Páginas De La Biblia Dice
- Página principal
- E-Sword
- WorksEscDom
- ESTUDIOS BÍBLICOS
- ESCUELA DOMINICAL
- Aprenda a Predicar
- HOMILÉTICA
- TeolSistem
- ESTUDIA GRIEGO
- Matrimonios Fuertes
- Preparación Ministerial
- GUERRA ESPIRITUAL
- Geografia Biblica
- Neumatología
- HERMENEUTICA BÍBLICA
- SEMINARIO BÍBLICO
- Pecados: Asesinato
- Pecados: Robo
- Pecados: Borrachera
- Pecados: Adulterio-Fornicación
- PREDICACIÓN I
- LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO
- LA PALABRA DE DIOS DICE ASÍ
Mostrando entradas con la etiqueta Cristo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cristo. Mostrar todas las entradas
viernes, 27 de mayo de 2016
Así como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos
Aporte:
Castillo Fuerte
en
18:42:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
adán,
bosquejos bíblicos,
creación,
Cristo,
génesis,
obreros itinerantes,
predicación eficaz,
principios,
sermones
Allegheny Springs
Paradise, Nevada, EE. UU.
martes, 19 de abril de 2016
Los que han nacido de nuevo son hijos de la promesa tal como Isaac. Pero como en aquel tiempo, el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también.
Follow @JEHOVAHNISS Tweet
Tweet
Contra la esclavitud de la ley
Gálatas 4:8-31
8 Sin embargo, en otro tiempo, cuando no habíais conocido a Dios, servisteis a los que por naturaleza no son dioses. 9 En cambio, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor dicho, ya que habéis sido conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres principios elementales? ¿Queréis volver a servirlos otra vez? 10 ¡Vosotros guardáis los días, los meses, las estaciones y los años! 11 Me temo por vosotros, que yo haya trabajado en vano a vuestro favor. 12 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, ya que yo me hice como vosotros. No me habéis hecho ningún agravio. 13 Sabéis que fue a causa de una debilidad física que os anuncié el evangelio la primera vez; 14 y lo que en mi cuerpo era prueba para vosotros, no lo desechasteis ni lo menospreciasteis. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde está, pues, vuestra bienaventuranza? Porque os doy testimonio de que si hubiera sido posible, os habríais sacado vuestros ojos para dármelos.
16 ¿Resulta que ahora me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad? 17 Ellos tienen celo por vosotros, pero no para bien; al contrario, quieren aislaros para que vosotros tengáis celo por ellos. 18 Bueno es ser siempre celosos del bien, y no solamente cuando estoy presente con vosotros. 19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros, 20 yo quisiera estar ahora con vosotros y cambiar el tono de mi voz, porque estoy perplejo en cuanto a vosotros.
Alegoría de Sara y Agar
21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿No escucháis la ley? 22 Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. 23 Pero mientras que el de la esclava nació según la carne, el de la libre nació por medio de la promesa. 24 En estas cosas hay una alegoría, pues estas mujeres son dos pactos: Agar es el pacto del monte Sinaí que engendró hijos para esclavitud. 25 Porque Agar representa a Sinaí, montaña que está en Arabia y corresponde a la Jerusalén actual, la cual es esclava juntamente con sus hijos.
26 Pero la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra madre, es libre; 27 porque está escrito:
Alégrate, oh estéril,
que no das a luz;
prorrumpe en grito de júbilo
y levanta la voz,
tú que no estás de parto;
porque más son los hijos de la desolada
que los de la que tiene marido.
28 Ahora bien, hermanos, vosotros sois hijos de la promesa tal como Isaac. 29 Pero como en aquel tiempo, el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también. 30 Pero, ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo; porque jamás será heredero el hijo de la esclava con el hijo de la libre. 31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Aporte:
Castillo Fuerte
en
19:22:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
armar sermones,
ayuda ministerial,
bosquejos expositivos,
Cristo,
escuela dominical,
Espíritu,
Gálatas 4:8-31,
ley,
Mosisés,
predicación expositiva
Allegheny Springs
Law, Adairville, KY 42202, EE. UU.
martes, 6 de octubre de 2015
Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador...y vosotros estáis completos en él
Aporte:
Castillo Fuerte
en
17:44:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
ayuda espiritual,
ayuda ministerial,
bosquejos,
Cristo,
escuela dominical,
iglesia,
plenitud,
sermones
Allegheny Springs
Göd, Hungría
martes, 1 de octubre de 2013
¡Qué es la Unidad?: Reflexionemos
Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
Tweet
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
Pensemos acerca de la unidad
Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados… procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Efesios 4.1, 3
Ningún tema relacionado a la vida en Cristo ha sido tan descuidado como la unidad del cuerpo. Es mayormente por nuestra falta en este aspecto que no hemos logrado presentar en forma convincente al mundo las Buenas Nuevas del evangelio. Es bueno, entonces, que meditemos en las razones por las cuales la unidad es tan difícil de practicar.
Hemos de notar que la exhortación de Pablo no nos motiva a trabajar para crear la unidad, sino a mantenerla. Es importante tomar nota de la diferencia porque frecuentemente escucho en la iglesia llamados a «trabajar» hacia la unidad. La verdad es que la unidad es un regalo de Dios. Llegamos a la unidad porque estamos vinculados con un Dios que vive en perfecta unidad. Lo único que podemos hacer nosotros es quebrar esa unidad. Por esta razón nuestro esfuerzo debe estar dirigido hacia la preservación de lo que el Señor ha establecido.
