Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
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Los 10 Errores del Walmart del Evangelio
En los Estados Unidos de América el efecto Walmart se conoce en los pueblos pequeños. ¡En América Latina ya lo conocemos! Donde llega Walmart, quiebra a los negocios pequeños.
Igualmente ha sucedido con las iglesias pequeñas que han sido
absorbidas, como negocios familiares forzados a cerrar. Las megaiglesias
ofrecen mejores productos: amplio parqueo, buena música, excelente
sonido, mayor variedad de ministerios, y personalidades con mensajes de
fácil aplicación. Mientras que las viejas denominaciones no solo luchan
por sobrevivir, sino también convencer a sus adeptos de mantenerse
fieles a su doctrina tribal, pero su estructura heredada ya no responde a
los retos del mundo como lo hacía algunas décadas atrás.
¡Pero no debe prevalecer el pánico! Uno de los modelos mundiales de
megaiglesias está hoy en decadencia y buscando reinvertarse. Hill Hybel,
pastor de la famosa iglesia Norteamérica Willow Creek, llego a
admitir en una conferencia de liderazgo que “hemos gastado millones de
dólares pensando si ayudaría realmente a nuestra gente”. ¡Pero la cosa
no pego! Pero hay más errores que han sucedido en las megaiglesias de
América Latina, y las quiero numerar. Permítanme así, mencionar algunas
de las principales razones de la decadencia del modelo de megaiglesia,
para que nuestras megaiglesias pongan sus barbas en remojo.
Primero, en América Latina el énfasis en buscadores sensibles perdió
su enfoque con el tiempo, pues empezaron a atraer más a convertidos
heridos y decepcionados de otras iglesias. Perdieron tal enfoque cuando
dejaron de inculcar en su membresía el modelo de un evangelismo por
atracción (invitar gente a la iglesia). Pues al invitarles, nadie les
mostraba interés, seguimiento, ni se hacían cargo de ellos pastoralmente
hablando. Con el tiempo la cantidad de visitantes mermó, y la
congregación se tornó en ser más exclusiva que inclusiva.
Segundo, la falta de cuidado pastoral se convirtió en algo escaso.
Algunas megaiglesias no desarrollaron un ministerio enfocado en grupos
pequeños. ¿Cómo se puede atender pastoralmente a miles de personas? Al
menos en grupos pequeños se puede brindar cuidado. Pero, al prestarse
más atención a las actividades masivas que a los grupos pequeños, estas
iglesias empezaron a declinar más rápidamente. Se les olvido que una iglesia grande crece siendo pequeña.
Mientras me pregunto: ¿Quién cerrará la puerta trasera? Otras iglesias
han adaptado modelos abusivos como el modelo de los 12, G12, G8, o la visión.
Piden total lealtad, compromiso, y entrega que llega a sacrificar a la
familia, el empleo, y la salud de las personas. En algunas de estas
iglesias se solicita que todo y toda aquella que sea parte del proceso,
firme un “contrato de la corporación celestial”, donde la persona se
somete a una total obediencia y alianza espiritual al pastor-apóstol. ¡Y
qué hay de Cristo? Abusos espirituales y de poder se cometen con estos
modelos, todo por el crecimiento de la iglesia, pero no del Reino.
Tercero, los pastores son contratados para hacerse cargo de programas
y no para brindar cuidado a personas. ¡Terrible error! La iglesia se
trata de gente, no de programas. Por un lado, hay que tener claro: el
pastorado es un don espiritual no un titulo: Pastores brindan cuidado
pastoral. Por otro lado, los voluntarios recargados de trabajo
enfrentaban agotamiento. No tenían un pastor que les mostrara cuidado,
ni acountabilidad. Debían esperar cita de hasta dos meses para reunirse
con alguno de sus pastores. Por otro lado los pastores
generales (i.e., celebridades, carismáticos, CEOs) encontraron que la
gente los seguían a ellos, pero no a Cristo. ¿Quién predica este
domingo? Al mermar la aparición de personalidades que manejaban el show,
disminuyo la asistencia a los cultos.
Cuarto, los largos mensajes o conferencias (pues no se usa más la palabra sermón) ha
sido el del platillo fuerte de la megaiglesia, y pronto empezó a
encontrar sus limitaciones. Tales mensajes son de corte sicologísta
(sicología popular) y llegaron a sacrificar el texto bíblico. Es decir,
tales conferencistas pasaban más tiempo leyendo libros de sicología
popular, que practicando una buena exégesis del texto bíblico. Este
énfasis llegó a impactar con el tiempo en la pobre capacitación bíblica
de su membresía. Aun más, en algunas de las megaiglesias la lectura
bíblica desapareció de suliturgia. La gente llegó a saber más de pobre sicología aplicada que de principios bíblicos para su vida cristiana.
Quinto, su amplio real state llego a matarlas
financieramente. Algunas de estas megaiglesias al no requerir membresía
provoco que muchos nunca se comprometieran con sus diezmos y ofrendas.
