palestina quedó sometida al poderío militar y político de Roma.
Al inicio, los gobernantes judíos conservaron el título de reyes, aunque estuvieran sometidos al poder romano. El Nuevo Testamento destaca a Herodes el Grande, quien gobernó Palestina del 37 al 4 a.C. Fue bajo su mandato cuando nació Jesús (Mt 2.1–20; Lc 1.5). Cuando Herodes murió, el reino se dividió entre sus tres hijos: Arquelao gobernó Judea y Samaria hasta el año 6 d.C., Herodes Antipas en Galilea y Perea, hasta el 39 d.C., y Filipo en el nordeste del Jordán, hasta el 34 d.C. (Mt 2.22; Lc 3.1). Hacia el año 6 d.C., el emperador romano Augusto quitó del reino a Arquelao, y Judea y Samaria pasaron a ser propiedades del Imperio Romano. Los nuevos cambios administrativos incluyeron nuevas autoridades romanas (los prefectos y los procuradores). El más conocido de todos en la historia cristiana es Poncio Pilato, prefecto de Judea (26–36 d.C.) que condenó a muerte a Jesús (Mt 27.1–26).
Para el año 37 d.C., el rey Herodes Agripa sustituía a Filipo, y en el 40 d.C. a Herodes Antipas. En el año 41 d.C. Herodes Agripa extendió su dominio hacia Judea y así reconquistó un reino tan grande como el que había tenido su abuelo Herodes el Grande (Hch 12.1–19). Herodes Antipas murió en el año 44 d.C. (Hch 12.19–23), y con ello toda Palestina pasó a manos de los romanos. Esto duró hasta el año 66 d.C., cuando se produjo la guerra judía (Hch 23.24; 24.27).
Entonces Roma desplegó su fuerza militar por todo Israel. Los soldados se organizaban por «compañías», las que tenían a su cargo velar por la adoración del emperador en todo el imperio. Diez compañías formaban una legión (unos 6.000 hombres). Los soldados debían facilitar las conquistas y aplacar las rebeliones. Vigilaban las fiestas judías, las prisiones y las ejecuciones (Mt 28.11–15; Lc 23.47; Jn 19.2,23–24,34). Pese a ello, también los soldados se acercaban a Jesús y al cristianismo (Mt 8.5–13; 27.54; Lc 23.47; Hch 10; 27.3–11). En su carta a los efesios, Pablo compara al cristiano con un soldado romano (Ef 6.10–18).
El creciente descontento del pueblo judío hacia los romanos llegó a su punto máximo en el año 66 d.C. En ese año, los «celotes» organizaron una rebelión contra Roma. La lucha duró cuatro años. En el primer año de guerra, Roma decidió que los gobernadores de Palestina debían seguir siendo generales del ejército, a quienes llamaron «legados». El primero de ellos fue Vespasiano, quien en el año 69 d.C. fue proclamado emperador. La rebelión judía fue aplacada con la intervención de los ejércitos romanos que conquistaron Jerusalén y destruyeron el templo en septiembre del año 70 d.C. (Mt 24.2; Lc 21.20). Esta derrota se debió a la superioridad militar de los romanos y a las irreconciliables disputas internas de los judíos.
Con la caída de Jerusalén también desaparecieron las autoridades del Sanedrín, o Junta Suprema de los judíos; las familias sacerdotales se vieron diezmadas, y el grupo de los maestros de la ley empezó a desaparecer. El cargo de sumo sacerdote resultó obsoleto, al igual que el culto del templo. Las enseñanzas religiosas, tradicionales y culturales se reorganizaron alrededor de los rabinos y sus escuelas.
Fuera de Palestina, la iglesia cristiana supo aprovechar bien los benefi- cios que ofrecía el Imperio Romano. La unidad política y cultural facilitó la rápida propagación del evangelio por el mundo pagano (Ro 15.19, 28; 1 P 1.1). Esto se debió en parte a que en un principio las autoridades romanas no se oponían a la práctica de la religión judía ni de la religión cristiana. Pero cuando la fidelidad a Cristo entró en conflicto con los intereses de Roma, los primeros cristianos empezaron a ser martirizados y perseguidos. Los cristianos se resistían a dar culto al emperador y a sus dioses. A esto se agregó que muchas disposiciones contra los judíos también se aplicaron a los cristianos (Hch 18.2). Esta tensa situación en que vivieron los cristianos de los siglos I y II se refleja en 1 P 4.12–16 y en el libro de Apocalipsis, donde Roma aparece como el enemigo número uno del cristianismo.
