Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Carpe Diem: ¡Aproveche el día!
La película Dead Poet’s Society (La sociedad de los poetas muertos) representa la historia del intento de un profesor de inglés de desafiar una clase de muchachos de escuela, de la época posterior a la depresión en los años 50, para aprovechar las oportunidades que la vida les presenta. La película resucitó una frase latina oscura, carpe diem, que quiere decir “aproveche el día”. Es una exhortación a vivir la vida al máximo, obtener lo máximo de cada día.
La mayoría de los cristianos probablemente diría que esto es lo que ellos desean de su vida de oración también: obtener lo máximo del tiempo pasado en oración, asir a Dios, y aprovechar el día. Gracias a la obra de Cristo en la cruz, cada creyente tiene la oportunidad de entrar al lugar Santísimo, al mismo trono de Dios. ¿Qué está esperando entonces? ¡Prepárese a aprovechar el día!
Una invitación divina
Explicar el significado de la invitación de Dios a orar.
Dios está tocando la puerta de nuestro corazón, con una invitación divina para tener comunión con Él. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). A menudo escuchamos este pasaje usado en el contexto de Cristo de pie a la puerta del corazón de no creyentes, animándoles a invitarle a Él a su vida. Sin embargo, debiéramos recordar que esta carta fue escrita a la iglesia en Laodicea, a creyentes. Si Cristo ya está viviendo dentro de alguien, ¿por qué tiene que tocar la puerta de su corazón y pedirle tener comunión con Él? Él claramente reconoce nuestra propensión humana de preocuparnos con las muchas actividades y responsabilidades de la vida (¿recuerda a María y a Marta?).
¿Qué es la oración?
A lo largo de la historia, grandes hombres y mujeres han reflexionado en el significado de la oración, mirando las Escrituras y sus propias experiencias con Dios.
• Los antiguos definían la oración como la escalación del corazón hacia Dios.—Martín Lutero
• La oración es un manar sincero y cariñoso del alma a Dios, a través de Cristo con la fuerza y ayuda del Espíritu Santo, para tales cosas como Dios ha prometido.—John Bunyan
• La oración es el contacto de un alma viva con Dios. En la oración, Dios se inclina para besar al hombre, para bendecirlo, y para ayudar en todo lo que Dios pueda concebir o el hombre pueda necesitar.—E. M. Bounds
• La oración es un tiempo de revelación del alma a Dios.—E. Stanley Jones
• La oración es el gimnasio del alma.—Samuel M. Zwemer
Aunque es Dios el que inicia la invitación a una vida de comunión con Él, se requiere una respuesta de parte nuestra. Tenemos que crear espacio en nuestra vida en el que Dios actuará. “Dios, que hizo espacio en el sentido más literal de la palabra en el universo, nos necesita para proteger un espacio de Dios, para prevenir que nuestra vida se llene con otras cosas” (Yancey 2006, 286). Esto quiere decir proteger espacio en nuestra vida sólo para Él. Sabemos que Dios habló a través del salmista para decir: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10). Dios nos invita a estar con Él y conocerle.
¿Por qué nos invita Dios a orar?
¿Cómo definiría usted la oración?
¿Por qué extiende Dios esta invitación? ¿Por qué debiera importarle a Él si es que nosotros, meros mortales, oramos? Importa porque nosotros le importamos profundamente a Dios. Dios creó el mundo con la humanidad en mente, nos puso en el centro, continuó amándonos a pesar de nuestro fracaso, y aun envió a su único Hijo para rescatarnos. ¿Quién efectivamente merece nuestra alabanza más que el Dios que originó todo don bueno y perfecto? Cuando se le pidió a Jesús identificar la regla más importante en la vida, Jesús inmediatamente respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). Con esas palabras Él resumió lo que Dios más desea de nosotros. Nuestro más preciado don a Dios, el que Dios nunca puede forzar, es el amor.
Muchos niños han aprendido a reconocer las formas mientras jugaban con una pelota plástica de juguete. Es una pelota roja y azul, familiar a los padres, que contiene agujeros de formas diferentes. Los niños pequeños juegan con ella por medio de empujar cada bloque amarillo de diferentes formas a través de su correspondiente agujero formado. Los niños más pequeños, a veces tratan de forzar un bloque redondo en un agujero triangular, o una forma de estrella en un agujero cuadrado.
