domingo, 5 de abril de 2015

Arma tus sermones con este semillero homilético: Y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Información 


Iglesia, anticipaciones del AT 

Sinopsis
Como pueblo de Dios, la iglesia cristiana es continua con Israel. El AT proporciona importantes anticipaciones de la iglesia.
Términos del AT para el pueblo de Dios
Los descendientes de Abraham
2 Cr 20.7; Is 41.8–9; Ro 4.16; Gl 3.7 “hijos de Abraham” en el NT se refiere a aquellos que, como Abraham, ponen su fe en Dios
2º Crónicas 20.7 (RVR60) — 7 Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?
Isaías 41.8–9 (RVR60) — 8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo. 9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.
Romanos 4.16 (RVR60) — 16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros
Gálatas 3.7 (RVR60) — 7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
Los santos
El término “santos” significa “apartado para Dios”, “hecho santo”, y es el término más frecuentemente usado en el NT para los cristianos:
1º Samuel 2.9 (RVR60) — 9 El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.
2º Crónicas 6.41 (RVR60) — 41 Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu poder; oh Jehová Dios, sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad.
Salmo 16.3 (RVR60) — 3 Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia.
Salmo 31.23 (RVR60) — 23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
Daniel 7.18 (RVR60) — 18 Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.
La asamblea
“Asamblea” significa “una comunidad reunidos respondiendo al llamado de Dios para servir y adorarlo”. Su equivalente en el NT incluye la sinagoga y la iglesia:
Salmo 1.5 (RVR60) — 5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Salmo 107.32 (RVR60) — 32 Exáltenlo en la congregación del pueblo, Y en la reunión de ancianos lo alaben.
Salmo 149.1 (RVR60) — 1 Aleluya. Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos.
El alcance del pueblo de Dios del AT
Israel como pueblo de Dios
Éxodo 6.7 (RVR60) — 7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto.
Éxodo 19.5–6 (RVR60) — 5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
Levítico 26.12 (RVR60) — 12 y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
Jeremías 30.22 (RVR60) — 22 Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios.
Ezequiel 36.28 (RVR60) — 28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.
Oseas 2.23 (RVR60) — 23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.
No todos los israelitas son el pueblo de Dios
Ro 9.6–7 incluso dentro de Israel hay creyentes y no creyentes. Ver también; Esd 9.8 los israelitas quienes creyeron eran a veces llamados “un remanente”; Is 1.9; Is 11.11; Is 11.16; Jr 23.3; Ez 14.22; Mi 2.12
Romanos 9.6–7 (RVR60) — 6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.
Esdras 9.8 (RVR60) — 8 Y ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos un lugar seguro en su santuario, a fin de alumbrar nuestro Dios nuestros ojos y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre.
Isaías 1.9 (RVR60) — 9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.
Isaías 11.11 (RVR60) — 11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar.
Isaías 11.16 (RVR60) — 16 Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.
Jeremías 23.3 (RVR60) — 3 Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán.
Ezequiel 14.22 (RVR60) — 22 Sin embargo, he aquí quedará en ella un remanente, hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que ellos vendrán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos, y seréis consolados del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella.
Miqueas 2.12 (RVR60) — 12 De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres.
El pueblo de Dios incluía a no israelitas
Isaías 2.2–3 (RVR60) — 2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
Éxodo 12.38 (RVR60) — 38 También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado.
Éxodo 12.48–49 (RVR60) — 48 Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. 49 La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.
Deuteronomio 31.12 (RVR60) — 12 Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley;
Rut 4.10–11 (RVR60) — 10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy. 11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén.
La formación del pueblo de Dios del AT
El pueblo de Dios es formado por medio de las promesas de Dios
Génesis 12.2 (RVR60) — 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Génesis 15.5 (RVR60) — 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
Génesis 17.5–6 (RVR60) — 5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.6 Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.
Génesis 22.17–18 (RVR60) — 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Éxodo 1.7 (RVR60) — 7 Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.
El pueblo de Dios es elegido y llamado
Deuteronomio 7.6 (RVR60) — 6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.
Ver también 1 Cr 16.13 ; Sal 33.12 ; Ez 20.5
1º Crónicas 16.13 (RVR60) — 13 Oh vosotros, hijos de Israel su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos.
Salmo 33.12 (RVR60) — 12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo que él escogió como heredad para sí.
