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viernes, 30 de diciembre de 2016
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron… fue menospreciado, y no lo estimamos
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Allegheny Springs
Brooklyn, Nueva York, EE. UU.
viernes, 26 de abril de 2013
La Causa de Cristo: Torturado
Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 2.9MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
Richard Wurmbrand, nació en Bucarest el 24 de Marzo de 1909. Fue un pastor evangélico que paso catorce años en cárceles comunistas de Rumania, su patria. Fue uno de sus más renombrados dirigentes cristianos, autores y educadores. Pocos nombres son tan conocidos en su país.
En 1945, cuando los comunistas ocuparon Rumania, e intentaron controlar a las iglesia para sus propios fines, Richard Wurmbrand comenzó de inmediato un efectivo y vigoroso “ministerio subterráneo” entre sus compatriotas esclavizados y los soldados invasores rusos. Finalmente fue arrestado en 1948, en compañía de su esposa Sabina. Ella fue condenada a tres años de trabajos forzados. Richard Wurmbrand pasó tres años de confinamiento solitario, sin ver a nadie, con excepción de sus guardias comunistas. Después de tres años fue trasferido a una celda común por cinco años más, donde continuaron las torturas.
Debido a su prestigio internacional como líder cristiano, algunos diplomáticos de las embajadas de los países occidentales comenzaron a interesarse por su seguridad. Se les informo que había huido de Rumania. Por otro lado Policías Secretos, haciéndose pasar por ex – compañeros de cárcel, contaron a su esposa como habían presenciado su entierro en el cementerio de la cárcel. Tanto a su familia en Rumania como a sus amigos en el exterior se les aconsejo que era mejor olvidarlo, ya que, según estas falsas noticias, estaba muerto.
Después de ocho años fue puesto en libertad e inmediatamente reanudo su labor en la Iglesia Subterránea. Dos años más tarde, en 1959, fue vuelto a arrestar y sentenciado a veinticinco años de cárcel.
Richard Wurmbrand fue puesto en libertad otra vez en una amnistía general en 1964, y continuo su ministerio subterráneo. Conscientes del peligro que significaba para él un tercer arresto. Cristianos de Noruega negociaron su salida de Rumania con las autoridades comunistas. El gobierno comunista había comenzado a “vender” a sus presos políticos. El precio habitual de rescate por un preso era de 2.000 dólares; pero por el pidieron 10.000 dólares.
En mayo de 1966, mientras prestaba declaraciones ante el Sub-Comité de Seguridad Interior del Senado norteamericano en Washington, se desnudo hasta la cintura para que pudieran ver las dieciocho profundas cicatrices que le habían dejado las atroces torturas a que fue sometido durante su encarcelamiento. Los periódicos norteamericanos, europeos y asiáticas contaron al mundo su dramática historia. En el mes de Septiembre de ese mismo año se le advirtió que el régimen comunista de Rumania había dispuesto su asesinato. Mas, ni siquiera aquellas amenazas de muerte pudieron silenciar su voz.
Richard Wurmbrand ha sido llamado “la voz de la Iglesia Subterránea”. Líderes cristianos lo han llamado “un mártir viviente” y “el Pablo de la Cortina de Hierro”.
Richard Wurmbrand, encontró el eterno descanso en los brazos de su Amado Salvador el 17 de Febrero de 2001, Sabina su esposa, se le había adelantado, el 11 de Agosto de 2000.
Fui criado en una familia donde ninguna religión era reconocida. Por lo tanto, en mi niñez no tuve ninguna instrucción religiosa. A los catorce años era ya un convencido y empedernido ateo. Era el lógico resultado de mi amarga niñez. Quede huérfano a muy temprana edad y conocí la pobreza en aquellos difíciles años de la Primera Guerra Mundial. De allí que, a mis catorce años, fuera un ateo tan convencido como lo son hoy los comunistas. Había leído libros sobre ateismo y ello no significaba meramente que no creyese en Dios o en Cristo… odiaba esos conceptos por considerarlos perjudiciales a la mente humana. Y así crecí sintiendo amargura y resentimiento hacia la religión.
Pero, como llegue a entender mas tarde, había sido elegido por la gracia de Dios, por razones que no alcanzaba a comprender. Esas razones no tenían nada que ver con mi carácter, pues este era muy malo.
Aun cuando me consideraba un ateo, algo incomprensible dentro de mí me atraía hacia las iglesias. Me resultaba difícil pasar frente a una iglesia sin sentir necesidad de entrar. No obstante, nunca podía entender lo que sucedía dentro de esos lugares. Escuchaba los sermones, pero estos no apelaban a mi corazón y no me sentía ni afectado ni conmovido por ellos. Tenía la absoluta seguridad de que Dios no existía. Aborrecía el concepto errado que tenia de Dios como un amo al que había que obedecer. Sin embargo, mucho me habría agradado saber que en algún lugar en el centro de este universo existiera un corazón de amor. Había conocido tan pocos de los goces de la niñez y la juventud, que anhelaba encontrar en alguna parte un corazón que estuviera latiendo de amor por mi también.
Sabia que Dios no existia, pero me lamentaba que no existiera tal Dios de amor. En cierta oportunidad, movido por este conflicto espiritual interior, entre en una Iglesia Católica. Observe la gente arrodillada, y me di cuenta que estaban murmurando algo. Pensé, me arrodillare cerca de ellos y tratare de captar lo que dicen, y repetiré sus oraciones a ver si algo sucede. Rezaban una plegaria a la Santa Virgen: “Ave Maria, llena eres de gracia”. Repetí esas palabras y otra vez, mirando a la imagen de la Virgen Maria, pero no sucedió nada, lo que me causo gran pesar.
Un día, a pesar de ser un ateo convencido, ore a Dios. Mas o menos mi oración fue así: “Dios tengo el convencimiento absoluto que Tu no existes, pero por si acaso existieras, cosa que dudo, no es deber creer en Ti, pero si es Tu obligación revelarte a mi”. Si, yo era ateo, pero eso no traía paz a mi corazón.
Durante ese periodo de conflicto interior, como lo vine a descubrir mas tarde en un pueblito situado en las montañas de Rumania, un carpintero anciano oraba de esta manera: “Mi Dios, te he servido aquí en la tierra y te pido que me des una recompensa tanto aquí como en el cielo. La recompensa que quiero es que no muera sin antes haber traído a Ti a un Judío, puesto que Jesús era Judío. Pero soy pobre y estoy viejo y enfermo, no puedo salir de aquí en busca de uno de ellos, y bien sabes que en este pueblo no vive ninguno. Trae, Señor un judio hasta acá, haré todo lo que este en mi para llevarlo a Cristo”
Algo irresistible me trajo a ese pueblo. Yo no tenía nada que hacer allá. Existen doce mil pueblos semejantes en Rumania. Sin embargo, yo viaje a ese pueblo. Viendo el carpintero que yo era judío, me lleno de atenciones como nunca una hermosa muchacha se vio atendida. En mi había visto la respuesta a su oración y me obsequio una Biblia. Yo había leído muchas veces la Biblia, pero solo por interés cultural. En cambio, la Biblia que me obsequiara aquel anciano me dio la impresión de ser totalmente diferente. Esta parecía no estar escrita simplemente con letras, sino con las llamas de amor de sus ardientes oraciones. Según me confeso mas tarde, el y su esposa habían pasado horas enteras orando por mi conversión y la de mi mujer. Me resultaba difícil leerla, pues solo atinaba a llorar cuando comparaba mi vida con la vida de Jesús; mis impurezas con su pureza; mi odio con su amor. Mas a pesar de eso me acepto como uno de los suyos.
