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biblias y miles de comentarios
Proposición: Cada predicador del Evangelio necesita escuchar consejos prácticos para mejorar en el ministerio que Dios le ha dado el privilegio de desempeñar. Objetivo: Animar a los predicadores del Evangelio a recordar ciertos consejos prácticos que les ayudaran a ser un buen ministro del Señor. Introducción El ministerio de la predicación es algo de mucha importancia. Es un privilegio que Dios ha delegado a ciertos hombres idóneos (2 Ti. 2:2). La predicación es tan importante porque este es el medio que Dios ha escogido para salvar a los perdidos de este mundo (1 Co. 1:18, 21). El ministerio de la predicación no es un trabajo fácil, ya que envuelve muchos retos para el predicador del Evangelio. Sin embargo, el predicador debe de recordar que no esta solo en este trabajo (Mt. 28:20; Josué 1:5; He. 13:5; 2 Ti. 4:16-17). Por medio de este estudio deseo presentar ciertos principios bíblicos que estoy seguro, muchos predicadores ya conocen, y están poniendo en practica. Sin embargo, hay predicadores que acaban de salir de una escuela de predicación y que necesitan que alguien les presente consejos prácticos para mejorar en el ministerio de la predicación. En lo personal, yo tuve el privilegio de tener muchos predicadores que, ya sea verbalmente, o por escrito me aconsejaron de una manera excelente para poder llevar acabo un excelente trabajo en la predicación. Yo, deseo hacer lo mismo, deseo animar por medio de estos consejos a mis compañeros en la fe y en la predicación del mensaje de salvación. Por lo tanto, observemos ciertas áreas en las cuales necesitamos consejos prácticos.
LA PREDICACION
El Predicador Necesita Recordar Quien Es
Como predicadores del Evangelio necesitamos recordar quienes somos. Necesitamos recordar que nosotros somos predicadores, esto es, personas que anuncian, proclaman, predican el mensaje de salvación. Nuestro trabajo principal es predicar el Evangelio de Cristo (Mr. 16:15-16; 1 Co. 9:16; Mr. 1:38) y no nuestras opiniones, pensamientos o sentimientos. En ocasiones, el predicador se pone de pie al frente para predicar (supuestamente) y en vez de predicar, termina hablando de otras cosas que no vienen al caso. Tales predicadores necesitan leer pasajes como Marcos 1:38 & 2 Timoteo 4:2, pasajes que nos hablan en cuanto a la necesidad de predicar. El predicador necesita recordar que su trabajo es predicar el Evangelio y no envolverse en los negocios de este mundo. No se puede servir a dos señores (Mt. 6:24), por lo tanto, no podemos predicar, y a la misma vez enredarnos en los negocios de este mundo. Otro factor que el predicador necesita recordar es que la Biblia lo describe como Evangelista (2 Ti. 4:5), lo cual denota el anunciar el Evangelio. También lo describe como ministro, lo cual denota ministrar la palabra de Dios. El predicador necesita recordar que no es un taxista, esto es, una persona que este llevando todo el tiempo a los miembros de la congregación a un lugar y a otro, descuidando de esta manera su responsabilidad principal de estudiar y predicar la Palabra a los perdidos. Es cierto que el predicador necesita ayudar en muchas áreas, sin embargo, debe de recordar que su responsabilidad principal es predicar el Evangelio. Muchos predicadores no tienen el tiempo de estudiar para sus predicaciones porque están tan ocupados llevando gente a la tienda, al doctor, y a muchos otros lugares. El predicador necesita recordar cual es su responsabilidad principal. El predicador también debe de recordar que es pescador de hombres (Mr. 1:17; Mt. 4:19; Lc. 5:10). Y como tal, necesita ocuparse en compartir el Evangelio con los perdidos. El predicador debe de organizar el programa de evangelismo para envolver a los miembros de la congregación. Pero, el mismo debe de poner el ejemplo en cuanto a buscar a los perdidos. ¿Reconoce usted lo que es para el Señor? ¿Qué tanto piensa usted en cuanto a lo que su trabajo envuelve? Espero en el Señor que usted y yo tomemos tiempo para meditar en cuanto a todas estas cosas, y nunca nos olvidemos de quien somos. Predicar solo la sana doctrina
