Páginas De La Biblia Dice

Páginas

Pages

lunes, 29 de octubre de 2012

Mujeres de la Biblia: Estudios Bìblicos con propòsito



 DESCARGAR>>>
. Mujeres de la Biblia
ABIGAIL
«Aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb» (l Samuel 25:3).

Léase: 1 S 25:2-42. Parece que también en otras épocas se concertaban matrimonios de personas sumamente dispares. Tenemos Un ejemplo de ello en el matrimonio de Nabal con Abigail. Nabal era un hombre muy rico, pero sumamente burdo y zafio, de poco discernimiento y dado a toda clase de excesos. Ella era una mujer juiciosa y de buen parecer y con un recto sentido moral.

Es posible que el lector se pregunte cómo pudo aceptar esta mujer a un hombre así. Para comprenderlo nos basta recordar que en aquellos tiempos la mujer no era consultada para ser dada en matrimonio. Nos basta hacer mención de Lea en su matrimonio con Jacob. Podemos suponer que el caso de Abigail fue semejante.

No es muy probable que Abigail tuviera una vida muy plácida con este hombre, o que hubiera mucha comprensión por parte de él en los asuntos de la casa o en sus relaciones personales. Este hombre sólo se preciaba de sus posesiones materiales y su mayor satisfacción era correrse juergas mayúsculas con sus compinches. Nabal había tomado la parte de Saúl, el rey, en la contienda de éste con David según se nos hace evidente en la respuesta que da a los mensajeros de David: «Hay muchos siervos hoy que huyen de sus señores.» Como veremos, Abigail tenía mucha más comprensión y es evidente que por su. parte, estaba decididamente del lado de David, pues lo demuestran también sus palabras: «Y. acontecerá que cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te establezca por príncipe sobre la tierra...»
La historia se puede relatar rápidamente: David se hallaba con sus hombres en la montaña y envió a Nabal un destacamento para pedirle vituallas. David consideraba que tenía derecho a ello porque había protegido a los pastores de Nabal. Pero Nabal odiaba a David; por ello trató rudamente a sus enviados y los despidió con las manos vacías.

La reacción de David al enterarse del ultraje es comprensible: «Cíñase cada uno su espada…» Cuatrocientos soldados iban a caer sobre la casa de Nabal y ningún hombre habría quedado vivo en ella. Pero. Abigail intervino y dio órdenes de cargar varios asnos con panes, cueros de vino, ovejas, grano y fruta. Los envió a David y ella misma siguió a sus siervos para asegurarse de ver aplacado a David. El discurso de Abigail a David es un modelo de diplomacia, y consiguió lo que deseaba. Se echó a los pies de David, tan pronto como le vio, y disculpó la insensatez de su marido con palabras elocuentes. Luego pidió misericordia a David en nombre de Jehová, y al final le hace ver que cuando llegue el día que David vea reconocidos sus derechos estará contento de no haber derramado sangre sin causa «o de haberse vengado por sí mismo». Las palabras con que se despide son: «Acuérdese mi señor de su sierva.»
No sólo aplacó la ira de David, sino que cuando al poco Nabal murió, después de una espantosa borrachera, y Abigail quedó viuda, David «se acordó»: le mandó una embajada diciéndole que deseaba tomarla por mujer. Oigamos la respuesta de Abigail: «He aquí tu sierva será una sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor.» Su discreción no la había abandonado. Hemos de tener en cuenta que éste era el estilo de lenguaje de aquellos tiempos.

Abigail mostró prudencia en difíciles circunstancias. Dio muestras de fe al decir a David, el escogido de Dios en oposición al rey Saúl: «Aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de mi señor (David) será ligada en la faz de los que viven delante de Jehová tu Dios, y Él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio del hueco de una honda.» Abigail vio cumplidas estas palabras.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1.    ¿Qué tipo de matrimonio era el de Abigail?
2.    ¿Cómo es posible que se realizara este matrimonio?
3.    ¿Cómo demostró su fe Abigail?