Al poco tiempo se convirtió mi esposa. Ella atrajo a otras almas a Cristo, las que a su vez atraían a otros a nuestra fe. De esta manera nació una nueva congregación luterana en Rumania.
Entonces llego el Nazismo. Teníamos mucho que sufrir. El Nazismo tomo la forma de una dictadura de elementos ultra – ortodoxos que persiguieron a los grupos protestantes además de los judíos.
Aun antes de mi ordenación formal y de que estuviera preparado para el pastorado, era el líder virtual de una Iglesia recién fundada. Tenía la responsabilidad por ella. Mi esposa y yo fuimos arrastrados varias veces a los tribunales. El terror Nazi fue muy grande, empero era solamente un anticipo de lo que vendría: el Comunismo. Mihai, mi hijito, debió adoptar un nombre no judío para poder escapar de la muerte.
A pesar de todo, la era del Nazismo nos proporciono una gran ventaja, pues nos enseño que los golpes físicos podían ser soportados, puesto que el espíritu humano, con la ayuda de Dios, puede sobrevivir a las más horribles torturas. Además nos obligaron a adoptar los métodos del trabajo cristiano en secreto, que nos sirvieron como entrenamiento para la prueba aun mas terrible que estaba por venir y que, sin saberlo, ya se aproximaba. Volver atrás
Mi ministerio con los rusos
El remordimiento de mi pasado ateo me hizo anhelar desde el primer día de mi conversión el testificar de mi fe a los rusos. Ellos son un pueblo criado desde la infancia en el ateismo. Mis deseos de alcanzar a los rusos para Cristo se han cumplido. Su cumplimiento comenzó en los años del Nazismo, pues había muchos prisioneros de guerra rusos en Rumania, entre los cuales podíamos hacer nuestra obra.
Fue una labor conmovedora y dramática. Jamás olvidare mi primer encuentro con un prisionero ruso, quien me contó que era ingeniero. Le pregunte si creía en Dios. Si me hubiera dicho “no”, no me habría importado tanto, pues que cada hombre tiene el derecho de creer o no creer. Pero ante mi pregunta si creía en Dios levanto sus ojos sin comprender y me respondió: “Mis superiores militares no me han dado ninguna orden para creer. Si tuviera una orden, creería”.
Las lágrimas corrieron por mis mejillas, y sentí como si el corazón se destrozara dentro de mí. Allí, frente a mi, había un hombre cuya mente estaba como muerta. Un hombre que había perdido el don más preciado que Dios concede al ser humano: tener su propia personalidad. Era solo un instrumento, con el cerebro lavado, en manos de los comunistas, dispuesto a creer o no, según se lo ordenaran. No tenia capacidad de pensar por si mismo. ¡Era un ruso típico después de tantos años de dominación comunista! Después del impacto de ver lo que el comunismo había hecho con los seres humanos, prometí a Dios dedicar mi vida a esos hombres, para ayudarles a recuperar su personalidad y llevarles a la fe en Dios y en Jesucristo.
No necesite ir a Rusia para alcanzar a los rusos.
A partir del 23 de agosto de 1944, un millón de soldados rusos entraron en Rumania, y poco después los comunistas llegaron al poder en nuestro país. Entonces comenzó la horrenda pesadilla, ante la cual el sufrimiento bajo el Nazismo parecía poca cosa.
En ese momento en Rumania, que ahora tiene diecinueve millones de habitantes, el Partido Comunista tenía solamente mil miembros. Sin embargo, Vishinsky, Ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, irrumpió en la oficina de nuestro muy amado rey Michael I, golpeo en la mesa con los puños y dijo: “Ud. debe nombrar comunistas para el gobierno” Nuestro ejercito y policía fueron desarmados y así, por la violencia, y odiados por casi todos, los comunistas llegaron al poder. Esto sucedió con la pasiva cooperación de los gobernantes ingleses y norteamericanos de aquel tiempo.
Los hombres son responsables ante Dios no solamente por sus propios pecados sino también por los de su nación. La tragedia de todos los países cautivos constituye una responsabilidad en los corazones de los cristianos ingleses y norteamericanos. Los norteamericanos deben saber que en algunas oportunidades han ayudado, sin darse cuenta, a que los rusos nos hayan impuesto regimenes de terror y muerte. Los norteamericanos deben expiar estas faltas, ayudando a los pueblos cautivos para que llegue hasta ellos la luz de Cristo.
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martes, 26 de junio de 2012
A Las Fuentes del Cristianismo: Mejor Dicho a la Biblia - Apologetica
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Información
FUENTES Y ARROYOS
«Esto dice el Señor: Paraos en los caminos, y ved, y preguntad sobre las sendas antiguas, cuál sea el camino bueno, y andad por él; y hallaréis refrigerio para vuestras almas» (Jeremías 6:16).
Supongamos que la ciencia médica nos ordenara, para librarnos de alguna enfermedad grave, la permanencia en uno de esos parajes privilegiados por la naturaleza con una fuente de aguas medicinales.
¿Nos conformaríamos con ir a bebería de algún arroyuelo procedente del manantial, después de haber estado expuesta al polvo e inmundicia de un cauce abierto? ¿No es más probable que querríamos ir al origen mismo, al lugar preciso de donde brota la esperanza de nuestra salud: de las entrañas mismas de la tierra? De otra manera no tendríamos garantía de que nuestro esfuerzo va a ser coronado por el éxito.
He aquí la imagen de la religión. Unicamente acudiendo a las Fuentes del Cristianismo podemos alcanzar la seguridad de que nuestra fe es lo que debe ser según Dios, y no marchamos por un camino equivocado en asunto de tantísima importancia.
¡Fuera indiferencia!
Es lamentabilísimo el poco interés que hay en nuestros días por las investigaciones de carácter religioso. El pueblo se interesa por conocer los secretos de las artes, de las ciencias y las reglas y principios de los modernos juegos, pero no estudia los fundamentos de la religión de un modo inteligente. En este supremo asunto se le ha enseñado a no preguntar por temor de caer en herejía, y realmente ha caído en el extremo opuesto, el del indiferentismo religioso.
A excepción de algunas almas piadosas en cada parroquia, la generalidad no piensa en la religión más que para los actos oficiales, y millares de católicos, así como también muchos millares de protestantes, en ciertos países, no debieran llevar el nombre de cristianos, porque no creen en los dogmas de su iglesia. No quieren distinguirse como militantes de alguna secta, pero blasonan de que ellos toman de la religión lo que les parece; y el resultado de este credo, flojo e inseguro, es la más desastrosa indiferencia, rayana en la incredulidad.
Los deseos de un buen católico
Afortunadamente, y sobre todo después de las mejoras introducidas por el Concilio Vaticano II, existe hoy día un buen número de católicos que se preocupa por las esencias de su religión, personas cuyas aspiraciones y deseos espirituales no son satisfechos, originando dudas que no se atreven a abrigar por temor a caer en herejía. Haciendo el asunto personal: ¿No es verdad, amigo lector, que quisieras tener una seguridad absoluta de cuál será tu destino al abandonar este mundo, apartando de tu vista el terrible espectro del purgatorio, acerca del cual tienes fundadas dudas?
