Prepárate para el Evangelismo: Manual Práctico de Evangelismo - Samuel Vila
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 1.5MBytes | 208 páginas | Idioma:Spanish | Categoría: Evangelismo
Información
Índice
Introducción ……………………………… 7
Parte 1
Evangelismo práctico
I. El evangelismo en la Iglesia … ………… 14
II. El evangelismo en reuniones sociales de la Iglesia 25
III. Conferencias en lugares públicos … … … 36
IV. El evangelismo personal ……………… 43
V. Un puesto en los mercados públicos … … 51
VI. La prestación de libros ……………… 58
VII. El método de la encuesta … … … … … 65
Parte 2
Diálogos evangélicos
I. Cómo responder a los ateos …………… 756
II. Cómo responder a los escépticos ……… 82
III. Cómo tratar a los que creen en Dios y en Cristo, pero no comprenden el plan de Salvación 104
IV. Cómo presentar el evangelio a los católico-romanos 116
V. Cómo tratar a los que reconocen que deben volverse a Dios, pero ponen excusas 129
VI. Cómo tratar a los que rehúsan la ayuda de las iglesias para ser cristianos? 137
VII. Cómo discutir con los testigos de Jehová …146
VIII. Cómo tratar con los espiritistas, y los partidarios de religiones orientales 160
IX. Cómo conversar con los mormones … … 178
X. Cómo presentar el evangelios a los niños …183
Un joven nos explicó que había trabajado durante años con un compañero a quien nunca habló del evangelio ni le dio a conocer su condición de cristiano. Años más tarde encontró a ese compañero de trabajo en una reunión conjunta de varias iglesias, y le saludó con alegría, manifestándole su satisfacción.
«Sí –contestó el recién convertido–, pero yo podía haber sido cristiano desde hace mucho más tiempo si tú me hubieses hablado de estas cosas: Yo había podido ser un discípulo tuyo y un miembro de la iglesia a la cual tú perteneces.»
El joven cristiano se sintió gozoso pero abochornado por su falta de decisión para hablarle de Cristo, al suponer que su amigo no habría hecho caso de su testimonio, o se habría burlado de él.
En el conocido himnario llamado Songs & Solos hay la conmovedora historia de un enfermo que después de haber sido amonestado por mucho tiempo a aceptar a Cristo, lo recibió por fin, un mes antes de su muerte. Su gozo e interés por las cosas del Señor mostraron que se trataba de una conversión real, sin embargo pocas horas antes de fallecer apareció una nube de tristeza en su rostro. Cuando le reiteraron que Cristo es un Salvador fiel que cumple sus promesas y no debía temer la muerte, éste respondió: «Yes I know that he saves me now, but shall I go an empty handed?» (Sí, yo sé que Él me salva, pero ¿he de ir con las manos vacías?). Esto dio lugar a que un creyente poeta y músico escribiera el famoso himno, basado sobre esta frase
que ha sido popular por mucho años en los países de habla inglesa. ¡Cuántos cristianos mueren con las manos vacías!
El ministerio de Cristo nos da un alto ejemplo de trabajo personal. Sus enseñanzas más profundas fueron dadas, no a multitudes, sino a individuos. A cierto escriba desconocido le declaró cuál era el más grande mandamiento: «Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo»; a una mujer pecadora cuyo nombre ignoramos, y sólo nos es conocida por la región donde vivía, proclamó Jesús el gran principio de la adoración espiritual. A Nicodemo le explicó en privado el gran secreto del Nuevo Nacimiento.
El doctor Torrey hace una lista de las ventajas de la labor personal como sigue:
•Todos pueden hacerla (aun sin haber tenido estudios de teología).
•Se puede hacer en cualquier lugar (no necesita un púlpito y un auditorio).
•Se puede hacer en todo tiempo (no a horas determinadas, unas pocas veces por semana).
•Es el que da mejor al blanco. (Porque se puede apreciar la reacción de las personas a quienes nos dirigimos y variar la exhortación según entendemos ser conveniente, lo que el predicador en el púlpito no puede conocer, ni hacer.)
El pastor Guillermo Gratzig en su buen libro Urbanevangelización (un nombre inventado por él para significar
la evangelización de las grandes ciudades), dice: «Todos nuestros programas procuran que la gente venga. Que la gente venga a la Iglesia, que los vecinos vengan al culto, que los inconversos vengan a Cristo, que los hermanos vengan a la asamblea, y que también vengan al pic-nic.
Tendemos a medir el éxito y el crecimiento, no por el número de personas que reciben un testimonio personal, o que aceptan a Cristo, sino por el número de asistentes que vinieron a la iglesia».
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