Páginas De La Biblia Dice
- Página principal
- E-Sword
- WorksEscDom
- ESTUDIOS BÍBLICOS
- ESCUELA DOMINICAL
- Aprenda a Predicar
- HOMILÉTICA
- TeolSistem
- ESTUDIA GRIEGO
- Matrimonios Fuertes
- Preparación Ministerial
- GUERRA ESPIRITUAL
- Geografia Biblica
- Neumatología
- HERMENEUTICA BÍBLICA
- SEMINARIO BÍBLICO
- Pecados: Asesinato
- Pecados: Robo
- Pecados: Borrachera
- Pecados: Adulterio-Fornicación
- PREDICACIÓN I
- LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO
- LA PALABRA DE DIOS DICE ASÍ
miércoles, 16 de enero de 2013
LA ESPADA ELECTRONICA DE DIOS: E- SWORD HERRAMIENTA EXCELENTE PARA EL ESTUDIO DE LA BIBLIA
Aporte:
Castillo Fuerte
en
20:38:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
biblia electrónica,
esword,
libros gratis,
programas gratis
Bosquejos varios para Armar Sermones
“LAS METAS DEL CRISTIANO”
INTRODUCCIÓN: El término “cristiano” significa discípulo, seguidor, imitador de Cristo.
1 Ped. 2:21, dice que Cristo nos ha dejado un ejemplo para que sigamos en sus pisadas.
Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18 enseñan que debemos ser transformados a la imagen de Cristo.
¿Ser semejantes a Él en qué?
I. ES CRECER COMO JESÚS CRECÍA.
A. Luc. 2:52, “Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”.
B. ¿Estamos creciendo como cristianos? 2 Ped. 3:18, “creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”
C. Efes. 4:13, 14, debemos crecer para llegar “a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina…”
II. ES PENSAR COMO JESÚS PENSABA.
A. Fil. 2:5, “Haya en vosotros esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús”.
1) Es imposible vivir como Jesús vivió sin pensar como El pensaba.
2) Heb. 8:10, “Pondré mis leyes en la mente de ellos y en sus corazones las inscribiré”.
3) Col. 3:16, “La palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros”.
B. Isa. 55:9, “como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
1) No pensar del pecado como los hombres piensan, sino pensar como Cristo.
Heb. 1:9, El aborrece el pecado, todo pecado y nos enseña que debemos hacer lo mismo, Rom. 12:9.
2) Debemos tener la misma actitud hacia la Palabra de Dios que El tenía. El resistió a Satanás diciendo “Escrito está” (Mat. 4:1-11). Conoció las Escrituras, las citaba constantemente.
C. Fil. 3:19, “El fin de ellos será la perdición; su dios es su estómago; su gloria se halla en su vergüenza; y piensan solamente en lo terrenal”.
D. Fil. 4:8, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad”.
E. Rom. 8:5, “Porque los que viven conforme a la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu”.
F. Col. 3:2, “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.
III. ES VIVIR COMO CRISTO VIVÍA.
A. Mat. 20:28, “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir”. B. Hech. 10:38, “El anduvo haciendo el bien”. ¡Qué buen epitafio para uno!
C. Luc. 19:10, “el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Este fue el propósito principal de su vida. ¿Cuál es el propósito principal de mi vida y de la suya?
D. Luc. 23:34; Jn. 17:20, 21, vivía por otros, oraba por otros.
E. Jn. 4:34, “Mi comida es que yo haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra”. ¿Cuál es la “comida” mía y la suya?
F. Fil. 1:21, “para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. ¿Podemos hablar así? ¿Para mí el vivir es Cristo?
G. Col. 3:3, 4, “porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Y cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados con Él en gloria”.
H. Cristo llegó a ser carne como nosotros, para que nosotros podamos ser como El y ser coherederos con El, Rom. 8:17.
IV. ES DAR COMO CRISTO DABA.
A. Mar. 12:43, 44, “En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro… ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.
1) ¿Por qué Jesús alaba a esta pobre viuda?
2) Porque ella daba como Cristo, ella “echó todo lo que tenía”.
B. 2 Cor. 8:3, “han dado de acuerdo con sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos; y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios”.
1) ¿Por qué se alaban estos macedonios? Porque ellos dieron como Cristo.
2) 2 Cor.8:9, “que siendo rico, por amor de vosotros se hizo pobre, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.
C. La ofrenda dice muchas cosas.
1) La ofrenda expresa lo que pensamos de nuestra alma, de nuestra salvación, de nuestra fe y amor.
2) En fin, la ofrenda expresa lo que pensamos de Cristo.
D. 2 Cor. 8:24, “Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de nuestro amor”. Es lo que hacemos cada domingo. Mostramos nuestro amor hacia Cristo y su iglesia.
V. ES AMAR COMO CRISTO AMABA.
A. Jn. 13:34, 35, “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros.
Como os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”.
1) De esta manera uno se identifica como discípulo de Cristo (y no simplemente por decir “soy cristiano” o “soy miembro de la iglesia de Cristo”).2) “Como os he amado”. ¡Qué meta más alta! ¡Qué medida de amor! ¿Así amamos a los hermanos? Yo temo que nuestro amor por los hermanos no llegue a esta medida.
3) La actitud de muchos miembros hacia sus hermanos en Cristo es la misma o peor que su actitud hacia familiares y amigos mundanos. No hay diferencia alguna.
B. Amar a los hermanos con ayuda económica. 1 Jn. 3:17, “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve que su hermano padece necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo morará el amor de Dios en Él?
C. Que no sea solamente “de palabra”. 1 Jn. 3:18, “no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad”.
D. Que no sea amor falso. 1 Ped. 1:22, “Habiendo purificado vuestras almas en obediencia a la verdad para un amor fraternal no fingido, amaos los unos a los otros ardientemente y de corazón puro”.
E. Efes. 5:25, “Esposos, amad a vuestras esposas, así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella”.
F. Mat. 5:44, “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen”. ¿Así amamos a los enemigos? ¿De veras somos cristianos? Jesús amaba a los que no eran dignos de su amor, amaba a los que no querían su amor.
G. ¿De veras somos cristianos? ¿De veras imitamos a Cristo? ¿Amamos como El amaba?
VI. ES SOPORTAR COMO EL AGUANTABA.
A. 2 Tim. 2:10, “Por tanto, todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús”.
B. 2 Tim. 2:3, “Tú, pues, sé partícipe de los sufrimientos como buen soldado de Cristo Jesús”; 4:5, “Pero tú, sé sobrio en todo; soporta las aflicciones”.
C. Heb. 12:2, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe; quien por el gozo que tenía por delante sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios”.
1) Heb. 12:3, “Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro corazón”.
2) Cada domingo al participar de la cena del Señor leo Mateo 27:26-31, y tengo subrayado las palabras claves: “…azotado… desnudándole… corona tejida de espinas… le escarnecían… escupiéndole… la golpeaban en la cabeza… le llevaron para crucificarle…”
3) Todo esto lo soportó, todo esto lo aguantó, todo esto lo sufrió por nosotros, para rescatarnos del eterno fuego del infierno.
4) Soportó todo hasta el fin, hasta decir, “Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Jn. 19:30).
D. ¿Estamos dispuestos a soportar toda prueba para imitarlo?
E. Hay hermanos que están dispuestos a morir por Cristo con tal que no haya conflicto con el trabajo, los planes de la familia, etc.F. Son como el novio que dijo, “Estoy dispuesto a cruzar la montaña más alta por ti y nadar el océano más profundo por ti y nos veremos el sábado si no llueve.”
CONCLUSIÓN: Hemos presentado aquí una meta muy noble, un propósito muy elevado.
Crecer como Cristo… Pensar como Cristo… Vivir como Cristo… Dar como Cristo… Amar como Cristo… Soportar como Cristo…
Si logramos este propósito, la recompensa será grande, glorioso: Vivir y Reinar con Cristo para siempre en el Cielo.
Fil. 3:12, “sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús… 14. Prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
1 Ped. 2:21, dice que Cristo nos ha dejado un ejemplo para que sigamos en sus pisadas.
Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18 enseñan que debemos ser transformados a la imagen de Cristo.
¿Ser semejantes a Él en qué?
I. ES CRECER COMO JESÚS CRECÍA.
A. Luc. 2:52, “Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”.
B. ¿Estamos creciendo como cristianos? 2 Ped. 3:18, “creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”
C. Efes. 4:13, 14, debemos crecer para llegar “a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina…”
II. ES PENSAR COMO JESÚS PENSABA.
A. Fil. 2:5, “Haya en vosotros esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús”.
1) Es imposible vivir como Jesús vivió sin pensar como El pensaba.
2) Heb. 8:10, “Pondré mis leyes en la mente de ellos y en sus corazones las inscribiré”.
3) Col. 3:16, “La palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros”.
B. Isa. 55:9, “como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
1) No pensar del pecado como los hombres piensan, sino pensar como Cristo.
Heb. 1:9, El aborrece el pecado, todo pecado y nos enseña que debemos hacer lo mismo, Rom. 12:9.
2) Debemos tener la misma actitud hacia la Palabra de Dios que El tenía. El resistió a Satanás diciendo “Escrito está” (Mat. 4:1-11). Conoció las Escrituras, las citaba constantemente.
C. Fil. 3:19, “El fin de ellos será la perdición; su dios es su estómago; su gloria se halla en su vergüenza; y piensan solamente en lo terrenal”.
D. Fil. 4:8, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad”.
E. Rom. 8:5, “Porque los que viven conforme a la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu”.
F. Col. 3:2, “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.
III. ES VIVIR COMO CRISTO VIVÍA.
A. Mat. 20:28, “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir”. B. Hech. 10:38, “El anduvo haciendo el bien”. ¡Qué buen epitafio para uno!
C. Luc. 19:10, “el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Este fue el propósito principal de su vida. ¿Cuál es el propósito principal de mi vida y de la suya?
D. Luc. 23:34; Jn. 17:20, 21, vivía por otros, oraba por otros.
E. Jn. 4:34, “Mi comida es que yo haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra”. ¿Cuál es la “comida” mía y la suya?
F. Fil. 1:21, “para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. ¿Podemos hablar así? ¿Para mí el vivir es Cristo?
G. Col. 3:3, 4, “porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Y cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados con Él en gloria”.
H. Cristo llegó a ser carne como nosotros, para que nosotros podamos ser como El y ser coherederos con El, Rom. 8:17.
IV. ES DAR COMO CRISTO DABA.
A. Mar. 12:43, 44, “En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro… ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.
1) ¿Por qué Jesús alaba a esta pobre viuda?
2) Porque ella daba como Cristo, ella “echó todo lo que tenía”.
B. 2 Cor. 8:3, “han dado de acuerdo con sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos; y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios”.
1) ¿Por qué se alaban estos macedonios? Porque ellos dieron como Cristo.
2) 2 Cor.8:9, “que siendo rico, por amor de vosotros se hizo pobre, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.
C. La ofrenda dice muchas cosas.
1) La ofrenda expresa lo que pensamos de nuestra alma, de nuestra salvación, de nuestra fe y amor.
2) En fin, la ofrenda expresa lo que pensamos de Cristo.
D. 2 Cor. 8:24, “Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de nuestro amor”. Es lo que hacemos cada domingo. Mostramos nuestro amor hacia Cristo y su iglesia.
V. ES AMAR COMO CRISTO AMABA.
A. Jn. 13:34, 35, “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros.
Como os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”.
1) De esta manera uno se identifica como discípulo de Cristo (y no simplemente por decir “soy cristiano” o “soy miembro de la iglesia de Cristo”).2) “Como os he amado”. ¡Qué meta más alta! ¡Qué medida de amor! ¿Así amamos a los hermanos? Yo temo que nuestro amor por los hermanos no llegue a esta medida.
3) La actitud de muchos miembros hacia sus hermanos en Cristo es la misma o peor que su actitud hacia familiares y amigos mundanos. No hay diferencia alguna.
B. Amar a los hermanos con ayuda económica. 1 Jn. 3:17, “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve que su hermano padece necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo morará el amor de Dios en Él?
C. Que no sea solamente “de palabra”. 1 Jn. 3:18, “no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad”.
D. Que no sea amor falso. 1 Ped. 1:22, “Habiendo purificado vuestras almas en obediencia a la verdad para un amor fraternal no fingido, amaos los unos a los otros ardientemente y de corazón puro”.
E. Efes. 5:25, “Esposos, amad a vuestras esposas, así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella”.
F. Mat. 5:44, “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen”. ¿Así amamos a los enemigos? ¿De veras somos cristianos? Jesús amaba a los que no eran dignos de su amor, amaba a los que no querían su amor.
G. ¿De veras somos cristianos? ¿De veras imitamos a Cristo? ¿Amamos como El amaba?
VI. ES SOPORTAR COMO EL AGUANTABA.
A. 2 Tim. 2:10, “Por tanto, todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús”.
B. 2 Tim. 2:3, “Tú, pues, sé partícipe de los sufrimientos como buen soldado de Cristo Jesús”; 4:5, “Pero tú, sé sobrio en todo; soporta las aflicciones”.
C. Heb. 12:2, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe; quien por el gozo que tenía por delante sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios”.
1) Heb. 12:3, “Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro corazón”.
2) Cada domingo al participar de la cena del Señor leo Mateo 27:26-31, y tengo subrayado las palabras claves: “…azotado… desnudándole… corona tejida de espinas… le escarnecían… escupiéndole… la golpeaban en la cabeza… le llevaron para crucificarle…”
3) Todo esto lo soportó, todo esto lo aguantó, todo esto lo sufrió por nosotros, para rescatarnos del eterno fuego del infierno.
4) Soportó todo hasta el fin, hasta decir, “Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Jn. 19:30).
D. ¿Estamos dispuestos a soportar toda prueba para imitarlo?
E. Hay hermanos que están dispuestos a morir por Cristo con tal que no haya conflicto con el trabajo, los planes de la familia, etc.F. Son como el novio que dijo, “Estoy dispuesto a cruzar la montaña más alta por ti y nadar el océano más profundo por ti y nos veremos el sábado si no llueve.”
CONCLUSIÓN: Hemos presentado aquí una meta muy noble, un propósito muy elevado.
Crecer como Cristo… Pensar como Cristo… Vivir como Cristo… Dar como Cristo… Amar como Cristo… Soportar como Cristo…
Si logramos este propósito, la recompensa será grande, glorioso: Vivir y Reinar con Cristo para siempre en el Cielo.
Fil. 3:12, “sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús… 14. Prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
INTRODUCCIÓN: En el pasaje señalado podemos observar algunas características de una iglesia saludable; y son características que la iglesia de hoy debe de tener, porque estas cualidades representan áreas que son vitales en la vida de la iglesia.
Entre otras muchas, consideraremos algunas.
I. ERA UNA IGLESIA QUE PERSEVERABA EN LA ENSEÑANZA.
A. En el Vs. 41 nos dice Lucas: “…Los que recibieron su palabra fueron bautizados y se añadieron aquel día como tres mil personas.” A medida que la iglesia crecía y ganaba más gente, se hizo indispensable educar a los nuevos convertidos en las enseñanzas de los Apóstoles. El Versículo 42 nos dice: “Y perseveraban en la enseñanza de los Apóstoles…”. La palabra Doctrina quiere decir enseñanza o instrucción.
1) Ellos dedicaban tiempo y prestaban atención a lo que los Apóstoles enseñaban.
2) Eran como la iglesia de Berea que “…escudriñaban las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.
3) Como creyentes nosotros tenemos nuestra doctrina o enseñanza y esta se fundamenta en la palabra de Dios, Ella es:
a) Nuestra regla de fe: En ella Dios nos ha revelado las verdades divinas y esas verdades son las que creemos
b) Nuestra regla de conducta: Ella nos dice como debemos de conducirnos en nuestra vida, la conducta del cristiano debe ser moldeada por la palabra de Dios.
B. Muchas veces el creyente es movido por cualquier viento de doctrina, problema o circunstancia es por eso que Dios puso en la iglesia ministerios, como dice Efesios
4.11, pero lo hizo con cierto propósito y ese propósito es enseñar la palabra de Dios.
1) En los versículos 12.14 nos dice: “…a fin de perfeccionar (que maduren, que crezcan) a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, haya que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina…”
2) Hay cientos de versículos que nos exhortan a crecer en el conocimiento de la palabra de Dios.
3) Un hijo de Dios permitirá que la palabra de Dios trasforme su vida ¿Cómo?
a) Amando la palabra de Dios Sal.119:103
b) Obedeciendo la palabra de Dios Josué 1:8
II. ERA UNA IGLESIA QUE PERSEVERABA EN LA COMUNIÓN.A. En el Vs. 42 nos dice: “…Y perseveraban en la comunión unos con otros…”
1) Otra característica que vemos en esta iglesia saludable es que estaban unidos,
a) se apoyaban unos a otros,
b) se exhortaban unos a otros,
c) se animaban unos a otros,
d) oraban unos por otros,
2) hoy hay creyentes que se aíslan de la congregación, argumentan con expresiones como:
a) Al fin yo leo la Biblia, oro al señor y me bendice
b) otros dicen: Yo me quedo en casa, al cabo hay muchos predicadores en los medios de comunicación, así que puedo oír el mensaje por la radio o verlo por la televisión.
3) Ahora bien no hay nada de malo en que escuchemos a través de esos medios, pero el problema esta en que se piensa que es la única forma de ser alimentados espiritualmente, todos los medios que hemos referido nos ayudan, pero el sabio salomón nos dice en Eclesiastés 4:9-12 “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayere, el uno levantará a su compañero; pero ¡hay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿Cómo se calentara uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”.
a) Hay una tradición judía que dice que cuando Jacob estaba para morir, llamó a sus doce hijos y les dijo: Cada uno de ustedes traiga dos varas, porque los voy a bendecir, los voy a heredar.
b) Así, cada uno de ellos le entregó una vara, él las tomó una por una y las quebró, Luego le dieron las otras doce varas juntas, y al tratar de quebrarlas no pudo, y les dijo: Esto es para enseñarles que cuando ustedes estén separados cualquiera los dominará, pero unidos nadie podrá vencerlos.
c) Como cristianos debe de haber unidad y compañerismo entre nosotros,
d) Dios no nos ha llamado a juzgar ni a criticar a nuestros hermanos en la fe,
e) Dios nos exhorta a buscar la unidad y el compañerismo,
f) Pablo ilustra esta unidad en la ilustración que da del los miembros del cuerpo que todos son necesarios. 1 Corintios 12.
III. ERA UNA IGLESIA QUE PERSEVERABA EN EL CULTO.
A. El Versículo 46 nos dice: “y perseveraban unánimes en el templo…”
1) Los cristianos del primer siglo perseveraban en la asistencia al templo,
2) hoy en día la asistencia al templo se ha vuelto algo rutinario o mecánico.
4) El autor a los Hebreos 10:25 nos dice: “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos, y tanto más, cuando ven que aquel día se acerca”.
a) El autor dice que una mala costumbre en la que un cristiano puede caer es en la inasistencia la templo,
b) este versículo nos enseña que debemos de asistir a los servicios de la iglesia,
c) como creyentes debemos ser parte de la membrecía de una iglesia y ser activo en sus servicios.
d) En la iglesia podemos ser más eficientes en la obra de Dios, ya que podemos desarrollar nuestros dones y talentos.
e) Alguien ha dicho que la iglesia es como un brasero, si las brasas están juntas el fuego se mantiene ardiendo, pero si las brasas están separadas, es más fácil que el fuego se apague.
f) Nuestra fuerza espiritual depende en gran medida de su asistencia y participación en los servicios de la iglesia,
g) Satanás sabe esto muy bien y hará cualquier cosa para impedir que usted vaya a los servicios de la iglesia.
IV. ERA UNA IGLESIA QUE PERSEVERABA EN LA ORACIÓN.
A. La iglesia del primer siglo sabía que no podían enfrentarse a la obra del ministerio en sus propias fuerzas,
1) siempre hablaban con Dios antes de hablar con los hombres,
2) siempre buscaban a Dios antes de salir al mundo,
3) y así podían enfrentar los problemas de la vida.
B. En el Libro de los Hechos encontramos varios versículos que nos muestran como la iglesia primitiva valoraba la oración. Hechos 1:14; Hechos 3:1; Hechos 4:31; Hechos
6:4; Hechos7:59,60; Hechos 10:9; Hechos 12:5 y 12; Hechos 16:25.
1) La iglesia primitiva era una iglesia saludable porque tenían una vida de comunión con el Señor, Jesús dijo sin mi nada pueden hacer.
2) Cierta ocasión le dijeron a Spurgeon porque se mueve el poder de Dios en tu iglesia.
3) Cuál es el secreto, a lo que él les respondió, es que yo tengo una maquinaria que mantiene viva a mi iglesia, el los llevo a su iglesia y cuando abrió la puerta de la iglesia había 300 personas de rodillas orando, Spurgeón les dijo esa es la maquinaria que mantiene viva a mi iglesia.
V. ERA UNA IGLESIA QUE PERSEVERABA EN EL GANAR ALMAS.
A. En Hechos 5.42 nos dice: “y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”.
1) No hay mayor realización que la de ser parte del trabajo numero uno de Dios,2) compartiendo el evangelio y ganando almas en medio de un mundo que perece sin Dios y sin esperanza,
3) La Biblia nos dice que cada uno de nosotros somos colaboradores de Dios 1 Cor. 3:9,
4) Dios ha depositado en nuestras manos la semilla de la palabra de Dios Lucas 8:11
5) Nos dice en Hechos 18.5 “…Y Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo”.
6) Todos esos creyentes tanto hombres como mujeres, eran predicadores del mensaje de Cristo eran embajadores, representantes de Cristo y tenían el ministerio de la reconciliación 2 Cor.5:20.
CONCLUSIÓN: Debemos de hacer una análisis de nuestra vida, y preguntarnos si estamos siendo una iglesia saludable, o hay algo que esta enfermo en nosotros, tenemos estas características de esta iglesia saludable o hay alguna característica que nos falta, sino es el momento de decirle al Señor que nos ayude a ser una iglesia saludable para poder ser la iglesia que Dios desea, una iglesia saludable.
PROPÓSITO: Que todos aprendamos de la perfección que la Biblia nos habla.
INTRODUCCIÓN: Dios espera de sus hijos perfección (Mat.5: 48)
El apóstol Pablo trataba de presentar delante de Dios perfecto a todo hombre (Col.1: 28)
En esta ocasión veremos la perfección desde tres perspectivas.
