miércoles, 11 de mayo de 2016

Si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él: La magnífica historia de una operación de rescate

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




La magnífica historia de una operación de rescate

GÉNESIS
Génesis es el nombre que se le dio al primer libro de la Biblia, el primero de los cinco libros que escribió Moisés. En la Biblia hebrea, este libro tiene el nombre de la primera palabra del libro mismo: “En el principio”.

“Génesis” es una palabra griega que significa “origen”, y es un nombre muy apropiado.

Este primer libro de la Biblia nos informa sobre:

  • el origen del universo y de la raza humana; 
  • describe los trágicos detalles del origen del pecado y sus terribles consecuencias. 
  • el origen de la obra misericordiosa de Dios para deshacer el daño que el pecado le causó a su creación, y que comienza con la promesa del Salvador. 
  • La sección más larga del libro de Génesis (capítulos 12–50) describe el origen de Israel, el pueblo especial de Dios.

Este importante libro de los orígenes no pretende ser un libro de historia universal del mundo antiguo; el propósito específico de Génesis es describir la actividad salvadora de Dios.

Génesis es el primer capítulo de la magnífica historia de la operación de rescate que hizo Dios, a la que nosotros llamamos su plan de salvación. Es interesante e instructivo notar cómo describe Génesis la obra redentora de Dios, no por la formulación de declaraciones doctrinales, sino narrando las biografías de las personas.

En la vida de esas personas podemos ver a Dios en acción, con el mensaje de su ley y de su amor.

Autor

En Génesis no hay una referencia directa a su autor, pero eso no significa que debamos considerar este libro como anónimo.

Las Escrituras no tratan a Génesis como un libro separado; desde los primeros tiempos, el pueblo hebreo consideró el libro de Génesis, junto con los siguientes cuatro libros, como una unidad. A estos cinco libros los llamaron “la Torá de Moisés”.

Torá (usualmente traducido como “ley”) significa “instrucción”, “enseñanza”. Esta “ley de Moisés” también se conoce normalmente como el Pentateuco (“cinco libros”). Los antiguos judíos con frecuencia llamaban al Pentateuco “los cinco quintos de la ley”.

La premisa desde la cual se escribe este comentario es que Moisés es el autor de estos cinco libros de la Biblia. El resto del Antiguo Testamento y todo el Nuevo Testamento simplemente dan por sentado que existía el libro conocido como la “ley de Moisés”, cuyo contenido recibió Moisés de Dios mismo.

La Biblia reconoce tan sólo un autor humano del Pentateuco, y ese autor es Moisés. Jesús definió de una vez por todas el asunto del autor de Génesis y de todo el Pentateuco, cuando les dijo a sus críticos: “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él” (Juan 5:46).

Esto plantea inmediatamente la pregunta: “¿Cómo recibió Moisés la información que escribió en el Pentateuco?” La mayoría de lo que está escrito en los libros de Éxodo, Levítico, Números, y Deuteronomio ocurrió durante la vida de Moisés; pudo haber usado sus experiencias personales para escribir estas cosas. Sin embargo, lo que está escrito en Génesis, desde el relato de la creación hasta la muerte de José, tuvo lugar mucho antes del nacimiento de Moisés. ¿Cómo pudo haber recibido este material?

Como no hubo testigos humanos en la creación del mundo, esta información sólo pudo haberle llegado a Moisés mediante el milagro de la revelación divina. Milagrosamente, Moisés recibió de Dios la información acerca de cómo llegó a existir el mundo; no es posible que la haya obtenido de otra forma. El Pentateuco es una parte de las Escrituras del Antiguo Testamento, del cual dijo Pablo: “Toda Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16).

Podríamos preguntarnos: Cuando Dios le reveló a Moisés el contenido de Génesis, ¿lo hizo directamente? ¿O pudo Moisés haber usado documentos escritos previamente?

Por ejemplo, al informar sobre los viajes del patriarca Abraham, ¿es posible que Moisés haya tenido acceso a documentos que Abraham conservaba? Lutero una vez hizo el siguiente comentario: “Pienso que Abraham elaboró un pequeño manual o un breve relato de la historia desde Adán hasta su tiempo”, documento que muy bien pudo haber usado Moisés.

Aunque no puede decirse nada con seguridad acerca de si Moisés usó documentos existentes, no hay razón para que el cristiano creyente en la Biblia niegue esta posibilidad. Si Dios estimó conveniente usar la comida de un muchacho para alimentar a 5.000 personas, y usar el vientre de una virgen para dar al mundo un Salvador, ¿por qué no pudo haber usado documentos escritos previamente cuando reveló su verdad para que Moisés la escribiera?

Nuestra posición sobre la inspiración divina y la divina autoridad de la Escritura en general, y de Génesis en particular, se deriva de las presuposiciones de la fe cristiana. El mensaje bíblico de la ley de Dios y su mensaje del amor de Dios, nos han convencido de que Dios nos habló milagrosamente en Génesis, y de que lo que dice es verdad. Dios no puede mentir. El Hijo de Dios se refirió en particular a las Escrituras del Antiguo Testamento cuando dijo: “La Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35).

No será una sorpresa para el lector saber que no todos los que estudian la Biblia abordan el estudio de Génesis con estas mismas suposiciones. Muchos consideran que el Pentateuco no fue escrito por un autor, sino que es el resultado de la unión de al menos cuatro documentos anteriores e independientes llamados:

  • el yahvista, 
  • el elohísta, 
  • el deuteronomista, y 
  • el código sacerdotal. 
Se supone que el yahvista (J) debió ser un teólogo que vivió en el reino del sur hacia del año 850 a.C., y quien habitualmente se refirió a Dios como Yahveh.

El elohísta (E), se ha dicho que vivió en el reino del norte alrededor del año 750 a.C., y que su contribución al Pentateuco puede identificarse por el uso predominante del nombre Elohim que le da a Dios.

La fuente deuteronomista (D), se dice que fue: una persona, o una escuela, o un grupo, en el norte de Israel, que escribió después de que la capital de Samaria cayó en manos de los asirios, tal vez hacia el año 625 a.C.

El código sacerdotal (P), se nos dice, estaba constituido por un escritor o un grupo de escritores que se dirigieron por escrito a Israel en el tiempo del exilio en Babilonia o más tarde (500 a.C., con un siglo más o menos de variación). Éste vuelve a narrar la historia de los antepasados de Israel y explica la forma en que Israel adoraba a Dios.

Las series genealógicas, las listas de tribus, y las reglas de adoración se le atribuyen generalmente a este código sacerdotal, ya que en esas cosas pudo haberse interesado en particular un sacerdote escritor.

Según esta teoría documental, se piensa que el Pentateuco es como un mosaico literario, que fue recortado y pegado usando diferentes documentos escritos con anterioridad. Este punto de vista sostiene que el Pentateuco alcanzó su forma actual tal vez algunos siglos antes de la época de Cristo, más de mil años después de Moisés.

Se repite que este comentario está escrito con la convicción de que Moisés es el autor de los primeros cinco libros de la Biblia.

Estructura

A fin de apreciar la singular estructura del libro de Génesis, será útil recordar que Moisés organizó su material literario en diez secciones, la mayoría de las cuales se introducen con la fórmula: “Estos son los descendientes de…” (La Nueva Versión Internacional dice: “Estos son los relatos…”).

Estos diez relatos son pequeñas historias que ilustran cómo, desde el principio de los tiempos, Dios ha estado interesado y activo en el establecimiento de una familia de creyentes.

Nueve de estos diez relatos llevan el nombre de las personas; el primero es el relato de los cielos y la tierra (Génesis 2:4).

En cada caso, el relato no nos dice el origen de las personas o de la cosa que se nombra, sino su historia subsiguiente, y siempre con referencia al gran plan de la salvación de Dios.

Aquí tenemos un resumen de los diez relatos:

1. El relato de los cielos y la tierra (Génesis 2:4–4:26) explica lo que ocurrió cuando el diablo invadió la perfecta creación de Dios. Por la tentación de Satanás, Adán y Eva dudaron del amor de Dios y se rebelaron contra su santa voluntad, y por lo tanto, trajeron la maldición de la muerte y la condenación sobre toda la familia humana.