El predicador necesita recordar la responsabilidad tan importante que tiene de predicar solo la sana doctrina. La Biblia nos exhorta a predicar la sana doctrina. El apóstol Pablo, escribiendo a Tito le dice, “Pero tu habla lo que esta de acuerdo a la sana doctrina” (Tito 2:1). También le dice a Timoteo, “Reten la forma de las sanas palabras que de mi oíste en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2 Ti. 1:13). Estos pasajes también están dirigidos a cada uno de los predicadores de hoy en día. Predicar falsa doctrina es invitar destrucción divina sobre nuestras almas (2 Jn. 9-11; 2 P. 3:16-17). Recuerde que lo que predicamos llevara a las personas al cielo o al castigo eterno (1 Ti. 4:16). Por consiguiente, prediquemos solo la sana doctrina. Para poder llevar esto acabo, el predicador debe de alimentarse espiritualmente por medio del estudio de la Palabra, y no dejarse engañar por las corrientes de cambio que hoy en día se están penetrando en la Iglesia pura del Señor. Necesitamos predicar la sana doctrina en cuanto al matrimonio, divorcio y segundas nupcias; Necesitamos predicar la sana doctrina en cuanto al uso de instrumentos musicales en la adoración; Necesitamos predicar la sana doctrina en cuanto al plan de salvación; Necesitamos predicar la sana doctrina en cuanto a todos los puntos doctrinales de las Escrituras. El no hacer esto traerá serias consecuencias. Nunca diga, “el hermano fulano de tal dice esto, o lo otro” sino mas bien, “la Palabra de Dios dice esto, o lo otro” (Ro. 4:3; Ga. 4:30; 1 P. 4:11). El predicador necesita usar libro, capitulo y versículo en todas sus predicaciones. Esto le ayudara a hablar conforme a las palabras de Dios y no nuestras opiniones (1 P. 4:11). Nunca de lugar a las falsas doctrinas, ya que tales no nos llevan a ningún lugar. Recordemos lo que le paso a todos aquellos que se apartaron de la instrucción divina dada por el Señor (1 Cron. 13:9-10; Lv. 10:1-2). Estoy seguro de que usted no desea estas cosas. Por consiguiente, prediquemos solo lo que la Biblia enseña, y prediquemos sin temor. Predicar todo el consejo de Dios Un predicador puede predicar la sana doctrina toda su vida y aun asi ir al castigo eterno, esto es, perder su alma. La pregunta es, ¿Cómo puede esto ser posible? Bueno, si un predicador predica la sana doctrina, pero no esta dispuesto a predicar todo el consejo de Dios, tal predicador puede perder su alma. La palabra nos exhorta a predicar todo el consejo de Dios (Hch. 20:27; Jer. 26:2). Lamentablemente existen muchos predicadores que no desean presentar temas bíblicos desde el pulpito porque tienen el miedo de ofender a los oyentes. Muchos predicadores no predican en cuanto al matrimonio, divorcio, y segundas nupcias. Muchos predicadores no predican en cuanto al infierno, la disciplina en la Iglesia, las obras de la carne, las denominaciones, el bautismo, y muchos otros temas de suma importancia. Esto no debe de ser asi. Si un predicador no predica todo el consejo de Dios, entonces, tal predicador necesita considerar nuevamente que es lo que desea hacer en su vida, pero, no predicar. Nuestro Señor Jesucristo fue un predicador que predico todo el consejo de Dios, ya que el no buscaba el favor de los hombres, sino el de Su Padre. Por lo tanto, mi consejo para nosotros los predicadores es que prediquemos todo el consejo de Dios. Debemos de predicar, no lo que la gente quiere, sino más bien lo que la gente necesita. El predicar todo el consejo de Dios traerá serias consecuencias, sin embargo, recordemos que Dios esta con nosotros y que no estamos aquí para agradar a los oyentes. No estamos aquí para darle a los oyentes lo que quieren, sino más bien, lo que necesitan. Y, el predicador necesita predicar una dieta balanceada en cuanto a temas que tienen que ver con la condenación, como también el amor de Dios. Si usted como predicador no esta dispuesto a predicar todo el consejo de Dios, entonces usted no es un predicar del Evangelio de Cristo. Ser un predicador del Evangelio de Cristo no significa que usted solo predicara el Evangelio, esto es, la muerte, sepultura y resurrección (1 Co. 15:3-4). Ser un predicador del Evangelio es ser como Jesús, y como aquellos grandes hombres de fe que predicaron la Palabra de Dios sin temor a las consecuencias. Recuerde que cuando usted predica todo el consejo de Dios, el Señor esta con usted (Mt. 28:20), y no lo dejara solo (He. 13:5; Jn. 16:33; 1 Jn. 4:4)
Vivir lo que predica cada vez que se para en el pulpito. Es triste ver como los predicadores predican una cosa desde el pulpito y fuera del pulpito practican lo opuesto. Es importante que vivamos lo que la Palabra de Dios nos enseña. Alguien dijo, “Prefiero ver un sermón, que oír uno.” Esto significa que la gente desea ver el sermón en la vida del predicador, y no solamente oírlo. En ocasiones es muy fácil predicar algo que no estamos practicando en nuestra vida. Debemos de tener mucho cuidado de no caer en este grave error. Si el tema que va a presentar no lo esta viviendo, entonces, le animo a que no lo predique. ¿Por qué? Porque si usted lo predica, entonces usted estará cayendo en un grave error, el error de la hipocresía, ya que estará predicando un tema que usted no esta poniendo en practica.