I. EN EL SENTIDO DE SER LIMPIO, SIN PECADO (Heb.10:1,2, 11-14)
A. El sacrificio de Cristo quita los pecados (Mat.26:28; Apoc.1:5; Hech.22:16; Col.2:12,13)
B. El sacrificio de Cristo nos limpia de los pecados que pueden darse en la nueva vida en Cristo (1Jn.2:1,2; 1:7,9)
C. Así que en este sentido, todos los cristianos somos PERFECTOS.
II. EN EL SENTIDO DE MADUREZ ESPIRITUAL (2Tim.3:16,17; Fil.3:15)
A. Esta clase de perfección no la tienen todos los cristianos (Heb.5:11-6:1)
1) Porque siempre hay personas que se están convirtiendo al Señor (Mat.28:19,20)
2) Porque siempre hay hermanos que no quieren crecer (Heb.5:11- 14; 1Cor.3:1-3)
B. Sin embargo, esta clase de perfección, Dios la reclama de los creyentes (Heb.6:1), y si Dios la reclama, es porque él sabe que podemos alcanzarla.
C. Esta clase de perfección es muy importante y necesaria:
1) Para estar capacitado para toda buena obra (2Tim.3:17)
2) Para no dejarse vencer por las tribulaciones de esta vida (Luc.8:13)
3) Para no ser movidos por las falsas doctrinas (Efes.4:14)
III. EN EL SENTIDO DE TENER UN CUERPO TRANSFORMADO (Fil.3:10-12)
A. Esta clase de perfección esta reservada para el día final (1Cor.15:50-54)
B. Todo cristiano debe desear con ansiedad esta perfección (Rom.8:23)
C. Para alcanzar esta perfección hay que:
1) Permitir que el Espíritu Santo more en nosotros; Es decir que el Espíritu Santo tome control de nuestras vidas, a través de guiarnos por su revelación (Rom.8:11)
2) Tener vidas puras, sin pecado (1Jn.3:2,3)
3) Esta esperanza produce consagración en el trabajo del Señor (1Cor.15:58)
CONCLUSION: Al decir que somos perfectos, hay que explicar en qué sentido.
CRISTIANO”
2 Pedro 1:3-9
INTRODUCCIÓN: La compulsión a comprar artículos innecesarios, los raptos de ira que llevan a reaccionar ante lo que el cerebro interpreta como "provocación" o los temores fruto de dimensionar pequeños incidentes hasta otorgarles una importancia que no tienen, constituyen algunas de las manifestaciones entre quienes no han desarrollado el dominio propio. ¿Cómo se logra? Permitiendo que Dios obre en nuestro ser.
I. EL CRECIMIENTO CRISTIANO ES UN PROCESO ASCENDENTE.
A. No estamos llamados al estancamiento espiritual.
B. No estamos llamados al retroceso espiritual.
C. La palabra de Dios encierra frases claves:
1) "...Dios nos ha concedido..."
2) "...todo lo que necesitamos para la vida..."
D. ¿Qué nos enseña?
1) Que podemos tener parte en la naturaleza de Dios (v. 4).
2) Que podemos y debemos escapar de los malos deseos (v. 4).
II. CRECER EN LA VIDA CRISTIANA IMPLICA ESFORZARSE (V. 5).
A. Quien asume una actitud pasiva, se estanca.
B. La Palabra de Dios nos enseña ocho virtudes:
1) Fe
2) Buena conducta.
3) Entendimiento.
4) Dominio propio.
5) Paciencia.
6) Devoción.
7) Afecto fraternal.
8) Amor.
III. QUIEN SIRVE A DIOS DEBE OBSERVAR DOMINIO PROPIO (TITO 1:6-9)
A. Características de quien tiene dominio propio en un ministro de Dios:
B. Vida irreprensible (vv.6, 7 b).
C. No terco (v. 7).
D. No debe ser de mal genio (v.7).
E. No debe ser pendenciero (v. 7).
F. No debe ser ambicioso (v. 7).
G. Lo que sí debe ser un ministro de Dios:
1) Hospedador (v. 8).
2) Hombre de bien (v. 8). 3) De buen juicio (v. 8).
4) Justo (v. 8).
5) Santo (v. 8).
IV. ¿PARA QUÉ SIRVE EL DOMINIO PROPIO?
A. Para tener dominio sobre el pecado – Salmo 119:11; 1 Juan 2:1.
B. Para tener dominio sobre lo que pensamos – Filipenses 4.8
C. Para tener dominio sobre las emociones – Efesios 4:31.
D. Para tener dominio sobre lo que decimos – Colosenses 4:6.
E. para tener dominio sobre la maldad que nos asedia – 1 Tesalonicenses 5:22.
CONCLUSIÓN: Un ministerio de muchos años se puede echar a perder por una mala reacción, por un comentario inapropiado, por dejarnos vencer de la maldad. Esa es la razón por la que debemos observar dominio propio como cristiana. No alcanzamos tal dominio en nuestras fuerzas sino en las fuerzas que provienen del Señor Jesucristo.
(“El Valor de Leche”)
1 Pedro 2:1-3
INTRODUCCIÓN: Anhelemos lo que la Biblia contiene para nosotros:
I. PORQUE ES UNA ORDEN, 2:2.
A. Ya es tiempo de comenzar (tiempo aoristo).
B. Es una “leche” que vale la pena.
1) Es racional. (Es un reto intelectual, no sólo espiritual.)
2) Es pura (no contaminada con ideas humanas).
3) Es divina (tácito).
II. SE HACE MEJOR DESECHANDO PECADOS DE LA VIDA, 2:1.
A. Eso se hace primero (participio aoristo).
B. Tenemos que hacerlo (participio adverbial circunstancial, aquí = imperativo).
C. Porque somos renacidos (“pues” = 1:23-25).
D. He aquí ejemplos:
1) toda malicia
2) todo engaño
3) hipocresías
4) envidias
5) todas detracciones
III. EN LA MISMA MANERA QUE NIÑOS RECIÉN NACIDOS DESEAN LECHE, 2:2.
A. Un niño es una criatura, y por eso dependiente. Mt. 18:3-6; Mr. 10:14-15.
B. Se desea por ciertas maneras:
1) Ansiosamente
2) con hambre
3) humildemente
4) sin soberbia
5) dispuesto
IV. CON EL PROPÓSITO DE CRECER, 2:2.
A. Por la Biblia misma
1) “por ella” = autw = agente
2) voz pasiva = agente
3) En la salvación
4) activamente (es ei_, no en)
5) con prioridadV. PORQUE YA SABEMOS QUE LO QUE EL SEÑOR TIENE PARA NOSOTROS ES BUENO, 2:3.
A. Es una condición de la primera clase = puesto que.
B. Sabemos por la Biblia que el Señor es benigno.
C. Sabemos por la experiencia que el Señor es benigno (“gustado”). Sal. 34:8.
D. “Benigno” quiere decir:
1) Fácil
2) Suave
3) Excelente
4) Mejor
5) Bueno
6) útil
CONCLUSIÓN: ¡Al estudio serio de la Palabra!
1ª Cor. 12:12-18; Ef. 2:19
INTRODUCCION: Nuestro orden de prioridades: Primero Dios, luego nuestra familia y después la iglesia.
La iglesia es lo más parecido al cielo, pero no es el cielo todavía, hay fallas, pero Dios se ha especializado en ministrarnos en este lugar, jamás menosprecies a la iglesia.
Hay títulos que Dios ha puesto a la iglesia: ejercito, rebaño, viña, pueblo de Dios, pero hay dos especiales que hoy veremos: el Cuerpo de Cristo y la Familia de Dios.
Desarrollaremos tres aspectos fundamentales:
I. LA IMPORTANCIA DE PERTENECER A UNA IGLESIA. (Ef.2:19)
A. ALTERANDO EL VALOR DE LAS COSAS:
1) Hay valores que en el cielo siguen cotizadísimos, pero que en la tierra se van devaluando.
2) Cuando en la iglesia lo que tiene autentico valor se pierde, ocurren tragedias.Is.5:20.
B. LA IMPORTANCIA DE CREER:
1) No sólo creer en Dios, sino creer a Dios. He 11:6.
a) (Ej. Isaac Newton. Empezó a perder la memoria, pero quiso acordarse siempre de que “yo soy un gran pecador, pero Dios es mi salvador”.)
2) Creer no es suficiente, es una labor que empieza el Espíritu Santo a trabajar en nosotros,
a) me trae convicción,
b) pero no sólo me apunta y me dice que soy un pecador, sino que me señala a la cruz y me dice que hay salvación y perdón de mis pecados.
C. LA IMPORTANCIA DE PERTENECER.
1) ¿Pertenecer a qué?
a) El bautismo nos incorpora a la familia de Dios, hay una forma en la Biblia en que se utiliza iglesia,
b) Primero como iglesia local: conjunto de personas que se reúnen en un lugar determinado, bajo un pastorado determinado, la iglesia local.
D. ¿Tengo que pertenecer a la iglesia local?
1) Dios nos anima a pertenecer a una familia, donde tenemos derechos y responsabilidades.
2) Cuando pertenecemos a la iglesia, las promesas nos pertenecen.
II. LA IMPORTANCIA DE PERMANECER EN ESA IGLESIA. (Ef.2:20; Jn.15:4-7)
A. Vivir y si es necesario morir en una iglesia,
1) más de la mitad de las disputas en una iglesia tiene que ver con el ego,
a) no me saludó, b) no me atendió,
c) no me llamó,
d) no me dio lugar.
B. Para el cambio de miembros sólo hay dos cosas:
1) trasplante o amputación.
a) El que ha sido trasplantado es sometido a un proceso, por un cirujano experimentado, Dios te puede trasplantar.
b) El miembro amputado muere.
C. La iglesia debe de caracterizarse por amar.
1) Las iglesias que crecen aman.
2) Podríamos hablar de dos iglesias diferentes:
a) La iglesia bolsa de canicas: cuando se reúnen, suena mucho.
1. Buscan ser perfectos brillantes,
2. bien pulido, la apariencia.
3. Cuando un miembro choca con otro saltan chispas,
4. se desprenden esquirlas de vidrio que hieren.
5. Cuando termina la reunión y se abre la bolsa, cada uno rueda por un sitio.
6. Los miembros se juntan están reunidos pero no unidos.
1) La iglesia racimo de uva.
a) Están unidos, por todos corre la misma savia,
b) cuando chocan entre sí,
1. brota de ellos néctar,
2. dulzura, presiona dos uvas y verás el dulzor que sale.
3. Si tomas la más grande o la más pequeña, todas ellas tienen dentro semillas, la capacidad de multiplicarse y de sembrarse, todos tienen la capacidad de multiplicarse.
4. No siempre las uvas están perfectas, sino que a veces alguna está podrida, pero tienen vida.
5. No sólo pertenezcas, sino además permanece.
III. LA IMPORTANCIA DE CRECER ESPIRITUALMENTE. (Ef.2:21)
A. Es en su iglesia donde Dios
1) nos moldea, pule cada una de nuestras aristas,
2) como los vidrios que hay en la arena del mar, y por las olas son pulidos, refinados.
3) Una vez pulido quizás puede venir algo y presionar sobre el vidrio, rompiendo de nuevo las aristas, y necesitando de nuevo que E. S. haga su obra.
B. Crecer es una actitud.
1) Cuando pertenecemos y permanecemos, el dar fruto es algo natural.
2) Las actitudes que impiden que crezcamos se deben a que ponemos los ojos en lo que nos divide y nos empobrecernos, pero debemos ser solícitos enguardar la unidad, viendo aquello que nos une y así ser enriquecidos, (Ef.4:1-6).
C. La iglesia local está formada por núcleos familiares, cada uno de nosotros representamos a nuestras familias dentro de la familia de Dios.
1) Por este motivo son importantes tener en cuenta algunos “pilares” que nos ayudarán sostener el crecimiento espiritual de nuestra iglesia local:
a) Vivir lo mismo dentro del templo, que en nuestro hogar.
b) Mantener una educación cristiana y no “cultural”.
c) Amar a Dios sobre todas las cosas, por lo que amaremos la iglesia.
d) Mantener el afecto (Necesitamos el amor, tanto como el oxígeno).
e) Orar juntos como familia.
CONCLUSION: A nuestro medio vendrán personas heridas y necesitaran personas para que les sanen, que les curen, por ello el pertenecer a la iglesia, y el dar tu vida, para servir en este ejército.
Jesús dijo: “Yo edificaré mi iglesia” (Mt.16:18), Él es la Roca Viva, que nos da identidad como iglesia (1.Pe.2:1-10) “perteneces a la familia de Dios”
EFESIOS 4: 1-16
INTRODUCCIÓN: Un secreto de gran calor para que la iglesia cumpla su ministerio es la
UNIDAD, es por eso que el enemigo de nuestra alma ataca diariamente a la iglesia del Señor para qué deje de hacer lo que Dios le llama que haga.
Ante todo esto es importante que reflexionemos en aquellos factores que unen y fortifican la vida de la iglesia:
I. QUE CADA MIEMBRO DEL CUERPO ANDE DIGNAMENTE (Efesios 4:1)
A. ¿Dónde comienzan los problemas en las relaciones? Cuando nos descuidamos espiritualmente.
1) Pablo dice "ANDAD DIGNAMENTE"
2) ¿Qué es andar de manera digna?
a) Es Andar en fe. (2 Corintios 5:7)
b) Es Andar en vida nueva. (Romanos 6:4)
c) Es Andar en el Espíritu. (Gálatas 5:16)
d) Es Andar en amor. (Efesios 5:2)
e) Es Andar en luz. (1 Juan 1: 7)
f) En santidad. (1 Pedro 1:15-20)
II. QUE CADA MIEMBRO DEL CUERPO ANDE EN HUMILDAD (Efesios 4:2)
A. Humildad es un sentir de pequeñez sin una pizca de complejo ni de prejuicio (Filipenses 2:1-11)
B. Jesús es el modelo perfecto. (Juan 13:1-20)
III. QUE CADA MIEMBRO DEL CUERPO ANDE EN MANSEDUMBRE (Efesios 4:2)
A. La virtud que nos permite reaccionar con pasividad ante las actitudes hostiles de la gente.
B. Jesús es modelo de mansedumbre.
IV. QUE CADA MIEMBRO DEL CUERPO ANDE EN PACIENCIA (Ef.4:2)
A. Capacidad de soportar un peso pero sin tirarlo al suelo
B. Virtud que nos ayuda a esperar sin desesperarnos ni precipitarnos.
C. Santiago 5: 7-10. La paciencia es virtud que todos necesitamos.
V. QUE CADA MIEMBRO DEL CUERPO SEA SOLICITO EN GUARDAR LA UNIDAD. (Efesios 4:3)
VI. QUE CADA MIEMBRO DEL CUERPO CONOZCA LA BASE DE NUESTRA UNIDAD. (Efesios 4:4-6) A. Un cuerpo E. Una fe
B. Un Espíritu F. Un bautismo
C. Una esperanza G. Un Dios y Padre
D. Un Señor ¡Que es de todos, sobre todos y en todos!
VII. QUE CADA MIEMBRO DEL CUERPO RECONOZCA QUE DIOS TIENE DONES Y MINISTERIOS PARA UNIR EL CUERPO. (Efesios 4.7-16)
A. Jesús es el dador de los dones. (v. 7-10)
B. Jesús constituye ministerios. (v. 11-12)
C. La meta de Jesús es consolidar el cuerpo. (v. 13-16)
1) Llegar a la unidad de la fe.
2) Llegar a la unidad del conocimiento
3) Llegar a la medida de Cristo
4) Ya no ser fluctuante
5) Seguir la verdad
6) Crecer en todo
7) Ayudarse mutuamente
CONCLUSIÓN: Debemos de reconocer que el cuerpo tiene una cabeza (v. 15) la cual guía y sustenta a cada miembro.
Si todos dependemos de Cristo cumpliremos el propósito para esta vida.
¿Qué necesitamos para vivir una vida sólida? A JESUS
¡Vengamos hoy a Jesús! y cumplamos sus propósitos
Gálatas 6:7-10
INTRODUCCIÓN: Cansancio, agotamiento, ¿Quién no está cansado?, Necesitamos alguien que nos dé un poco de ánimo, todo el mundo es pesimista.
Todo lo que no se renueva envejece, Nuestra piel está continuamente renovándose.
Después de un periodo de trabajo o de alguna tarea realizada es bueno renovarse.
Me encanta el Apóstol Pablo, él es optimista, nos da mucho ánimo en sus cartas Por ej. En Rom. 8:28 “Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan para bien”
¿Cómo?, ¿Todas?, Si TODAS, las lágrimas y las sonrisas, los retrocesos y los avances, lo doloroso, eso que nos hizo llorar, todas las cosas nos ayudan.
Pablo nos alienta a comprender que Dios sigue siendo soberano sobre todos y sobre todas las cosas, Él controla todo y todas las cosas, tu vida y mi vida Me gusta cuando Pablo escribiendo a los Filipenses. 4:13 que dice: “Podemos hacer todas las cosas que necesitamos hacer porque Cristo nos da el poder para hacerlas”, “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece”
Aquí en Gálatas 6:9 tenemos un verso personal y poderoso, es uno de esos que nos dan nuevas fuerzas (muy apropiado para este momento)
Si observamos este pasaje podemos permanecer fortalecidos, renovados en la obra de
Dios.
Veamos algunas cosas:
I. ES POSIBLE QUE NOS CANSEMOS EN LA OBRA DE DIOS.
*A Miembros fieles, a veces se les escucha decir y confesar que están cansados en la obra, que ya no dan más, el trabajo es duro, no siempre es todo lindo y color de rosas, no nos entienden, hay trabas, hay ingratitudes, Por eso Pablo escribe esto, para que no nos cansemos Pero ¿Por qué nos cansamos?
A. Nos cansamos primero, porque somos débiles.
1) Somos humanos,
2) tenemos limitaciones,
3) Pablo llegó a cansarse y Jesús también, y los discípulos.
4) Jesús dijo en el Getsemaní: “El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”(Mar. 14:38)
5) Después de varias horas de trabajo,
a) es natural que se nos agoten las fuerzas y necesitemos descanso, tomar nuevas fuerzas,
b) si llegamos a cansarnos en (y no de) la obra puede ser por agotamiento físico.
6) Elías el gran profeta de Dios se agotó mientras huía de Jezabel.
7) Después de ese tremendo momento con los profetas de Baal, donde Dios se manifestó como fuego que consumió el altar con el buey, las piedras, el polvo y hasta el agua, luego ve la contestación a su oración y la lluvia que desciende después de 3 años de sequía, 8) El se cayó debajo de un arbusto y le pidió a Dios que lo dejara morir, y era el mismo poderoso profeta de Dios
a) ¿ Quién no se cansa”, todos
B. Nos cansamos porque hay pocos obreros.
1) También a Elías le había pasado, en su depresión él dice, “Solo yo he quedado”
a) hay veces que nos sentimos solos,
b) Pablo tuvo varios colaboradores en sus viajes y en su ministerio, al final de la carta a los Rom. Da una lista,
c) sin embargo nunca alcanzan, el trabajo es muy grande, el mismo Jesús lo dijo, “La mies es mucha y los obreros pocos”
1. Hay tanto trabajo,
2. Tanta gente que necesita imperiosamente escuchar el mensaje de salvación,
3. La mayoría de los obreros de las iglesias están sobrecargados de trabajo.
C. Nos cansamos porque el trabajo es mucho
1) Pablo tenía a toda Galacia en su corazón; y más allá veía Europa, Asia, otras ciudades y países que eran como una carga en su corazón y en su alma,
2) Nosotros tenemos
a) nuestro barrio,
b) otros barrios más alejados,
c) otros pueblos alrededor,
d) la ciudad y la nación,
e) y más cerca, nuestros vecinos y nuestras familias, el trabajo puede parecer TAN grande que nos cansemos, pero Pablo dice que “No nos cansemos...”
D. Nos cansamos porque a veces no vemos los resultados que esperamos.
1) A veces los resultados del trabajo no se ven, no los que esperábamos
2) Pablo seguramente nunca vio todos los resultados que él quería ver, ni en Atenas, ni en Roma ni en Jerusalén, ni en Galacia.
3) Noé no vio ningún resultado después que predicó 120 años (no 120 veces)
4) Isaías en 6:8-12 dice que Dios le dijo que siguiera predicando aunque no tuviera éxito.
5) Podemos cansarnos fácilmente al no ver resultados pero Pablo dice “Por favor, no se cansen de hacer el bien”
E. Porque hay muchos problemas que enfrentar.
1) La tarea nunca fue fácil,
a) Pablo tuvo muchos problemas con las iglesias en Galacia,
b) también tuvo problemas en Corinto,
c) fue puesto en la cárcel,
d) fue apedreado,
e) tuvo naufragios,
f) sus problemas parecían no terminar mas,g) Lo mismo nos sucede a nosotros, cuando todo anda bien nos sorprendemos ¿De dónde vendrá ahora?,
1. Enfermedades,
2. hermanos sin trabajo,
3. los problemas nos atacan uno tras otro,
4. algunos se enfrían,
5. otros se deprimen,
6. otros se mudan de ciudad, otros se apartan.
7. Pablo dice ¡Quédate allí!
8. ¡No te canses!,
9. No aflojes mi hermano,
10. vale la pena seguir luchando.
II. PODEMOS TENER VICTORIA EN LA OBRA DE DIOS.
*Pablo vio su trabajo coronado de victoria y dijo que: “En todas estas cosas somos más que vencedores, por medio de Aquel que nos amó”,
*no por nosotros Necesitamos mantenernos frescos, renovados en la obra de Dios porque viene el éxito, viene la victoria, viene el crecimiento.
A. La victoria viene a su debido tiempo.
1) El texto dice: “A SU tiempo cosecharemos”
a) El tiempo de Dios, no el nuestro,
b) La semilla tiene un tiempo para germinar y crecer
c) No sembramos semilla de algodón o de maíz un día y al otro vendemos la cosecha,
d) Los estudiantes no van solo un mes a la escuela y ya salen profesionales, médicos, ingenieros, contadores, maestros, electricistas Etc.,
e) Todo tiene su tiempo, pero el mejor tiempo es el de Dios, “A su Tiempo”--¡Gloria a Dios que los tiempos son suyos y no nuestros!
B. La obra de Dios, la espiritual requiere tiempo.
1) El corazón del hombre es como un campo,
a) que debe ser preparado,
b) la semilla de la Palabra de Dios necesita ser regada con nuestras lágrimas,
c) las oraciones del pueblo de Dios, la intercesión, necesitan preparar el trabajo, todo esto lleva tiempo, a veces demasiado tiempo (a nuestro entender, pero eso no importa)
d) Jesús estuvo con sus discípulos tres años día y noche, preparándolos para la tarea, el no se cansó.
C. La victoria viene si no desmayamos.
1) Dios va a bendecir SU obra, pero su demanda hacia nosotros y hacia mí es que no desmayemos.
