lunes, 9 de julio de 2012

Cristo Viene pronto: Aguardemos a nuestro Rey y Señor Jesucristo

biblias y miles de comentarios
 

La Presentación y Rechazo Formal Del Mesías
Mateo 19–22
Al terminar la preparación de Sus discípulos para el rechazo que Cristo iba a padecer, y que ellos sufrirían juntamente con El, Jesús empieza Su viaje para Jerusalén. Ya no habrá paso para atrás. Ha definido Su destino y se dirige hacia ese fin (19:1–25:46). Lo demás del libro lleva al lector hacia la muerte del Mesías y sus consecuencias para Israel.
LA PRESENTACION FORMAL DEL MESIAS 19:1–21:17
El Camino a Jerusalén 19:1–20:34
El viaje de Cristo a Jerusalén manifiesta dos propósitos. Jesús va para presentarse formalmente frente a la nación como el Mesías. A la vez se observan los planes hechos por los líderes del pueblo con el fin de negar la evidencia y pararlo. Las dos verdades se habían predicho y se habían demostrado antes pero este viaje hace oficial tanto la presentación como el rechazo del Mesías.
La pregunta en cuanto al Divorcio 19:1–12
Jesús aprovecha varios incidentes públicos como una base para instruir a Sus discípulos de nuevo (19:1–20:16). Al regresar Jesús de Galilea a Judea, las multitudes de nuevo le siguieron. Los fariseos también estaban listos con otra prueba. Esta prueba tenía que ver con el divorcio.
Los fariseos pensaban obligarle a meterse en medio de una controversia delicada contemporánea. La escuela de Samai apoyaba una interpretación estricta de la ley Mosaica. Sólo se permitía el divorcio por causa de la infidelidad matrimonial. Al otro lado de la discusión estaba la escuela de Hilel que interpretaba la ley libremente y permitía el divorcio cuando un hombre no estaba satisfecho con su esposa por algún motivo.
Sea cual fuere la respuesta de Jesús a tal pregunta, tendría que ofender a algunos de Sus seguidores. Sin duda suponían que Cristo apoyaría la interpretación más severa de Samai y que así ofendería a la mayoría, del pueblo incluyendo a Herodes quien había permitido la muerte de Juan por razones semejantes.
Nadie esperaba la respuesta que Jesús les dio. Demostró que su énfasis estaba equivocado. Buscaban excusas aceptables para obtener el divorcio. El plan de Dios para el matrimonio fue que no hubiera ningún divorcio. Habían convertido una ley que Dios dio para proteger a la mujer de los abusos ya existentes, en una excusa para divorciarse de sus esposas. Dios nunca la dio para este fin.
LO QUE DIOS JUNTO,
NO LO SEPARE EL HOMBRE
Esta discusión del matrimonio despertó una inquietud en los discípulos acerca del matrimonio. Habían entendido correctamente que Jesús les decía que frente a Dios no había base para el divorcio. Así que, la posibilidad de un matrimonio malo les da miedo. Una conclusión lógica sería: “¡Mejor no casarse!”
Jesús les indica que su conclusión podría ser válida para quienes pudieran aceptar esa alternativa como su estilo de vida. Quienes no pueden mantener la pureza frente a Dios de esa manera, deben casarse. Sin embargo, ellos deben reconocer la naturaleza permanente del matrimonio y no buscar un escape por medio del divorcio.
¡PENSEMOS!
Cristo se dirige más a la actitud de ellos en cuanto a la ley y en cuanto al matrimonio que al tema del matrímonío en sí. Sin embargo, el pasaje enseña claramente algunos principios el cuanto al matrimonio que se deben observar. Busque las bases para el matrimonio que Jesús señala.
¿Cuáles son las implicaciones de estos principios para su propia vida? ¿Cuál actitud o acción debe cambiarse en su propia vida a bases de este concepto del matrimonio?
La Interrupción de los Niños 19:13–15
El segundo evento público que Jesús utilizó para instruir a Sus discípulos resultó de muchas personas que trajeron sus niños a Jesús para que les impusiera las manos y que orara por ellos. La motivación de tales personas no se explica.
Los discípulos estaban molestos porque los niños interrumpían los asuntos de mayor importancia que Jesús debía hacer. Jesús aprovechó la oportunidad para enseñarles que no deben estorbar a los niños que quisieran acercarse a El. Más bién, todos los que quisieran acercarse a El tienen que hacerlo tal como los niños, para poder entrar al reino.
EL REINO SE COMPONE
DE LOS QUE SE ACERQUEN A CRISTO
TAL COMO LOS NIÑOS
La Pregunta en cuanto a la Vida Eterna 19:16–26
La tercera oportunidad para instruir a los discípulos empieza cuando un hombre le pregunta qué tiene que hacer para recibir la vida eterna. Jesús trata de señalar el énfasis equivocado de la pregunta al dirigir su atención a El Mismo (19:16–17a).
El bien acerca del cual pregunta, se encuentra en Dios; no en sus propias obras. Ha preguntado a Jesús en cuanto a las buenas obras porque se ha fijado en el carácter de Jesús. El Señor quiere que se dé cuenta de que es ese mismo carácter que provee la clase de justicia que se necesita para entrar en el reino de Dios.
Cuando el hombre no comprende ese mensaje, Jesús trata de ayudarle a entender que sus propias obras nunca podrán satisfacer la norma de Dios (19:17b–20). Señala la enseñanza de la ley, que Dios dio para revelar el pecado. Si quiere obtener vida, tiene que obedecer todos los mandamientos divinos.
De nuevo el hombre no comprende lo que Jesús le quiere enseñar. En vez de reconocer que no puede cumplirlas cabalmente, pregunta cuáles de las leyes debe obedecer.
Jesús empieza con las leyes generales presentadas en los diez mandamientos. El hombre, al pensar sólo en el cumplimiento externo de la letra de la ley, dice que siempre ha vivido así. No reconoce que es pecador. Está ciego en cuanto a su pecado.
En vez de discutir su profesión, Jesús mete el dedo en la llaga (19:21–22). La esencia del problema del hombre es que no ama a su prójimo como a sí mismo. Quiere su dinero más que a su prójimo. Más significativo todavía es que el hombre quiere dinero más que la vida eterna. Al no ser que reconozca el valor verdadero de las posesiones y de la vida eterna, jamás buscará la salvación que se encuentra en Cristo.
Jesús utiliza el caso de este hombre para enseñar a sus discípulos (19:23–24). Ellos podrían creer que quienes habían recibido más bendición de Dios agradecerían más lo que Dios les había dado. Tales personas serían los primeros en querer seguirle. Sin embargo, Jesús les demuestra que los ricos no siguen a Dios porque confían en su dinero, más que en Dios.
QUIENES CONFIEN EN SUS POSESIONES
NO PODRAN CONFIAR EN DIOS
Los discípulos todavía piensan desde el punto de vista natural cuando le preguntan entonces que si los líderes respetados de Israel no pueden ser salvos, ¿Quién puede ser salvo? Jesús les contesta que la salvación es imposible para los hombres. Sólo puede venir de Dios. Si no fuera un regalo que Dios da, ninguno podría ser salvo (19:25–26).
LO QUE ES IMPOSIBLE PARA LOS HOMBRES
ES POSIBLE PARA DIOS
SOLO EN EL HAY SALVACION
¡PENSEMOS!
El punto de vista que este hombre refleja en cuanto a la salvación es la que Satanás sigue promoviendo alrededor del mundo hasta el día de hoy. ¿Cuál es la esencia de este error? ¿Qué lección tuvo que aprender este hombre?
Repase la historia completa y señale los principios que se nos enseñan en cuanto a la salvación. ¿De qué maneras debemos imitar el método de Jesús al presentar el evangelio?
