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jueves, 11 de junio de 2015

Entonces los discípulos se acercaron a Jesús aparte, y dijeron: ¿Por qué no pudimos echar [a satanás] nosotros?

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 

¿Es lo mismo ayunar para bajar de peso que ayunar bíblicamente?

El ayuno bíblico es la abstinencia parcial o total de los deseos naturales de la carne con el propósito de dedicar el tiempo al crecimiento espiritual del hombre interior y la agudización de los sentidos espirituales para la guerra espiritual. Puede ser abstinencia de: comida (Lc. 4:2); comida y bebida (Est. 4:16); comida y sexo (1 Co. 7:5). En la mayoría de los casos el ayuno bíblico se refiere a la total abstinencia de alimento, y debemos limitarnos a esta definición. El agua no es alimento, y salvo cuando está específicamente citado en la Biblia, siempre fue tomada en abundancia durante el ayuno. Cualquier nutriente tomado en alimento o bebida durante el ayuno lo quiebra y ya no puede llamarse ayuno, sino más bien dieta.


¿Por qué ayunar?
1. Para ministrar al Señor: 
«Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron» (Hch. 13:2–3).

2. Para incrementar la fe: 
«Y nada os será imposible» (Mt. 17:19–21).

3. Para entregarse a la oración: 
«Para ocuparos sosegadamente en la oración» (1 Co. 7:5).

4. Para andar en el Espíritu: 
«El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad» (Ro. 8:26).

5. El ayuno produce fe sincera para creer en las palabras y promesas de Jesús: 
«Y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice» (Mr. 11:23–24).

6. Para tener fe y orar por enfermedades, imponiendo las manos sobre los enfermos, y que sean sanados
«Que si tuviereis fe como un grano de mostaza… nada os será imposible» (Mt. 17:20).

7. Para obtener fe que sea utilizada por el Señor para la salvación de almas
«Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres» (Mr. 1:17).

8. El ayuno da al creyente fe para ser lleno del Espíritu Santo y permanecer lleno de modo que el Espíritu pueda vivir a través de él. 
La vida normal del Espíritu Santo en el creyente se presenta en 1 Corintios 12:9 con nueve aspectos de la manifestación del Espíritu fluyendo por medio de su vida.

9. La oración con ayuno es el arma más poderosa que Dios ha dado a cada miembro de su cuerpo. 
Andrés Murray dijo: «La oración es una mano con la cual asimos lo invisible, y el ayuno la otra, con la que desatamos y echamos fuera lo invisible.» En Colosenses 2:15 leemos que Jesús, «despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.»

Juan Wesley dio gran importancia a este ejercicio espiritual. Siguió la costumbre escritural de ayunar dos veces a la semana. Se cree que él dijo que le sería más fácil maldecir y jurar que dejar la costumbre semanal del ayuno. ¡Y qué gran movimiento religioso trajo el Espíritu Santo a través de él! Los primeros metodistas en los Estados Unidos de Norteamérica practicaban el ayuno fielmente y la historia de la iglesia registra las victorias del avivamiento que caracterizaron la expansión de los seguidores de Wesley en dicho país. Los que iniciaron el primer movimiento pentecostal de santidad también ayunaron fielmente, y la vida santificada suponía la inclusión del ayuno semanal.

Jonatan Edwards, de Nueva Inglaterra, fue una gran figura colonial. Lanzó el avivamiento más influyente y de más largo alcance en esos lejanos días. Se dice que ayunó y oró hasta estar tan débil que no podía mantenerse en pie frente al púlpito, pero ¡cuán maravillosamente ministró Dios a través de él!

Carlos S. Finney fue un creyente confirmado en su bendecido ministerio. Declaró que cuando detectaba una disminución de la maravillosa presencia del Espíritu en y a través de él, ayunaba por tres días y tres noches y daba testimonio de que, como resultado, era invariablemente lleno de nuevo con la maravillosa unción, y esto ocasionó que miles de profesionales, mujeres de la alta sociedad, comerciantes, personas de buena posición social, así como cientos de miles de personas comunes, rompieran con sus antiguas convicciones y vinieran a Dios para obtener salvación. Finney creía firmemente en el ayuno bíblico como uno de los medios para obtener el sorprendente poder de Dios.

En vista de las mencionadas bendiciones a través del ayuno, en la Liga de Amigos de la Oración Misionera enfatizamos el ayuno en nuestro ministerio.

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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6