2) Ilustración: Adonirán y Ana Judson fueron a Birmania de misioneros, después de 7 años de trabajo no podían informar de ningún convertido, después de 14 años tenía las tumbas de su esposa y sus 4 hijos, pero él dijo que se quedaría y que vería una iglesia de más de mil miembros,
a) así lo hizo y pudo verla,
b) NO DESMAYÖ,
c) no se cansó,
d) Hermano si estás cansado, piensa que la victoria es nuestra,
e) trabajamos para el Señor de la Victoria.
f) Mantengámonos fuertes en él.
CONCLUSIÓN: Miremos de nuevo el texto, pensemos en el trabajo que tenemos por delante, mantengámonos fuertes, nuestras fuerzas renovadas, no desmayemos, tendremos pruebas y luchas pero Él quiere darnos la victoria.
Es posible que lleguemos a cansarnos en la obra pero lo más emocionante es que podremos ver nuestro trabajo coronado de victoria y éxito.
Adelante iglesia que a “Su tiempo cosecharemos, si no desmayamos” Amén
Lucas 8:4-15
INTRODUCCION: Cuando se visita el médico él chequea el nivel de colesterol, del
azúcar, la presión sanguínea, los pulmones, y todo el cuerpo.
Los estudios indican que son muchos los que padecen de una enfermedad fatal que mata a decenas de miles de personas cada año.
Otras estadísticas recientes indican que las mujeres están padeciendo mucho de una enfermedad.
¿Cuál es esta enfermedad? Es la enfermedad del corazón.
Hablamos mucho del corazón y usamos muchas frases acerca de este.
“Tiene el corazón roto”.
“Tiene un corazón duro”.
¡Tiene un corazón grande!
¡No tiene corazón! Cada frase tiene su significado en nuestra sociedad.
El corazón es un órgano principal e indispensable que trabaja 24 horas al día sin parar.
Maravilloso, ¿verdad? Un automóvil después de 5 años da muchos problemas, pero el
promedio del buen funcionamiento de vida del corazón es de 70 años.
Este bombea sangre a todo el cuerpo, principalmente a los órganos y al cerebro.
Aun así el corazón padece mal-funcionamientos como:
*Endocarditis Reumática: Inflamación de las válvulas del corazón.
*Arritmias: Alteración del ritmo cardiaco.
*Valvulopatias: Es el mal funcionamiento de las válvulas Mitral, Aortica,
*Tricúspide, y Pulmonar.
*Insuficiencia Cardiaca: Desequilibrio entre el flujo de salida de sangre del corazón y las demandas del cuerpo.
*Otros: Infartos, soplos (inocentes y patológicos) cardio patia isquémica.
En la parábola que Jesús contó en el libro de Lucas se muestran 4 tipos de corazones.
Tres de estos corazones están enfermos con la peor enfermedad del mundo, si así se le puede decir al “PECADO”.
El Señor contó y explico esta parábola para que cada uno de nosotros pueda reflexionar acerca de nuestra vida y lo que haremos con su Palabra y con Jesucristo su hijo bien amado.
La semilla es la Palabra de Dios que ha sido sembrada en el corazón de cada hombre.
Nuestra respuesta a esta palabra demuestra que tipo de corazón tenemos.
Como la tierra recibe la semilla y según el tipo de suelo crece, así mismo depende de la clase de corazón con que recibamos la Palabra de Dios para que esta crezca para vida eterna.
¿Qué tipo de corazón tiene usted?
I. UN CORAZON MALO: “Una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y las aves del
cielo se la comieron. (V.5)
A. Jesús comienza diciendo que la buena semilla cayó junto al camino y fue pisoteada por la gente y comida por las aves. 1) Aquí se dan dos figuras. Una es pisotear y la otra es comer.
a) En ambos casos la semilla es destruida para que no crezca.
b) Cuando se pisotea algo es porque no se considera de valor.
c) No es de importancia o de interés.
d) La gente está ocupada en sus placeres y negocios.
e) En los Estados Unidos de América las personas trabajan hasta dos trabajos para hacer dinero.
f) No tienen tiempo para Dios.
g) Están ocupados en sus intereses y en sus planes.
h) Estas son personas que no tienen interés en Dios.
i) Viven para los placeres de este mundo no permitiendo así que la palabra de Dios tenga cabida en sus corazones.
j) Cuando se les da un tratado lo tiran a la basura.
k) Para ellos el dólar es lo que tiene valor y es lo único que les interesa.
2) La segunda figura son las aves que se comieron la semilla.
a) Cuando se siembra un sembrado de maíz los agricultores ponen un espanta-pájaro para espantar las aves que se comen la semilla y no la dejar germinar.
b) Este tipo de personas tienen un corazón malo que no permite que la semilla germine en sus corazones.
c) ¿De qué tipo de personas nos habla esto?
1. Estas personas son las que han dado sus espaldas a Dios y no desean saber nada acerca de él.
2. No hay ningún interés de conocerle.
3. No visitan la iglesia,
4. no leen la Biblia
5. y viven vidas hostiles,
6. en la fornicación,
7. la mentira,
8. el robo,
9. y la lujuria.
10. Satanás tiene pleno control de sus vidas y no lo saben.
Jeremías 17:9 dice: “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?
B. Este corazón es un corazón malo lleno de pecado. Romanos 3:23 dice: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.”
1) Todos los hombres nacemos con un corazón malo lleno de pecado y por lo tanto todos estamos destituidos de la gloria de Dios (El cielo).
2) El hombre tiene un corazón malo y perverso que solamente Dios puede conocer o comprender.
3) ¡Jesús esta afuera de este corazón! ¿Es este tu corazón?
II. UN CORAZON NO-SINCERO: “Otra parte cayó sobre la roca, y tan pronto como creció, se secó, porque no tenía humedad.” (V. 6) A. Jesús continúo diciendo que la semilla cayó sobre la roca y se seco porque no tenía humedad.
1) Esto nos habla de las personas que no piensan en Dios cuando todo esta
bien,
a) pero se humillan delante de él cuando hay dificultades y problemas.
b) Esto no significa que sus vidas han sido entregadas a Dios, ya que cuando el problema es resuelto vuelven a olvidarse de él y se tornan a sus placeres y rutinas diarias.
c) Ellos escuchan la Palabra de Dios, pero no están dispuestos a confiar en ella.
d) No confían plenamente sus vidas a Dios porque carecen de fe, no creen.
e) Así como ninguna semilla puede crecer sin agua (humedad)
f) así tampoco nadie puede recibir la Palabra y a Dios sin Fe.
g) El Señor dice: “Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón esta muy lejos de mi”.
B. Faraón tenía un corazón no sincero para con Dios.
1) Moisés le había pedido a Faraón que dejara ir al pueblo de Israel.
2) Sin embargo, Faraón decía que si y luego se arrepentía.
3) Cada vez que Dios enviaba una plaga
a) él buscaba a Dios y aceptaba la palabra de Moisés
b) pero cuando la plaga desaparecía Faraón volvía a endurecerse para no dejar ir al pueblo.
4) Esto es un claro ejemplo de un hombre que escuchaba la Palabra de Dios, pero que nunca la internaliza porque no tiene fe en Dios.
a) Su corazón es duro como la roca.
b) No hay lugar para que la Palabra pueda echar raíces y crecer en él.
c) Así como Faraón murió a causa de este corazón no sincero muchos mueren hoy sin Cristo.
d) La Biblia dice: “La paga del pecado es la muerte…” Romanos 6:23.
1. El hombre tiene que morir a cause del pecado que esta en su corazón.
2. El hombre esta muerto espiritualmente, morirá físicamente, y eternamente si no viene a Cristo.
3. Todo hombre no sincero esta condenado a morir.
4. ¿Cómo eres tú?
5. Eres este tipo de persona
6. ¡Jesús esta afuera de ese corazón también!
III. UN CORAZON ENGAÑOSO “Otra parte cayó en medio de los espinos; y los espinos,
al crecer con ella, la ahogaron. (V.7)
A. El tercer tipo de terreno es el de los espinos.
1) Los espinos ahogan cualquier semilla que esta germinando. 2) ¿Cuál es este grupo depersonas?
a) Estos son los que siendo oyentes de la palabra, la reciben y la creen, pero vienen los problemas y la persecución y abandonan la fe.
b) ¿Qué problemas le impiden a usted venir a Jesús?
1. Tal vez, lo que los demás dirán de usted,
2. las burlas,
3. los desprecios y el rechazo.
4. Tal vez sea un placer del mundo,
5. como las drogas,
6. el alcohol,
7. las fiestas,
8. el sexo,
9. las parrandas.
10. Tal vez cree que es difícil vivir la vida cristiana y cree no puede vivir la vida cristiana.
c) Todo esto es un engaño de Satanás
1. para que usted no deje que la Palabra de Dios le trasforme y así tenga el perdón de sus pecados y la vida eterna.
2. Los religiosos están también dentro de este grupo.
3. Los religiosos piensan que la salvación se puede ganar o merecer.
4. Algunos piensan que es un premio a sus buenas obras.
5. Sin embargo, olvidan lo que Dios dice en cuanto a nuestras buenas obras. “Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. Isaías 64:6.
B. Los religiosos en sus mayoría no tienen seguridad eterna y su confianza esta en ellos mismos. 1) Se engañan a sí mismos y a otros
2) haciéndoles creer que la salvación
a) esta en las obras,
b) en la religión,
c) en hacer el bien al prójimo,
d) en ir a la iglesia,
e) en leer la Bíblica u oran a Dios.
3) Todo esto es bueno hacerlo pero no salva.
4) “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.
5) ¡Cristo esta fuera de sus corazones!
IV. UN CORAZON NUEVO: Y otra parte cayó en tierra buena, y creció y produjo una cosecha a ciento por uno”. (V.8)A. El último terrero representa el corazón nuevo.
B. La semilla de la Palabra de Dios cayó en el corazón de hombres que tenían corazones malos, insinceros, y engañosos.
C. Sin embargo éstos son los que han oído la palabra
1) con corazón recto y bueno,
2) y la retienen,
3) y dan fruto con su perseverancia.
4) Son hombres y mujeres que han creído a Dios y aceptado como verdad lo que su Palabra dice.
5) Además, han rendido sus vidas delante de Dios para servirle y alabarle.
6) Estos se han arrepentido de sus pecados al darse cuenta que habían ofendido a Dios y que necesitaban reconciliarse con él.
7) Ellos han dado las espaldas al pecado para seguir a Cristo.
a) Estos han creído que Jesús vino a este mundo para salvarnos.
b) Creen que Jesús murió en nuestro lugar en la cruz y que derramo su preciosa sangre para limpiarnos de toda iniquidad.
c) Además, creen que el Cristo, no quedo en la tumba sino que resucito al tercer día y esta vivo para ser Señor de todos.
d) El vendrá por segunda vez y ha de juzgar este mundo.
CONCLUSIÓN: ¿Qué hará usted con Jesucristo?
El dio su vida por usted en la cruz del calvario.
El murió y fue sepultado en su lugar.
Éramos nosotros los que merecíamos ser castigados por nuestros hechos pero Cristo ocupo nuestro lugar.
El murió pero resucito al tercer día de entre los muertos.
El esta vivo y espera que usted le pida que le perdone de sus pecados para que no sea condenado a ir al infierno.
Si usted se arrepiente el cambiara su vida y hará nuevo su corazón.
“Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne”.
Acepte a Jesucristo hoy y él le dará un corazón nuevo y la vida eterna, y un lugar en el cielo.
2 Crónicas 20:1-30 (Vs 15 y 17)
PROPOSITO: Entender que una actitud de alabanza es la mejor forma de salir de nuestras dificultades.
INTRODUCCION: Fondo histórico del pasaje bíblico…
Veamos cómo Dios actúa en formas que nosotros ni nos imaginamos.
I. EL CONFLICTO
A. Tres enemigos se unieron, venía la guerra
B. El ejército enemigo era muy superior en número
C. Judá no tenía un ejército para enfrentar al enemigo.
II. ACTITUD ANTE EL CONFLICTO
A. Josafat (el líder) reconoce que Dios es Todo Poderoso
B. Recuerda las promesas hechas al pueblo de Dios
C. Reconoce que no tiene cómo enfrentar al enemigo
D. Declara que solo le queda esperar en Dios (Heb 12:2)
III. RESPUESTA Y SALIDA DEL CONFLICTO
A. El profeta tiene Palabra de Dios para el pueblo
B. El pueblo debe confiar en Dios, en el líder y en el profeta
C. La orden es “no hacer nada”
D. La única acción del pueblo ante el conflicto es ALABAR A DIOS.
E. Dios confunde al enemigo y da la victoria a su pueblo.
F. Nótese que Dios actúa apenas empieza la Alabanza
CONCLUSION: Quién podría creerlo, pero la mejor actitud ante el conflicto, por grande que nos parezca es más sencilla de lo que podemos suponer.
Es permitir que Dios actúe, y El lo hará por medio de la alabanza.
Jonás 4
INTRODUCCIÓN: El enojo puede hacernos perder las bendiciones espirituales que Dios tiene para los que le buscan, pero también puede dañar nuestras relaciones con nuestros hermanos de la iglesia, el matrimonio, las amistades, etc.
Dios desea que seamos personas perdonadoras, y Cristo es nuestro mejor ejemplo.
I. EL PODER DAÑINO Y ORIGEN DEL ENOJO
Origen: El orgullo, el odio (rencor), la impiedad
La mayoría de las veces el enojo es producto de un pensamiento equivocado:
A. Por falta de amor a Dios y compasión por nuestro prójimo Mateo 26:7-9
B. Por celos y envidias: Lucas 13:1015 Lucas 15:27:29
C. Por orgullo: 2 Reyes 5:10-12
D. Por egoísmo o vanagloria: Mateo 20:20-24
II. EL ENOJO EN EL MATRIMONIO Y EN EL HOGAR:
A. El enojo en el matrimonio:
1) Podríamos decir que es casi inevitable.
2) Dos personas de distintos caracteres viviendo bajo un mismo techo pueden tener, por no decir "tienen o tendrán" diferencias.
3) Esto es completamente normal.
4) Con la armonía del Espíritu Santo y un hogar fundado sobre la Palabra se pueden evitar enojos dañinos en las relaciones matrimoniales.
B. El enojo descontrolado es pecado:
1) El que las diferencias crezcan a tal grado o magnitud que el enojo nos haga decir o actuar de manera irracional-
a) (tirando cosas el uno al otro y el decir malas palabras el uno al otro)
b) y no cristianamente puede destruir el matrimonio, y la relación con Dios.
2) En un hogar
a) donde no hay completa sumisión a Dios y a su Palabra,
b) donde el marido no es un hombre de Dios,
c) y donde la esposa no reconoce su lugar de ayuda idónea,
d) se puede convertir en un campo de batalla donde pronto Satanás tomará lugar.
C. El no dar lugar al diablo:
1) El diablo se encargará de crear cualquier situación pequeña en algo que cualquiera de los dos en la pareja utilice para comenzar una discusión o un altercado.
2) Celos, intolerancia, y falta de comprensión de cualquiera de los dos en la pareja podrá ser lo que el diablo presente para traer el enojo.
D. El amor en la pareja:1) El amor a Dios hará crecer el amor mutuo en la pareja.
2) El matrimonio debe de ser como un niño y aprender a perdonarse prontamente cualquier falta u ofensa antes que se haga más grande y el diablo tome lugar.
3) Los enojos y discusiones se deben de evitar lo más posible en la pareja.
4) La Biblia nos dice "Ni deis lugar al diablo".
a) Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda Proverbios 21:19
b) El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla Proverbios 15:18
c) El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca. La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra Proverbios 29:22-23
E. La relación con los hijos:
1) La relación con los hijos debe ser una de amor y comprensión, evitando la ira excesiva, el enojo y la contienda.
2) La Biblia dice que los padres deben educar a los hijos en el temor del Señor y no provocarlos a ira. (Efesios 6:4)
F. Determina y Demuestra Nuestra Relación con Dios:
1) Nuestra relación en el hogar con nuestra pareja determina y nuestra relación con Dios y con los hermanos de la Iglesia, seamos culpables o no.
2) De igual manera, nuestra relación con Dios determina nuestra relación con nuestra pareja y con nuestro prójimo, y lo que es aun más importante es que nuestra relación con nuestros semejantes ‘demuestra’ y da evidencias de la relación que tenemos con Dios.
3) Recordemos que Cristo dijo “por sus frutos los conoceréis” y Pablo nos dice que el fruto del Espíritu es “paz, amor, longanimidad, paciencia y dominio propio” (Gálatas 5:22ss)
III. EL ENOJO ENTRE LOS HERMANOS
A. Causa de división
1) El enojo contra los hermanos o contra el Pastor, es en muchas ocasiones causa de división en la iglesia.
2) Gente que aunque tenga mucho tiempo en la iglesia, se enojan y causan división
a) son gentes que no se dejan usar por Dios, sino por el diablo.
b) Muchos se enojan porque las cosas no son como ellos piensan que deben ser.
c) Hay quienes a todo lo que se hace le encuentran faltas,
d) siempre se quejan y se enojan, como dice el dicho "no hacen ni dejan hacer.
e) Con su conducta "insoportable" crean mal ambiente para los líderes y los demás hermanos.
f) Siembran cizaña y vientos contrarios, en vez de edificar, destruyen. B. Causa de fracaso y estorbo en nuestra relación con Dios
1) La Biblia nos enseña que debemos de mantener nuestras cuentas claras con todos.
2) Especialmente nuestros hermanos.
3) Dios no puede perdonar a nadie que no haya perdonado a su hermano, y aun también a su enemigo. Jesús dijo: (Mateo 5: 21-24)
a) El no tener las cuentas claras con nuestros semejantes nos puede impedir el que Dios acepte nuestra ofrenda. (Adoración, Oración, Alabanza, Cántico, Predicación, Enseñanza, Profecía, Ministerio, Etc.)
b) El enojo nos puede cegar de tal manera, que no veamos lo que Dios quiere hacer con nosotros.
c) Naamán se enojo en tal manera que no podía ver lo que Dios quería hacer en su vida. (2 Reyes 5:11).
d) El hermano mayor del hijo pródigo, se enojo y no pudo ver la bendición de tener a su hermano perdido de vuelta en casa.
e) Él pensaba que se merecía más que el otro.
f) Se creía superior, mejor a su hermano.
g) Su celo, lo llevó al enojo y la falta de comprensión. (Lucas 15:28)
h) Dios busca hombres que no sean iracundos: Quiero pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manso santas, sin ira ni contienda. (1Timoteo 2:8)
i) Aun cuando Dios diseñó los requisitos para aquellos que serian líderes espirituales de la iglesia, Él señalo que quería hombres no iracundos. (Tito 1:7).
1. Como siervos de Dios, estamos llamados a mantenernos lejos del que se enoja fácil y del iracundo. (Proverbios
22:24), pero no debemos guardar rencor ni sentir ira ni enojo aun contra los que nos hacen mal.
2. Meditemos las palabras de Jesús: (Mateo 5:44-45a)
C. Dios perdona si perdonamos:
1) Dios perdonará nuestras ofensas de acuerdo como nosotros perdonamos a los que nos deben.
2) Cuando Jesús enseñó a orar a los discípulos les enseñó diciendo: "Padre... perdona nuestros pecados así como nosotros perdonamos a los que nos deben".
3) La falta de perdón afecta nuestra comunión con Dios y dificulta que nuestras oraciones sean contestadas. Hebreos 12:14-16
D. ¿Puedo yo como cristiano enojarme?
1) El Cristiano está llamado a evitar toda clase de enojo (Efesios 4:31), pero si nos enojamos, debemos de evitar el pecar con nuestra actuación y debemos de no dar lugar al diablo sobre todas las cosas. Y que no se ponga el sol sobre nuestro enojo (Efesios 4: 26-27). a) "Airaos pero no pequéis": Significa estar en todo tiempo consciente de nosotros mismos y de nuestro llamado a una vida santa y espiritual, no haciendo nada indebido lo cual pueda poner nuestra relación espiritual en peligro.
b) “No se ponga el sol sobre nuestro enojo": La Biblia nos habla acerca de ser como un niño para poder entrar al reino de los cielos.
Debemos perdonar nuestras ofensas los unos a los otros. El enojo es contrario a la paz. Y a paz nos llamo el Señor con todos los hombres.
c) "Si es posible en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres." Romanos 12:18.
d) "Ni deis lugar al diablo": El no dar lugar al diablo significa el no permitir que nuestro enojo sea tan grande que demos lugar al diablo en nuestra vida y "que nos use" para hacer daño a nosotros mismos o aquellos que nos rodean.
e) Buscad la Paz con todos: El enojo descontrolado es un comportamiento contrario a la Palabra de Dios y su requisito de que vivamos en paz, armonía, el amor, el sometimiento y dominio propio.
f) Versos bíblicos que nos hablan del enojo: Proverbios 11:23 Proverbios 14:17. Proverbios 22:24-25; Eclesiastés 7:9
IV. EL ENOJO DE DIOS ES JUSTO
A. El único que tiene razón JUSTA para enojarse es Dios.
1) Porque su enojo es un enojo justo.
2) Nuestro enojo si es justo entonces es un enojo que edifica y produce buenos resultados.
3) Pero el enojo del hombre es mayormente dañino.
4) Dios vive enojado con el pecador (porque no le busca), y con el desobediente.
5) Dios estuvo enojado con el pueblo de Israel a causa de su deslealtad y su desobediencia pero aun así, Dios es lento para el Enojo y grande en misericordia. Salmos 78:58; Isaías 57:15-17; Salmos 103:8-10
B. Llegará un día cuando Dios ejercerá su ira sin misericordia.
1) Ese día es conocido en la Biblia como el día del Señor o el día de la gran ira de Dios.
2) Dios ejecutará su ira sobre todos aquellos pueblos y naciones que le han rechazado y los que continúan en pecado: Salmos 110:4-6; Romanos 2:4-6 Apocalipsis 6:12-17
C. ¿Cuál debe ser nuestro comportamiento?
1) Aunque haya momentos cuando pensemos que tenemos razón para estar enojados y quizás hasta sintamos algún tipo de 'ira santa' como dicen muchos por el celo de Dios que hay en nosotros, lo cierto es que la Biblia nos ordena a que quitemos el enojo de nuestra vida (Efesios 4).
2) En la historia de Jonás se nos dice que él se enojó con Diosa) porque Nínive fue perdonado,
b) pero Dios le demostró que no debía estar enojado y que debía tener misericordia por las almas perdidas de aquella ciudad
c) entre las cuales se encontraban lo que consideramos era una multitud de niños que “no sabían discernir entre su mano derecha y su izquierda”.
d) Nuestro sentir debe ser el mismo.
CONCLUSIÓN: El enojo demuestra que hay falta de misericordia y comprensión hacia nuestro prójimo (nuestro semejante) y aun indica la existencia de orgullo, soberbia y falta de agradecimiento hacia Dios en aquel (o aquella) que se enoja.
El enojo es falto de compasión y piedad y adicionalmente a esto, muestra falta de madurez tanto emocional como espiritual en la persona.