Quisieras ver el cielo más cerca. Por esto te alegras cuando encuentras algún buen trozo del Evangelio en las hojas parroquiales, o cuando el sacerdote predica un buen sermón en lengua vulgar.
Quisieras que el Concilio Vaticano II se hubiera pronunciado de un modo más claro y más avanzado acerca de muchos puntos débiles o dudosos de la Iglesia Católica, a fin de poder tapar la boca de los que echan en cara a la Iglesia enseñanzas de tipo medieval, que comprendes son una rémora para la fe en el siglo XX; pero no te atreves a separarte de la religión que te enseñaron tus padres, pues reconoces que hay deberes para con Dios que te conviene cumplir.
Todos faltamos muchas veces a la ley divina, y ¿quién se atreverá a rehusar la ayuda que ofrece la religión en asuntos del alma?
Además, nunca te ha convencido la incredulidad, pues es imposible negar la existencia de Dios ante un universo ordenado con sabiduría.
Por eso, aunque veas lagunas en la religión católica, la aceptas sin vacilaciones. Es la que lleva el sello apostólico, es la que Cristo fundó, es la que te enseñaron los padres. ¿Dónde hallarías otra mejor?
Ciertamente, lector querido, no vamos a buscar para salvarnos la religión budista, como algunos pretenden, cuando tenemos el cristianismo en casa; y esas lagunas que ves en el cristianismo no provienen de su divino origen, como vamos a demostrarlo en seguida, sino del polvo y barro del camino que la religión cristiana viene arrastrando en el transcurso de los siglos.
Lo probable es que el lector no se ha dado cuenta todavía de la gran cantidad de estos elementos que entran en el arroyo que se llama Iglesia Católica Romana.
Un examen necesario
Estamos seguros de que el lector no confiaría su fortuna o ahorros, caso que los tuviera, a algún banco de cuya solvencia no estuviera bien seguro; y, aun después de esto, continuaría vigilando las operaciones de dicha entidad para asegurarse de que ningún peligro amenaza sus intereses. Y en cuanto al asunto de la salvación del alma, ¿no debemos examinar seriamente si la fe que profesamos es la que Dios quiere, y la que puede llevarnos con toda seguridad a la felicidad eterna?
La doctrina de Cristo, sus milagros, su resurrección de entre los muertos y la sinceridad de los santos apóstoles, sellada con su sangre, son cosas bastante bien garantizadas por la Historia y la experiencia cristiana para que nadie pueda negarlas.
La Iglesia primitiva y otras iglesias
Es cierto que Cristo estableció su Iglesia sobre el fundamento de los apóstoles, pero tienes que llegar a darte cuenta —si no te la estás dando ya a medida que lees el Nuevo Testamento— que aquélla no era la Iglesia Romana, sino una Iglesia muy diferente de ésta, en muchos sentidos y aspectos. Aquella Iglesia Apostólica podía llevar con razón el título de Católica o Universal, porque agrupó en sus principios a todos los verdaderos cristianos, pero tras una enconada disputa acerca de la supremacía de los obispos, se formaron diversas ramas del cristianismo, agrupándose unas iglesias alrededor del obispo de Roma; otras, alrededor del patriarca de Constantinopla, y otras quedaron independientes de una y otra jurisdicción.
Hacer depender la salvación del alma de la adhesión personal a una u otra de estas ramas es el colmo del partidismo y del absurdo. No hay ni una palabra de Cristo que autorice semejante principio. La salvación y perdición del alma, en el Evangelio, se hace depender, no de la adhesión exterior a una iglesia, que nada cuesta, sino de la doctrina que domina la conciencia y la vida.
Cualquier desviación de las enseñanzas recibidas por revelación divina es un pecado grave, del que no sólo las autoridades religiosas, sino cada creyente, somos responsables, desde el momento que nos percatamos de ello.
Por esto, la unidad de la Iglesia es y será imposible en tanto exista alguna desviación de las doctrinas de Cristo; pues el cristiano sincero sacrifica todos los reparos de conveniencia y de tradición ante la pureza de la fe.
Cómo tuvo lugar la transformación del cristianismo
Dos grandes fuerzas obraron en la elaboración del tipo de cristianismo católico-romano. Primeramente, las doctrinas purísimas y evangélicas predicadas por el Divino Maestro y sus apóstoles durante las primeras décadas de nuestra Era.
En segundo lugar, la religión sacerdotal pagana.
Esta mezcla se hizo poco a poco, siendo la principal causa de ello la introducción en la Iglesia de multitudes convertidas sólo de nombre por seguir la corriente del siglo. Estas, echando de menos el fausto y costumbres de sus iglesias paganas, influyeron en la introducción de ritos y ceremonias de su culto a las que se dio un giro y aplicación cristianas. Y lo peor es que no sólo sufrieron merma en el transcurso de los siglos la espiritualidad y sencillez del culto cristiano, sino que la misma doctrina experimentó un cambio trascendental con la invención de nuevos dogmas, como los que en nuestra misma época fueron proclamados después de siglos de discusión entre las más destacadas personalidades del Catolicismo Romano. Tales dogmas son por lo general favorables a los intereses materiales de la Iglesia, pero muy perjudiciales a la pureza de la fe, al crédito de la religión y a la salvación de las almas.
«Esto dice el Señor: Paraos en los caminos, y ved, y preguntad sobre las sendas antiguas, cuál sea el camino bueno, y andad por él; y hallaréis refrigerio para vuestras almas» (Jeremías 6:16).
Supongamos que la ciencia médica nos ordenara, para librarnos de alguna enfermedad grave, la permanencia en uno de esos parajes privilegiados por la naturaleza con una fuente de aguas medicinales.
¿Nos conformaríamos con ir a bebería de algún arroyuelo procedente del manantial, después de haber estado expuesta al polvo e inmundicia de un cauce abierto? ¿No es más probable que querríamos ir al origen mismo, al lugar preciso de donde brota la esperanza de nuestra salud: de las entrañas mismas de la tierra? De otra manera no tendríamos garantía de que nuestro esfuerzo va a ser coronado por el éxito.
He aquí la imagen de la religión. Unicamente acudiendo a las Fuentes del Cristianismo podemos alcanzar la seguridad de que nuestra fe es lo que debe ser según Dios, y no marchamos por un camino equivocado en asunto de tantísima importancia.
¡Fuera indiferencia!
Es lamentabilísimo el poco interés que hay en nuestros días por las investigaciones de carácter religioso. El pueblo se interesa por conocer los secretos de las artes, de las ciencias y las reglas y principios de los modernos juegos, pero no estudia los fundamentos de la religión de un modo inteligente. En este supremo asunto se le ha enseñado a no preguntar por temor de caer en herejía, y realmente ha caído en el extremo opuesto, el del indiferentismo religioso.
A excepción de algunas almas piadosas en cada parroquia, la generalidad no piensa en la religión más que para los actos oficiales, y millares de católicos, así como también muchos millares de protestantes, en ciertos países, no debieran llevar el nombre de cristianos, porque no creen en los dogmas de su iglesia. No quieren distinguirse como militantes de alguna secta, pero blasonan de que ellos toman de la religión lo que les parece; y el resultado de este credo, flojo e inseguro, es la más desastrosa indiferencia, rayana en la incredulidad.
