domingo, 3 de julio de 2011

Las Creencias Religiosas en Estados Unidos de América: Un Estudio para la labor Misionera

 

Principales afiliaciones religiosas en Estados Unidos

Fuente informativa: La Encuesta del Panorama religioso  del Foro Pew
Casi todas las religiones del mundo se practican actualmente en Estados Unidos.
La tradición estadounidense de tolerancia religiosa y constitucional que protege la libertad de culto, ha hecho de la vida religiosa en Estados Unidos una de las más diversas y vibrantes del mundo. Un nuevo estudio realizado por el Foro Pew sobre Religión y Vida Pública encontró que 78 por ciento de más de 35.500 encuestados se clasificaron como cristianos, cinco por ciento pertenecen a otras religiones y 16 por ciento no estan afiliados con una religión específica.
Los miembros de las iglesias evangélicas protestantes constituyen el grupo religioso más grande en Estados Unidos (26 por ciento de la población), seguidos por los católicos (24 por ciento) y los protestantes tradicionales (18 por ciento).
Evangélicos protestantes
Las iglesias y grupos religiosos evangélicos tienen sus raíces en el movimiento renacentista protestante del siglo XVIII, un periodo de intensa actividad religiosa, especialmente en Estados Unidos e Inglaterra.
La Encuesta del Panorama Religioso en Estados Unidos del Foro Pew, indica que “las iglesias que son parte de la tradición evangélica protestante comparten varias creencias religiosas
  • (tales como la convicción de la aceptación personal de que Jesucristo es la única ruta hacia la salvación),
  • prácticas (tales como un hincapié en convertir a otras personas a su religión),
  • y orígenes (que incluyen movimientos separatistas en contra de instituciones religiosas establecidas)”.
  • Los evangélicos hacen hincapié en la experiencia personal religiosa, la conversión individual, el estudio de la Biblia, el papel de los laicos en la expansión de los principios religiosos y la necesidad de practicar la moral religiosa en la vida pública.
  • Los grupos evangélicos más grandes en Estados Unidos son los bautistas evangélicos, los pentecostales y los evangélicos sin denominación.
Católicos
Estados Unidos tiene la tercera población católica más grande del mundo (después de Brasil y México).
El catolicismo es la religión tradicional de la mayoría de los estadounidenses de origen latino, italiano, irlandés y polaco.
La Encuesta del Panorama Religioso indica que “la proporción católica de la población de personas adultas en Estados Unidos se ha mantenido constante en décadas recientes, en alrededor de 25 por ciento”.
Aproximadamente un tercio de los encuestados que crecieron siendo católicos, no practican más esa religión. Sin embargo, esta cifra se ha compensado parcialmente por inmigrantes católicos, provenientes particularmente de América Latina.
La iglesia tiene su origen en Jesús y los Doce Apóstoles. Considera a los obispos de la iglesia como los sucesores de los apóstoles, y al Papa en particular como al sucesor de San Pedro.
La misión principal de la Iglesia Católica es la de expandir el mensaje de Jesucristo, que se encuentra en los cuatro Evangelios de la Biblia y administrar los rituales de la iglesia llamados sacramentos. El catolicismo romano es actualmente la iglesia singular más grande en Estados Unidos.

Protestantes tradicionales
La Encuesta del Panorama Religioso, al destacar la diversidad del protestantismo estadounidense, describe las iglesias de la corriente principal de la tradición protestante como que comparten “un punto de vista menos excluyente de salvación” que el estricto hincapié de los evangélicos en la aceptación personal de Jesucristo.
Las iglesias protestantes tradicionales, que se desarrollaron como resultado del movimiento de Reforma Protestante del siglo XVI en Europa, tienen “instituciones religiosas establecidas desde hace mucho tiempo” y hacen “un fuerte hincapié en la reforma social”, subrayó la encuesta.
Las iglesias protestantes tradicionales más numerosas en Estados Unidos son las metodistas, luteranas, presbiterianas tradicionales y bautistas tradicionales. Estas iglesias tienden a aceptar la posición ecuménica (creencia en la unidad cristiana) y participan con frecuencia en organizaciones interconfesionales e interreligiosas, tales como el Consejo Nacional de Iglesias y el Consejo Mundial de Iglesias.
Aproximadamente la mitad (51 por ciento) de los miembros de las iglesias protestantes tradicionales tiene por lo menos 50 años de edad.
Iglesias Históricamente Negras
Después de que la esclavitud fue abolida en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, los cristianos afro estadounidenses comenzaron a establecer sus propias iglesias para fortalecer sus comunidades, escapar de la discriminación y practicar su culto en sus maneras propias y culturalmente distintas.
Esas iglesias se convirtieron rápidamente en las principales instituciones sociales, culturales y políticas de la comunidad afro estadounidense. Pastores y predicadores negros, como Martin Luther King Jr., entre otros, desempeñaron un prominente papel durante el movimiento de los derechos civiles de la década de 1960.
En la actualidad, muchas iglesias históricamente negras continúan combinando funciones religiosas y comunitarias, al igual que fomentan formas únicas de culto y expresión espiritual. Las más numerosas entre las iglesias cristianas negras son las iglesias bautistas negras, que están organizadas en la Convención Nacional Bautista, y las iglesias metodistas negras.
Judíos
Aun cuando los judíos se han venido estableciendo en Estados Unidos desde la época de las Colonias, la mayoría vino de Alemania y Europa Oriental en el siglo XIX, trayendo consigo diversas costumbres religiosas y formas de piedad características de esas regiones.
El día de hoy, la mayoría de los estadounidenses de origen judío practican la corriente de Reforma del Judaísmo desarrollada en Estados Unidos en el siglo XIX.
Otras dos corrientes principales de judaísmo – conservadora y ortodoxa – ocupan, respectivamente, el segundo y tercer lugar. Más de 40 por ciento de los judíos estadounidenses viven en el Noreste, aunque una cifra significativa de comunidades judías se encuentra también en la Florida, California y los centros urbanos más grandes de Estados Unidos.
Mormones
La Iglesia Mormona, conocida oficialmente como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, fue fundada en el estado de Nueva York en 1830.
De acuerdo con su fundador, Joseph Smith, el ángel Moroni le entregó las Tablas de Oro que contenían el Libro del Mormón, que junto con la Biblia es la base de la religión mormona. Después de que Smith fue asesinado por una multitud en 1844, su socio más cercano, Brigham Young, llevó a miembros de la iglesia a través del continente hacia Utah, que todavía es la sede principal de la comunidad mormona.
Como resultado de los activos esfuerzos misionarios, la iglesia se ha esparcido en Estados Unidos y en el extranjero. Los mormones conforman aproximadamente 61 por ciento de la población de Utah y 1,7 por ciento de la población total de Estados Unidos.
Budistas
Los estadounidenses fueron expuestos primero al Budismo después de la Fiebre del Oro de California, cuando un gran número de inmigrantes de China empezaron a arribar en Estados Unidos. El primer templo budista fue construido en San Francisco en 1853.
Actualmente, el budismo permanece como la religión tradicional de una gran porción de estadounidenses de origen asiático, pero también ha desarrollado una cantidad significativa de miembros entre las personas que no son de origen asiático que se han convertido a esta religión.
El budismo ha sido estudiado por varios filósofos, escritores y artistas estadounidenses. En la actualidad, la mayoría de los budistas estadounidenses viven todavía en la zona occidental, especialmente a lo largo de la Costa Oeste, donde se encuentran varias prominentes escuelas y universidades budistas estadounidenses.
Tres cuartas partes de los budistas de Estados Unidos, nacieron en Estados Unidos; muchos se han convertido de otras religiones. Constituyen el 0,7 por ciento de la población.
Musulmanes
El primer musulmán en América del Norte que la historia registra, fue el explorador español de inicios del siglo XIV de origen berebere, Estevánico de Azamor.
Los registros históricos muestran también que muchos esclavos africanos que fueron traídos al continente americano, eran probablemente musulmanes.
Durante los últimos cien años, la población musulmana de Estados Unidos ha crecido de manera constante, como resultado de la inmigración y de personas que se han convertido a esta religión. Se calcula que un tercio de los musulmanes estadounidenses son afro estadounidenses que se han convertido al Islam, y la mayoría de los otros dos tercios, son inmigrantes.
De acuerdo con la Encuesta, los musulmanes forman aproximadamente 0,6 por ciento de la población adulta de Estados Unidos. La encuesta señaló que los sunnis conforman la mitad del total, mientras que el resto está formado por shiítas y personas que no tienen una denominación específica. La mayoría de los musulmanes estadounidenses viven en el Sur y en el Noreste.