Cronología del Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento no encontramos fechas que nos ayuden a escribir una cronología tal como se hace hoy, con el calendario moderno de uso universal. Sin embargo, encontramos detalles cronológicos propios de la forma en que los judíos medían el tiempo. Esos detalles del Nuevo Testamento, así como otros encontrados en obras seculares escritas en aquellos tiempos, nos ayudan a fijar fechas aproximadas para los sucesos de la vida de Jesús y la vida de la iglesia en el tiempo de los apóstoles.
La vida de Jesús
Su nacimiento. Según Mateo 2.1, Jesús nació cuando Herodes el Grande era rey de Judea. Esto quiere decir que su nacimiento no pudo ocurrir después de la muerte de Herodes. El historiador judío Josefo dice en su libro Antigüedades que, antes de morir Herodes, hubo un eclipse de luna. Sabemos que entre el año 5 y 4 a.C. hubo varios eclipses. El que ocurrió precisamente antes de la muerte de Herodes pudo ser el del 12 de marzo del 4 a.C. Josefo mismo dice que Herodes murió antes de la Pascua del 11 de abril del 4 a.C. La fecha de la muerte de Herodes tuvo que ser entonces a principios de abril de ese año.
En Lucas 2.1 se nos dice que Jesús nació durante el tiempo en que se hacía el censo ordenado por el Emperador Augusto. Lucas nos informa además que el censo fue realizado por el gobernador romano de Siria llamado Quirinio. Por las pruebas encontradas en documentos del historiador Josefo y otros documentos antiguos, algunos fijan como fecha probable de ese censo el año 8 a.C.
De ese modo, lo único que podríamos afirmar es que el nacimiento de Jesús tuvo lugar entre los años 8 a.C. (censo de Quirino) y 4 a.C. (muerte de Herodes). La fecha que todos aceptan con más probabilidad es la de los años 7 ó 6 a.C.
Su ministerio. Sabemos que Jesús comienza su ministerio después de ser bautizado por Juan el Bautista, y a su regreso del desierto (Lc 3.21–4.14), pero no tenemos datos de la fecha exacta en que esto sucedió. Para fijar la fecha, recurrimos a la sincronización que el evangelista Lucas hace del ministerio de Juan el Bautista (Lc 3.1).
Lucas nos dice que Juan comenzó su ministerio cuando el emperador Tiberio ya llevaba reinando casi quince años. El historiador Josefo asegura que Tiberio comenzó a reinar al morir Augusto en el año 14 d.C. Esto quiere decir que el año 15 de su reinado sería el 28 ó 29 d.C., y que esa sería la fecha probable del comienzo del ministerio de Juan el Bautista y de Jesús mismo.
También puede confirmarse esta fecha si se toma en cuenta la cita de Juan 2.20, en la que se dice que la construcción del templo llevaba ya 46 años. Según Josefo, Herodes comenzó la reconstrucción del templo en el año 20 a.C. Sumando entonces 46 años, nos da la fecha de 27 ó 28 d.C.
Según Lucas 3.23, Jesús tenía unos treinta años de edad cuando comenzó su ministerio y, de acuerdo con el Evangelio según Juan, su ministerio pudo durar unos dos años y medio. Llegamos a esta conclusión porque Juan menciona claramente tres Pascuas durante el ministerio de Jesús (Jn 2.13–23; 6.4; 7.2; 10.22; 12.1).
Su muerte. Según el calendario judío, la Pascua en que murió Jesús se celebró el viernes 7 de abril del año 30 d.C.
La iglesia en la época de los apóstoles
Para hacer una cronología aproximada de todos los acontecimientos importantes en la vida de la iglesia durante la época de los apóstoles, recurrimos a los únicos sucesos narrados en el libro de Hechos que pueden fecharse con precisión según fuentes judías y romanas. Es a partir de esas fechas como se pueden fechar los demás sucesos (véase la Tabla cronológica).