Los deseos de un buen católico
Afortunadamente, y sobre todo después de las mejoras introducidas por el Concilio Vaticano II, existe hoy día un buen número de católicos que se preocupa por las esencias de su religión, personas cuyas aspiraciones y deseos espirituales no son satisfechos, originando dudas que no se atreven a abrigar por temor a caer en herejía. Haciendo el asunto personal: ¿No es verdad, amigo lector, que quisieras tener una seguridad absoluta de cuál será tu destino al abandonar este mundo, apartando de tu vista el terrible espectro del purgatorio, acerca del cual tienes fundadas dudas?
Quisieras ver el cielo más cerca. Por esto te alegras cuando encuentras algún buen trozo del Evangelio en las hojas parroquiales, o cuando el sacerdote predica un buen sermón en lengua vulgar.
Quisieras que el Concilio Vaticano II se hubiera pronunciado de un modo más claro y más avanzado acerca de muchos puntos débiles o dudosos de la Iglesia Católica, a fin de poder tapar la boca de los que echan en cara a la Iglesia enseñanzas de tipo medieval, que comprendes son una rémora para la fe en el siglo XX; pero no te atreves a separarte de la religión que te enseñaron tus padres, pues reconoces que hay deberes para con Dios que te conviene cumplir.
Todos faltamos muchas veces a la ley divina, y ¿quién se atreverá a rehusar la ayuda que ofrece la religión en asuntos del alma?
Además, nunca te ha convencido la incredulidad, pues es imposible negar la existencia de Dios ante un universo ordenado con sabiduría.
Por eso, aunque veas lagunas en la religión católica, la aceptas sin vacilaciones. Es la que lleva el sello apostólico, es la que Cristo fundó, es la que te enseñaron los padres. ¿Dónde hallarías otra mejor?
Ciertamente, lector querido, no vamos a buscar para salvarnos la religión budista, como algunos pretenden, cuando tenemos el cristianismo en casa; y esas lagunas que ves en el cristianismo no provienen de su divino origen, como vamos a demostrarlo en seguida, sino del polvo y barro del camino que la religión cristiana viene arrastrando en el transcurso de los siglos.
Lo probable es que el lector no se ha dado cuenta todavía de la gran cantidad de estos elementos que entran en el arroyo que se llama Iglesia Católica Romana.
Un examen necesario
Estamos seguros de que el lector no confiaría su fortuna o ahorros, caso que los tuviera, a algún banco de cuya solvencia no estuviera bien seguro; y, aun después de esto, continuaría vigilando las operaciones de dicha entidad para asegurarse de que ningún peligro amenaza sus intereses. Y en cuanto al asunto de la salvación del alma, ¿no debemos examinar seriamente si la fe que profesamos es la que Dios quiere, y la que puede llevarnos con toda seguridad a la felicidad eterna?
La doctrina de Cristo, sus milagros, su resurrección de entre los muertos y la sinceridad de los santos apóstoles, sellada con su sangre, son cosas bastante bien garantizadas por la Historia y la experiencia cristiana para que nadie pueda negarlas.
La Iglesia primitiva y otras iglesias
Es cierto que Cristo estableció su Iglesia sobre el fundamento de los apóstoles, pero tienes que llegar a darte cuenta —si no te la estás dando ya a medida que lees el Nuevo Testamento— que aquélla no era la Iglesia Romana, sino una Iglesia muy diferente de ésta, en muchos sentidos y aspectos. Aquella Iglesia Apostólica podía llevar con razón el título de Católica o Universal, porque agrupó en sus principios a todos los verdaderos cristianos, pero tras una enconada disputa acerca de la supremacía de los obispos, se formaron diversas ramas del cristianismo, agrupándose unas iglesias alrededor del obispo de Roma; otras, alrededor del patriarca de Constantinopla, y otras quedaron independientes de una y otra jurisdicción.
Hacer depender la salvación del alma de la adhesión personal a una u otra de estas ramas es el colmo del partidismo y del absurdo. No hay ni una palabra de Cristo que autorice semejante principio. La salvación y perdición del alma, en el Evangelio, se hace depender, no de la adhesión exterior a una iglesia, que nada cuesta, sino de la doctrina que domina la conciencia y la vida.
Cualquier desviación de las enseñanzas recibidas por revelación divina es un pecado grave, del que no sólo las autoridades religiosas, sino cada creyente, somos responsables, desde el momento que nos percatamos de ello.
Por esto, la unidad de la Iglesia es y será imposible en tanto exista alguna desviación de las doctrinas de Cristo; pues el cristiano sincero sacrifica todos los reparos de conveniencia y de tradición ante la pureza de la fe.
Cómo tuvo lugar la transformación del cristianismo
Dos grandes fuerzas obraron en la elaboración del tipo de cristianismo católico-romano. Primeramente, las doctrinas purísimas y evangélicas predicadas por el Divino Maestro y sus apóstoles durante las primeras décadas de nuestra Era.
En segundo lugar, la religión sacerdotal pagana.
Esta mezcla se hizo poco a poco, siendo la principal causa de ello la introducción en la Iglesia de multitudes convertidas sólo de nombre por seguir la corriente del siglo. Estas, echando de menos el fausto y costumbres de sus iglesias paganas, influyeron en la introducción de ritos y ceremonias de su culto a las que se dio un giro y aplicación cristianas. Y lo peor es que no sólo sufrieron merma en el transcurso de los siglos la espiritualidad y sencillez del culto cristiano, sino que la misma doctrina experimentó un cambio trascendental con la invención de nuevos dogmas, como los que en nuestra misma época fueron proclamados después de siglos de discusión entre las más destacadas personalidades del Catolicismo Romano. Tales dogmas son por lo general favorables a los intereses materiales de la Iglesia, pero muy perjudiciales a la pureza de la fe, al crédito de la religión y a la salvación de las almas.
Vamos a considerar algunas de las doctrinas nuevas o modificadas, señalando:
1° Lo que la Iglesia enseña en la actualidad.
2° Lo que dice el Evangelio respecto al mismo asunto.
3° Lo que los santos padres de la Iglesia creyeron y predicaron referente a las mismas doctrinas. El testimonio de los santos padres es abundantísimo, pero no podemos dar sino unas pocas citas para no hacer interminable esta obrita.
Aunque para nosotros lo decisivo en materia de fe son las enseñanzas de la Sagrada Escritura, y no nos apoyamos en testimonio de hombres que pueden equivocarse, por más piadosos que sean, es en gran manera interesante ver lo que creían aquellos santos varones de los primeros siglos para confirmarnos en la fe que debemos poseer.
La contradicción a una creencia o doctrina de parte de cristianos fieles de los primeros siglos es prueba bastante clara de que tal doctrina no pertenecía al legado común apostólico, aunque otros padres la apoyen y defiendan, ya que ciertos errores se originaron bastante temprano en la Iglesia; pero, por lo general, no tuvieron tales errores la aceptación universal de las grandes verdades de la fe, como, por ejemplo, la muerte redentora de Cristo, la resurrección del Señor, su ascensión a los Cielos, y la esperanza de su segunda venida; sobre tales cosas no había discusión entre los cristianos. Tal consentimiento común, apoyando la enseñanza clara del Nuevo Testamento, es lo que los cristianos evangélicos buscamos para reconocer como auténtica y digna de crédito cualquier doctrina de nuestra fe.