. biblias y miles de comentarios
 
LA REINA DE SABÁ
«La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar» (Mateo 12: 42).

Léase: 1ª Reyes 10:1-13; mateo 12:42. En ninguna parte de la Biblia se nos dice que la reina de Seba fuera una mujer pagana convertida. En realidad, se nos dice bastante para suponer que no se convirtió. Si se hubiera convertido se nos diría que al entrar en Jerusalén se dirigió al Templo para ofrecer sacrificios al Dios de Israel. En los dos puntos que se nos habla de ella, 1ª. Reyes 10 o en 2ª. Crónicas 9 no se dice nada de este hecho. Se nos habla de sus conversaciones con Salomón y de sus visitas a los palacios y la contemplación de sus riquezas... y nada más.

Es verdad que al final de su visita dijo: «Bendito Jehová tu Dios, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel.» Pero éstas no son palabras extrañas incluso en la boca de una persona pagana, por el hecho mismo que podía reconocer el Dios de Salomón como uno de tantos. Dice «Jehová tu Dios», lo cual distingue el de Salomón del propio.

Lo mismo Jesús, cuando afirma que «la reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación y la condenará», no hace más que poner otro ejemplo como el de Nínive, que había de hacer lo mismo, o el de Sodoma y Gomorra, que darían testimonio contra la «presente generación», o sea, que eran superiores a ella. La reina de Seba era un mujer que se interesaba en las cosas. Sus intereses eran múltiples y variados: joyas, vestidos lujosos, y también el cultivo de la mente.

Había oído que había ascendido al trono de Israel un rey de profunda sabiduría, y grandes riquezas. Quiso conocerle. Ella misma había dedicado tiempo a las ciencias y las artes, hasta el punto que podía tener una profunda conversación con el rey: «le expuso todo lo que tenía en su corazón». Y Salomón le correspondió. Pensemos en lo que le costó el viaje suyo y de todo sus séquitos, de tierras lejanas. Pensemos en los dones de piedras preciosas, talentos de oro y especias en grandes cantidades. La reina pensó que conocer a Salomón valía todo esto. Oyó al rey, disfrutó de su conversación con él, satisfizo su curiosidad intelectual y su sentido artístico. Pero nada más.

Hoy vemos también muchas jóvenes, especialmente entre las clases pudientes, que sienten deseos de ampliar sus horizontes intelectuales, de alcanzar excelencia en el mundo de las artes, de las ciencias de las letras. Esta es una actividad digna de elogio. No hay por qué pensar que el fregadero, la escoba y las cazuelas son el destino exclusivo de la mujer. Elegir ser mediocre en la vida es una triste elección. Estas muchachas, con estas nobles ambiciones, si hubieran vivido en tiempo de Salomón habrían también emprendido el viaje a Jerusalén para extasiarse en los tesoros para los sentidos y para la mente que había en la corte del rey sabio y en la belleza externa del Templo.

Pero por desgracia, la mayoría de las veces, ocupadas con todos estos oropeles se olvidan de algo: «He aquí hay uno mayor que Salomón en este lugar.» Este les pide no que aprecien la belleza de su palabra y nada más; les pide que le entreguen su corazón y se rindan a su servicio. Por desgracia muy pocas de estas jóvenes de educación esmerada están dispuestas a obedecer este punto. Lo que les interesa es la cultura por amor a la cultura. Pueden incluso considerar que Jesús era mayor que Salomón. Pero no le consideran como Redentor de su pecado y de su culpa. Por tanto, no se sienten inclinadas a adherirse a El ni a alabarle con agradecimiento. Se quedan donde se quedó la reina de Seba. Van a Jerusalén, se entusiasman y se marchan.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:.