Hindúes
La emigración hindú hacia Estados Unidos era difícil de calcular antes de la Ley de Inmigración y Naturalización de 1965 (Ley Hart-Celler), pero probablemente era muy limitada.
Actualmente, existen comunidades hindúes a través de Estados Unidos y una cantidad numerosa de líderes religiosos hindúes viven o visitan Estados Unidos. El primer templo hindú en América del Norte fue el Templo Sri Venkateswara en Penn Hills, un suburbio de Pittsburgh, consagrado en 1976.
El templo recibe hasta 100.000 peregrinos cada año. Otro prominente templo hindú es el Templo Malibu, construido en 1981 cerca de la ciudad de Malibu en el estado de California. Los elementos del saber popular hindú se han incorporado a la corriente de cultura estadounidense, como lo demuestra la popularidad del yoga, la meditación y otras técnicas de autoaprendizaje y superación personal que tienen sus raíces en la filosofía hindú.
Los hindúes representan el 0,4 por ciento de la población de Estados Unidos, y 86 por ciento son nacidos en el extranjero.

La Religion En Mexico: Un estudio para Meditar





 

INFLUENCIA DEL CLERO EN LA POLÍTICA:  La Guerra Cristera
El Estado mexicano es oficialmente laico. La separación entre las instituciones religiosas y la administración política de la nación quedó consagrada en la Constitución de 1857, y fue ratificada en la constitución vigente. La constitución de 1824 declaraba que la religión oficial de la República sería la católica, y Morelos señalaba que no debería haber tolerancia para ninguna otra. A partir de la segunda mitad del siglo XX, inició un proceso de introducción de credos diferentes al católico.

La década de 1920 fue marcada por un conflicto religioso conocido como la Guerra Cristera, en la cual muchos campesinos alentados por el clero se enfrentaron al gobierno revolucionario que había decidido poner en vigencia las leyes constitucionales de 1917. Entre las medidas contempladas por la Carta Magna estaban la supresión de las órdenes monásticas y la cancelación de todo culto religioso. La guerra concluyó con un acuerdo entre las partes en conflicto (Iglesia Católica y Estado), por medio del cual se definieron los respectivos campos de acción.

EL ESTABLECIMIENTO DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA
Hasta la mitad de la década de 1990, la constitución mexicana no reconocía la existencia de ninguna agrupación religiosa. En 1993 fue promulgada una ley mediante la cual, el estado les concedía personalidad jurídica como Asociaciones religiosas. Este hecho permitió el restablecimiento de relaciones diplomáticas con el Vaticano, al cual, el Estado mexicano no reconocía como entidad política.
El 26 de enero de 2007 el Papa Benedicto XVI erigió la diócesis de Ensenada con el presbitero Sigifredo Noriega Barceló como primer obispo, dividiéndose el país actualmente en 84 circunscripciones eclesiásticas.

LAS ESTADÍSTICAS ACERCA DE LA RELIGIÓN
Según las cifras del INEGI, la mayor parte de los mexicanos se declara católica (aproximadamente un 96%).
La segunda agrupación religiosa son los Testigos de Jehová, que suman más de 1 millón de adeptos, que convierten a la congregación mexicana de esa religión en la segunda a nivel mundial.

En tercer lugar se encuentra la Iglesia de la Luz del Mundo, que tiene su centro en La Hermosa Provincia, una colonia de Guadalajara.

Las denominaciones pentecostales tienen también una presencia importante, sobre todo en las ciudades de la frontera y las comunidades indígenas. De hecho, las iglesias pentecostales juntas suman más de 1.300.000 adeptos, que en números netos las colocan como el segundo credo religioso en México. Cambia la situación cuando se consideran las diferentes denominaciones pentecostales como entidades separadas.

La proporción de católicos es variable en diferentes ámbitos sociales. En las ciudades, suele ser más baja, aunque hay algunas regiones indígenas en donde los integrantes de credos protestantes alcanzan un porcentaje de 30%. Incluso, en algunas zonas de Chiapas, la comunidad de indígenas musulmanes suma unos 5.000 creyentes.

La mayor diversidad religiosa se presenta en la zona norte del país, fronteriza con los Estados Unidos, y en el sureste, cuya población tiene un fuerte componente indígena. El centro, y especialmente la región del Bajío, es abrumadoramente católica. Por ejemplo, el 95% de los POBLADORES originarios de Aguascalientes, se declara católico, igual que poco más del 90% de la población de Jalisco y Guanajuato.

También es importante el número de personas que no profesan ninguna religión. Suman más de 2 millones del total de 84 millones de personas mayores de 5 años (cerca del 3% del universo contemplado en los tabulados del INEGI).

LA INTOLERANCIA RELIGIOSA CAUSA DE MUCHAS TENSIONES PELIGROSAS
En ciertas regiones, la profesión de un credo diferente del católico es vista como una amenaza para la unidad comunitaria.
Se argumenta que la religión católica forma parte de la identidad étnica, y que los protestantes no están dispuestos a participar de los usos y costumbres tradicionales (el tequio o trabajo comunitario, la participación en las fiestas patronales y cuestiones similares).
La negativa de los protestantes se debe a que La Biblia no les permite participar en el culto a las imágenes. En los casos extremos, la tensión entre católicos y protestantes ha dado lugar a la expulsión de los protestantes en varios pueblos. Los casos más conocidos son los de San Juan Chamula , en Chiapas, y San Nicolás, en Ixmiquilpan , Hidalgo.

Un argumento similar fue presentado por un comité de antropólogos para solicitar al gobierno de la República la expulsión del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), en el año 1979, al cual se acusó de promover la división de los pueblos indígenas al traducir la Biblia a los idiomas vernáculos y evangelizar en un credo protestante que amenazaba la integridad de las culturas populares. El gobierno mexicano prestó atención al llamamiento de los antropólogos y canceló el convenio que tenía celebrado con el ILV.

Los conflictos también se han dado en otros ámbitos de la vida social. Por ejemplo, dado que los Testigos de Jehová tienen prohibida la rendición de honores a los símbolos patrios (algo que en las escuelas públicas de México se realiza cada lunes), los niños que han sido educados en esa religión eran expulsados de las escuelas públicas. Este tipo de problemas sólo se resuelven con la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y no siempre con resultados favorables para los niños.

LA RELIGIÓN POPULAR CIEGA: UNA AMALGAMA DE VARIAS RELIGIONES Y CREENCIAS
Más allá de las iglesias y denominaciones religiosas, persiste en México un fenómeno que algunos antropólogos y sociólogos llaman Religión Popular, esto es, la religión tal y como la practica y entiende el pueblo.

En México, el componente principal es la religión católica, a la que se han adherido elementos de otras creencias, ya de origen prehispánico, africano o asiático.

En general, la religiosidad popular es vista con malos ojos por las religiones estructuradas. Uno de los casos más ejemplares de la religiosidad popular es el culto a la Santa Muerte.
La jerarquía católica se empeña en calificarla como culto satánico. Sin embargo, la mayor parte de las personas que profesan este culto se declaran a sí mismos como creyentes católicos, y consideran que no hay ninguna contradicción entre los homenajes que brindan a la Niña Blanca y la adoración a Dios.

Otros ejemplos son las representaciones de la Pasión de Cristo y la celebración del Día de Muertos, que se realizan en el marco del imaginario cristiano católico, pero bajo una reinterpretación muy particular de sus protagonistas.

