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jueves, 9 de noviembre de 2023

Estudio homiletico de Juan 10


El Buen Pastor y las Ovejas

I. Introducción
La Imagen del Pastor y las Ovejas
    A. Conexión con la Metáfora Pastoral en el        
         Antiguo Testamento
    B. Jesús como el Buen Pastor que Cuida y                   Protege

II. Conociendo la Voz del Buen Pastor 
     (Juan 10:1-6)
    A. La Contraste entre el Buen Pastor y los                     Ladrones
     B. La Importancia de Reconocer la Voz del                 Maestro
     C. La Tendencia de las Ovejas a Seguir al                     Conocido

III. El Propósito del Buen Pastor (Juan 10:7-10)
      A. Jesús como la Puerta para la Vida Eterna
      B. Abundancia y Plenitud en la Relación con               el Buen Pastor

IV. El Sacrificio del Buen Pastor (Juan 10:11-18)
       A. La Identificación de Jesús como el Pastor                que Da su Vida por las Ovejas
       B. La Conexión con la Voluntad del Padre y                el Amor Incondicional

V. La Seguridad de las Ovejas en el Buen                 Pastor (Juan 10:27-30)
     A. La Promesa de la Seguridad Eterna
     B. La Unión Indisoluble entre las Ovejas y el              Buen Pastor

VI. Aplicación Práctica: Seguir al Buen Pastor         Hoy
     A. Reconociendo las Voces Engañosas en la                  Actualidad
     B. Buscando Abundancia y Plenitud en la                    Relación con Cristo
     C. Viviendo en la Seguridad de su Amor y                    Cuidado Constante

VII. Conclusión: 
       Respondiendo al Llamado del Buen Pastor
       A. Invitación a Responder a la Voz del Pastor
       B. Compromiso de Seguir a Jesús como el                    Buen Pastor en la Vida Diaria

Este bosquejo busca explorar la riqueza de la metáfora pastoral utilizada por Jesús en Juan 10, destacando su papel como el Buen Pastor, la responsabilidad de las ovejas de reconocer su voz y el profundo amor que lo lleva a dar su vida por ellas. 

Además, se enfoca en la aplicación práctica de estas verdades en la vida diaria de los creyentes.

martes, 30 de agosto de 2016

Tú no entiendes ahora lo que Yo hago, pero lo comprenderás después de estas cosas... El que ha sido bañado no tiene necesidad de lavarse sino los pies, pues está todo limpio; y vosotros estáis limpios, aunque no todos