Ezequiel 20.5 (RVR60) — 5 y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano para jurar a la descendencia de la casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano y les juré diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios;
El pueblo de Dios ha sido redimido
Deuteronomio 5.6 (RVR60) — 6 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Ver también Éx 6.6 ; Éx 19.4 ; Ez 20.6
Éxodo 6.6 (RVR60) — 6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;
Éxodo 19.4 (RVR60) — 4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
Ezequiel 20.6 (RVR60) — 6 aquel día que les alcé mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;
Dios formó un pacto con su pueblo
Éxodo 24.8 (RVR60) — 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
Éxodo 19.5 (RVR60) — 5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Éxodo 34.10 (RVR60) — 10 Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.
Éxodo 34.27 (RVR60) — 27 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel.
Deuteronomio 4.13 (RVR60) — 13 Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.
Jueces 2.1 (RVR60) — 1 El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,
Jeremías 31.31 (RVR60) — 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
Imágenes en el AT del pueblo de Dios
Como la novia de Dios
Jr 2.2 Esta imagen del AT es retomada en las muchas referencias a Jesucristo como el esposo y la iglesia como su esposa. Ver también; Is 62.5; Os 2.16; Os 2.19–20; Ef 5.25–27; Ap 21.2
Jeremías 2.2 (RVR60) — 2 Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada.
Isaías 62.5 (RVR60) — 5 Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.
Oseas 2.16 (RVR60) — 16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.
Oseas 2.19–20 (RVR60) — 19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.
Efesios 5.25–27 (RVR60) — 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Apocalipsis 21.2 (RVR60) — 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Como la vid de Dios
Isaías 5.1–7 (RVR60) — 1 Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil.2 La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. 3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. 4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? 5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. 6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. 7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.
Estos pasajes forman el trasfondo a la declaración de Jesucristo que él es la vid verdadera (Jn 15:1):
Salmo 80.8 (RVR60) — 8 Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste.
Jeremías 2.21 (RVR60) — 21 Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?
Ezequiel 17.5–6 (RVR60) — 5 Tomó también de la simiente de la tierra, y la puso en un campo bueno para sembrar, la plantó junto a aguas abundantes, la puso como un sauce.6 Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas miraban al águila, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos y echó mugrones.
Ezequiel 19.10 (RVR60) — 10 Tu madre fue como una vid en medio de la viña, plantada junto a las aguas, dando fruto y echando vástagos a causa de las muchas aguas.
Oseas 10.1 (RVR60) — 1 Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos.
Como el rebaño de Dios
Salmo 95.7 (RVR60) — 7 Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz,
Salmo 74.1 (RVR60) — 1 ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?
Salmo 77.20 (RVR60) — 20 Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón.
Salmo 100.3 (RVR60) — 3 Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Isaías 40.11 (RVR60) — 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.
Zacarías 9.16 (RVR60) — 16 Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra.
Mateo 26.31 (RVR60) — 31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
Zacarías 13.7 (RVR60) — 7 Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos.
Lucas 12.32 (RVR60) — 32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
Juan 10.16 (RVR60) — 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
La iglesia del NT también es descrita como un rebaño:
Hechos de los Apóstoles 20.28–29 (RVR60) — 28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
1 Pedro 5.2–3 (RVR60) — 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
Como heredad de Dios
Deuteronomio 4.20 (RVR60) — 20 Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este día.
Ver también Sal 28.9 ; Sal 33.12 ; Is 19.25 ; Mal 3.17
Salmo 28.9 (RVR60) — 9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; Y pastoréales y susténtales para siempre.
Salmo 33.12 (RVR60) — 12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo que él escogió como heredad para sí.
Isaías 19.25 (RVR60) — 25 porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad.
Malaquías 3.17 (RVR60) — 17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
Como la familia de Dios
Amós 3.1–2 (RVR60) — 1 Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.
Éxodo 4.22–23 (RVR60) — 22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.
Deuteronomio 1.31 (RVR60) — 31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.
Deuteronomio 32.6 (RVR60) — 6 ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? El te hizo y te estableció.
Salmo 103.13 (RVR60) — 13 Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.
Isaías 1.2 (RVR60) — 2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.
Isaías 30.9 (RVR60) — 9 Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová;
Oseas 11.1 (RVR60) — 1 Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Malaquías 2.10 (RVR60) — 10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?
Requisitos del pueblo de Dios
Para obedecer la palabra de Dios
Deuteronomio 5.1 (RVR60) — 1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.
Éxodo 24.3 (RVR60) — 3 Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho.
Deuteronomio 6.1–3 (RVR60) — 1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla;2 para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.3 Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.
Deuteronomio 13.4 (RVR60) — 4 En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis.