La Pregunta en cuanto a las Recompensas del Servicio 19:27–20:16
El diálogo acerca de la incapacidad de los ricos de sacrificar sus bienes por causa del reino provoca una pregunta de parte de los discípulos (19:27–30). Si han estado dispuestos a sacrificar todo lo que tienen por causa de Cristo. ¿Será este sacrificio suficiente?
Jesús responde que en su caso la situación es distinta. Para ellos es cuestión del servicio al Rey en Quien ya están confiando. Recibirán bendiciones mucho mayores que las cosas que han sacrificado por causa de Su nombre.
RECIBIREMOS CIEN VECES MAS
QUE LO QUE HEMOS DEJADO
POR CAUSA DE CRISTO
De nuevo Jesús aprovecha la oportunidad para instruir a Sus discípulos acerca de otra diferencia entre el reino de Dios y el punto de vista del hombre natural. Han tomado por sentado que al haber sido los primeros en identificarse con Jesús, y por haberle seguido desde el principio, ocuparán el primer lugar entre Sus seguidores. Jesús utiliza una parábola para demostrarles que los primeros no siempre son los que reciben la mejor recompensa (20:1–16).
La parábola enseña que el Señor tiene el derecho de pagarle a cada obrero, según El dispone. Si el amo le da a cada trabajador lo que le ha prometido, nadie tendrá ningún derecho de quejarse. Puede decidir recompensar a cada uno en bases distintas. Esta decisión no es injusticia. Es el derecho del amo decidir la recompensa siempre que cumpla con su promesa. Dios siempre cumple Sus promesas íntegramente, pero no siempre nos da lo que esperamos.
EL AMO PUEDE HACER LO QUE QUIERE
CON LO SUYO
¿TENDREMOS ENVIDIA
PORQUE DIOS ES BUENO?
Este principio será aplicado al servicio de los seguidores de Cristo también. Dios decidirá la recompensa que cada uno merece. Es posible que la distribución de los premios no se conforme a la evaluación humana, pero nadie tendrá porqué quejarse de que Dios haya sido injusto. Será generoso para con todos, pero El determinará la base para las recompensas.
La Orientación para Evitar Confusión 20:17–19
Al terminar estas oportunidades educativas con Sus discípulos, Jesús de nuevo fija Su atención en el camino por delante. Va a presentarse pronto formalmente ante la nación como su Mesías. Sin embargo, la recepción aparente del momento no le decepciona. Sabe que va a Jerusalén para ser rechazado y al fin crucificado.
Jesús está interesado en la preparación de Sus discípulos para lo que sucederá. Trata de recordarles en cuanto a lo que ya les ha dicho para que no se queden decepcionados. Quiere que comprendan el significado verdadero de los eventos que observan. Sin embargo, no pueden entender totalmente lo que quiere decirles.
La Corrección de un Malentendido 20:20–28
A pesar de haber escuchado Su recuerdo de que va a Jerusalén para ser rechazado y morir, los discípulos siguen haciendo competencia para el primer lugar en Su reino. Todavía buscan la auto-exaltación en vez del servicio. Tienen que darse cuenta de que quienes siguen a Cristo tendrán que identificarse con El en Su muerte. También van a sufrir por Su causa.
LA GRANDEZA FRENTE A DIOS
SE CONSIGUE AL HACERSE SERVIDOR DE LOS
DEMAS
La Ilustración de la Respuesta Indicada 20:29–34
Como parte de la preparación para la presentación formal de Jesús, dos hombres ciegos dan una lección visual a Israel de la respuesta indicada frente a Jesús. A pesar de su ceguera estos hombres pueden “ver” que Jesús es el Mesías. Se unen a la multitud y le siguen.
En contraste, Israel, que profesa poseer la luz y la capacidad de ver, no lo puede reconocer. Quienes quieren gozar las bendiciones prometidas para acompañar la venida del Mesías tienen que reconocerle y confiar en El, tal como los ciegos lo hicieron.
La Entrada Triunfal 21:1–11
Cuando Jesús llegó a las afueras de Jerusalén, manda a dos discípulos para conseguir una asna y su pollino. Este evento se conformó a las predicciones del Antiguo Testamento en cuanto a la presentación del Mesías (Zac. 9:9).
Al entrar a la ciudad, las multitudes le acompañaron, aclamando al Mesías (21:7–11). La emoción del momento llenó toda la ciudad.
El Ministerio en el Templo 21:12–17
Jesús entró en el templo y empezó un ministerio tal como se esperaba del Mesías. Al ver la corrupción de las costumbres practicadas, Jesús purificó el templo y echó afuera a los vendedores (21:12–13). Sanó a los ciegos y cojos presentes (21:14). La gente que vio lo que hizo, respondió a este ministerio con alabanzas (21:15–16).
Cuando los líderes religiosos vieron Sus obras y las alabanzas que Jesús permitió que sus seguidores le rindieran, se enojaron. Al confrontarle en cuanto a las alabanzas recibidas, Jesús les contestó que tales alabanzas estaban en orden y se conformaba a la profecía de las Escrituras (Sal. 8:2). Esta declaración constituyó una declaración directa de que El era el Mesías. Ningún otro podría aceptar tales alabanzas ni decir legítimamente que las merecía.
Su respuesta no podría posponerse más. Jesús salió del templo y de Jerusalén al llegar la noche porque sabía que le estarían buscando para arrestarlo (21:17).
EL RECHAZO FORMAL DEL MESIAS 21:18–22:46
La Condenación de Israel 21:18–22
Cuando Jesús regresó a Jerusalén la mañana siguiente, consciente de la reacción que vendría, maldijo a una higuera como símbolo del juicio que iba a caer sobre Israel. Jesús había venido a la higuera, pensando encontrar fruto, pero la encontró vacía. Así también había encontrado a Israel. Tal como la higuera se secó por la Palabra de Jesús, así también a Su Palabra Israel sería juzgado.
Jesús utilizó la oportunidad para instruir a Sus discípulos. Había podido hacer esta señal porque conoció la voluntad de Dios. Ellos también, al estar seguros de lo que quería hacer, y al confiar en El, podrían hacer cosas semejantes por medio de la oración. La clave es sa b er la voluntad de Dios y confiar en El para llevarla a ca b o.
La Oposición por Israel 21:23–22:46
Cuando Jesús llegó al templo de nuevo, encontró que tal como la higuera, el lugar que debería haber sido fructífero, había llegado a ser vacío y estéril. La nación que debía haberle reconocido y aceptado con gozo, le rechaza. Empezaron a ponerle trampas, esperando que cayera en una y así sería fácil acusarle.
TAL COMO LA HIGUERA
ISRAEL SE HA VUELTO ESTERIL
NO PRODUCE FRUTO
La Pregunta en cuanto a Su Autoridad 21:23–22:14
Primero, le confrontó un grupo de sacerdotes y ancianos (21:23–22:14). Se ha metido en el territorio de ellos y ha amenazado su autoridad. Por eso, tienen suficiente motivo para ata carle. Jesús tiene que demostrar que Su potestad es mayor, debido a que ha actuado con autoridad en su campo, sin su permiso.
Le preguntan en cuanto a la fuente de Su autoridad (21–23). La pregunta es una trampa. O tiene que declarar Su jurisdicción divina, o tiene que som et erse a la autoridad de ellos. En cualquier caso se meterá en sus manos.
Reconociendo el propósito de su pregunta, Jesús responde con otra semejante. Les pregunta en cuanto a la fuente de la autoridad de Juan. Esta pregunta también fue una trampa.
Los líderes se dieron cuenta inmediatamente de las implicaciones de la pregunta. La multitud de Israel aceptaba la fuente divina de la autoridad de Juan. Si niegan esa autoridad, la multitud se volvería en contra de ellos mismos. De otro modo, si la autoridad de Juan vino de Dios, tienen que explicar su propio rechazo de él y de su mensaje.