¿Debe la iglesia inmiscuirse en política?
 La religión católica, tiene una innegable  presencia  en nuestra cultura. Ciertos espacios de socialización, de formas de asumir la vida, hasta la misma disposición espacial de las ciudades y pueblos, tienen que ver con la influencia de la Iglesia que se ha mantenido prácticamente incólume desde los tiempos de la Nueva España, a pesar de los embates de la secularización de los siglos XVIII y XIX, y de la radicalización de los gobiernos revolucionarios de los generales Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. Las relaciones entre el Estado y la Iglesia han sido francamente complicadas y tormentosas, pero al mismo tiempo ambas instancias han aprendido a negociar y buscar espacios para la conciliación.
 
Para 1859 se declaró la nacionalización de todos los bienes eclesiásticos y con la reducción de los fueros o privilegios a clérigos y la imposibilidad de que los asuntos civiles fueran ajusticiados por tribunales eclesiásticos-- disposiciones de la Ley Juárez del 23 de noviembre de 1855-- la Iglesia quedó desplazada como poder y se estableció una clara separación con respecto del Estado una vez que las Leyes prerreformistas y las de Reforma fueron incorporadas a la Constitución de 1857, el 25 de septiembre de 1873. En síntesis, el objetivo principal del Estado era secularizar no solo la política sino la vida cultural y separar claramente los ámbitos de lo temporal y espiritual.2 El culto fue constreñido a las paredes de las iglesias: procesiones y festividades religiosas, los crudos atavíos de monjas y sacerdotes fueron consignados a espacios ex profeso y los representantes del gobierno fueron prevenidos para no participar en actos religiosos. En 1875 una rebelión de “religioneros” enarboló demandas al grito de religión y fueros como respuesta a la radicalización del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada.
No obstante el “extremismo” de los liberales lo cierto es que la Iglesia --hábil para manejar las coyunturas y buscar mecanismos de conciliación-- corrió con la suerte de que el régimen encabezado por el general Porfirio Díaz, optó por el respeto de las formalidades constitucionales y una práctica condescendiente.
 
En efecto, las leyes se respetaron en la forma y la Iglesia mantuvo amplias libertades para reorganizarse y fortalecerse. El porfiriato permitió que las bases sociales acudieran al llamado del papa León XIII quien, en la encíclica Rerum Novarum sobre la cuestión social y la situación de los obreros, exhortaba la necesidad de una tercera vía alternativa al liberalismo y el socialismo. El proyecto consistía en recatolizar a la gente y establecer la constitución cristiana del Estado. Ésta partía de la noción fundamental de independencia y no separación con respecto de este último, es decir, reconocimiento de la Iglesia como sociedad perfecta con plenos derechos y garantía constitucional para desempeñar sus actividades.
No es sorprendente entonces que los gobiernos revolucionarios, herederos de la tradición liberal reformista, pretendieran colocar al Estado por encima de cualquier poder frente a las diligencias que la Iglesia se tomaba. Y en este sentido es que el general Plutarco Elías Calles, el más radical en materia religiosa, obtuvo del Congreso en enero de 1926 la aprobación de la Ley Reglamentaria del artículo 130, la cual facultaba al poder federal la regulación de la “disciplina” de la Iglesia y confirmaba el desconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia, de tal suerte que los sacerdotes serían considerados como simples profesionistas y las legislaturas estatales tendrían facultad para determinar el número máximo de sacerdotes dentro de su jurisdicción. Se requería, además, un permiso de la secretaría de Gobernación para la apertura de nuevos lugares de culto.
Cinco meses después, el presidente expidió la “Ley Calles” que reunió todos los decretos y reglamentaciones de los artículos relacionados con la Iglesia, además de que se establecían sanciones a los infractores de los artículos 3°, 5°, 24 , 27 y 130 constitucionales. El resultado fue la suspensión del culto que los jerarcas de la Iglesia determinaron para el 31 de julio del mismo año. Los seglares, organizados en la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa --organización que aglutinaba otras más como los Caballeros de Colón, la Unión de Damas Católicas y la Asociación Católica de la Juventud Mexicana determinó encabezar un boicot económico para presionar la derogación de dicha ley.
 
Ante la negativa del gobierno, la Liga determinó que la acción cívica se había agotado y que el levantamiento armado sería el 1° de enero de 1927, pero levantamientos espontáneos en Zacatecas habían dado inicio a la cristiada.
 
La rebelión de los cristeros fue un mosaico de expresiones y motivaciones, significó un recrudecimiento de las contradicciones ya existentes en comunidades campesinas donde se evidenciaba, por una parte, el impacto de la secularización decimonónica en algunos pueblos que optaron por ser agraristas y, por otro, la presencia clerical con toda la infraestructura que la “tercera vía” instrumentó para restaurar el orden en Cristo mediante las fuerzas cristeras.
 
En 1929 la alta jerarquía eclesiástica pactó unos arreglos con el nuevo presidente Emilio Portes Gil sin considerar, claro está, a los militantes seglares y cristeros. El gobierno se comprometía a la no aplicación de los artículos constitucionales “molestos” para la Iglesia, pero sin reformarlos, y el culto público fue reanudado.
 
Los ánimos se aplacaron por unos breves años hasta que en 1934, se reformó el artículo 3° para introducir la educación socialista. Una nueva oleada de cristeros surgió pero sucumbió ante la actitud conciliadora de Lázaro Cárdenas y la disposición de la jerarquía eclesiástica a continuar negociando. Por otro lado, el modus operandi que desde 1929 se estableció, en el que el gobierno no aplicaba con rigor los artículos relacionados con la Iglesia, y ésta no se inmiscuía abiertamente en los asuntos políticos, permitió que los conflictos no se desbordaran.

viernes, 1 de julio de 2011

Investigación Teologica: Metodología de la Investigación aplicada a las Ciencia Teológicas


Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 48Págs | Idioma: Spanish |Categoría: Metodología de la Investigación
Información

Capítulo 1: Introducción a la Investigación      5

Capítulo 2: Los Referentes Iniciales o Introducción     9

Capítulo 3: Marco Teórico        15

Capítulo 4: Marco Metodológico       18

Capítulo 5: Técnicas de Recolección de Datos     23

Capítulo 6: Análisis de los Datos y Conclusiones     28

Capítulo 7: El Reporte de Investigación y Otras Aplicaciones de la Investigación 35

Apéndice 1: Ética e Investigación       37
  
Lista de Referencias         42

Guía de Estudio         43

Según Barrantes el origen del término “investigación” proviene del latín “investigatio”, que significa “seguir un rastro”
Por otro lado, cuando consultamos la palabra investigar en el Diccionario de la Real Academia Española, esta nos da una serie de acepciones, entre ellas rescato las dos primeras: 
  1. Hacer diligencias para descubrir algo. 
  2. Realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia. 
Las dos definiciones nos ayudan a entender lo que se percibe como investigación. Las dos hablan de un procedimiento “hacer diligencias” y “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático”; y las dos nos hablan de un propósito “descubrir algo”, y “aumentar  los conocimientos sobre una determinada materia”.
La investigación entonces implica un procedimiento, una estrategia a seguir, una serie de pasos que deben realizarse en forma sistemática, con el fin de conocer de una mejor manera un determinado fenómeno o área de conocimientos.
 