1. ¿Era la reina de Seba una mujer controvertida? ¿ Cómo podemos llegar a esta conclusión?
2. ¿Era esta reina diferente de las mujeres con cultura del día de hoy?
3. ¿Por qué dijo Cristo que esta reina condenaría a la generación de su tiempo?
 AGAR
"Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente" Génesis 21:9-21.

Léase: Gn 21:9-21. Agar había sido sacada de Egipto cuando era una niña y vendida como esclava. Probablemente había estado ya con Sara en Ur de los Caldeos. El caso es que entre muchos criados y criadas, Agar era tenida en gran estima por su ama Esto es evidente por el hecho que cuando Sara quería que Abraham tuviera un hijo, cuando ella creía ser estéril, se la dio a Abraham, para que naciera de Agar el hijo de la promesa. Desde el punto de vista de Sara era imposible conceder mayor honor a una esclava.

Y con todo, esto constituyó un pecado delante de Dios, para los tres aunque menos para Agar. Era un pecado y como tal permaneció, pues el acto sexual no es permisible fuera del matrimonio. Es verdad que las costumbres de la época eran diferentes, pero esto no anula las leyes de Dios. Por tanto, los tres eran culpables. En el caso de Abraham y Sara a esta violación de los preceptos de Dios se añadía el pecado de la incredulidad. El intento de asegurar el Hijo de la promesa a través de Agar era el resultado de una falta de fe en la omnipotencia de Dios y la certeza de sus promesas. Agar, siendo una esclava era, naturalmente, la menos responsable por tener menos libertad.

Por tanto, no es de sorprender que ni resulte de este arreglo humano ninguna bendición. Agar "miraba con desprecio a su señora", ya antes de nacer Ismael, y se escapa de su dueña. Luego, cuando Sara dio a luz a un hijo, aparecen los celos entre las dos, celos que luego se trasladan de las madres a los hijos. Ismael se burla de Isaac. Aparece la discordia entre Abraham y Sara. Sólo después de la intervención de Dios Abraham despide a Agar. Esta vez sale para el desierto con el hijo.

Pero esto no completa el episodio de Agar, pues de él ha habido consecuencias visibles aún hoy. De Ismael proceden los árabes, de los cuales salió Mahoma. Así que la fuerza del Islam que todavía es potente en tres continentes, está en su origen unida al nombre de Agar.

De hecho, hay en esta circunstancia un misterio que no ha sido bien comprendido todavía. Es indudable que esta muchacha egipcia había llegado a un conocimiento del verdadero Dios en la tienda de Abraham. Por la gracia de Dios había aparecido la fe en su corazón. Y a través de esta promesa había en ella fe en el Mesías. Agar tiene que haber soñado que iba a dar a luz al antecesor del Mesías. Y así lo creería durante años, pero en el curso del tiempo sus ojos se abrirían y entró la desilusión.

Sin embargo, antes y después de esta ilusión de la fe, Agar fue objeto de un especial cuidado por parte de Dios. Dos veces tuvo el privilegio de ser testimonio de la aparición del Señor. La primera vez en el camino de Shur, cuando se había escapado; la segunda en el desierto de Beerseba, cuando Ismael se estaba muriendo de sed. Con toda esta atención por parte de Dios es natural que tenga un gran significado en la historia de su reino. Porque el Señor le dio ricas promesas. En el desierto de Beerseba le dijo claramente que haría de su hijo una gran nación. Antes le había dicho que "sería hombre fiero, la mano de todos contra él, su mano contra todos." Y a Abraham, Dios le dijo que daría prosperidad a Ismael por ser la simiente de Abraham. Todo esto está registrado en Génesis 16:10-12 y en 21:13, mucho antes del nacimiento de Mahoma. Vemos que la profecía se ha cumplido literalmente. Y con todo, esta página de la historia, que empieza con la fe de Agar y termina con la falsa fe del Islam, permanece envuelto en la niebla. Sólo se puede decir que el pueblo nacido de Agar ha sido empleado por Dios para disciplinar a su Iglesia. Pero hemos de considerar también que poseen grandes territorios que constituyen una barrera contra el paganismo. Todos ellos, muchos millones, creen en un solo Dios, y en la revelación profética de Dios. Hemos de recordar que los mahometanos reconocen a Jesús como profeta. Su error es no creer en Jesús como Mesías, y en colocar un falso profeta por encima de El. Por ello permanecen en parte del Antiguo Testamento y rechazan el Nuevo. Colocan su fe en el contenido del Corán.