1° Lo que la Iglesia enseña en la actualidad.
2° Lo que dice el Evangelio respecto al mismo asunto.
3° Lo que los santos padres de la Iglesia creyeron y predicaron referente a las mismas doctrinas. El testimonio de los santos padres es abundantísimo, pero no podemos dar sino unas pocas citas para no hacer interminable esta obrita.
Aunque para nosotros lo decisivo en materia de fe son las enseñanzas de la Sagrada Escritura, y no nos apoyamos en testimonio de hombres que pueden equivocarse, por más piadosos que sean, es en gran manera interesante ver lo que creían aquellos santos varones de los primeros siglos para confirmarnos en la fe que debemos poseer.
La contradicción a una creencia o doctrina de parte de cristianos fieles de los primeros siglos es prueba bastante clara de que tal doctrina no pertenecía al legado común apostólico, aunque otros padres la apoyen y defiendan, ya que ciertos errores se originaron bastante temprano en la Iglesia; pero, por lo general, no tuvieron tales errores la aceptación universal de las grandes verdades de la fe, como, por ejemplo, la muerte redentora de Cristo, la resurrección del Señor, su ascensión a los Cielos, y la esperanza de su segunda venida; sobre tales cosas no había discusión entre los cristianos. Tal consentimiento común, apoyando la enseñanza clara del Nuevo Testamento, es lo que los cristianos evangélicos buscamos para reconocer como auténtica y digna de crédito cualquier doctrina de nuestra fe.
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viernes, 27 de abril de 2012
LA MUERT E DE ADÁN Y LA NUESTRA: Preguntas dificiles Contestadas a la luz de La Biblia
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En Génesis 2:11 leemos que Dios dijo a Adán: «El día que de él comieres morirás», pero en el cap. 5:5 dice: «Y fueron todos los días que vivió Adán 930 años y murió.» ¿No hay contradicción entre ambos textos? Pues Adán no murió el día que desobedeció a Dios, sino mucho después.
En lugar de haber contradicción tenemos aquí una prueba de la inspiración de la Biblia , pues el hebreo dice
textualmente: «El día que de él comieres muriendo morirás.» Pero como esta traducción literal del hebreo sería un ma l castellano, los últimos revisores de la Biblia de Valera han traducido: «Ciertamente morirás.» Nacar y Colunga (traductor católico) traduce: «infaliblemente morirás». Es decir, Dios advirtió a Adán que si pecaba empezaría a morir desde el mismo día que cometiera la desobediencia hasta el final en que la sentencia quedaría plenamente cumplida. Y esto es lo que nos está sucediendo a todos; que estamos muriendo desde el mismo día en que nacemos, porque nuestra vida se encamina a la vejez y a la muerte. Adán murió legalmente el día que se separó de Dios, que es la fuente de la vida, y engendró una sucesión de seres mortales, o sea condenados a morir .
Afortunadamente esta condición, que nos asemeja a los irracionales, que no se dan cuenta de que el tiempo pasa, produciendo el rechazo a la muerte que todos sentimos, por poseer un alma hecha para la eternidad, queda remediada, cuando por la fe nos unimos de nuevo a Dios por Jesucristo, Dios - Hombre, quien dijo : «Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en Mí aunque muerto vivirá , y el que vive y cree en Mí no morirá eternamente.» Es decir, pasa de la condición de hijo natural de Adán después de su pecado, a la de hijo de Dios a través de la persona de Jesucristo, quien vino a redimirnos, no sólo del pecado del primer Adán, sino también de nuestro propio pecado, al cual tenemos tendencia por nuestra condición pecadora.
Por eso Pablo llama a Jesucristo: «el nuevo Adán». (Véase Romanos 5:12-21.)
textualmente: «El día que de él comieres muriendo morirás.» Pero como esta traducción literal del hebreo sería un ma l castellano, los últimos revisores de la Biblia de Valera han traducido: «Ciertamente morirás.» Nacar y Colunga (traductor católico) traduce: «infaliblemente morirás». Es decir, Dios advirtió a Adán que si pecaba empezaría a morir desde el mismo día que cometiera la desobediencia hasta el final en que la sentencia quedaría plenamente cumplida. Y esto es lo que nos está sucediendo a todos; que estamos muriendo desde el mismo día en que nacemos, porque nuestra vida se encamina a la vejez y a la muerte. Adán murió legalmente el día que se separó de Dios, que es la fuente de la vida, y engendró una sucesión de seres mortales, o sea condenados a morir .
Afortunadamente esta condición, que nos asemeja a los irracionales, que no se dan cuenta de que el tiempo pasa, produciendo el rechazo a la muerte que todos sentimos, por poseer un alma hecha para la eternidad, queda remediada, cuando por la fe nos unimos de nuevo a Dios por Jesucristo, Dios - Hombre, quien dijo : «Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en Mí aunque muerto vivirá , y el que vive y cree en Mí no morirá eternamente.» Es decir, pasa de la condición de hijo natural de Adán después de su pecado, a la de hijo de Dios a través de la persona de Jesucristo, quien vino a redimirnos, no sólo del pecado del primer Adán, sino también de nuestro propio pecado, al cual tenemos tendencia por nuestra condición pecadora.
Por eso Pablo llama a Jesucristo: «el nuevo Adán». (Véase Romanos 5:12-21.)
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sábado, 10 de marzo de 2012
El Nuevo Orden Mundial: Lo que anhela satanas
El G12: Se alinea con el Nuevo Orden Mundial
G12; revelando la realidad acerca del llamado Gobierno de Doce; 2ª parte
Debido a tantas peticiones de información que estamos recibiendo, así
como a las múltiples visitas a nuestra página web en relación al G12;
debido al enorme interés que actualmente tantos tienen por conocer, no
sólo el planteamiento teórico y teológico, sino también las
implicaciones reales y prácticas en las vidas de sus proponentes y
seguidores, nos ha parecido bien volver a hablar sobre esta cuestión,
aportando datos sobre los aspectos filosófico, social,
espiritual/anímico y, como no, escatológico, derivados del así llamado,
Gobierno de los doce.Visiones que producen divisiones
César Castellanos enseña que <<Dios anhela establecer una revolución espiritual en su Iglesia, y cambiar la vieja mentalidad que afecta al cuerpo de Cristo...>> (1) Exponiendo aquí, y en primera instancia la falsedad de esa declaración, ya que nuestro Dios no quiere establecer ninguna "revolución espiritual" en su Iglesia, debemos proseguir diciendo que Castellanos es muy astuto y también osado, en cuanto a pretender hacernos creer que existe esa "vieja mentalidad", la cual utilizando él un término de la Nueva Era, la cataloga como el "viejo paradigma"...y hermanos, ¿quién quiere lo viejo, lo usado, lo obsoleto?... Es un ardid, una técnica de "ventas" puesta en marcha la de Castellanos.
Pero para así hacer, da un ejemplo gráfico, que también otros lo han reproducido de otras maneras similares. Castellanos dice: <<hay que demoler el viejo edificio para poder tener el espacio para lo nuevo, con la Visión del G12 como fundamento>> (César Castellanos; Primera Palabra).