 Entre otras definiciones de investigación tenemos las siguientes:   “Realizar acciones que conduzcan al descubrimiento  o conocimiento de una cosa”
“Un proceso sistemático, formal, inteligente y controlado que busca la verdad por medio del método científico y que nace de un sentimiento de insatisfacción, ya sea vital o intelectual, cuyo producto es el conocimiento científico”
 
Hay muchos tipos de investigación. Existen las investigaciones bibliográficas que buscan investigar un tema solamente en los libros, investigaciones de laboratorio, que buscan reproducir experimentos en un ambiente controlado, investigaciones de campo, y muchas otras. En este escrito desarrollaremos lo que llamamos “investigación de campo” es decir, “estudios que se realizan en situaciones naturales y que permiten con mayor libertad generalizar los resultados a situaciones afines”

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Consejería Bíblica Para Todos: Un Curso de Preparación Ministerial


Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 73 Págs | Idioma: Spanish | Categoría: Consejería Bíblica - Curso Académico
Información
Introducción       5
Capítulo 1: Principios bíblicos en el aconsejar   6
Capítulo 2: Consejería y los problemas humanos   17
Capítulo 3: La Biblia ante la psicología    22
Capítulo 4: Características, habilidades y técnicas en la consejería 30
Capítulo 5: Fases de la consejería     41
Capítulo 6: Consideraciones para aconsejar en diversos contextos 47
Capítulo 7: Consejería, emociones y sentimientos   52
Conclusión       55
Lista de referencias      56
Apéndice 1: Formulario de información básica familiar  58
Apéndice 2: Hoja de Atención en Consejería   60
Apéndice 3: Estudios de Caso     61
Guía de estudio       63

El presente curso aborda la temática de la consejería bíblica y cristiana dando prioridad fundamental a la Palabra de Dios, reconociendo que este es un ministerio que debe ser desarrollado por toda la iglesia, algo que se comprueba más adelante en las páginas del curso. 
Por otro lado, hago notar que la consejería es un ministerio que es parte del hacer discípulos, es decir, es parte de la missio dei. Por medio de la consejería estamos discipulando en forma individual a los creyentes para que estos puedan aplicar las Escrituras en los problemas que les surgen en el diario vivir. 
Así que este manual es útil para todos los que trabajan en el ministerio, pastores, evangelistas, misioneros, pastores de jóvenes, maestros de escuela dominical, líderes de ministerios (damas, varones, niños, jóvenes, matrimonios jóvenes, etc.), profesores guías, maestros, consejeros y demás personal de escuelas cristianas. En general, para toda la iglesia. Así como la Gran Comisión de hacer discípulos es un llamado para toda la congregación, las labores de aconsejamiento es un llamado que ningún creyente puede eludir.
 Los términos consejería y aconsejamiento no pertenecen al español según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), por lo menos no en la connotación que nosotros les damos. Estos vocablos más bien son una traducción de la jerga evangélica de la palabra inglesa counseling, una palabra que describe una de las funciones más importantes del ministerio pastoral y de todos los miembros de una iglesia. 
 Con la expresión “consejería bíblica” me refiero a aquella que tiene como fundamento las Sagradas Escrituras. Con esto quiero decir que la Biblia es la que define las motivaciones, los objetivos y las estrategias de la consejería.
Son las Escrituras las que nos dan el fundamento teórico para la práctica de aconsejar. 
Con esto me refiero no solamente a  la parte espiritual sino todas las partes del ser humano porque somos seres integrales. A veces creemos que como cristianos podemos aconsejar sólo en el campo de las cosas espirituales, pero según la Escritura todas las cosas son espirituales, todas están interrelacionadas. Un problema de ira es espiritual, un problema matrimonial es espiritual, etc. La Biblia es suficiente para cambiar vidas, no solo los problemas "espirituales" (Salmo 119). 
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miércoles, 29 de junio de 2011

Dios: Una Breve Historia del Eterno - Interesante Estudio Para Pastores y Obreros Cristianos



Historia del Eterno - Interesante Estudio Para Pastores y Obreros Cristianos
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 14MB | Idioma: Spanish | Categoría: Teología -   Interpretación   
                    
Información
 Prólogo 11
Introducción:
Contra el Ateísmo Chapucero y la Fe Santurrona 13
 
1. Música y arte: Elton John y la Venus desnuda 17
  1. Ser o no ser 17
  2. Un montón de piedras une a la humanidad 18 
  3. Los hechos desnudos y el disfrute de la vida antes de la muerte 21
2. La psicología y Dios: un hombrecillo en el oído 26
  1. El parricidio de Sigmund Freud 26
  2. Lo que C.G. Jung y Viktor Frankl tienen en común con una estrella del porno 30
  3. Dios y un ramo de flores 33
3. La pregunta: expediciones por el arroyo de fuego (Feuerbach) 39
  1. La prueba de la tarta de nata 40
  2. Reiterados problemas con el Altísimo 43
  3. Una pregunta a vida o muerte 53
4. El Dios de los ateos: una protesta a lo grande 56
  1. Pienso lo que quiero 56
  2. Una comunidad de inquilinos se jubila 59
  3. Una religión celebra el ateísmo 60   
  4. La fiesta con champán, arruinada 63
  5. La placentera venganza del humilde cura 66
  6. El hijo de un pastor protestante asesina a Dios 71
  7. El «más grave accidente previsible» en el templo de la nada 76
5. El Dios de los niños: de la felicidad como estado natural 81
  1. ¿Cómo de real es la realidad? 81
  2. La pezuña en la oreja 86
  3. Un caso para talar y el camino hacia la felicidad ... . 93
  4. El Dios de maestros y profesores:
6. conspiración en el sótano-bar 96
  1. Jugar a los indios con consecuencias letales 99
  2. La verdad bajo la higuera 102
  3. Una anciana testaruda hace un pacto con el diablo . 108
7. El Dios de los científicos: Galileo, Darwin, Einstein y la verdad 114
  1. Una religión inventa la ciencia 115
  2. El mayor golpe mediático de todos los tiempos 121
  3. Darwin cierra un taller de alfarería 127
  4. La catástrofe de una imagen del mundo 133
  5. Milagro, ilusión y realidad 138
  6. El error de Stephen Hawking y las pequeñas imágenes en color del cerebro 144
8. El Dios de los filósofos: la gran batalla de la razón pura 149
  1. Disputa entre santos: las pruebas de la existencia de Dios 150
  2. Proceso sumario contra un pobre desdichado 157
  3. Filosofar en la niebla: un soltero perspicaz 165
  4. Viaje aterrador por el túnel 174     
9. El Dios de Abrahán, Isaac y Jacob: el misterio en el dobladillo del abrigo 179
  1. El misterio de una bella mujer 179
  2. Una salvífica tentativa de asesinato 182
  3. La más prolongada historia de amor de todos los tiempos 189
  4. Un soberano inquietante 193
10. La respuesta: un acontecimiento apasionante 198
  1. La sorpresa 198
  2. Tumulto entre carniceros y panaderos 206
  3. Una pocilga envejece 216
  4. La sonrisa de los ángeles 225
11. The day after: los valores, la verdad y la felicidad 232
  1. Soluciones inesperadas 232
  2. Karl Valentín y la mística 237
  3. Cómo poner coto a los atracos a bancos 242
12. Dios y la psicología: puntos de contacto 246
  1. Un psiquiatra inquietante 246
  2. Una ballena indispuesta 254
  3. Un león tímido 260
13. Arte y música: la sensualidad de la verdad 268
  1. La belleza salvará el mundo 268
  2. Un rostro misterioso 273
  3. En qué ocupan los ángeles su tiempo libre 277
Epílogo 283
 
TODO el mundo opina cargado de razón sobre la cuestión de los valores, sobre las virtudes, sobre la lucha de culturas e incluso sobre el problema de Dios. Pero casi nadie coge esta última cuestión por los cuernos e intenta darle una respuesta directa. Hay que reconocer que también tiene algo de megalómano pretender responder a una pregunta a la que, durante milenios, se han enfrentado las personas más inteligentes y sabias sin llegar a resultados concluyentes. Pero yo, como psiquiatra, no debería sentir demasiado miedo de la megalomanía. Sin embargo, en cuanto hombre débil, uno sólo se cree facultado para siquiera aproximarse a semejante pregunta tras haber leído montañas de sapientísimos libros. Pues, por usar un conocido motivo de la historia de las religiones, teme descalzarse intelectualmente emulando a Moisés, quien ante la zarza ardiente, en presencia de Dios, se
despojó de sus sandalias.
Sobrepasada ya la cincuentena, a lo largo de mi vida y mis diversos estudios he leído gran cantidad de libros y, sobre todo, he acumulado algunas experiencias vitales. Puesto que el problema de Dios me ha interesado de manera especial desde mi temprana juventud y puesto que yo mismo he pasado de forma sucesiva por ambos puntos de vista -el del ateo y el del creyente-, se me ocurrió escribir un libro sobre este inmenso tema partiendo sencillamente del estado en el que ahora me encuentro.
En esta empresa me han sido de ayuda las numerosas conversaciones que, justo sobre esta cuestión, he mantenido con numerosas personas, unas creyentes y otras llenas de dudas, unas de alto nivel intelectual y otras del todo normales, unas escépticas y otras piadosas. Semejantes conversaciones, si se desarrollan con seriedad, van siempre a lo esencial. En ellas, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en conversaciones sobre los yacimientos de gas natural en Siberia oriental o sobre la propia colección de sellos, uno no puede mantenerse personalmente al margen.
Por consiguiente, me he imaginado sin más que sostengo una conversación sobre Dios con un contemporáneo inteligente, pero no excéntrico. Sin duda, lejos de tratarse sólo de teorías, el problema de Dios es -dicho entre nosotros- una cuestión de vida y muerte para cualquiera. Algunas personas que hayan leído libros diferentes de los que yo he leído y tratado a gente diferente de la que yo he tratado escribirían un libro completamente distinto al respecto. Aquí no puedo sino realizar mi contribución personal a esta gran pregunta. Y cuando llegues al final, querido lector, gustoso dejaré que me abras los ojos.
Y entonces escribiré una obra del todo nueva. Pero, hasta entonces, lo único que puedo ofrecerte es el presente libro.
 