Esto es quizá lo que insinúa Pablo cuando en Gálatas 4:22 compara a Sara con una mujer libre y a Agar con una esclava, y místicamente lo interpreta significando que los que no encuentran al Mesías permanecen "hijos de la esclava", y los otros "hijos de la libre". Es posible que se refiera a la Jerusalén terrenal, y a la religión cristiana, que no busca su Jerusalén sobre la tierra, sino eternamente en los cielos.

Sea como sea, Agar aparece en las Escrituras por más razones que meramente estimular nuestra simpatía por el hecho que se perdió en el desierto. Aparece como un eslabón en la cadena de la Providencia insondable de Dios. El nombre de Agar está entrelazado con las raíces de la historia de la Iglesia de Dios.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1- ¿Cuál fue el pecado de Agar? ¿Por qué era mayor el pecado de Sara y de Abraham que el suyo?
2- ¿Qué profetizó Dios a Agar que se ha cumplido?
3- ¿Cuál es el mensaje particular de la vida de Agar para nosotros?
 ANA, LA PROFETIZA
"En ese momento se presentó ella, y comenzó también a expresar su reconocimiento a Dios y a hablar de él a todos los que aguardaban la redención en Jerusalén". Lucas 2:38
Léase: Lucas 2:36-38. Toda la gloria del nacimiento de Jesús se concentró sobre el antiguo reino de Judá. Tanto José como María descendían de la tribu de Judá. Elisabet vivía en Judá y allí nació Juan. Belén pertenece a Judá.

Sin embargo, Jesús vino para todo Israel, y más que para Israel, para ser luz a los gentiles. Los magos vinieron como representantes de los países paganos, para rendir tributo al nuevo Rey. Y Ana, la profetisa del Templo, vino a confesar la esperanza de sus padres por parte de Israel, que se hallaba fuera de los dominios propios de Judá. No descendía de la tribu de Judá. Era hija de Fanuel, de la tribu de Aser. La tribu de Aser estaba situada en las tribus dispersas. Por eso su cargo en el Templo tenía significancia especial. Bajo Joroboam, las Diez Tribus se habían emancipado de la casa de David, y durante los siglos, habían seguido rechazando el Mesías de Israel y el Dios del Pacto. Ahora vemos que Ana aparece en el Templo, junto a la figura de Simeón, para saludar al Rey de la Casa de David. Parece como si Ana viniera a llamarle a que fuera al Lago de Genezaret y a la despreciada Galilea, a fin de que pudiera recoger un pueblo rebelde a su Reino.

Simeón y Ana eran los dos ancianos. Ana tenía ochenta y cuatro años. No representaba pues, ni tampoco Simeón, a la nueva generación. No pertenecían al círculo del cual el Señor escogió sus discípulos, ni al grupo del que escogió a María y Marta. Al contrario, pertenecían a Israel que moría. Ana extendió la palma de honor a Cristo, no como representante del pasado, sino del futuro. Parece como si viniera a ofrecerle la acción de gracias de cuarenta generaciones a los pies de Jesús, antes de morir.

Ana trajo esta ofrenda como mujer, después que Simeón lo había hecho como hombre. Así, observamos que los dos sexos, juntos e individualmente, son llamados a glorificar al Dios de Israel. Junto a Abraham hallamos a Sara, junto a Barac a Débora, junto a Moisés a Sípora. Y a Ana, de Aser, junto a Simeón. No era su mujer, sin embargo. Su relación era intensamente espiritual, que trasciende toda diferencia de sexos. Se había casado, ya hacía sesenta años, y vivió siete años con su marido. No se nos dice qué fue de él, y ella no se había casado otra vez. Se hallaba recluida en el Templo, guardando y sirviendo en él de día y de noche, con ayunos y oraciones. Su vida debió ser de genuina piedad, y tenía que haber oído de Simeón que el Cristo había de venir antes de su muerte.

