... El que tiene este cargo, ha de ser irreprensible, debe ser apto para enseñar; no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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EL LIBRO DE ÉXODO DESCRIBE EL HECHO HISTÓRICO MÁS IMPORTANTE para los israelitas: su salvación de la esclavitud de Egipto. Además de ser el Creador del universo entero y quien había hecho el pacto con la familia de Abraham, Dios emerge en Éxodo como el Salvador de los israelitas. Los salvó de la esclavitud de Egipto y en el proceso los moldeó como una nación, como le prometió a Abraham en Gn 12.1-3. Así como nace un niño, Israel «nació» como nación en el éxodo, creció y se desarrolló en el desierto para llegar a la edad adulta en la Tierra Prometida. El libro de Éxodo registra el origen de esta nación y se puede considerar el estatuto fundacional para Israel.
Moisés, el personaje principal de este libro, participó en un drama épico que representó confrontaciones inolvidables con un obstinado Faraón, una huida de último minuto y una dichosa celebración. A través de todo el drama, Dios demostró su poder y santidad mediante señales y maravillas milagrosas. Finalmente, a través de Moisés en el monte Sinaí, Dios enseñó a su pueblo como llegar a ser un reino de sacerdotes y una nación santa dedicada a servirle y adorarle (19.6).
Éxodo tiene dos secciones principales. La primera sección, escrita como una historia en prosa épica (caps. 1-18), representa a Dios como el Salvador y Sustentador de su pueblo. Dios primero salvó al bebé Moisés de morir ahogado y luego le proveyó la mejor educación del mundo antiguo: la corte de Faraón. En esta corte real y más tarde en el desierto de Madián, Dios preparó a Moisés como un instrumento para salvar a su pueblo, los israelitas, de la esclavitud. Luego, en el tiempo señalado, Dios envió a Moisés y Aarón a confrontar a Faraón, el opresor de los israelitas.
Las señales y plagas milagrosas en este encuentro dramático demostraron el poder de Dios por encima de los supuestos dioses de Egipto, y especialmente de Faraón, quien declaraba ser una deidad encarnada. Puesto que Faraón intentó destruir al primogénito de Dios (el pueblo de Israel; Éx 4.22, 23), Jehová, en la décima plaga destruyó a los primogénitos de los egipcios. Pero Jehová pasó por alto, o salvó, a los primogénitos de los israelitas porque ellos eran su pueblo y habían obedecido sus instrucciones respecto a la fiesta de la Pascua (cap. 12). Con esta décima plaga, Jehová salvó a su pueblo de la esclavitud. En el Mar Rojo, Dios los salvó nuevamente, esta vez del poder del ejército egipcio (12.31-42 y 13.17-15.21). ¡El pueblo esclavizado quedó libre, Dios fue su Salvador!
Dios no sólo salvó a esos esclavos sino también proveyó para ellos. Cuando los israelitas dejaron Egipto, Dios indicó a los egipcios que les dieran todo tipo de bienes (12.36). Luego, en el desierto, volvió dulces las aguas amargas (15.22-27), les dio maná (alimento) del cielo (cap. 16) y les sacó agua de una roca (17.1-7). Y aun con estas provisiones milagrosas, los israelitas murmuraron y reclamaron. Aún no terminaban de cantar las alabanzas al Señor (15.1-21) cuando comenzaron a murmurar contra su bondad (15.24). ¿Cuándo confiarían en Dios, su Sustentador?
La segunda sección del Libro de Éxodo es una serie de leyes e instrucciones detalladas (caps. 19-40). Pero estas no son leyes ordinarias. Ellas revelan el verdadero carácter de Dios. Revelan a Dios como el Dador de la Ley y el Santo. Esta sección registra las leyes benevolentes de Dios dadas en el contexto de un trato con los israelitas. La palabra hebrea traducida ley siempre tiene un significado positivo: «Instrucción». La Ley es como un dedo extendido que apunta en la dirección que una persona debería tomar en la vida. En los Diez Mandamientos (20.1-17), Dios compasivamente le señaló su camino a su pueblo, el camino a la vida. Pero la instrucción benevolente era sólo una parte del plan de Dios para los israelitas. Su plan mayor era establecer una relación con ellos basada en un tratado formal (cap. 20).