Primero que todo mencionemos la muerte del rey Herodes Agripa I (Hch 12.23), ya que es la fecha que con más exactitud se puede fijar. Según el historiador judío Josefo, Agripa fue nombrado rey de Palestina poco después de que el emperador Claudio tomara el poder en Roma, en enero del año 41 d.C. Según Josefo, Agripa reinó durante tres años, por lo que la fecha de su muerte puede ser el 44 d.C.
Otro acontecimiento singular que se puede fechar es la hambruna mencionada en Hechos 11.28, pues varios autores antiguos la mencionan en sus libros (Josefo, Tácito y Suetonio), y en papiros egipcios se registra el alto precio que alcanzó el trigo en esa época. Según esas fuentes, hubo una gran hambruna entre los años 46 ó 47 d.C., cuando Tiberio Alejandro era procurador de Judea.
Aunque no se puede confiar mucho en un historiador tan tardío como Orosius (siglo V), cabe apuntar que él fecha el edicto del emperador Claudio para expulsar de Roma a los judíos (Hch 18.2), en el año 49 ó 50 d.C.
Por último, en Hechos 18.12 se menciona el juicio de Pablo ante el gobernador de Acaya, llamado Galión. Según una inscripción en latín encontrada en Delfos, Grecia, el gobierno de Galión puede ubicarse entre el 51 y 53 d.C.
Tabla cronológica del Nuevo Testamento
Emperadores de Roma

Fecha
Historia del Nuevo Testamento

Gobernantes de Palestina
37 a.C.
Herodes el Grande 37–r4 a.C.
Augusto
27 a.C.
7 ó 6 a.C.
Nacen Juan el Bautista y Jesús
4 a.C.
Arquelao (Judea; 4 a.C.–6 d.C.)
Tiberio
14 d.C.
Herodes Filipo (Iturea; 4 a.C.–34 d.C.)
Herodes Antipas (Galilea; 4 a.C.–44 d.C.)
26 d.C.
Poncio Pilato (26–36 d.C.)
28 d.C.
Bautismo de Jesús
Muerte de Juan el Bautista
Jesús en Jerusalén para la Pascua (Jn 2.13)
Jesús en Jerusalén para la Pascua (Jn 2.13)
Jesús en Samaria (Jn 4.35)
Jesús en Jerusalén para la Fiesta de los Tabernáculos (Jn 5.1)
29 d.C.
Alimentación de los cinco mil (Jn 6.4; era tiempo de la Pascua)
30 d.C.
Jesús en Jerusalén para la Fiesta de los Tabernáculos (Jn 7.2)
Jesús en Jerusalén para la Fiesta de Dedicación (Jn 10.22)
Jesús es crucificado y resucita (Época de Pascua)
Pentecostés (Hch 2.1ss)
33 d.C.
Apedrean a Esteban (Hch 7.1ss)
34 d.C.
Conversión de Pablo (Hch 9.1ss)
Visita de Pablo a Jerusalén
Calígula
37 d.C.
Claudio
41 d.C.
Herodes Agripa I, Rey de Judea; 41–44 d.C
46 d.C.
Primer viaje misionero de Pablo; 46–48 d.C. (Hch 13–14)
48 d.C.
Concilio Apostólico en Jerusalén (Hch 15.1–29)
49 d.C.
Segundo viaje misionero de Pablo; 49–53 d.C. (Hch 15.36–18.23)
50 d.C.
Se escribe Santiago (50 ó 58 ?)

Herodes Agripa II, 50–93 d.C. (territorio norte)
51 d.C.
Se escribe 1, 2 Tesalonicenses
52 d.C.
Félix Procurador romano; 52–60 d.C.
Nerón
54 d.C.
Tercer viaje misionero de Pablo; 54–58 d.C. (Hch 18.23–21.17)
Pablo permanece en Éfeso
56 d.C.
Pablo sale hacia Tróade
57 d.C.
Pablo en Macedonia y Acaya.Se escriben 57–58 d.C. 1 Corintios, Gálatas, Filipenses (?), 2 Corintios, Romanos
58 d.C.
Pablo arrestado en Jerusalén (Hch 21.27–33)
Pablo preso en Cesarea 58–60 d.C.