Debemos de crecer en el Señor y tomar ejemplo de nuestro Padre celestial.
Tal como es Dios es así también debemos ser nosotros, “lentos para la ira y grande en
misericordia”.
"Si es posible en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres." (Romanos 12:18).
DOWNLOAD HERE>>>
Aporte:
Castillo Fuerte
en
12:05:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
arte de predicar,
bosquejos biblicos para predicar,
curso de homilética,
Homilética,
prédica
Bosquejos de la Biblia: Especial para los obreros y ministros itinerantes
la Biblia Caribe
GÉNESIS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
Primera parte: Historia primitiva (1.1—11.9)
I. La creación 1.1—2.25
A. Creación del mundo 1.1—2.3
B. Creación del ser humano 2.4–25
II. La caída 3.1—5.32
A. Caída humana 3.1–24
B. Luego de la caída: Fronteras familiares conflictivas 4.1—5.32
III. El juicio del diluvio 6.1—9.29
A. Causas del diluvio 6.1–5
B. Juicio del diluvio 6.6–22
C. El diluvio 7.1—8.19
D. Resultados del diluvio 8.20—9.17
E. Luego del diluvio: El pecado de la línea consagrada 9.18–29
IV. El juicio sobre la Torre de Babel 10.1—11.9
A. Líneas familiares tras el diluvio 10.1–32
B. Juicio sobre todas las líneas familiares 11.1–9
Segunda parte: Historia patriarcal (11.10—50.26)
I. La vida de Abraham 11.10—25.18
A. Introducción de Abraham 11.10–32
B. El pacto de Dios con Abraham 12.1—25.18
1. Iniciación del pacto 12.1–20
2. Separación del pacto 13.1–14.24
3. Ratificación del pacto 15.1—16.16
4. Señal del pacto: circuncisión 17.1–27
5. Se prueba el pacto 18.1—20.18
6. Consumación del pacto 21.1—25.18
II. La vida de Isaac 25.19—26.35
A. La familia de Isaac 25.19–34
B. El fracaso de Isaac 26.1–33
C. El fracaso de Esaú 26.34–35
III. La vida de Jacob 27.1—36.43
A. Jacob obtiene la bendición de Esaú 27.1—28.9
B. La vida de Jacob en Harán 28.10—31.55
C. El retorno de Jacob 32.1—33.20
D. La vida de Jacob en Canaán 34.1—35.29
E. La línea familiar de Esaú 36.1–43
IV. La vida de José 37.1—50.26
A. La corrupción de la familia de José 37.1—38.30
B. La exaltación de José 39.1—41.57
C. La salvación de la familia de Jacob 42.1—50.26
Primera parte: Historia primitiva (1.1—11.9)
I. La creación 1.1—2.25
A. Creación del mundo 1.1—2.3
B. Creación del ser humano 2.4–25
II. La caída 3.1—5.32
A. Caída humana 3.1–24
B. Luego de la caída: Fronteras familiares conflictivas 4.1—5.32
III. El juicio del diluvio 6.1—9.29
A. Causas del diluvio 6.1–5
B. Juicio del diluvio 6.6–22
C. El diluvio 7.1—8.19
D. Resultados del diluvio 8.20—9.17
E. Luego del diluvio: El pecado de la línea consagrada 9.18–29
IV. El juicio sobre la Torre de Babel 10.1—11.9
A. Líneas familiares tras el diluvio 10.1–32
B. Juicio sobre todas las líneas familiares 11.1–9
Segunda parte: Historia patriarcal (11.10—50.26)
I. La vida de Abraham 11.10—25.18
A. Introducción de Abraham 11.10–32
B. El pacto de Dios con Abraham 12.1—25.18
1. Iniciación del pacto 12.1–20
2. Separación del pacto 13.1–14.24
3. Ratificación del pacto 15.1—16.16
4. Señal del pacto: circuncisión 17.1–27
5. Se prueba el pacto 18.1—20.18
6. Consumación del pacto 21.1—25.18
II. La vida de Isaac 25.19—26.35
A. La familia de Isaac 25.19–34
B. El fracaso de Isaac 26.1–33
C. El fracaso de Esaú 26.34–35
III. La vida de Jacob 27.1—36.43
A. Jacob obtiene la bendición de Esaú 27.1—28.9
B. La vida de Jacob en Harán 28.10—31.55
C. El retorno de Jacob 32.1—33.20
D. La vida de Jacob en Canaán 34.1—35.29
E. La línea familiar de Esaú 36.1–43
IV. La vida de José 37.1—50.26
A. La corrupción de la familia de José 37.1—38.30
B. La exaltación de José 39.1—41.57
C. La salvación de la familia de Jacob 42.1—50.26
ÉXODO: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
Primera parte: Redención de Egipto (1.1—18.27)
I. La necesidad de redención de Egipto 1.1–22
A. La acelerada multiplicación de Israel 1.1–7
B. La aguda aflicción de Israel 1.8–14
C. La destrucción planificada de Israel 1.15–22
II. La preparación de los líderes de la redención 2.1—4.31
A. Moisés es salvado 2.1–10
B. Moisés vindica un desvarío 2.11–22
C. Israel le pide a Dios 2.23–25
D. Dios llama a Moisés 3.1—4.17
E. Moisés acepta el llamado 4.18–26
F. Israel acepta el llamado de Moisés como liberador 4.27–31
III. Dios redime a Israel de Egipto 5.1—15.21
A. Moisés confronta a faraón mediante la Palabra 5.1—6.9
B. Moisés confronta a faraón mediante milagros 6.10—7.13
C. Moisés confronta a faraón mediante las plagas 7.14—11.10
1. Primera plaga: sangre 7.14–25
2. Segunda plaga: ranas 8.1–15
3. Tercera plaga: piojos 8.16–19
4. Cuarta plaga: moscas 8.20–32
5. Quinta plaga: enfermedades en el ganado 9.1–7
6. Sexta plaga: úlceras 9.8–12
7. Séptima plaga: granizo 9.13–35
8. Octava plaga: langostas 10.1–20
9. Novena plaga: tinieblas 10.21–29
10. Décima plaga: anuncio de muerte 11.1–10
D. En la Pascua Israel es redimido mediante la sangre 12.1—13.16
E. Israel es redimido de Egipto mediante el poder de Dios 13.17—15.21
IV. La preservación de Israel en el desierto 15.22—18.27
A. Preservados de la sed 15.22–27
B. Preservados del hambre 16.1–36
C. Preservados nuevamente de la sed 17.1–7
D. Preservados de la derrota 17.8–16
E. Preservados del caos 18.1–27
Segunda parte: Revelación de Dios (19.1—40.38)
I. La revelación del Antiguo Pacto 19.1—31.18
A. La preparación del pueblo 19.1–25
B. La revelación del Pacto 20.1–26
1. Los Diez Mandamientos 20.1–17
2. La respuesta de Israel 20.18–21
3. Provisión para acercarse a Dios 20.22–26
C. Los juicios 21.1—23.33
1. Reglamentos sociales 21.1—22.15
2. Reglamentos morales 22.16—23.9
3. Reglamentos religiosos 23.10–19
4. Reglamentos para la conquista 23.20–33
D. La renovación formal del Pacto 24.1–11
1. El Pacto se renueva mediante la sangre 24.1–8
2. Se revela el Dios del Pacto 24.9–11
E. El tabernáculo 24.12—27.21
1. En el Monte Sinaí se da la revelación 24.12–18
2. La ofrenda para el tabernáculo 25.1–7
3. La revelación sobre el tabernáculo 25.8—27.21
F. Los sacerdotes 28.1—29.46
1. La vestimenta de los sacerdotes 28.1–43
2. La consagración de los sacerdotes 29.1–37
3. Las ofrendas continuas de los sacerdotes 29.38–46
G. Institución del Pacto 30.1—31.18
1. Instrucciones para usar el tabernáculo 30.1–38
2. Instrucciones para construir el tabernáculo 31.1–11
3. Señal del Pacto: El sábado 31.12–17
4. Se presentan las dos tablas 31.18
II. La respuesta de Israel al Pacto 32.1—40.38
A. Israel viola el Pacto voluntariamente 32.1–6
B. Moisés intercede por la salvación de Israel 32.7–33
C. Moisés convence a Dios para que no abandone a Israel 32.34—33.23
D. Dios renueva el Pacto con Israel 34.1–35
E. Israel obedece el pacto voluntariamente 35.1—40.33
F. Dios llena el tabernáculo con Su gloria 40.34–38
LEVÍTICO: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
Primera parte: Las leyes sobre cómo acercarse de manera aceptable a Dios: Sacrificio (1.1—17.16)
I. Las leyes del sacrificio 1.1—7.38
II. Las leyes sobre los sacerdotes 8.1—10.20
III. Las leyes sobre la pureza 11.1—15.33
IV. Las leyes de la expiación nacional 16.1—17.16
Segunda parte: Las leyes de un andar aceptable con Dios: Santificación (18.1—27.34)
I. Las leyes de la santificación del pueblo 18.1—20.27
II. Las leyes de la santificación para el sacerdocio 21.1—22.33
III. Las leyes de la santificación en la adoración 23.1—24.23
IV. Las leyes de la santificación en la tierra de Canaán 25.1—26.46
V. Las leyes de la santificación mediante los votos 27.1–34
Primera parte: Redención de Egipto (1.1—18.27)
I. La necesidad de redención de Egipto 1.1–22
A. La acelerada multiplicación de Israel 1.1–7
B. La aguda aflicción de Israel 1.8–14
C. La destrucción planificada de Israel 1.15–22
II. La preparación de los líderes de la redención 2.1—4.31
A. Moisés es salvado 2.1–10
B. Moisés vindica un desvarío 2.11–22
C. Israel le pide a Dios 2.23–25
D. Dios llama a Moisés 3.1—4.17
E. Moisés acepta el llamado 4.18–26
F. Israel acepta el llamado de Moisés como liberador 4.27–31
III. Dios redime a Israel de Egipto 5.1—15.21
A. Moisés confronta a faraón mediante la Palabra 5.1—6.9
B. Moisés confronta a faraón mediante milagros 6.10—7.13
C. Moisés confronta a faraón mediante las plagas 7.14—11.10
1. Primera plaga: sangre 7.14–25
2. Segunda plaga: ranas 8.1–15
3. Tercera plaga: piojos 8.16–19
4. Cuarta plaga: moscas 8.20–32
5. Quinta plaga: enfermedades en el ganado 9.1–7
6. Sexta plaga: úlceras 9.8–12
7. Séptima plaga: granizo 9.13–35
8. Octava plaga: langostas 10.1–20
9. Novena plaga: tinieblas 10.21–29
10. Décima plaga: anuncio de muerte 11.1–10
D. En la Pascua Israel es redimido mediante la sangre 12.1—13.16
E. Israel es redimido de Egipto mediante el poder de Dios 13.17—15.21
IV. La preservación de Israel en el desierto 15.22—18.27
A. Preservados de la sed 15.22–27
B. Preservados del hambre 16.1–36
C. Preservados nuevamente de la sed 17.1–7
D. Preservados de la derrota 17.8–16
E. Preservados del caos 18.1–27
Segunda parte: Revelación de Dios (19.1—40.38)
I. La revelación del Antiguo Pacto 19.1—31.18
A. La preparación del pueblo 19.1–25
B. La revelación del Pacto 20.1–26
1. Los Diez Mandamientos 20.1–17
2. La respuesta de Israel 20.18–21
3. Provisión para acercarse a Dios 20.22–26
C. Los juicios 21.1—23.33
1. Reglamentos sociales 21.1—22.15
2. Reglamentos morales 22.16—23.9
3. Reglamentos religiosos 23.10–19
4. Reglamentos para la conquista 23.20–33
D. La renovación formal del Pacto 24.1–11
1. El Pacto se renueva mediante la sangre 24.1–8
2. Se revela el Dios del Pacto 24.9–11
E. El tabernáculo 24.12—27.21
1. En el Monte Sinaí se da la revelación 24.12–18
2. La ofrenda para el tabernáculo 25.1–7
3. La revelación sobre el tabernáculo 25.8—27.21
F. Los sacerdotes 28.1—29.46
1. La vestimenta de los sacerdotes 28.1–43
2. La consagración de los sacerdotes 29.1–37
3. Las ofrendas continuas de los sacerdotes 29.38–46
G. Institución del Pacto 30.1—31.18
1. Instrucciones para usar el tabernáculo 30.1–38
2. Instrucciones para construir el tabernáculo 31.1–11
3. Señal del Pacto: El sábado 31.12–17
4. Se presentan las dos tablas 31.18
II. La respuesta de Israel al Pacto 32.1—40.38
A. Israel viola el Pacto voluntariamente 32.1–6
B. Moisés intercede por la salvación de Israel 32.7–33
C. Moisés convence a Dios para que no abandone a Israel 32.34—33.23
D. Dios renueva el Pacto con Israel 34.1–35
E. Israel obedece el pacto voluntariamente 35.1—40.33
F. Dios llena el tabernáculo con Su gloria 40.34–38
LEVÍTICO: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
Primera parte: Las leyes sobre cómo acercarse de manera aceptable a Dios: Sacrificio (1.1—17.16)
I. Las leyes del sacrificio 1.1—7.38
II. Las leyes sobre los sacerdotes 8.1—10.20
III. Las leyes sobre la pureza 11.1—15.33
IV. Las leyes de la expiación nacional 16.1—17.16
Segunda parte: Las leyes de un andar aceptable con Dios: Santificación (18.1—27.34)
I. Las leyes de la santificación del pueblo 18.1—20.27
II. Las leyes de la santificación para el sacerdocio 21.1—22.33
III. Las leyes de la santificación en la adoración 23.1—24.23
IV. Las leyes de la santificación en la tierra de Canaán 25.1—26.46
V. Las leyes de la santificación mediante los votos 27.1–34
Primera parte: La preparación de la antigua generación para heredar la tierra prometida (1.1—10.10)
I. La organización de Israel 1.1—4.49
A. Organización del pueblo 1.1—2.34
B. Organización de los sacerdotes 3.1—4.49
II. La santificación de Israel 5.1—10.10
A. Santificación mediante la separación 5.1–31
B. Santificación mediante el voto nazareo 6.1–27
C. Santificación mediante la adoración 7.1—9.14
D. Santificación mediante la dirección divina 9.15—10.10
Segunda parte: El fracaso de la antigua generación por no heredar la tierra prometida (10.11—25.18)
I. El fracaso de Israel en camino hacia Cades 10.11—12.16
A. Israel sale del Monte Sinaí 10.11–36
B. Fracaso del pueblo 11.1–9
C. Fracaso de Moisés 11.10–15
D. Dios le provee a Moisés 11.16–30
E. Dios le provee al pueblo 11.31–35
F. Fracaso de María y Aarón 12.1–16
II. El fracaso culminante de Israel en Cades 13.1—14.45
A. Investigación de la tierra prometida 13.1–33
B. Israel se rebela contra Dios 14.1–10
C. Moisés intercede 14.11–19
D. Dios juzga Israel 14.20–38
E. Israel se rebela contra el juicio de Dios 14.39–45
III. El fracaso de Israel en el desierto 15.1—19.22
A. Repaso de las ofrendas 15.1–41
B. Rebelión de Coré 16.1–40
C. Rebelión de Israel contra Moisés y Aarón 16.41–50
D. Función del sacerdocio 17.1—19.22
IV. El fracaso de Israel en camino a Moab 20.1—25.18
A. María muere 20.1
B. Moisés y Aarón fracasan 20.2–13
C. Edom les rehúsa el paso 20.14–21
D. Aarón muere 20.22–29
E. Victoria de Israel sobre los cananeos 21.1–3
F. El fracaso de Israel 21.4–9
G. Viaje a Moab 21.10–20
H. Victoria de Israel sobre Sehón 21.21–32
I. Victoria de Israel sobre Basán 21.33–35
J. Fracaso con los moabitas 22.1—25.18
Tercera parte: La preparación de la nueva generación (26.1—36.13)
I. La reorganización de Israel 26.1—27.23
A. El segundo censo 26.1–51
B. Método para dividir la tierra 26.52–56
C. Excepciones en la división de la tierra 26.57—27.11
D. Señalamiento del nuevo líder de Israel 27.12–23
II. Los reglamentos de los sacrificios y los votos 28.1—30.16
A. Los reglamentos de los sacrificios 28.1—29.40
B. Los reglamentos de los votos 30.1–16
III. La conquista y la división de Israel 31.1—36.13
A. Victoria sobre Madián 31.1–54
B. División de la tierra al este del Jordán 32.1–42
C. El resumen de los viajes de Israel 33.1–49
D. División de la tierra al oeste del Jordán 33.50—34.29
E. Ciudades especiales en Canaán 35.1–34
F. Problemas especiales de la herencia en Canaán 36.1–13
Primera parte: El primer discurso de Moisés Lo que Dios ha hecho por Israel (1.1—4.43)
I. Preámbulo del Pacto 1.1–5
II. Repaso histórico de los hechos divinos por Israel 1.6—4.43
A. Desde el Monte Sinaí hasta Cades Barnea 1.6–18
B. En Cades Barnea 1.19–46
C. Desde Cades Barnea hasta Moab 2.1–23
D. Conquista de Transjordania 2.24—3.20
E. Cambio de liderazgo 3.21–29
F. Resumen del Pacto 4.1–43
Segunda parte: El segundo discurso de Moisés Lo que Dios espera de Israel (4.44—26.19)
I. Introducción a la Ley de Dios 4.44–49
II. Explicación de las estipulaciones del pacto 5.1—11.32
A. El pacto del Gran Rey 5.1–33
B. El mandamiento a enseñar la Ley 6.1–25
C. El mandamiento de conquistar a Canaán 7.1–26
D. El mandamiento de recordar al Señor 8.1–20
E. Mandamientos sobre la justicia propia 9.1—10.11
F. Mandamientos sobre las bendiciones y las maldiciones 10.12—11.32
III. Explicación de las leyes adicionales 12.1—26.19
A. Explicación de las leyes ceremoniales 12.1—16.17
B. Explicación de las leyes civiles 16.18—20.20
C. Explicación de las leyes sociales 21.1—26.19
Tercera parte: El tercer discurso de Moisés Lo que Dios hará (27.1—34.12)
I. La confirmación del pacto 27.1—28.68
II. Establecimiento del pacto 29.1—30.20
III. Cambio del mediador del pacto 31.1—34.12
A. Moisés encarga a Josué y a Israel 31.1–13
B. Dios encarga a Israel 31.14–21
C. Se deposita el Libro de la Ley 31.22–29
D. El canto de Moisés 31.30—32.47
E. La muerte de Moisés 32.48—34.12
1. Se le ordena a Moisés que vaya al Monte Nebo 32.48–52
2. Moisés bendice a las tribus 33.1–29
3. Moisés ve la Tierra Prometida 34.1–4
4. Moisés muere y es lamentado 34.5–8
5. Josué reemplaza a Moisés 34.9
6. Moisés es alabado en Israel 34.10–12
Primera parte: La conquista de Canaán (1.1—13.7)
I. Israel está preparado para la conquista 1.1—5.15
A. Josué reemplaza a Moisés 1.1–18
B. Josué prepara militarmente a Israel 2.1—5.1
C. Josué prepara espiritualmente a Israel 5.2–12
D. Aparece el comandante del Señor 5.13–15
II. Israel conquista a Canaán 6.1—13.7
A. Conquista del centro de Canaán 6.1—8.35
B. Conquista del sur de Canaán 9.1—10.43
C. Conquista del norte de Canaán 11.1–15
D. Resumen de la conquista de Canaán 11.16—12.24
E. Partes de Canaán que no fueron conquistadas 13.1–7
Segunda parte: Colonización en Canaán (13.8—24.33)
I. La colonización al este del Jordán 13.8–33
A. Fronteras geográficas 13.8–13
B. Fronteras de las tribus 13.14–33
II. La colonización al oeste del Jordán 14.1—19.51
A. La primera colonia en Gilgal 14.1—17.18
B. La colonia en Silo 18.1—19.51
III. El establecimiento de la comunidad religiosa 20.1—21.45
A. Seis ciudades de refugio 20.1–9
B. Selección de las ciudades levíticas 21.1–42
C. Se completa la colonización en Israel 21.43–45
IV. Las condiciones para la continua colonización 22.1—24.33
A. El altar del testimonio 22.1–34
B. Las bendiciones de Dios solo llegan mediante la obediencia 23.1—24.28
C. Josué y Eleazar mueren 24.29–33
Primera parte: La deterioración de Israel y el fracaso al conquistar completamente a Canaán (1.1—3.6)
I. Israel fracasa al no completar la conquista 1.1–36
II. El juicio de Dios por no completar la conquista 2.1—3.6
Segunda parte: La liberación de Israel (3.7—16.31)
I. La campaña sureña 3.7–31
A. El juez Otoniel 3.7–11
B. El juez Aod 3.12–30
C. El juez Samgar 3.31
II. La campaña norteña: Los jueces Débora y Barac 4.1—5.31
A. El llamado de Débora y Barac 4.1–10
B. La derrota de los cananeos 4.11–24
C. Canto de Débora y Barac 5.1–31
III. La campaña central 6.1—10.5
A. El juez Gedeón 6.1—8.32
1. Israel peca 6.1–10
2. Llamado de Gedeón 6.11–40
3. Derrota de los madianitas 7.1—8.21
4. Gedeón juzga 8.22–32
B. Abimelec 8.33—9.57
C. El juez Tola 10.1–2
D. El juez Jair 10.3–5
IV. La campaña oriental: El juez Jefté 10.6—12.7
A. Israel peca 10.6–18
B. Salvación: Jefté 11.1—12.7
V. La segunda campaña norteña 12.8–15
A. El juez Ibzán 12.8–10
B. El juez Elón 12.11–12
C. El juez Abdón 12.13–15
VI. La campaña occidental: El juez Sansón 13.1—16.31
A. Nacimiento milagroso de Sansón 13.1–25
B. Matrimonio pecaminoso de Sansón 14.1–20
C. Magistratura de Sansón 15.1–20
D. Fracaso de Sansón 16.1–31
Tercera parte: La depravación de Israel (17.1—21.25)
I. El fracaso de Israel mediante la idolatría 17.1—18.31
A. Ejemplo de idolatría personal 17.1–13
B. Ejemplo de la idolatría de las tribus 18.1–31
II. El fracaso de Israel mediante la inmoralidad 19.1–30
A. Ejemplo de inmoralidad personal 19.1–10
B. Ejemplo de inmoralidad de toda una tribu 19.11–30
III. El fracaso de Israel en la guerra entre las tribus 20.1—21.25