Cuando decidieron no contestar la pregunta, tuvo Jesús suficiente razón para no contestar tampoco. Ya había demostrado que no buscaban la verdad; sólo se interesaban en atraparlo.
Jesús continúa la discusión por medio de tres parábolas que demuestran las implicaciones del rechazo (21:28–22:14). Estas logran dos propósitos. Manifiestan la condición del corazón de estos hombres y su motivación verdadera. Además, señalan la relación entre sus decisiones y el plan de Dios para Israel.
La parábola de los dos hijos señala las alternativas que Dios les presenta a todos los hombres (21:28–32). Pueden obedecerle o desobedecerle; la decisión es suya. El problema en esta parábola es que quien dice que hará lo que el padre pide, no lo hace. El que dice que no lo hará, después cambia de parecer y lo hace.
La historia ilustra la condición de los líderes religiosos de Israel. Se identifican como quienes están dispuestos a obedecer a Dios. Sin embargo, no lo hacen de verdad. Al otro lado, quienes se identifican con los nombres despreciados, los publicanos y prostitutas, se han arrepentido y tratan de obedecer a Dios.
QUIENES PROFESAN OBEDECER A DIOS
NO LO HACEN
QUIENES NO PROFESAN OBEDECER A DIOS
SE ARREPIENTEN Y LO HACEN
La parábola de los labradores malvados demuestra la verdadera naturaleza del servicio religioso de los líderes del pueblo (21:33–46). No cuidan la viña con el fin de beneficiar al amo. Se aprovechan del fruto para su propio beneficio y matan a los que Dios les ha mandado como Sus representantes. Ahora, por último, tal como estos labradores malvados, quieren matar al Hijo del Dueño.
Por causa de su ofensa contra el Dueño y Su Hijo, serán juzgados y les será quitado el terreno. Fue díficil escaparse del punto principal de esta historia. Los líderes reconocieron el ataque que Jesús les lanzaba y se enojaron. Buscaban la oportunidad de arrestarlo.
LOS LABRADORES QUIEREN ADUEÑARSE DE
LA VIÑA
MATARAN AL HIJO PARA LOGRARLO
La parábola de los invitados indispuestos demuestra las consecuencias e implicaciones de su decisión (22:1–14). Dios les había avisado que la hora había llegado para la fiesta de bodas que les había prometido. Cuando Dios les mandó el aviso, no querían asistir.
QUIENES DIOS INVITO A LA FIESTA
NO ESTAN DISPUESTOS
SE DARA SU LUGAR A OTROS DE AFUERA
El resultado de su negativa a la invitación a entrar al f estín sería que Dios llevaría a otros para ocupar sus lugares. Juzgaría a quienes ha bían sido invitados. Serían matad os y sus ciuda des quemadas. La profecía fue cumplida a través de la salvación de los gentiles descrita en Hechos y la destrucción de Jerusalén en 70 d.C.
De nuevo los líderes religiosos comprendían perfectamente bien el mensaje de Jesús. Le prepararon otra trampa para que lo acusaran. Esta trampa se presenta en la siguiente pregunta que le hicieron.
La Pregunta en cuanto a los Impuestos 22:15–22
Los líderes mandaron a sus discípulos juntamente con los herodianos, quienes apoyaban a Herodes, con el fin de pararlo. Se observa a través de estas confrontaciones cómo el deseo de callar a Jesús une a aliados extraños. Normalmente estos se oponían, pero ahora compartían el mismo deseo.
Decidieron presentar los impuestos romanos como su nueva trampa. Fue otro asunto delicado. La oposición al impuesto sería una ofensa contra Roma; el apoyo al impuesto provocaría la ira del pueblo. Pensaban que no habría salida. O Roma, o el pueblo se encargaría de El.
De nuevo Jesús les sorpendió. Al señalar que la inscripción que lleva el dinero es romana, se confirma su derecho de exigirles el pago del tributo de lo que es suyo. No pueden usar la lealtad a Dios como una excusa. Sólo se les estaba pidiendo que devuelvan a César lo que ya era suyo. El pueblo de Dios debe cumplir las responsabilidades que el gobierno impone, como obligaciones civiles; y las que Dios les impone, como obligaciones religiosas.
La Pregunta en cuanto a la Resurrección 22:23–33
Hicieron otro intento de hacerle caer con una pregunta antigua que se discutía frecuentemente acerca de la resurrección. Ya que nadie tenía una respuesta para tales preguntas, ésta demostraría que Cristo no sabía más que cualquier otro teólogo contemporáneo. Tampoco podría contestarla.
Sin embargo, Jesús supo aprovechar la situación. Por saber la solución al problema, les pudo hablar con autoridad. Confirmó Su respuesta con el apoyo de las Escrituras. La capacidad de Jesús de hablar con autoridad en cuanto a un tema como éste le distinguió de los demás maestros de Israel. Otra vez Jesús dejó maravillados a los oyentes.
La Pregunta en cuanto al Mandamiento Mayor 22:34–40
Los fariseos hicieron su último intento de atraparlo con la pregunta en cuanto al mandamiento mayor. Habían sistematizado la ley en 613 reglas específicas. Aunque el Antiguo Testamento en sí dio la base para resumir la ley de la misma manera en que Cristo lo hizo (Dt. 6:5; Lv. 19:18), habían perdido el énfasis unificador de la ley en su celo por sus tradiciones.
Jesús demuestra Su comprensión de la ley, tanto en sus detalles como en su esencia. En los dos casos el amor es el centro; primero, el amor hacia Dios; y segundo, el amor hacia su prójimo. En esos dos principios se dice todo.
La Pregunta sin Respuesta 22:41–46
Cuando los líderes terminaron sus preguntas. Jesús demuestra Su superioridad al hacerles una pregunta que nunca habían podido contestar. La pregunta señala de nuevo que El es la respuesta que ellos buscan pero que no tienen interés en averiguar la verdad.
LOS LIDERES NO BUSCABAN LA VERDAD
SOLO QUERIAN ATRAPAR A JESUS
Jesús les llama a reflexionar sobre lo que David quería decir al llamarle al Mesías su Señor (Sal. 110:1). No saben la respuesta. Sin embargo, no le preguntan a Jesús tampoco. No quieren saber la respuesta. Jesús quiere que se den cuenta de que hay algunas verdades en cuanto al Mesías que no entienden. Si vienen a El, les puede explicar las cosas que no han comprendido.
Su actitud hacia esas confrontaciones se señala en la conclusión a esta discusión. Les ha vencido rotundamente. La sabiduría de ellos no puede compararse con la de Jesús. De allí en adelante deciden mejor evitar a tales discusiones.
NADIE LE PODIA RESPONDER NADA
NINGUNO SE ATREVIO A PREGUNTARLE MAS
¡PENSEMOS!
La reacción de los líderes frente a las respuestas de Jesús revela mucho en cuanto al corazón del hombre. Muchas veces, a pesar de la evidencia clara, buscamos pretextos para seguir en nuestro propio camino. No nos interesa la verdad. Ya estamos convencidos de lo que queremos.
¿Cuáles evidencias se notan en el diálogo de los líderes con Jesús de esta actitud? ¿Cuáles evidencias se encuentran en las actitudes del hombre del siglo veinte de esta misma tendencia?
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La Respuesta Al Rechazo
Mateo 23–25
Después de que los líderes religiosos concluyeron sus esfuerzos para atrapar a Jesús y revelaran su rechazo hacia El y falta de deseo de saber la verdad, Jesús se dirige a las multitudes. El rechazo de parte de los líderes se hizo en el nombre del pueblo. Fue un acto oficial que afectaría a toda la nación tanto en esta generación como en las venideras. Por eso, Jesús responde formalmente al pueblo que le ha despreciado
LA PROCLAMACION DEL JUICIO 23:1–39
Advertencia acerca de los Motivos de los Líde res Religiosos 23:1–12
El mensaje público es una proclamación del juicio en contra de los líderes y al pueblo completo que le ha repudiado. Le advierte a Israel en cuanto a sus líderes. La gente tiene que someterse a ellos por causa de su posición, pero no deben seguir su ejemplo. No buscan la manera de agradar a Dios. Su interés verdadero es la ganancia personal. Buscan poder y prestigio; no la justicia.