Josué 1.7 (RVR60) — 7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
1º Samuel 15.22 (RVR60) — 22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Para recordar su redención
Deuteronomio 5.15 (RVR60) — 15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
Ver también Dt 7.18 ; Dt 15.15 ; Dt 16.12 ; Sal 105.5
Deuteronomio 7.18 (RVR60) — 18 no tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto;
Deuteronomio 15.15 (RVR60) — 15 Y te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te rescató; por tanto yo te mando esto hoy.
Deuteronomio 16.12 (RVR60) — 12 Y acuérdate de que fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.
Salmo 105.5 (RVR60) — 5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca,
Para conmemorar su redención
Éx 12.25–27 el enfoque de la conmemoración de Israel de su redención fue la pascua, que es una de las ceremonias como fondo de la cena del Señor. Ver también; Nm 9.2–3; Dt 16.1; Lc 22.14–20
Éxodo 12.25–27 (RVR60) — 25 Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. 26 Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, 27 vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.
Números 9.2–3 (RVR60) — 2 Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo.3 El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis.
Deuteronomio 16.1 (RVR60) — 1 Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche.
Lucas 22.14–20 (RVR60) — 14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! 16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Amar a Dios incondicionalmente
Deuteronomio 6.5 (RVR60) — 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Ver también Dt 10.12 ; Dt 11.1 ; Dt 19.9 ; Jos 23.11
Deuteronomio 10.12 (RVR60) — 12 Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;
Deuteronomio 11.1 (RVR60) — 1 Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.
Deuteronomio 19.9 (RVR60) — 9 siempre y cuando guardares todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy, para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios y andes en sus caminos todos los días; entonces añadirás tres ciudades más a estas tres,
Josué 23.11 (RVR60) — 11 Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios.
Las marcas del pueblo de Dios
La circuncisión como una marca del pueblo de Dios
Génesis 17.10–14 (RVR60) — 10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11 Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. 12 Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. 13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14 Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.
Levítico 12.3 (RVR60) — 3 Y al octavo día se circuncidará al niño.
La circuncisión tenía que ser tanto interna como externa, como una señal de compromiso espiritual con Dios:
Deuteronomio 10.16 (RVR60) — 16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
Deuteronomio 30.6 (RVR60) — 6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
Jeremías 4.4 (RVR60) — 4 Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.
Romanos 2.27 (RVR60) — 27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.
Colosenses 2.11 (RVR60) — 11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;
La presencia de Dios
Éxodo 25.8 (RVR60) — 8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
Éxodo 33.15–16 (RVR60) — 15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. 16 ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
Éxodo 40.35 (RVR60) — 35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.
Números 10.33–36 (RVR60) — 33 Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso. 34 Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento. 35 Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. 36 Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel.
2º Crónicas 5.14 (RVR60) — 14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.
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La única razón por la que los cristianos pueden acercarse a Dios es porque están cubiertos por la sangre de Jesús

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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Información 


La preciosa sangre de Cristo



¿Cuándo fue la última vez que usted escuchó un sermón o entonó un canto sobre la sangre de Jesús? Algunas iglesias hoy encuentran anticuado e incluso horrible el concepto. Incluso, los himnos que mencionan "la sangre" han sido sacados de los himnarios. Pero sin ella, no existe esperanza de una relación con Dios, garantía de salvación, ni confianza de que nuestras oraciones sean escuchadas.
La Biblia nunca evita mencionar la sangre. De hecho, está en toda ella como un hilo rojo, desde Génesis hasta Apocalipsis. Si se eliminan de la Palabra de Dios las referencias a la sangre, lo que queda es un libro de historia y literatura. Todo lo que Dios considera importante, jamás debe ser ignorado.
Levítico 17.11 nos dice que Dios dio la sangre para hacer expiación, porque "la vida de la carne" está en ella. La palabra "expiación", tal como se utiliza en el Antiguo Testamento, significa "cubrir". Por medio del sistema de culto con sacrificios de sangre establecido por el Señor, los pecados de la humanidad eran cubiertos por la sangre de animales inocentes.
La gravedad del pecado se revela por el inmenso costo de la expiación —la pena es la muerte, y debe ser pagada por el culpable, o por un sustituto aceptable. Para cubrir los pecados, los animales que se ofrecían tenían que ser perfectos. Todo sacrificio sobre el altar era un cumplimiento de la pena de muerte exigida por la Ley de Dios.
El sistema de sacrificios enseñaba a las personas que el Señor es santo, que las transgresiones deben ser castigadas, y que la expiación por el pecado se lleva a cabo sólo a través del derramamiento de sangre. Este plan era una prefiguración de lo que vendría después. Ya que los sacrificios de animales sólo pueden cubrir el pecado, un "cordero final" era necesario para eliminar toda la iniquidad del hombre.