Además de lo dicho, era profetisa, y queda incluida en la larga serie de los que habían sido heraldos del Profeta y Maestro venidero a lo largo de los siglos. Cristo representaba a una tribu de reyes. Zacarías y Elisabet a una tribu de sacerdotes. Ana representaba a los profetas. Esta última profetisa viene a confirmar lo que habían anunciado los que la habían precedido, especialmente Isaías y Malaquías. No sólo confesó a Cristo, sino que "comenzó también a expresar su reconocimiento a Dios y a hablar de él a todos los que aguardaban la redención en Jerusalén.»
Su testimonio en el Templo fue la última voz de la profecía que se oyó. La profecía había cumplido su cometido. Juan, el heraldo del Señor, estaba esperando a la puerta.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión
1- ¿Cuál es el significado de Ana en la redención que nos trajo Cristo?
2- ¿Por qué era Ana la última profetiza?
3- ¿Cuál es el significado de los antecedentes de Ana para la aceptación de Jesús como el Cristo?

ANA, MADRE DE SAMUEL
«Jehová empobrece, y Él enriquece; abate y ensalza.» (1a Samuel 2:7).

Léase: 1a Samuel
Ana llegó a ser madre por fe. Se nos presenta en el relato como una mujer estéril. Luego pasó a ser madre y con ello se completa su papel. Después de esto su nombre no es mencionado otra vez. Por tanto, la revelación de Dios ya no se expresa en Ana, la madre, sino en Samuel, el hijo que ella pidió al Señor.

En algunos aspectos, pues, Ana nos recuerda a Sara, pero en otros, es totalmente distinta. El amor de Sara, es verdad, estaba en conflicto con el de otra mujer, antes de que fuera madre. Pero antes de que le naciera este hijo no podemos hallar el menor rasgo de fe en Sara. La hallamos riendo en su incredulidad, y es la firme fe de Abraham la que la induce a creer.

No se puede decir que el marido de Ana ejercía una influencia similar a la de Abraham en su esposa. No cabe duda que era un buen hombre. Iba a Silo a adorar en el santuario cada año, y amaba a Ana mucho más que a Penina, su otra esposa. Para Elcana el problema de Ana era su esterilidad. Y lo enfocaba desde un punto estrictamente psicológico: «Ana, ¿por qué lloras?... ¿No te soy yo mejor que diez hijos?» No vemos en parte alguna que tuviera una fe firme. Se resignaba fácilmente a la condición de Ana. No participaba en la lucha de la oración con Dios, como hacía Abraham. No ponemos en duda que oraría de vez en cuando: «Señor, dale a Ana mi querida esposa un hijo.» Pero estas oraciones generales no implican un conflicto profundo para el alma, y muchas veces quedan sin contestar.

Por otra parte, Ana tenía una concepción clara de que Dios podía concederle un hijo. Nuestra generación tiende a confiar en la ciencia en circunstancias similares, olvidando que es Dios quien rige los destinos de los hombres. Para Ana todo se reducía a un problema de fe. El hijo tenía que serle dado por Dios. Y en realidad, Dios había hecho grandes planes para ella. Este era un momento decisivo en la historia de su pueblo y Dios había dispuesto que Samuel, el futuro profeta, naciera de Ana. En su espera prolongada vemos que Dios está preparando a Ana para su decisiva contribución a la vida de Samuel.

