En numerosas ocasiones nos acercamos a la Biblia sin saber realmente cómo leerla, por dónde empezar, cómo aplicarla… Nos
conformamos con recibir lo que otros elaboran pero no nos acercamos a
las Escrituras siendo conscientes que somos capaces por nosotras mismas
de descubrir y redescubrir verdaderos tesoros para nuestras vidas.
La Biblia es un regalo, y puesto que somos privilegiadas por poderla adquirir y leer libremente, merece la pena que la exprimamos al máximo. Fue escrita para que cada uno pudiera estudiarla, investigarla y sacar sus propias conclusiones. Somos capaces de aprender por nosotras mismas mucho más de lo que a veces pensamos.
Aún con todo, lo cierto es que muchas veces la leemos pero no hemos aprendido cómo estudiarla. Las pautas que a continuación se ofrecen, son sólo un modelo, una guía que pueden ayudarte a descubrir la Biblia desde una perspectiva nueva y muy enriquecedora.
A fin de poder leer la Biblia con entendimiento, debes responder a tres preguntas básicas:
¿Qué es lo que dice la Biblia? OBSERVACIÓN
¿Qué es lo que quiere decir la Biblia? INTERPRETACIÓN
¿Qué es lo que me quiere decir la Biblia a mí? APLICACIÓN
La Biblia es un regalo, y puesto que somos privilegiadas por poderla adquirir y leer libremente, merece la pena que la exprimamos al máximo. Fue escrita para que cada uno pudiera estudiarla, investigarla y sacar sus propias conclusiones. Somos capaces de aprender por nosotras mismas mucho más de lo que a veces pensamos.
Aún con todo, lo cierto es que muchas veces la leemos pero no hemos aprendido cómo estudiarla. Las pautas que a continuación se ofrecen, son sólo un modelo, una guía que pueden ayudarte a descubrir la Biblia desde una perspectiva nueva y muy enriquecedora.
A fin de poder leer la Biblia con entendimiento, debes responder a tres preguntas básicas:
¿Qué es lo que dice la Biblia? OBSERVACIÓN
¿Qué es lo que quiere decir la Biblia? INTERPRETACIÓN
¿Qué es lo que me quiere decir la Biblia a mí? APLICACIÓN
10 pautas para hacer un estudio bíblico inductivo
1. Ora.
Si pretendes estudiar la Biblia sin contar con el Señor, éste no tendrá ningún valor espiritual. Ora por ti misma para que Dios te ayude a entender y a aplicar el pasaje a tu propia vida, y para que Dios te llene de su Espíritu.2. Sitúa el texto en su contexto.
Lo ideal es leer el libro entero o situar el texto en el libro. Define la forma literaria: histórico narrativo, ensayo o tratado teológico, carta personal, carta pública, poesía, parábola, sermón, profecía, alegoría.3. Lee el pasaje varias veces.
Puedes leer en diferentes versiones o traducciones. Puedes leer también las referencias al Nuevo Testamento (NT) y al Antiguo Testamento (AT) que se hacen del texto. Busca las palabras que no entiendes en el diccionario.4. Define la idea principal del texto.
Puedes ponerle un título al texto – un título contemporáneo que exprese la idea central.5. Divide el texto en diferentes párrafos.
Pon un título a cada párrafo, mostrando la relación que existe entre cada título de cada párrafo y el título principal del texto. Fíjate en la progresión de ideas (estructura del texto), compara las ideas y descubre si hay un significado especial en el orden. ¿Las ideas se dirigen hacia un clímax?6. Busca las palabras clave del texto.
Éstas son aquellas palabras que piensas que son
importantes en el texto. Algunas veces las palabras que se repiten te
darán la clave.
7. Convierte en forma de pregunta todos los hechos del pasaje.
Si no conoces el texto, será fácil. Si ya lo conoces, imagínate que nunca has visto el pasaje en tu vida, que todo lo que encuentras es nuevo. En primer lugar OBSERVA lo que está escrito: ¿Qué dice el pasaje? Sin llevar a cabo estas preguntas, no podrás interpretar y aplicar las verdades correctamente:¿Quienes son los personajes?