Cuando deseamos conocer a alguien, simplemente disfrutamos pasar tiempo en su compañía. ¿Qué otra razón tendríamos para abrazar a niños, sentarnos al lado de la cama de un enfermo amado, o acumular cargos extras en el celular con un novio o novia? Cada enamorado anhela conocer las necesidades y deseos de su amada. De la misma forma con Dios, simplemente pasar tiempo juntos es el acto más relevante de todos. Es solamente a través del tiempo que se pasa juntos que verdaderamente llegaremos a conocerle a Él y desarrollar esa sensación profunda de intimidad y comunión.
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
¿Cómo Dios Moldea tu alma?
La vida es un viaje sorprendente del moldeamiento del alma. De la forma como un escultor transforma un terrón de arcilla en una obra de arte, Dios se involucra en el proceso de toda la vida de moldear nuestra vida a la semejanza de Cristo. Una de las herramientas principales que Dios usa para moldearnos es la oración. En consecuencia, la oración es vital para una fe creciente y dinámica. ¿Qué es la oración? ¿Cómo podemos orar más en consecuencia? ¿Qué es la oración eficaz? Pocas preguntas son tan importantes como éstas. Debiéramos pasar toda nuestra vida contestándolas. Podemos aprender muchas percepciones útiles en esta acción instituida por Dios que une nuestra vida terrenal con el reino celestial. Para facilitar nuestro entendimiento acerca del moldeamiento del alma, este estudio considerará tres cosas:
1. ¿Qué es la oración?
2. ¿Cuáles son los beneficios de la oración?
3. ¿Cómo puedo saber si mi alma está preparada para ser formada por Él?
La vida es un viaje sorprendente del moldeamiento del alma. De la forma como un escultor transforma un terrón de arcilla en una obra de arte, Dios se involucra en el proceso de toda la vida de moldear nuestra vida a la semejanza de Cristo. Una de las herramientas principales que Dios usa para moldearnos es la oración. En consecuencia, la oración es vital para una fe creciente y dinámica. ¿Qué es la oración? ¿Cómo podemos orar más en consecuencia? ¿Qué es la oración eficaz? Pocas preguntas son tan importantes como éstas. Debiéramos pasar toda nuestra vida contestándolas. Podemos aprender muchas percepciones útiles en esta acción instituida por Dios que une nuestra vida terrenal con el reino celestial. Para facilitar nuestro entendimiento acerca del moldeamiento del alma, este estudio considerará tres cosas:
1. ¿Qué es la oración?
2. ¿Cuáles son los beneficios de la oración?
3. ¿Cómo puedo saber si mi alma está preparada para ser formada por Él?
Carpe Diem: ¡Aproveche el día!
La película Dead Poet’s Society (La sociedad de los poetas muertos) representa la historia del intento de un profesor de inglés de desafiar una clase de muchachos de escuela, de la época posterior a la depresión en los años 50, para aprovechar las oportunidades que la vida les presenta. La película resucitó una frase latina oscura, carpe diem, que quiere decir “aproveche el día”. Es una exhortación a vivir la vida al máximo, obtener lo máximo de cada día.
La mayoría de los cristianos probablemente diría que esto es lo que ellos desean de su vida de oración también: obtener lo máximo del tiempo pasado en oración, asir a Dios, y aprovechar el día. Gracias a la obra de Cristo en la cruz, cada creyente tiene la oportunidad de entrar al lugar Santísimo, al mismo trono de Dios. ¿Qué está esperando entonces? ¡Prepárese a aprovechar el día!
Una invitación divina
Explicar el significado de la invitación de Dios a orar.
Dios está tocando la puerta de nuestro corazón, con una invitación divina para tener comunión con Él. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). A menudo escuchamos este pasaje usado en el contexto de Cristo de pie a la puerta del corazón de no creyentes, animándoles a invitarle a Él a su vida. Sin embargo, debiéramos recordar que esta carta fue escrita a la iglesia en Laodicea, a creyentes. Si Cristo ya está viviendo dentro de alguien, ¿por qué tiene que tocar la puerta de su corazón y pedirle tener comunión con Él? Él claramente reconoce nuestra propensión humana de preocuparnos con las muchas actividades y responsabilidades de la vida (¿recuerda a María y a Marta?).