 Si pudieras estar absolutamente seguro de que nadie te va a pillar, ¿qué te detendría de atracar un banco? ¿Qué te hace estar tan seguro de que no vas a ser eliminado un día de éstos por medio de una dulce inyección? No es descartable que a la sociedad, por muy buena voluntad que ésta tenga, no se le pueda seguir exigiendo que asuma los costes terapéuticos y asistenciales de la compleja enfermedad que se te va a diagnosticar dentro de poco. ¿Por qué no se arrojan los cadáveres al vertedero de residuos tóxicos y se transforman los cementerios en parques lúdicos para los niños? ¿Cómo sabes que tu marido te es fiel? ¿Cómo sabes que el hijo de tu mujer es también tu hijo? Así pues, y ahora completamente en serio, ¿qué pruebas hay de que Dios exista o, al contrario, de que no exista? Pues «si Dios no existe, todo está permitido» (Dostoievski, Los hermanos Karamazov). ¿O no es así?
Un libro sobre Dios que quiera ser tomado hoy en serio debe plantearse tales preguntas de la vida real, que indefectiblemente afectan a todo varón, toda mujer y todo niño. Pues lo que está claro es que quien de verdad cree en Dios vive de manera diferente de quien no cree en Él. Sin embargo, las personas no siempre somos consecuentes. Los ateos malgastan un tiempo precioso en reflexiones irracionales y, en ocasiones, viven como si Dios tal vez sí que existiera un poquito. Y, a menudo, los creyentes viven la mayor parte de su tiempo como si Dios no existiera. Si partimos de que cada momento de la vida es irrepetible, ambos fenómenos resultan nefastos. Uno dilapida un tiempo vital irrecuperable a causa de un Dios que en absoluto existe o, por el contrario, desaprovecha a ojos vistas la gran oportunidad de su vida; a saber, mostrarse ante Dios como digno de la vida eterna.
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lunes, 27 de junio de 2011

Las Iglesias Locales: Asambleas de una Sola Iglesia - La Esposa del Cordero


Una razón teológica: Las iglesias locales son esenciales en la vida del Reino

Para no dar nada por sentado, primero es necesario preguntarse por qué son importantes las iglesias.
  1. Los creyentes necesitan comunión
    Quizás la primera respuesta es obvia: los creyentes necesitamos comunión. Esto es una parte normal de la vida cristiana. Las escrituras específicamente desaprueban un cristianismo aislado. Por eso encontramos exhortaciones como la de Hebreos 10:25: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más cuanto veis que aquel día se acerca.” Además, estar juntos es necesario para poder cumplir las obligaciones que tenemos mutuamente los unos con los otros. Por ejemplo, “estimularnos al amor y a las buenas obras” (v. 24).
     
  2. La vida nueva es comunitaria
    Un cristianismo solitario no encaja con la realidad comunitaria de la vida nueva. Al ser regenerado, Cristo “nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). El concepto de un reino es un concepto social. Creyentes aislados no pueden reflejar esta realidad social. ¿Cómo puede manifestarse, por lo tanto, el reino en la tierra sin una comunidad? Simplemente no puede.
    Además, si consideramos todas las imágenes de la vida cristiana en el Nuevo Testamento, veremos que son comunitarias. Los creyentes forman parte de un cuerpo (I Corintios 12:12-31). Son miembros de una casa (Efesios 2:19, I Tim. 3:15). Son piedras en un edificio (I Pedro 2:5). La iglesia está descrita con la misma terminología que el antiguo Israel – es “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios (I Pedro 2:9). Estas son descripciones corporativas. Por eso, el intento de vivir la vida cristiana en solitario es vivir en un estado de autoengaño. No se puede tener el evangelio sin la comunidad que nace de ese evangelio. Howard Snyder resume este hecho con una lógica irresistible al afirmar que “Si la iglesia es el cuerpo de Cristo...entonces la iglesia es una parte indispensable del evangelio.”
     
  3. Las iglesias locales encarnan a Cristo de una manera única
    Cuando Dios quiso dar su palabra definitiva a la humanidad envió a su Hijo (Hebreos 1:2) . En su venida, ese Verbo “se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1:14). La segunda persona de la Trinidad literalmente “montó su tienda” entre nosotros. Existe un sentido de arraigo y permanencia en la visita divina.
    De una manera similar, una iglesia localiza y arraiga la presencia de Dios en una comunidad. Steve Spaulding ha observado que “una iglesia, en contraste con la mayoría de nuestros esfuerzos no eclesiales, es una colonia visible y permanente del reino. Jesús no está de paso. El no desaparece sin dejar rastro.
    Viene a quedarse; a ser vivido; a ser accesible; palpado, visto, oído, entendido.” Una iglesia encarna a Cristo en una comunidad. Pablo informa a los Corintios que “vosotros” (en conjunto) sois el cuerpo de Cristo (I Corintios 12:27), que “vosotros” (en conjunto) sois el templo del Espíritu Santo (I Corintios 3:16-17, ver también Efesios 2:21-22). Dios está presente en su pueblo, y a través de su pueblo, está presente en la comunidad. “Jesucristo, mientras promete habitar en el creyente individual, no encuentra plena manifestación en un ‘cuerpo’ sin “El Cuerpo” de Cristo, el conjunto reunido de los creyentes, la iglesia, su esposa, visible, accesible, con todos los dones del Espíritu en funcionamiento.”
    Esto se convierte en un testimonio poderoso. Como El Verbo hecho carne permitió a la humanidad “ver” la gloria de Dios (Juan 1:14), así también una congregación local hace visible a Cristo. Lesslie Newbigin afirma lo mismo cuando plantea y luego responde a la siguiente pregunta: “¿Cómo es posible que el evangelio sea creíble, que las personas lleguen a creer que el poder que tiene la última palabra en lo que concierne a la humanidad está representado por un hombre colgado en una cruz? Sugiero que la única respuesta, la única hermenéutica del evangelio, es una congregación de hombres y mujeres que lo creen y lo viven.”
  4. Los dones encuentran plena expresión en la iglesia
    Es en la comunidad de la iglesia donde los dones del Espíritu Santo encuentran expresión más completa y estratégica. En nuestra tendencia a pensar horizontalmente sobre la expansión de la iglesia, no debemos olvidar que es el Espíritu Santo quien capacita y potencia a la iglesia para esta misión.
    Consecuentemente, si las comunidades del reino son esenciales en la vida del reino, es de esperar que encontremos dones dados a la iglesia para su mantenimiento, crecimiento y multiplicación. Y esto es precisamente lo que encontramos.
    Si consideramos los diversos dones espirituales dados a la iglesia (Romanos 12, I Corintios 12-14, Efesios 4), vemos dones para la edificación de los santos (profeta, pastor, maestro, liderazgo), dones para servir dentro de la iglesia y fuera de ella (servicio, exhortación, generosidad, misericordia, etc.), y dones para hacer misión (apóstol, evangelista). Todos estos dones destacan la importancia de la comunidad en la vida del reino. Es más, destacan el hecho de que estas comunidades no sólo deben de ser fuertes, sino también que sirven, crecen y reproducen. Todos los dones son necesarios (y por lo tanto, cada creyente es necesario) para la misión total de una iglesia. Howard Snyder ha escrito: “No sólo el don de Howard Snyder ha escrito: “No sólo el don de evangelista, sino todos los dones espirituales son relevantes para el evangelismo de una manera u otra,” porque “el funcionamiento general de una comunidad cristiana es en sí una demostración de la verdad del evangelio y así un testimonio en el mundo y para el mundo.”6 El resultado es un organismo carismáticamente dotado que crece y se reproduce naturalmente.
    Pero además de estas consideraciones teológicas relacionadas con la misma naturaleza de la iglesia, las escrituras nos dan otras razones para iniciar comunidades del reino. Pasemos, pues, al estudio de la historia de la fundación de la iglesia.