En su tribulación Ana se rinde por completo a la confianza de Dios. Su fe firme es que Dios puede convertirla en madre. Podemos llamarle intuición, podemos llamarlo inspiración divina, pero había algo que instigaba a Ana, que la hacía persistir. No se contentaba sin el hijo. Se desentendía de todo lo que la rodeaba, incluso de la irritación, que le causaba Penina, que tenía varios hijos, no daba mucho valor a la consolación que le prodigaba su esposo; su mirada estaba fija sólo en Dios.

Había llegado otra vez el tiempo en que Elcana y su esposa iban a Silo para las festividades. Y entrando en el santuario «con amargura del alma oró a Jehová y lloró abundantemente». Oró con todo el fervor de su alma. Luchaba con Dios y no estaba dispuesta a ceder hasta recibir respuesta a su oración. No sabemos todos los motivos en la mente de Ana. Es posible que no fueran todos ellos puros. La imagen de Penina y el deseo de triunfar sobre ella y librarse de sus burlas es posible que la empujara. Al leer su cántico vemos que menciona la satisfacción de haberse resarcido de las anteriores mofas que ella le hacía. Pero esto era secundario. Su deseo era un hijo para dedicarlo al Señor, según vemos en el voto solemne que hace. Y Ana tiene fe en el hecho que Dios puede concedérselo. Veía la respuesta no como meramente posible, sino cierta. Su fe la inducía a aferrarse al Dios vivo.

La petición fue contestada. El Señor le dio a Samuel. Como es natural, no toda madre está dispuesta a entregar a su hijo a Dios en el momento de nacer. A través de Ana, sin embargo, este pensamiento pasa de Dios a cada madre cristiana. Como Ana tienen que reconocer que Dios es el que da los hijos. Cuando se hace este reconocimiento las madres están más dispuestas a dedicar a sus hijos al Señor que los ha creado.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:
1. ¿Qué característica prevaleciente se nos revela en el carácter de Ana?
2. ¿De quién recibió esta característica?
3. ¿En qué sentido es una lección para nosotros? ¿Qué otra lección nos enseña su vida?

ASENAT
"Y le dio Faraón por mujer (a José) a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On" (Génesis 41:45).

Léase: Génesis 41:45-52. Faraón estaba decidido a convertir a José en un egipcio de modo completo; quería que este joven hebreo asimilara el estilo de vida nacional. José le había agradado, era un hombre valioso; Faraón le consideraba un genio, un verdadero hombre de estado. Pero él no tenía idea del Dios de Israel, que era quien había enviado a José para salvar a Egipto. Desde el principio Faraón se opuso a Jehová.

Para transformar a José en una perla de la corona de Egipto, le concede toda clase de honores. Le cambia el nombre, por el de Safnat-paneaj (que significa "declarador de lo oculto"), y le da por mujer a Asenat. Esto era un honor, pues era la hija de Potifera, sacerdote de On, la ciudad sagrada de los adoradores del sol. La casta de sacerdotes era muy elevada en Egipto, hombres con estudios profundos y que eran el depósito de la sabiduría de Egipto, conocida en la historia de modo tradicional.

José podía interpretar sueños, y podía penetrar los secretos de la naturaleza. Era también un sabio, y es lógico que se le asimilara a la casta sacerdotal. No sabemos si José estaba contento con este arreglo. En todo caso el resultado del mismo fue, sin duda, implicarle en la idolatría egipcia y el pasar a ser un miembro de esta casta le acarreaba el prestigio resultante de esta idolatría.

No tenemos derechos a suponer que José se casara con esta mujer con entusiasmo. Sabemos que José podía resistir la tentación de la carne, como nos lo muestra que la mujer de Potifar, sin duda una mujer de gran experiencia a este respecto, fracasó en sus repetidos intentos de hacerle caer en el lazo de sus encantos.