¿Qué es la oración?
A lo largo de la historia, grandes hombres y mujeres han reflexionado en el significado de la oración, mirando las Escrituras y sus propias experiencias con Dios.
• Los antiguos definían la oración como la escalación del corazón hacia Dios.—Martín Lutero
• La oración es un manar sincero y cariñoso del alma a Dios, a través de Cristo con la fuerza y ayuda del Espíritu Santo, para tales cosas como Dios ha prometido.—John Bunyan
• La oración es el contacto de un alma viva con Dios. En la oración, Dios se inclina para besar al hombre, para bendecirlo, y para ayudar en todo lo que Dios pueda concebir o el hombre pueda necesitar.—E. M. Bounds
• La oración es un tiempo de revelación del alma a Dios.—E. Stanley Jones
• La oración es el gimnasio del alma.—Samuel M. Zwemer
Aunque es Dios el que inicia la invitación a una vida de comunión con Él, se requiere una respuesta de parte nuestra. Tenemos que crear espacio en nuestra vida en el que Dios actuará. “Dios, que hizo espacio en el sentido más literal de la palabra en el universo, nos necesita para proteger un espacio de Dios, para prevenir que nuestra vida se llene con otras cosas” (Yancey 2006, 286). Esto quiere decir proteger espacio en nuestra vida sólo para Él. Sabemos que Dios habló a través del salmista para decir: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10). Dios nos invita a estar con Él y conocerle.
¿Por qué nos invita Dios a orar?
¿Cómo definiría usted la oración?
¿Por qué extiende Dios esta invitación? ¿Por qué debiera importarle a Él si es que nosotros, meros mortales, oramos? Importa porque nosotros le importamos profundamente a Dios. Dios creó el mundo con la humanidad en mente, nos puso en el centro, continuó amándonos a pesar de nuestro fracaso, y aun envió a su único Hijo para rescatarnos. ¿Quién efectivamente merece nuestra alabanza más que el Dios que originó todo don bueno y perfecto? Cuando se le pidió a Jesús identificar la regla más importante en la vida, Jesús inmediatamente respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). Con esas palabras Él resumió lo que Dios más desea de nosotros. Nuestro más preciado don a Dios, el que Dios nunca puede forzar, es el amor.
La oración es el vehículo principal con el cual nosotros expresamos ese amor y crecemos en nuestra relación de amor con Él.
Nuestro vacío con la forma de Dios
Definir la frase un vacío con la forma de Dios.
¿Por qué los seres humanos buscan experiencia espiritual?
Apenas podemos encender el televisor o leer el diario sin ver alguna referencia a la espiritualidad. La sociedad contemporánea tiene hambre de realidad espiritual; es tan grande el anhelo que muchas personas a menudo buscan experiencia espiritual en todos los lugares equivocados. Bajo una multitud de factores personales y culturales que contribuyen en esta búsqueda yace una razón más profunda por el hambre espiritual de nuestros días: los humanos son innatamente espirituales. Dios nos creó para tener una relación personal con Él. Por lo tanto, hasta que se busque y encuentre esa relación, siempre habrá un vacío en el corazón de nuestro ser. Siglos atrás San Agustín confesó a Dios: “Tú nos has hecho para ti mismo, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (Agustín citado en Boulding 2002, 3). Nosotros tenemos un vacío en nuestra vida, un vacío que solamente Dios puede llenar.
Nuestro vacío con la forma de Dios
Definir la frase un vacío con la forma de Dios.
¿Por qué los seres humanos buscan experiencia espiritual?
Apenas podemos encender el televisor o leer el diario sin ver alguna referencia a la espiritualidad. La sociedad contemporánea tiene hambre de realidad espiritual; es tan grande el anhelo que muchas personas a menudo buscan experiencia espiritual en todos los lugares equivocados. Bajo una multitud de factores personales y culturales que contribuyen en esta búsqueda yace una razón más profunda por el hambre espiritual de nuestros días: los humanos son innatamente espirituales. Dios nos creó para tener una relación personal con Él. Por lo tanto, hasta que se busque y encuentre esa relación, siempre habrá un vacío en el corazón de nuestro ser. Siglos atrás San Agustín confesó a Dios: “Tú nos has hecho para ti mismo, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (Agustín citado en Boulding 2002, 3). Nosotros tenemos un vacío en nuestra vida, un vacío que solamente Dios puede llenar.