A. Guerra entre Israel y Benjamín 20.1–48
B. Fracaso de Israel después de la guerra 21.1–25
Primera parte: Rut demuestra su amor (1.1—2.23)
I. Rut decide quedarse con Noemí 1.1–18
A. Rut necesita quedarse con Noemí 1.1–5
B. Oportunidad de Rut de quedarse con Noemí 1.6–15
C. Decisión de Rut de quedarse con Noemí 1.16–18
II. Devoción de Rut al cuidar a Noemí 1.19—2.23
A. Rut y Noemí regresan a Belén 1.19–22
B. Rut espiga para alimentarse 2.1–23
1. Booz conoce a Rut 2.1–7
2. Booz protege a Rut 2.8–16
3. Booz provee para Rut 2.17–23
Segunda parte: Se recompensa el amor de Rut (3.1—4.22)
I. Booz redime a Rut 3.1–18
A. Noemí busca redimir a Rut 3.1–5
B. Rut obedece a Noemí 3.6–9
C. Booz desea redimir a Rut 3.10–18
II. Recompensa por la redención de Rut 4.1–22
A. Booz se casa con Rut 4.1–12
B. Rut tiene un hijo, Obed 4.13–15
C. Noemí recibe una nueva familia 4.16
D. Rut es la tatarabuela de David 4.17–22
Primera parte: Samuel, el último Juez (1.1—7.17)
I. La primera transición de liderazgo nacional: Elí-Samuel 1.1—3.21
A. El nacimiento del nuevo líder 1.1—2.11
B. La necesidad del nuevo líder 2.12—2.36
C. La transición de Elí a Samuel 3.1–18
D. Se reconoce a Samuel como el nuevo líder de Israel 3.19–21
II. La magistratura de Samuel 4.1—7.17
A. La necesidad del liderazgo de Samuel 4.1—6.21
B. Las victorias bajo el liderazgo de Samuel 7.1–17
Segunda parte: Saúl, el primer rey (8.1—31.13)
I. La segunda transición del liderazgo nacional: Samuel-Saúl 8.1—12.25
A. Las causas de la transición 8.1–9
B. La transición de Samuel a Saúl 8.10—12.25
II. El reinado del rey Saúl 13.1—16.13
A. Los éxitos iniciales del Rey Saúl 13.1–4
B. Los fracasos del rey Saúl 13.5—16.13
III. La tercera transición del liderazgo nacional: Saúl-David 16.14—31.13
A. La transición de la monarquía de Saúl a David 16.14—18.9
B. Saúl intenta asesinar a David 18.10—20.42
C. El engrandecimiento de David 21.1—28.2
D. La decaída final de Saúl 28.3—31.13
Primera parte: Los triunfos de David (1.1—10.19)
I. Los triunfos políticos de David 1.1—5.25
A. El reinado de David en Hebrón sobre Judá 1.1—4.12
B. El reinado de David en Jerusalén sobre todo Israel 5.1–25
II. Los triunfos espirituales de David 6.1—7.29
A. La transportación del arca 6.1–23
B. La institución del pacto davídico 7.1–29
III. Los triunfos militares de David 8.1—10.19
A. Los triunfos de David sobre sus enemigos 8.1–12
B. El gobierno justo de David 8.13—9.13
C. Los triunfos de David sobre Amón y Siria 10.1–19
Segunda parte: Los transgresiones de David (11.1–27)
I. El pecado del adulterio 11.1–5
II. El pecado del asesinato 11.6–27
A. Urías no duerme con Betsabé 11.6–13
B. David ordena el asesinato de Urías 11.14–25
C. David y Betsabé se casan 11.26–27
Tercera parte: Los problemas de David (12.1—24.25)
I. Los problemas en la casa de David 12.1—13.36
A. Profecía de Natán 12.1–14
B. El hijo de David muere 12.15–25
C. Joab es leal a David 12.26–31
D. Incesto en la casa de David 13.1–20
E. Asesinato de Amón 13.21–36
II. Los problemas del reinado de David 13.37—24.25
A. Rebelión de Absalón 13.37—17.29
B. Asesinato de Absalón 18.1—33
C. David es restaurado como rey 19.1—20.26
D. El comentario sobre el reinado de David 21.1—24.25
Primera parte: El reino unido (1.1—11.43)
I. Se proclama a Salomón como rey 1.1—2.46
II. La prosperidad de Salomón como rey 3.1—8.66
III. La decadencia de Salomón como rey 9.1—11.43
Segunda parte: El reino dividido (12.1—22.53)
I. La división del reino 12.1—14.31
II. El reinado de dos reyes en Judá 15.1–24
III. El reinado de cinco reyes en Israel 15.25—16.28
IV. El reinado de Acab en Israel 16.29—22.40
V. El reinado de Josafat en Judá 22.41–50
VI. El reinado de Ocozías en Israel 22.51–53
Primera parte: El reino dividido (1.1—17.41)
I. El reinado de Ocozías en Israel 1.1–18
II. El reinado de Joram en Israel 2.1—8.15
III. El reinado de Joram en Judá 8.16–24
IV. El reinado de Ocozías en Judá 8.25—9.29
V. El reinado de Jehú en Israel 9.30—10.36
VI. El reinado de Atalía en Judá 11.1–16
VII. El reinado de Joás en Judá 11.17—12.21
VIII. El reinado de Joacaz en Israel 13.1–9
IX. El reinado de Joás en Israel 13.10–25
X. El reinado de Amasías en Judá 14.1–22
XI. El reinado de Jeroboam II en Israel 14.23–29
XII. El reinado de Azarías en Judá 15.1–7
XIII. El reinado de Zacarías en Israel 15.8–12
XIV. El reinado de Salum en Israel 15.13–15
XV. El reinado de Manahem en Israel 15.16–22
XVI. El reinado de Pekaía en Israel 15.23–26
XVII. El reinado de Peka en Israel 15.27–31
XVIII. El reinado de Jotam en Judá 15.32–38
XIX. El reinado de Acaz en Judá 16.1–20
XX. El reinado de Oseas en Israel 17.1–41
Segunda parte: La supervivencia del reino de Judá (18.1—25.30)
I. El reinado de Ezequías en Judá 18.1—20.21
II. El reinado de Manasés en Judá 21.1–18
III. El reinado de Amón en Judá 21.19–26
IV. El reinado de Josías en Judá 22.1—23.30
V. El reinado de Joacaz en Judá 23.31–34
VI. El reinado de Joacim en Judá 23.35—24.7
VII. El reinado de Joaquín en Judá 24.8–16
VIII. El reinado de Sedequías en Judá 24.17—25.21
IX. La administración de Gedalías 25.22–26
X. Liberan a Joaquín en Babilonia 25.27–30
Primera parte: Desde Adán hasta Saúl (1.1—9.44)
I. La familia de Adán 1.1–27
A. Desde Adán hasta Noé 1.1–4
B. Desde Noé hasta Abraham 1.5–27
II. La familia de Abraham 1.28–54
A. Desde Abraham hasta Isaac 1.28–34
B. Desde Isaac hasta Israel 1.35–54
III. La familia de Israel 2.1–55
A. Los hijos de Israel 2.1–2
B. Los hijos de Judá 2.3–55
IV. La familia de David 3.1–24
A. Los hijos de David 3.1–9
B. Los hijos de Salomón 3.10–24
V. Los descendientes de las tribus israelitas 4.1—8.40
A. La familia de Judá 4.1–23
B. La familia de Simeón 4.24–43
C. La familia de Rubén 5.1–10
D. La familia de Gad 5.11–22
E. La familia de Manasés 5.23–26
F. La familia de Leví 6.1–81
G. La familia de Isacar 7.1–5
H. La familia de Benjamín 7.6–12
I. La familia de Neftalí 7.13
J. La familia de Manasés 7.14–19
K. La familia de Efraín 7.20–29
L. La familia de Aser 7.30–40
M. La familia del Rey Saúl 8.1–40
VI. Los descendientes del remanente 9.1–34
A. La familia de las tribus que retornaron 9.1–9
B. La familia de los sacerdotes que retornaron 9.10–13
C. La familia de los levitas que retornaron 9.14–34
VII. La familia de Saúl 9.35–44
Segunda parte: El reinado de David (10.1—29.30)
I. David llega a ser rey 10.1—12.40
A. Muerte de Saúl 10.1–14
B. Unción real de David 11.1–3
C. Conquista de Jerusalén 11.4–9
D. Relato sobre los hombres fuertes de David 11.10—12.40
II. La extracción del arca del pacto 13.1—17.27
A. Transportación impropia del arca 13.1–14
B. Prosperidad del reinado de David 14.1–17
C. Transportación adecuada del arca 15.1–29
D. Celebración del arca en Jerusalén 16.1–43
E. Institución del pacto davídico 17.1–27
III. Las victorias militares del rey David 18.1—20.8
A. Resumen de las primeras victorias de David 18.1–17
B. Resumen de las posteriores victorias de David 19.1—20.8
IV. La preparación y la organización de Israel para el templo 21.1—27.34
A. Censo pecaminoso de David 21.1–30
B. Provisiones materiales para la construcción del templo 22.1–5
C. Encargo a los líderes para la construcción del templo 22.6–19
D. Organización de los líderes del templo 23.1—26.32
E. Organización de los líderes de Israel 27.1–34
V. Los últimos días de David 28.1—29.30
A. Exhortaciones finales de David 28.1–10
B. Provisiones finales para el templo 28.11—29.9
C. Última oración de agradecimiento de David 29.10–19
D. Coronación de Salomón 29.20–25
E. Muerte del rey David 29.26–30
Primera parte: El reinado de Salomón (1.1—9.31)
I. La sucesión de Salomón como rey 1.17
II. Se termina el templo 2.1—7.22
III. La gloria del reinado de Salomón 8.1—9.28
IV. La muerte de Salomón 9.29–31
Segunda parte: Los reinados de reyes selectos de Judá (10.1—36.23)
I. El reinado de Roboam 10.1—12.16
II. El reinado de Abías 13.1–22
III. El reinado de Asa 14.1–16.14
IV. El reinado de Josafat 17.1—20.37
V. El reinado de Joram 21.1–20
VI. El reinado de Ocozías 22.1–9
VII. El reinado de Atalía 22.10—23.15
VIII. El reinado de Joás 23.16—24.27
IX. El reinado de Amazías 25.1–28
X. El reinado de Uzías 26.1–23
XI. El reinado de Jotam 27.1–9
XII. El reinado de Acaz 28.1–27
XIII. El reinado de Ezequías 29.1—32.33
XIV. El reinado de Manasés 33.1–20
XV. El reinado de Amón 33.21–25
XVI. El reinado de Josías 34.1—35.27
XVII. El reinado de Joacaz 36.1–3
XVIII. El reinado de Joacim 36.4–8
XIX. El reinado de Joaquín 36.9–10
XX. El reinado de Sedequías 36.11–21
XXI. La proclamación de Ciro sobre el retorno a Jerusalén 36.22–23
Primera parte: La restauración del templo de Dios (1.1—6.22)
I. El primer retorno a Jerusalén bajo Zorobabel 1.1—2.70
A. Decreto de Ciro 1.1–4
B. Regalos de Israel y Ciro 1.5–11
C. Censo del pueblo que retornó 2.1–63
1. El pueblo que podía probar su descendencia 2.1–58
2. El pueblo que no podía probar su descendencia 2.59–63
D. Se completa el retorno 2.64–70
1. El pueblo que regresó 2.64–67
2. Los dones que dio el pueblo 2.68–70
II. La construcción del templo 3.1—6.22
A. Construcción del fundamento del templo 3.1–13
1. Preparación espiritual del pueblo 3.1–6
2. Se completa el fundamento del templo 3.7–13
B. Interrupción de la construcción del templo 4.1–24
1. Oposición bajo Darío 4.1–5
2. Oposición tardía bajo Asuero 4.6
3. Oposición tardía bajo Artajerjes 4.7–23
4. Interrupción de la construcción bajo Darío 4.24
C. Se termina el templo 5.1—6.18
1. Se empieza nuevamente a construir el templo 5.1–2
2. Oposición a la construcción del templo 5.3–17
3. Confirmación de la construcción del templo 6.1–12
4. Se termina el templo 6.13–15
5. Dedicación del templo 6.16–18
D. Celebración de la Pascua 6.19–22
Segunda parte: La reforma del pueblo de Dios (7.1—10.44)
I. El segundo retorno a Jerusalén bajo Esdras 7.1—8.36
A. El decreto de Artajerjes 7.1–28
1. Calificaciones de Esdras 7.1–10
2. Carta de Artajerjes 7.11–26
3. Respuesta de Esdras 7.27–28
B. Censo de los israelitas que retornaron 8.1–14
C. Preparación espiritual para el retorno 8.15–23
1. Adquisición del liderazgo del templo 8.15–20
2. Proclamación de un ayuno 8.21–23
D. Se completa el retorno 8.24–36
II. La restauración del pueblo 9.1—10.44
A. Matrimonios mixtos en Israel 9.1–2
B. Esdras intercede con Dios 9.3–15
1. Lamento de Esdras 9.3–4
2. Confesión de Esdras 9.5–15
C. Reforma de Israel 10.1–44
1. Israel se lamenta 10.1–2
2. Se instituye el Pacto 10.3–5
3. Solución para los matrimonios mixtos 10.6–44
Primera parte: La reconstrucción de la muralla (1.1—7.73)
I. Preparación para reconstruir la muralla 1.1—2.20
A. Descubrimiento de la muralla derrumbada 1.1–3
B. Intercesión de Nehemías 1.4—2.8
C. Llegada de Nehemías a Jerusalén 2.9–11
D. Preparación para reconstruir la muralla 2.12–20
II. Reconstrucción de la muralla 3.1—7.73
A. Registro de los constructores 3.1–32
B. Oposición a la reconstrucción 4.1—6.14
C. Se termina la reconstrucción 6.15–19
D. Organización de Jerusalén 7.1–4
E. Registración de Jerusalén 7.5–73
Segunda parte: La restauración del pueblo (8.1—13.31)
I. Renovación del pacto 8.1—10.39
A. Interpretación de la Ley 8.1–18
B. Reafirmación del pacto 9.1—10.39
II. Obediencia al pacto 11.1—13.31
A. Restablecimiento del pueblo 11.1–36
B. Registro de los sacerdotes y los levitas 12.1–26
C. Dedicación de la muralla de Jerusalén 12.27–47
D. Restauración del pueblo 13.1–31
Primera parte: La amenaza contra los judíos (1.1—4.17)
I. La selección de Ester como reina 1.1—2.20
A. El divorcio de Vasti 1.1–22
1. Los festejos de Asuero 1.1–8
2. La reina Vasti se rehúsa 1.9–12
3. Vasti es despedida 1.13–22
B. El matrimonio de Ester 2.1–20
1. Decreto para buscar el reemplazo de Vasti 2.1–4
2. Preparación de Ester 2.5–14
3. Selección de la reina Ester 2.15–20
II. La formulación de la trama de Amán 2.21—4.17
A. Mardoqueo revela la trama para asesinar al rey 2.21–23
B. Amán trama asesinar a los judíos 3.1—4.17
1. Se promueve a Amán 3.1
2. La razón para la trama de Amán 3.2–6
3. El decreto de Asuero para destruir a los judíos 3.7—4.17
Segunda parte: El triunfo de los judíos (5.1—10.3)
I. El triunfo de Mardoqueo sobre Amán 5.1—8.3
A. La preparación para el triunfo 5.1—6.3
1. El primer festejo de Ester 5.1–8
2. Amán trama asesinar a Mardoqueo 5.9–14
3. El rey Asuero planea honrar a Mardoqueo 6.1–3
B. Mardoqueo es honrado 6.4–14
1. El plan de Amán para honrarse a sí mismo 6.4–9
2. Amán se ve forzado a honrar a Mardoqueo 6.10–14
C. Amán muere en la horca preparada para Mardoqueo 7.1–10
1. Segundo festejo de Mardoqueo 7.1–4
2. Se enjuicia a Amán 7.5–8
3. Amán es colgado 7.9–10
D. A Mardoqueo le dan la casa de Amán 8.1–3
II. El triunfo de Israel sobre sus enemigos 8.4—10.3
A. Preparación para la victoria de Israel 8.4–17
1. La petición de Ester ante el rey Asuero 8.4–6
2. El nuevo decreto del rey Asuero 8.7–14
3. Se convierten muchos gentiles 8.15–17
B. La victoria de Israel sobre sus enemigos 9.1–16
1. Victorias en el primer día 9.1–11
2. Victorias en el segundo día 19.12–16
C. Celebración de Israel 9.17—10.3
1. La fiesta de Purim 9.17–32
2. La fama de Mardoqueo 10.1–3
Primera parte: El dilema de Job (1.1—2.13)
I. Las circunstancias de Job 1.1–5
II. El primer asalto de Satanás 1.6–22
III. El segundo asalto de Satanás 2.1–10
IV. La llegada de los amigos de Job 2.11–13
Segunda parte: Los debates de Job (3.1—37.24)
I. El primer ciclo de debate 3.1—14.22
A. Primer discurso de Job 3.1–26
B. Primer discurso de Elifaz 4.1—5.27
C. Respuesta de Job a Elifaz 6.1—7.21
D. Primer discurso de Bildad 8.1–22
E. Respuesta de Job a Bildad 9.1—10.22
F. Primer discurso de Zofar 11.1–20
G. Respuesta de Job a Zofar 12.1—14.22
II. El segundo ciclo de debate 15.1—21.34
A. Segundo discurso de Elifaz 15.1–35
B. Respuesta de Job a Elifaz 16.1—17.16
C. Segundo discurso de Bildad 18.1–21
D. Respuesta de Job a Bildad 19.1–29
E. Segundo discurso de Zofar 20.1–29
F. Respuesta de Job a Zofar 21.1–34
III. El tercer ciclo de debate 22.1—26.14
A. Tercer discurso de Elifaz 22.1–30
B. Respuesta de Job a Elifaz 23.1—24.25
C. Tercer discurso de Bildad 25.1–6
D. Respuesta de Job a Bildad 26.1–14
IV. La defensa final de Job 27.1—31.40
A. Primer monólogo de Job 27.1—28.28
B. Segundo monólogo de Job 29.1—31.40
V. La solución de Eliú 32.1—37.24
A. Eliú interviene en el debate 32.1–22
B. Primera refutación de Eliú 33.1–3
C. Segunda refutación de Eliú 34.1–37
D. Tercera refutación de Eliú 35.1–16
E. Conclusión de Eliú 36.1—37.24
Tercera parte: La liberación de Job (38.1—42.17)
I. La primera controversia de Dios con Job 38.1—40.5
A. Primer reto a Job 38.1—40.2
B. Primera respuesta de Job a Dios 40.3–5
II. La segunda controversia de Dios con Job 40.6—42.6
A. Segundo reto de Dios a Job 40.6—41.34
B. Segunda respuesta de Job a Dios 42.1–6
III. La liberación de Job y sus amigos 42.7–17
I. Himnos de alabanza y liturgias
Salmo 8: La gloria del Señor está en toda la tierra
Salmos 14, 53: Para vergüenza de los impíos, el Señor restaura a su pueblo
Salmo 15: Solamente los piadosos podrán habitar con el Señor
Salmo 19: El Señor se revela en su mundo y en su Palabra
Salmo 24: El Señor es el Rey de Gloria
Salmo 29: La voz del Señor es poderosa y majestuosa
Salmo 33: El Señor es soberano en la creación y en la historia
Salmo 46: Dios es la poderosa fortaleza de su pueblo
Salmo 47: Dios es el gran Rey sobre toda la tierra
Salmo 48: Dios es el gran Rey en Sion
Salmo 50: Dios es el juez justo de su pueblo
Salmo 65: Dios salva y sostiene a su pueblo
Salmo 67: Que todos los pueblos alaben a Dios
Salmo 68: Dios es la fortaleza y el poder de su pueblo
Salmo 75: Canten alabanza a Dios por su juicio justo
Salmo 76: Dios es majestuoso cuando juzga
Salmo 78: Dios guía a su pueblo aun cuando se extravía
Salmo 81: Dios quiere que su pueblo lo alabe y lo obedezca
Salmo 82: Dios heredará todas las naciones
Salmo 84: Los que habitan en la casa de Dios son bendecidos
Salmo 85: La salvación de Dios está cerca de los que le temen
Salmo 87: La ciudad de Dios es gloriosa
Salmo 93: El Señor nuestro Rey está vestido de majestad
Salmo 95: El Señor es el gran Rey sobre todos los dioses
Salmo 96: El Señor nuestro Rey es grande y se le debe mucha alabanza
Salmo 97: El Señor nuestro Rey está exaltado sobre todos los dioses
Salmo 98: El Señor nuestro Rey salva y juzga
Salmo 99: El Señor nuestro Rey es santo
Salmo 100: Agradézcanle al Señor y alaben su nombre
Salmo 101: Caminen delante de Dios con corazón perfecto
Salmo 103: Alaben al Señor por todos sus beneficios
Salmo 104: El Señor provee todo lo que sus criaturas necesitan
Salmo 105: El Señor siempre es fiel a su pueblo
Salmo 106: El Señor salvó a su pueblo una y otra vez
Salmo 111: El Señor siempre es fiel a su pacto
Salmo 113: Alaben el nombre del Señor
Salmo 114: Dios sacó a Israel de Egipto mediante su milagroso poder
Salmo 115: Los ídolos no son nada pero el Señor lo es todo
Salmo 117: Que todos los pueblos alaben al Señor
Salmo 118: Alaben al Señor por su maravillosa salvación
Salmo 119: Alaben al Señor por su maravillosa Palabra
Salmo 121: Nuestra ayuda viene solamente del Señor
Salmo 122: Alegraos cuando vayáis a la casa del Señor
Salmo 123: Buscad la misericordia del Señor
Salmo 124: El Señor está de parte de su pueblo
Salmo 125: El Señor rodea a su pueblo con su protección
Salmo 126: El Señor saca a su pueblo del cautiverio
Salmo 129: El Señor vence a los enemigos de su pueblo
Salmo 134: Que todos los siervos del Señor lo alaben
Salmo 135: El Señor hace lo que quiere
Salmo 136: La misericordia del Señor dura para siempre
Salmo 145: Alaben el nombre del Señor para siempre
Salmo 147: Alaben al Señor por su Palabra sustentadora
Salmo 148: Alaben al Señor desde los cielos y desde la tierra
Salmo 149: Que el pueblo del Señor le cante alabanzas
Salmo 150: Que todo lo que tiene aliento alabe al Señor
II. Lamentos individuales y colectivos
Salmo 3: Señor, levántate y sálvame
Salmo 4: Dios, apiádate de mí y escucha mi oración
Salmo 5: Señor, escucha la voz de mi lamento
Salmo 6: Sáname, Señor
Salmo 7: Señor, sálvame de todos los que me persiguen
Salmo 9: Levántate, Señor, no permitas que prevalezca el ser humano
Salmo 10: Señor, ¿por qué estás tan lejos?
