Misión Urgente: Evangelizar a los no evangelizados
¿Necesitan capacitación los misioneros del Tercer Mundo?
E STABA hablando en una convención de vida espiritual para nuevos creyentes en uno de nuestros campos misioneros. Todo el programa estaba conducido como en cualquiera de nuestras convenciones en el sur de la India. Había muy poca adaptación cultural y sensibilidad en el procedimiento completo. El misionero a cargo habló en el idioma del norte de la India, con un marcado acento sureño. Uno de los locales que asistió a la reunión comentó: “No entiendo lo que dice. ¡No hablo el malayo!” El misionero en cuestión, graduado en un famoso instituto bíblico, era muy dedicado y sincero, pero no se había esmerado lo suficiente en el aprendizaje del idioma ni en la comprensión de la cultura.
Otra pareja empezó su trabajo en un grupo tribal no alcanzado. Ellos amaron el idioma de esa tribu y se introdujeron con ahínco en el estudio de su lengua. Estudiaron también la cultura y comenzaron a identificarse con los nativos. Estos los aceptaron y a su vez comenzaron a responder a su mensaje.
¿Cuál fue la razón de tal diferencia en la aproximación al idioma y a la cultura del pueblo? La segunda pareja pasó por un período de capacitación misionera en el que se enfatizaba el aprendizaje del idioma y la antropología cultural. Se les enseñaron principios de lingüística y de aprendizaje de idiomas de modo que pudieran hablar la lengua con el acento del pueblo. Sí, la capacitación misionera hace la diferencia en la efectividad del obrero.
Al principio nuestras misiones indias estaban impacientes por enviar de inmediato sus misioneros a pueblos no alcanzados, y simplemente comenzar a trabajar. Pero a través de la experiencia práctica se dieron cuenta de que los misioneros necesitaban capacitación no sólo en el conocimiento bíblico sino también en el de los pueblos entre los cuales estaban trabajando. Y así se comenzaron programas de capacitación misionera en pequeña escala, orientados espiritual y prácticamente. El énfasis estaba en aprender a vivir y trabajar juntos, y en el ayuno, la oración y la guerra espiritual. Más tarde se agregaron cursos de antropología cultural, lingüística, comunicaciones transculturales y otras materias.
Cada misión desarrolló su propio programa de capacitación encajado en sus costumbres y filosofía particulares. La necesidad fue cubierta por un programa de capacitación en común, utilizando recursos externos que estaban disponibles, especialmente en la capacitación de traductores de la Biblia. Así la Asociación Misionera de la India creó en 1980 el Instituto Indio de Comunicaciones Trans culturales. Este programa se emplea para instruir a obreros de producción de literatura y traductores de la Biblia.
Las misiones coreanas se involucraron en la capacitación misionera desde 1970 en adelante. El Centro Este–Oeste y otros programas fueron seguidos por misiones individuales. En 1985, durante la conferencia de la Asociación Nigeriana de Misiones Evangélicas, en Jos, se realizó una consulta sobre capacitación misionera que condujo al establecimiento del Instituto de Capacitación Misionera de Nigeria.
Las misiones del Tercer Mundo fueron incorporando al programa de capacitación misionera distintos énfasis en vida comunitaria, guerra espiritual, estilo de vida sencillo y disciplinas espirituales.
La necesidad de capacitación misionera
El número de misioneros del Tercer Mundo está aumentando a pasos agigantados. En la próxima década su número excederá al de los misioneros noratlánticos. Un sentido de urgencia por alcanzar a los pueblos no alcanzados y de reunir la cosecha caracteriza los esfuerzos de estas misiones.
De este modo, la necesidad de capacitar a los misioneros y apoyarlos con recursos financieros propios y cuidado pastoral es frecuentemente dejada de lado. Como resultado se producen muchas caídas.
El aprendizaje del idioma y la identificación cultural no son enfatizados como deberían, y esto ha afectado la efectividad de los misioneros. De todos modos, esta necesidad es ahora reconocida, y numerosas misiones del Tercer Mundo han lanzado sus propios programas de capacitación. La mayoría de ellos se encuentra apenas en los primeros pasos de su desarrollo.
Una variedad de orientaciones y programas
Desde que estos programas de capacitación misionera surgieron de una necesidad, su orientación es muy práctica, dirigida a las necesidades locales. Esto ha resultado en nuevos discernimientos y una variedad de orientaciones y programas. El estudio de los modelos presentados en este libro da cuenta de ello.
Mientras los programas de capacitación misionera se multiplican en el Tercer Mundo, algunos de ellos no son conocidos fuera de su propio círculo limitado. Es necesario ubicarlos y ver cómo funcionan, y reconocer que las misiones pueden aprender unas de otras cuando se observa qué están haciendo.
Las misiones anglosajonas se han esforzado durante años en la capacitación misionera. Algunos principios y métodos que han usado pueden ser de gran valor para las misiones del Tercer Mundo.
Por otra parte, a causa de su propio entorno cultural, económico, y multirreligioso, las misiones del Tercer Mundo han desarrollado algunas orientaciones y métodos que pueden ser de valor para las misiones noratlánticas. De modo que es necesario unir a las misiones de uno y otro lado para compartir y aprender juntos.
El papel de la Comisión de Misiones de la AEM
La única organización mundial en contacto, a nivel de base, con las misiones autóctonas en el Tercer Mundo es la Comisión de Misiones de la Alianza Evangélica Mundial.
Hemos hecho de esto nuestra meta y hemos trabajado en ello desde que se estableció la comisión. Por medio de viajes y contactos personales, se han hecho esfuerzos para encontrar a las misiones del Tercer Mundo y a sus dirigentes. Dondequiera estuvieran las misiones, fueron alentadas a continuar juntas en su propio contexto nacional, para formar asociaciones misioneras. Esto, lo sabíamos, los ayudaría a compartir experiencias, ideas y recursos.
La Comisión de Misiones de la AEM también incluye a dirigentes de las misiones anglosajonas y de asociaciones misioneras en su membresía. Así puede construir puentes y unir a las misiones del Norte y del Tercer Mundo.
Poco tiempo atrás la Comisión de Misiones comprendió la necesidad de averiguar qué programas de capacitación misionera hay en los países noratlánticos y en el Tercer Mundo para involucrarlos conjuntamente en vistas a un foro común, de modo que puedan intercomunicarse.
También existía la necesidad de recoger información, materiales y recursos que pudieran ser usados en los programas de capacitación misionera. Con esto en vista, fue creada una comisión de trabajo para la capacitación misionera.
Por primera vez en la historia de las misiones, los que estaban involucrados en la capacitación misionera, tanto entre los anglosajones como entre los del Tercer Mundo se reunieron para una consulta en Manila, Filipinas, en julio de 1989.
Como resultado se formó una asociación misionera involucrada en la capacitación misionera: la Fraternidad Internacional de Capacitación Misionera. Como consecuencia tenemos ahora un foro donde pueden intercambiarse ideas y orientaciones, encadenando propuestas, informaciones, datos y personal.
Aún no hemos aprendido todo lo que hay por aprender en cuanto a capacitación misionera. Así que el futuro nos entusiasma a medida que exploramos y perfeccionamos diferentes maneras de hacer a nuestras misiones más efectivas, usando nuestro propio entorno cultural, económico y multirreligioso.
Hacerlo con las misiones noratlánticas y del Tercer Mundo en forma conjunta es aún más emocionante. Este es nuestro propósito para el futuro inmediato de la Fraternidad Internacional de Capacitación Misionera.
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6