Balance en la predicación
Como predicadores necesitamos tener un balance en nuestras predicaciones. Necesitamos enfatizar el amor de Dios, pero también su severidad; Necesitamos enfatizar la gracia de Dios, pero también su justicia; Necesitamos enfatizar la existencia del cielo, pero también la del infierno. El balance es muy esencial en las predicaciones del expositor de la Palabra. Nuestro Señor Jesucristo, asi como los apóstoles, tenían un excelente balance en sus predicaciones. Le animo a que haga un inventario de sus predicaciones para ver si el balance existe. Haga una evaluación de sus predicaciones, y asegúrese de que esta enfatizando el balance en sus predicaciones. Hay muchos predicadores que nunca les escuchara predicar en cuanto al infierno, ya que sus sermones solo enfatizan el amor de Dios y Su gracia. Por el otro lado, existen muchos predicadores que solo predican en cuanto al castigo eterno, pero no en cuanto a la gracia de Dios. La gente necesita aprender en cuanto a la bondad de Dios, pero también necesita aprender en cuanto a la severidad de Dios (Ro. 11:22; Jn. 3:16; He. 10:31; 12:29). ¿Qué tanto balance hay en sus predicaciones? La Biblia esta llena de balance. Nuestro Señor Jesucristo es un excelente ejemplo en cuanto a una vida de balance en la predicación. Jesús enseñó acerca del amor de Dios, asi como también la severidad de Dios. El apóstol Pablo predico de la gracia de Dios, asi como también del juicio final. Este es el balance que los predicadores del Evangelio deben de tener. Una predicación balanceada asistirá en la edificación de la audiencia
Organización de las predicaciones El predicador necesita organizar sus predicaciones de una manera ordenada. Guardar un record de las lecciones es muy recomendable para el uso de tales lecciones en el futuro. En ocasiones, el predicador predica sin notas, y, al hacer esto, no prepara un manuscrito. Bueno, si este es su caso, le animo a que considere de vez en cuando preparar un manuscrito o bosquejo para que desarrolle su habilidad de escribir. Si es posible, le animo a que guarde sus sermones en una carpeta (fólder) para que los pueda usar en un futuro. Si no escribe sus sermones, por lo menos guarde un record de los títulos de los sermones que predica para que se pueda acordar de ellos en el futuro. Si es posible, organice sus lecciones por tópicos como el infierno, castigo eterno, el cielo, la Iglesia, la salvación, la adoración, etc. Tome tiempo para preparar sus lecciones
El predicador necesita apartar un tiempo especial para preparar y estudiar el tema que estará presentando a la congregación. En ocasiones, el predicador no aparta tiempo para hacer esto, y por consiguiente, termina haciendo un mal trabajo en el pulpito. Es sumamente imperativo que el predicador aparte tiempo para preparar y estudiar muy bien la lección que predicara, ya sea el miércoles o el domingo. Si es posible, aparte tiempo para repasar/ensayar sus lecciones antes de predicarlas.
Esto le ayudara a poder hacer un excelente trabajo. No es recomendable, ni correcto que el predicador este preparando su lección un día antes por lo noche antes de predicar. Muchos dejan la preparación del sermón para el sábado por la noche, o el miércoles por la mañana. Esto no es correcto, ya que debe de haber una buena preparación y estudio para hacer un buen trabajo. Ahora, hay ocasiones cuando el predicador tiene emergencias que atender y muchas veces no le queda tiempo para prepararse adecuadamente. Se entiende cuando este es el caso. Sin embargo, esto no sucede todas las semanas. Por lo tanto, el predicador debe de prepararse adecuadamente para poder edificar a la congregación. Una comida calentada en el microwave no sabe muy bien. Una comida calentada y preparada con fuego sabe mejor. Si se toma el tiempo para prepararse, la lección sera mejor recibida y tendrá un mejor resultado. Asi que, hermanos predicadores, tomemos tiempo para prepararnos adecuadamente. Memorizar las Sagradas Escrituras El predicador debe de ser “un hombre del libro.” Esto significa que el predicador debe de estar muy bien familiarizado con la Biblia. Debe de saber donde se encuentran los textos que estará usando en sus predicaciones y clases bíblicas. Para poder llevar esto acabo, el predicador necesita ejercitarse en la memorización de las Sagradas Escrituras. Esta es una de las prácticas que hoy en día ya no se ven entre los predicadores. Jesús es un excelente ejemplo en cuanto a tener las Escrituras memorizadas. En Lucas 4:16-17 encontramos a Jesús leyendo las Escrituras. Hasta donde yo se, este es el único lugar donde vemos a Jesús leyendo las Escrituras. Todas las demás veces, lo vemos citando las Escrituras de memoria (Mt. 4:4, 7, 10). Esto es exactamente lo que debemos de hacer. A veces pienso que los predicadores no memorizan las Escrituras porque no ven la necesidad de hacerlo y también porque en ocasiones no desean sacrificar tiempo para llevar acabo esta practica de suma importancia.