La historia de los cainitas (capítulo 4) muestra la rapidez con que avanzó la maldad, una vez que se introdujo en el mundo. Sin embargo, por pura gracia, Dios dispuso restaurar su creación; prometió que el Salvador (la “simiente” de la mujer) destruiría el poder de Satanás y liberaría a sus cautivos.

2. El relato de Adán (Génesis 5:1–6:8) describe los antepasados del Mesías prometido, desde Adán hasta Noé. Lucas 3:36–38 confirma que esto es historia, y no una leyenda popular. Un tema prominente de este relato es la muerte. Todos los que aquí son nombrados mueren, con la única excepción de un hombre que caminó con Dios.

La trágica conclusión de este relato menciona la unión gradual de los descendientes de Set con los cainitas en su vana y propia glorificación y en su completo abandono moral. Por resultado, Dios tuvo que anunciar el juicio universal. Sólo Noé, por la gracia de Dios, permaneció fiel a Dios.

3. El relato de Noé (Génesis 6:9–9:29) nos da un doble mensaje sorprendente. Mientras el diluvio universal destruía toda vida fuera del arca, el Señor en su gracia preservó la línea mesiánica a través de Noé y su familia. El mismo diluvio que trajo el juicio de Dios sobre el pecado y la dura incredulidad, trajo también la gracia de Dios que salvó de la muerte y de la destrucción el arca con su preciosa carga. Después del diluvio, el Señor usó a Noé para anunciar que la línea mesiánica seguiría mediante Sem.

4. El relato de los hijos de Noé (Génesis 10:1–11:9) pone el énfasis en la unidad de la raza humana al describir la distribución de los tres hijos de Noé en varias naciones e idiomas. Esta “tabla de las naciones” examina el mundo de las naciones que el antiguo Israel conocía. Se enumeran con más detalle las naciones con las que el pueblo escogido de Dios tuvo mayor contacto. El relato concluye con la dispersión que tuvo lugar en Babel. Los que buscaron su propia gloria en lugar de glorificar el nombre de Jehová cayeron otra vez bajo el juicio de Dios.

5. El relato de Sem (Génesis 11:10–26) nos menciona los antepasados del Mesías, limitando el linaje del Salvador de la línea de Sem a Taré, padre de Abraham.

Estos primeros cinco relatos describen el principio de la historia de la actividad salvadora de Dios en el mundo antiguo. El segundo grupo de relatos menciona la actividad salvadora de Dios entre los patriarcas.

6. El relato de Taré (Génesis 11:27–25:11) es uno de los más largos, cubriendo casi una cuarta parte del libro de Génesis. Describe cómo, después de que la raza humana abandonó el evangelio (Génesis 6:5–7; Génesis 11:1–9), Dios estableció un nuevo programa de amor fiel para sus criaturas pecaminosas.

Escogió a Abraham, de la familia de Taré, para ser el padre de su nación especial de Israel. El Señor sacó a Abram de una cultura donde se practicaba la idolatría, y lo capacitó para confiar completamente en la promesa de Dios. Por esta fe Abram llegó a ser “el padre de los creyentes”.

7. El relato de Ismael (Génesis 25:12–18) es el más corto de los diez relatos de Moisés, dado que los descendientes de Ismael, hijo de Abraham nacido de una joven esclava, no fue parte de la línea escogida, sino una línea secundaria en la historia de la gracia salvadora de Dios en el Antiguo Testamento. Este relato de seis versículos narra el cumplimiento de la promesa divina de que doce gobernantes descenderían de Ismael. Dios cumple todas sus promesas.

8. El relato de Isaac (Génesis 25:19–35:29) lleva el cumplimiento de la promesa mesiánica mediante las dos generaciones que siguieron a Abraham. A diferencia de su ilustre padre, Isaac fue de naturaleza tranquila e introvertida. Él y su esposa tuvieron hijos gemelos; desde antes del nacimiento de los gemelos, Dios anunció que el mayor (Esaú) serviría al menor (Jacob).

Al contrario de lo que se hubiera esperado, Jacob fue el hijo que Dios escogió para continuar la línea de la cual iba a nacer el Salvador.

Desafortunadamente, Jacob, en su juventud, tuvo la tendencia a confiar en su propia inteligencia para obtener el éxito. Este relato muestra que Jacob tuvo que aprender del modo más difícil a depender por completo de la gracia salvadora de Dios. Cuando Jacob aprendió esto, Dios le cambió el nombre a Israel: el que, en fe, pudo con Dios y con el hombre.

9. El relato de Esaú (Génesis 36:1–37:1) también constituye una línea secundaria. En primer lugar, nos habla del desarrollo de la línea de Esaú y, en segundo lugar, del desarrollo de los edomitas, vecinos de Israel ubicados al sur.

10. El relato de Jacob (Génesis 37:2–50:26) es el último y más largo de los diez relatos de Moisés. Relata cómo los doce hijos y la hija de Jacob llegaron a formar una familia de setenta almas que, junto con sus familias, se fueron a vivir a Egipto. Dios en su gracia obró de forma misteriosa para realizar todas estas cosas, usando la crueldad de los hermanos de José para llevar a cabo sus maravillosos planes para la nación que había escogido. Este relato explica cómo las doce tribus lograron establecerse en Egipto y prepara la escena para la narración del Éxodo.

Entonces vemos que, al registrar la historia temprana del misericordioso trato de Dios para con la humanidad, Moisés divide su material en dos partes desiguales. Los primeros once capítulos de Génesis describen la actividad salvadora de Dios en el mundo antiguo: primero entre las dos primeras personas, luego entre los descendientes de Adán y Eva, y finalmente entre los descendientes de Noé.

Los últimos treinta y nueve capítulos del libro de Génesis describen la actividad salvadora de Dios entre los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob.

Después del relato de los descendientes de Noé, que terminó en idolatría y rebelión contra Dios (Génesis 11:1–9), Dios introdujo un nuevo programa de su amor salvador. Amorosamente escogió y capacitó a los patriarcas: Abraham, Isaac, y Jacob para formar su pueblo especial de Israel.

Mediante este pueblo escogido, Dios resolvió llevar a cabo su maravilloso plan para rescatar del pecado a toda la raza humana. Por lo tanto, el amor salvador de Dios es el gran tema de toda la Biblia, desde la primera palabra de Génesis hasta la última de Apocalipsis.

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martes, 10 de mayo de 2016

Oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





FILEMÓN: SU ANTÍTESIS - ONESIMO 
        ESTUDIO CONCIENZUDO DE ESTA CARTA
No existen dudas respecto a la autenticidad de ésta, la carta más personal de Pablo. Juan Knox escribió: “La autenticidad de la carta está tan bien establecida, que apenas si es discutible” (Philemon among the Letters of Paul, “Filemón entre las epístolas de Pablo”, pág. 32).
Paternidad literaria
Los padres de la iglesia como Ignacio, Tertuliano, Orígenes y Eusebio dan evidencia de la canonicidad de este breve libro. Asimismo, formaba parte del canon de Marción y del códice Muratorio.

El autor se refiere a sí mismo como Pablo tres veces en la epístola (vv. 1, 9, 19) y el estilo y lenguaje de la misma evoca al mismo apóstol (cf. v. 4 con Fil. 1:3–4). Las introducciones de las epístolas paulinas comúnmente usan los términos “amor” y “fe” (V.Introducciones de las epístolas paulinas”, en el Apéndice, pág. 364). 

Y también aparecen esos vocablos en Filemón 5. Además, existe una estrecha relación con el libro de Colosenses, porque ambas epístolas mencionan a Arquipo, Epafras, Aristarco, Demas y Lucas (cf. Col. 4:10, 12, 14, 17).
Fecha y lugar de redacción. 
Pablo estaba prisionero cuando escribió Filemón (vv. 1, 9). Por lo tanto, esta epístola ha sido incluida en las llamadas “cartas de la prisión”. Fue escrita durante el primer encarcelamiento de Pablo por los romanos en el año 61–63 d.C. 
Debido a que Onésimo acompañó a Tíquico, quien llevó la carta a Colosas, es evidente que las dos epístolas fueron escritas aproximadamente al mismo tiempo, probablemente en el verano del año 62 d.C.
Destinatarios
Filemón es el destinatario. A juzgar por su posesión de esclavos y del tamaño de su casa (suficientemente grande como para albergar a la iglesia local mencionada en el v. 2), ese hombre era un rico residente de Colosas. Aunque no se sabe cuándo escuchó a Pablo predicar por primera vez, es evidente que Filemón fue un convertido de Pablo (v. 19b). 
Parece ser que los dos llegaron a ser amigos durante los tres años que el apóstol ministró en Éfeso (Hch. 19). Comúnmente se cree que Apia (Flm. 2) era la esposa de Filemón y Arquipo su hijo, aunque esto no puede afirmarse de manera dogmática.