Éxodo concluye con instrucciones sobre el tabernáculo: su construcción, amoblado y servicio. Muchas de estas instrucciones apuntan a la persona y obra del Señor Jesucristo. Dichas instrucciones y el encuentro con Dios en el Monte Sinaí enseñaron a los israelitas que Dios es perfecto y santo. Sólo es posible aproximarse a Él en la forma que Él prescribe.
Al final de Éxodo, leemos cómo los israelitas completaron la construcción del tabernáculo (39.33) y que la gloria de Jehová vino a llenarlo (40.34). Dios salvó a su pueblo, proveyó para ellos, hizo un tratado con ellos y les enseñó cómo vivir. Finalmente, Él vivió con ellos (Éx 25.8; 29.45). Todo estaba listo, así parecía, para el viaje a la Tierra de la Promesa.
Tradicionalmente, los eruditos judíos y cristianos concuerdan en que Moisés compiló y escribió Éxodo, junto con los demás libros del Pentateuco (Génesis a Deuteronomio). Con excepción del resumen histórico del primer capítulo y la sección genealógica del capítulo sexto, Moisés observó o participó en todos los eventos que se describen en el libro. Además, a diferencia de Génesis, Éxodo menciona a Moisés como escritor (17.14; 24.4; 34.27).
La educación de Moisés en la corte de Faraón (2.10; Hechos 7.22) debió prepararle maravillosamente para la tarea de escribir. Sin embargo, Moisés puede no haber escrito cada palabra de Éxodo. Por ejemplo, la sección genealógica de 6.14-27 parece ser una adición de los escribas. Aún así, es razonable identificar a Moisés como el arquitecto y autor principal de Éxodo.
Algunos han hecho la observación de que sería desusado que un autor usara la tercera persona («él» o «Moisés») más que la primera persona («yo») en una narración en que el autor está tan íntimamente envuelto. Aun así, en culturas antiguas era habitual el empleo de la tercera persona por parte del narrador.
Moisés probablemente escribió sus memorias, las que se convirtieron en el Pentateuco, mientras vagaba por el desierto con los israelitas. Sospechamos que escribió las primeras partes de Éxodo con la total certeza de que él sería partícipe de la bendición de la Tierra Prometida para Israel. Sólo mucho más tarde (Nm 20.1-13) Moisés perdió su oportunidad de entrar a la tierra.
Tipo de Archivo: PDF | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
La historia de Moisés es una de las más famosas de la Biblia.
Moisés era el hombre quien dios usó para sacar Su pueblo de la esclavitud en Egipto.
Moisés alzó su vara y el Mar Rojo se partió.
Moisés era el hombre que tuvo un encouentro con Dios en el monte de Sinaí y recibió los Diez Mandamientos.
Moisés era el hombre quien Dios usó para guiar Su pueblo por el desierto a la "Tierra Prometita".
Cuando Dios necesita que se haga algo, frecuentemente emplea a hombre para hacerlo. Si Dios necesite hacer algo hoy día, quizas use a Ud.
El éxito de Moisés no tuvo nada que ver con su propia sabiduría y fuerza. Su éxito provino del poder de Dios.
Su éxito de Ud. también podría provenir de Dios.
En la última lección aprendimos que los hijos de Israel se mudaron a Egipto para escapar de una escasez de elementos tremenda. José, uno de los hijos de Israel, era un gran líder en Egipto. Mientras José vivía, los hijos de Israel estaban respetados y tratados con bondad.
No obstante, cuando José murió, su pueblo llegó a ser víctimas de discriminación. De hecho, llegaron a ser esclavos. Es interesante notar que todas las naciones que han esclavizado a otros, had llegado a tener miedo de ellos. Así que, los eqipcios llegaron a temer a los hijos de Israel, que también se llaman hebreos. Temían que los hijos de los hebreos salieran de la niñez y formaron un ejército revolucionario. Por tanto, se decidieron matar a todos los niños recién nacidos.