Asi que, el memorizar muchos textos de la Biblia es una practica que se debe de llevar a cabo por los predicadores hoy en día. Esta es una practica de suma importancia porque el memorizar las Escrituras y practicarlas nos ayudara a no pecar contra nuestro Dios (Sal. 119:9, 11).
No se le olvide el LCV
¿Qué es el LCV? Bueno, el LCV significa: libro, capitulo y versículo. El predicador necesita ejercitar la costumbre de citar libro, capitulo y versículo en sus lecciones. Lamentablemente muchos no están de acuerdo con esta practica, sin embargo, el citar libro, capitulo y versículo ayudara a los oyentes a crecer en el conocimiento de las Escrituras. Muchas son las razones por las cuales se debe de citar el libro, capitulo y versículo, una de ellas es porque la audiencia, en ocasiones, toma notas de la predicación, y a veces no se les da la información completa. Ya basta de decir, “la Biblia dice” y no decirles donde la Biblia dice lo que esta diciendo. En ocasiones pienso que el predicador solo dice “la Biblia dice”, sin decir donde, porque probablemente el mismo no sabe donde la Biblia dice lo que esta diciendo. Otros no quieren tomar el tiempo para buscar los textos, y solo se conforman con decir, “la Biblia dice”. Les animo a que seamos hombres del libro, y que usemos la Biblia cuando predicamos.
Predique Con Convicción El Predicador debe de presentar sus lecciones poderosamente, es decir, con mucha convicción y denuedo. Muchas de las predicaciones que hoy en día se escuchan carecen de convicción. Necesitamos predicadores como Jeremías, Amos, Ezequiel, Juan el bautista, Pablo y Jesús. Predicadores que enfaticen la voluntad de Dios en sus predicaciones. Predicadores que prediquen de tal manera que las personas no se duerman el las bancas. Debemos de predicar con poder, convicción, y entusiasmo. La gente debe de darse cuenta que en realidad creemos en lo que predicamos. Asi que, les animo a que prediquen con convicción. Recuerden que ustedes son predicadores de Dios. La gente no se convertirá, ni cambiara su manera de vivir si predicamos monótono, y sin convicción. El hermano Guy N. Woods, en cierta ocasión dijo: “Cuando prediques, se simple, lógico y breve. Si eres simple, la gente va a entender lo que predicas. Si eres lógico, la gente recordara lo que predicaste. Y, si eres breve, la gente te apreciara. Yo creo que este consejo es muy práctico para llevarlo a cabo. Debe de estudiar la Biblia regularmente El predicador debe de ser un “estudiante de la Biblia.” Es imposible ser un predicador del Evangelio y ser efectivo sin estudiar las Sagradas Escrituras regularmente. El predicador debe de estar muy bien familiarizado con los libros de la Biblia y conocer la Biblia desde Génesis hasta los mapas. ¿Qué tanto conoce usted la Biblia? ¿Sabe usted como predicador de que habla el libro de los Hechos, el libro de Galatas, el libro de Apocalipsis, etc.? ¿Qué tanto estudia la Biblia durante la semana? Estas son preguntas en las cuales usted, como predicador, necesita meditar y responder honestamente.
La Biblia se debe de estudiar no solo para la preparación de las lecciones, sino también para nuestro crecimiento personal y espiritual (1 P. 2:2). Le animo a que dedique tiempo para estudiar la Biblia regularmente (2 Ti. 2:15; 1 Ti. 4:13). Trate de leer la Biblia en un año las veces que pueda. Esto le ayudara a poder conocer la Biblia más y más. Después que el predicador ha hecho visitas, solo queda una cosa más que hacer—Estudiar. Después que el predicador ha terminado de desayunar, solo queda una cosa más que hacer—Estudiar. Después que el predicador ha terminado de estudiar, solo queda una cosa más que hacer—Estudiar. Esto enfatiza el punto de que el predicador debe de ser un estudiante de la Biblia (2 Ti. 2:15; Sal. 119:97) El Predicador y los libros
Una de las cosas que el predicador debe de hacer es coleccionar libros de referencia para su estudio personal. El predicador debe de tener una biblioteca muy bien surtida de libros que le puedan ayudar a crecer en conocimiento. Cuando compre libros, compre solamente aquellos libros que le van a ser de mucho provecho y que serán usados por usted. No compre libros que no planea usar. También, al comprar libros, tenga mucho cuidado la clase de libros que compra, ya que hoy en día se están escribiendo muchos libros que traen falsa doctrina en cada página. El predicador debe de “examinarlo todo y retened lo bueno” (1 Ts. 5:21; ver Hch. 17:11). En ocasiones alguien le regalara libros, y cuando esto suceda, aproveche la oportunidad de recibirlos y guardarlos en su biblioteca. ¿Qué clase de libros necesita un predicador? Bueno, observe la siguiente lista que le sugiero compre: (1) Diccionarios