Entre los primeros lectores de la carta se encuentran los miembros de “la iglesia que está en tu casa” (la de Filemón, Flm. 2). Posiblemente Arquipo era un oficial de esa iglesia y Filemón fungía como un obrero laico (vv. 1–2; contrasta los términos “colaborador” y “compañero de milicia”). Lightfoot sugiere que Arquipo era un anciano o que cumplía una labor misionera, ambas responsabilidades de mucha importancia en la iglesia. 

Algunos sugieren que Arquipo pudo haber sido el pastor. Por lo tanto, es probable que éste sí tuviera alguna función oficial en Colosas (Col. 4:17).
Ocasión y propósito
La ocasión o motivo por el cual se escribió Filemón es prácticamente idéntico a la historia que se relata en la misma epístola. Onésimo, uno de los esclavos de Filemón, había huido y evidentemente hurtó algo de su amo (Flm. 18). De alguna manera, uno de sus viajes lo condujo a Roma en donde, por la providencia divina, tuvo contacto con Pablo. A través de ese contacto, el apóstol lo condujo a conocer a Cristo como Salvador. Así que, de alguna manera, Onésimo llegó a ser útil a Pablo (vv. 12–13).

Pero Pablo se dio cuenta de que Onésimo tenía un deber que cumplir con Filemón y que debía restituirle lo robado. De esta manera, Pablo consideró justo devolver a Onésimo a su amo. Tíquico recibió la encomienda de llevar la carta de Pablo de Roma a Colosas, y evidentemente Onésimo debió haber viajado con él de regreso a casa (Col. 4:7–9).

En esta carta, Pablo explica su situación y pide a Filemón que trate a Onésimo no como a un esclavo y ladrón fugitivo, sino como a un amado hermano en Cristo Jesús (Flm. 15–16; cf. Col. 4:9). 

Al hacer esto, el apóstol no solamente proporciona información para ayudarnos a conocer la institución de la esclavitud en la era apostólica, sino también la responsabilidad que tiene el cristiano ante ella. 

La realidad de Gálatas 3:28 llega a ser evidente aquí en la carta a Filemón: “ya no hay … esclavo ni libre … en Cristo Jesús”. Pablo también aporta una brillante lección acerca de la verdad del evangelio con las palabras: “ponlo a mi cuenta” (Flm. 18).
BOSQUEJO
     I.     Saludo (vv. 1–7)
A.     Escritor. (v. 1a)
B.     Lectores (vv. 1b–2)
C.     Salutación (vv. 3)
D.     Elogio (vv. 4–7)
1.     Acción de gracias (vv. 4–5)
2.     Oración (v. 6)
3.     Testimonio (v. 7)

     II.     Contenido de la carta (vv. 8–21)
A.     Súplica (vv. 8–12, 17)
1.     Una súplica, no mandato (v. 8)
2.     Una súplica por causa del amor (v. 9)
3.     Una súplica por un hijo espiritual (vv. 10–11)
4.     Una súplica del corazón (v. 12)
5.     Una súplica de un compañero (v. 17)
B.     Relación (vv. 13–16)
1.     La hermandad vigente entre Pablo y Onésimo (v. 13)
2.     La pasada hermandad entre Pablo y Filemón (v. 14)
3.     La futura hermandad entre Filemón y Onésimo (vv. 15–16)
C.     Promesa (vv. 18–21)
1.     De que Filemón cargara la deuda de Onésimo a Pablo (vv. 18–19a)
2.     De que Filemón considerara su propia deuda con Pablo (v. 19b)
3.     De que Filemón confortara a Pablo (v. 20)
4.     De que Filemón hiciera más de lo que pide Pablo (v. 21)

     III.     Conclusión (vv. 22–25)
A.     Consolación (v. 22)
B.     Saludos fraternales (vv. 23–24)
C.     Bendición (v. 25)
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lunes, 9 de mayo de 2016

Porque oigo del amor y de la fe que tienes para con el Señor Jesús y hacia todos los santos, de manera que la comunión de tu fe ha venido a ser eficaz en el pleno conocimiento de todo lo bueno que hay en nosotros para la gloria de Cristo.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




MUCHA LIBERTAD EN CRISTO: ONÉSIMO ARREPENTIDO


¿PARA QUÉ LEER LA EPÍSTOLA A FILEMÓN?

Con frecuencia oímos decir que el tema de la Epístola a Filemón es la esclavitud:

    La carta trata con el problema de la esclavitud, el tráfico de vidas humanas, y cuál debe ser la respuesta cristiana a ello.

Sin embargo, aun una lectura somera del texto revela que éste no es el caso. Es cierto que el contenido de la Epístola tuvo profundas implicaciones para la esclavitud, pero su tema no es la esclavitud.

La carta hace referencia a un esclavo y explica cómo debe ser recibido en una comunidad cristiana, pero no entra en debate sobre la actitud cristiana hacia la esclavitud como institución.

Y si bien podemos afirmar que, si todo el mundo tuviese las mismas actitudes que vemos en Pablo hacia los esclavos, acabarían automáticamente aquellos abusos en el trato humano que la esclavitud institucional suele comportar, aun así no podemos decir que Pablo esté atacando a la institución en sí.

De hecho, el apóstol trata mucho más directamente el tema de la esclavitud en otros textos (como, por ejemplo, 1 Corintios 7:21–22; Gálatas 3:28; Efesios 6:5–9; Colosenses 3:22–4:1; 1 Timoteo 6:1–2; Tito 2:9–10), un estudio de los cuales nos revelaría mucho más acerca de la enseñanza apostólica en torno a la esclavitud que la que encontramos en la Epístola a Filemón.

Ciertamente ésta despierta en nosotros algunas preguntas acerca de la esclavitud y exige a los cristianos comportamientos que, como ya hemos dicho, acaban implícitamente con los peores abusos de la misma. Sin embargo, la esclavitud en sí no es el tema de la Epístola.

Entonces, ¿cuál es su tema?
Estrictamente el tema de Filemón es un asunto de orden práctico. Como dice un comentarista:

    Su contenido es específico. Quizá ningún otro libro bíblico sea tan concreto en cuanto a que haya sido escrito para tratar un solo tema. Hay un punto que Pablo quiere compartir con Filemón. Al margen de los naturales saludos, se limita a hablar de ello y absolutamente nada más. Por eso, nos deja a oscuras en muchas cosas que nos interesaría saber … En Filemón no hay nada doctrinario … Pablo daba por sentado que Filemón conocía ya la doctrina. No era necesario explicársela.

El asunto práctico que la carta aborda es sencillamente la petición de que Filemón reciba a Onésimo con espíritu de perdón y como hermano en el Señor Jesucristo. Las circunstancias de la carta, entonces, son eminentemente prácticas: la necesidad del apóstol de interceder por Onésimo ante un amo ofendido, la petición de benevolencia y amor fraternal hacia el prófugo y —si acaso queremos un segundo «asunto»— la petición de hospedaje para Pablo mismo (Filemón 22).

Éstas son las cuestiones tratadas.
No son en sí mismas temas teológicos, ni siquiera éticos, aunque tienen implicaciones tanto doctrinales como morales.

La teología y la ética de la Epístola se encuentran más allá de su superficie, en el substrato, en las actitudes que subyacen en las peticiones del apóstol. Sin duda fue más bien a causa de ellas, y no por el contenido de la carta en sí, por lo que Filemón fue incorporada dentro del canon del Nuevo Testamento, porque es una Epístola sumamente aleccionadora en cuanto a ciertas actitudes y premisas que deben caracterizar nuestras relaciones fraternales.