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




LA BIBLIA NO ES UN LIBRO INCOMPRENSIBLE
   ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS  CON SABIDURÍA Y HERRAMIENTAS
Con demasiada frecuencia nos encontramos con alguien que dice muy sentidamente: «No tiene que interpretar la Biblia; solo léala y haga lo que ella dice». 
Normalmente, una observación como esa refleja la protesta del laico contra el especialista «profesional», pastor, maestro o maestro de Escuela Dominical, quien al «interpretar» parece arrebatarle la Biblia a la persona común. Es su manera de decir que la Biblia no es un libro oscuro. «Después de todo», se alega, «cualquier persona medio dotada puede leerla y comprenderla. 
El problema con demasiados predicadores y maestros es que le dan tantas vueltas que tienden a oscurecer su sentido. Lo que estaba claro para nosotros cuando la leímos no queda tan claro». Hay mucho de cierto en esta protesta. 
Estamos de acuerdo en que los cristianos deben leer, creer y obedecer la Biblia. Y especialmente estamos de acuerdo en que la Biblia no necesita ser un libro oscuro si se estudia y lee de forma adecuada. De hecho, estamos convencidos de que el problema más serio que tiene la gente con la Biblia no es la falta de comprensión ¡sino el hecho de que entienden la mayoría de las cosas demasiado bien! Por ejemplo, con un texto como:«Háganlo todo sin quejas ni contiendas» (Fil 2:14), el problema no es comprenderlo sino obedecerlo, ponerlo en práctica. 
También coincidimos en que el predicador o maestro con demasiada frecuencia es proclive a hurgar primero y mirar después, y en consecuencia encubrir el significado llano del texto, que a menudo está en la superficie. Permítanos decir al principio —y repetir en todas partes— que la meta de una buena interpretación no es la originalidad; no se trata de descubrir lo que nadie ha visto antes. 
Una interpretación que tiene la meta o el propósito de lograr la originalidad puede atribuirse por lo general al orgullo (a un intento de «deslumbrar» al resto del mundo), una equivocada comprensión de la espiritualidad (en la que la Biblia está llena de verdades ocultas que esperan por una persona espiritualmente sensible con una especial perspicacia para que las desentierre), o intereses disfrazados (la necesidad de apoyar un prejuicio teológico, especialmente al tratar con textos que parecen contradecir ese prejuicio). 
Las interpretaciones originales están normalmente equivocadas. Esto no es decir que la correcta comprensión de un texto no pueda aparecer a menudo original a alguno que la escucha por primera vez. Pero sí que la originalidad no es la meta de nuestra tarea. La meta de una buena interpretación es simple: captar el «significado llano del texto». Y el ingrediente más importante que aportamos a esta tarea es el sentido común bien informado. La prueba de una buena interpretación es que hace que el texto tenga sentido. 
Por lo tanto, una interpretación correcta da un respiro a la mente a la vez que aguijonea el corazón. Pero si lo único que concierne a la correcta interpretación es el significado llano, ¿para qué interpretar? ¿No proviene el significado llano de una simple lectura? En cierto sentido, sí. Pero en un sentido más profundo, un argumento como ese es ingenuo e irreal debido a dos factores: la naturaleza del lector y la naturaleza de la Biblia.
La primera razón por la que se necesita aprender cómo interpretar es que, nos guste o no, cada lector es al mismo tiempo un intérprete. Esto es, la mayoría de nosotros asume mientras leemos que también comprendemos lo que leemos. También tendemos a pensar que nuestra comprensión se equipara con el objetivo del Espíritu Santo o del autor humano. No obstante, traemos invariablemente al texto todo lo que somos, con todas nuestras experiencias, cultura y previa comprensión de las palabras e ideas. 
A veces lo que traemos al texto, seguramente sin intención, nos lleva por mal camino, o si no hace que leamos toda clase de ideas ajenas al texto. De esa manera, cuando una persona de nuestra cultura escucha la palabra «cruz», siglos de arte y simbolismo cristiano hacen que la mayoría de la gente piense automáticamente en una cruz romana (†), aunque es muy poco probable que esa fuera la forma de la cruz de Jesús, que probablemente tenía el aspecto de una «T». 
La mayoría de los protestantes, y también de los católicos, cuando leen un texto sobre la iglesia en el culto, automáticamente visualizan a gente sentada en un edificio con «bancos» muy parecidos a los nuestros. 
Cuando Pablo dice: «No proveáis para los deseos de la carne» (RVR-60), las personas en la mayoría de las culturas de habla hispana tiende a pensar que «carne» significa «cuerpo» y que por lo tanto Pablo habla de los «apetitos del cuerpo». Pero la palabra «carne» tal como Pablo la usa, muy rara vez se refiere al cuerpo —y en este texto casi seguramente no lo hizo— sino a una dolencia espiritual llamada a veces «la naturaleza pecadora», que denota una existencia totalmente centrada en sí misma. Por lo tanto, sin proponérselo, el lector interpreta mientras lee, y desafortunadamente demasiado a menudo interpreta de manera incorrecta. 
Esto nos lleva además a notar que de todos modos el lector de una Biblia castellana ya tiene una interpretación. Porque una traducción es en sí misma una (necesaria) forma de interpretación. Su Biblia, no importa la traducción que utilice, la cual es su punto de partida, de hecho es el resultado final de mucho trabajo erudito. A los traductores se les pide por lo regular que tomen decisiones relativas a significados, y sus decisiones afectarán cómo usted comprende. Por consiguiente, los buenos traductores toman en consideración el problema de nuestras diferencias idiomáticas. Pero no es una tarea fácil. 
En Romanos 13:14, por ejemplo, ¿debemos traducir «carne» (como en RVR-60, RVR-95, BJ, RVA), debido a que es la palabra que usó Pablo, y entonces dejar que un intérprete nos diga que «carne» no significa «cuerpo»? ¿O debemos «ayudar» al lector y traducir «naturaleza pecaminosa» (como en NVI) o «desordenados apetitos» (como CB) porque esto se aproxima más a lo que Pablo realmente quiso decir? Retomaremos esta cuestión con más detalle en el siguiente capítulo. 
Por ahora es suficiente para señalar cómo el hecho de la traducción en sí misma ya abarca una de las tareas de interpretación. La necesidad de interpretar también se debe fundar en la percepción de lo que ocurre en derredor nuestro todo el tiempo. Una simple mirada a la iglesia contemporánea, por ejemplo, evidencia con mucha claridad que no todo «significado llano» es igualmente llano para todos. 
Es más que un interés pasajero notar que la mayoría de aquellos que argumentan en la iglesia de hoy que las mujeres deben mantenerse en silencio en la iglesia sobre la base de 1 Corintios 14:34-35 al mismo tiempo niegan la validez de hablar en lenguas y profetizar, el preciso contexto en que ocurre el pasaje del «silencio». Y aquellos que afirman sobre la base de 1 Corintios 11:2-16 que las mujeres deben orar y profetizar al igual que los hombres normalmente niegan que deben hacerlo con las cabezas cubiertas. 
Para algunos, la Biblia «enseña con claridad» el bautismo de los creyentes por inmersión; otros creen que pueden demostrar con la Biblia el bautismo de infantes. La «seguridad eterna» y la posibilidad de que alguien «pierda la salvación» se predican en la iglesia, ¡pero nunca lo hace la misma persona! A pesar de eso se afirman ambas como el significado llano de textos bíblicos. Aun los dos autores de este libro tienen algunas discrepancias sobre el significado «claro» de ciertos textos. Pero todos leemos la misma Biblia, y tratamos de ser obedientes a lo que el texto dice «con claridad».
Fuera de estas diferencias reconocibles entre cristianos que creen en la Biblia, también salen a flote todo tipo de cosas extrañas. Por lo general se pueden reconocer las sectas, por ejemplo, porque aceptan otra autoridad aparte de la Biblia. Pero no todos lo hacen; y en todo caso tuercen la verdad por la forma en que seleccionan los textos de la Biblia. 
Toda herejía o práctica imaginable —desde el arrianismo de los Testigos de Jehová (que niega la divinidad de Cristo), al bautismo de los muertos entre los Mormones, a la manipulación de serpientes por sectas apalaches — afirman estar «respaldadas» por un texto. Aun entre gente teológicamente más ortodoxa, muchas ideas extrañas se las arreglan para obtener aceptación en varias denominaciones. Por ejemplo, una de las furias actuales entre protestantes americanos, especialmente carismáticos, es el llamado evangelio de salud y prosperidad. La «buena noticia» es que la voluntad de Dios es que usted sea próspero financiera y materialmente. 
Uno de los defensores de este «evangelio» comienza su libro alegando el «significado llano» de la Biblia y afirmando que la Palabra de Dios es fundamental a lo largo de su estudio. Dice que lo importante no es lo que pensamos sino lo que de veras dice. Lo que él busca es el «significado llano». Pero uno comienza a preguntarse qué es de verdad el «significado llano» cuando se propone la prosperidad como la voluntad de Dios a partir de un texto como 3 Juan 2: «Querido hermano, oro para vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente» (NVI), texto que de hecho no tiene nada que ver con la prosperidad financiera
Otro ejemplo toma el significado llano de la historia del joven rico (Marcos 10;17-22) como precisamente lo opuesto «de lo que esta dice» y atribuye la «interpretación» al Espíritu Santo. Hay que preguntarse con razón si lo que del todo se busca es el significado llano; quizá el significado llano no sea más que lo que ese autor quiere que el texto diga a fin de apoyar algunas ideas favoritas. Dada toda esta diversidad, tanto dentro como fuera de la iglesia, y todas las diferencias incluso entre eruditos, quienes se espera que conozcan «las reglas», no extraña que algunos estén a favor solo de leer, no de interpretar. Pero como hemos visto, esta es una opción falsa. El antídoto para una mala interpretación no es renunciar a interpretar sino una buena interpretación, basada en las directivas del sentido común. Los autores de este libro trabajan sin hacerse ilusiones de que leyendo y siguiendo nuestras orientaciones todo el mundo coincidirá al mal en cuanto al «significado llano», ¡nuestro significado! Lo que sí esperamos alcanzar es elevar la sensibilidad del lector hacia los problemas específicos inherentes a cada género, ayudar al lector a conocer por qué existen diferentes opciones y cómo formular juicios sensatos, y especialmente capacitar al lector para discernir entre las interpretaciones buenas y no tan buenas, y conocer lo que las hace ser una cosa o la otra.
Una razón más significativa para interpretar reside en la naturaleza misma de la Biblia. Históricamente la iglesia ha entendido la naturaleza de la Biblia casi de la misma manera que ha entendido la persona de Cristo: la Biblia es al mismo tiempo humana y divina. «La Biblia», se ha dicho con razón, «es la Palabra de Dios dada en la historia en palabras humanas». Esta naturaleza dual de la Biblia es la que nos demanda la tarea de interpretación. 
Como la Biblia es la Palabra de Dios, ella tiene relevancia eterna ; le habla a toda la humanidad, en toda era y toda cultura. Debido a que es la Palabra de Dios, debemos escuchar y obedecer. Pero como Dios decidió pronunciar su Palabra a través de palabras humanas en la historia, todo libro de la Biblia posee también un carácter histórico; cada documento está condicionado por el lenguaje, el tiempo, y la cultura en la que originalmente se escribió (y en algunos casos también por la historia oral que tuvo antes de que lo escribieran). La «tensión» que existe entre su relevancia histórica y su particularidad histórica es lo que demanda una interpretación de la Biblia. 
Por supuesto, hay algunos que creen que la Biblia no es más que un libro humano, y que contiene solo palabras humanas en la historia. Para estas personas la tarea de interpretar está limitada a una búsqueda histórica. Su interés, al igual que al leer a Cicerón o a Milton, está dirigido a las ideas religiosas de los judíos, Jesús o la iglesia primitiva. Por consiguiente, la tarea para ellos es puramente histórica. ¿Qué significaban estas palabras para la gente que las escribió? ¿Qué pensaban de Dios? ¿Cómo se veían a sí mismos? Por otro lado, hay los que piensan en la Biblia solo en términos de su relevancia eterna. Como es la Palabra de Dios, tienden a pensar que es solo una colección de propuestas que se deben creer e imperativos que se deben obedecer, pese a que hay mucho de picoteo y selección entre las propuestas y los imperativos. 
Por ejemplo, hay cristianos que, sobre la base de Deuteronomio 22:5 («La mujer no se pondrá ropas de hombre»), alegan que una mujer no debe utilizar pantalones o shorts, porque se estima que son «ropas masculinas». Pero las mismas personas rara vez toman literalmente los otros imperativos de esta lista, la que incluye construir una baranda alrededor de la azotea (v. 8), ni sembrar diferentes tipos de semilla en una viña (v. 9), y poner borlas en las cuatro puntas del manto con que se cubren (v. 12). 
La Biblia, sin embargo, no es una serie de propuestas e imperativos; no es solo una colección de «Máximas del Dios Presidente», como si este nos mirase desde el cielo y dijera: «Oye, tú allá abajo, aprende estas verdades. 
Número  1, No hay Dios sino uno, y ese soy yo. Número 2, Soy el Creador de todas las cosas, incluyendo la humanidad, y así sucesivamente, hasta la propuesta número 7.777 y el imperativo número 777. Por supuesto, estas propuestas son ciertas, y se hallan en la Biblia (aunque no exactamente de esta forma). 
De hecho un libro pudiera haber hecho más fáciles para nosotros muchas cosas. Pero, por dicha, esa no es la forma en que Dios decidió hablarnos. Antes bien, quiso comunicar sus verdades eternas dentro de las circunstancias y acontecimientos particulares de la historia humana. Esto también es lo que nos da esperanza. Y porque Dios decidió hablar en el contexto mismo de la historia humana, debemos cobrar ánimo y pensar que estas palabras hablarán una y otra vez en nuestra historia «real», como lo han hecho a lo largo de la historia de la iglesia. El hecho de que la Biblia tiene un lado humano es lo que nos alienta, y también es nuestro reto, y el motivo por el que necesitamos interpretar. Hay que señalar dos cosas a este respecto: 