Salmo 11: El Señor prueba a los justos
Salmo 12: Que el Señor destruya la lengua jactanciosa
Salmo 13: Señor, ¿por cuánto tiempo esconderás tu rostro de mí?
Salmo 17: Señor, libra mi vida de los malvados
Salmo 22: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Salmo 25: Dios mío, no dejes que los enemigos triunfen sobre mí
Salmo 26: Vindícame, Señor
Salmo 27: No me dejes ni me abandones, Dios de mi salvación
Salmo 28: Señor mi roca, no te quedes callado
Salmo 31: Señor, que jamás sea avergonzado
Salmo 35: Señor, lucha contra los que luchan contra mí
Salmo 36: No hay temor de Dios ante la vista de los malvados
Salmo 38: Señor, no me reprendas en tu furor
Salmo 39: Señor, no te quedes callado ante mis lágrimas
Salmo 41: Señor, ten misericordia de mí y levántame
Salmo 42: Alma mía, ¿por qué estás abatida?
Salmo 43: Dios, defiende mi causa contra una nación impía
Salmo 44: Dios, redímenos por tus misericordias
Salmo 51: Dios, borra mis transgresiones
Salmo 52: Hombre poderoso, ¿por qué te glorías en el mal?
Salmo 54: Dios, sálvame por tu nombre
Salmo 55: Dios, no te escondas de mi súplica
Salmo 56: Dios, derriba en tu furor a los pueblos
Salmo 57: Apiádate de mí, Dios, apiádate de mí
Salmo 58: El veneno de los malvados es como el veneno de una serpiente
Salmo 59: Líbrame de mis enemigos, Dios mío
Salmo 60: Dios, Tú nos has desechado
Salmo 62: Mi alma, solamente espera en silencio por ti
Salmo 64: Dios, te buscaré temprano
Salmo 69: Sálvame, Dios, porque la aguas me han llegado hasta el cuello
Salmo 70: Apresúrate, Dios, a socorrerme
Salmo 71: Señor, que jamás sea avergonzado
Salmo 74: Dios, ¿por qué nos has echado para siempre?
Salmo 77: ¿Acaso Dios se ha olvidado de ejercer gracia?
Salmo 79: Dios, las naciones han arruinado a Jerusalén
Salmo 80: Restaúranos, Señor Dios de las huestes
Salmo 83: Dios, no guardes silencio
Salmo 86: Escúchame, Señor, porque estoy necesitado y soy pobre
Salmo 88: Señor, he llorado ante ti de día y de noche
Salmo 90: Señor, hemos sido consumidos por tu ira
Salmo 94: Señor, ¿por cuánto tiempo triunfarán los malvados?
Salmo 102: Señor, respóndeme rápidamente
Salmo 108: Dios, ¿acaso no eres tú el que nos desechó?
Salmo 109: No te quedes callado, Dios de mi alabanza
Salmo 120: En mi aflicción clamé al Señor
Salmo 130: Señor, de lo profundo te he llamado
Salmo 137: Lloramos, en las orillas de los ríos de Babilonia, al recordar a Sion
Salmo 140: Líbrame, Señor, de los malvados
Salmo 141: Señor, guarda mi boca
Salmo 142: Con mi voz clamo al Señor
Salmo 143: Revíveme, Señor, por amor a tu nombre
III. Cánticos individuales de agradecimiento
Salmo 23: El Señor es mi pastor
Salmo 30: Te exaltaré, Señor, porque me has levantado
Salmo 32: Bendito aquel cuya transgresión es perdonada
Salmo 34: Bendeciré al Señor en todo momento
Salmo 40: El Señor ha puesto un nuevo cántico en mi boca
Salmo 66: Toda la tierra, aclame a Dios con alegría
Salmo 92: Es bueno darle gracias al Señor
Salmo 107: Que lo digan los redimidos del Señor
Salmo 116: Amo al Señor porque ha escuchado mi voz
Salmo 138: Te alabaré con todo mi corazón
Salmo 139: Pruébame, Dios, y conoce mi corazón
Salmo 146: Cantaré alabanzas a mi Dios mientras viva
IV. Salmos reales
Salmo 2: Él me ha dicho: «Eres mi hijo»
Salmo 18: El Señor da mucha liberación a su rey
Salmo 20: Ahora sé que el Señor salva a su ungido
Salmo 21: Señor, el rey se deleitará en tu fortaleza
Salmo 45: Tu trono, Dios, es para siempre
Salmo 61: Dios prolongará la vida del rey
Salmo 63: El rey se regocijará en Dios
Salmo 72: Dios, dale tus juicios al rey
Salmo 89: Nuestro rey le pertenece al Santo de Israel
Salmo 110: El Señor le dijo a mi Señor: «Siéntate a mi diestra»
Salmo 132: Señor, recuerda a David y todas sus aflicciones
Salmo 144: Bendito sea el Señor roca mía, que adiestra mis manos para la guerra
V. Salmos de confianza y sabiduría
Salmo 1: El deleite de los justos es la Ley del Señor
Salmo 16: Bendeciré al Señor que me ha dado consejo
Salmo 37: Confía en el Señor y haz el bien
Salmo 49: Mi boca hablará sabiduría
Salmo 73: He puesto mi esperanza en el Señor
Salmo 91: El Señor es mi refugio y mi fortaleza
Salmo 112: Bendito aquel que teme al Señor
Salmo 127: Los niños son la herencia del Señor
Salmo 128: Bendito aquel que anda en sus caminos
Salmo 131: Espera, oh Israel, en Dios
Salmo 133: Cuán bueno es que los hermanos habiten juntos en armonía
I. El propósito de Proverbios 1.1–7
II. Proverbios para la juventud 1.8—9.18
A. Obedecer a los padres 1.8–9
B. Evitar la mala compañía 1.10–19
C. Buscar la sabiduría 1.20—2.22
D. Beneficios de la sabiduría 3.1–26
E. Ser bondadosos para con otros 3.27–35
F. Seguridad en la sabiduría 4.1–13
G. Evitar a los malvados 4.14–22
H. Guarden su corazón 4.23–27
I. No adulterar 5.1–14
J. Ser leales a su cónyuge 5.15–23
K. Evitar ser fiador 6.1–5
L. No ser perezosos 6.6–19
M. No cometer adulterio 6.20—7.27
N. Alabanza a la sabiduría 8.1—9.12
O. Evitar la necedad 9.13–18
III. Proverbios de Salomón 10.1—22.16
A. Proverbios que contrastan a los consagrados con los malvados 10.1—15.33
B. Proverbios que promueven vidas consagradas 16.1—22.16
IV. Proverbios sobre diferentes asuntos 22.17—24.34
V. Proverbios de Salomón copiados por los hombres de Ezequías 25.1—29.27
A. Proverbios que regulan las relaciones con el prójimo 25.1—26.28
1. Relaciones con los reyes 25.1–7
2. Relaciones con el prójimo 25.8–20
3. Relaciones con los enemigos 25.21–24
4. Relaciones con uno mismo 25.25–28
5. Relaciones con los necios 26.1–12
6. Relaciones con los perezosos 26.13–16
7. Relaciones con los chismosos 26.17–18
B. Proverbios de reglamentos misceláneos 27.1—29.27
VI. Las palabras de Agur 30.1–33
VII. Las palabras del rey Lemuel 31.1–9
VIII. El poema sobre la mujer virtuosa 31.10–31
Primera parte: «Todo es vanidad» (1.1–11)
I. Introducción: Todo es vanidad 1.1–3
II. Ilustraciones de la vanidad 1.4–11
Segunda parte: La prueba de que «Todo es vanidad» (1.12—6.12)
I. Prueba de que «Todo es vanidad» basada en la experiencia 1.12—2.26
A. Vanidad de la sabiduría 1.12–18
B. Vanidad del placer 2.1–3
C. Vanidad de los grandes logros 2.4–17
D. Vanidad de la ardua labor 2.18–26
II. Prueba de que «Todo es vanidad» basada en la observación 3.1—6.12
A. Naturaleza inalterable del programa de Dios 3.1–22
1. Dios predetermina los sucesos de la vida 3.1–8
2. Dios predetermina las condiciones de la vida 3.9–15
3. Dios lo juzga todo 3.16–22
B. Desigualdades de la vida 4.1–16
1. Opresión malvada 4.1–3
2. La idiotez de la ardua labor 4.4–12
3. Naturaleza pasajera de la popularidad 4.13–16
C. Insuficiencias de la religión humana 5.1–7
D. Insuficiencias de la riqueza 5.8–20
1. La riqueza no satisface 5.8–12
2. La riqueza ocasiona dificultades 5.13–17
3. La riqueza definitivamente viene de Dios 5.18–20
E. La vanidad inescapable de la vida 6.1–12
1. No hay satisfacción en la riqueza 6.1–2
2. No hay satisfacción en los niños 6.3–6
3. No hay satisfacción en el trabajo 6.7–8
4. No hay satisfacción en el futuro 6.9–12
Tercera parte: El consejo para vivir con la vanidad (7.1—12.14)
I. Cómo lidiar en un mundo malvado 7.1—9.18
A. Se contrasta la sabiduría y la necedad 7.1–14
B. Sabiduría de la moderación 7.15–18
C. Fortaleza de la sabiduría 7.19–29
D. Sumisión a la autoridad 8.1–9
E. Incapacidad para entender lo que Dios está haciendo 8.10–17
F. El juicio le llega a todos 9.1–6
G. Disfruta la vida mientras la tengas 9.7–12
H. Valor de la sabiduría 9.13–18
II. Consejo para las incertidumbres de la vida 10.1—12.8
A. Características de la sabiduría 10.1–15
B. Sabiduría relacionada con el rey 10.16–20
C. Sabiduría relacionada con los negocios 11.1–6
D. Sabiduría relacionada con la juventud 11.7—12.8
1. Regocijaos en la juventud 11.7–10
2. Recuerda a Dios en la juventud 12.1–8
III. Conclusión: Teme a Dios y guarda Sus mandamientos 12.9–14
I. El comienzo del amor 1.1—5.1
A. El enamoramiento 1.1—3.5
1. La novia anhela afecto 1.1–8
2. Expresiones de amor mutuo 1.9—2.7
3. Visita del rey a la casa de la novia 2.8–17
4. La novia sueña con la separación 3.1–5
B. Unidos en amor 3.6—5.1
1. Procesión nupcial 3.6–11
2. Se alaba la belleza de la novia 4.1–15
3. Se consuma el matrimonio 4.16—5.1
II. El amor se extiende 5.2—8.14
A. La lucha en el amor 5.2—7.9
1. El segundo sueño de separación de la novia 5.2–8
2. Se alaba la belleza del novio 5.9—6.3
3. Se alaba la belleza de la novia 6.4—7.9
B. El crecimiento en el amor 7.10—8.14
1. El deseo de la novia de visitar su casa 7.10—8.4
2. Viaje y regreso a casa 8.5–14
ISAÍAS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
Primera parte: Profecías de condenación (1.1—35.10)
I. Profecías contra Judá 1.1—12.6
II. Profecías contra otras naciones 13.1—23.18
III. Profecías del Día del Señor 24.1—27.13
IV. Profecías de juicio y bendición 28.1—35.10
Segunda parte: Material histórico (36.1—39.8)
I. Ezequías es librado de Asiria 36.1—37.38
II. Ezequías es librado de la enfermedad 38.1–22
III. Pecado de Ezequías 39.1–8
Tercera parte: Profecías de consuelo (40.1—66.24)
I. Profecías sobre la liberación de Israel 40.1—48.22
II. Profecías sobre el liberador de Israel 49.1—57.21
II. Profecías del glorioso futuro de Israel 58.1—66.24
Primera parte: El llamado de Jeremías (1.1–19)
I. Llamado de Jeremías 1.1–10
II. Señales de Jeremías 1.11–16
III. Certeza de Jeremías 1.17–19
Segunda parte: Las profecías a Judá (2.1—45.5)
I. La condenación de Judá 2.1—25.38
II. Los conflictos de Jeremías 26.1—29.32
III. La futura restauración de Jerusalén 30.1—33.26
IV. La presente caída de Jerusalén 34.1—45.5
Tercera parte: Las profecías a los gentiles (46.1—51.64)
I. Profecías contra Egipto 46.1–28
II. Profecías contra Filistea 47.1–7
III. Profecías contra Moab 48.1–47
IV. Profecías contra Amón 49.1–6
V. Profecías contra Edom 49.7–22
VI. Profecías contra Damasco 49.23–27
VII. Profecías contra Cedar y Hazor 49.28–33
VIII. Profecías contra Elam 49.34–39
IX. Profecías contra Babilonia 50.1—51.64
Cuarta parte: La caída de Jerusalén (52.1–34)
I. La captura de Jerusalén 52.1–11
II. La destrucción de Jerusalén 52.12–23
III. El cautiverio a Babilonia 52.24–30
IV. Se libera a Joaquín 52.31–34
I. La destrucción de Jerusalén 1.1–22
A. El lamento del profeta Jeremías 1.1–11
B. El lamento de la ciudad de Jerusalén 1.12–22
II. La ira de Dios 2.1–22
A. La ira de Dios 2.1–9
B. La agonía de Jerusalén 2.10–17
C. El clamor de Jerusalén 2.18–22
III. La oración por misericordia 3.1–66
A. Grito desesperado de Jeremías 3.1–18
B. Confesión de fe de Jeremías 3.19–39
C. Condición necesitada de Jeremías 3.40–54
D. Confianza en Dios de Jeremías 3.55–66
IV. El sitio de Jerusalén 4.1–22
A. Las circunstancias durante el sitio 4.1–10
B. La causa del sitio 4.11–20
C. Las consecuencias del sitio 4.21–22
V. La oración por restauración 5.1–22
A. Repaso de la necesidad de restauración 5.1–15
B. El arrepentimiento del pecado 5.16–18
C. La súplica de restauración 5.19–22
Primera parte: La comisión de Ezequiel (1.1—3.27)
I. Ezequiel ve la gloria de Dios 1.1–28
II. Se señala a Ezequiel para que proclame la Palabra de Dios 2.1—3.27
Segunda parte: Juicio sobre Judá (4.1—24.27)
I. Cuatro señales del juicio venidero 4.1—5.17
A. Señal de la tableta de barro 4.1–3
B. Señal de Ezequiel recostado sobre su costado 4.4–8
C. Señal del pan contaminado 4.9–17
D. Señal del pelo y la navaja 5.1–4
E. Explicación de las señales 5.5–17
II. Dos mensajes sobre el juicio venidero 6.1—7.27
A. La idolatría causa destrucción 6.1–14
B. Descripción de la conquista babilónica 7.1–27
III. Visión, en cuatro partes, del juicio venidero 8.1—11.25
A. Visión de la gloria de Dios 8.1–4
B. Visión de las abominaciones en el templo 8.5–18
C. Visión de las matanzas en Jerusalén 9.1–11
D. Salida de la gloria de Dios hacia el umbral 10.1–8
E. Visión de las ruedas y los querubines 10.9–22
F. Visión de los 25 gobernantes malvados 11.1–12
G. Promesa de la restauración del remanente 11.13–21
H. Salida de la gloria de Dios al Monte de los Olivos 11.22–25
IV. Señales, parábolas, y mensajes de juicio 12.1—24.27
A. Señal del cautiverio de Judá 12.1–16
B. Señal de temblores 12.17–28
C. Mensaje contra los profetas falsos 13.1–23
D. Mensaje contra los ancianos 14.1–23
E. Parábola de la vid 15.1–8
F. Parábola del matrimonio de Israel 16.1–63
G. Parábola de las dos águilas 17.1–24
H. Mensaje de juicio personal por el pecado personal 18.1–32
I. Lamento por los príncipes de Israel 19.1–9
J. Parábola de la vid seca 19.10–14
K. Mensajes de juicio sobre Jerusalén 20.1—24.27
Tercera parte: Juicio sobre las naciones (25.1—32.32)
I. Juicio sobre Amón 25.1–7
II. Juicio sobre Moab 25.8–11
III. Juicio sobre Edom 25.12–14
IV. Juicio sobre Filistea 25.15–17
V. Juicio sobre Tiro 26.1—28.19
VI. Juicio sobre Sidón 28.20–26
VII. Juicio sobre Egipto 29.1—32.32
Cuarta parte: Restauración de Israel (33.1—48.35)
I. El retorno de Israel a la tierra 33.1—39.29
A. El señalamiento de Ezequiel como guardián 33.1–33
B. El mensaje a los pastores 34.1–31
C. El juicio sobre Edom 35.1–15
D. Profecías sobre Israel 36.1—37.28
E. Profecías sobre Gog y Magog 38.1—39.29
II. La restauración de Israel en el reino 40.1—48.35
A. El templo nuevo 40.1—43.27
B. La nueva adoración 44.1—46.24
C. La tierra nueva 47.1—48.35
Primera parte: La historia personal de Daniel (1.1–21)
I. Daniel es llevado a Babilonia 1.1–7
II. La lealtad de Daniel en Babilonia 1.8–16
III. Reputación de Daniel en Babilonia 1.17–21
Segunda parte: El plan profético para los gentiles (2.1—7.28)
I. El sueño de Nabucodonosor 2.1–49
A. Nabucodonosor encubre su sueño 2.1–13
B. Dios revela el sueño 2.14–23
C. Daniel interpreta el sueño 2.24–45
D. Nabucodonosor asciende a Daniel 2.46–49
II. La imagen dorada de Nabucodonosor 3.1–30
A. Se prepara la imagen de Nabucodonosor 3.1–7
B. Los amigos de Daniel rehúsan adorarla 3.8–12
C. Los amigos de Daniel confían en Dios 3.13–18
D. Se protege a los amigos de Daniel en el horno 3.19–25
E. Ascensión de los amigos de Daniel 3.26–30
III. La visión del gran árbol de Nabucodonosor 4.1–37
A. La proclamación de Nabucodonosor 4.1–3
B. La visión de Nabucodonosor 4.4–18
C. Daniel interpreta la visión 4.19–27
D. La humillación de Nabucodonosor 4.28–33
E. La restauración de Nabucodonosor 4.34–37
IV. Belsasar y la escritura en la pared 5.1–31
A. Belsasar contamina los vasos del templo 5.1–4
B. Belsasar ve la escritura 5.5–9
C. Daniel interpreta la escritura 5.10–29
D. Belsasar muere 5.30–31
V. Decretos de Darío 6.1–28
A. Ascenso de Daniel 6.1–3
B. Darío firma un decreto tonto 6.4–9
C. Daniel ora fielmente 6.10–15
D. Daniel en el foso de los leones 6.16–17
E. Daniel es salvado de los leones 6.18–24
F. El decreto sabio de Darío 6.25–28
VI. Daniel y su visión de las cuatro bestias 7.1–28
A. La revelación de la visión 7.1–14
B. La interpretación de la visión 7.15–28
Tercera parte: El plan profético para Israel (8.1—12.13)
I. Daniel y su visión del carnero y el macho cabrío 8.1–27
A. La revelación de la visión 8.1–12
B. La extensión de la visión 8.13–14
C. La interpretación de la visión 8.15–27
II. Daniel y su visión de las 70 semanas 9.1–27
A. El entendimiento de Daniel 9.1–2
B. La intercesión de Daniel 9.3–19
C. La intervención de Gabriel 9.20–23
D. La revelación de las 70 semanas 9.24–27
III. Daniel y su visión del futuro de Israel 10.1—12.13
A. La preparación de Daniel 10.1–21
B. Los reyes del norte y del sur 11.1–35
C. El rey que se magnífica a sí mismo 11.36—12.3
D. La conclusión de las visiones de Daniel 12.4–13
OSEAS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. La esposa adúltera y el esposo fiel 1.1—3.5
A. La introducción al Libro de Oseas 1.1
B. El matrimonio profético de Oseas y Gomer 1.2—2.1
1. Matrimonio de Oseas con Gomer 1.2
2. Los niños de Oseas y Gomer 1.3–9
3. La aplicación de la futura restauración 1.10—2.1
C. La aplicación del adulterio de Gomer 2.2–23
1. El pecado del adulterio espiritual de Israel 2.2–5
2. Juicio de Dios 2.6–13
3. Restauración de Israel 2.14–23
D. La restauración de Gomer a Oseas 3.1–5
II. El adúltero Israel y el Señor fiel 4.1—14.9
A. El adulterio espiritual de Israel 4.1—6.3
1. Los pecados de Israel 4.1–19
a. Rechazo del conocimiento de Dios 4.1–10
b. Idolatría de Israel 4.11–19
2. Juicio sobre Israel 5.1–14
3. Restauración de Israel 5.15—6.3
B. Israel rehúsa arrepentirse de su adulterio 6.4—8.14
1. Transgresión voluntaria del pacto 6.4–11
2. No quieren volver voluntariamente al Señor 7.1–16
3. Idolatría voluntaria 8.1–14
C. Dios enjuicia a Israel 9.1—10.15
1. Juicio de dispersión 9.1–9
2. Juicio de infertilidad 9.10–17
D. La restauración de Israel al Señor 11.1—14.9
1. El amor de Dios por Israel 11.1–11
2. El continuo pecado de Israel 11.12—13.16
3. La promesa de Dios de restaurar a Israel 14.1–9
I. El Día del Señor en el pasado 1.1–20
A. El pasado día de la langosta 1.1–12
B. El pasado día de la sequía 1.13–20
II. El Día del Señor en el futuro 2.1—3.21
A. El Día venidero del Señor 2.1–27
1. Profecía sobre la invasión venidera de Judá 2.1–11
2. Promesa condicional de la salvación de Judá 2.12–27
B. El Día definitivo del Señor 2.28—3.21
1. Sucesos finales antes del terrible Día del Señor 2.28–32
2. Suceso del terrible Día del Señor 3.1–21
a. Juicio sobre los gentiles 3.1–17
b. Restauración de Judá 3.18–21
AMÓS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Introducción a Amos 1.1–2
II. Los ocho juicios 1.3—2.16
A. Enjuiciamiento de Damasco 1.3–5
B. Enjuiciamiento de Gaza 1.6–8
C. Enjuiciamiento de Tiro 1.9–10
D. Enjuiciamiento de Edom 1.11–12
E. Enjuiciamiento de Amón 1.13–15
F. Enjuiciamiento de Moab 2.1–3
G. Enjuiciamiento de Judá 2.4–5
H. Enjuiciamiento de Israel 2.6–16
III. Los tres sermones de juicio 3.1—6.14
A. El primer sermón: Presente de Israel 3.1–15
1. El juicio sobre Israel es merecido 3.1–10
2. Se describe el juicio sobre Israel 3.11–15
B. El segundo sermón: Pasado de Israel 4.1–13
1. El juicio sobre Israel es merecido 4.1–5
2. Se demuestra el juicio sobre Israel 4.6–11
3. Se describe el juicio sobre Israel 4.12–13
C. El tercer sermón: Futuro de Israel 5.1—6.14
1. El juicio sobre Israel es merecido 5.1–15
2. Se describe el juicio sobre Israel 5.16—6.14
a. El primer lamento de juicio 5.16–27
b. El segundo lamento de juicio 6.1–14