Si bien el tema de la Epístola es de importancia relativa, las lecciones prácticas que podemos aprender de ella son de gran trascendencia y pueden ser resumidas en cuatro epígrafes:

    1.      En primer lugar, en Filemón aprendemos:

  •  el tacto, 
  • la cortesía, 
  • la discreción, 
  • la amabilidad, 
  • el respeto, 
  • la delicadeza y 
  • el civismo que deben caracterizar el trato entre creyentes. 
El hecho de que seamos hermanos en Cristo establece entre nosotros ciertas obligaciones y derechos, y éstos, en principio, se prestan a que se abuse fácilmente de ellos. Pero, al leer esta carta, vemos cómo Pablo trata con delicadeza, respeto y afabilidad los derechos que tiene como apóstol y las obligaciones de Filemón, y nunca abusa de ellos.

El hecho de tener ciertos privilegios como miembros de la familia de Dios y de saber que nuestros hermanos tienen obligaciones hacia nosotros nunca debe conducirnos a actitudes de presunción, de abuso o de chantaje moral.

      Esta Epístola da una muestra de la sabiduría más elevada en cuanto a la manera en que los cristianos deberían tratar sus asuntos sociales sobre principios más elevados.

      No contiene exposición ninguna doctrinal ni exhortaciones a la vida cristiana … Su valor consiste en el hecho de que ofrece una lección objetiva de cristianismo práctico … Suministra un ejemplo inspirador de conducta cristiana. Ante todo esta carta es un modelo de cortesía cristiana … No contiene la más mínima afectación, ni engreimiento, ni adulación, ni esfuerzo por impresionar. Es prototipo de sinceridad absoluta y cortesía perfecta.

      Las generaciones se han maravillado de la forma en que [Pablo] logró mantener el tono afectuoso y la mansa fortaleza que le daba su posición de padre espiritual de Filemón. Hay como una oscilación entre lo enérgico y lo bondadoso, que hace que estas líneas sean un modelo para la correspondencia de todos los tiempos.

      [La Epístola a Filemón] nos permite ver la cordialidad de las relaciones humanas que [Pablo] sostiene con un amigo; el tacto y la finura psicológica con que lo lleva a acceder a una súplica; el fino humor con que le propone renunciar a un legítimo derecho y la delicadeza con que le sugiere hacer lo que él no se atreve a pedirle.

    El tono de la Epístola nos recuerda lo que el mismo Pablo escribió a Timoteo:

      El siervo del señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen (2 Timoteo 2:24).

    La lectura de Filemón nos demuestra claramente que Pablo practicaba lo que predicaba.

    2.      En segundo lugar, la Epístola nos enseña ciertas virtudes de la vida cristiana como son 
  • el amor, 
  • el perdón y 
  • la reconciliación. 
Estas virtudes son expresadas de manera sencilla en medio de situaciones cotidianas y reales, no de forma teórica en medio de un tratado moral. Pero precisamente por eso nos llegan con mayor impacto y hermosura.

La auténtica cortesía no se aprende en escuelas de buenos modales, sino como consecuencia de descubrir en Cristo una fuente de amor. El verdadero amor es abnegado y busca el bien del otro, por lo cual siempre se expresa con la cortesía y respeto que acabamos de decir es una de las principales lecciones de esta carta.

    El amor de Pablo hacia Filemón y hacia Onésimo llenan el texto. Abundan frases de tierno afecto, de solidaridad, de cariño. La disposición del autor, y la que espera de sus lectores, es de sacrificio personal por el bien del otro.

El amor de Cristo manifestado en la vida del apóstol es el que derriba barreras sociales, convierte en «hijo» (Fil 10) al siervo inútil y hace que la relación amo-esclavo se disuelva para siempre en una nueva relación fraternal. El amor es la base sobre la cual Pablo funda sus peticiones (Fil 9). Pero el amor no es sólo un sentimiento entrañable; también se ha de manifestar de maneras prácticas. Y Pablo apelará a Filemón para que él practique por amor aquel perdón en el caso de Onésimo del cual él mismo ha sido objeto en Cristo. Aunque la palabra perdón no se encuentra en esta carta, el espíritu de perdón la llena.

    3.      Y esto nos conduce a la tercera gran lección que podemos aprender de esta epístola: la autenticidad del poder transformador del evangelio.

    El autor de la carta había sido hebreo de hebreos, fariseo de fariseos, un celoso de la Ley que, en su fanático afán de mantenerse puro de toda contaminación moral, antes había tratado a los gentiles como perros inmundos.

Ahora se considera a sí mismo apóstol a los gentiles y la redacta con el fin de interceder a favor de su amado hijo espiritual, el esclavo gentil Onésimo. ¿Qué ha efectuado este cambio radical en su vida, en sus actitudes, en sus relaciones y afectos? ¿Qué hace que un arrogante fariseo pueda humillarse y sacrificarse por un despreciado gentil? El poder transformador del evangelio de Jesucristo.

    Vemos este poder operante en Onésimo, convirtiéndolo de inútil en útil, de esclavo prófugo en hermano amado (v. 16). Lo vemos también en Filemón, haciéndole generoso en la concesión de su casa para el uso de la iglesia (v. 2), en su preocupación por las necesidades de todos los creyentes (vs. 5, 7) y —así lo esperamos— en el perdón y amor reconciliador que brinda al esclavo pródigo.

    Esta pequeña carta es la demostración de que el evangelio realmente funciona. Precisamente porque es una carta circunstancial de poco desarrollo teológico explícito, que trata sobre asuntos cotidianos y personas normales, por esto nos convence.

La vida de sus protagonistas sirve como espejo para reflejar la autenticidad del evangelio. Al estudiar este «espejo» tendremos que mirarnos a nosotros mismos. En aquellas vidas el evangelio funcionó, pero ¿qué de las nuestras? Éste es uno de los retos de la Epístola.

    Nuestra lucha a favor de cualquier reforma social siempre estará condenada al fracaso —o, como mucho, al éxito parcial— si no contamos con el poder transformador de Cristo. Nuestra sociedad no practica la esclavitud institucional, pero muchas de las características de la esclavitud todavía están con nosotros.

Mientras el hombre sea hombre, habrá pobreza, injusticia y abuso en las relaciones laborales y sociales. La única solución es que el hombre sea liberado de su vieja humanidad y se convierta en un hombre nuevo, con nuevas actitudes, ambiciones y relaciones. Cuando esto ocurra, los problemas sociales caerán.

Así debe ser en nuestras iglesias y en nuestras relaciones personales con nuestros hermanos en Cristo. Debemos ser la demostración fehaciente de que el evangelio es absolutamente eficaz para la transformación de actitudes egoístas en amor fraternal.

    Porque sabe que el evangelio funciona, Pablo puede escribir a Filemón con la plena esperanza de que éste no llevará a Onésimo al patíbulo, como tenía derecho a hacer, sino que lo recibirá como hermano en Cristo. Y, por esta misma razón, Onésimo puede acceder a volver a su amo, aun a riesgo de ser castigado. Lo puede hacer porque Cristo realmente transforma vidas. Sabe que su relación con Filemón nunca será igual que antes.

    4.      Finalmente, podemos destacar que esta pequeña epístola es un fiel reflejo de lo que significa la libertad en Cristo.

Curiosamente, dos de sus tres protagonistas se encuentran en circunstancias que humanamente parecen incompatibles con la libertad: Pablo es prisionero y Onésimo esclavo. Sin embargo, las relaciones que existen entre ambos, y entre ellos y Filemón, son la expresión de una nueva libertad en Cristo.

La coerción, la manipulación y el engaño ceden ante las nuevas vinculaciones fraternales de amor sincero. Todo rebosa confianza y amistad. Cristo no sólo nos reconcilia con Dios, sino también con nuestros hermanos y con nosotros mismos.