Bíblicas, concordancias, libros de sermones, diccionarios seculares, comentarios bíblicos, diccionarios del lenguaje griego y hebreo, libros de referencia, libros de geografía, libros de costumbres de los lugares bíblicos, etc. Estos libros deben de formar parte de la biblioteca del predicador. Aun el apóstol Pablo tenia libros que el usaba para su estudio (2 Ti. 4:13), por lo tanto, debemos de imitar este gran ejemplo. El Predicador y Las Computadoras El predicador del Evangelio debe de estar muy bien familiarizados con el uso de las computadoras. Si usted no tiene una, le animo a que la compre, ya que tales son muy bien beneficiosas para el ministerio. Hoy en día las computadoras se usan para desarrollar boletines, redactar cartas personales, escribir sus sermones, y clases bíblicas, revisar correos electrónicos, invitaciones para conferencias, campañas evangelisticas, etc. Las computadoras hacen el trabajo del predicador más fácil y mejor ordenado. El aprender a usar una computadora no toma mucho tiempo. Si la persona desea aprender a usarlas, tal persona aprenderá fácilmente. El predicador que aprende como usar las computadoras podrá también aprender como usar el PowerPoint, un programa que le ayuda a presentar sus lecciones en pantalla, la cual los oyentes pueden ver y escuchar. El uso de Powerpoint es una herramienta de mucho provecho en la predicación y enseñanza de la Palabra. En lo personal me ha tocado ver como estudiantes vienen a la escuela sin conocimiento alguno en cuanto al uso de las computadoras, pero después de comprar una, aprenden a usarlas rápidamente. Yo, en lo personal, todo lo que he aprendido de las computadoras lo he aprendido observando como otros la usan. Creo que esta es la mejor manera de cómo aprender a usar una computadora. Asi que, le animo a que invierta en comprar una, la cual le ayudara en gran manera en el ministerio de la predicación.
Nunca usar el pulpito para “echarle o atacar” a las personas
En ocasiones, el predicador tiene algún problema contra cierto hermano o hermana en particular, entonces, cuando este es el caso, el predicador termina usando el pulpito para desquitarse con la persona con la cual tiene el problema. Esto no debe de ser asi. El pulpito se debe de usar para edificar a la audiencia, pero no para desquitarse con alguien. Si el predicador tiene un problema con alguien en particular, el tiene que ir con tal persona y arreglar su problema, pero no usar el pulpito para esto. El predicador tampoco debe de dar lugar para que otros vengan y le digan que es lo que debe de predicar, haciendo esto para “echarle” ha alguien mas. En ocasiones vienen hermanos y nos dicen que prediquemos cierto tema para que el hermano “fulano de tal” aprenda bien a no hacer tal cosa. Nuevamente, esto no debe de ser asi. Es cierto, el predicador debe de reprender y exhortar, pero, esto se debe de hacer de una manera correcta y no para atacar a cierta persona. Note los siguientes propósitos del pulpito: 1) Edificar a los oyentes (Ef. 4:11-12) 2) Presentar solamente la Palabra de Dios (2 Ti. 4:2; Mr. 1:38) 3) Por medio de las Escrituras se redarguye, reprende, y se exhorta con toda paciencia y doctrina (2 Ti. 4:2) Yo entiendo que habrá ocasiones cuando debemos de dirigirnos al error y combatirlo. Sin embargo, la mayor parte del tiempo que pasamos en el pulpito debe de ser para predicar el Evangelio de Cristo y equipar a los oyentes para un mejor servicio.
El predicador debe de estar al tanto de los problemas de la congregación Esto es algo que el predicador debe de hacer muy ha seguido. Debe de estar muy bien familiarizado con los problemas que pasan en la Iglesia para que de esta manera pueda presentar lecciones que puedan ayudar a la Iglesia a superar tales problemas. Si el predicador no esta presente en la congregación todo el tiempo, no podrá conocer cuales son las necesidades de la congregación. Las necesidades de la congregación ayudan al predicador a saber que es lo que estará predicando. Por lo tanto, hay que mantener nuestros ojos, y oídos abiertos para presentar lecciones que ayudaran a la Iglesia del Señor. El apóstol Pablo fue informado en cuanto a los problemas de la Iglesia en Corinto, y por consiguiente, les escribe en cuanto a estos problemas y como solucionarlos. El predicador debe de hacer lo mismo. Predique con convicción