IV. Las cinco visiones de juicio 7.1—9.10
A. Visión de las langostas 7.1–3
B. Visión de fuego 7.4–6
C. Visión de la plomada 7.7–9
D. Oposición de Amasías (paréntesis histórico) 7.10–17
E. Visión de la fruta veraniega 8.1–14
F. Visión de los portales 9.1–10
V. Las cinco promesas de la restauración de Israel 9.11–15
I. Predicciones de juicio sobre Edom 1–9
II. Razones para el juicio de Edom 10–14
III. Resultados del juicio sobre Edom 5–16
IV. Israel toma posesión de Edom 17–21
JONÁS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. La primera comisión de Jonás 1.1—2.10
A. La desobediencia al primer llamado 1.1–3
B. El juicio sobre Jonás 1.4–17
1. La gran tormenta 1.4–16
2. El gran pez y la gran salvación de Jonás 1.17
C. La oración de Jonás 2.1–9
D. La liberación de Jonás 2.10
II. La segunda comisión de Jonás 3.1—4.11
A. La obediencia al segundo llamado 3.1–4
B. El arrepentimiento de Nínive 3.5–10
1. El gran ayuno 3.5–9
2. La gran salvación de Dios en Nínive 3.10
C. La oración de Jonás 4.1–3
D. Dios reprende a Jonás 4.4–11
MIQUEAS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. La predicción del juicio 1.1—3.12
A. Introducción al Libro de Miqueas 1.1
B. El juicio sobre el pueblo 1.1—2.13
1. Juicio sobre Samaria 1.2–7
2. Juicio sobre Judá 1.8–16
3. Causa del juicio 2.1–11
4. Promesa de restauración futura 2.12–13
C. El juicio sobre el liderazgo 3.1–12
1. Juicio sobre los príncipes 3.1–4
2. Juicio sobre los profetas 3.5–8
3. Promesa de juicio futuro 3.9–12
II. La predicción de la restauración 4.1—5.15
A. La promesa del reino venidero 4.1–5
B. La promesa de los cautiverios venideros 4.6—5.1
C. La promesa del Rey venidero 5.2–15
1. Nacimiento del Mesías 5.2
2. Rechazo del Mesías 5.3
3. Obra del Mesías 5.4–15
III. El ruego al arrepentimiento 6.1—7.20
A. El primer ruego de Dios 6.1–8
1. Dios ruega 6.1–5
2. Miqueas replica 6.6–8
B. El segundo ruego de Dios 6.9—7.6
1. Dios ruega 6.9–16
2. Miqueas replica 7.1–6
C. La promesa de salvación final 7.7–20
NAHUM: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Se decreta la destrucción de Nínive 1.1–15
A. Los principios generales del juicio divino 1.1–8
1. Venganza de Dios en el juicio 1.1–2
2. Poder de Dios en el juicio 1.3–8
B. La destrucción de Nínive y la liberación de Judá 1.9–15
II. Se describe la destrucción de Nínive 2.1–13
A. El llamado a la batalla 2.1–2
B. La destrucción de Nínive 2.3–13
III. La destrucción de Nínive es merecida 3.1–19
A. Las razones para la destrucción de Nínive 3.1–11
1. La gran impiedad de Nínive 3.1–7
2. La comparación de Nínive con Tebas 3.8–11
B. La destrucción de Nínive es inevitable 3.12–19
1. Las fortalezas de Nínive son débiles 3.12–15
2. Los líderes de Nínive son débiles 3.16–19
HABACUC: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Las preguntas de Habacuc 1.1—2.20
A. La primera pregunta 1.1–4
B. La primera respuesta de Dios 1.5–11
C. La segunda pregunta de Habacuc 1.12—2.1
D. La segunda respuesta de Dios 2.2–20
II. La alabanza de Habacuc 3.1–19
A. Habacuc ora por la misericordia de Dios 3.1–2
B. Habacuc recuerda la misericordia de Dios 3.3–15
C. Habacuc confía en la salvación de Dios 3.16–19
SOFONÍAS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Los juicios en el Día del Señor 1.1—3.8
A. El juicio sobre toda la tierra 1.1–3
B. El juicio sobre la nación de Judá 1.4—2.3
1. Causas del juicio 1.4–13
2. Descripción del juicio 1.14–18
3. Llamado al arrepentimiento 2.1–3
C. El juicio sobre las naciones circundantes a Judá 2.4–15
1. Juicio contra Gaza (oeste) 2.4–7
2. Juicio contra Moab y Amón (este) 2.8–11
3. Juicio contra Etiopía (sur) 2.12
4. Juicio contra Asiria (norte) 2.13–15
D. El juicio de Jerusalén 3.1–7
1. Maldad de Jerusalén 3.1–4
2. La justicia del Señor 3.5–7
E. El juicio sobre toda la tierra 3.8
II. La salvación en el Día del Señor 3.9–20
A. La promesa de la conversión 3.9–13
B. La promesa de la restauración 3.14–20
HAGEO: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Se termina el templo tardío 1.1–15
A. El templo no está completo 1.1–6
B. Se debe completar el templo 1.7–15
II. La gloria del templo tardío 2.1–9
A. El templo tardío no es tan glorioso como el primero 2.1–3
B. El templo tardío será más glorioso que el primero 2.4–9
III. Las bendiciones de la obediencia 2.10–19
A. El problema: La desobediencia del remanente 2.10–14
B. La solución: La obediencia del remanente 2.15–19
IV. Las futuras bendiciones mediante la promesa 2.20–23
A. La futura destrucción de las naciones 2.20–22
B. El futuro reconocimiento de Zorobabel 2.23
ZACARÍAS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. El llamado al arrepentimiento 1.1–6
II. Las ocho visiones de Zacarías 1.7—6.8
A. Los caballos entre los mirtos 1.7–17
B. Los cuatro cuernos y los cuatro carpinteros 1.18–21
C. El hombre con el cordel de medir 2.1–13
D. La limpieza de Josué, el sumo sacerdote 3.1–10
E. La lámpara dorada y los olivos 4.1–14
F. El rollo volador 5.1–4
G. La mujer en la cesta 5.5–11
H. Las cuatro carrozas 6.1–8
III. La coronación de Josué 6.9–15
IV. El asunto del ayuno 7.1–3
V. Los cuatro mensajes de Zacarías 7.4—8.23
A. Se reprende la hipocresía 7.4–7
B. Arrepentimiento por la desobediencia 7.8–14
C. Restauración de Israel 8.1–17
D. Regocijaos en el futuro de Israel 8.18–23
VI. Las dos cargas de Zacarías 9.1—14.21
A. La primera carga: El rechazo del Mesías 9.1—11.17
1. Juicio sobre las naciones circundantes 9.1–8
2. Llegada del Mesías 9.9—10.12
3. Rechazo del Mesías 11.1–17
B. La segunda carga: El reinado del Mesías 12.1—14.21
1. Liberación de Israel 12.1—13.9
2. Reinado del Mesías 14.1–21
I. El privilegio de la nación 1.1–5
II. La contaminación de la nación 1.6—3.15
A. El pecado de los sacerdotes de Israel 1.6—2.9
1. Los sacerdotes desprecian el nombre del Señor 1.6–14
2. El Señor maldice a los sacerdotes 2.1–9
B. El pecado del pueblo de Israel 2.10—3.15
1. El pueblo practica idolatría 2.10–12
2. El pueblo se divorcia 2.13–16
3. El Señor juzgará en Su venida 2.17—3.7
4. El pueblo le roba a Dios 3.8–12
5. El pueblo duda del carácter de Dios 3.13–15
III. Las promesas a la nación 3.16—4.6
A. Las recompensas del Libro de memoria 3.16–18
B. Las recompensas de la venida de Cristo 4.1–3
C. La profecía de la venida de Elías 4.4–6
Primera parte: La presentación del rey (1.1—4.11)
I. La llegada del Rey 1.1—2.23
II. El anunciante del Rey 3.1–12
III. La aprobación del Rey 3.13—4.11
Segunda parte: La proclamación del rey (4.12—7.29)
I. El trasfondo del sermón 4.12–25
II. El Sermón del Monte 5.1—7.29
Tercera parte: El poder del rey (8.1—11.1)
I. La demostración del poder del Rey 8.1—9.34
II. La delegación del poder del Rey 9.35—11.1
Cuarta parte: El rechazo progresivo del rey (11.2—16.12)
I. El comienzo del rechazo 11.2–30
II. El rechazo de los fariseos 12.1–50
III. Las consecuencias del rechazo 13.1–53
IV. El rechazo continuo 13.54—16.12
Quinta parte: La preparación de los discípulos del rey (16.13—20.28)
I. La revelación de grandes verdades 16.13—17.13
II. La instrucción en vista del rechazo 17.14—20.28
Sexta parte: La presentación y el rechazo del rey (20.29—27.66)
I. Los ciegos reconocen al Rey 20.29–34
II. La presentación pública del Rey 21.1–17
III. La nación respeta al Rey 21.18—22.46
IV. El rey rechaza a la nación 23.1–39
V. Las predicciones de la Segunda Venida del Rey 24.1—25.46
VI. La pasión del Rey 26.1—27.66
Séptima parte: La prueba del rey (28.1–20)
I. La tumba vacía 28.1–8
II. La aparición de Jesús a las mujeres 28.9–10
III. Los soldados son sobornados 28.11–15
IV. La aparición de Jesús a los discípulos 28.16–17
V. La Gran Comisión 28.18–20
Primera parte: La presentación del Señor (1.1—2.12)
I. El precursor del Señor 1.1–8
II. El bautismo del Señor 1.9–11
III. La tentación del Señor 1.12–13
IV. La misión del Señor 1.14—2.12
Segunda parte: La oposición al Señor (2.13—8.26)
I. La oposición inicial al Señor 2.13—3.35
II. Las parábolas del Señor 4.1–34
III. Los milagros del Señor 4.35—5.43
IV. La creciente oposición al Señor 6.1—8.26
Tercera parte: La instrucción del Señor (8.27—10.52)
I. Pedro confiesa a Cristo 8.27–33
II. El costo del discipulado 8.34—9.1
III. La transfiguración 9.2–13
IV. Jesús sana a un muchacho endemoniado 9.14–29
V. Jesús predice su muerte 9.30–32
VI. Jesús enseña para preparar a los discípulos 9.33—10.45
VII. La sanidad del ciego Bartimeo 10.46–52
Cuarta parte: El rechazo al Señor (11.1—15.47)
I. La presentación formal del Señor 11.1–19
II. La instrucción sobre la oración 11.20–26
III. La oposición de los líderes 11.27—12.44
IV. La instrucción sobre el futuro 13.1–37
V. La pasión del Señor 14.1—15.47
Quinta parte: La resurrección del Señor (16.1–20)
I. La resurrección de Jesús 16.1–8
II. Las apariciones de Jesús 16.9–18
III. La ascensión de Jesús 16.19–20
Primera parte: La introducción al Hijo del hombre (1.1—4.13)
I. El propósito y el método del Evangelio de Lucas 1.1–4
II. Los acontecimientos precedentes al nacimiento de Cristo 1.5–56
III. Los acontecimientos que acompañaron al nacimiento de Cristo 1.57—2.38
IV. Los acontecimientos durante la niñez de Cristo 2.39–52
V. Los acontecimientos que precedieron la presentación de Cristo 3.1—4.13
Segunda parte: El ministerio del Hijo del hombre (4.14—9.50)
I. La presentación de Cristo 4.14–30
II. La demostración de los poderes de Cristo 4.31—5.28
III. La explicación del programa de Cristo 5.29—6.49
IV. La expansión del programa de Cristo 7.1—9.50
Tercera parte: El rechazo del Hijo del hombre (9.51—19.27)
I. El aumento en la oposición a Cristo 9.51—11.54
II. La instrucción en vista del rechazo de Cristo 12.1—19.27
Cuarta parte: La crucifixión y la resurrección del Hijo del hombre (19.28—24.53)
I. La última semana de Cristo 19.28—23.56
II. La victoria de Cristo 24.1–53
Primera parte: La encarnación del Hijo de Dios (1.1–18)
I. La divinidad de Cristo 1.1–2
II. La obra pre-encarnada de Cristo 1.3–5
III. El precursor de Cristo 1.6–8
IV. El rechazo de Cristo 1.9–11
V. La aceptación de Cristo 1.12–13
VI. La encarnación de Cristo 1.14–18
Segunda parte: La presentación del Hijo de Dios (1.19—4.54)
I. La presentación de Cristo por Juan el Bautista 1.19–34
II. La presentación de Cristo a los discípulos de Juan 1.35–51
III. La presentación de Cristo en Galilea 2.1–12
IV. La presentación de Cristo en Judea 2.13—3.36
V. La presentación de Cristo en Samaria 4.1–42
VI. La presentación de Cristo en Galilea 4.43–54
Tercera parte: La oposición al Hijo de Dios (5.1—12.50)
I. La oposición a la Fiesta en Jerusalén 5.1–47
II. La oposición durante la Pascua en Galilea 6.1–71
III. La oposición en la Fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén 7.1—10.21
IV. La oposición en la Fiesta de la Dedicación en Jerusalén 10.22–42
V. La oposición en Betania 11.1—12.11
VI. La oposición en Jerusalén 12.12–50
Cuarta parte: La preparación de los discípulos (13.1—17.26)
I. La preparación en el aposento alto 13.1—14.31
II. La preparación en el camino al huerto 15.1—17.26
Quinta parte: La crucifixión y la resurrección (18.1—21.25)
I. El rechazo de Cristo 18.1—19.16
II. La crucifixión de Cristo 19.17–37
III. La sepultura de Cristo 19.38–42
IV. La resurrección de Cristo 20.1–10
V. La aparición de Cristo 20.11—21.25
Primera parte: El testimonio en Jerusalén (1.1—8.3)
I. El poder de la iglesia 1.1—2.47
A. Introducción a los Hechos 1.1—3
B. Apariciones del Cristo resucitado 1.4–8
C. Ascensión de Cristo 1.9–11
D. Anticipación del Espíritu Santo 1.12–14
E. Cita con Matías 1.15–26
F. Derramamiento del Espíritu Santo 2.1–4
G. Hablan en otras lenguas 2.5–13
H. Pedro explica el Pentecostés 2.14–39
I. Prácticas de la iglesia primitiva 2.40–47
II. El progreso de la iglesia 3.1—8.3
A. Pedro sana al hombre lisiado 3.1–10
B. Segundo sermón de Pedro 3.11–26
C. Pedro y Juan son arrestados 4.1–4
D. Pedro le predica al sanedrín judío 4.5–12
E. El sanedrín le ordena a Pedro que no predique 4.13–22
F. Los apóstoles oran por valor 4.23–31
G. La iglesia primitiva comparte voluntariamente 4.32–37
H. Ananías y Safira mienten 5.1–11
I. Los poderosos milagros de los apóstoles 5.12–16
J. La persecución de los apóstoles 5.17–42
K. Señalamiento de los diáconos 6.1–7
L. Martirio de Esteban 6.8—7.60
M. Saulo persigue a la Iglesia 8.1–3
Segunda parte: El testimonio en Judea y Samaria (8.4—12.24)
I. El testimonio de Felipe 8.4–40
A. Testimonio de Felipe a los samaritanos 8.4–25
B. Testimonio de Felipe al etíope 8.26–40
II. La conversión de Saulo 9.1–31
A. Conversión y ceguera de Saulo 9.1–9
B. Saulo es lleno del Espíritu Santo 9.10–19
C. Saulo predica en Damasco 9.20–22
D. Saulo testifica en Jerusalén 9.23–31
III. El testimonio de Pedro 9.32—11.18
A. Pedro sana a Eneas en Lidia 9.32–35
B. Pedro levanta a Dorcas en Jope 9.36–43
C. Pedro testifica a Cornelio en Cesarea 10.1—11.18
IV. El testimonio de la iglesia primitiva 11.19—12.24
A. El testimonio de la iglesia de Antioquía 11.19–30
B. Herodes y su persecución 12.1–24
Tercera parte: El testimonio por toda la tierra (12.25—28.31)
I. El primer viaje misionero 12.25—14.28
A. Bernabé y Saulo son enviados desde Antioquía 12.25—13.3
B. Ministerio en Chipre 13.4–12
C. Ministerio en Antioquía 13.13–50
D. Ministerio en Iconio 13.51—14.5
E. Ministerio en Listra 14.6–20
F. Ministerio en el viaje de regreso 14.21–25
G. Reporte sobre el primer viaje misionero 14.26–28
II. El Concilio de Jerusalén 15–1-35
A. Debate sobre la observancia gentil de la Ley 15.1–5
B. Pedro predica la salvación mediante la gracia 15.6–11
C. Pablo y Bernabé testifican 15.12
D. Santiago prueba que los gentiles están exentos de la Ley 15.13–21
E. El Concilio envía una carta oficial 15.22–29
F. Reporte a Antioquía 15.30–35
III. El segundo viaje misionero 15.36—18.22
A. Desacuerdo en cuanto a Juan Marcos 15.36–41
B. Derbe y Listra: Timoteo es circuncidado 16.1–5
C. Troas: Llamado macedónico 16.6–10
D. Filipos: Extenso ministerio 16.11–40
E. Tesalónica: «Trastornaron al mundo» 17.1–9
F. Berea: Muchos reciben la Palabra 17.10–15
G. Atenas: Sermón de Pablo en el Areópago 17.16–34
H. Corinto: Año y medio de ministerio 18.1–17
I. Viaje de regreso a Antioquía 18.18–22
IV. El tercer viaje misionero 18.23—21.14
A. Galacia y Frigia: Fortaleza para los discípulos 18.23
B. Éfeso: Tres años de ministerio 18.24—19.41
C. Macedonia: Tres meses de ministerio 20.1–6
D. Troas: Eutico se cae de la ventana 20.7–12
E. Mileto: Pablo se despide de los ancianos efesios 20.13–38
F. Tiro: Se le advierte a Pablo en cuanto a Jerusalén 21.1–6
G. Cesarea: Predicción de Ágabo 21.7–14
V. El viaje a Roma 21.15—28.31
A. Pablo testifica en Jerusalén 21.15—23.33
B. Pablo testifica en Cesarea 23.34—26.32
C. Pablo testifica en Roma 27.1—28.31
Primera parte: La revelación de la justicia de Dios (1.1—8.39)
I. Introducción 1.1–17
II. Condenación: La necesidad de la justicia de Dios 1.18—3.20
A. Culpa del gentil 1.18–32
B. Culpa del judío 2.1—3.8
C. Conclusión: Todos son culpables ante Dios 3.9–20
III. Justificación: La justicia de Dios 3.21—5.21
A. Descripción de la justicia 3.21–31
B. Ilustración de la justicia 4.1–25
C. Beneficios de la justicia 5.1–11
D. Contraste entre la justicia y la condenación 5.12–21
IV. Santificación: La demostración de la justicia de Dios 6.1—8.39
A. Santificación y pecado 6.1–23
B. Santificación y la Ley 7.1–25
C. Santificación y el Espíritu 8.1–39
Segunda parte: La vindicación de la justicia de Dios (9.1—11.36)
I. Pasado de Israel: La elección de Dios 9.1–29
A. Pena de Pablo 9.1–5
B. Soberanía de Dios 9.6–29
II. Presente de Israel: El rechazo de Dios 9.30—10.21
A. Israel busca la justicia mediante las obras 9.30–33
B. Israel rechaza a Cristo 10.1–15
C. Israel rechaza a los profetas 10.16–21
III. Futuro de Israel: La restauración de Dios 11.1–36
A. El rechazo de Israel no es total 11.1–10
B. El rechazo de Israel no es final 11.11–32
C. La restauración de Israel: La ocasión para glorificar a Dios 11.33–36
Tercera parte: La aplicación de la justicia de Dios (12.1—16.27)
I. Justicia de Dios demostrada en los deberes cristianos 12.1—13.14
A. Obligaciones para con Dios 12.1–2
B. Obligaciones para con la sociedad 12.3–21
C. Obligaciones para con el gobierno 13.1–7
D. Obligaciones para con el prójimo 13.8–14
II. Justicia de Dios demostrada en las libertades cristianas 14.1—15.13
A. Principios de la libertad cristiana 14.1–23
B. Prácticas de la libertad cristiana 15.1–13
III. Conclusión 15.14—16.27
A. Objetivos de la obra escrita de Pablo 15.14–21
B. Planes de viaje de Pablo 15.22–33
C. Alabanzas y saludos de Pablo 16.1–27
Primera parte: Respuesta al reporte de Cloé sobre las divisiones (1.1—4.21)
I. Introducción 1.1–9
II. Reporte sobre las divisiones 1.10–17
III. Razones para las divisiones 1.18—4.21
A. Malinterpretación del mensaje del evangelio 1.18—3.4
B. Malinterpretación del mensajero del evangelio 3.5—4.5
C. Malinterpretación del ministerio de Pablo 4.6–21
Segunda parte: En respuesta a los reportes sobre la inmoralidad (5.1—6.20)
I. Sobre el incesto 5.1–13
A. Entregar los fornicadores a la disciplina 5.1–8
B. Sepárense de los creyentes inmorales 5.9–13
II. Sobre el litigio entre los creyentes 6.1–11
III. Advertencia contra la inmoralidad sexual 6.12–20
Tercera parte: En respuesta a la Carta de preguntas (7.1—16.24)
I. Consejo sobre el matrimonio 7.1–40
A. Principios para la vida matrimonial 7.1–9
B. Principios para el creyente casado 7.10–16
C. Principio de morar en el llamado de Dios 7.17–24
D. Principios para los solteros 7.25–38
E. Principios relacionados con segundas nupcias 7.39–40
II. Consejo sobre la libertad espiritual 8.1—11.1
A. Principios sobre la libertad y el creyente débil 8.1–13
B. Ilustración de Pablo y su libertad 9.1–27
C. Advertencia contra la pérdida de libertad 10.1–13
D. Exhortación a usar la libertad para glorificar a Dios 10.14—11.1
III. Consejo sobre la adoración pública 11.2—14.40
A. Principios de la oración pública 11.2–16
B. Se reprenden los desórdenes en la Cena del Señor 11.17–34
C. Principios sobre el ejercicio de los dones espirituales 12.1—14.40
IV. Consejo sobre la resurrección 15.1–58
A. El hecho de la resurrección de Cristo 15.1–11
B. Importancia de la resurrección de Cristo 15.12–19
C. Orden de las resurrecciones 15.20–28
D. Implicaciones morales de la resurrección de Cristo 15.29–34