Esta realidad no es abordada en la Epístola como una tesis teórica, sino manifestada como algo real en la experiencia de los protagonistas. Por esto hace impacto. Por esto, también, se podría poner como título de esta carta la frase procedente del versículo 8: Mucha libertad en Cristo.
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domingo, 8 de mayo de 2016

Voceando palabras arrogantes y necias, seducen con las pasiones sensuales de la carne a los que hasta hace poco iban escapando de los que viven en error

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
Fuentes sin agua... seducen...les prometen libertad




Llevemos a pastos frescos a la Congregación
FUENTES QUE DEBERÍAN TENER AGUA
2Pedro 2:17-19
17      Éstos son fuentes sin agua, nubes impulsadas por la tormenta, para los cuales está reservada la negrura de las tinieblas.
18      Porque voceando palabras arrogantes y necias, seducen con las pasiones sensuales de la carne a los que hasta hace poco iban escapando de los que viven en error.
19      Les prometen libertad, y ellos mismos son esclavos de corrupción; porque de quien uno es vencido, de éste queda hecho esclavo.

FUENTES SIN AGUA
Naturaleza
2 Pedro 2:17. Estos son fuentes sin agua y niebla llevada por la tormenta, para quienes está reservada la más densa oscuridad.
¡Qué imagen! Judas tiene una descripción ampliada en la cual solamente la primera y la última línea son similares a la versión de Pedro. He aquí las líneas tomadas de Judas 12–13:
Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto a su tiempo, dos veces muertos y arrancados de raíz. Son olas violentas del mar, que arrojan la espuma de su propia vergüenza. Son estrellas errantes, a las cuales la más densa oscuridad les está reservada para siempre.
Sin vacilar adoptamos la regla que estipula que la versión más breve de un texto es generalmente la lectura original, ya que los copistas siempre tienden a expandir, no a abreviar, un texto. 

Si aplicamos esta regla al texto de Judas, debemos dar lugar a la posibilidad de que Judas haya tenido el texto de la carta de Pedro en su poder. 

Sin embargo, también podemos suponer que Pedro y Judas se reconocían mutuamente como obreros en la iglesia y que juntos hablaban de los problemas que la iglesia enfrentaba en la segunda mitad del primer siglo. 

Ellos compartieron lo que habían considerado y escribieron, de manera que sus documentos exhiben interdependencia.

Pero volvamos a la descripción que Pedro hace de los apóstatas. 

Toma imágenes del mundo natural y manifiesta en tres breves cláusulas la verdadera naturaleza de estos infieles.

a. “Estos son fuentes sin agua”. Esta es una descripción que trae la imagen de un desierto en que el viajero está buscando un manantial. Pero al encontrar el manantial, descubre consternado que está seco. De igual manera, los falsos maestros no tienen nada que ofrecerles a los miembros de la comunidad cristiana: son como fuentes secas.

La segunda ilustración es igualmente adecuada:
b. “Niebla llevada por la tormenta”. ¡Qué desilusión sufre aquella gente que, víctima de una sequía, ve llegar las nubes típicas de una tormenta, de las que esperan lluvia abundante, sólo para observar luego como la tormenta se lleva de largo a las tumultosas nubes que no tienen agua. 
Así los herejes causan conmoción en la comunidad pero no ofrecen nada que sea substancial y digno de atención. En cierto sentido, traen abatimiento.

c. “Está reservada la más densa oscuridad”. 
Cerca de fin de siglo Juan escribe: “Dios es luz” (1 Jn. 1:5). 
Lo opuesto a la luz es la oscuridad absoluta. Mientras los hijos de Dios comparten su luz, los hijos del diablo andan en la oscuridad que han escogido. 

A ellos les espera el juicio de Dios que Pedro describe como “la más densa oscuridad”. 
En el griego, Pedro usa el superlativo la más densa, que es el mismo término lóbregos que ya hemos encontrado en el versículo 4 (Es que si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno, metiéndolos en lóbregos calabozos a ser reservados para el juicio”).
Intención
18. Porque profieren palabras arrogantes y sin sentido y, apelando a los deseos de la naturaleza pecaminosa del hombre, seducen a quienes acaban de escapar de los que viven en el error.
De las metáforas que tomó del ambiente de la creación de Dios, Pedro pasa ahora a una descripción de la intención que tienen estos falsos maestros. Casi como resumen de lo dicho en la primera parte del capítulo, 

Pedro exhibe los métodos y fines que estos herejes buscan ejecutar.

a. “Porque profieren palabras arrogantes y sin sentido”
El término palabras tiene dos adjetivos calificativos en esta traducción. 
El primer adjetivo, “arrogantes”, se refiere a la forma y al sonido de dichas palabras. Son declaraciones engreídas, orgullosas y exageradas. 
El segundo, “sin sentido”, tiene que ver con el contenido de las palabras habladas. Son inútiles, faltos de todo significado, sin propósito. No tienen significado porque carecen de toda semejanza con la verdad y con la integridad. Sin embargo, los falsos maestros utilizan estas palabras para sus propios propósitos (cf. Jud. 16).

b. “Apelando a los deseos de la naturaleza pecaminosa del hombre, seducen a quienes …”. 
Esta es una variante del versículo 14: “Con los ojos llenos de adulterio, son insaciables en el pecar; seducen a las almas inconstantes”. 

Ellos declaran estas palabras arrogantes y sin sentido con el propósito de atrapar a gente inestable. 

¿Cómo logran su objetivo? Ellos excitan aquellos deseos sexuales del hombre que lo inducen a la lujuria y a la gratificación sexual. La inclinación de Pedro hacia la redundancia se hace evidente una vez más. El escribe literalmente: “Ellos tientan por medio de deseos carnales, por la sensualidad” (NASB). 

La expresión griega deseos carnales es fortalecida por el término sensualidad, que se refiere a la conducta indecente y a los excesos sexuales que eran prevalentes en Sodoma y Gomorra.

c. “Seducen a quienes acaban de escapar de los que viven en el error”
Como animales carnívoros que atacan a los miembros más débiles de la manada, así los falsos maestros centran su atención en los nuevos conversos. 

Los creyentes que no han tenido suficiente tiempo para crecer en la gracia y en el conocimiento de la fe cristiana tienen ahora que soportar las tentaciones de los apóstatas. 

Pedro agrega las palabras acaban de, que significa “apenas”. Otra traducción de esta sección del versículo es la siguiente: “seducen … a los que verdaderamente han huido de los que viven en error” (VRV, bastardillas añadidas; basadas en una lectura alternativa).

Sin embargo, el punto del mensaje de Pedro parece ser que es más probable que los falsos maestros tengan éxito en seducir a los nuevos conversos que a los cristianos experimentados que en el pasado escaparon de un modo malo de vivir. 

Además, un participio presente que encontramos en los manuscritos griegos más importantes indica que la acción de escapar era reciente. Pedro se está refiriendo a una minoría de la comunidad cristiana, no a toda la iglesia. Su preocupación abarca a los nuevos cristianos que todavía no han tenido suficiente enseñanza en la fe para oponerse al maligno. En general, los recién iniciados en la fe cristiana pueden fácilmente volver a ser atrapados por el mundo.

Los traductores favorecen la lectura que tiene el tiempo presente y la expresión acaban de, recién. Por ejemplo: “Seducen a los que acaban de alejarse de los que viven en el error” (BJer). Entre paréntesis, la Vulgata latina se aparta del texto griego al colocar las dos cláusulas en aposición: “Los que escapan de a poco, es decir, los que viven en error”. 

Las antiguas traducciones siriacas también difieren de la lectura griega: “Los que huyen de las palabras rectas y los que viven en error” ó “los que con pocas palabras escapan de los que viven en error”. Es posible, sin embargo, que estas versiones no sean más que simples intentos de mejorar el texto griego.

¿Quiénes son “los que viven en error”? No pueden ser los falsos maestros, caso así supondríamos que Pedro sería más explícito. La redacción no es lo suficientemente clara como para creer que estos maestros estuviesen tratando de recapturar a los nuevos conversos que acababan de escapar de su influencia y poder. Es mejor entender la cláusula como una referencia a la población gentil que seguía viviendo en la oscuridad espiritual.
Esclavitud
2 Pedro 2:19. Les prometen libertad, mientras que ellos mismos son esclavos de la depravación, ya que uno es esclavo de aquello que lo ha dominado.
¡Promesas doradas! Pero qué ironía es oír a los falsos maestros hablar acerca de una libertad que ellos mismos no poseen. Ellos son incapaces de cumplir su promesa de libertad porque están esclavizados por el pecado. Los esclavos del pecado prometen a su prójimo la libertad.