El predicador, cuando predica, debe de hacerlo con convicción. Predicar con convicción no significa predicar fuerte para que todos lo escuchen. Predicar con convicción significa que usted esta totalmente convencido de lo que esta predicando y que lo estará haciendo con autoridad (Tito 2:15). Muchas veces falta convicción en las predicaciones que se presentan. En ocasiones, las lecciones son presentadas de una manera sin este ingrediente de suma importancia. Ahora, la pregunta es, ¿Por qué pasa esto? La respuesta es simple, y esta es que muchos no están completamente convencidos de lo que están predicando. Cuando usted esta totalmente convencido, usted predicara con autoridad y con mucha convicción y denuedo. Necesitamos más convicción en muchos predicadores de hoy en día. Nuestro Señor Jesucristo, y los apóstoles son un grande ejemplo en cuanto a predicar con denuedo y convicción. A ellos debemos de imitar. ¿Qué tanta convicción proyecta usted cuando predica? ¿Se da cuenta la gente de que usted predica con convicción y denuedo? ¿Deja usted la impresión de que no esta totalmente convencido de lo que esta predicando? Espero que las respuestas a estas preguntas sean positivas y no negativas. Otro consejo en cuanto a la predicación es el que nuestro hermano Johnny Ramsey dijo: “Procura exaltar a Cristo cada vez que predicas tu lección”. El predicador debe de tratar lo mejor posible de darle la honra y la gloria a Dios y a nuestro Señor Jesucristo. Predicaciones acerca de Jesús son muy recomendables para que la congregación conozca más y más al Salvador del mundo. Mantenga sus lecciones dentro de su contexto Este es uno de los problemas que vemos muy a seguido en la mayoría de los predicadores—el sacar textos fuera de contextos. El simple hecho de que un pasaje de la Biblia se escuche bien, o se vea bien, no significa que puede ser usado en la lección que desea presentar. Es muy importante que el predicador se asegure de que su pasaje o texto puede ser usado en contexto. Recuerde que un texto fuera de contexto es un pretexto. Examinemos cuidadosamente las Escrituras para ver si estamos usando correctamente la Palabra de verdad (2 Ti. 2:15). Por lo tanto, mantengamos los textos dentro de su contexto para no interpretar o usar incorrectamente las Sagradas Escrituras.
En cierta ocasión un predicador uso Hebreos 10:31 para presentar su lección. El tema de su lección fue “En las manos del Dios vivo.” Basado en este texto, el predicador comenzó a predicar cosas positivas acerca de lo que es estar en las manos del Dios vivo. De acuerdo a este pasaje, el texto esta hablando de las consecuencias de caer en las manos del Dios vivo, y no de la bendición de estar en las manos del Dios vivo. Como podemos observar, este predicador no presto atención al contexto del texto bajo consideración.
EL PREDICADOR EN SU VIDA PERSONAL
El Predicador debe de ser balanceado en el tiempo que dedica a su familia Uno de los problemas que los predicadores tienen es que no dedican tiempo a sus familias como deberían. En ocasiones, el trabajo del ministerio es tanto que no hay tiempo para dedicarlo a nuestras familias como debería de ser. Es imperativo que el predicador preste mucha atención a su familia. Muchos han sido los predicadores que han sido dejados por su esposa porque el no le da tiempo ha ella. Muchos predicadores han perdido sus familias por estar tan ocupados en la obra del Señor. ¿Qué tanto dedica usted a su familia? En cierta ocasión me acuerdo que nuestro hermano Ferman Carpenter nos aconsejaba en cuanto al tiempo que debemos de darle a nuestra familia. El nos decía que el predicador debe de tomar mucho tiempo para preocuparse por su familia. Por ejemplo, cuando salgan de vacaciones, no lleve su familia a una campaña evangelistica, seminario, conferencia, o reunión religiosa. El tiempo de vacaciones es para dedicarlo a su familia.
Yo reconozco que hay ocasiones cuando el trabajo es mucho y no podemos encontrar tiempo para dedicarlo a nuestras familias. Sin embargo, si en realidad deseamos que nuestra familia nos apoye, y si en realidad deseamos cumplir con nuestra responsabilidad que Dios nos ha dado, entonces, es importante que tomemos tiempo para dedicarlo a nuestras familias. Habrá ocasiones cuando sera necesario apagar nuestros celulares para poder gozar de un buen tiempo con nuestra familia. Si sale de vacaciones, apague su celular, o no conteste llamadas relacionadas a la congregación. Recuerde que esta de vacaciones, y que su familia lo necesita. Ahora, no solo le de tiempo a su familia en vacaciones, sino mas bien, todo el tiempo. Su familia esta con usted todo el tiempo y no solo cuando hay vacaciones. Es cierto que la obra nos necesita, pero a la misma vez, debemos de recordar que nuestra familia también nos necesita. Seamos balanceados en cuanto al tiempo que le vamos a dedicar a nuestra familia, asi como también a la obra del Señor. Hay muchos que dedican más tiempo a la familia que a la obra del Señor. Otros dedican más tiempo a la obra del Señor, en vez de la familia. El predicador que hace esto, no esta practicando un