  1. Una de las cosas más importantes del lado humano de la Biblia es que, a fin de comunicar Su Palabra a todas las condiciones humanas, Dios decidió utilizar casi todo tipo de comunicación: relatos históricos, genealogías, crónicas, leyes de todos los tipos, poesía de todos los tipos, proverbios, oráculos proféticos, acertijos, drama, bosquejos biográficos, parábolas, cartas, sermones, y revelaciones apocalípticas. Para interpretar adecuadamente el «entonces y allí» de los textos bíblicos, debemos conocer no  sólo algunas reglas generales que se aplican a todas las palabras de la Biblia, sino también las reglas especiales que se aplican a cada uno de estas formas literarias (géneros). La manera en que Dios nos comunica su Palabra en el «aquí y ahora» diferirá a menudo de una forma a otra. Por ejemplo, necesitamos conocer cómo un salmo, una forma frecuentemente dirigida a Dios, funciona como la Palabra de Dios para nosotros, y cómo ciertos salmos difieren de otros, y cómo todos ellos difieren de «las leyes», que fueron a menudo dirigidas a gente en situaciones culturales que ya no existen. ¿Cómo nos hablan esas «leyes», y cómo difieren de las «leyes» morales, que siempre son válidas en todas las circunstancias? Esas son las preguntas que la naturaleza dual de la Biblia nos impone. 
  2. Al hablar a través de personas de carne y hueso, en una variedad de circunstancias, durante un período de 1500 años, la Palabra de Dios se expresó en el vocabulario y por medio de los patrones de esas personas y estuvo condicionada por la cultura de esos tiempos y circunstancias. En otras palabras, la Palabra de Dios para nosotros fue antes Palabra de Dios para ellos. Si iban a escucharla, esta solo podría llegar a través de hechos y en un lenguaje que ellos pudieran haber entendido. Nuestro problema es que estamos muy lejos de ellos en el tiempo, y algunas veces en el pensamiento. Este es el motivo principal por el que hace falta aprender a interpretar la Biblia. Si la Palabra de Dios sobre las mujeres que usan ropas de hombres o las personas que construyen barandas alrededor de la azotea se refieren a nosotros, primero necesitamos saber qué le dijo a sus destinatarios originales y por qué. De manera que la tarea de interpretar involucra al estudiante/lector a dos niveles. Primero, hay que escuchar la Palabra que ellos escucharon; usted debe tratar de comprender lo que se les dijo a ellos entonces y allí (exégesis). Segundo, debe aprender a escuchar la misma Palabra en el aquí y ahora (hermenéutica). 
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miércoles, 17 de agosto de 2016

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




La controversia gay y lesbiana en el quehacer diario

Los errores de la hermenéutica gay y lesbiana


Por Jaime Mazurek

Sin duda uno de los desafíos más excepcionales que enfrenta la Iglesia de Jesucristo en el siglo xxi es la gran transformación de valores éticos y morales que acontece en la sociedad occidental. Quizás el cambio más trascendental que ha transcurrido en muchas naciones es la aceptación y la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Pero no solamente la sociedad secular experimenta este cambio; también sucede entre un número de iglesias protestantes. Para avalar este cambio de postura, diversos pastores y líderes de iglesias simpatizantes con la causa gay han elaborado una nueva hermenéutica, una nueva interpretación de la Biblia que afirma que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo nunca han sido ni son pecado, y que las iglesias deben celebrar y respetar las uniones gay.
Que no haya malentendido. Amamos a las personas sean cuales fueran sus preferencias sexuales, y deseamos que puedan conocer plenamente la acción salvadora y transformadora de Cristo, el Señor y Salvador de todos nosotros. Pero entendemos que la Biblia afirma que las relaciones homosexuales son pecado, asimismo sabemos que hay muchísimas otras cosas identificadas en la Biblia como tal. Ante Dios, la práctica de la homosexualidad no es peor que otras formas de pecado, pues todas nos separan de Él.
Sin embargo, nos enfrentamos a algo único en esta ocasión, pues se hacen grandes esfuerzos para interpretar las Sagradas Escrituras de manera nueva y diferente para afirmar que las relaciones homosexuales no son pecado, cosa que generalmente no pasa en otras instancias. Que yo sepa, nadie está tratando de enseñar que la Biblia dice que mentir, robar o cometer adulterio ya no son pecado. Los que mienten, roban y cometen adulterio generalmente admiten que saben que lo que hacen está mal. Pero la comunidad gay se esfuerza ahora en enseñar que sus acciones no son pecaminosas y que la Biblia concuerda con eso. La hermenéutica gay tuerce las Escrituras en su afán de decir que algo es bueno y puro cuando en verdad no lo es. Quienes defienden la teología gay necesitan conocer mejor la Palabra de Dios.
La hermenéutica gay trata de decirnos que la Biblia nunca ha dicho cosas que durante miles de años han sido comprendidas con perfecta claridad por toda la Iglesia. Es un caso de eiségesis muy claro. Antes de abrir la Biblia fijan el presupuesto que las relaciones homosexuales son buenas y sin pecado, y luego van a las Escrituras con el fin de imponer tal sentido de cualquier manera necesaria para lograr el resultado deseado, el que dé la razón a sus presupuestos.
Las enseñanzas resultantes de la errónea hermenéutica gay gozan de una gran difusión, especialmente en Internet. Es importante y necesario que todo pastor y maestro de la Palabra de Dios sepa cuales son y cómo responder ante ellas. El objetivo de este breve ensayo es evaluar la hermenéutica gay a la luz de las Escrituras y su correcta interpretación. En este escrito no se discutirá el tema de los factores causantes de la homosexualidad o del ministerio cristiano entre las personas homosexuales, temas de gran importancia que ameritan sus propios escritos. Este trabajo se limita exclusivamente al aspecto hermenéutico.
A continuación se examinarán varios textos bíblicos relevantes importantes, cómo éstos son reinterpretados por la hermenéutica gay, y cómo se deben entender luego de una exégesis correcta.

1.  El pecado de Sodoma – Génesis 19:1-25; Ezequiel 16:48-50
Los maestros de la hermenéutica gay afirman que el pecado de los sodomitas no fue su conducta homosexual, sino su falta de hospitalidad y su violencia. Don Eastman[1], anciano de la iglesia pro-gay Metropolitan Community Church declara que se trataba de “una gravísima violación a las antiguas reglas de hospitalidad”.[2]  Afirma que el profeta Ezequiel expresa lo mismo, que entre todos los pecados de Sodoma no figuraba su conducta homosexual.
He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité (Ezequiel 16:49,50).
Eastman insiste en que los homosexuales eran “una pequeña minoría”[3] en Sodoma, un porcentaje pequeño como suele ser el caso entre las ciudades de hoy en día, y que por ende el pecado colectivo de la ciudad que mereció el juicio de Dios no pudo ser la homosexualidad.
Sin embargo, una comprensión clara del texto rinde lo que siempre se ha sabido, que Sodoma era una ciudad con una gran mayoría homosexual. Génesis dice que no fue una “pequeña minoría” quienes querían violar a los varones con Lot, sino que “rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo.” Entre todos esos, ninguno se interesó en violar a las hijas de Lot, sino que todos buscaban a los varones. Sin duda, había una gran mayoría homosexual en Sodoma.
Ezequiel describe con detalle los graves delitos y pecados de Sodoma. El contexto es la comparación de los pecados de Judá con los de Samaria y Sodoma. La intención del escritor es mostrar la similitud más que las diferencias entre Sodoma y Jerusalén. Los pecados de Sodoma denunciados son los mismos que los profetas denunciaban contra Jerusalén y Judá (ejemplo, Miqueas caps. 1 y 2). Sin embargo, Ezequiel también incluye la palabra “abominación” (en hebreo “toaybah” – asqueroso, despreciable),
El apóstol Pedro describe la condición de Lot en Sodoma de la siguiente manera:
Pero Dios también rescató a Lot y lo sacó de Sodoma, porque Lot era un hombre recto que estaba harto de la vergonzosa inmoralidad de la gente perversa que lo rodeaba. Así es, Lot era un hombre recto atormentado en su alma por la perversión que veía y oía a diario. (2 Pedro 2:7,8  Nueva Traducción Viviente).
Pedro no enfatiza una sencilla falta de hospitalidad sino la “vergonzosa inmoralidad de la gente perversa” (aselgeia anástrofes“conducta sensual de hombres libertinos” LBLA; “vida desenfrenada de esos perversos” NVI, BAD) y la “perversión” de los habitantes de Sodoma.
Judas también condena los pecados de Sodoma y Gomorra con lenguaje preciso que calza con la actividad homosexual.
como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. (Judas 1:7)
La expresión “vicios contra naturaleza” (sarkos heteras) habla de “carne diferente” o “carne extraña”, lo no natural. Evidentemente se refiere a relaciones homosexuales y no a una falta de hospitalidad.
Al sumar todas las expresiones de las Escrituras sobre el tema, vemos que el pecado principal de Sodoma fue de veras la práctica de la homosexualidad.