Hacia una teología Bíblica sobre la Multiplicación de Iglesias: ¿Es lo Mismo que Multiplicar Denominaciones?


Hacia una teología bíblica sobre la multiplicación de iglesias ¿Qué multiplicó Pablo? ¿Número de convertidos, iglesias  o denominaciones (sectas)

Por  Jonatán Haley

Fundar nuevas iglesias es una labor loable que muchas iglesias fomentan por todo el mundo, principalmente por medio de sus misioneros. Pero de este trabajo surge naturalmente una pregunta que muchas veces pasa desapercibida: ¿No deberían estas iglesias, que promueven la implantación de iglesias alrededor del planeta con tanto vigor, iniciar también iglesias en su misma localidad? ¿No deberían nuestras iglesias tener el mismo celo para la multiplicación de congregaciones “en casa”, como en el extranjero? ¿Por congregaciones “en casa”, como en el extranjero? ¿Por qué no fundar una nueva iglesia en nuestra misma ciudad, incluso, en nuestra misma zona de la ciudad?
En sus formas más básicas, me parece que sólo existen tres posibles respuestas a estas preguntas.
Respuesta 1: Es una buena idea entre muchas otras buenas ideas.
Quien responda así, quizás piense: “Es sólo otra manera más a través de la cual una iglesia puede ser fiel a la Gran Comisión. Es algo que nos alegra el corazón cuando lo vemos ocurrir, pero somos igual de fieles al último mandato del Señor si emprendemos otros esfuerzos evangelísticos, como por ejemplo, empezar un programa una vez al mes dirigido a gente sin trasfondo religioso.”

Respuesta 2: Es una mala idea.
Aquel que responda así quizás piense: “Quitaría energía, gente, y recursos de una iglesia que ya tiene suficientes dificultades con sólo mantener los programas existentes. ¡Dar nuestras mejores personas al inicio y mantenimiento de una nueva obra podría retrasar años el avance de nuestra iglesia en sus esfuerzos de crecer y alcanzar a la ciudad para Cristo!”

Respuesta 3: Es una idea imprescindible.
Los que responden de esta forma pensarán: “No sólo tiene apoyo bíblico, sino que llevado a cabo con sabiduría, probablemente representa la mejor manera de ser fiel al mandamiento del Señor de hacer discípulos no sólo en todas las naciones, sino también en casa. La multiplicación de congregaciones locales es clave para el cumplimiento de la Gran Comisión. No es simplemente una idea más entre otras. Es la estrategia por la cual todas otras estrategias han de ser juzgadas, y a la que todas las demás deben eventualmente apoyar.”
Es mi convencimiento que la respuesta 3 es la que mejor encaja con la evidencia bíblica. ¿Por qué? Por tres razones básicas.

domingo, 26 de junio de 2011

La Oración: ¿Qué tiempo emplear en hablar con Dios?


 
El Sindrome de los 5 Minutos al hablar con Dios
                 
Oracion
Oracion
¿Cuándo fue la última vez que tú y Dios se juntaron para celebrar un culto de adoración sin coro, ni piano, ni orden de culto?
Muchas veces no oramos porque no sabemos orar, pero no sabemos orar porque no oramos y es entonces cuando caemos en el síndrome de los cinco minutos, no podemos estar cinco minutos en la presencia de Dios porque nos distraemos, nos aburrimos o ya no sabemos qué decir.
Orar es entrar en comunión con Dios. La palabra dice: “Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos”. (Salmo 95:2) Que mejor forma de entrar en comunión con Dios que con la alabanza. Comenzar alabando y cantando a Su nombre y verás que pronto habrán pasado 2, 3, 5 minutos y tu en una dulce comunión con Dios.
Una prioridad en la oración es la adoración, adorar es rendirse totalmente en su presencia. Orar y adorar es entrar en comunión con Dios rindiéndose totalmente en Su presencia. “A él clamé con mi boca, y fue exaltado con mi lengua” (Salmo 66:17). El salmista clamó a Dios en la alabanza. Y luego su oración fue escuchada por Dios. “Más ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica” (Salmo 66:19).

¿QUE ES INTERCEDER?
Es colocarse en el lugar de otra persona delante de Dios, es la forma más profunda, amorosa y poderosa de orar conforme la palabra de Dios.
¿QUE ES UN INTERCESOR?
Es el cristiano que guiado por el amor y la misericordia se coloca en el lugar de otros para suplicar o defender la causa de éstos.
El mayor ejemplo de un intercesor lo encontramos en Jesús, que tomó el lugar de nosotros para expiar nuestros pecados en la cruz a fín de que fuéramos perdonados por el Padre. (Lucas 23:34)
¿QUE DIFERENCIA HAY ENTRE ORAR E INTERCEDER?
Muchas veces confundimos el interceder con orar; la diferencia es que la intercesión siempre es a favor de otro y la oración a favor nuestro.
El plan del enemigo es remover la vida de oración del creyente. Si el enemigo cumple su tarea, el arma clave para una vida cristiana de éxito está perdida.
A menudo escuchamos comentarios con relación a la oración y la intercesión: “yo no soy para eso”, “no es mi ministerio”. Cuidado con esos muros que se levantan contra la oración e intercesión. Han existido algunos estereotipos que han tratado de enmarcar a los intercesores: personas entradas en edad o ministros retirados.
La iglesia está llamada a orar, en 1a. de Timoteo 2:1 dice que la iglesia debe orar e interceder por todos los hombres.
La intercesión no es exclusividad de unos pocos, es la función de cada creyente. Todo intercesor (cada cristiano) debe creer que su oración impulsa el avance del Reino de Dios en su propia vida y en la de aquellos por los que ora.
Es difícil orar y quejarse de alguien o de algo al mismo tiempo, la gente que ora unida, permanece unida, creando interdependencia de unos a otros.
Cuando el liderazgo solicita oración de los intercesores (todo creyente), se provee el combustible, para encender la llama de la unción, un ejemplo de esta acción es Pablo en su carta a los Colosenses 4:2-4 “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el ministerio de Cristo…”


