Semillero homilético
Indicaciones en el camino de la salvación
Hebreos 2:1–4
Introducción:
Cristóbal Colón no se quedó tranquilo con su descubrimiento de haber encontrado el camino, la ruta a la India, sino que hizo lo imposible para recorrer esa ruta y fue así que se encontró con el Nuevo Mundo. No es suficiente solamente encontrar el camino, sino caminar por ese camino para llegar al lugar deseado.
Jesucristo es el camino de la salvación, eso lo sabemos una mayoría, pero no basta saberlo sino caminar en ese camino, vivir de acuerdo a las reglas de ese camino para encontrar la salvación. De ahí que vale la pena considerar tres indicaciones en el caminar por el camino de la salvación según Hebreos 2:1–4.
I. Las recomendaciones para el caminar por el camino de la salvación (v. 1a).
1. La primera recomendación es que debemos ser diligentes en nuestro andar (por el camino de la salvación).
(1) Porque no es simplemente un refugio donde podemos estar tranquilos y quietos.
(2) Porque es un camino en el cual tenemos que bregar con esmero y entrega.
2. La segunda recomendación es que debemos observar las reglas del camino de la salvación con mucha seriedad.
(1) Porque las reglas son vitales para que permanezcamos en él. (Son mucho más que el vestido, la comida, las comodidades y planes humanos).
(2) Porque las reglas no son secundarias. (No se las puede tomar como un juego), de ellas depende nuestra felicidad, nuestra paz, nuestra vida.
II. Los peligros en el caminar por el camino de la salvación (vv. 1b, 2a).
1. Uno de los peligros es la negligencia y la pasividad.
(1) Porque (la negligencia y la pasividad) traen como consecuencia el alejamiento de Cristo y sus demandas. (Más son los que se alejan de Jesús por deslizamiento pasivo, que los que por decisión activa renuncian a la fe).
(2) Porque la negligencia y la pasividad trae como consecuencia el acomodamiento a un estado parasitario.
2. Otro de los peligros en el camino de la salvación es la apatía.
(1) Porque la apatía es un estado de fría indiferencia a las exigencias del camino de salvación.
(2) Porque la apatía es un estado de dureza, insensibilidad a las demandas del camino de salvación.
III. Las sanciones en el caminar por el camino de la salvación (vv. 2–4).
1. La sanción es castigo grande a los infractores y desobedientes a los mandamientos de Dios.
(1) Porque los mandamientos que Dios dio a los antepasados por medio de los ángeles, adquirieron carácter de ley, válidos, y quienes desobedecieron fueron castigados justamente.
(2) Porque es más importante atender a la palabra suprema y final de Dios, que ofrece salvación por medio de su Hijo, y quienes lo rechacen y lo desobedezcan merecerán un castigo mayor de Dios.
2. La sanción es castigo grande a los infractores y desobedientes al mensaje de Jesucristo, confirmado por Dios y su iglesia.
(1) Porque el mensaje de Jesucristo fue de salvación confirmada por los que creyeron (a través de su proclamación y del testimonio de sus vidas cambiadas).
(2) Porque el mensaje de Jesucristo fue de salvación confirmada por Dios a través de milagros y con la presencia permanente de su Espíritu Santo.
Conclusión:
A través de este pasaje la palabra de Dios nos exhorta a tomar en serio el camino de la salvación, el camino de fe en el que nos encontramos por la gracia del amor de Dios.
Al mismo tiempo nos invita a examinar nuestra situación en el camino de la fe, si somos diligentes y tomamos el camino de la fe como lo más importante, como la verdadera prioridad de nuestra existencia, estamos progresando bien en ese camino, rumbo a la meta final, la Jerusalén celestial.
Pero si seguimos en el camino de la fe con apatía, tomándolo como menos importante que cualquier actividad humana, teniendo más miedo a las pruebas y al rechazo de la gente no creyente, estamos próximos a deslizarnos del camino de la fe al otro camino ancho, que nos llevará a la perdición y, por ende, al castigo eterno de Dios.
El propósito de este mensaje es que podamos sacudirnos y reaccionar al amor de Dios que no quiere por nada que nos deslicemos del camino de fe, porque ese camino es la prueba de su amor más inmenso por el hombre, fue abierto con la sangre de su hijo amado. ¡No lo rechacemos!
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