2.   Las leyes mosaicas contra las relaciones homosexuales y el travestimo – Levítico 18:22 y 20:13, Deuteronomio 22:5
La ley de Moisés expresa la prohibición contra la práctica de la homosexualidad con gran claridad.
No te echarás con varón como con mujer; es abominación (Lev. 18:22).
Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre (Lev. 20:13).
Los defensores de la hermenéutica gay intentan justificar la conducta homosexual afirmando que estos textos fueron escritos exclusivamente para los sacerdotes levitas y no para el común del pueblo israelita y que solamente guardan relación con actos sexuales realizados dentro de un rito pagano idolátrico. Es decir, afirman que el sexo homosexual en sí, entre dos personas que no sean sacerdotes levitas y que no estén participando en un rito idolátrico, está bien. Pero al ver el pasaje en contexto uno fácilmente ve lo inverosímil que es semejante interpretación. El texto en Levítico 18 en contexto reza así:
21  Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.
22  No te echarás con varón como con mujer; es abominación.
23  Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.
La prohibición contra las relaciones homosexuales sigue inmediatamente después de una prohibición contra el infanticidio, y aparece justamente antes de una prohibición contra la bestialidad. ¿Acaso los defensores de la hermenéutica gay quieren decirnos que si uno hoy no es un sacerdote levita y no está participando en un culto idolátrico que no hay problema con matar a un bebé o con tener sexo con un animal? No puede ser. El significado de los pasajes señalados en Levítico no puede ser selectivamente manipulado de tal manera. Dice lo que significa y significa lo que dice; que las relaciones homosexuales son pecado.
No solamente eso, las leyes contra las prácticas homosexuales no fueron dadas exclusivamente para los sacerdotes sino para todos los israelitas (Véase Lev. 18:2 “Habla a los hijos de Israel, y diles…”). El Antiguo Testamento para nada representa un cuadro donde a los sacerdotes se les prohibía practicar toda suerte de incesto, infanticidio, homosexualidad y bestialidad, pero el común de los israelitas sí lo podían hacer sin caer bajo condenación. Estas leyes se dieron para todos.
De la misma manera, la ley mosaica condena al travestismo, el vestirse con ropas del sexo opuesto en afán de expresar así su sexualidad. “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.” (Deut. 22:5).  Los defensores de la hermenéutica gay insisten que esta amonestación se limita a no practicar travestismo en medio de un culto idolátrico. Pero nada hay en el texto que indique que esta ley tenía vigencia únicamente dentro de tales límites. La ley era para todos. La palabra “abominación” empleado aquí es el mismo que ya vimos usado en Ezequiel 16:50, que significa “algo asqueroso y despreciable” y que se emplea en relación con el culto idolátrico como también con otras cosas.
Algunos dicen que no es justo demandar el cumplimiento de esta ley, habiendo otras leyes en el mismo capítulo del Deuteronomio que hoy casi nadie toma en cuenta, como no vestir lana y lino juntamente (Deut. 22:11). Uno de los problemas con la hermenéutica gay en cuanto a su interpretación de los libros de la Ley es que no distinguen entre las leyes apodícticas y las leyes casuísticas. Sin duda que hay leyes del Antiguo Testamento que ya no rigen hoy, las leyes casuísticas. Estas son las leyes que tratan situaciones y casos específicos, vinculados a la cultura israelita. Son leyes que no tienen eco en el Nuevo Testamento – por ejemplo las leyes sobre las ofrendas en el altar del tabernáculo. Por otro lado, las leyes apodícticas son las leyes que establecen paradigmas que son aplicables a más de una situación y que son repetidas en el Nuevo Testamento como parte de la Ley de Cristo. Las leyes contra las relaciones homosexuales son apodícticas, pues son para todo el pueblo israelita, en toda circunstancia y son repetidas con claridad en el Nuevo Testamento, como veremos en seguida.

3.  Romanos 1:26, 27
Sin duda, la interpretación más inverosímil que hace la hermenéutica gay es su trato de la bien conocida exhortación del apóstol Pablo a los Romanos.
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. (Rom 1:26,27).
El argumento que hacen los defensores de la hermenéutica gay es que Pablo estaría diciendo aquí que pecar es hacer lo que va en contra de la naturaleza de uno. Por ende, si uno por naturaleza es homosexual, le sería un pecado tratar de hacerse heterosexual. Don Eastman lo dice así: “debemos reconocer que lo que es “contra natura” (para physin) para una persona de hoy, con orientación homosexual, es el tratar de vivir como si fuera heterosexual.”[4]
Pero el texto no deja abierta la definición de “contra naturaleza” para que cada uno inserte lo que quiera ahí afirmando que eso es “su naturaleza” y por ende lo que Dios desea para él. No, el texto dice claramente, “y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer.” Queda evidente que Pablo afirma que “el uso natural” consiste en una relación heterosexual entre un hombre y una mujer. Decir lo contrario es distorsionar al texto.
Este es el texto bíblico más claro que hay sobre el tema, y condena con fuerza tanto la práctica del lesbianismo como del homosexualismo. Declara que estas acciones son desviaciones del padrón establecido por Dios, el fruto de “pasiones vergonzosas”.  Llama a las relaciones homosexuales  “hechos vergonzosos, hombres con hombres”. Es imposible interpretarlo de manera que diga que Dios está animando a las relaciones homosexuales y desanimando las relaciones heterosexuales.

4.  I Corintios 6:9,10 y I Timoteo 1:9-11
El apóstol Pablo vuelve a identificar a las relaciones homosexuales como pecado en dos epístolas, I Corintios y I Timoteo. En ambos casos las menciona como parte de una lista de pecados que caracterizan a los transgresores e impiden el ingreso al reino de Dios.
9  ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10  ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. (I Cor. 6:9,10)
9  conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
10  para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
11  según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado. (I Tim. 1:9-11).
En 1 Corintios 6:9 Pablo emplea dos vocablos que dicen relación con la homosexualidad; “los afeminados” malakos, y “los que se echan con varones” arsenokoites.  El segundo vocablo es el mismo que Pablo también emplea en 1 Tim. 1:10 y que es traducido “sodomitas” en la RVR60.
Malakos significaba “suave” y se usaba como peyorativo para describir a los jóvenes o niños que participaban en las relaciones sexuales pederastas,[5] los hombres y niños que se dejaban abusar sexualmente por otros hombres.[6] Arsenokoites aquí en I Cor. 6 probablemente describe al hombre que llevaba la iniciativa de tener relaciones homosexuales con el malakos.[7]  
El defensor de la hermenéutica gay, Don Eastman, afirma que el mal que Pablo condena entonces no es la homosexualidad, sino la prostitución. Sin duda, la prostitución, sea heterosexual u homosexual, es pecado. Pero arsenokoites se emplea sin malakos en I Tim. 1:10, en referencia a la homosexualidad en sí. Interesantemente, en la versión Septuaginta, Levítico 20:13 rinde “se ayuntare con varón” en griego como arsenos koiten.  Es un vocablo con una larga historia como expresión de “homosexual”.

Así podemos ver claramente que la Biblia no aprueba ni celebra a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento afirman que tales cosas son pecado. Es muy necesario que todo pastor, pastor de jóvenes, y educador cristiano sepa esta verdad con absoluta claridad, para poder orientar y enseñar a nuestros jóvenes y adultos sobre el ideal divino para su realización personal en el matrimonio cristiano de un hombre y una mujer, como hijos de Dios. Como dijo el pastor inglés John Stott,
El rechazo cristiano de las prácticas homosexuales no descansa sobre “unos pocos y aislados textos… cuya explicación tradicional puede ser derrotado”. Las prohibiciones escriturales negativas contra las prácticas homosexuales solo tienen sentido en la luz de la enseñanza positiva en Génesis 1 y 2 sobre la sexualidad humana y el matrimonio heterosexual. Sin la sana y positiva enseñanza de la Biblia sobre el sexo y el matrimonio, nuestra perspectiva sobre la pregunta homosexual seguramente se distorsionará.[8]
Que Dios nos ayude a instruir bien a nuestros jóvenes sobre los errores de la hermenéutica gay y sobre la verdad bíblica de la bendición de la unión matrimonial entre un hombre y una mujer.