La Mayordomía: Un Tema que debe Estudiarse y enseñar


 
La palabra mayordomía, ha sido definida como “cargo de mayordomo” y la de mayordomo como “el criado principal a cuyo cargo está el gobierno de una casa o hacienda” (Diccionario moderno, New York, wolf’s Lane, Peljam, 1961).
El su libro la mayordomía cristiana, un concepto integral, el pastor Víctor Toranzo define la Mayordomía Cristiana como: “La administración correcta y completa de todo cuanto Dios nos ha concedido al darnos la vida: El tiempo de nuestra existencia en la tierra, los talentos y los recursos económicos”.
Compete a todos los seres humanos, y particularmente a los que nos llamamos Iglesia de Jesucristo, reconocer que Dios como Creador y Sustentador del universo es el único propietario de todo.
Así lo expresa el salmista David: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en el habitan” (Salmo 24:1), añadiendo en el primer libro de Crónicas: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas, y tu eres excelso sobre todo. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. ……..Porque ¿Quién soy yo y quien es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (2 Crónicas 29:11-14).
Desde los orígenes de los cielos y la tierra, Dios otorgó al ser humano, representado en Adán, la facultad de señorear sobre todo lo creado. En otras palabras, le hizo un administrador o mayordomo de su creación (Génesis 1 y 2), haciéndole responsable de la misma.
Cuando miramos la creación, debemos reconocer los efectos negativos que el pecado del hombre y su falta de responsabilidad ha ocasionado sobre los recursos naturales. Los desastres naturales, los cuales nos han cobrado miles de vidas son provocados por el abandono de la responsabilidad que Dios puso en nuestras manos.
Como hijos de Dios, redimidos por la sangre de Jesucristo, tenemos que tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos de volver al diseño divino, y de la necesidad de practicar una mayordomía que refleje la forma integral en que concebimos la vida.
He aquí algunos conceptos esenciales que nos pueden ayudar a practicar una mayordomía conforme a las enseñanzas de las Escrituras:
  1. Dios es el Creador y Sustentador de todo cuanto existe. El es el único propietario de todo. Génesis 1 y 2; Salmo 24:1; Apocalipsis 4:11.
  2. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios; y fue puesto como mayordomo de la creación. Génesis 2:7-20
  3. Toda la creación fue sometida a esclavitud debido al pecado del hombre Génesis 3; Romanos 8:19-21.
  4. Todo ser humano redimido, ha sido comprado con la sangre de Jesús, y pertenece a Dios por derecho de creación y redención. Siendo así debemos reconocer que daremos cuenta a nuestro Creador y Redentor. Efesios 1:3-10; 1 Corintios 6:20; Apocalipsis 4:11.
  5. La mayordomía que Dios ordena para cada uno de sus hijos, debe responder de tal manera que se haga la voluntad de Dios en todas las áreas de la vida, de tal manera que el reino de Dios sea establecido dondequiera que el envía a uno de sus embajadores. Col. 3:17; 1 Pedro 4:10. 
Que Dios nos de su sabiduría y de su gracia para responder, eficientemente, al alto grado de confianza que ha depositado en nosotros como su pueblo para administrar todos los recursos que ha puesto en nuestras manos.

La Mayordomía Cristiana: ¿Qué Aspectos Involucra?

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La Mayordomía Cristiana: ¿Qué Aspectos Involucra?
 
La Mayordomía Cristiana

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10

La mayordomía es una de las partes más importantes de la vida cristiana.

¿Qué significa la Mayordomía?

Mayordomo era el que manejaba o el que administraba la casa y los asuntos del otro, pero siempre tenia que rendir cuenta de su mayordomía al dueño; y mayordomía es el arte de administrar aquello que hemos recibido, tener responsabilidad con los bienes que Dios nos ha dejado, hasta que Él venga a pedirnos de lo que hemos hecho con ello. Un mayordomo cuida de los asuntos de una casa o hacienda, o administra las cuentas y la propiedad de otra persona. Somos administradores de lo que tenemos.

La Mayordomía Cristiana es ser responsable, administrando las cosas de Dios. La mayordomía significa la forma correcta de administrar las posesiones de Dios como siervos suyos.

Todo pertenece a Dios: este mundo, los recursos naturales, las riquezas, nuestros talentos, nuestro tiempo, nuestros propios cuerpos y almas. Dios nos ha entregado todo para administrarlo. En su nombre, en una forma responsable. Nosotros tenemos todo este mundo como una muestra de confianza para administrarlo en el nombre de Dios. Nosotros, como administradores de lo que nos ha sido entregado por Dios, tendremos que rendir cuenta a Dios por el uso que hacemos de estas cosas.

En el sentido bíblico, pues, el mayordomo administra los bienes de Dios. Dios es su patrón y él es administrador de los bienes de Dios. Dado que todo pertenece a Dios, todas las cosas deben ser administradas en nombre de Dios.

La mayordomía es un privilegio que Dios nos concede para ayudarnos a crecer en amor y obtener la victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo se regocija en las bendiciones que otros reciben como resultado de su fidelidad.

Los principios de la mayordomía se hallan a través del mensaje tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento. Dios es el Dios de todas las cosas y recursos materiales y espirituales, no solo como Creador sino también como Redentor.

La buena mayordomía empieza con el reconocimiento de que Dios es el dueño de todas las cosas (1Cronicas 29:1-4; Lucas 12:42-48; Mateo 25:14-20; Lucas 19:12-27). No podemos “darle” a Dios la posesión de nuestros bienes materiales, El ya lo posee todo. A Él le pertenece todo. Solamente podemos reconocer y someternos a su dominio.

Jesús hablo de lo que puede reconocerse como el centro de interés en la vida de los seguidores de Cristo. “Donde esta vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt 6:21). Después de Pentecostés se noto un gran cambio en la actitud de los creyentes con respecto a sus posesiones. A partir de ese momento hubo una gran manifestación de amor hacia los pobres y necesitados.

Nuestra fuerza, la inteligencia, los talentos y las habilidades personales, así como nuestra capacidad de adquirir posesiones materiales; todo nos ha sido dado como un regalo de Dios. Como mayordomos de Dios, ahora tenemos la responsabilidad de decidir si hemos de desarrollar nuestra vida y nuestros talentos, o si los derrocharemos con actos imprudentes. Si el Señor nos colmo de todas estas bendiciones es porque esta seguro de que podremos administrarlas como es debido.

La iglesia debe interesarse por ganar almas, mas que por recaudad fondos. Una persona que ha sido ganada verdaderamente para el Señor pondrá inmediatamente a los pies de Cristo todo lo que posee. Pablo se sentía responsable de cumplir con la comisión que le había sido encomendada (1 Corintios 9:17). Así, cuando decimos que el cristiano es un mayordomo de Dios, simplemente queremos decir que: EL CRISTIANO ADMINISTRA LA PROPIEDAD DE DIOS.
1. Su propiedad es de Dios. Todo lo que tengo y todo lo que soy pertenece a Dios.

“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan” Salmo 24:1

“Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. Conozco a toda las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud” Salmo 50:10-12

“mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8

2. Su cuerpo es de Dios.

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual esta en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no soy vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales, son de Dios” 1 Corintios 6:19-20

3. Su alma es de Dios.

“En su mano esta el alma de todo viviente; y el halito de todo el genero humano” Job 12:10

En Conclusión: “porque ninguno de vosotros vive para si, y ninguno muere para si. Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” Romanos 14:7-8

Todo Cristiano es un mayordomo de Dios

Todo creyente es un mayordomo de lo que Dios le ha confiado.

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10

“A uno dio cinco talentos, y a tros dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos” Mateo 25:15

Rom 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Rom 12:4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
Rom 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Rom 12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Rom 12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Rom 12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como el quiere” 1Corintios 12:11

Todo creyente tiene algo que puede usar para Dios. Mateo 25:14-30 enseña que cada uno de nosotros debe dar cuenta de cómo hemos usado lo que Dios nos ha dado.

La mayordomía no es Opcional
Al aceptar a Cristo, usted se convirtió en mayordomo. No tiene que decidir si quiere ser mayordomo o no. Usted solamente decide que clase de mayordomo va a ser. Usted dará cuenta de su mayordomía en el Tribunal de Cristo.

Cinco cualidades de un buen mayordomo:

1- Un buen mayordomo es Fiel:

“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Co 4:2

Tiene la confianza del dueño. Hace exactamente lo que su patrón le dice. Podríamos decir que la fidelidad es el comportamiento correcto del mayordomo en relación con su amo. La fidelidad depende de una obediencia diaria a lo que Dios nos ha dicho que hagamos. La obediencia a los mandamientos de la Escritura, la persistencia en reclamar las promesas de la Palabra de Dios, la consagración diaria para andar en la luz y permanecer en Cristo, permitiendo que Su Palabra more en nosotros, son las cualidades de un mayordomo fiel. No administra su mayordomía basándose en sus gustos o caprichos, sino en el amor, la fidelidad y la obediencia a su Señor.

