La Biblia Que Leyó Jesús: Leer Para Capacitarse y Enseñar
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 11MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Preparación Ministerial
Información
Prefacio 9
1. ¿Vale la pena el Antiguo Testamento? 17
2. Job: Ver en la oscuridad 47
3. Deuteronomio: Un tanto agridulce 77
4. Salmos: Espiritualidad en cada tono 109
5. Eclesiastés: El final de la sabiduría 143
6. Los Profetas: Dios responde 171
7. Ecos adelantados de una respuesta final 199
1. ¿Vale la pena el Antiguo Testamento? 17
2. Job: Ver en la oscuridad 47
3. Deuteronomio: Un tanto agridulce 77
4. Salmos: Espiritualidad en cada tono 109
5. Eclesiastés: El final de la sabiduría 143
6. Los Profetas: Dios responde 171
7. Ecos adelantados de una respuesta final 199
Después de un capítulo en que introduzco el Antiguo Testamento como un todo, he elegido una muestra de cada una de sus secciones principales: historia, profetas, poesía y literatura de sabiduría.
¿Por qué estos libros en particular? Oswald Chambers dijo una vez que los Salmos nos enseñan cómo orar; Job nos enseña cómo sufrir; el Cantar de los Cantares de Salomón nos enseña cómo amar; los Proverbios nos enseñan cómo vivir; y Eclesiastés nos enseña cómo disfrutar. ¡Desearía tener una confianza tan clara sobre lo que espero de la Biblia! Creo que hice mis selecciones -Job, Deuteronomio, Salmos, Eclesiastés y los Profetas- debido a mis propias dudas y luchas, no porque espero que esos libros me enseñen los secretos de la vida.
¿Por qué estos libros en particular? Oswald Chambers dijo una vez que los Salmos nos enseñan cómo orar; Job nos enseña cómo sufrir; el Cantar de los Cantares de Salomón nos enseña cómo amar; los Proverbios nos enseñan cómo vivir; y Eclesiastés nos enseña cómo disfrutar. ¡Desearía tener una confianza tan clara sobre lo que espero de la Biblia! Creo que hice mis selecciones -Job, Deuteronomio, Salmos, Eclesiastés y los Profetas- debido a mis propias dudas y luchas, no porque espero que esos libros me enseñen los secretos de la vida.
Esos libros en particular han sido compañeros en mi trayectoria. En ellos descubro quién soy, y por esa razón he escrito sobre ellos de una manera personal y subjetiva, y no analítica.
«Como las niñeras comúnmente hacen con los niños, Dios acostumbra, hasta cierto punto, a "balbucear" cuando habla con nosotros», dijo Juan Calvino. Especialmente en el Antiguo Testamento,
Dios «balbuceó». Habló en un idioma que pudieran comprender, Dios gradualmente movió a su pueblo hacia un camino diferente.
Dios «balbuceó». Habló en un idioma que pudieran comprender, Dios gradualmente movió a su pueblo hacia un camino diferente.
Tomó la posición del oprimido y prometió un Siervo Sufriente que los redimiría, no como a los petpetradores, sino como a las víctimas de la violencia. Por cierto tiempo permitió una conducta que él desaprobaba, «por la dureza de su corazón». Mientras tanto, aunque algunas veces en zigzag, los largos vectores de la historia señalaban de una manera constante hacia su Hijo, Jesús, la última revelación de Dios en forma humana. EnJesús Dios ya no balbuceaba; la Palabra habló claramente.
Quisiera explorar estas materias más a fondo, pero no aquí. Este no es un libro de respuestas sino de preguntas que traigo al Antiguo Testamento, un conjunto de escrituras tan desconcertantes, exaspe-
rantes, y que extrañamente satisfacen como la vida misma.
En nuestra época, dice un historiador de la Iglesia. los liberales sociales han tratado de recobrar los Evangelios; los de Pentecostés, el libro de los Hechos; y los evangélicos, las Epístolas.
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