[1] Nótese que Don Eastman no es Dick Eastman, autor de múltiples libros sobre la oración.
[2] Don Eastman, “Homosexualidad: ni enfermedad ni pecado, qué dice y qué no dice la Biblia” en Internet; www.mcchartford.com/icmhomosexual.html; último acceso 28 de marzo, 2016.
[3] Idem.
[4] Idem.
[5] Gordon Fee, Primera Epístola  a los Corintios, 275.
[6] Simon J. Kistemaker, Comentario al NT – 1ra Corintios, 169.
[7] Fee, 276.
[8] John Stott, citado en http://goop.com/dr-john-stott-on-homosexuality-in-the-bible/, último acceso 25 de mayo, 2016.
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miércoles, 3 de agosto de 2016

Levántate y ve a..., aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Título
LECCIÓN 5>>>



HUDSON TAYLOR
El carácter de Taylor había alcanzado una gran semejanza con su Maestro. He aquí el testimonio de un ministro anglicano que le hospedó: «Era él una lección objetiva de serenidad. Sacaba del banco del cielo cada centavo de sus ingresos diarios – ‘Mi paz os doy’. Todo aquello que no agitara al Salvador ni perturbara su espíritu, tampoco le agitaría a él. La serenidad del Señor Jesús en relación a cualquier asunto, y en el momento más crítico, era su ideal y su posesión práctica. No conocía nada de prisas ni de apuros, de nervios trémulos ni agitación de espíritu. Conocía esa paz que sobrepuja todo entendimiento, y sabía que no podía existir sin ella… Yo conocía las ‘doctrinas de Keswick, y las había enseñado a otros, pero en este hombre se veía la realidad, la personificación de la ‘doctrina Keswick’, tal como yo nunca esperaba verlo».
La lectura de la Biblia era para él un deleite y un ejercicio permanente. Un día, cuando ya había pasado los setenta años, se paró, Biblia en mano, en su hogar en Lausanne, y le dijo a uno de sus hijos: «Acabo de terminar de leer la Biblia entera por cuarentava vez en cuarenta años». Y no sólo la leía, sino que la vivía.
En abril de 1905, a la edad de 73 años, Taylor hizo su último viaje a China. Su esposa Jennie había fallecido, y él había pasado el invierno en Suecia. Su hijo Howard, que era médico, acompañado de su esposa, decidieron acompañar a Taylor en este viaje. Al llegar a Shangai, él visitó el cementerio de Yangchtow, donde estaba sepultada su esposa María y cuatro de sus hijos.
Mientras recorrían las ciudades chinas, Howard pudo comprobar el gran amor que todos le dispensaban a su padre, y también conocer cuál era el secreto de su prodigiosa vida espiritual. Para Taylor, el secreto estaba en mantener la comunión con Dios diaria y momentáneamente. Y esto se podía lograr únicamente por medio de la oración secreta y el alimentarse de la Palabra. Pero ¿cómo obtener el tiempo necesario para estos dos ejercicios espirituales? «A menudo, cuando tanto los viajeros como los portadores chinos habían de pasar la noche en un so
lo cuarto (en las humildes posadas chinas), se tendían unas cortinas para proveer un rincón aislado para nuestro padre, y otro para nosotros.
Y luego, cuando el sueño había hecho presa de la mayoría, se oía el chasquido de un fósforo y una tenue luz de vela nos avisaba que Hudson Taylor, por más cansado que estuviera, estaba entregado al estudio de su Biblia en dos volúmenes que siempre llevaba. De las dos a las cuatro de la madrugada era el rato generalmente dedicado a la oración – el tiempo cuando podía estar seguro de que no habría interrupción en su comunión con Dios. Esa lucecita de vela ha sido más significativa para nosotros que todo lo que hemos leído u oído acerca de la oración secreta; esto significaba una realidad – no la prédica, sino la práctica».
Después de haber recorrido todas las misiones establecidas por él, Hudson Taylor se retiró a descansar una tarde de junio de 1905, y de este sueño despertó en las mansiones celestiales.
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martes, 19 de julio de 2016

Vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




CLASIFICACIÓN DE SERMONES: CÓMO HACERLOS
EL SERMÓN TEMATICO

CLASIFICACION DE SERMONES

Hay muchos tipos de sermones, y muchas maneras de clasificarlos. Al intentar clasificarlos, los escritores de homilética usan diferentes definiciones, y en el uso de estas definiciones hay una considerable extensión en la clasificación. 

Hay escritores que clasifican los sermones: 
  • según su contenido o tema, 
  • en base a su estructura, 
  • respecto al método psicológico utilizado cuando se presentan los mensajes. 
Hay otros métodos de clasificación de sermones, pero quizás el método menos complicado sea el de clasificarlos como:
  • temáticos, 
  • textuales y 
  • expositivos. 

Estudiaremos la preparación de mensajes bíblicos considerando estos tres tipos principales.


DEFINICION DE UN SERMON TEMÁTICO
Empezamos nuestra consideración del sermón temático con una definición, porque si esta definición es comprendida totalmente, el estudiante conseguirá dominar los elementos básicos de un discurso temático.



Un sermón temático es aquel cuyas principales divisiones

se derivan del tema con independencia del seguimiento de un
texto.

Consideremos cuidadosamente esta definición. La primera parte afirma que las principales divisiones tienen que hacerse en base al tema misma. Esto significa que el sermón temático empieza con un tema, y que las partes principales del sermón consisten en ideas que provienen de dicho tema.



La segunda parte de la definición declara que el sermón temático no exige un texto como base de su mensaje. Ello no significa que el mensaje no vaya a ser bíblico, sino que indica solamente que no es un texto de las Escrituras la base del sermón temático.



Sin embargo, para asegurar que el mensaje sea totalmente bíblico en su contenido, debemos empezar con un tema o asunto bíblico. Las principales divisiones del bosquejo del sermón deben sacarse de este tema bíblico, y cada división principal debe estar apoyada por una referencia bíblica. Los versículos que apoyan las principales divisiones debieran, por lo general, sacarse de pasajes de la Biblia que estén bastante separados entre sí.


EJEMPLO DE UN SERMÓN TEMÁTICO




Para comprender aún más la definición, pongamos manos a la obra con un sencillo bosquejo temático.


Para nuestro tema, seleccionaremos las razones de las oraciones sin respuesta. Señalemos ahora que no estamos usando un texto, sino un tema bíblico. De este tema tenemos que descubrir qué es lo que la Biblia da como razones de la oración no contestada.



Al meditar y recordar varias partes de las Escrituras que se refieren a nuestro tema, podremos hallar textos como los que siguen, todos los cuales indican por qué, frecuentemente, las oraciones quedan sin respuesta: Santiago 4:3; Salmo 66: 18; Santiago 1:6-7; Mateo 6:7; Proverbios 28:9 y 1a Pedro 3:7. 


Es aquí donde una buena Biblia con referencias, una concordancia exhaustiva o una Biblia temática, como la Nave's Topical Bible. pueden ser de incalculable utilidad.

Con la ayuda de estas referencias hallamos las siguientes causas detrás de la oración sin respuesta:
                     I. Pedir mal (Santiago 4: 3)
                    II. Pecado en el corazón (Salmos 66: 18)
                   III. Dudar de la Palabra de Dios (Santiago  1:6·7)
                   IV. Repeticiones vanas (Mateo 6:7)
                    V. Desobediencia a la Palabra (Proverbios 28:9)
                   VI. Comportamiento desconsiderado en la relación conyugal (1 Pedro 3:7)


Aquí tenemos un bosquejo temático bíblico, con cada división principal derivada del tema -razones para la oración sin respuesta- y cada división apoyada por un versículo de las Escrituras.

UNIDAD DE PENSAMIENTO
Se verá del ejemplo acabado de dar, que el sermón temático contiene una idea central. 

En otras palabras, este bosquejo trata acerca de un solo tema: las razones de la oración sin respuesta

Podemos pensar en otros importantes hechos acerca de la oración, como: 
  • el Significado de la oración, 
  • la importancia de la oración, 
  • el poder de la oración, 
  • los métodos de la oración y 
  • los resultados de la oración. 
Sin embargo, a fin de conformarse a la definición de un sermón temático, tenemos que sacar las partes principales del bosquejo del tema mismo; esto es, tenemos que limitar todo el bosquejo a la idea contenida en el tema. 

Temas como: 
  • el significado de la oración o su importancia 
deben ser omitidos en este mensaje concreto, por cuanto nuestro tema nos limita a tratar solamente acerca de los factores que impiden la respuesta a nuestras oraciones.