SUS LIDERES RELIGIOSOS--
* DICEN PERO NO HACEN
* PONEN CARGAS A OTROS
* NO QUIEREN MOVERLAS
* HACEN OBRAS PARA SER VISTAS
¡NO LOS IMITEIS!
Jesús les advierte del peligro de atribuirse títulos impresionantes como “Rabí”, “padre”, o “maestro”. Los líderes quieren que les llamen así porque les exaltan. Sin embargo, solo Dios merece la exaltación y la gloria. Se debe evitar cualquier intento de exaltarse a sí mismo. Cristo no se dirige tanto al uso del título, como al deseo de exaltarse que estos líderes manifestaban al usarlos.
QUIEN SE ENALTECE SERA HUMILLADO
QUIEN SE HUMILLA SERA ENALTECIDO
¡PENSEMOS!
El peligro de querer exaltarse está presente hoy también. ¿De qué maneras se manifiesta en nuestros días? ¿Qué medidas puede tomar un líder en la iglesia para evitar el deseo de gloriarse o exaltarse?
¿Habrá algo que Dios quiere cambiar en su propia vida a la luz de esta enseñanza? Identifique los pasos que debe tomar para evitar la tentación a enaltecerse.
Ayes contra los Líderes Religiosos 23:13–32
Jesús proclama una serie de ayes contra los líderes porque mientras profesan ser religiosos y piadosos, son todo lo contrario. En vez de atraer a otros a Dios por medio de su estilo de vida, son un estorbo para que los demás no se acerquen a Dios (23:13). A pesar de su profesión, no tienen ningún interés en vivir conforme al plan de Dios.
“¡AY DE VOSOTROS,
ESCRIBAS Y FARISEOS, HIPOCRITAS!”
Utilizan la religión como pretexto para robar lo poco que poseen las viudas (23:14). Quieren ganar a otros para que les destruyan también (23:15). Hacen distinciones finas en la interpretación de la ley que les permiten escaparse de las exigencias divinas que no quieren cumplir y justificar lo que quieren hacer (23:16–22).
Les condenan también porque ponen su atención en el cumplimiento de los más pequeños detalles de la ley, mientras pasan por alto lo más significativo (23:23–24). Purifican todo concienzudamente en cuanto a lo externo, pero no hacen caso a la condición del corazón contaminado por el pecado desde adentro (23:25–26).
Han desviado a otros al adornarse externamente, mientras lo que está adentro está podrido y contaminará a quienes les siguen (23:27–28). Finalmente, les condena porque han señalado los pecados de sus antepasados quienes rechazaron a los voceros de Dios, mientras ellos hacen lo mismo (23:29–32).
¡PENSEMOS!
Las circunstancias de estos líderes del pueblo de Dios en muchos sentidos fueron únicas. Sin embargo, la tendencia al farisaísmo legalista con énfasis en los detalles más pequeños, a expensas de la esencia de la santidad que Dios quiere en Su pueblo, siempre está presente.
¿En qué formas se manifiesta esta actitud entre los hermanos que usted conoce? ¿Cuáles son los peligros que este tipo de actitud podría causar en su propia vida? ¿Qué puede hacer para vencer esta tendencia?
Juicio Pronunciado contra esa Generación 23:33–36
Después de condenar a los líderes religiosos por su hipocrecía y decepción, Jesús anuncia el juicio que vendrá contra esta generación. Han seguido a sus líderes y han rechazado a su Mesías.
Dios mandará otros mensajeros para advertirles de nuevo acerca del juicio. Tal como sus padres, esta generación rechazará a los mensajeros y los perseguirá. Por eso, al llegar al clímax, serán juzgados por la muerte de todos los voceros de Dios anteriores. Sus actos dicen “¡Amén!” a todas las muertes que les habían anticipado.
“¡SERPIENTES, GENERACION DE VIBORAS!
¿COMO ESCAPAREIS DE LA CONDENACION
DEL INFIERNO?”
Lamento por la Desolación de Jerusalén 23:37–39
Jesús lamenta el juicio que vendrá sobre Israel. Este juicio no es lo que quiso lograr. Les ama y les quiso cuidar, pero no estaban dispuestos. Por eso, Dios tiene que intervenir y juzgarles. Su condición se quedará como la higuera que Jesús maldijo. Han sido infructíferos y ahora se quedarán desolados, hasta cuando estén dispuestos a recibirlo. Entonces, vendrá de nuevo a la tierra para ayudarles.
“¡CUANTAS VECES QUISE JUNTAR A
TUS HIJOS, COMO LA GALLINA JUNTA
SUS POLLUELOS DEBAJO DE LAS ALAS,
Y NO QUISISTE!
LA PREDICCION DEL JUICIO 24:1–25:46
Advertencia del Juicio Inminente 24:1–3
Al terminar la proclamación del juicio, Jesús se dirige de nuevo a Sus discípulos y les explica los eventos que acontecerán después. No quiere que sean sorprendidos por los sucesos venideros. Al no ser preparados, podrían estar decepcionados por lo que verán.
Jesús les advirtió en primer lugar que la ciudad de Jerusalén pronto sería juzgada. El nuevo templo con toda su belleza sería destruido.
NO QUEDARA PIEDRA SOBRE PIEDRA
QUE NO SEA DERRIBADA
Señales de Su Venida 24:4–31
La advertencia del juicio venidero les estimula a preguntar acerca del fin de esta época. Jesús responde a su pregunta con una explicación de los eventos anteriores a Su regreso (24:4–51).
La Tribulación 24:4–26
Al final de esta época habrá un período de tribulación. Empezará con una serie de eventos internacionales, tanto políticos como naturales, que provocarán mucha confusión (24:4–8). Las condiciones adversas aumentarán durante la segunda parte del período hasta terminar con la persecución de quienes proclaman a Cristo (24:9–14).
En medio de esta profecía de tribulación se presenta una promesa de salvación para quien “persevere hasta el fin” (24:13). El pasaje no se refiere a la salvación del pecado. Por lo tanto, no se debe usar este versículo para defender la doctrina que quienes no sean fieles se pierden. El pasaje habla de una persecución fuerte. Promete que Dios va a intervenir. A pesar de las apariencias, no todos los fieles morirán. Al final Dios vendrá para salvar a los Suyos.
Quienes esperan a Cristo durante ese tiempo de tribulación deben estar atentos para algo abominable y desolador que cumplirá la profecía de Daniel. Aunque el cumplimiento específico de esta profecía no está claro ahora, será obvio para quienes vivan en este tiempo. Al ver esa señal, deben esca parse a las montañas porque inmediatamente después habrá un período de aflicción como nunca ha ha bido antes (24:15–21).
HABRA GRAN TRIBULACION
COMO NUNCA HA HABIDO DESDE EL PRINCIPIO
El sufrimiento de ese tiempo será tan intenso que si Dios no interviniera sobrenaturalmente para frenarlo, no habría ni un solo sobreviviente (24:22). En medio de esta aflicción, un deseo para la venida del Cristo empezará a sentirse. Muchos dirán que lo han visto y muchas personas van a seguir a quienes se lo proclaman (24:23–26).
La Señal del Cristo 24:27–31
Jesús les advirtió que no salieran a buscarle al oír tales informes. Su venida no será así. Cuando regrese será en persona y se aparecera a todo el mundo, como un relámpago brillante en una noche oscura. Entonces, mandará a Sus ángeles para reunir a Su pueblo de donde quiera que se hayan esparcido (24:31). No tendrán que salir a buscarle.