¿Qué sucede?
¿Dónde?
¿Cuándo?
¿Cómo?
¿Por qué?
¿Qué problemas surgen?
¿Cuáles son las consecuencias?
Presta atención a actitudes, reacciones, contrastes, comparaciones, descripciones, secuencias de tiempo, las conjunciones y preposiciones que muestran el enlace entre ideas, las ilustraciones, argumentos, implicaciones, figuras de lenguaje, preguntas, etc.
8. Interpreta los hechos.
Después de haber observado, anotado y comprendido lo "objetivo" del texto, puedes pasar a la segunda fase: INTERPRETACIÓN DE LOS HECHOS.¿Qué quería decir el escritor? ¿Qué habrán entendido sus primeros lectores?
¿Cuál es la forma literaria del pasaje como un todo? (¿Histórico narrativo? ¿Ensayo o tratado teológico? ¿Carta personal? ¿Carta pública? ¿Poesía? ¿Parábola? ¿Sermón? ¿Profecía? ¿Alegoría?)
Imagínate a ti misma presente en la escena. ¿Qué habrías visto? ¿oído? ¿sentido? Imagínate en el papel de cada personaje para notar que habría sentido, pensado, etc., en ese momento.
Ubica los lugares en el mapa, determinando cuanto tiempo tomaría el viajar entre ellos, etc.
¿Cuál es la intención del autor?
¿Por qué hay este orden de sucesos?
¿Por qué menciona este detalle aparentemente sin significado?
¿Cómo apoyan la conclusión sus argumentos?
¿Qué se puede inferir en relación a Dios Padre? ¿Y, a Jesús? al Espíritu Santo? a la voluntad de Dios? a la naturaleza humana? al pecado? a la Iglesia?
Repasa el pasaje preguntándote: ¿Por qué? ¿Por qué?
Hay que tener especial cuidado de no espiritualizar o alegorizar demasiado. No se trata de explicar cada detalle, sino de aprender a mirar aquellos que nos dan la clave para entender el pasaje en su totalidad.
9. Investiga los problemas.
Sólo cuando ya hayas hecho todo lo posible para exprimir el máximo significado del pasaje, debes consultar diccionarios bíblicos, comentarios, etc., para más información sobre la época histórica, la geografía, las costumbres, el sentido de los términos teológicos, versículos difíciles, explicaciones para aparentes contradicciones, exposiciones doctrinales, problemas intelectuales, etc.10. Determina las lecciones prácticas del pasaje: aplicación.
Elabora preguntas de APLICACIÓN: ¿Qué significa esto para mí, en un sentido práctico, hoy, en mis presentes circunstancias?Puedes pensar en preguntas como estas:
¿Cómo se aplican estas verdades a mis relaciones vitales (padres, hermanos, novio, esposo, compañeros de clase o trabajo, jefes, subordinados, profesores, miembros de la Iglesia)? ¿Cómo se aplican a mí como ciudadana en cuestiones sociológicas, políticas, económicas? ¿Qué me dice de mi responsabilidad misionera y mi relación con Dios)?
Si Jesucristo es "Señor sobre todo", ningún aspecto de tu vida puede estar exento de la aplicación de su Palabra. Pregúntate lo siguiente:
¿Qué debo cambiar en mis actitudes, mis reacciones, mi comportamiento, mi escala de valores?
¿Qué pasos he de tomar para obedecer este mandamiento?
¿Cómo puedo aprovechar esta promesa?
¿Cómo puedo vencer este pecado?
Es importante aplicar detalladamente las verdades a tu propia vida, porque "la obediencia a la luz ya recibida es condición indispensable para recibir más luz".
Guarda el estudio en un fichero o cuaderno. Si has hecho el estudio seriamente y has pedido la ayuda de Dios, valdrá la pena guardar los resultados. Con el tiempo encontrarás mejores explicaciones y mejores ilustraciones (en revistas, periódicos, libros, sermones, conversaciones, etc.) que podrás guardar junto con el estudio inicial que así irá creciendo.
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