CLASES DE TEMAS
Las Escrituras tratan acerca de todas las fases de la vida y actividad humanas que se puedan imaginar. 

Revelan, también, los propósitos de Dios en gracia hacia los hombres, tanto en el tiempo como en la eternidad. Así, la Biblia contiene un fondo inagotable de temas de los que el predicador puede conseguir material para mensajes temáticos apropiados para cada ocasión y condición en que se hallen los hombres. 

Por medio de la constante y diligente búsqueda en la Palabra, el hombre de Dios enriquecerá su propia alma con preciosas gemas de verdades divinas y podrá también compartir su riqueza espiritual con otros, de forma que también ellos vengan a ser ricos en las cosas. que realmente valen, tanto para el tiempo como para la eternidad.

Del inmenso tesoro que es la Sagrada Escritura podemos sacar temas como éstos:
  • influencias benéficas, 
  • cosas pequeñas que Dios usa, 
  • fracasos de los santos de Dios, 
  • bendiciones a través del sufrimiento, 
  • resultados de la incredulidad, 
  • absolutos divinos que conforman el carácter, 
  • los imperativos de Cristo, 
  • los deleites del cristiano, 
  • las mentiras del diablo 
  • conquistas de la cruz, 
  • marcas de nacimiento del cristiano 
  • problemas que nos dejan perplejos, 
  • las glorias del cielo, 
  • anclas del alma, 
  • remedios para dolencias espirituales, 
  • las riquezas del Cristiano, 
  • conceptos bíblicos de educación infantil y dimensiones del servicio cristiano.
En estudios posteriores de este estudio se mostrarán al estudiante los principios básicos para la construcción de las principales divisiones de los bosquejos temáticos. 

Al considerar estos bosquejos, el lector se dará cuenta de que no sólo cada bosquejo tiene un tema o asunto, sino también un título que difiere del tema. 

Para nuestro propósito presente, señalemos que materia, tema y asunto son sinónimos. 

El título, por otra parte, es el nombre dado al sermón, otorgado de una manera interesante o atractiva.

ELECCIÓN DE TEMAS
Al entregarse al estudio temático de la Biblia, el estudiante descubrirá una tan gran variedad de temas, que puede preguntarse cómo elegir uno apropiado para su mensaje.

Si vamos a saber qué tema seleccionar, tenemos que buscar la conducción del Señor. Esta conducción la recibiremos pasando tiempo en oración y en meditación de la Palabra de Dios.

Otros factores pueden también entrar en la elección de una materia. La elección puede quedar determinada por el tema acerca del que se le pide al ministro que hable, o por la ocasión específica en que tiene que darse el mensaje. 

Además, ciertas condiciones en una congregación determinada, pueden indicar que sea necesario, o aconsejable, seleccionar un tema apropiado a las circunstancias.

Aunque un sermón temático no se base directamente en un texto, puede darse un versículo de las Escrituras como idea, en base de la cual, se puede erigir un bosquejo temático. 

Por ejemplo, en Gálatas 6:17 leemos: «De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.» 

Estas palabras nos atraen: «Yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.» Al comparar con el margen de la revisión 1977 de Reina-Valera, vemos que la columna central de la traducción alternativa es «cicatrices». 

Es indudable que Pablo se refiere aquí a las cicatrices dejadas por las heridas producidas en su cuerpo por sus perseguidores por causa de Cristo, cicatrices que eran marcas elocuentes de que pertenecía a Cristo para siempre.

Las fuentes extrabíblicas revelan que cuando Pablo escribió estas palabras, no solo se usaban los hierros candentes con animales, sino también para marcar a humanos, dejando señales sobre la carne que no podían ya borrarse ni ser eliminadas. 

Había, por lo menos, tres clases de personas que llevaban marcas de este tipo:
  1. esclavos que pertenecían a sus dueños, 
  2. soldados que en ocasiones se marcaban con el nombre del general bajo el que servían, como prenda de su total lealtad a su causa, y 
  3. devotos que quedaban dedicados de por vida a un templo y a la deidad que era adorada allí.
Como resultado de esta información, hacemos el bosquejo temático que se muestra a continuación:

Título: «Las marcas de Jesús»
Tema: Las marcas en la vida de un cristiano consagrado
           l. Como el esclavo, un cristiano consagrado lleva la marca de propiedad del                     Señor al que pertenece (1 Corintios 6:19-20; Romanos 1 :1)
          II. Como el soldado, un cristiano consagrado lleva la marca de lealtad al                            Capitán al que sirve
          III. Como el devoto, un cristiano consagrado lleva la marca de adorador del                        Señor a quien rinde culto (Filipenses 1:20; 2 Corintios 4:5)

PRINCIPIOS BÁSICOS PARA LA PREPARACION DE BOSQUEJOS TEMÁTICOS

1. Las principales divisiones debieran estar en orden lógico o cronológico.
   Esto significa que debiéramos proponemos desarroIlar el bosquejo con una cierta        progresión, ya lógica, ya cronológica, pero que esta elección entre orden lógico o        cronológico debe ir determinada por la naturaleza del tema. 

   Como nuestro tema elegimos verdades vitales con respecto a Jesucristo, Ilegamos      así al siguiente bosquejo:

Título: «Digno de adoración» .
Tema : Verdades vitales acerca de Jesucristo
            I. El es Dios manifestando en carne (Mateo 1:23)
           II. El es el Salvador de los hombres ( 1 Timoteo 1:15)
          III. El es el Rey que ha de venir (Apocalipsis 11: 15)

Observemos que este bosquejo está en orden cronológico.
Jesucristo, el Hijo de Dios, primeramente se encarnó, después fue a la cruz dando allí Su vida para venir a ser nuestro Salvador, y un día volverá como Rey de reyes y  Señor de señores. 

Observemos también que, en consecuencia a la definición de un sermón temático, las divisiones no se derivan del título, sino del tema o asunto. 

Lo mismo sucede con todos los bosquejos temáticos que se dan. a continuación en este estudio.

Otro ejemplo de progresión en un bosquejo es el que se da a continuación, con las divisiones dispuestas en orden lógico. 

El tema trata de características de la esperanza del creyente, pero emplearemos las cuatro palabras, «La esperanza del creyente», como el sencillo título del bosquejo:

Título: «La esperanza del creyente»
Tema: Características de la esperanza del creyente
           I. Es una esperanza viva (1 Pedro 1:3)
          II. Es una esperanza salvadora (1 Tesalonicenses 5:8)
         III. Es una esperanza cierta (Hebreos 6:19)
         IV. Es una buena esperanza (2 Tesalonicenses 2:16)
          V. Es una esperanza que no se ve (Romanos 8:24).
         VI. Es una esperanza bienaventurada (Tito 2: 13)
        VII. Es una esperanza de vida eterna (Tito 3:7)

Obsérvese que el bosquejo llega a su punto culminante en la última división.

2. Las principales divisiones pueden ser un   análisis del tema.
   Para analizar un tema, tenemos que dividirlo en sus partes componentes, y cada parte del bosquejo contribuirá así a la globalidad de la consideración del tema. 

Tomemos los principales datos acerca de Satanás en la Biblia como nuestro tema, y usando «Satanás, nuestro supremo enemigo» como título, podemos analizar el tema de la siguiente manera:

Título: «Satanás, nuestro supremo enemigo»
Tema: Principales datos acerca de Satanás en la Biblia
           I. Su origen (Ezequiel 28:12-17)
          II. Su caída (Isaías 14:12-15)
         III. Su poder (Efesios 6: 11-12; Lucas 11:14-18)
         IV. Su actividad (2 Corintios 4:4; Lucas 8: 12; 1 Tesalonicenses 2:18)
          V. Su destino (Mateo  25:41)

Obsérvese que si se omitiera, por ejemplo, la segunda división principal de este bosquejo, no tendríamos un análisis satisfactorio del tema, por cuanto una de las características básicas del tema estaría ausente. 

Sin embargo, es posible que un estudio adicional de la Biblia acerca del tema de Satanás pueda resultar en otro u otros dos importantes puntos añadidos al bosquejo. 

Obsérvese también que, siguiendo la norma dada las divisiones están dispuestas en orden lógico.