COMO EL RELAMPAGO EN EL ORIENTE
TODOS VERAN SU VENIDA
CON PODER Y GRAN GLORIA
Tiempo de Su Venida 24:32–51
La Lección de la Higuera 24:32–35
Aunque Su venida sería visible a todos, el tiempo no se anunciaría de antemano. Jesús presenta dos aclaraciones en cuanto al tiempo de Su venida. Como las ramitas tiernas y hojas nuevas de la higuera anuncian la preparación del árbol para la llegada de su fruta, así también las aflicciones que Cristo acababa de profetizar servirán para demostrar que el Señor vendrá mientras todavía viva esa generación.
NO PASARA ESA GENERACION
HASTA QUE TODO SE CUMPLA
Las Lecciones acerca de la vigilancia 24:36–51
La segunda aclaración en cuanto al tiempo de Su retorno les advierte de la importancia de estar atentos, buscando los eventos de Su llegada. Jesús presenta tres ilustraciones que demuestran la necesidad de estar preparados.
El ejemplo del tiempo de Noé manifiesta el peligro de no vigilar. La gente de sus días no hicieron caso hasta cuando llegó el juicio. Ya era demasiado tarde para arrepentirse. Así será también cuando Cristo regrese. Quienes no le estén esperando serán tomados en el juicio (24:36–41).
El ejemplo del ladrón presenta un caso semejante. Un ladrón no tan fácilmente roba a quien está atento para no dejar que le robe. El ladrón hace más daño donde no le están esperando. Así será cuando venga Cristo. Quienes le esperan no sufrirán ninguna pérdida cuando llegue. La pérdida será para quienes no le han hecho caso. (24:42–44).
El ejemplo del siervo enseña que cuando el amo se va de viaje, su siervo será fiel mientras considere que su señor puede regresar en cualquier momento. Sin embargo, al olvidarse de él y no preocuparse en cuanto a su regreso, pueda ser que se vuelva perezoso, descuidado e infiel en sus responsabilidades (24:45–51).
“ESTAD PREPARADOS…
…VENDRA A LA HORA QUE NO PENSAIS”.
Los seguidores de Cristo deben ser conscientes de Su plan y esperar con gozo Su regreso. De esa manera serán fieles y estarán listos para cuando venga. Deben estar despiertos, activos, cuidando bien lo que le pertenece hasta cuando se presente.
Consecuencias de Su Venida 25:1–46
El Juicio de Israel 25:1–30
La misma verdad que Cristo ha enseñado a Sus discípulos se aplica a Israel también. Cuando Cristo regrese, juzgará a Israel a base de su preparación para Su venida (25:1–30). Se presentan dos parábolas que predicen la naturaleza de este juicio.
La parábola de las diez vírgenes utiliza las costumbres locales de las fiestas de bodas para enseñar que Dios ha mandado una invitación para Su fiesta de bodas (25:1–13). Esta invitación se la hizo a Israel y se refiere al milenio. Quienes la reciban deben prepararse adecuadamente para Su retorno. Quienes no tienen suficiente interés para prepararse serán excluidos. Así que, quienes quieran participar en el reino deberán prepararse y mantenerse listos a asistir.
LOS PRUDENTES ESTARAN PREPARADOS
La parábola de los talentos también describe el juicio de Dios de Su pueblo (25:14–30). A cada uno se le ha dado una responsabilidad, conforme a sus capacidades. Quienes le aman y quieren servirle utilizan lo que les ha encomendado sabiamente. Los necios no se preocupan por la ganancia que El podría aprovechar por causa de su servicio. Lo reciben como un Juez severo y sólo buscan cómo beneficiarse a sí mismos.
El siervo infiel se describe como malo; no tan solo infructífero. Su juicio es que le echan fuera del reino de su Señor. Las consecuencias del juicio incluyen el lloro y el crujir de los dientes. El Señor utiliza estos términos con frecuencia para describir a los que están excluidos del reino. El siervo lamenta amargamente que se le ha quitado la herencia.
Los que demuestran su fidelidad a Dios por el uso de las capacidades que les ha dado, entrarán al reino. Quienes no son fieles serán excluidos y se dará su parte a otros. El concepto presentado aquí no es de salvación por obras; su conducta manifiesta lo que está en su corazón.
QUIENES AMAN A DIOS SERAN FIELES
BUSCARAN MAS GANANCIA PARA SU SEÑOR
El Juicio de los Gentiles 25:31–46
Así como los israelitas serán juzgados cuando Cristo venga para determinar quién debe entrar al reino, los gentiles también serán juzgados. La base del juicio de los gentiles sera su trato para con Israel. Es obvio que bajo las condiciones que existen durante la tribulación, ninguno ayudaría al pueblo de Dios a no ser que ellos también confíen en El.
La ayuda a Israel, entonces, no demuestra salvación por obras, sino el hecho que una fe viva siempre produce obras. Sus obras son evidencias de su fe en Dios. Los creyentes que todavía vivan al principio del milenio entrarán con Israel al reino. Los que han rechazado a Cristo serán excluidos del reino y destinados para castigo eterno.
LOS GENTILES QUE AMAN A DIOS
LO DEMUESTRAN POR
EL BUEN TRATO DE SU PUEBLO
¡PENSEMOS!
Las últimas parábolas demuestran la necesidad de estar preparados para la venida del Mesías, cuando Cristo regrese. Es notorio del contexto que esta exhortación se dirige a quienes pasarán por la gran tribulación. La iglesia habrá sido llevada a estar con El antes de esta época (1 Ts. 4–5; 2 Ts. 2).
Aunque la enseñanza de este pasaje se dirige a Israel y a quienes vivan durante el tiempo de tribulación, los principios se aplican a nosotros también. Repase las enseñanzas y señale las verdades que debemos poner en práctica. ¿Qué le enseña en cuanto a su propia vida? ¿Cuáles pasos debe tomar a la luz de estas advertencias?
11
El Rechazo Del Mesías Cumplido
Mateo 26–27
Al concluir Su respuesta formal al rechazo y la predicción del juicio divino contra el pueblo, Cristo recuerda a sus discípulos una vez más en cuanto a los eventos que van a suceder (26:1–2). El próximo evento mayor será Su muerte. Así que Cristo dirige su atención a la crucifixión que pronto sufrirá. Mateo presenta muchos de los detalles de los eventos relacionados.
LA PREPARACION PARA SU MUERTE 26:1–46
Los líderes del pueblo se dieron cuenta de que no iban a poder atrapar a Cristo y lograr que El volviera las masas en contra de Si Mismo con Sus propias palabras. Por eso, empezaron a formular un plan para que le pudieran arrestar con un mínimo de resistencia de parte del pueblo (26:3–5).
Mientras tanto una mujer estaba preparando a Jesús para su sepultura al ungirle con un perfume costoso (26:6–13). Mateo utiliza este acto para demostrar dos verdades. En primer lugar, el plan de los líderes no le tomó por sorpresa. Cristo supo exactamente lo que pensaban hacer. En realidad, era parte del plan de Dios.
“ELLA ME PREPARA PARA LA SEPULTURA”
Segundo, el acto demuestra que una mujer reconoció el valor de Cristo. Probablemente el perfume le costó todo lo que tenía. Se presenta como contraste con la disposición de dar por causa de su amor hacia El, la actitud de los discípulos. Ellos sólo estaban interesados en la cantidad de dinero perdido. Cristo acepta su ofrenda como una manifestación sincera de su amor y le felicita por esa causa.
¡PENSEMOS!
La mujer estaba motivada, a causa de su amor para el Señor, al traerle esta ofrenda, como una manifestación de amor y de adoración. Los discípulos solo pensaban en la pérdida del dinero que habría sido útil para lograr alguna obra notable.