Gran parte de la dificultad en disfrutar de la unidad radica en una confusión acerca de lo que significa el concepto. En la mente de muchos de nosotros «unidad» se refiere a que seamos todos iguales. Es decir, que todos pensemos de la misma manera, tengamos las mismas metas y trabajemos en los mismos proyectos. Eso no es unidad, sino uniformidad. Hemos visto, en las congregaciones donde se impone la uniformidad, lo artificial que resulta la vida espiritual que se practica a diario. No se puede disentir, ni tener opinión diferente a la de los líderes porque esto es «quebrar» la unidad. Esta tendencia es la que vemos claramente reflejada en el primer concilio de la iglesia en Hechos 15. Algunos de los líderes querían imponer la uniformidad.
Es precisamente por este criterio que se nos hace tan difícil practicar la unidad. Al entender que unidad se refiere a una relación con aquellos que piensan de la misma manera que nosotros, nuestro círculo de relaciones es muy pequeño. Unidad, sin embargo, no es la descripción de una coincidencia de ideas y conceptos sino de un compromiso. Vivir en unidad es aceptar el llamado de amar y honrar a todos los que son de la casa de Dios, aun cuando sean enteramente diferentes a lo que nosotros somos. Se funda sobre la convicción de que las ideas y los métodos pasarán, pero el amor permanecerá para siempre. Quebramos la unidad cuando creemos que las diferencias con los demás nos dan licencia para criticar, despreciar y condenar.
En este tema nuestro rol como pastores es fundamental. Las personas observan nuestras actitudes. Escuchan los términos que usamos para referirnos a otros. Analizan la manera en que manejamos a aquellos que actúan y piensan diferente a nosotros. Muchas veces, nuestro ejemplo será el factor más importante para ayudarles a no quebrar la unidad del Espíritu. El Señor nos conceda, sobre todas las cosas, ser conocidos por la abundancia de amor en nuestras vidas.
Para pensar:
¿Cómo reacciona frente a las diferencias con otros? ¿Cuán tolerante lo considera la gente que le conoce? ¿Qué cambios debe hacer en su vida para seguir avanzando hacia la unidad?
Ningún tema relacionado a la vida en Cristo ha sido tan descuidado como la unidad del cuerpo. Es mayormente por nuestra falta en este aspecto que no hemos logrado presentar en forma convincente al mundo las Buenas Nuevas del evangelio. Es bueno, entonces, que meditemos en las razones por las cuales la unidad es tan difícil de practicar.
Hemos de notar que la exhortación de Pablo no nos motiva a trabajar para crear la unidad, sino a mantenerla. Es importante tomar nota de la diferencia porque frecuentemente escucho en la iglesia llamados a «trabajar» hacia la unidad. La verdad es que la unidad es un regalo de Dios. Llegamos a la unidad porque estamos vinculados con un Dios que vive en perfecta unidad. Lo único que podemos hacer nosotros es quebrar esa unidad. Por esta razón nuestro esfuerzo debe estar dirigido hacia la preservación de lo que el Señor ha establecido.
Gran parte de la dificultad en disfrutar de la unidad radica en una confusión acerca de lo que significa el concepto. En la mente de muchos de nosotros «unidad» se refiere a que seamos todos iguales. Es decir, que todos pensemos de la misma manera, tengamos las mismas metas y trabajemos en los mismos proyectos. Eso no es unidad, sino uniformidad. Hemos visto, en las congregaciones donde se impone la uniformidad, lo artificial que resulta la vida espiritual que se practica a diario. No se puede disentir, ni tener opinión diferente a la de los líderes porque esto es «quebrar» la unidad. Esta tendencia es la que vemos claramente reflejada en el primer concilio de la iglesia en Hechos 15. Algunos de los líderes querían imponer la uniformidad.
Es precisamente por este criterio que se nos hace tan difícil practicar la unidad. Al entender que unidad se refiere a una relación con aquellos que piensan de la misma manera que nosotros, nuestro círculo de relaciones es muy pequeño. Unidad, sin embargo, no es la descripción de una coincidencia de ideas y conceptos sino de un compromiso. Vivir en unidad es aceptar el llamado de amar y honrar a todos los que son de la casa de Dios, aun cuando sean enteramente diferentes a lo que nosotros somos. Se funda sobre la convicción de que las ideas y los métodos pasarán, pero el amor permanecerá para siempre. Quebramos la unidad cuando creemos que las diferencias con los demás nos dan licencia para criticar, despreciar y condenar.
En este tema nuestro rol como pastores es fundamental. Las personas observan nuestras actitudes. Escuchan los términos que usamos para referirnos a otros. Analizan la manera en que manejamos a aquellos que actúan y piensan diferente a nosotros. Muchas veces, nuestro ejemplo será el factor más importante para ayudarles a no quebrar la unidad del Espíritu. El Señor nos conceda, sobre todas las cosas, ser conocidos por la abundancia de amor en nuestras vidas.
Para pensar:
¿Cómo reacciona frente a las diferencias con otros? ¿Cuán tolerante lo considera la gente que le conoce? ¿Qué cambios debe hacer en su vida para seguir avanzando hacia la unidad?
Aporte:
Castillo Fuerte
en
4:59:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
ayuda espiritual,
ayuda ministerial,
Cristo,
cuerpo,
pdf,
unidad
martes, 22 de enero de 2013
Un estudio Bíblico Teológico sobre Cristo y su Iglesia en el Libro de Rut: Estudios grupales
Aporte:
Castillo Fuerte
en
18:12:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
Cristo,
guia de estudios,
la iglesia,
rut,
teologia sistematica
Suscribirse a:
Entradas (Atom)