Ese "viejo edificio" es para Castellanos lo que frena esa "revolución espiritual" anteriormente aludida. Es el <<encierro de la Iglesia entre cuatro paredes, entre ritos, dogmas y tradiciones>> (2) ¡Tengamos en cuenta que Castellanos se está refiriendo a la Iglesia cristiana evangélica! Para Castellanos, la solución para "mejorar" la Iglesia, es la "Visión del G12" como fundamento". Una supuesta "nueva" revelación de parte de Dios, que hasta contradice la misma Palabra de Dios, la cual asegura que nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo (1 Co. 3: 11)
A lo largo de estos últimos años, he recibido, en concreto, diferentes testimonios acerca de "visiones" o "profecías" del mismo corte. En definitiva, se trataría de la iglesia de siempre yendo en un vehículo definido (en un tren, en un barco, en un bus) los cuales ya quedaron viejos u obsoletos, y al lado de cada uno, un nuevo vehículo listo para arrancar, que simbolizaría la "Visión del G12 como fundamento" y puesta en acción. Es el mismo ejemplo para definir la misma idea: El G12 o gobierno de los doce es lo que Dios está usando ahora para que <<cada creyente navegue en el río de poder>> (3)
Un pastor del G12 aquí en España, haciendo su presentación de la II Conferencia Ibérica del G12 que se realizó en su congregación, no dudó en declarar lo siguiente (4):
<<...Desde hace más de cuatro años la VISIÓN DEL GOBIERNO DE LOS 12 se extiende por nuestras tierras despertando y renovando a una Iglesia gastada y cargada de viejas costumbres y tradiciones que la frenan notablemente en su propósito eterno de llevar el Evangelio de Jesucristo y extender el Reino de Dios>> (énfasis nuestro)
Francamente, nos quedamos anonadados al leer ese párrafo, y así se lo hice saber al pastor, no dejando de expresarle mi más profunda preocupación.
¿Cómo es posible que se pueda hablar así de la Iglesia? Eso no es sino un insulto a la Obra de Cristo, a Él y a los demás que estamos en la brecha y no compartimos el G12.
No se han dado cuenta todavía que tal "visión" es un engaño sin paliativos que lo que está consiguiendo es causar división allí donde entra, e inflar el ego de sus seguidores. Es una visión que produce división.
Pero para Castellanos, la manera tradicional de hacer iglesia (entiéndase, iglesia evangélica), ya ha llegado a su parada final, y ya es tiempo de que entre en una nueva dinámica; en un "nuevo paradigma". Esa dinámica es el G12. Tal y como lo expone sin ambages: <<Ya es hora de que la Visión corra por toda la tierra>> (Primera Palabra). Castellanos usando el Salmo 19: 4, deja de lado el verdadero significado de lo que dice esa escritura: <<Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras>> y pone en su lugar su "visión" del G12. Es decir, eleva su "visión" del G12 al rango de la misma Palabra de Dios.
1. Hay que demoler lo antiguo...dicen
Es impresionante el entusiasmo que a priori produce la Visión del G12 entre los que la acogen. En su día embelesados por el crecimiento numérico de la M.C.I (Misión Carismática Internacional) de Bogotá, Colombia, llegan a creer la mentira de que <<hay que demoler el viejo edificio para poder tener el espacio para lo nuevo, con la Visión del G12 como fundamento>> (César Castellanos; Primera Palabra).
¡Hermanos, que quede claro que esto es enseñanza de la Nueva Era! De acorde a las enseñanzas del movimiento de la Nueva Era, para que se pueda entrar en el "nuevo paradigma", se debe abandonar el "viejo paradigma".
Castellanos ha llegado a hacer creer a muchos pastores y creyentes en general que <<si quieren que haya multiplicación, no pueden seguir en el viejo paradigma>> (César Castellanos; Primera Palabra), y que adoptando el "nuevo paradigma", y sólo así, el Espíritu Santo <<pondrá nuevos fundamentos para un crecimiento sin precedentes>> (Ibid). ¡Qué blasfemia usar aquí el bendito nombre del Espíritu Santo!
Pero Castellanos lo argumenta con gran rotundidad, cuando dice: <<Implementar el modelo de los doce, implica abandonar lo tradicional...el crecimiento está garantizado si se aborda con fe>> (5) Sin ambages nos está prometiendo que nuestras iglesias crecerán, una vez abandonemos el "viejo paradigma"; es decir, la forma tradicional de hacer iglesia; de hacer iglesia evangélica se entiende, poniendo fe en su propuesta, cual es, <<la Visión del G12 como fundamento>>
¡Qué triste que tantos hermanos queridos hayan llegado a ser contaminados por esta falacia, y sin percatarse de ello!
Nuevo paradigma: Nueva unción
Y eso es porque quieren "algo nuevo", que llene sus almas de nuevas emociones y desafíos. Muchos han llegado a convertirse en buscadores de novedades espirituales, convenciéndose de que Dios está enviando una "nueva unción", un segundo Pentecostés, que no está siquiera registrado en la Biblia; y no se lo quieren perder.
Ya no les satisface más el simple estudio y enseñanza de la Palabra; necesitan llenar el vacío espiritual/emocional que sienten con "algo nuevo"; es decir, con un "nuevo paradigma". El G12 les ha parecido a muchos, ser un buen antídoto para ese síndrome de ansiedad espiritual; por esa razón, no han vacilado en entregarse de pleno a ello, con todas las consecuencias.
El G12, cala sobretodo en todos aquellos, que están insatisfechos; que tienen, o bien una gran carencia emocional, o bien una ambición desmedida por conseguir reconocimiento; sea personal, ministerial, etc.
2. Trabajo arduo
Y no obstante, el sistema G12 tiene numerosos estándares muy estrictos. La carga que se impone a la gente es enorme. Para ser parte de la Visión, se espera del individuo que esté totalmente dedicado a la misma, en cuerpo, alma y espíritu.
Deberá asistir a la célula una vez por semana; ir a los "preencuentros", a los "encuentros", y a los "pos-encuentros"; asistir a la "escuela de líderes" una vez por semana; asistir a las reuniones especiales con el líder, y a la del líder del líder. Reuniones de hombres, reuniones de mujeres; actividades de tipo social en el contexto de su célula. Aparte las reuniones normales, evangelismo, culto dominical, etc. etc.
En cuanto a la famosa "escuela de líderes", se realiza una vez por semana, durante doce semanas (constando de tres niveles). Si por la razón que sea, no se asiste a tres de esas doce reuniones semanales, le es obligatorio al candidato volver a repetir el curso entero de nuevo.
Para el adepto, toda la semana está absolutamente llena de obligaciones religiosas, las cuales no puede dejar de lado si quiere permanecer en la Visión...fiel a la Visión; atado a la Visión; semana tras semana; mes tras mes... La Visión llega a ser el dios al que ha de servir.
La vida del discípulo del G12 está regida por una disciplina casi espartana y una sumisión total al líder inmediato, sin tener la opción de acudir al pastor de la congregación, el cual es poco menos que inalcanzable, en la mayoría de los casos.
¿El trabajo os hará libres?