En la obra de Dios, hacen falta las dos clases de ministerios. El servicio que los discípulos mencionaron es la obra social para ayudar a los necesitados. Tal obra tiene gran valor y no se debe menospreciar. Sin embargo, la adoración es importante también.
Muchas personas sólo quieren invertir en una obra que logre algún objetivo práctico. Se debe notar que a través de la Biblia se enseña el concepto de la ofrenda como un acto de alabanza a Dios. Esta ofrenda se da en reconocimiento del gran valor de Dios, con el fin de alabarle. No se invierte para ningún otro propósito. Tal ofrenda nunca debe ser barata. Una ofrenda barata menosprecia el valor de Dios para quien la da.
Si Dios nos ha regalado tanto, ¿No debemos expresar nuestra gratitud de esta manera en alguna ocasión? ¿Lo ha hecho alguna vez? ¿De qué manera podríamos expresar nuestra adoración, gratitud y amor por lo que Dios nos ha hecho? Piense en alguna manera específica de manifestar públicamente su gratitud a Dios y haga planes para hacerlo.
Otro contraste más al acto del amor de la mujer se señala cuando Judas, el tesorero del grupo, sale para hacer un acuerdo con los líderes del pueblo, a fin de entregarle (26:14–16). Obviamente, Judas estaba más preocupado por el dinero que por el Señor. De ese momento en adelante, su único interés fue cómo entregar a Jesús.
Se describe la última celebración de la pascua incluyendo muchos detalles significativos (26:17–30). Después de hacer los preparativos indicados, se sentaron a comer esta última cena juntos (17–19).
El aviso que uno de ellos le traicionaría les extrañó mucho (20–22). Nadie podía imaginarse que alguno haría tal cosa, mucho menos que fuera Judas. Su posición como tesorero demuestra la confianza que le tenían. Nadie acusaba a ningún otro como sospechoso. Era más fácil creer que uno mismo lo haría que señalar a otro como traidor potencial.
“¿SOY YO, SEÑOR?”
Jesús le confrontó a Judas directamente con una advertencia en cuanto a las consecuencias de su decisión (23–25). Entonces, procedió a usar el pan y el vino como una ilustración para enseñarles lo que haría por ellos (26–30). Su cuerpo sería partido como el pan; y Su sangre derramada como vino.
La sangre de Cristo derramada es la base del pacto nuevo, a través del cual Dios perdonaría el pecado de Su pueblo. Aunque pensar en Su muerte les dio tristeza, produjo también una base de esperanza para el futuro. No tomaría de esta copa de nuevo hasta no hacerlo con ellos en Su reino; pero podrían contar con esta promesa de que lo haría allí. La muerte no era el fin. Habría una reunión futura.
“NO BEBERE MAS…
HASTA AQUEL DIA”
Por fin llegó la hora. Fue la hora para que empezara a sufrir. Juntos salieron al monte. Judas sabía que les podría encontrar allá. Cristo les advirtió a los discípulos que iban a pasar unas horas difíciles. Iban a ser asustados y lo iban a abandonar. Quería que estuvieran preparados para lo que sucedería. Sin embargo, Pedro no lo quería aceptar y obligó al Señor a advertirle en cuanto a su propia negación (26:31–35). El no sería escandalizado por causa de ellos. Después, les estaría esperando de nuevo en Galilea.
SATANAS LE HACE PENSAR:
* “ESTOY FUERTE.
NUNCA HARE TAL COSA”.
*“DIOS NO ME PERDONARA TAL COSA”.
DIOS LE DICE:
* “SE DE ANTEMANO LO QUE HARAS”.
* “ESPERO QUE REGRESES”.
¡PENSEMOS!
Aunque nunca pasaremos por esta misma experiencia, la de ellos nos enseña una verdad en cuanto a nosotros también. Antes del hecho no queremos admitir que podemos fracasar y apartarnos de Dios. Entonces, después del hecho, no creemos que Dios nos puede perdonar un fracaso tan grande. Estos son dos de los instrumentos más útiles en la bolsa de Satanás. Nos hace creernos auto-suficientes antes de la caída e imperdonables después.
La dispersión y negación de los discípulos nos demuestra que Dios conoce nuestros fracasos de antemano y espera que regresemos a confesar los pecados para que nos perdone. Es difícil recordar esta verdad porque Satanás nos golpea con los otros dos conceptos y es más fácil creerle a él.
Piense en su propia vida. Señale alguna ocasión en su propia experiencia cuando ha pasado por estos dos pasos. ¿Cómo le engañó Satanás? ¿Cómo se dio cuenta de la verdad?
Tome nota mental de estos dos artefactos satánicos y de la verdad divina. Guárdelos en un rincón cercano de su mente para el día cuando ocurra de nuevo. Si está en la trampa, afirme de nuevo la verdad; confiese su pecado; y vuelva a gozar el perdón de Dios.
Jesús quiso pasar un rato hablando con Su Padre para prepararse para Su muerte (26:36–46). Los discípulos también debían aprovechar el tiempo para pedir ayuda para lo que iban a enfrentar.
En este momento de comunión entre Cristo y el Padre, podemos observar la relación entre los dos. Jesús estaba totalmente sumiso a la voluntad del Padre. Sin embargo, la prueba era más que lo que podía aguantar solo. Cualquier otra alternativa habría sido preferible. No obstante, sabía que no había otra posibilidad y sometió Su voluntad a la de Su Padre.
Los discípulos también necesitaban la ayuda de Dios. Aunque debían haberse dirigido a Dios, el cansancio era demasiado. En vez de orar, durmieron. Mientras dormían, Judas y la multitud se acercaba.
EL ARRESTO Y JUICIO 26:47–27:26
Mateo utiliza los sucesos del arresto y del juicio para señalar la verdadera naturaleza de las acusaciones en contra de Cristo. Los líderes religiosos de Israel difícilmente podrían sostener que fueran nada más observadores desinteresados que sólo les importaba el mantenimiento de la ley divina y que fueran obligados a moverse por causa de la evidencia en contra de Cristo. Estaban decididos a detenerlo a cualquier costo y buscaron cualquier base legal para apoyar su causa.
La naturaleza de su acusación se nota en la forma en que le arrestaron (26:47–56). Si hubieran tenido una denuncia clara en contra de El, le habrían apresado en el templo de día. Una explicación sencilla de la ofensa habría satisfecho a las multitudes.
Debido a que la base legal de su acción era discutible, tuvieron que moverse de noche, en un lugar aislado. Mandaron a una turba para capturarle. Jesús señala que su forma de comportarse contiene una confesión implícita de acción ilícita. No obstante, no les ofrece ninguna oposición y aun calma la de Sus discípulos. Reconoce que éste es el plan de Dios. Bajo tan adversas condiciones hasta Sus discípulos le abandonaron.
TODO ESTO SUCEDE
PARA QUE SE CUMPLAN LAS ESCRITURAS
El primer proceso ocurrió ilegalmente de noche, antes de que la gente de Israel supiera qué pasaba (26:57–68). Los líderes llamaron a testigos para presentar la evidencia en Su contra. Estaban convencidos de que sería necesario inventar los hechos. Le habían seguido demasiado de cerca para no haberse fijado en alguna acusación legítima (26:57–61).
Jesús ni se preocupó por contestar las acusaciones. Eran inventadas y falsas obviamente. Cuando se le preguntó si era el Cristo, les contestó con franqueza que sí lo era. En vez de examinar la evidencia para descubrir la validez de Su profesión, lo rechazaron y se burlaron de El (26:62–68).
NO LES INTERESO LA VERDAD
SOLO BUSCARON UNA EXCUSA PARA MATARLE
La debilidad de Pedro frente al rechazo de Jesús señala lo que el miedo había hecho a todos Sus seguidores (26:69–75). El caso de Pedro fue más notorio por su insistencia que seguiría fiel y por su deseo de estar cerca de Jesús en ese momento. Los otros discípulos ya se habían escapado. Jesús había profetizado la negación para ayudarles a entender lo que les iba a pasar y para demostrar que Su amor para ellos no se cambiaría por causa del miedo.