Muchos niños han aprendido a reconocer las formas mientras jugaban con una pelota plástica de juguete. Es una pelota roja y azul, familiar a los padres, que contiene agujeros de formas diferentes. Los niños pequeños juegan con ella por medio de empujar cada bloque amarillo de diferentes formas a través de su correspondiente agujero formado. Los niños más pequeños, a veces tratan de forzar un bloque redondo en un agujero triangular, o una forma de estrella en un agujero cuadrado.
Es hasta que aprenden a reconocer las formas cuando se dan cuenta que cada bloque tiene solamente un agujero en el que quedará bien. Cuán fácil es hacer lo mismo en nuestra vida espiritual. Tenemos un agujero con la forma de Dios que solamente Él puede llenar, sin embargo tratamos de llenar el vacío con otras cosas. Finalmente, tenemos que aprender que solamente Dios puede llenar el vacío en el corazón de nuestro ser. Solamente cuando llegamos a comprender esto responderemos a su invitación divina de tomar unas vacaciones de todas nuestras actividades y cultivar nuestra relación con Él.
Yada, yada, yada
Mencionar la importancia de conocer a Dios.
¿Cuál es el significado del uso de la palabra yada para describir nuestra relación con Dios?
Es nuestro privilegio orar a un Dios personal, quien nos conoce y desea ser conocido por nosotros. Yada es una palabra hebrea para conocer a Dios; se refiere a la intimidad.
Yada, yada, yada
Mencionar la importancia de conocer a Dios.
¿Cuál es el significado del uso de la palabra yada para describir nuestra relación con Dios?
Es nuestro privilegio orar a un Dios personal, quien nos conoce y desea ser conocido por nosotros. Yada es una palabra hebrea para conocer a Dios; se refiere a la intimidad.
Es la misma palabra usada para la relación física entre un esposo y su esposa: “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió” (Génesis 4:1).
Es sorprendente que la Biblia use una palabra como esta para hablar del deseo de Dios de una relación con nosotros. Es profundamente íntima, creadora de vida, encarnada y por lo tanto transformadora. El conocimiento verdadero de otro es mucho más que acumular datos acerca de esa persona. Tiene que ser cada vez más sinónimo de amor; es decir, con abnegación, reciprocidad y unión. Por lo tanto, la experiencia equivale a conocer.
¿De qué forma es la oración como el oxígeno?
Dios nos está invitando a una vida de intimidad y comunión con Él, y la oración es el camino por el cual esta vida se cultiva en nosotros. Llega a ser nuestra misma existencia.
¿De qué forma es la oración como el oxígeno?
Dios nos está invitando a una vida de intimidad y comunión con Él, y la oración es el camino por el cual esta vida se cultiva en nosotros. Llega a ser nuestra misma existencia.
Martín Lutero dijo: “No es posible ser un cristiano sin oración, de la forma como no es posible estar vivo sin respirar.” La oración es el oxígeno de la vida espiritual; sin ella, morimos. Cuando nacemos de arriba por medio del Espíritu de Dios, la vida del Hijo nace en nosotros; podemos hacer morir de hambre esa vida o nutrirla (Tan y Gregg 1997, 66). “La oración”, dice Juliana de Norwich, “une el alma con Dios”. Un propósito importante de la oración es la intimidad con Dios. A través de la oración, exploramos una relación más profunda y más íntima con Dios. Experimentaremos una nueva dinámica en nuestra relación con Dios cuando nos esforcemos para conocerle a Él mejor y ser conocidos por Él de esta forma.
Cuando deseamos conocer a alguien, simplemente disfrutamos pasar tiempo en su compañía. ¿Qué otra razón tendríamos para abrazar a niños, sentarnos al lado de la cama de un enfermo amado, o acumular cargos extras en el celular con un novio o novia? Cada enamorado anhela conocer las necesidades y deseos de su amada. De la misma forma con Dios, simplemente pasar tiempo juntos es el acto más relevante de todos. Es solamente a través del tiempo que se pasa juntos que verdaderamente llegaremos a conocerle a Él y desarrollar esa sensación profunda de intimidad y comunión.
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