Como sea, sabemos que Asenat entró en la casa de José como su esposa. Y los mismos nombres de los dos hijos que José tuvo con ella nos dan idea de que empezaba José a cosechar el fruto de su liviandad y poca entereza. El primero se llamó Manasés, porque dijo José: "Dios me hizo olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre." El segundo se llamó Efraim: "Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción." El plan de Faraón de hacer de José un egipcio tenía éxito. Asenat estaba contribuyendo a que José se resignara a la idea que había muerto para la casa de su padre.

Sucedió, como sabemos, que por la providencia de Dios, la casa de su padre volvió a recobrarle, en Egipto. Entonces José mismo se volvió a unir a los suyos hasta el punto que insistió en que sus huesos fueran enterrados con los de sus padres en Canaán.

Si no hubiera habido otras influencias en su matrimonio con Asenat, José habría sido enterrado en Egipto. Pero hay algo de la sangre de Asenat en las venas de Efraim y de Manasés, que los divide del verdadero Israel. De estos dos hijos apareció con el tiempo el cisma y la separación entre las generaciones ulteriores de Jacob. Efraim se opone a Judá, y Jeroboán, al hijo de Salomón. Esto resulta en el conflicto entre Samaria y Jerusalén. Es en Samaria que el servicio de Baal predomina; es allí que Jezabel da muerte a los profetas del Señor. Así que José, que se elevó a una posición de autoridad y distinción acaba completamente eliminado. La gloria de la familia de Jacob se acumula sólo sobre Judá.

Si se pregunta por qué la tribu de José fue eliminada tan rápidamente, la Escritura nos da la respuesta: "José se casó con Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On."
Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿Bendijo Dios el matrimonio de José y de Asenat de modo permanente? ¿Qué prueba podemos dar?
2. ¿Se volvió José del todo un egipcio?
3. ¿Qué podemos aprender de este casamiento respecto a las relaciones que hemos de tener con el mundo?
4. ¿Cuál es la enseñanza de Dios con respecto a los matrimonios mixtos?

ATALÍA
«Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la descendencia real.» (2 R 11:1)
Léase: 2 Corintios 22. Hay un paralelo sorprendente entre la relación de Israel con Judá y la de los descendientes de Caín, y los de Set. Caín se apartó, él y su familia, de todas las personas temerosas de Dios en su día. Años más tarde las hijas de los camitas tentaron a los hijos de Set, y acabaron preparando la escena para el diluvio. De la misma manera el idólatra Israel se separó primero de Judá. Luego por medio de una mujer licenciosa, trató de entrampar a Judá, y con ello lo preparó para la cautividad babilónica.

La licenciosa mujer que de esta manera preparó la caída moral de Judá fue Atalía, la hija de Acab y de Jezabel. Era la verdadera personificación de toda la maldad de sus padres. Jezabel había traído el veneno de Sidón y lo había inyectado en las venas de Israel. Y ahora Atalía iba a trasvasarlo a las venas de Jerusalén. Notamos en este relato que un rey de la casa de David, en vez de aliarse con el profeta de Dios en el conflicto entre Acab y Elías, se decidió en cambio a favor de la dinastía de Acab. Incluso permitió a Joram, príncipe heredero que se casara con la hija de Jezabel.

Si Jerusalén no se hubiera ya apartado mucho del servicio de Jehová, la llegada de Atalía y sus sacerdotes de Baal habría incitado una reacción violenta en contra por parte del pueblo de Jerusalén. Pero no ocurrió tal cosa. Al contrario, Atalía pasó a regir Israel en el momento que fue hecha reina.

En bastantes aspectos Atalía se parece a su propia madre Jezabel, y lo que hizo Atalía en Jerusalén es similar a lo que había hecho Jezabel en Jezreel, en Samaria. Aparecieron en Jerusalén templos a Baal por todas partes. El tenor de vida de Jerusalén cambió completamente. La mundanalidad prevalecía y los que temían a Jehová tuvieron que partir de Jerusalén.

Pero Jehová llamó a Jehú, el cual eliminó a la dinastía de Acab en Israel y dio muerte al hijo de Atalía, Ocozías. En vista de ello Atalía decidió exterminar a todos los otros hijos de Joram, su esposo, posibles herederos del trono, y se puso ella misma al frente.