2- Un Mayordomo Fiel es Digno de Confianza:
La integridad es la conducta correcta del mayordomo en relación con otras personas. La virtud mas importante en la vida es la integridad. Como buenos mayordomos, nuestra reputación, nuestro carácter, la confianza que nos merecen los demás y nuestra integridad, deben estar por encima de todo interés personal. Si las personas pueden observar las buenas cosas que hacemos como mayordomos de Dios, probablemente alabaran al dueño (Mateo 5:16)

3- Un Buen Mayordomo es Sabio:

Sgo 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

No te engañes, Dios sabe cuando malgastamos sus posesiones, y cuando las usas para Su Gloria. Invite al Espíritu Santo a que le ayude a invertir su vida donde tenga los mejores resultados para Su gloria. Necesitamos mucha sabiduría para administrar correctamente. Podemos ser como José, que todo lo que hacia prosperaba.

4- Un Buen Mayordomo es Fructífero:
La medida de un buen mayordomo es el fruto de lleva (Mt 25:14-29). Un mayordomo fiel escudriña sus oportunidades e invertirá lo que Dios le ha dado, de tal manera que produzca los mejores resultados. Jesús dijo: los elegí a ustedes para que lleven fruto y vuestro fruto permanezca (Jn 15:16-9). recordemos que todo árbol que no da fruto es cortado.

5- Un Mayordomo es Piadoso:

Un buen mayordomo también se preocupa en vivir una vida piadosa. La santidad es el mas elevado y glorioso atributo de Dios. La piedad personal comienza con nuestro nacimiento dentro de la familia de Dios. Tenemos que saber que el mayordomo no solo administra los bienes, también representa a su amo delante de los demás.

Dios libera sus bienes en nuestra vida a medida que nosotros:

* Dedicamos diariamente un tiempo o estar en la presencia de Dios por medio del estudio Bíblico y de la oración.

* Le obedecemos en todas las cosas y evitamos todo aquello que deshonra al Señor.

*Mantenemos las cuentas claras con Dios.

*Sabemos valorar lo que tenemos, sea poco o mucho.

Para ser un buen administrador tenemos que ordenar nuestra propia vida. Todo nuestro estilo de vida debe reflejar el hecho de que somos responsables al Señor por el manejo de los recursos de toda índole que El haya puesto en nuestras manos.

Todos somos mayordomos. Somos administradores de las posesiones, los recursos naturales, el tiempo, los dones y nuestra vida. Dios nos ha entregado todo eso para ser administrado por nosotros de una manera responsable.

TODO CRISTIANO ES UN ADMINISTRADOR DE:
1- Su vida. Romanos 12:3-8. la vida es muy valiosa. Dios le dio al hombre el soplo de vida (Gn 2Secreto El es el dador de la vida, nosotros no somos quienes para adueñarnos y decidir cuando vivir y cuando morir, eso le pertenece a Dios que es el dueño de nuestra vida. El apóstol Pablo dijo: “si vivimos para el vivimos y si morimos para el morimos... del Señor somos” (Rom 14RollEyes
Vida cristiana significa la entrega de nosotros mismo y el aceptar a Cristo como nuestro Señor y Salvador. Una vez que entregamos todo lo que somos y lo que tenemos a Dios, a quien todo le pertenece de todos modos, El lo acepta pero luego lo vuelve a entregar, haciéndonos mayordomos o cuidadores de todo lo que poseemos.

2- Los Talentos que Dios le ha dado. Mt 25: 14-30

Dios ha dado talentos (habilidades) para ser usados para el Señor. Dios espera que Su pueblo use lo que le ha dado para Su gloria. No usar o hacer mal uso de lo que Dios nos ha dado, significa ser un mal mayordomo. Los talentos, las habilidades, las virtudes, etc, debemos desarrollarlos con el propósito de darle la gloria a Dios. Cuantos creyentes hay, que han tenido en poco lo que Dios les ha dado y decidieron enterrar su talento. Recuerde que cada uno dará cuenta ante Dios de su mayordomía.

3- Su Tiempo –Efesios 5:16 “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.
Como fieles mayordomos, glorificamos a Dios al usar sabiamente nuestro tiempo (Col 3:23,24). Como Jesús debemos ocuparnos en los negocios de nuestro Padre (Lc 2:49). Por cuanto el tiempo es el don de Dios, cada momento es precioso. Cuando, en la creación, Dios nos concedió el tiempo, se reservo el séptimo día como un periodo sagrado para la comunión con el. Hoy los creyentes debemos saber administrar el tiempo que Dios nos da. Como dice una frase “El Tiempo es oro”, expresando el valor que este tiene.

La inversión mas sabia de nuestro tiempo es el que dedicamos a la oración, meditar en su Palabra, y asistir en las reuniones de la congregación. Pidamos al Espíritu Santo que el nos guíe para poder administrar correctamente las 24hs del día.

4- Su Dinero y posesiones
A- La naturaleza fugaz de las posesiones:
Prov. 23:4 No te afanes por hacerte rico;
Sé prudente, y desiste.
Prov. 23:5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
Porque se harán alas
Como alas de águila, y volarán al cielo.

Prov. 27:24 Porque las riquezas no duran para siempre;
¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

Dinero y posesiones
La Biblia trata con mucha frecuencia el tema del dinero y la posesión de propiedades. Dios sabe que este es un asunto de gran interés para todo ser humano. Por eso creemos que es de primordial importancia que el creyente sepa lo que la Palabra de Dios le puede enseñar en este sentido.

B- Lo Material es Pasajero.
No solo Salomón se refiere a la naturaleza efímera de las posesiones materiales. El apóstol Pablo amonesta a los cristianos a no sacrificarse por adquirir riquezas terrenales (1 Tim 6:5-10,17,18). Las riquezas no duran para siempre (Prov. 27:24). Esta declaración deberia ser considerada seriamente por los que solo piensan en lo material. Ni siquiera el ser hijo de un rey es garantia solida, porque ningún reino ni ninguna monarquía dura para siempre. Cuando dejemos esta vida no podremos llevarnos las cosas que poseemos. “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podemos sacar” (1 Tim 6)

Las bendiciones de la Mayordomía

Una bendición personal: una razón por la cual Dios nos pide que consagremos continuamente a Él nuestra vida entera, es con el fin de promover nuestro propio crecimiento espiritual y desarrollo del carácter. La mayordomía fiel también nos ayuda a obtener la victoria sobre la codicia y el egoísmo. La ley condena la codicia, uno de los peores enemigos de la humanidad. Jesús también la condeno (Lc 12:15). El ejercicio regular de la generosidad nos ayuda a desarraigar de nuestras vidas la avaricia y el egoísmo. (Mt 25:40)

Una bendición para nuestros semejantes: Los verdaderos mayordomos bendicen a todas las personas con quienes se ponen en contacto.

1Ti 6:18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
1Ti 6:19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

La mayordomía abarca el servicio a Dios y a los demás e implica nuestra disposición a compartir todo lo que Dios nos haya entregado en su misericordia, que puede ser de beneficio para otros. Pedro le dijo al paralítico: “...lo que tengo te doy, en el nombre de Jesucristo levántate y anda” (Hechos 3)

Una bendición para la Iglesia: La buena y fiel mayordomía es indispensable para la iglesia. La participación continua de sus miembros en el acto de dar es como el ejercicio: fortalece el cuerpo de la iglesia, y le permite participar en compartir las bendiciones que Cristo le ha concedido, lista para responder a cualquier necesidad que se presente en la causa de Dios. Todos estamos invitados a ser mayordomos y colaboradores con Él. De este modo, el testimonio de la iglesia será una bendición para el mundo, y sus fieles administradores se regocijaran al ver que las bendiciones del Evangelio se extendieron a la vida de sus semejantes.

CRISTO COMO MAYORDOMO

Jn 5:30 “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”.

Jn 7:18 “El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia”.

Lc 22:42 “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

Jesucristo no vino a la tierra para hacer lo que quisiera, El vino con un propósito establecido por el Padre, nunca hablo palabras que no fueran del Padre. No busco su propia gloria sino la gloria del padre.

Cristo entrego no solo lo que tenia, sino también se entrego a sí mismo. En esto consiste la mayordomía.

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