balance en su vida. Si hace esto, tarde que temprano sera afectado. Recuerde, el predicador debe de proveer para su familia (1 Ti. 5:8). Esto no solamente incluye lo económico, sino también lo moral, y lo espiritual. El no hacer esto, traerá serias consecuencias (1 P. 3:7). Esforzarse en ser un buen ejemplo en la comunidad El predicador debe de ser un excelente ejemplo en la comunidad donde vive. Esto no quiere decir que solamente donde vive debe de comportarse como es digno del Evangelio (Fil. 1:27), sino también en todas partes donde se encuentre. El consejo que Pablo da a Timoteo se aplica a todos los predicadores de la Palabra. Pablo le dijo a Timoteo que fuese un buen ejemplo en palabra, conducta, amor, espíritu, fe, y pureza (1 Ti. 4:12). Recordemos que nuestra luz debe de brillar delante de los hombres para que vean nuestras buenas obras, y Dios sea glorificado (Mt. 5:16). La Biblia nos exhorta a poner atención a la manera de cómo nos comportamos delante de los hombres (Col. 4:5-6). Lamentablemente, la obra del Señor ha sido lastimada por aquellos predicadores que no han prestado atención a lo que Dios nos enseña en Su Palabra concerniente a la manera de cómo debemos de comportarnos delante de los hombres. La Iglesia es blasfemada por el comportamiento pecaminoso de muchos predicadores. Es mi oración el que cada uno de nosotros vivamos de tal manera que la gente pueda ver a Cristo reflejado en nuestras vidas. Recordemos que tenemos grandes ejemplos en la Biblia, los cuales debemos de imitar (1 Co. 11:1; 1 P. 2:22; Fil. 4:17; 1 Co. 4:16; 3 Jn. 11; Hch. 20:33-35; 1 Co. 9:26-27; 13:1-8; 2 P. 1:5-11; Fil. 1:27). La pregunta es, ¿Cómo lo conocen a usted en la comunidad donde vive? ¿Qué impresión tiene la gente de usted? ¿Lo conocen como una persona integra, o como una persona que traer vergüenza al Señor? Espero en Dios que la respuesta a estas preguntas sean positivas y no negativas. El predicador debe prestar atención a la manera de cómo se viste
La manera de cómo nos vestimos dice mucho delante de los hombres en cuanto a nuestra personalidad. Por medio de nuestra vestimenta la gente se puede dar cuenta si en realidad representamos lo que la Biblia enseña o no. ¿Cómo se viste usted entre semana? ¿Qué clase de ropa usa? Espero que este poniendo atención a como se esta vistiendo, ya que eso, dice mucho de usted. Conozco predicadores que se visten como si fuesen cantantes de Rock pesado. Usan botas de guitarristas, y camisas que promueven las cosas del mundo. Hermanos, esto no debe de ser asi. Recordemos que estamos representando a Dios y Su Palabra, no al mundo. Asi que, prestemos mucha atención a la manera de cómo nos vestimos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada
EL PREDICADOR Y EL EVANGELISMO PERSONAL
El Predicador debe de ser un pescador de hombres La Palabra de Dios nos exhorta a ser pescadores de hombres (Mt. 4:19; Mr. 1:17; Lc. 5:10). Esta es la razón principal por la cual somos predicadores—predicar el Evangelio de Cristo (Mr. 16:15; Mt. 28:18-20). Nuestra responsabilidad no es ganarnos un buen nombre en la comunidad o en la hermandad. Nuestra responsabilidad es ganar almas para Cristo. El mundo se esta perdiendo, y muchos están muriendo cada día sin el Evangelio, sin una esperanza de vida eterna. Nuestro trabajo es cambiar el destino de las personas por medio de la predicación del poder de Dios, el Evangelio (Ro. 1:16). La Iglesia del primer siglo es nuestro ejemplo a seguir en cuanto a ser pescadores de hombres. Ellos iban por todas partes anunciando el Evangelio de Cristo (Hch. 8:4). Nosotros debemos de hacer lo mismo. El predicador debe de equipar a la congregación para que también se ocupen en el trabajo mas importante de la historia—el ganar almas para Cristo. El predicador debe de equiparlos en los métodos del evangelismo, estudios bíblicos, responder preguntas, etc. Recordemos que nuestro trabajo es edificar y equipar a la congregación. Clases de evangelismo personal deben de ser presentadas por el predicador, a la congregación. El predicador debe de animar a cada miembro a envolverse en este muy importante trabajo. Yo se que en ocasiones, sino todo el tiempo, el predicador hará este trabajo solo, dado a que no muchos se interesaran en este trabajo de ganar almas para Cristo. Sin embargo, el predicador debe de seguir adelante envolviéndose en este trabajo, recordando que todos deben de hacerlo. El predicador debe de planear talleres de evangelismo personal, asi como también fechas en las cuales la congregación estará saliendo fuera del edificio para compartir el mensaje de salvación. También debe de, ya sea ordenar folletos, o escribir sus propios folletos para usarlos en el evangelismo personal.