Aproximadamente en estos días, Moisés nació. Sus padres no tenían miedo del mandamiento del rey, y escondieron al niño Moisés por tres meses. Cuando ya no había seguridad en tenerlo en la casa, concibieron un plan audaz. Hicieron una arquilla de juncos y la pusieron con el niñito Moisés adentro, en el río. Su hermana, María, mir[o de lejos para ver lo que le acontecería.
Lo pusieron a Moisés en el río donde la hija del Faraón venía para bañarse. Cuandovio al niñito, se decidió a adoptarlo y criarlo como su pripio hijo. María se fue a la Princesa y le preguntó si quería una nodriza que le creara al niño. En esta manera, pues, la mamá de Moisés recibió pago por criar a su propio niño. Moisés fue criado como el hijo de la hija de Faraón. Así que, tuvo la oportunidad de ser capacitado en toda la sabiduría y los conocimientos de los egipcios. También tenía contacto con su mamá, y ella podía enseñarle acerca del único Dios verdadero.
Cuando Moisés llegó a ser un hombre, vio a un egipcio que golpeaba a uno de sus hermanos hebreos. Moisés mató al egipcio, porque pensó que sus hermanos entendieran que Dios lo estdaba llamando para ser su libertador. No entendieron. Moisés pensaba que él llegaría a ser un líder revolucionario, pero fue un fracaso. Había matado a un egipcio y tuvo que huirse del país para evitar que etuviera encarcelado.
Durante los 40 años siguientes, Moisés vivía en la tierra de Madián. Moisés no hizo nada de importancia durante este entero período de tiempo, sin embargo éstos no eran años desperdiciados. Eran muy importantes. Alguien ha observado que Dios cria cosas de la nada. Así que, cuando Dios quería hacerle de Moisés un gran líder, lo redujo a la nada.
La Biblia enseña que los pastores eran una abominación a los egipcios. (Génesis 46:34) Por eso, Dios hizo de Moisés un pastor. Moisés, que había sido un príncipe poderoso y bien educado en Egipto, pasó cuarenta años como pastor. Moisés había sido una vez poderoso en palabras y hechos en Egipto, )Hechos 7:22) Ahora no era nada. Aún se había olvidado de hablar con facilidad el idioma egipcio.
Entonces, en aquel momento Dios llamó a Moisés. Dios le habló de una zarza ardiente. Le dijo que guitara su calzado, porque el lugar en que el estdaba, era tierra santa. Cuando nos vamos a trabajar, nos ponemos los zapatos. Ahora, Dios iba a trabajar en la vida de Moisés.
Dios iba a liberar Su pueblo de la esclavitud egipcia, y se decidió trabajar por medio de Moisés para cumplir la tarea. Nuevamente, es importante recordar que el éxito de Moisés era el resultado directo del poder de Dios.
Por supuesto, el Faraón de Egipto no quería libertar sus esclavos. Tuvo que ser obligado a libertarlos. Dios dio a Moisés el poder de hacer diez gan milagros. Cada milagro trajo desastre sobre los egipcios. Estos milagros se llaman las Diez Plagas.
La última plaga era la de la muerte. Moisés advirtió al Faraón que sí no libertara el pueblo de Dios, el primogénito de todos los hombres y bestias muriera. Dios dijo a Su pueblo cómo evitar estda plaga. En un día especial, matarían a un cordero, y pondrían su sangre en los dos postes de la puerta de sus casas. Cuando el Señor viera estda sangre, El "pasará por encima" de esta casa. El pueblo hebrdeo, hasta hoy día, celebra este gran acontecimiento por observar la "Pascua de Jehová".
Moisés era un hombre importante, pero sólo era importante pordque Dios lo usó. Dios lo inspiró a escribir los primeros cinco libros de la Biblia. Dios le dio la habilidad de libertar a los hijos de Israel. Recuérdese que Moisés era uno de los hijos de Israel, también. Esa era su familia y sus amigos. Esta histgoria se encuentra en el libro de Éxodo. Espero que algún día Ud. lea la historia entera directamente de la Biblia.
Por favor tome Ud. algunos momentos para pensar en su propia familia y sus amigos. Quizás ellos, también, necesiten la liberación. Sabemos que Dios no quiero que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Quizás Dios trabaje por medio de Ud., como lo hizo por medio de Moisés.