E. Cuerpos de los muertos resucitados 15.35–50
F. Cuerpos de los vivos trasladados 15.51–58
V. Consejo sobre la recolección para Jerusalén 16.1–4
VI. Conclusión 16.5–24
Primera parte: Justificación paulina de su ministerio (1.1—7.16)
I. Introducción 1.1–11
II. Justificación paulina de su cambio de planes 1.12—2.13
A. Plan original de Pablo 1.12–22
B. Cambio de planes de Pablo 1.23—2.4
C. Pablo ruega que se le perdone 2.5–13
III. Filosofía de Pablo sobre el ministerio 2.14—6.10
A. Cristo hace que triunfemos 2.14–17
B. Las vidas cambiadas prueban el ministerio 3.1–5
C. El Nuevo Pacto es la base del ministerio 3.6–18
D. Cristo es el tema del ministerio 4.1–7
E. En el ministerio abundan las pruebas 4.8–15
F. Motivación en el ministerio 4.16—5.21
G. En el ministerio no se ofende 6.1–10
IV. Exhortación a los corintios 6.11—7.16
A. Pablo ruega por la reconciliación 6.11–13
B. Pablo ruega por la separación de los incrédulos 6.14—7.1
C. Pablo se reúne con Tito 7.2–7
D. La respuesta de los corintios a la carta de Pablo 7.8–16
Segunda parte: Recolección paulina para los santos (8.1—9.15)
I. Ejemplo a los macedonios 8.1–6
II. Exhortación a los corintios 8.7—9.15
A. Ejemplo de Cristo 8.7–9
B. Propósito de las ofrendas 8.10–15
C. Explicación de la delegación 8.16—9.5
D. Exhortación a ofrendar 9.6–15
Tercera parte: Vindicación paulina de su apostolado (10.1—13.14)
I. Pablo responde a sus acusadores 10.1–18
A. A la acusación de cobardía 10.1–2
B. A la acusación de mundanalidad 10.3–9
C. A la acusación de debilidad personal 10.10–18
II. Pablo defiende su apostolado 11.1—12.13
A. Declaración paulina sobre su apostolado 11.1–15
B. Los sufrimientos de Pablo apoyan su apostolado 11.16–33
C. Revelaciones paulinas apoyan su apostolado 12.1–10
D. Las señales de Pablo apoyan su apostolado 12.11–13
III. Pablo anuncia su visita venidera 12.14—13.10
A. Pablo no desea ser una carga financiera 12.14–18
B. Pablo no quiere que sean carnales 12.19–21
C. Advertencia para que se examinen a sí mismos 13.1–10
IV. Conclusión 13.11–14
I. Se defiende el evangelio de la gracia 1.1—2.21
A. Introducción 1.1–9
B. El evangelio de la gracia es dado mediante revelación divina 1.10–24
C. El evangelio de la gracia es aprobado por el liderazgo de Jerusalén 2.1–10
D. El evangelio de la gracia es vindicado al reprender a Pedro 2.11–21
II. Se explica el evangelio de la gracia 3.1—4.31
A. El Espíritu Santo se da por la fe, no por las obras 3.1–5
B. Abraham fue justificado por la fe, no por las obras 3.6–9
C. La justificación es por la fe, no por la Ley 3.10—4.11
1. Cristo nos redime de la maldición de la Ley 3.10–14
2. El pacto abrahámico no ha sido eliminado por la Ley 3.15–18
3. La Ley nos es dada para llevarnos a la fe 3.19–22
4. Los creyentes están libres de la Ley 3.23—4.11
D. Gálatas reciben bendiciones por la fe, no por la Ley 4.12–20
E. La Ley y la gracia no pueden coexistir 4.21–31
III. Se aplica el evangelio de la Gracia 5.1—6.18
A. Posición de libertad: Quedaos firmes 5.1–12
B. Práctica de la libertad: Amaos los unos a los otros 5.13–15
C. Poder para la libertad: Andad en el Espíritu 5.16–26
1. Conflicto entre el Espíritu y la carne 5.16–18
2. Obras de la carne 5.19–21
3. Fruto del Espíritu 5.22–26
D. Ejecución en la libertad: Haced bien a todos 6.1–10
1. Llevad las cargas los unos de los otros 6.1–5
2. No os canséis de hacer el bien 6.6–10
E. Conclusión 6.11–18
1. Motivaciones de los circuncidados 6.11–13
2. Motivaciones del apóstol Pablo 6.14–18
Primera parte: La posición del cristiano (1.1—3.21)
I. Alabanza por la redención 1.1–14
A. Saludo de Pablo 1.1–2
B. Elegido por el Padre 1.3–6
C. Redimidos por el Hijo 1.7–12
D. Sellados por el Espíritu 1.13–14
II. Oración por revelación 1.15–23
III. Posición del cristiano 2.1—3.13
A. La posición individual del cristiano 2.1–10
1. Condición antigua: Muertos a Dios 2.1–3
2. Condición moderna: Vivos para con Dios 2.4–10
B. La posición corporativa del cristiano 2.11—3.13
1. Reconciliación de judíos y gentiles 2.11–22
2. Revelación del misterio de la Iglesia 3.1–13
IV. Oración por la realización 3.14–21
Segunda parte: La práctica del cristiano (4.1—6.24)
I. Unidad en la iglesia 4.1–16
A. Exhortación a la unidad 4.1–3
B. Explicación de la unidad 4.4–6
C. Medios para la unidad: Los dones 4.7–11
D. Propósito de los dones 4.12–16
II. Santidad en la vida 4.17—5.21
A. Quitaos la vieja naturaleza 4.17–22
B. Vestíos de la nueva naturaleza 4.23–29
C. No contristéis al Espíritu Santo 4.30—5.12
D. Caminen como hijos de la luz 5.13–17
E. Llenaos del Espíritu Santo 5.18–21
III. Responsabilidades en el hogar y en el trabajo 5.22—6.9
A. Esposas: Someteos a sus maridos 5.22–24
B. Esposos: Amad a vuestras esposas 5.25–33
C. Hijos: Obedezcan a sus padres 6.1–4
D. Siervos: Someteos a vuestros amos 6.5–9
IV. Conducta en el conflicto 6.10–24
A. Vestíos de la armadura de Dios 6.10–17
B. Oren por valor 6.18–20
C. Conclusión 6.21–24
I. Pablo relata sus circunstancias actuales 1.1–30
A. Oración de agradecimiento de Pablo 1.1–11
B. Aflicciones de Pablo promueven el evangelio 1.12–18
C. Las aflicciones de Pablo exaltan al Señor 1.19–26
D. Exhortación de Pablo a los afligidos 1.27–30
II. Pablo ruega que tengan el sentir de Cristo 2.1–30
A. Pablo exhorta a la humildad 2.1–4
B. Cristo ejemplifica la humildad 2.5–16
C. Pablo ejemplifica la humildad 2.17–18
D. Timoteo ejemplifica la humildad 2.19–24
E. Epafrodito ejemplifica la humildad 2.25–30
III. Pablo ruega para que tengan el conocimiento de Cristo 3.1–21
A. Advertencia contra la confianza en la carne 3.1–9
B. Exhortación a conocer a Cristo 3.10–16
C. Advertencia en contra de vivir para la carne 3.17–21
IV. Pablo ruega que tengan la paz de Cristo 4.1–23
A. Paz con los hermanos 4.1–3
B. Paz con el Señor 4.4–9
C. Paz en todas las circunstancias 4.10–19
D. Conclusión 4.20–23
Primera parte: Supremacía de Cristo en la Iglesia (1.1—2.23)
I. Introducción 1.1–14
A. Saludo paulino a los colosenses 1.1–2
B. Agradecimiento paulino por los colosenses 1.3–8
C. Oración de Pablo por los colosenses 1.9–14
II. La preeminencia de Cristo 1.15—2.3
A. Cristo es preeminente en la creación 1.15–18
B. Cristo es preeminente en la redención 1.19–23
C. Cristo es preeminente en la Iglesia 1.24—2.3
III. La libertad en Cristo 2.4–23
A. Libertad de las palabras seductoras 2.4–7
B. Libertad de la vana filosofía 2.8–10
C. Libertad del juicio humano 2.11–17
D. Libertad de la adoración impropia 2.18–19
E. Libertad de la doctrina humana 2.20–23
Segunda parte: Sumisión a Cristo en la Iglesia (3.1—4.18)
I. La posición del creyente 3.1–4
II. La práctica del creyente 3.5—4.6
A. Quitaos la vieja naturaleza 3.5–11
B. Vestíos de la nueva naturaleza 3.12–17
C. Mandamientos personales para la santidad 3.18—4.6
1. Santidad en la vida familiar 3.18–21
2. Santidad en el trabajo 3.22—4.1
3. Santidad en la vida pública 4.2–6
III. Conclusión 4.7–18
A. Recomendación de Tíquico 4.7–9
B. Saludos de las amistades de Pablo 4.10–14
C. Varios asuntos relacionados con la epístola 4.15–18
PRIMERA DE TESALONICENSES: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Reflexiones personales sobre los Tesalonicenses 1.1—3.13
A. Pablo alaba su crecimiento 1.1–10
B. Pablo funda la iglesia 2.1–16
C. Timoteo fortalece a la iglesia 2.17—3.13
1. Satanás obstaculiza a Pablo 2.17–20
2. Visita de Timoteo 3.1–5
3. Reporte animador de Timoteo 3.6–10
4. Pablo desea visitarlos 3.11–13
II. Instrucciones de Pablo a los Tesalonicenses 4.1—5.28
A. Direcciones para el crecimiento 4.1–12
B. Revelación sobre los muertos en Cristo 4.13–18
C. Descripción del Día del Señor 5.1–11
D. Instrucción sobre la vida santa 5.12–22
E. Conclusión 5.23–28
I. La palabra de ánimo de Pablo en la persecución 1.1–12
A. Agradecimiento por su crecimiento 1.1–4
B. Ánimo en su persecución 1.5–10
C. Oración por la bendición de Dios 1.11–12
II. Pablo explica el Día del Señor 2.1–17
A. Los acontecimientos que preceden al Día del Señor 2.1–12
1. Primero una apostasía 2.1–3
2. Se revela el hombre de pecado 2.4–5
3. Se saca lo que lo restringe 2.6–7
4. La segunda venida de Cristo 2.8–12
B. El consuelo del creyente en el Día del Señor 2.13–17
III. La exhortación de Pablo para la iglesia 3.1–18
A. Esperen pacientemente por Cristo 3.1–5
B. Apártense de los desordenados 3.6–15
C. Conclusión 3.16–18
PRIMERA DE TIMOTEO: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Encargo de Pablo sobre la doctrina 1.1–20
A. Encargo final a Timoteo 1.1–11
B. Encargo pasado de Cristo a Pablo 1.12–17
C. Primer encargo: «Pelea la buena batalla» 1.18–20
II. Encargo de Pablo sobre la adoración pública 2.1—3.16
A. Oración en la adoración pública 2.1–8
B. Las mujeres en la adoración pública 2.9–15
C. Calificaciones de los obispos 3.1–7
D. Calificaciones de los diáconos 3.8–13
E. Segundo encargo: Aprende a conducirte en la casa de Dios 3.14–16
III. Encargo de Pablo sobre los maestros falsos 4.1–16
A. Descripción de los falsos maestros 4.1–5
B. Instrucción para el maestro verdadero 4.6–10
C. Tercer encargo: «No menosprecies el don» 4.11–16
IV. Encargo de Pablo sobre la disciplina en la iglesia 5.1–25
A. Cómo tratar a todos 5.1–2
B. Cómo tratar a las viudas 5.3–16
C. Cómo tratar a los ancianos 5.17–20
D. Cuarto encargo: «Guarda estas cosas sin prejuicio» 5.21–25
V. Encargo de Pablo sobre las motivaciones pastorales 6.1–21
A. Exhortación a los siervos 6.1–2
B. Exhortación a la santidad con contentamiento 6.3–16
C. Exhortación a los ricos 6.17–19
D. Quinto encargo: «Guarda lo que se te ha encomendado» 6.20–21
I. Persevera en las pruebas actuales 1.1—2.26
A. Agradecimiento por la fe de Timoteo 1.1–5
B. Recordatorio de la responsabilidad de Timoteo 1.6–18
C. Características de un ministro fiel 2.1–26
1. Maestro apto para enseñar 2.1–2
2. Soldado decidido 2.3–5
3. El labrador resistente 2.6–13
4. El obrero diligente 2.14–19
5. Vaso santificado 2.20–23
6. Siervo gentil 2.24–26
II. Soporta las pruebas futuras 3.1—4.22
A. El día venidero de la negación 3.1–17
1. La llegada de la negación 3.1–9
2. Cómo confrontar la negación 3.10–17
B. Encargo de predicar la Palabra 4.1–5
C. La cercanía de la muerte de Pablo 4.6–22
1. La esperanza de Pablo en la muerte 4.6–8
2. La situación de Pablo en la prisión 4.9–18
3. Saludos finales de Pablo 4.19–22
I. Señalamiento de ancianos 1.1–16
A. Introducción 1.1–4
B. La ordenación de ancianos calificados 1.5–9
C. Se reprende a los maestros falsos 1.10–16
II. Ordena las cosas 2.1—3.15
A. Predica la sana doctrina 2.1–15
B. Practica las buenas obras 3.1–11
C. Conclusión 3.12–15
FILEMÓN: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. La oración de agradecimiento por Filemón 1–7
II. La petición de Pablo por Onésimo 8–16
III. La promesa de Pablo a Filemón 17–25
Primera parte: La superioridad de la persona de Cristo (1.1—4.13)
I. La superioridad de Cristo sobre los profetas 1.1–3
II. La superioridad de Cristo sobre los ángeles 1.4—2.18
A. Cristo es superior por su divinidad 1.4–14
B. Primera advertencia: Peligro del descuido 2.1–4
C. Cristo es superior por su humanidad 2.5–18
III. La superioridad de Cristo sobre Moisés 3.1—4.13
A. Cristo es superior a Moisés en Su obra 3.1–4
B. Cristo es superior a Moisés en Su persona 3.5–6
C. Segunda advertencia: Peligro de la incredulidad 3.7—4.13
Segunda parte: La superioridad de la obra de Cristo (4.14—10.18)
I. La superioridad del sacerdocio de Cristo 4.14—7.28
A. Cristo es superior en su posición 4.14–16
B. Cristo es superior en sus calificaciones 5.1–10
C. Tercera advertencia: Peligro de no madurar 5.11—6.20
D. Cristo es superior en Su orden sacerdotal 7.1–28
II. La superioridad del pacto de Cristo 8.1–13
A. Un mejor pacto 8.1–6
B. Un pacto nuevo 8.7–13
III. La superioridad del santuario y el sacrificio de Cristo 9.1—10.18
A. Santuario y sacrificio del antiguo pacto 9.1–10
B. Santuario y sacrificio del nuevo pacto 9.11—10.18
Tercera parte: La superioridad del sendero de la fe del cristiano (10.19—13.25)
I. Un llamado a la plena certeza de la fe 10.19—11.40
A. Sostengan la confesión de la fe 10.19–25
B. Cuarta advertencia: Peligro de volver atrás 10.26–39
C. Definición de la fe 11.1–3
D. Ejemplos de la fe 11.4–40
1. Abel 11.4
2. Enoc 11.5–6
3. Noé 11.7
4. Abraham y Sara 11.8–19
5. Isaac 11.20
6. Jacob 11.21
7. José 11.22
8. Los padres de Moisés 11.23
9. Moisés 11.24–29
10. Josué y Rahab 11.30–31
11. Muchos otros héroes de la fe 11.32–40
II. Resistencia de la fe 12.1–29
A. Ejemplo de la resistencia de Cristo 12.1–4
B. Un llamado a soportar el castigo de Dios 12.5–24
C. Quinta advertencia: Peligro de rehusar a Dios 12.25–29
III. Un llamado al amor 13.1–17
A. Amor en el dominio social 13.1–6
B. Amor en el dominio religioso 13.7–17
IV. Conclusión 13.18–25
I. La prueba de la fe 1.1–18
A. El propósito de las pruebas 1.1–12
B. La fuente de las tentaciones 1.13–18
II. Las características de la fe 1.19—5.6
A. La fe obedece a la Palabra 1.19–27
B. La fe elimina la discriminación 2.1–13
C. La fe se prueba a sí misma mediante las obras 2.14–26
D. La fe controla la lengua 3.1–12
E. La fe produce sabiduría 3.13–18
F. La fe produce humildad 4.1–12
G. La fe produce dependencia en Dios 4.13—5.6
III. El triunfo de la fe 5.7–20
A. La fe soporta, esperando el retorno de Cristo 5.7–12
B. La fe lleva a orar por los afligidos 5.13–18
C. La fe confronta al creyente errado 5.19–20
PRIMERA DE PEDRO: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
Primera parte: La salvación del creyente (1.1—2.12)
I. Saludos 1.1–2
II. Salvación del creyente 1.3–12
A. Esperanza para el futuro 1.3–4
B. Pruebas para el presente 1.5–9
C. Expectativa en el pasado 1.10–12
III. Santificación del creyente 1.13—2.12
A. «Sed santos» 1.13–21
B. «Amaos los unos a los otros» 1.22–25
C. «Desead la leche pura de la Palabra» 2.1–3
D. «Ofreced sacrificios espirituales» 2.4–10
E. «Absteneos de la lujuria carnal» 2.11–12
Segunda parte: La sumisión del creyente (2.13—3.12)
I. Sumisión al gobierno 2.13–17
II. Sumisión en los negocios 2.18–25
III. Sumisión en el matrimonio 3.1–8
IV. Sumisión en toda la vida 3.9–12
Tercera parte: El sufrimiento del creyente (3.13—5.14)
I. Conducta en el sufrimiento 3.13–17
II. Ejemplo de Cristo en el sufrimiento 3.18—4.6
III. Mandamientos en el sufrimiento 4.7–19
IV. Ministerio en el sufrimiento 5.1–9
A. Ancianos, pastoreen el rebaño 5.1–4
B. Santos, humíllense 5.5–9
V. Bendición 5.10–14
I. Cultivo del carácter cristiano 1.1–21
A. Saludo 1.1–2
B. Crecimiento en Cristo 1.3–14
C. Base para la creencia 1.15–21
1. Experiencia de la transfiguración 1.15–18
2. Certeza de las Escrituras 1.19–21
II. Condenación de los falsos maestros 2.1–22
A. Peligro de los falsos maestros 2.1–3
B. Destrucción de los falsos maestros 2.4–9
C. Descripción de los falsos maestros 2.10–22
III. Confianza en el retorno de Cristo 3.1–18
A. Burlas en los últimos días 3.1–7
B. Manifestación del Día del Señor 3.8–10
C. Madurez en vista del Día del Señor 3.11–18
PRIMERA DE JUAN: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
Primera parte: La base de la comunión (1.1—2.27)
I. Introducción 1.1–4
II. Las condiciones de la comunión 1.5—2.14
A. Andad en la luz 1.5–7
B. Confesión de pecado 1.8—2.2
C. Obediencia a Sus mandamientos 2.3–6
D. Amaos los unos a los otros 2.7–14
III. Las precauciones para con la comunión 2.15–27
A. Amor al mundo 2.15–17
B. Espíritu del Anticristo 2.18–27
Segunda parte: El comportamiento de la comunión (2.28—5.21)
I. Características de la comunión 2.28—5.3
A. Pureza de vida 2.28—3.3
B. Práctica de la justicia 3.4–12
C. Amor en la obra y la verdad 3.13–24
D. Probad los espíritus 4.1–6
E. Amen como Cristo amó 4.7—5.3
II. Consecuencias de la comunión 5.4–21
A. Victoria sobre el mundo 5.4–5
B. Certeza de la salvación 5.6–13
C. Dirección en la oración 5.14–17
D. Libertad del pecado habitual 5.18–21
I. Permaneced en los mandamientos de Dios 1–6
A. Saludo 1–3
B. Andad en la verdad 4
C. Andad en amor 5–6
II. No se queden con los falsos maestros 7–13
A. Doctrina de los falsos maestros 7–9
B. Eviten los falsos maestros 10–11
C. Bendición 12–13
TERCERA DE JUAN: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. La recomendación de Gayo 1–8
A. Saludo 1
B. Consagración de Gayo 2–4
C. Generosidad de Gayo 5–8
II. Condenación de Diótrefes 9–14
A. Orgullo de Diótrefes 9–11
B. Alabanza por Diótrefes 12
C. Bendición 13–14
JUDAS: Un Bosquejo Para El Estudio Y La Enseñanza
I. Propósito de Judas 1–4
II. Descripción de los falsos maestros 5–16
A. Juicio pasado de los falsos maestros 5–7
B. Características actuales de los falsos maestros 8–13
C. Juicio futuro de los falsos maestros 14–16
III. Defensa contra los falsos maestros 17–23
IV. Doxología de Judas 24–25
Primera parte: «Las cosas que has visto» (1.1–20)
I. Introducción 1.1–8
II. Revelación de Cristo 1.9–20
Segunda parte: «Las cosas que son» (2.1—3.22)
I. Mensaje a Éfeso 2.1–7
II. Mensaje a Esmirna 2.8–11
III. Mensaje a Pérgamo 2.12–17
IV. Mensaje a Tiatira 2.18–29
V. Mensaje a Sardis 3.1–6
VI. Mensaje a Filadelfia 3.7–13
VII. Mensaje a Laodicea 3.14–22
Tercera parte: «Las cosas que han de venir» (4.1—22.21)
I. Persona del juez 4.1—5.14
A. El trono de Dios 4.1–11
B. El libro sellado 5.1–14
II. Profecías sobre la tribulación 6.1—19.6
A. Siete sellos del juicio 6.1—8.5
B. Siete trompetas del juicio 8.6—11.19
C. Profecías explicativas 12.1—14.20
D. Siete vasos del juicio 15.1—19.6
III. Profecías sobre la Segunda Venida 19.7–21
A. Cena matrimonial del Cordero 19.7–10
B. Segunda Venida de Cristo 19.11–21
IV. Profecías sobre el milenio 20.1–15
A. Satanás es atado por mil años 20.1–3
B. Los santos reinan mil años 20.4–6
C. Satanás es liberado y lleva a la rebelión 20.7–9
D. Satanás es atormentado para siempre 20.10
E. El juicio del gran trono blanco 20.11–15
V. Profecías sobre el estado eterno 21.1—22.5
A. Se crean un nuevo cielo y una nueva tierra 21.1
B. Desciende la Nueva Jerusalén 21.2–8
C. Se describe a la Nueva Jerusalén 21.9—22.5
VI. Conclusión 22.6–21
DOWNLOAD HERE>>>
Aporte:
Castillo Fuerte
en
11:11:00
No hay comentarios:
homilética, matrimonio, niños, Escuela dominical
arte de predicar,
Biblia Caribe,
bosquejos biblicos,
estudio homilético,
hechos de los apostoles
Suscribirse a:
Entradas (Atom)