3. Las principales divisiones pueden presentar las varias pruebas de un tema.
    El bosquejo que se muestra a continuación está hecho así:

    Título: «Hacia el conocimiento de la Palabra de Dios»
    Tema: Algunos de los beneficios de conocer la Palabra de Dios

               I. El conocimiento de la Palabra de Dios nos hace sabios para salvación (2                      Timoteo 3: 15)
               II. El conocimiento de la Palabra de Dios nos guarda del pecado (Salmos                          119: 11)
              III. El conocimiento de la Palabra de Dios produce crecimiento espiritual (1                         Pedro 2:2)
              IV. El conocimiento de la Palabra de Dios resulta en una vida victoriosa                               (Josue 1:7-8)

Se verá que cada una de las principales divisiones de este bosquejo confirma la tesis del tema; es decir, cada afirmación en las divisiones principales exhibe uno de los beneficios de conocer la Palabra de Dios.

4. Las divisiones principales pueden tratar un tema por analogía o por contraste     con algo que se halle en las Escrituras.
   En un bosquejo temático de este tipo se compara o contrasta un tema con algo relacionado con él en la Biblia. 

Por ejemplo, leemos en Mateo 5:13 que el Señor Jesús dijo: 
«Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres,» 

Un examen del contexto en que se halla este versículo indica claramente que Cristo se refiere al testimonio del creyente y que asemeja su testimonio a la sal. 

Podemos por ello preparar un bosquejo con el título:
«Un testimonio eficaz», haciendo que cada división consista en una comparación entre el testimonio del creyente y la sal:

Título: «Un testimonio eficaz»
Tema: Una comparación entre el testimonio del creyente y la sal
           I. Como la sal, el testimonio del creyente debería sazonar (Colosenses 4:6)
          Il. Como la sal, el testimonio del creyente debería purificar (La Tesalonicenses                  4: 4)
          Ill. Como la sal, el testimonio del creyente no debería perder su sabor (Mateo 5:                13)
        IV. Como la sal, el testimonio del creyente debería crear sed en otros (1 Pedro 2:               12)

5. Las principales divisiones pueden ser expresadas mediante una cierta                 palabra o frase constante de las Escrituras repetida a través del bosquejo.
    La frase «Dios es poderoso» o «Aquel que es poderoso»,o «(Él) que es poderoso» (donde Él está implicado en la forma verbal de tercera persona, refiriéndose al Señor) aparece una cierta cantidad de veces en las Escrituras. Usando esta base para cada división principal, obtenemos el siguiente bosquejo:

Título: «El poderío de Dios»
Tema: Algunas de las cosas que Dios puede hacer
           I. Puede salvar (Hebreos 7:25)
          II. Es poderoso para guardar (Judas 24)
         III. Es poderoso para Socorrer (Hebreos  2: 18)
         IV. Puede sujetar (Filipenses 3:21)
          V. Es poderoso para dar gracia (2 Corintios 9:8)
         VI. Es poderoso para hacer mucho más allá de lo que pensamos o pedimos                      (Efesios3: 20)

6. Las principales divisiones pueden ser apoyadas por una palabra o frase               idéntica de las Escrituras por todo el bosquejo.
   Esto significa que se emplea la misma palabra o frase de las Escrituras, no en el bosquejo, como en el caso de la norma anterior, sino en la justificación de la afirmación de cada división. 

Como ejemplo, se da un bosquejo desarrollado en base a un estudio de la expresión «en amor», que aparece seis veces en la Epístola a los Efesios. Al usar el tema: «Hechos con respecto a la vida de amor», y al señalar cada referencia bíblica en el bosquejo, se verá que esta expresión apoya cada una de las divisiones principales:
Título: «La vida de amor»
Tema: Hechos con respecto a la vida de amor
           I. Se basa en el propósito eterno de Dios (Efesios 1:4-5)
          Il. Es producida por Cristo morando en el creyente (Efesios 3:17)
         IIl. Debería manifestarse en nuestras relaciones cristianas (Efesios 4:1-2;                           Efesios 4:15)
         IV. Resultará en edificación y crecimiento de la iglesia (Efesios 4:16)
          V. Queda ejemplificada por el mismo Jesucristo (Efesios 5:1-2)
El estudiante diligente encontrará que la repetición de palabras y frases significativas es un fenómeno frecuente en la Biblia. Algunas veces puede hallarse la aparición repetida de expresiones significativas dentro de un libro determinado, como sucede en el caso anterior. 

Estas repeticiones no son accidentales, sino que, indudablemente, están registradas en la Palabra de Dios para que tomemos especial nota de ellas. El libro de los Salmos, así como las epístolas de Pablo y la Epístola a los Hebreos, son especialmente ricos en reiteraciones de palabras y frases significativas. 

Un cuidadoso estudio del contexto en el que aparecen estas palabras o frases resultará en muchos y útiles mensajes.

7. Las divisiones principales pueden consistir en un estudio de palabras,                 mostrando los varios significados de una cierta palabra o palabras en las             Escrituras.

El estudio de palabras puede ser un examen de las lenguas originales de una palabra usada en la Biblia castellana.

Mediante esto, el predicador puede mostrar los varios matices de significado de los que pueda no estar consciente el lector de la Biblia castellana. Por ejemplo, el verbo traducido «andar» en la versión castellana Reína-velera 1960 del Nuevo Testamento puede provenir de trece verbos griegos, y estos trece verbos sugieren otras tantas maneras en que puede en tenderse el verbo «andar».

Tal estudio de palabras puede ser un examen del original, a fin de descubrir los matices de aquella palabra en griego o hebreo. Por ejemplo, el nombre «honor» se
usa en cuatro sentidos diferentes en el Nuevo Testamento griego, y de un estudio de su utilización en el texto original podemos llegar al siguiente bosquejo:

Título: «Valoraciones: de Dios o del hombre»
Tema: Significados de la palabra «honor» en el Nuevo Testamento griego
           I. Un precio que se paga (1 Corintios 6:20)
          II. El valor que algunos hombres dan a las ordenanzas humanas (Colosenses                   2:23)
         III. Estima o respeto dado a otro (1 Timoteo 1:17 ; Hebreos 2:9)
         IV. El gran valor de Cristo para el creyente (1 Pedro 2:7)

No es necesario poseer conocimiento del hebreo o del griego a fin de llevar a cabo un estudio de palabras. 

  • La concordancia de las Sagradas Escrituras, de Carlos P. Denyer (Caribe),  
  • el Léxico - concordancia del Nuevo Testamento en griego y español, de Jorge G. Parker (Mundo Hispano), 
  • la Concordancia analítica greco-española del Nuevo 
    Testamento greco-español, de J. Stegenga y A. E. Tuggy (Libertador), y 
  • el Diccionario expositivo de palabras del Nuevo 
    Testamento, de W. E. Vine (CLlE), adaptado a la versión Reina-Valera 1960, con numerosas referencias a la revisión de 1909, 1977 
  • Versión Moderna, por Santiago Escuain, 
Así como otras ayudas gramaticales hoy día disponibles, capacitarán al estudiante que no conozca los lenguajes originales de las Escrituras a hacer una valiosa investigación en semántica.

De una manera similar, un estudio de palabras puede seguir una palabra o frase significativa a través de las Escrituras, estudiándola en sus relaciones contextuales e inductivamente. 

En otras palabras, revisamos cada referencia específica a una palabra o frase particular y después comparamos, analizamos y clasificamos nuestras observaciones, con el propósito de llegar a una conclusión válida con respecto a aquella palabra o frase.

Por ejemplo, consideremos la frase «he pecado». Mediante el uso de una concordancia como la de Denyer, descubrimos un total de 16 veces en que esta expresión aparece en el Antiguo y Nuevo Testamentos. 

Al examinar las relaciones contextuales de cada una de estas referencias, así como al compararlas y analizarlas, descubrimos que la frase «he pecado» no constituye necesariamente una expresión de verdadera confesión. 

Después clasificamos nuestras observaciones y las ponemos en forma de bosquejo. Bajo el título «Confesiones: verdaderas o falsas», mostramos que la expresión «he pecado», cuando es utilizada por los varios caracteres bíblicos, puede significar una variedad de cosas:

          I. Una expresión de temor
             Nótese el caso de Faraón (Exodo 9:27, 10:16); de Acán (Josué 7:20): de                      Simei (2 Samuel 19:20)
         II. Una expresión insincera 
             Nótese el caso de Saúl (1 Samuel 15:24,30)
        III. Una expresión de remordimiento
             Nótese el caso de Saúl (1.0 S. 26:21): de Judas (Mateo 27:4)
        IV. Una expresión de verdadero arrepentimiento
             Nótese el caso de David (Salmos 51:4) (cp. 2 Samuel 12:13); de Nehemías                  (Nehemias 1:6): del hijo pródigo (Lucas 15:18, 21)

8. Las principales divisiones no debieran ser apoyadas portextos de prueba             retorcidos     fuera de su contexto
Existe siempre el peligro, en los estudios temáticos, de que un texto sea sacado fuera de su contexto; por ello, el predicador debe tener cuidado, de manera constante, de que cada referencia bíblica citada para apoyar una afirmación en su bosquejo, sea utilizada con precisión y en armonía con el evidente propósito de su autor.

