Temas de la Teología del Antiguo Testamento: Para Enseñar el A.T.
Tweet Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 28MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial - Teología Sistemática/Doctrina
Información
Mis labores de docencia se hallan en la disciplina de la teología sistemática, y fue sólo debido a las limitaciones del cuerpo docente de nuestro seminario y mi propia curiosidad que inicié esta incursión por el Antiguo Testamento. Mis propias reflexiones teológicas se han visto profundamente afectadas, cambiando toda mi actitud al abordar la teología. Se me ocurre pensar que todos los teólogos deberían tener un período de aprendizaje del Antiguo Testamento.
Sin embargo, sin la ayuda crucial que recibí, los resultados hu-bieran sido todavía más diminutos de lo que son, por lo que deseo reconocer aquí esas deudas que he contraído. Tres antiguos profesores del Antiguo Testamento apreciarán su influencia en diversos puntos: los profesores Ludwig Dewítz, F.W. Bush y Walter Kaiser, hijo (que leyó también el manuscrito y me dio recomendaciones muy útiles). Aparte de ellos, el profesor Robert Hubbard, hijo, del Seminario de Denver, leyó el manuscrito y me dio varios consejos útiles, y el profesor Douglas Stuart del Seminario Gordon-Conwell se mostró generoso con su tiempo y su sabiduría. Esperamos que surjan de las plumas de estos eruditos contribuciones más importantes a este campo. Finalmente deseo darle las gracias al señor James Hoover de la Inter-Varsity Press por su aliento cálido y el impulso amistoso que me dio.
Indice
Prefacio 5
Introducción 9
1. La autorrevelación de Dios 17
2. La naturaleza de Dios 29
3. La creación y la providencia 47
4. El hombre yla mujer 60
5. El pecado 76
6. El pacto 87
7. La ley.... 99
8. La adoración 110
9. La devoción piadosa 125
10. La ética 133
11. La sabiduría 147
'12. El Espíritu de Dios 157
13. La profecía 165
14. La esperanza de Israel 177
Prefacio 5
Introducción 9
1. La autorrevelación de Dios 17
2. La naturaleza de Dios 29
3. La creación y la providencia 47
4. El hombre yla mujer 60
5. El pecado 76
6. El pacto 87
7. La ley.... 99
8. La adoración 110
9. La devoción piadosa 125
10. La ética 133
11. La sabiduría 147
'12. El Espíritu de Dios 157
13. La profecía 165
14. La esperanza de Israel 177
La motivación para escribir este libro surgió de las experiencias obtenidas al enseñar teología del Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Asiático de Manila. En mis labores docentes me di cuenta, por una parte, de que estos materiales tenían una pertinencia inmediata para mis estudiantes asiáticos y, por otra, que no había una investigación teológica adecuada y reciente que poner en sus manos.
Este libro constituye más un reconocimiento de ese vacío que un intento para llenarlo.
Mis labores de docencia se hallan en la disciplina de la teología sistemática, y fue sólo debido a las limitaciones del cuerpo docente de nuestro seminario y mi propia curiosidad que inicié esta incursión por el Antiguo Testamento. Mis propias reflexiones teológicas se han visto profundamente afectadas, cambiando toda mi actitud al abordar la teología. Se me ocurre pensar que todos los teólogos deberían tener un período de aprendizaje del Antiguo Testamento.
No hay duda de que la falta de dominio del tema se pondrá de manifiesto en las páginas que siguen. A pesar de todos los esfuerzos hechos para permanecer fiel a los datos del texto, muchas veces he caído en la trampa de la "sistematización". No hay duda de que debo de haber pasado por alto muchas dificultades y dejado afuera muchos temas importantes.
Sin embargo, sin la ayuda crucial que recibí, los resultados hu-bieran sido todavía más diminutos de lo que son, por lo que deseo reconocer aquí esas deudas que he contraído. Tres antiguos profesores del Antiguo Testamento apreciarán su influencia en diversos puntos: los profesores Ludwig Dewítz, F.W. Bush y Walter Kaiser, hijo (que leyó también el manuscrito y me dio recomendaciones muy útiles). Aparte de ellos, el profesor Robert Hubbard, hijo, del Seminario de Denver, leyó el manuscrito y me dio varios consejos útiles, y el profesor Douglas Stuart del Seminario Gordon-Conwell se mostró generoso con su tiempo y su sabiduría. Esperamos que surjan de las plumas de estos eruditos contribuciones más importantes a este campo. Finalmente deseo darle las gracias al señor James Hoover de la Inter-Varsity Press por su aliento cálido y el impulso amistoso que me dio.
En la actualidad, un libro sobre el Antiguo Testamento no puede esperar convertirse en una de las obras de mayor venta. Incluso entre quienes estudian la Biblia con apresuramiento y siguen haciendo que las Escrituras sean la obra que más se vende en todos los tiempos, las conferencias sobre el Antiguo Testamento no atraen mucho a la gente.
La razón de este estado de cosas no es difícil de encontrar. Es demasiado frecuente que los cristianos dediquen la mayor parte de su tiempo al estudio del Nuevo Testamento, consultando sólo de vez en cuando los Salmos y los Proverbios o, en algunas ocasiones, los profetas. El resultado es que muchos cristianos no logran entender plenamente el alcance de la revelación que hizo Dios de sí mismo, y tienen una imagen incompleta de los propósitos de Dios. En rea-lidad, en muchos idiomas del mundo ni siquiera existen traducciones del Antiguo Testamento. Desde luego, es fácil entender las razones por las que el Nuevo Testamento es la primera parte de las Escrituras que se traduce cuando hay limitaciones de fondos y potencial humano; sin embargo, cuando los misioneros y los pastores basan toda su instrucción en el Nuevo Testamento no pueden comunicar todo el poder de la palabra de Dios. Esto resulta especialmente grave en situaciones evangelísticas en las que existe a menudo un puente natural entre el Antiguo Testamento y la gente común, sobre todo la de muchas culturas no occidentales. El Antiguo Testamento se pone en escena en los hogares y los mercados, comunicando en forma concreta el amor y la misericordia de Dios. Lo cierto es que el Nuevo Testamento no podría mantenerse por sí solo.
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