Pedro llama a esta gente “esclavos de la depravación”. El grado de depravación es evidente en la distorsión de los hechos. Pedro no describe a estos maestros como gente que, en su ignorancia y falta de un conocimiento pleno del evangelio—andan predicando “los beneficios y bendiciones de Cristo”. Al contrario, ellos distorsionan adrede la verdad para socavar el progreso del evangelio de Cristo.

La libertad en Cristo significa que somos libres del peso del pecado, que Cristo ha cumplido la ley por nosotros (Ro. 10:4), y que obedecemos la ley de Dios para expresarle a él nuestra gratitud. Pero esta no es la libertad que estos promotores del error ofrecen a los recién convertidos a la fe cristiana. Esa supuesta libertad está totalmente depravada, puesto que se trata de un permiso para vivir fuera de la ley de Dios.

Pedro escribe acerca de las promesas de libertad en otro contexto. Allí él da a conocer a los lectores las preciosas promesas que Dios les ha hecho, a fin de que ellos “escapen de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos” (1:4).

“Ya que uno es esclavo de aquello que lo ha dominado”. 
Esta oración es un proverbio que aparece algunas veces en la literatura cristiana primitiva. Tiene su paralelo en la observación de Pablo: “¿No sabéis que cuando os ofrecéis voluntariamente a obedecer a alguien como esclavos, sois esclavos de aquel a quién obedecéis?” (Ro. 6:16; y véase Jn. 8:34). 

Pedro se opone a los falsos maestros que han escogido deliberadamente obedecer al pecado y que, por consiguiente, han llegado a ser esclavos del pecado. El pecado los ha dominado completamente. Pedro los describe vívidamente con las siguientes palabras: 
“con los ojos llenos de adulterio, son insaciables en el pecar” (v. 14).
Consideraciones doctrinales en 2 Pedro 2:19
¿Qué es la libertad? Ni bien hacemos esta pregunta, se hace necesario especificar de qué tipo de esclavitud hemos sido librados. La gente que ha estado esclavizada por el alcohol o por las drogas pueden alegar libertad de su dependencia química. Las naciones que han sido libradas de una ocupación del enemigo experimentan la libertad de la opresión. Esta creación que ha sido colocada bajo el cautiverio del pecado, espera pacientemente el día en que “será liberada de la esclavitud de la corrupción y llevada a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Ro. 8:21).

Muchos de los primeros lectores de la epístola de Pedro tenían un conocimiento personal de la esclavitud y de la libertad. El Nuevo Testamento nos enseña que en la iglesia primitiva muchos de los cristianos eran esclavos (Ef. 6:5–8; Col. 3:22–25; 1 Ti. 6:1–2; Tit. 2:9–10; 1 P. 2:18). 

Pero en la comunión de la iglesia cristiana, las distinciones entre amo y esclavo desaparecieron. Por ejemplo, Pablo presenta a Onésimo como hermano cristiano de Filemón.

 También enseña a los Gálatas los principios de la libertad cristiana: “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gá. 3:28). La verdad del evangelio libera al creyente del poder del pecado.

En el mundo gentil del primer siglo, los filósofos atenienses enseñaban que “las personas que son legalmente libres pero que están controladas por sus vicios son en realidad esclavos, los que son legalmente esclavos pero que buscan la bondad y la verdad son realmente libres”. 

Aunque esto no deja de ser un comentario elogiable, lo cierto es que los filósofos no están en condiciones de librar al hombre de las cargas y cadenas del pecado. Pero mediante su obra y palabra. Cristo Jesús concede verdadera libertad a todo aquel que viene a él en fe y arrepentimiento. Solamente el hijo de Dios libera al creyente de tal modo que sea verdaderamente libre (Jn. 8:36).
Palabras, frases y construcciones griegas en 2 Pedro 2:18–19
Versículo 18
ματαιότηος—si bien las traducciones le otorgan un significado adjetival (“vacías”) a esta palabra, es un sustantivo que significa “vacuidad, inutilidad, falta de propósito”.

ἀσελγείαις—este es el dativo plural del sustantivo femenino que significa “sensualidad”. Unos pocos manuscritos griegos tienen el genitivo singular de este sustantivo (“a los codiciosos deseos de sensualidad”). No obstante, esta lectura es innecesariamente repetitiva.

ὀλίγως ἀποφεύγδοντας—el adverbio fortalece al participio presente activo, que tiene una connotación ingresiva (“a punto de comenzar a escapar”). La lectura ὄντως (en realidad) debe ser tomada sintácticamente con el aoristo activo ἀποφυγόντες significa “en realidad ha escapado”. Los mejores manuscritos apoyan al presente participio con ὀλίγως (justo).
Versículo 19
ἥττηται—del verbo ἡττάω (hago inferior), este perfecto pasivo revela que una acción ocurrió en el pasado pero que los resultados son relevantes para el presente (véase v. 20). El tiempo perfecto de δεδούλωται (del verbo δουλόω, esclavizo), establece la misma distinción.
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viernes, 29 de abril de 2016

—¡Maestro! ¿No te importa que perecemos?...—¿Por qué estáis miedosos? ¿Todavía no tenéis fe? ...¿quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




MAESTROS Y MAESTRAS: ¡¡¡AQUÍ UNA LECCIÓN PARA USTEDES!!!
EL PODER DE JESÚS SOBRE LA NATURALEZA
Jesús calma la tempestad 
Marcos 4:35-41
35 Aquel día, al anochecer, les dijo:
—Pasemos al otro lado.
36 Y después de despedir a la multitud, le recibieron en la barca, tal como estaba. Y había otras barcas con él. 37 Entonces se levantó una gran tempestad de viento que arrojaba las olas a la barca, de modo que la barca ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal; pero le despertaron diciendo:
—¡Maestro! ¿No te importa que perecemos?
39 Y despertándose, reprendió al viento y dijo al mar:
—¡Calla! ¡Enmudece!
Y el viento cesó y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo:
—¿Por qué estáis miedosos? ¿Todavía no tenéis fe?
41 Ellos temieron con gran temor y se decían el uno al otro:
—Entonces, ¿quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

SERIE: EL PODER DE JESÚS - SOBRE LA NATURALEZA

Los milagros que demuestran el 
PODER DE JESÚS


Introducción al Evangelio según S. Marcos.
El Evangelio según S. Marcos está dividido en tres secciones. Se titulan:
I.—    El Poder de Jesús: Cinco lecciones sobre los milagros y su enseñanza.
II.—  Oposición a Jesús: Incidentes que muestran la amarga hostilidad a la que se enfrentó el                         Salvador. Advertencias de cómo evitar tener nosotros mismos esas terribles actitudes.
III.— Beneficios y pérdidas por seguir a Jesús: Ejemplos y enseñanza del relato evangélico que nos               desafían a considerar seriamente este asunto.


LECCIONES SOBRE EL PODER DE JESÚS

1.— El poder de Jesús sobre la Naturaleza
“¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” (4:41), preguntaron los conmocionados testigos de este asombroso acontecimiento. Único en la Historia de este mundo, este gran milagro también debería hacernos pensar.

2.— El poder de Jesús sobre la muerte
Desde el nacimiento de la civilización el hombre se ha dedicado a luchar contra ella en cuerpo y alma. Los individuos y las comunidades han tenido muy poco éxito en el intento de retrasarla o impedir que ocurra. Hoy aprendemos de un hombre que en un momento, con una palabra, pudo ordenar a la muerte que renunciara a su víctima con un éxito instantáneo. Este mismo Jesús está a la espera de rescatarnos de nuestra muerte espiritual.

3.— El poder de Jesús sobre el diablo
Un hombre atormentado y poseído por el diablo parecía un caso perdido, pero una vez más el poder de Jesús fue eficaz y le liberó de inmediato. Todos nosotros estamos tiranizados en mayor o menor medida por el enemigo de nuestras almas, y solo Jesús puede liberarnos.

4.— El poder de Jesús sobre nuestras necesidades
Todos nosotros sufrimos durante toda la vida la lucha por el dinero y la satisfacción de las necesidades básicas. La multitud comprendió rápidamente el significado de este suceso único y extraordinario. Pero en lugar de permitir que esto revelara a la persona y poder del Señor, lo desperdiciaron en la avaricia y en el provecho personal y egoísta. ¿Cuáles son nuestras razones para acudir a Él?