SERMONES DOCTRINALES
El estudio temático es admirablemente apropiado para la preparación del sermón doctrinal. 

La doctrina seleccionada constituye el tema. Podemos limitar el tema a un solo aspecto de la doctrina. Por ejemplo, podemos escoger como tema el significado de la redención, y seleccionar unos pocos pasajes clave para formar la base del bosquejo. 

Pero si hemos de aprender toda la verdad con respecto a una doctrina determinada, es necesario cubrir todo el campo de las Escrituras, señalando todas las referencias pertinentes a aquella doctrina.

Una vez estudiadas cada una de estas referencias en sus propias relaciones con su contexto, compulsamos, analizamos y clasificamos nuestros hallazgos, y con ello deberiamos ser capaces de obtener una base bíblica firme para nuestras conclusiones.

SERIE DE MENSAJES TEMÁTICOS

«Retratos del hombre perfecto» seria el encabezamiento de la siguiente serie de sermones:
  • «El amor de Jesús»
  • «El rostro de Jesús»
  • «Las manos de Jesús»
  • «Las lágrimas de Jesús»
  • «La cruz de Jesús»
  • «La sangre de Jesús»
  • «El nombre de Jesús»
De los ejemplos de los bosquejos temáticos ya dados en este capítulo, debiera ya estar clarificado que las principales divisiones para cada mensaje de estos tipos de series no se derivarán de los títulos, sino de temas especificas que están relacionados con estos encabezamientos. 

Por ejemplo, para preparar un discurso temático con el título: «El amor de Jesús», podemos usar cualquiera de los siguientes temas: características de Su amor, manifestaciones de Su amor, o los objetos de Su amor.

En caso de que un pastor viera la necesidad de que su congregación tuviera conocimiento de ciertas formas de error, podría elegir el encabezamiento general de: 

«Engaños espirituales comunes», y usar los siguientes como titulo de una serie:
  • «El engaño de los Testigos de Jehová»
  • «El engaño del Mormonismo»
  • «El engaño de la Ciencia Cristiana»
  • «El engaño del Adventismo del Séptimo Día»
  • «El engaño de la "Unidad"»
  • «El engaño del Espiritismo»
«Viviendo en un plano más sublime» podria ser la base de una serie de sermones con títulos como los propuestos a continuación:
  • «La vida disciplinada»
  • «La vida consagrada»
  • «La vida con contentamiento»
  • «La vida llena de oración»
  • «La vida abundante»
Otra excelente serie podría ser la llamada: 

«Vida cristiana victoriosa», usando títulos como los siguientes:

  • «Cómo ser un cristiano en crecimiento»
  • «Cómo ser un cristiano espiritual»
  • «Cómo ser un cristiano útil»
  • «Cómo ser un cristiano reposado»
  • «Cómo ser un cristiano feliz»
  • «Cómo ser un cristiano victorioso»
Un plan que podría tener un especial significado en estos tiempos podría llevar el encabezamiento de: 

«El hogar cristiano», e incluir títulos como los que siguen:
  • «La base de un hogar cristiano»
  • «La relación de la esposa con su marido y con Cristo»
  • «La responsabilidad del marido hacia su mujer y hacia Cristo»
  • «Los privilegios de la paternidad»
  • «Disciplina en el hogar»
  • «Devociones familiares»
  • «Amenazas contra el hogar cristiano»
  • «Vida familiar feliz»
«Examinando la Biblia» puede ser el encabezamiento general de otro grupo de mensajes interrelacionados, con título como los siguientes:
  • «¿Es cierta la Biblia?»
  • «¿Hay contradicciones en la Biblia?»
  • «¿Tiene relevancia la Biblia hoy?»
  • «¿Cómo podemos entender la Biblia?»
  • «¿Podemos confiar en nuestras versiones castellanas de la Biblia?»
Un estudio de los temas principales en un libro o grupo de libros de la Biblia dará también sugerencias para una serie de discursos. 

Consideremos como un ejemplo la Primera y Segunda. Epístolas a los Tesalonicenses. Estas epístolas contienen varios temas doctrinales, y de ellos podemos aprender qué es lo que Pablo enseñaba a los primitivos cristianos acerca de: 
  • Dios, 
  • Jesucristo, 
  • Espíritu Santo, 
  • Evangelio,
  • camino de la salvación, 
  • la Segunda Venida de Cristo
  • los creyentes 
  • Satanás. 
Cada uno de estos ocho asuntos podrían ser seguidos a través de una o de las dos epístolas.

Como ilustración, seleccionaremos la Segunda Venida de Cristo, y al estudiar la Primera Epístola observaremos que la Segunda Venida de Cristo es mencionada en cada capítulo de la epístola. 

Así, se deriva el siguiente bosquejo:

Título: «La bienaventurada esperanza del creyente»
Tema: Efectos de la esperanza de la Segunda Venida de Cristo en el creyente
           I. Produce paciencia (1 Tesalonicenses 1:10)
          lI. Asegura la recompensa por la obra efectuada (1 Tesalonicenses 2:19)
         Ill. Satisface los anhelos de santidad (1 Tesalonicenses 3:13)
         IV. Consuela en el dolor (1 Tesalonicenses 4:13)
          V. Enriquece la oración (1 Tesalonicenses 5:23)

Podemos observar otro tema hallado en Primera y Segunda Tesalonicenses. 

La palabra «hermanos» aparece no menos de veinticuatro veces en las dos epístolas, diecisiete veces en la primera y siete veces en la segunda. 

Un examen de la utilización de esta palabra en su contexto podría constituir otro
interesante grupo de mensajes interrelacionados.

Antes de dejar la materia de las series de temas, se debería señalar que hay dos reglas importantes a observar en la presentación de cualquier serie de mensajes. 

En primer lugar, la serie debería ser breve. Aunque la serie pueda recibir un buen tratamiento con una variedad considerable, la congregación es susceptible a perder el interés si se presenta un tema principal a lo largo de un período prolongado de tiempo. 

En segundo lugar, la serie debería evidenciar orden o progreso.
Por lo general, una disposición aleatoria de sermones relacionados no es tan eficaz como una disposición en la que los mensajes están cuidadosamente planificados en un orden apropiado. Ello también sirve para aumentar el interés al ir llegando la serie a su punto culminante.

CONCLUSION
El desarrollo pleno del bosquejo temático tiene que esperar a una instrucción más plena, pero si el estudiante ha seguido lo que se presenta en este capítulo puede, mediante una cuidadosa aplicación de los principios aquí contenidos, aprender a preparar el bosquejo básico de un mensaje bíblico temático.

EJERCICIOS
1. Preparar un bosquejo temático usando uno de los temas relacionados bajo la               sección Clases de temas. Cerciorarse de que las divisiones se deriven del tema y       de que tengan un sólido apoyo bíblico.
2. Preparar un bosquejo temático, usando un tema de propia elección, y apoyar cada       división principal mediante un pasaje apropiado de las Escrituras. Seguir                       cuidadosamente los principios anteriormente sugeridos.
3. Relacionar siete temas apropiados para un servicio del Día de la Madre, y hacer un     bosquejo temático para uno de ellos.
4. Hallar una palabra o frase significativa que aparezca repetidas veces en un libro del     Nuevo Testamento, y desarrollar un bosquejo temático en base a las repeticiones         de aquella palabra o frase.
5. Tómese un asunto amplio, y relaciónense seis títulos adecuados para una serie de     mensajes acerca de dicho asunto. Disponer la lista entera en un orden que pueda       resultar en la presentación más eficaz. Desarrollar a continuación un                             bosquejo acerca de un tema relacionado con uno de estos seis títulos.
6. Siguiendo la regla 4 de Principios básicos para la preparación de bosquejos                 temáticos, desarrollar un bosquejo tópico acerca del «Tesoro. de Dios» en el que la     división consista en una comparación entre los hijos de Dios y un tesoro.
7. Examínese la Epístola a los Filipenses y prepárese una lista de cinco                           características doctrinales. Formúlese un bosquejo temático de la misma Epístola       sobre uno cualquiera de estos cinco temas.
8. Con la ayuda de una concordancia completa, preparar un estudio de palabras             acerca de la palabra «perdonar».
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