Tal vez el 20% de los asistentes servían en ministerios y sostenían las
finanzas de la iglesia. Los demás parecían ser visitantes recurrentes
sin ningún compromiso. Son como nómadas que cada domingo rotan de
megaiglesia en megaiglesia. Nuevos creyentes: ¿Quién se comprometería en
una iglesia donde nadie le importa que yo existo? Los grandes edificios
e instalaciones se convirtieron en algo difícil de mantener. ¡Cayeron
en un círculo vicioso! No se pueden contratar más pastores para atender a
los no atendidos (80% de los asistentes) pues las instalaciones, y los
altos salarios de las celebridades, y otro personal tragaban lo que el
20% de sus asistentes donaban. Eso motivo a que la iglesia empezara a
ser administrada como una empresa en vez de ser un instrumento para el
Reino. Cada vez la estructura empezó a perpetuarse en sí misma, y a
darse menos enfoque misional como en el evangelismo y el discipulado.
Sexto, al carecer la megaiglesia de una doctrina protestante
particular, todos eran bienvenidos a creer lo que quisieran creer. Por
tanto, nadie sabía en qué se creía, ni en qué se debería creer, y entre
estos los mismos pastores. Esto se agudizaba en aquellas iglesias donde
sus pastores carecían de una formación teológica sólida. Y al atraer
estas iglesias personas de otras iglesias, se empezaron a generar
diferencias que la tolerancia no fue suficiente para mantener. Se
convirtió en imperativo consolidar una doctrina, y aquellas iglesias que
lo hicieron debieron decir sí a ciertos criterios y no a otros. Al suceder esta consolidación doctrinal su membresía disminuyo por diferencias irreconciliables. Por ello, sicología popular es el plato más sencillo de preparar en sus predicaciones.
Séptimo, el mercadeo se convirtió en la herramienta más
importante para diseñar su modelo. Al preguntarle a la gente de clase
media sobre el tipo de iglesia, programas y actividades que desearían,
se generó la megaiglesia. De esta manera vale la pena aseverar que la
megaiglesia es producto delmarketing, nunca de la misión de
Dios. La iglesia respondió a las inquietudes del mercado, y con tal de
satisfacer ese mercado sacrificó la identidad transformadora del
evangelio. ¿Qué hay de la misión de Dios? La iglesia es la agente del
Reino en el mundo, no el teatro de doctrinas escogidas para no ofender a nadie. Al valorarse las expectativas de los buscadores por encima de la ética bíblica, la comunidad se convierte en una masa estadio de
individuos que demandan un buen show religioso, pero sin el más mínimo
interés de crecer y servir en un mundo quebrantado que necesita de
Cristo (pues así fue como aprendieron el significado de la vida
cristiana).
Octavo, a los pastores generales de las megaiglesias les gusta hablar de trabajo en equipo.
Pero cuando el pastor y su esposa son los pastores generales, las
decisiones se toman en la alcoba y no con los otros pastores. Aun peor,
sus equipos lo componen sus clones. Lideres que ellos mismos han domesticado, y que fueron contratados por confianza y
no por su currículum y capacidad profesional. Ninguno de estos líderes
contratados tiene el valor de contradecir al pastor general, pues es un
equipo jerárquico, y no democrático. ¿Es eso trabajo en equipo? ¿Quién
contrata y despide pastores en las megaiglesias? Trabajo en equipo
requiere de una organización plana, nunca jerárquica.
Noveno, a pesar de ser iglesias con cierta pasión por afectar la
sociedad con el evangelio, su apoyo a las misiones o ministerios
transculturales es mínimo. Su enfoque no está allá, sino aquí.
Toda la energía está enfocada en el show del domingo. El presupuesto
habla por sí solo. Es increíble notar el presupuesto operativo de estas
iglesias, en comparación con el presupuesto que brindan a misioneros, y
programas sociales. El hecho de estar gorditos no significa que estemos sanos.
Décimo y último aspecto es ese fuerte énfasis teológico en la
prosperidad en algunas de las megaiglesias, más que todo de corte
neopentecostales. ¡La teología eje de estas iglesias es la prosperidad!
Si uno prospera es señal de fidelidad hacia y bendición de Dios.
Prometen a todos poder recibir la prosperidad si siembran con
fe. Sin embargo, es interesante que algunas de estas iglesias explican
(no muy abiertamente) que los que reciben tal promesa de prosperidad
necesitan de ciertos requisitos espirituales y morales cercanos a la
descripción ético-espiritual de San Francisco de Asís. En otras
palabras, yo puedo sembrar todo lo que pueda, pero si no prospero es por
algún pecadillo en mi vida (pecado aun de omisión que la misma
persona pueda ignorar). ¡La cosa es que no hay forma de perder ni ganar
en este negocio de argumentos en cuanto a la siembra y la cosecha!
¡Por favor, no me malentiendan! No tengo nada personal contra las
megaiglesias. Cosas muy buenas han traído de ellas. Pero, ¿Están sus
pastores dispuestos a escuchar y querer corregir estas deficiencias para
fortalecer su iglesia al servicio del Reino?