5.— El poder de Jesús sobre la enfermedad
Aun los niños más pequeños han experimentado alguna dolencia física que ha bastado para hacerles sensibles hacia aquellos que sufren gravemente. El Salvador fue capaz de aliviar a quienes soportaban todo tipo de enfermedades y discapacidades. A una orden suya muchas personas experimentaron un restablecimiento inmediato y total. Él tiene la misma autoridad para curarnos de la enfermedad del pecado. ¿Hemos acudido alguna vez a Él en busca de curación?

Introducción para los maestros

La mayoría de los niños tiene al menos un ligero conocimiento de estos milagros.
Por desgracia, muchos los encuadran en la misma categoría que los cuentos de hadas. Para ellos los milagros están en el terreno de fantasía y de la ficción.

Nuestro primer objetivo será, pues, convencer a la clase de que estamos hablando de la Historia y de hechos, y no de meros cuentos. Desde esta perspectiva, estos acontecimientos son asombrosos y extraordinarios. Graban en la memoria el poder divino del Señor. Hemos de proponernos que los niños pregunten como los discípulos: “¿Quién es éste?”

Las señales. En Juan 20:30–31 se nos dice que los milagros eran “señales”. No solo nos enseñan quién es el Señor, sino cómo obra.

Nuestros antepasados los consideraban “representaciones de las parábolas”, señales de lo que su amor y su poder pueden hacer espiritualmente. Esta idea añadirá una nueva dimensión a la lección.

Podemos mostrar a los niños que ya piensan conocer estos sucesos que tienen todo un nuevo matiz por descubrir, lo cual les desafiará e influirá de forma muy personal.


Complemento visual

CV 1 está concebido para ser utilizado en toda esta serie.


LECCIÓN 1:
EL PODER DE JESÚS SOBRE LA NATURALEZA 


La tormenta apaciguada

Marcos 4:35–41

Propósito: 
Mostrar a los niños por qué deberían confiar en el Señor, y cómo pueden confiar en Él.

Bosquejo de la lección

Haz ver a los niños el tremendo significado de este acontecimiento único y asombroso.

Háblales de la utilización de los símbolos y de las señales en la vida cotidiana.
Al presionar un signo o una tecla en el ordenador obtenemos una gran cantidad de información. Cuando viajamos por el campo un solo nombre en una señal puede indicar un gran cambio en el paisaje a la llegada a una gran ciudad.

Explícales que cuando el Señor Jesús hacía alguno de sus imponentes milagros era también un símbolo que informaba de cosas grandes e importantes. La forma en que Jesús calmó la tormenta en el mar de Galilea pertenece a este tipo de símbolo.



      CV 1 — Complemento visual para su utilización en las lecciones sobre “El poder de Jesús…”.

Símbolo A.
— Empieza el viaje
Describe cómo el mismísimo Jesús mismo propuso que Él y los discípulos cruzaran el mar. Otros barcos les siguieron y se vieron implicados en todo lo que ocurrió.
La vida misma es como un gran viaje en un mar imprevisible. Zarpamos como marineros inexpertos. ¿Nos parecen innecesarios una carta de navegación, una brújula y un piloto? ¿Está el Señor con nosotros?

Símbolo B.
— Una embarcación frágil. 
Mientras los discípulos estaban de pie en la orilla su nave parecía sólida y segura, pero una vez que empezó a soplar la tormenta, fue sacudida como si fuera una caja de cerillas, y llegaron a temer ser aplastados por las olas. Nosotros viajamos por el mar de la vida en una frágil nave. Podemos suponer que nuestros cuerpos son sanos y fuertes, pero en realidad solo existe una latido de corazón entre nosotros y la muerte, y las fuerzas con que nos vamos a encontrar serán mucho más poderosas que nosotros.

Símbolo C.
— ¡Peligro! 
Describe la súbita aparición de una pequeña nube en el cielo nocturno, el viento soplaba y en breves momentos el tranquilo mar nocturno se transformó en una masa embravecida. Aun los pescadores veteranos estaban aterrorizados. El viaje por la vida es mucho más peligroso de lo que la mayoría de las personas cree.

Pregunta a los niños si han estado alguna vez realmente asustados. 
Ayúdales a imaginar cómo ha de ser estar en una nave aérea que cae en picado sin control. 
Recuerda a la clase que las tormentas inesperadas de la vida traen temores e inquietudes que a menudo se llevan consigo nuestra felicidad y determinan lo que hacemos. 

En cierto momento estamos esperando con interés, por ejemplo, unas vacaciones, o un nuevo juguete o algún cachivache, cuando de repente nos golpea el desastre. Quizá el desempleo golpea a la familia, o una pelea terrible rompe la familia, o quizá uno de los padres cae enfermo. 

¿Podríamos hacer frente al problema? ¿Mientras crezcamos y pasemos por la juventud resistiremos el pecado y la tentación, o temeremos el desprecio de aquellos que se rinden a él y nos uniremos a ellos? La vida está llena de estos temores y estas inquietudes.

Símbolo D.
— Nuestra confianza puesta a prueba. Los discípulos creían que estaban siguiendo al Señor, pero Él les puso a prueba quedándose dormido durante la terrible tormenta. ¿Creyeron en Él? ¿Creyeron de veras que, dormido o despierto, Él era el Señor y que, por tanto, estarían a salvo? 

En tierra firme creían que confiaban en Él, pero ahora Él ponía su fe a prueba. Nadie es verdaderamente convertido sin confiar en Cristo.

Símbolo E.
— El enorme poder de Jesús. 
Los seres humanos no comprenden fácilmente el poder espiritual del Señor Jesús. 
Los discípulos, unos marineros experimentados, sintieron pánico. 
¡Aunque Jesús estaba a bordo, estaban seguros de que iban a morir! 
¡En su estado de desesperación, demostraron que no creían que Jesús podía salvarles si estaba dormido! ¡Como cualquier otro hombre normal, tenía que estar despierto para hacer cualquier cosa que les ayudara! Si hubieran entendido realmente que Él era Dios, se habrían dado cuenta de que no podía ahogarse en un accidente.

¿Somos nosotros mejores? ¿Comprendemos que el Señor Jesús, a pesar de que está fuera de la vista en el Cielo, posee el poder espiritual para cambiar nuestros propios corazones con una sola mirada?

Puede cambiar nuestro carácter, capacitarnos para comprender el Evangelio, fortalecernos y bendecirnos sin estar presente físicamente.

Símbolo F.
— Su poder hacia nosotros. 
La voluntad del Señor es todopoderosa, aun sobre cosas que parecen incontrolables. 

De la misma forma que dio órdenes al mar, puede transformar a la persona más rebelde y hacer que le conozca y le ame. Cuando oramos a Él pidiendo ayuda, aunque hayamos pecado contra Él, acude inmediatamente en nuestra ayuda y nos salva con una palabra.

Hemos oído de otros que afirman ser capaces de sanar a las personas, pero nadie ha pretendido jamás ser capaz de controlar el tiempo atmosférico. Sin embargo, el Señor Jesús, en presencia de muchos hombres completamente despiertos, dirigió tan solo dos palabras a las olas y al mar, y el resultado fue inmediato. Aun en la era de los satélites, las naves espaciales, los ordenadores que analizan el tiempo, etc., no podemos predecir el tiempo con exactitud, ni mucho menos controlarlo con palabras.

Di a los niños que el Señor cambió completamente no solo el tiempo, sino también las vidas de millones de personas. Él también les ha revelado su gran poder día tras día, respondiendo a sus oraciones y ayudándoles, especialmente en su servicio y su obra para Él. Recuerda a los niños que el Señor Jesús no ha cambiado. Sigue siendo el Señor del universo y Soberano de todas las cosas.

Símbolo G.
— Nuestra incredulidad pecaminosa. 
El Señor reprenderá a todos aquellos que rechazan confiar en Él. Afirma que Jesús expresó su decepción a sus discípulos. El viento y el mar “conocieron” y obedecieron a su Creador, sin embargo, a sus propios discípulos les entró pánico y se comportaron como si Él fuese tan solo un ser humano desvalido. (cf. Isaías 1:3).