Nos preguntamos, ¿Por qué tanto trabajo y obligación? Aunque dicen que las comparaciones son odiosas, todo esto me hace recordar la leyenda que colgaba del campo de concentración nazi de Auschwitz, que decía: "El trabajo os hará libres". Era una manera de seducir y engañar a los presos allí, pretendiendo hacerles creer que su dignidad como personas iba a acrecentarse, en la medida en que se involucraran en el trabajo duro y despiadado al que eran sometidos. No era sino una mentira y manipulación diabólicas.
Sin palabras
Vemos el mismo principio en cuanto a lo que estamos tratando aquí.
Vemos que a través de la mucha ocupación y disciplina, se pretende
dominar al individuo, controlándole a través de la mucha tarea entre
otras cosas, para que llegue a encajar a la perfección en el "modelo"
G12, haciéndole creer que a causa de su compromiso ejemplar con el
sistema, está subiendo en categoría espiritual respecto a los demás
cristianos que no están bajo las siglas del G12. No obstante, lo que
sube no es otra cosa sino su orgullo espiritual.Y abundando en ello, Castellanos reitera, ejemplificándolo así: <<No hay una sola persona involucrada en un equipo de doce que no quiera crecer, es más, al ver que otros crecen, se siente impulsada a lograr sus propias metas de multiplicación, para no quedarse atrás>> (6) Y como el mismo Castellanos dice en otra parte de su libro, <<todo ello genera una "sana competencia" entre los líderes de célula, para llegar a tener más células>>. Esto no es más que incentivar el ego personal, y la ambición y codicia de almas, propio de los sistemas piramidales de ventas, tipo Anway.
Todo este esfuerzo para hacer creer lo increíble, es parte de un plan meticulosamente trazado por mentes especializadas, con el fin de obtener la obediencia y sumisión requeridas del individuo, ¿Con que fin? Lo veremos más adelante.
El entontecer la conciencia y acallar el alma del adepto, haciéndole desconectar de la realidad que le rodea, aun la familiar; haciendo de él un fanático, es la meta a corto plazo; haciendo de él un esclavo de la libertad que le prometen por haber abrazado la Visión, llegándose, no obstante, a cumplir a cabalidad las palabras proféticas del apóstol Pedro, cuando dijo: <<Hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción>> (2 Pedro 2: 18, 19)
Caldo de cultivo para las herejías
Además, de esa manera, es muy fácil llegar a introducir nuevas doctrinas heréticas en las mentes acostumbradas a obedecer y a someterse sin rechistar, de ese modo las ovejas del G12 están obligadas a comer todo lo que se les da. No hay posibilidad ni libertad para cuestionar nada, y el control sobre el individuo es la constante. El abuso, por tanto, es evidente. A continuación trascribo lo expresado por un ex líder del G12: <<He tenido la "oportunidad" de haber pertenecido a esta visión durante 6 años...fui líder de jóvenes, ministro de alabanza, ministré en los "encuentros", fui maestro en las "escuelas de líderes"...se anunció hace unos meses que Castellanos está trabajando en una especie de "manual de interpretación de la Biblia" aplicada al g12... Por tanto, en un par de años, ya no se leerá más la Reina Valera, sino la Biblia de Castellanos!>> (7)
3. ¡Líderes; líderes; líderes!
Según César Castellanos, <<cada uno es un líder potencial...cada uno vendrá a ser un líder, y liderará su propia célula abierta. Cada uno es ministrado y cada uno llega a ser un ministro>> (El corazón de la visión). La palabra líder junto con la palabra visión, es una de las más sonadas en el mundillo G12.
Y no obstante, en ningún lugar de la Biblia (Reina Valera) se encuentra el sustantivo líder como tal; y en la versión inglesa (King´s James) aparece solamente tres veces, y de forma exclusiva en el Antiguo Testamento (1 Cr. 12: 27; 13: 1; Is. 55: 4).
Por otra parte, la Biblia no me enseña que debemos hacer de cada creyente, un líder. En cambio, sí me enseña que cada creyente debería ser un discípulo de Cristo. La palabra líder difiere de la de discípulo. Un discípulo, (matethes en gr.), es un aprendiz, un seguidor de Cristo en este caso, un servidor de Cristo, mientras que el concepto de líder conlleva en sí mismo un fuerte cariz de autoridad.
La palabra "líder" es un anglicismo, y según el diccionario general de la Lengua Española, significa "dirigente", "jefe". Así pues, entendemos que un líder es alguien a quien en mayor o menor grado se le atribuye autoridad. Esa autoridad no es necesariamente la autoridad espiritual que tenemos todos los santos (Lc. 10: 19; Ef. 6: 12), sino una supuesta "autoridad" sobre los demás creyentes.
La posibilidad de tener autoridad y poder sobre los demás es algo que no debiera ser propuesto por ningún verdadero siervo de Dios, ya que con ello, sólo se consigue alentar la carne del individuo, exaltando su ego. Y sin embargo, Castellanos, de forma vehemente, lo enseña así: <<Cuando alguien descubre el poder y la autoridad que pueden ser desarrollados siendo líder de doce personas, entonces se preocupa por capacitarse, comprometerse, y por conseguir también sus doce>> (8) Vemos que la motivación aquí no es la de servir, sino la de tener "poder y autoridad" sobre las personas, trabajando para conseguirlas, siendo guiado por un espíritu de codicia de almas. Claramente Castellanos enseña que la finalidad de cada creyente del G12 es la de llegar a dominar (poder y autoridad) como mínimo, a los doce de su célula.
Este "nuevo paradigma" contradice abiertamente lo enseñado por el mismo Señor Jesucristo cuando dijo: <<Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos>> (Mateo 20: 25-28)
A. ¿Todos son líderes?
Pero, ¿es esto verdad?, ¿es verdad que cada uno tiene que ser un líder? Si todos son líderes, ¿quiénes serán los liderados? Pero la cuestión aquí es mucho más profunda y mezquina; y me explicaré en un instante.
Primeramente, se nos presenta la premisa de que los líderes son los representantes de Dios, y que por lo tanto hay que obedecerles sin cuestionar sus veredictos. El Pastor Víctor Pino Gamboa, disertando sobre el Carismatismo, dice acerca de la cuestión: <<Existe la tendencia a hacer mal uso del poder, pues los líderes de mayor rango asumen posturas dictatoriales; "son los ungidos de Dios, los intocables">> (9)
Esto, nos recuerda al más recalcitrante catolicismo romano, donde tienen a su papa que es considerado infalible cuando habla ex cátedra.
De hecho, se transmite un "temor al líder", por encima del temor a Dios, haciendo que los adeptos al G12 tengan más presente la opinión y dictado de su líder inmediato (¡y qué decir de los líderes superiores!), que lo que la Palabra enseña. En la práctica, eso es así. También veremos un ejemplo de esto más adelante.
Por supuesto, que la inmensa mayoría de los discípulos del G12 no se percatan de todo esto; están bajo el influjo y el dominio del espíritu del G12, y no se dan cuenta, porque en su momento llegaron a creer el embuste de que es necesario que la Iglesia se organice de a doce, habiendo aceptado, por tanto, la autoridad de todos los líderes que tienen por encima.
¿Está César Castellanos tomando el lugar de Cristo?