Festo procurador romano (60–62 d.C.)
60 d.C.
Pablo es llevado a Roma
61 d.C.
Pablo permanece dos años en prisión domiciliaria (Hch 28.30). Se escriben 61–63 d.C. Colosenses, Filemón, Efesios
64 d.C.
Se escribe 1 Pedro (?)
67 d.C.
Se escriben Tito 1, 2 Timoteo, Hebreos
Galba
68d.C.
Otto
69 d.C.
Vitelius
Vespasiano
70 d.C.
Caída de Jerusalén.Se escribe 70 (?): Marcos; (70–80):2 Pedro, Judas
Tito
79 d.C.
80 d.C.
Se escriben (?) Mateo, Lucas, Hechos
Domiciano ( 81–96 d.C.)
81 d.C.
Persecución de la iglesia
96 d.C.
Se escriben Juan, Apocalipsis, 1,2,3 Juan
98 d.C.
Muerte de Juan
Libros recomendados
Harrington, Wilfrid J. Iniciación a la Biblia. La plenitud de la promesa. Tomo II. Santander: Editorial «SAL TERRAE», 1967.
Packer, J. I. El mundo del Nuevo Testamento. Miami: Editorial Vida, 1985.
Paul, André. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1982.
Saulnier, Ch. y Rolland, B. Palestina en los tiempos de Jesús. Estella: Editorial Verbo Divino, 1981.
Schultz, Hans Jürgen. Jesús y su tiempo. Salamanca: Ediciones Sígueme, 1968.
1 Las siguientes obras han sido consultadas para la confección de este capítulo: John Bright, La Historia de Israel, Bilbao: Desclée de Brouwer, 19873; Martin Noth, Historia de Israel, Barcelona: Garriga, 1966; Siegfried Herrmann, Historia de Israel, Salamanca: Sígueme, 1985.
2 Werner H. Schmidt, Introducción al Antiguo Testamento, Salamanca: Sígueme, 1983, p. 23; Gerhard von Rad, Teología del Antiguo Testamento I, Salamanca: Ediciones Sígueme, 1972, pp. 25–27, 148–149.
ca. circa, aproximadamente
a.C. antes de Cristo
3 Schmidt, pp. 26–31.
4 G. von Rad, pp. 184–217.
5 Las citas bíblicas se harán de acuerdo con el texto de la Biblia Dios Habla Hoy, Edición de Estudio, (Miami: SBU, 1994).
6 Theophile J. Meek, «El Código de Hammurabi», La sabiduría del Antiguo oriente, Barcelona: Ediciones Garriga, 1966, pp. 163–195; Marie-Joseph Seux, Leyes del Antiguo oriente, Estella: Ediciones Verbo Divino, 1987, pp. 21–73.
7 Bright, pp. 72–74; Herbert Haag, «Hiksos»,Diccionario de la Biblia, Barcelona: Editorial Herder, 1963, pp. 851–852.
8 Roland de Vaux, Historia antigua de Israel I, Madrid: Ediciones Cristiandad, 1975, pp. 120–126.
9 «Cómo traducir el Nombre», Traducción de la Biblia, Vol. 4, Num. 1, pp. 3–7; R. de Vaux I, pp. 330–347.
10 M. E. Boismard, «Éxodo, marcha hacia Dios», Grandes temas bíblicos, Madrid: Ediciones Fax, 1971, pp. 237–247.
11 Hermann, pp. 117–149.
12 R. de Vaux I, pp. 137–161; Gregorio del Olmo Lete, Mitos y leyendas de Canaán, Madrid: Ediciones Cristiandad, 1981, pp. 63–78.
13 Bright, pp. 222–224.
14 Schmidt, pp. 218–240.
cf. compárese
15 Bright, pp. 423–432.
16 Pagán, Esdras, Nehemías y Ester, Comentario Bíblico Hispanoamericano, Miami: Editorial Caribe, 1992, pp. 51–54.
17 Pagán, pp. 27–30.
18 Véase el capítulo sobre «El canon del Antiguo Testamento» en esta obra.
VPEE Versión Popular Edición de Estudio
DHH Dios Habla Hoy (Versión popular española)
Descubre La Biblia : De Ciencias Biblicas. 2011. Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.


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