Al llegar la mañana, los líderes presentaron su acusación formal ante Pilato (27:1–2). Poco se nos indica en cuanto al propósito de Judas al traicionar al Señor, pero cuando vio el rumbo que el proceso tomaba, se arrepintió y trató de deshacer el daño (27:3–10). De nuevo los líderes mostraron su falta de interés en la verdad o en hacer lo correcto. Se dedicaban a silenciar a Jesús. Cuando Judas se dio cuenta de la imposibilidad de parar a los líderes o de cambiar lo que había hecho, salió y se ahorcó.
“HE PECADO ENTREGANDO
SANGRE INOCENTE”.
“¿QUE NOS IMPORTA A NOSOTROS?”
El relato del proceso frente a Pilato demuestra claramente que no éstaba convencido por la evidencia en contra de Jesús (27:11–26). Es el testigo principal para la defensa en la presentación del caso por Mateo. Jesús no merecía la muerte. Murió por causa del plan de Dios y el rechazo de Israel.
La prueba general del motivo detrás de las acusaciones está apoyada por el intento de Pilato de convencerle a defenderse (27:11–14), su apelación a la multitud a que pidan que se absuelva a Jesús como el prisionero anual a liberar (27:15–17), su reconocimiento que el motivo verdadero de los líderes era celos (27:18), y el recado de su esposa acerca del sueño en cuanto a la inocencia de Jesús (27:19).
A pesar del reconocimiento de la evidencia a favor de Jesús, la presión de la multitud, animada por sus líderes, fue más de lo que Pilato pudo soportar (27:20–26). Así que, protestando que Jesús era inocente y echándoles la culpa por Su muerte, se lo entregó. Aceptaron con gusto la responsabilidad y las posibles consecuencias de Su muerte. No podrían imaginarse las consecuencias que habría para ellos y para las generaciones futuras de su pueblo.
“INOCENTE SOY
DE LA SANGRE DE ESTE JUSTO”.
“SU SANGRE SEA SOBRE NOSOTROS
Y SOBRE NUESTROS HIJOS”.
La Crucifixión 27:27–66
Entonces Jesús fue azotado y escarnecido por los soldados y, al fin, llevado para ser crucificado. Aun en medio de los eventos relacionados con Su muerte, resalta la diferencia entre Jesús y quienes le han rechazado (27:27–49). Este repudio se hace cada vez más endurecido al seguir burlándose de El. Al otro lado, Jesús manifiesta cada vez más Su relación con el Padre y dependencia de El.
Acontecimientos sobrenaturales acompañaron Su muerte también, para quienes estaban interesados en observarlos (27:50–53). Jesús despidió Su propio espíritu. El velo del templo se rasgó, de arriba abajo. Un terremoto se unió a los testigos. Muchos cuerpos de los santos de otras épocas se levantaron de entre los muertos y se presentaron en Jerusalén.
A pesar de la ceguera de los líderes, los hechos fueron suficientes para convencer a un centurión romano endurecido (27:54). Mientras su testimonio no constituye una comprensión completa de la deidad de Cristo, definitivamente señalaba una naturaleza distinta a lo que él había visto antes. Para el centurión, esta persona demostró características de un dios.
VERDADERAMENTE ESTE ERA HIJO DE DIOS
Se encuentran otros testimonios a favor de Cristo al notar la presencia de las mujeres que le habían seguido y apoyado económicamente durante Su ministerio (27:55–56). Además, un hombre rico de Arimatea, quien había llegado a ser un discípulo de Jesús, dio su propia tumba para sepultarlo (27:57–61). En contraste con muchos otros, estaba dispuesto a identificarse con El condenado, aun frente a Pilato.
A pesar de tanto esfuerzo para negar la verdad, los mismos acusadores de Jesús se dieron cuenta de que la historia tal vez no se había terminado todavía (27:62–66). Tratan de tomar las medidas necesarias para prevenir cualquier evidencia que podría producirse a favor de una resurrección. Este intento hace más difícil creer su historia en cuanto a la resurrección que se presenta después.
¡PENSEMOS!
La evidencia a favor de Cristo es fuerte. El relato de Su muerte presenta más que suficiente evidencia para cualquier persona que busca la verdad en cuanto a Jesús. El es el Mesías de Israel y el Salvador del mundo.
El problema era que los líderes no quisieron saber la verdad. Cerraron sus ojos frente a tantas pruebas, en Su vida como en Su muerte, de que Jesús no era un hombre ordinario. El centurión lo dijo bien: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios”.
La evidencia también exige un veredicto de cada uno de nosotros también. ¿Nos identificaremos con estos líderes que le rechazaron, a pesar de los hechos, por no querer confiar en El? O, ¿Reconoceremos el peso de lo que hizo y confiaremos en El como nuestro Salvador?
La muerte cruel que se consideró en este estudio fue sufrida para que nosotros recibiéramos vida eterna. Su muerte pagó el precio que Dios exige por causa de nuestro pecado. ¿No tomará usted la determinación de creer en El como su Salvador hoy?
Si ya ha confiado en Cristo, Su obra debe animarnos a reconocer de nuevo Quién es Jesucristo. La descripción de lo que sufrió, sin ninguna culpa personal, por Su amor para con nosotros, nos debe estimular a alabarle de nuevo. Tome un momento para agradecerle lo que sufrió en lugar de usted.
12
La Evidencia Final
Mateo 28
El clímax de la historia, y la última evidencia de que Jesús es el Mesías, viene de “la señal de Jonás”, la resurrección (28:1–20). Los líderes no la pudieron prevenir, a pesar de todos sus esfuerzos (28:1–10). Lo más que pudierón hacer fue tratar de esconder la verdad del pueblo por medio de una mentira que inventaron.
LA REALIDAD DE LA RESURRECCION 28:1–10
El hecho no pudo ser escondido. El cuerpo de Cristo ya no estaba en la tumba. Los líderes supieron que Cristo lo había profetizado mucho antes e intentaron tomar precauciones para que no ocurriera (27:62–66).
Además, fue confirmada por el testimonio de los ángeles (28:1–7), la aparición de otros santos muertos anteriormente (27:52–53), y repetidas ocasiones cuando Cristo se reveló a Sus seguidores después (28:8–10). Sus discípulos eran los más sorprendidos de todos porque, a pesar de haber oído repetidas veces la promesa, no esperaban verlo de nuevo. Pensaban encontrar Su cadáver en la tumba.
NO ESTA AQUI,
PUES HA RESUCITADO, COMO DIJO
LA INCREDULIDAD EN CUANTO A LA RESURRECCION 28:11–15
Los líderes concluyen su testimonio en cuanto a sus verdaderos motivos con su reacción frente a la resurrección. Al fin reciben lo que le habían pedido, una señal del cielo que nadie podría negar. ¿Qué hicieron al enfrentarse con esta evidencia innegable? Inventan una mentira para que la gente no se diera cuenta. ¡No les interesa la verdad!
En lugar de reconocer su error y arrepentirse, reafirman su rechazo e inventan una mentira intencional. De esa manera, demuestran su fracaso como líderes del pueblo de Dios y manifiestan su culpa.
DIERON AVISO A LOS PRINCIPALES
SACERDOTES DE TODAS LAS COSAS QUE
HABIAN SUCEDIDO
¡PENSEMOS!