Termina la lección mostrando a la clase que podemos apenar al Señor cuando rehusamos creer en Él. Vino de los atrios celestiales a hacer el milagro más grande de todos los que se han hecho: morir en la Cruz, para que tuviera el derecho y el poder de salvar a muchos, muchísimos niños y adultos de sus pecados.

¡Cuán trágico es separarse del Salvador y depositar nuestra confianza en alguna cosa o en alguien en su lugar! 

Anima a los niños a que consideren las evidencias y fijen su mirada con admiración y asombro en el Hijo de Dios —Señor del mar— que vino a este mundo para rescatar a todos aquellos que, al comprender que sin Él perecerán, claman a Él para recibir su ayuda.

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jueves, 28 de abril de 2016

Hijo mío, si los pervertidos te quieren seducir, no consientas...no olvides mis enseñanzas, Y tu corazón guarde mis mandamientos.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




CAPACITACIÓN MAESTROS ESCUELA DOMINICAL

¿Vas a Empezar o ampliar una escuela dominical?


PASOS A SEGUIR

Debemos entender la importancia de presentar al Señor a una nueva generación. Es preciso que todo se haga dignamente. Consigue el apoyo más fervoroso de la reunión de oración de la iglesia.

Considera la mejor hora en que celebrar la escuela dominical.
En algunas zonas parece que el horario de mañana es la opción más provechosa. Sin embargo, cuando es posible y conveniente, la escuela dominical celebrada por la tarde hace posible que toda la comunidad de la iglesia se dedique intensivamente a la labor de los niños y, por tanto, se puede lograr reunir a un número mayor de niños.

A muchos niños de familias no creyentes les gusta hacer algo los domingos por la tarde, y los padres los llevan de buena gana. A menudo la escuela dominical de la mañana, organizada para que se adapte al culto de la mañana, es demasiado temprana para las familias no creyentes; no obstante, la situación local quizá aconseje inclinarse por esta opción.

El primer día. 
Esforzarse por empezar con el mayor número posible de niños que podamos reunir.
Las aglomeraciones son un buen reclamo. Los niños no prestan atención a reuniones pequeñas y grises. (Es mejor reunirse en una sala pequeña y repleta que en una grande y vacía).

Reunir a los niños.

  1. Anima a otros miembros de la iglesia a enviar a sus propios hijos, a los de sus vecinos y a los de sus amigos. 2. 
  2. Una semana o dos antes de empezar, reparte por el vecindario tarjetas o cartas de invitación con un diseño atractivo. 
  3. Haz visitas personales a los domicilios la semana previa para responder preguntas, insistir en la invitación y animar a los niños a que acudan. 
  4. Elige a un grupo de adultos para que visite a los niños el día señalado. 
  5. Organiza tantos automóviles, furgonetas, etc. como sea posible para recoger a los niños, en especial a los que viven en lugares más alejados. Si la escuela dominical se hace por la tarde, podemos pedir a casi todos los conductores de la iglesia que se unan al equipo.
  6. Este equipo de personas formado por quienes visitan a los niños y quienes los recogen construirá un vínculo inestimable con las familias, lo que facilitará oportunidades de evangelización del vecindario que de otra forma, y sin el vínculo con los niños, tardarían años en desarrollarse.

Listas de asistencia.
Organiza un sistema eficiente de listas.
Es mejor que una persona (o un equipo), que no esté implicada en la enseñanza, se encargue de ellas, de esta forma puede prestarles toda su atención.

Planifica un sistema de premios por asistencia habitual y buen comportamiento.
Los niños responden al menor incentivo, y las novedades les encantan.
Utiliza pequeños premios, nuevos objetivos y nuevas tablas, hace maravillas, y se mantiene dentro del principio divino de la recompensa y el castigo.

Proporciona tarjetas impresas con una fotografía o un dibujo del edificio de la iglesia con nombre, dirección, etc., tranquilizará a los padres en caso de que teman que sus hijos van acudir a la reunión de una secta. Se puede rellenar una de estas tarjetas con la edad, la dirección, teléfono, etc. de cada nuevo niño. Este registro facilitará al personal de la escuela dominical la labor de preparar un plan completo de visitas a los ausentes. Los niños son inconstantes y necesitan que se les recuerde que acudan. ¡Hay tantas otras atracciones los domingos!

Presentación y complementos visuales.
Asegúrate de tener un número suficiente de hojas de himnos y cánticos, tablas de equipos, etc., con una buena presentación, para que la atmósfera general produzca una impresión favorable en los niños.

Es importante que el nivel de la presentación de los complementos visuales sea tan alto como el que los niños están acostumbrados a ver en su escuela normal. Todo aquello que sea de menor calidad deshonra al Señor. Los maestros deberían utilizar rotuladores, Letraset y fotocopiadoras para que sus presentaciones visuales sean atractivas.

Utiliza una cartulina grande y escribe las palabras del complemento visual con un rotulador grueso.

Himnos y música.
Piensa en este punto detenidamente. Hemos de mostrar a nuestros niños que adoramos a un Dios santo y que ser cristiano significa separarse del mundo pecaminoso y carnal. A lo largo de los siglos y en todas partes, los cristianos han tenido que dejar atrás la cultura mundana de su tiempo y proporcionar música y alabanza dignas del Señor.

Tenemos un legado de himnos y cánticos cortos, sencillos, teológicamente ricos y con un mensaje profundo, escritos por cristianos que se consagraron en el pasado a la obra evangélica entre los niños. Asimismo tenemos muchas melodías memorables y melodiosas a nuestra disposición. Lamentablemente, la generación de la música pop ha descartado gran parte de este material rico en mensaje evangélico por considerarlo pasado de moda, y a los niños se les enseña un sentimentalismo hueco ajustado a los ritmos modernos.

Muchos de los himnos más antiguos comunican, en un lenguaje muy sencillo, todo el mensaje evangélico a los que están perdidos. Si los niños aprenden estas estrofas en su juventud, recordarán las palabras toda su vida y llevarán el desafío del Evangelio hasta sus lechos de muerte. Mucho después de que sus días en la escuela dominical hayan terminado, este mensaje del amor redentor de Dios permanecerá en ellos. Hemos de prestar seria atención, pues, a los himnos que enseñamos y a la música que utilizamos.


LISTA DE COMPROBACIONES PARA LOS MAESTROS QUE PREPARAN UNA LECCIÓN

Lee el pasaje bíblico con detenimiento: los apuntes de la lección no son un sustituto de la lectura.

Verifica que tienes un verdadero interés personal por la clase. Los niños perciben con facilidad las actitudes hipócritas o indiferentes.

Prepara algún complemento visual para la lección, con la presentación de noticias o ilustraciones de revista relacionadas con ella, u objetos que sirvan de ejemplo de los puntos que se van a tratar.

Piensa en cómo presentar la lección. Una introducción interesante es vital para retener la atención de los niños desde el principio.

Una vez que la clase está escuchando, haz una presentación interesante y atrayente durante toda la lección. No se debe desviar la atención de los alumnos con preguntas o “charlando” en medio de la lección. (Las preguntas se pueden hacer al final de la clase).

Haz apuntes propios con epígrafes. Aunque no se vaya a hacer referencia a ellos durante la lección, los apuntes ayudan a fijar la estructura básica de la lección en la mente y aportan, pues, libertad y fluidez.

Examina el contenido de la lección. ¿Ayuda la lección a que los niños vean algún aspecto de la realidad y del horror del pecado? ¿Contiene la lección algún aspecto “benévolo”, incluye algún esfuerzo real para convencerles de la bondad de Dios y de la misericordia al crear un camino para el perdón en el Calvario? ¿Cómo terminará la lección? Las palabras del “llamamiento” final han de prepararse cuidadosamente. No se debe pensar que esto es algo básico y, por tanto, fácil; esta importante parte de la lección ha de ser siempre novedosa y convincente.

Pide la bendición del Señor en cada uno de los diferentes aspectos del trabajo, recordando sus palabras: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; PORQUE SEPARADOS DE MÍ NADA PODÉIS HACER” (Juan 15:5).

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