A priori este encabezamiento podría sonar a flagrante ataque contra dicho varón; y sin embargo, no es así, como veremos en un instante. Pero, antes que nada, prestemos atención a lo que dice el evangelista Jorge Rashke: <<...se darán cuenta del énfasis de "gobierno de la iglesia" que tienen estos grupos. Muchos de ellos piensan y enseñan que estos nuevos profetas y apóstoles son los que tienen autoridad y que están siendo usados para instituir la verdadera estructura de gobierno de la iglesia en esta generación, y obviamente habrá una nueva cepa y casta de líderes>> (10)
Esta declaración de Rashke, tan verdadera, ya ha quedado corta después de prestar atención a los nuevos acontecimientos que se están produciendo en ciertos sectores del neopentecostalismo y la carismatía (llámesele aquí G12).
De tal manera el espíritu de la apostasía está avanzando en estos últimos días, que ha llegado a un punto, que la lealtad que se profesa al líder principal en los círculos del G12, no tiene parangón en la historia de la Iglesia, llegando, en este caso, a poner a César Castellanos en el lugar de Cristo Jesús. ¿Exageramos? No, por cierto.
Esto es lo exclamado por uno de sus líderes: <<Nuestro líder César Castellanos; César el Ultimo instrumento que Dios envió para llevar la verdad al Mundo, Lo ha tomado como tomó a Cristo, para llevar su mensaje hace 2000 años atrás , podemos decir que nuestro líder esta haciendo lo que Cristo haría, si estuviera en la tierra. El está tomando el lugar de Cristo, para llevar el mensaje de la Cruz, ya que hay líderes que no se han atrevido a tomar su lugar por llamarlo herejía...>> (11) (y por supuesto que lo es; añadimos).
Yendo en contra de la Palabra
La Palabra de Dios nos enseña que no debemos ser contenciosos, ni querellosos; y menos aún con los hermanos en la fe: <<El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad>> (2 Timoteo 2: 24, 25)
Pues aquí es donde voy a dar el ejemplo que comenté iba a dar un poco más arriba, acerca del hecho de que los seguidores del G12 llegan a tener más presente la opinión y dictado de su líder, que lo que la Palabra enseña. El mismo autor de la cita anterior, que no es otro, sino el director del Movimiento de la Juventud del G12 del Sur de Florida (E.U.A.), exclamó lo siguiente refiriéndose a los hermanos en la fe que nos oponemos al G12:
<<Aquí presentamos una lista de las personas que hay que atacar y terminar con sus ministerios, cueste lo que cueste, aunque sea la cárcel. [Somos] una juventud extremista por la Visión de Cristo y de César Castellanos; revolución espiritual>> (12)
Lejos siquiera de cualquier planteamiento pretendidamente cristiano, más nos recuerda esto a la mafia y a sus listas negras. ¿Dónde está aquí el Espíritu de Cristo? ¡Juzguen por Vds. mismos!
B. ¿Qué se pretende con todo este lavado de cerebro?
Pero, ¿por qué toda esa molestia de preparar tanto supuesto líder, motivando a todos y a cada uno a serlo, aun y sin tener de parte de Dios necesariamente el llamamiento? Recuerden que previamente dije que la razón es más profunda y escabrosa de lo que pudiera parecer.
A través del exhaustivo adoctrinamiento que se hace acerca de la sumisión al líder, se va creando una conciencia de sumisión al hombre, antes que al Espíritu de Dios. La sumisión al líder, viene a ser algo natural una vez se ha aceptado la Visión, y habiendo previamente recibido la impartición del "espíritu de la Visión". No es otra cosa sino un lavado del alma.
Sistema piramidal; sistema de control
Con todo ello, lo que se pretende es crear toda una red, o mejor expresado, toda una pirámide, que partiendo de su vértice superior, vaya paulatinamente bajando hasta la base de la misma. Toda una estructura jerarquizada, donde, partiendo del líder principal, se va confeccionando un tejido de líder-liderado-líder, etc. que lo abarque todo. Todo está bajo el perfecto control del líder principal a través de toda una cadena de mando; una iglesia jerarquizada, que nada tiene que ver con el espíritu de la Iglesia de Jesucristo.
Es mentalizar al pueblo de Dios, utilizando el concepto secular de líder, de manera que nos venga a sonar familiar el asunto. La meta a priori es que los cristianos no se asusten cuando se hable de gobierno, es decir, de jerarquía. La palabra líder, con su significado implícito, ha venido a ser tan extremadamente usada, que ayuda a que los cristianos acepten por simpatía lo que se está preparando. Es parte del plan.
C. El objetivo final
Se ve claramente que lo que se persigue, como meta final, es pretender llevar a la Iglesia a ser parte del "Nuevo Orden Mundial" que ya se está gestando, y está casi listo para ser manifestado en este mundo. Este es el objetivo del diablo.
El enemigo de nuestras almas está arduamente trabajando en una misma dirección, que tiene dos ramificaciones que van en paralelo. Por una parte, pretender que muchos cristianos genuinos, por haber sido engañados y seducidos por un falso espíritu a través de falsos líderes, lleguen a apostatar, o al menos, a no ser "tenidos por dignos de escapar de las cosas que vendrán" (Lc. 21: 36), y no sean entonces arrebatados cuando venga el Señor.
Esto nos lleva a un segundo punto: El diablo está trabajando a través de los falsos líderes para levantar su falsa iglesia mundial, la iglesia del Falso Profeta (Ap. 13), por cierto, a un ritmo veloz. Para ello está obrando de dos maneras también:
(1) Implementando un sistema jerarquizado, utilizando entre otros, sistemas de gobierno como el G12;
(2) Trabajando en las mentes de los creyentes que se someten a esos líderes, entre otras cosas, creándoles la necesidad de dependencia de ellos a través de sus líderes inmediatos, llegando a creer sin duda ninguna en lo que enseñan, como verdad de Dios.
Esto es lo que en realidad es la "Visión" , y para asistirla y potenciarla, está el "espíritu de la Visión".
Podríamos entenderlo mejor según el siguiente cuadro:
Concluyendo
al magisterio de la Biblia: <<Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas que te hacen divagar de las razones de sabiduría>> (19: 27)
Las bases para el levantamiento de la falsa iglesia del Falso Profeta están más que solidificadas ya. Mientras muchos creyentes esperan el momento de establecer el Reino en esta tierra en este tiempo y sin Cristo presente, siguiendo las directrices del G12, entre otras, muchos otros cristianos, (y oramos y trabajamos para que seamos muchos más), estamos esperando la venida del Señor, mientras queremos seguir guardando los mandamientos de Cristo (Jn. 14: 15)
Notas:
- 1. César Castellanos; Liderazgo de éxito a través de los doce, pág. 394
- 2. Ibid.
- 3. Ibid; págs. 394-395
- 4. Pr. Luis García; presentación de la II Conferencia Ibérica en Tarragona, España.
- 5. César Castellanos; Liderazgo de éxito a través de los doce, págs. 246, 247
- 6. Ibid; págs. 151; 152
- 7. Testimonio de un ex militante del G12.
- 8. César Castellanos, "Liderazgo de éxito a través de los doce", pág. 152
- 9. Pastor Víctor Pino Gamboa, en su disertación "¿Qué es el Carismatismo?"
- 10. Jorge Rashke; Estudio del Movimiento G-12 (Gobierno de 12)
- 11. Misiva de Rolando Vestucci Rincón, presidente del Movimiento de la Juventud del G12 Sur de Florida.
- 12. Ibid.
Aporte:
Castillo Fuerte
en
18:41:00
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