Un día, estando Juan el Bautista en el río Jordán, "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" entró en la escena de la historia humana (Jn 1.29). El sacrificio perfecto por los pecados había llegado. Él había sido "destinado antes de la fundación del mundo", y vino a la tierra para cumplir el asombroso plan de la redención del Señor con el derramamiento de su sangre preciosa (1 P 1.18-20).
Jesús no era sólo un hombre; era el Hijo de Dios en carne humana. Su nacimiento fue sobrenatural, porque fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de una virgen. Puesto que ningún padre terrenal le transmitió algún pecado, Jesús era el perfecto e inmaculado Hijo de Dios; su vida fue la única sin imperfección, y por eso el único sacrificio adecuado por la culpa de toda la humanidad.
Sin la sangre de Cristo, nadie puede tener una relación con el Padre celestial. Porque Dios es santo, nuestro pecado bloquea cualquier posibilidad de relación con Él. Pero, por su amor, el Señor puso en marcha un proceso de reconciliación. La preciosa sangre de Jesús ofrece todo lo que necesitamos para acercarnos al Padre.
Redención. Redimir significa "rescatar". Jesucristo fue a la cruz con el propósito fundamental de rescatarnos de una vida de esclavitud al pecado. Tal vez usted se considera una persona muy buena, y que no es esclava del pecado. Pero no importa lo virtuosa que pueda parecer una persona, todo ser humano tiene una naturaleza pecadora (Ro 3.23).
Para hacernos libres había que pagar un precio. Pero ¿a quién? Jesús no lo pagó al diablo; pagó el precio que Dios exigía para satisfacer su justicia santa. Según Ezequiel 18.20, "el alma que pecare, esa morirá". El costo de nuestra redención fue la sangre preciosa del perfecto Hijo de Dios, y Él hizo este sacrificio en nuestro lugar. Por cuanto el Padre aceptó el pago que Cristo hizo, hemos sido libertados de la esclavitud del pecado, y recibido el poder del Espíritu Santo que nos permite vivir en la libertad de la obediencia al Padre.
Perdón. La mayoría de las personas tiene la idea de que el Señor las perdonará con sólo pedírselo. Lo que no entienden es que la base de su perdón no es su petición, sino el pago que Cristo hizo de su deuda. El Señor no puede perdonar el mal simplemente porque alguien se lo pida. Su santidad no le permite pasar por alto el pecado; tiene que ser castigado. Su justicia no le permite perdonar las transgresiones sin un pago.
Sólo por la muerte vicaria del perfecto Hijo de Dios, tiene el Padre una base legítima para poder perdonar a cualquiera que venga a Él con fe y arrepentimiento (Ef 1.7). No hay nada que podamos hacer para ganarnos su perdón. El perdón sólo se logra cuando la sangre de Cristo se aplica a nuestras vidas. Porque no podíamos pagar nuestra deuda de pecado, Jesús la pagó por nosotros. Sin su mediación, no tenemos ninguna esperanza de perdón.
Justificación. La ira justa de Dios caerá sobre la humanidad pecadora (Ro 5.8-10), pero quienes son justificados por la sangre de Cristo serán salvos de ese terrible castigo. La justificación significa que el Padre acepta la muerte de su Hijo como el pago total por nuestro pecado (Ro 3.23-26). Jesús es un sustituto satisfactorio, porque Él es el Cordero de Dios sin pecado.
Además, somos declarados justos a los ojos del Señor. Piense en la justificación como una transacción legal en la que Cristo puso todas nuestras iniquidades en su cuenta, y luego la pagó en su totalidad. Después tomó el registro contable de su vida perfecta y lo transfirió a nuestra cuenta. Ahora, cuando Dios nos mira, todo lo que ve es la perfección de Cristo. Ya no somos culpables, sino declarados legalmente justos, aunque no siempre actuemos como tales.
¡Qué privilegio tan maravilloso es ser justos a los ojos del Señor! Ahora bien, eso no significa que los creyentes pueden hacer todo lo que quieran. Recordemos esto: "Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo" (1 Co 6.20). Somos hijos de Dios, pero si comenzamos a actuar como hijos del diablo, nuestro amoroso Padre celestial hará uso de la disciplina para hacernos entrar de nuevo en razón. El regalo de la justificación debe motivarnos a vivir una vida que refleje nuestra condición libre de culpa delante de Dios.