EL PREDICADOR Y SU RELACION CON OTROS PREDICADORES
El Predicador no debe de tener comunión con los Predicadores que enseñan falsa doctrina
Este es uno de los grandes problemas que hoy en día estamos observando. Muchos predicadores están teniendo comunión con aquellos que están enseñando falsa doctrina. La Biblia nos exhorta a apartarnos de todos aquellos que andan desordenadamente (2 Jn. 9-11; Ef. 5:11; 2 Co. 6:17; Ro. 16:17-18). Ahora, si usted va ayudar a tal predicador para que deje de hacer lo que esta haciendo, entonces usted puede ir y hablar con el. Sin embargo, si tal predicador no quiere cambiar, entonces debemos de apartarnos de tales. Debemos de estar listos y preparados para enfrentar las falsas doctrinas que hoy en día se están presentando por muchos predicadores que no tienen respeto alguno para con la sana doctrina. Aquellos predicadores que enseñan la sana doctrina deben de ser apoyados, ya que tales se preocupan por que la doctrina del Señor no sea pervertida. Es importante que de tiempo en tiempo se junten aquellos predicadores que tienen una misma mente y un mismo parecer. Esto es bueno hacerlo para compartir experiencias en el ministerio.
EL PREDICADOR Y SU RELACION CON LOS DIACONOS DE LA IGLESIA
El Predicador debe de tener una buena relación con los diáconos de la Iglesia Los diáconos de la Iglesia son una grande ayuda para el predicador del Evangelio. Ellos se preocupan por servir en diferentes áreas de servicio de la congregación. El Predicador debe de llevarse muy bien con tales hermanos y asistirles cuando tenga la oportunidad de hacerlo. ¿Qué tan bien se lleva usted con los diáconos de la Iglesia? ¿Qué tanto les ayuda cuando tiene la oportunidad de hacerlo? Le animo en el nombre del Señor a que tenga una buena relación con tales hermanos, los cuales trabajan arduamente en la obra del Señor. Déjeme decirle, si tales hermanos no estuvieran en la congregación, usted tendría que hacer todo el trabajo que ellos hacen. Asi que, apreciemos su trabajo, y tengamos una buena relación con ellos. Yo, en lo personal, he sido grandemente beneficiado por el trabajo que los diáconos de la Iglesia hacen. Si ellos no estuvieran presentes, yo tendría que hacer el trabajo que en ocasiones, ellos hacen. Gracias le doy a Dios por haber organizado Su Iglesia con diáconos, y ancianos.
EL PREDICADOR Y SU RELACION CON LAS MUJERES
El Predicador debe de tener mucho cuidado en su relación con las mujeres de la congregación
Una de las herramientas que Satanás ha usado para hacer caer a los predicadores es las mujeres. El diablo siempre ha usado las faldas para hacer caer a los que predican el Evangelio. Muchas veces hemos escuchado como predicadores del Evangelio han caído en el adulterio o la fornicación por que no prestaron atención a lo que la Biblia nos enseña. El predicador debe de tener mucho cuidado con las mujeres. Nunca debe de estar solo con ellas, ya que Satanás es muy astuto, y puede hacer que usted haga algo indebido. El predicador nunca debe de ir a visitar a las hermanas de la congregación cuando los esposos de las hermanas no están presentes. Los predicadores que han hecho esto, se han metido en grandes problemas y han caído en el pecado de la fornicación. Siempre que haga una visita a una hermana de la congregación, hágalo acompañado de su esposa, de otra manera, evite hacer tal visita. Mejor es prevenir que lamentar. Se cuenta que el evangelista bautista Billy Gram, antes de entrar en un hotel, envía a uno de sus hombres para que inspeccione el hotel, y de esta manera cerciorarse de que no hay ninguna mujer presente dentro de su cuarto. Este hombre trata lo mejor que pueda para mantenerse alejado de cualquier tentación sexual. Recuerde, Dios desea que seamos santos (1 P. 1:15-16), desea que nos abstengamos de los deseos carnales (1 P. 2:11), desea que no proveamos para los deseos de la carne (Ro. 13:14), desea que no satisfagamos los deseos de la carne (Ga. 5:16), desea que nos mantengamos alejados de la fornicación (1 Co. 6:18-19), desea que nos mantengamos alejados de toda clase de maldad (1 Ts. 5:22-23). Por lo tanto, tengamos mucho cuidado de lo que hacemos, para que de esta manera, no nos arrepintamos después de haber hecho algo que resulto en nuestra propia destrucción. Solamente póngase a pensar si usted cae en un pecado sexual. Esto estará con usted por todo el tiempo que usted viva, y probablemente en la memoria de aquellos que quedan con vida después que usted ha muerto. Si usted comete un pecado sexual estando en el ministerio. Esto sera su propia destrucción, ya que a usted lo van a despedir como ministro, luego su esposa probablemente se divorciara de usted, sus hijos serán grandemente afectados, y luego no podrá encontrar otro trabajo para predicar, dado a que ha cometido un pecado muy grande. Asi que, las consecuencias son muy graves, por lo tanto, le animo a que siempre se esfuerce por vivir una vida santa delante de Dios y delante de los hombres. Esto le ayudara a poder tener éxito en el ministerio de la predicación.
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