De nuevo se pone de manifiesto la respuesta de quienes no buscan la verdad frente a la evidencia. Aunque la historia propagada está llena de problemas, quienes no querían saber la verdad creyeron el relato inventado por los líderes. ¿Cómo podrían soldados armados dejar a los discípulos llevárselo? Si estaban dormidos, ¿Cómo saben quién se lo llevó? Si los discípulos lo llevaron, ¿Por qué no le encontraron? Estos hombres estaban desesperados, habrían abierto todas las tumbas en Israel si pensaran encontrarlo. ¿Cómo se explican los centenares de testigos que dijeron haberlo visto en muchas ocasiones distintas? ¿Cómo se explica el valor de los discípulos atemorizados la noche anterior cuando huyeron, pero ahora dispuestos a morir por causa de este “engaño”? La evidencia es abundante. El problema no es la falta de pruebas.
La pregunta clave es ¿Qué haremos frente a esta verdad? El que quiere hacer la voluntad de Dios, sabrá si es cierto o no (Juan 7:17). El que no la quiere hacer no será convencido, aunque viera personalmente al Cristo resucitado. Si usted todavía no ha confiado en este Cristo, Quien murió para que usted pudiera recibir la vida eterna, hágalo hoy. Si ya lo ha recibido, no tenga vergüenza de proclamar las buenas nuevas de Cristo a los demás. ¡El vive! No hay que tener miedo frente a ésta certeza.
LA COMISION PARA UN MINISTERIO FUTURO 28:16–20
Al haber terminado la historia de lo que ha pasado al programa de Dios para Su pueblo Israel, Mateo explica como los que han seguido a Jesús entran en el programa divino para la época presente. Jesús lo explicó antes. Ahora les toca introducirse en él. Por eso, Jesús deja a Sus discípulos con una comisión para su ministerio futuro en este tiempo.
Los discípulos deben hacer más discípulos alrededor del mundo. Deben proclamar Su Palabra donde se encuentren y enseñarles a quienes reciban el mensaje todo lo que El les había enseñado. Dondequiera que se encuentren, pueden estar seguros de que Cristo estará con ellos y les dará el poder para hacer esta obra. Esta comisión les da la confianza para seguir adelante en medio de las aflicciones que pronto experimentarían por causa de Su nombre.
“DONDEQUIERA QUE SE ENCUENTREN
HAGAN DISCIPULOS A TODAS LAS NACIONES
BAUTIZANDOLES Y ENSEÑANDOLES…”
¡PENSEMOS!
La comisión que el Señor les entregó a Sus discípulos fue para todas las generaciones. Cada seguidor de Jesús tiene la obligación de hacer otros discípulos más. Se debe observar que la comisión no dice: “Hacer convertidos”. La obra no estará completa hasta que el discípulo también llegue a hacer otros discípulos.
¿A cuántas personas conoce que podrían decir que han llegado al nivel espiritual donde se encuentran porque usted les hizo discípulos y se responsabilizó por ellos? ¿Están estas personas haciendo otros discípulos?
Cada cristiano, no importa cuánto tiempo o experiencia tenga en la vida cristiana, tiene algo que compartir con otros. Le puede decir lo que Dios ha hecho en su vida y le puede enseñar las verdades de la Palabra de Dios que ha experimentado, por sencillas que sean.
Haga una lista de las personas que usted podría ayudar a crecer espiritualmente. Tal vez su tarea será presentarles el evangelio. Tal vez ya conocen a Cristo pero necesitan ayuda para crecer. ¿A quién podría ayudar espiritualmente? Si se siente incapaz, pídale a algún cristiano que usted respete, que le ayude.
A base de la lista de candidatos potenciales, pídale a Dios que le indique uno que pueda empezar a enseñar. Acérquese a esta persona esta semana, o lo más pronto posible, para ofrecer estudiar la Biblia y orar juntos. Los dos crecerán por causa de la comunión espiritual y empezarán a ayudarse mutuamente.
REPASO DEL DESARROLLO DEL LIBRO
La gran pregunta que la gente de Israel se hizo durante el primer siglo después de la muerte de Cristo fue: “¿Qué le pasó al plan de Dios para nosotros?” Siglos han pasado y parece que a Dios se le ha olvidado Israel. ¿Qué pasó? ¿Por qué no ha cumplido Sus promesas?
Mateo escribió especialmente para esa generación de judíos, tanto creyentes como no creyentes. Quiso contestar esas preguntas. En fin, su respuesta es que Dios ha sido fiel. Israel es quien ha fallado y tendrá que sufrir las consecuencias de su pecado.
El libro demuestra que el Mesías vino, conforme a las promesas de Dios. Demostró claramente Quién era. Al ver la evidencia, el pueblo, representado por sus líderes, no estaba listo para recibirle. Por lo tanto, rechazaron la evidencia. Jesús respondió al rechazo de la misma manera. Cortó la relación natural que tenía con Israel para formar un nuevo pueblo y establecer un nuevo programa.
Jesús se apartó del pueblo antiguo y dedicó Su tiempo a la preparación de quienes le habían recibido para lo que sucedería después. Les enseñó cómo deben vivir frente a un pueblo que les rechazaba y quería eliminar todo lo que éstos representaban.
Al regresar al ministerio público la oposición crece hasta llegar al clímax en la presentación y rechazo formal del Mesías. Frente a esta presentación, el pueblo manifestó su verdadera motivación. No les interesó la verdad. Solo querían matarle. Después de muchos intentos de atraparlo sin éxito, deciden acusarle y frenarle, a cualquier costo, aunque sea con mentiras y manipulaciones.
Sus esfuerzos por detenerlo terminan en la cruz. Sin embargo, ni así podrían ganar. Se mostró triunfante a través de la resurrección. No estaban dispuestos a confiar en El. Mintieron para decepcionar al pueblo y muchos les siguieron en la mentira.
Sin embargo, el nuevo programa de Dios sigue. Está operando conforme a la comisión que Cristo dejó a Sus discípulos:
“Haced discípulos a todas las naciones”. Por lo tanto, quien quiere aprovechar las promesas de Dios, no las encontrará por medio de Israel. Tienen que identificarse con el Rey, con Jesucristo. Así llegarán a formar parte del nuevo pueblo de Dios, la iglesia.
El libro presenta en forma implícita una decisión que cada lector tendrá que tomar: “¿Qué haré yo en cuanto a este Jesús?” Se tiene que decidir si se identificará con los líderes del pueblo que lo rechazaron, o con los discípulos que lo recibieron.
Quienes no estaban listos, ni dispuestos a recibirlo, no gozarán de las promesas de Dios para el reino futuro. Esa generación tuvo su oportunidad y lo rechazó voluntariamente. Por eso, se ha extendido la invitación a otros, aun a quienes no forman parte de Israel. La ceguera de Israel nos abrió la puerta para que Dios nos invitara a nosotros a gozar Sus promesas y entrar al reino.
Dios no ha desechado a Israel. Habrá otra oportunidad para los descendientes de Abraham en el futuro (Ro. 11:25–36). Sin embargo, hoy se nos ha extendido la invitación a nosotros. ¿Qué decisión haremos? ¿Estaremos listos para el Rey cuando venga por nosotros?
¡PENSEMOS!
A pesar de que el libro fue escrito para explicar el plan de Dios para Israel y lo que ha pasado en cuanto a él, se presenta un gran número de lecciones para nosotros hoy también. Repase el libro de nuevo con la ayuda del diagrama que se encuentra al principio del libro.
Recuerde las verdades principales que se han estudiado. ¿Qué principios se han observado que usted debe aplicar en su propia vida? Haga una lista de ellos.
Medite un momento en la lista de principios que se aplican a su vida. ¿Cuál de estos principios sería el más significativo para su propia vida? Pídale al Señor que le indique a qué área debe dedicarse. Determine con la ayuda de Dios empezar a trabajar en está área para que le dé la victoria en su propia vida.
¿Cuál es el próximo paso que usted debe tomar para alistarse para su Rey? ¿Para cuándo lo puede tomar? ¡No deje que nada interrumpa este proceso! Siga hasta llegar a la meta señalada.
¿ESTA LISTO PARA EL REY?



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