Reconciliación. Cuando una relación caracterizada por la separación y la hostilidad se convierte en una relación de aceptación y restauración, ese cambio se conoce como "reconciliación". En el momento que Adán y Eva desobedecieron al Señor, la relación entre Dios y la humanidad fue rota, pero el Padre tomó la iniciativa de ofrecer restauración mediante su Hijo. Por medio de la sangre de su cruz, Cristo hizo posible la reconciliación, al hacer la paz entre Dios y el hombre. Además de eso, Él nos presenta libres de culpa delante del Padre (Col 1.19-22). Todas las barreras han sido quitadas, y todo creyente tiene la posibilidad de gozar de una relación personal con el Señor.
Santificación. En el momento de la salvación, Cristo le santificó a usted con su sangre (He 13.12) al aplicarla a su vida. Esto significa que fue apartado como un hijo de Dios para vivir para Él a partir de ese momento. Usted fue salvado, redimido, justificado, reconciliado y santificado.
La santificación es el proceso por el cual el Señor está transformando continuamente a sus hijos a la imagen de Jesucristo, a medida que crecemos en santidad, obediencia y conocimiento. La salvación no es el punto final sino el comienzo de los propósitos de Dios para los creyentes. Su objetivo es renovar todos los aspectos de nuestra vida para que podamos llegar a ser sus siervos, y embajadores en un mundo perdido.
Este proceso continuará por toda la vida, porque el Espíritu Santo vive en cada creyente, guiando y fortaleciendo a cada uno de ellos para que sigan adelante. Él nunca nos abandonará; hay siempre un paso más que dar en nuestro avance hacia la semejanza de Cristo y del servicio productivo para el Señor.
Acceso a Dios. Hebreos 10.19-22 nos dice que podemos entrar confiadamente en el Lugar Santísimo por la sangre de Cristo. En el Antiguo Testamento, era el recinto íntimo del tabernáculo o del templo, donde moraba Dios sobre el arca del testimonio. El sumo sacerdote era el único que podía entrar en este lugar tan sagrado, y sólo podía hacerlo una vez al año para hacer expiación por sí mismo y por la nación. Después de una cuidadosa preparación con una liturgia sagrada, entraba con la sangre de un animal para rociarla sobre el propiciatorio.
Hoy día, la única razón por la que los cristianos pueden acercarse a Dios es porque, espiritualmente hablando, están cubiertos por la sangre de Jesús. Cuando Jesús ofreció su vida como un sacrificio por los pecados del mundo, el velo del templo —que separaba a Dios del pueblo— se rasgó en dos, de arriba abajo. Este hecho sobrenatural significaba la aceptación del Padre del sacrificio de Cristo, que abrió el camino a su presencia.
Puesto que nosotros nunca participamos en el sistema de sacrificios del Antiguo Testamento, solemos dar como cosa natural nuestro acceso al Señor. Ahora no hay necesidad de sacrificar un cordero cuando queremos acercarnos a Dios. Cada vez que entramos en la sala del trono del Padre en oración, es como si Jesucristo nos mirara y dijera: "Aquí está uno de los nuestros. La sangre ha sido aplicada".
Quienes no han aceptado ser cubiertos por la sangre de Cristo, no tienen ninguna seguridad de que Dios escuchará sus oraciones. Pero el Señor promete escuchar y responder las oraciones de sus hijos, quizás no exactamente de la manera que ellos esperan, pero siempre de acuerdo con su sabia y tierna voluntad.
Limpieza diaria. Como creyentes, somos declarados justos en el momento de la salvación, pero no somos perfectos en la práctica. Aunque hemos sido perdonados por todos los pecados pasados, presentes y futuros, aún tenemos necesidad de limpieza continua por la sangre de Cristo para mantener abiertas nuestras "líneas de comunicación" con el Señor. El pecado bloquea nuestros oídos, impidiéndonos escuchar su voz, y nos priva del poder para vivir como debemos hacerlo. Pero cada vez que venimos a Dios, y confesamos nuestros pecados, Él siempre nos perdona (1 Jn 1.7-9).
La sangre de Jesús es preciosa, porque Él es el único que pudo pagar el castigo por el pecado del hombre y satisfacer la justicia divina. Si Él no hubiera aceptado venir a la tierra a morir en nuestro lugar, toda la humanidad habría quedado separada para siempre de Dios. El Señor Jesús es nuestro abogado ante el Padre. Está como un abogado entre nosotros y el Juez, y obra a nuestro favor. Cuando el pecado se yergue para condenar, Cristo se levanta, y dice: "¡Es inocente! Éste está cubierto por mi sangre, y está justificado".

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