Milagrosamente se salvó un hijo de Ocozías, Joás, que fue escondido en casa de Josafat, una hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joyada. Esta mujer era hermana de Ocozías. Atalía reinó seis años. Después de este tiempo Joyada proclamó rey a Joás. Atalía fue ejecutada y todos los altares de Baal derribados.

Parece no haber límites a la capacidad para el mal en una mujer con las entrañas de Jezabel o de Atalías cuando no reconoce los límites de su propia naturaleza humana, o rehúsa aceptar las limitaciones que Dios ha establecido.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿Qué religión propagaba Atalía?
2. ¿Cómo procuró eliminar el temor de Dios?
3. ¿Cómo detuvo su mano Dios, y cómo ayudó a su pueblo?

BETSABÉ
«Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: "Es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías Heteo"» (2a de Samuel 11:3).

Lease: 2a Samuel 11:2-5, 26, 27; 12:15-24; 1a Reyes 1:11-40. El nombre de Betsabé va unido al terrible pecado cometido por David. Es tan terrible que nos asombra que pudiera ser cometido por un hombre de quien Dios se había agradado. Representa tres transgresiones distintas. En primer lugar, un acto de adulterio ignominioso. Segundo, David hizo embriagar a Urías, en un esfuerzo para disimular su propia culpa. Finalmente, intrigó y dispuso las cosas de forma que Urías muriera en el ataque a una ciudad. Dio órdenes expresas de que se le dejara en la estacada.

Dios no hace acepción de personas y estos hechos son relatados en la Biblia. David el elegido de Dios fue culpable de una conducta vergonzosa. Pero también hemos de observar la conducta de Betsabé. Como es natural, al hablar de este asunto siempre hablamos de lo que hizo David, pero hemos de pensar en lo que hizo Betsabé también.

David se fijó en Betsabé al verla bañándose, mientras él se paseaba por el terrado de su casa. Hemos de suponer que Betsabé debía darse cuenta que se estaba bañando en un lugar en que podía ser observada. Probablemente, era en el terrado, que se halla en la mayoría de las casas en oriente en lugar del tejado. Allí pasa el aire y es un lugar agradable para estar, especialmente al atardecer. Betsabé no debía haberse expuesto y, por tanto, tenemos que hacerla responsable de su falta de pudor. En modo alguno se intentan estas palabras como una disculpa para David. Sobre este punto no se necesitan más comentarios.

No se nos dicen las circunstancias de la entrevista de Betsabé con David cuando éste la mandó llamar. Sólo sabemos los resultados. «Cuando llegó, David se acostó con ella... La mujer quedó embarazada.» No sabemos si podía presentir el motivo de la llamada, pero sí que tenía que haberse resistido a los requerimientos del rey. Si Betsabé rió hubiera consentido bajo ninguna circunstancia, como era su deber, David no habría tenido oportunidad de cometer este pecado y ella tampoco. Por tanto, hemos de considerar a Betsabé como cómplice en el adulterio.

El resto de la historia es bien conocido. Urías era un hombre leal, sincero e incapaz de pensar la traición que habían cometido contra él su esposa y el rey. Los dos. Muerto Urías Betsabé, ocupó el lugar de una de las esposas de David. Cuando dio luz al hijo ella ya se hallaba en el palacio.

Las Escrituras no nos dicen nada con respecto a la forma en que ella juzgó su propia conducta. Sólo se nos habla de David. El relato nos muestra el pecado y arrepentimiento de un gran hombre. También el castigo que sufrió por el mismo. Finalmente, nos habla de su restitución. Porque David pagó toda su vida las consecuencias de estos pecados. Betsabé es responsable con el rey. La historia es un aviso, a toda mujer que juega con su hermosura física, de los graves peligros en que incurre. Dios exige que todos nuestros caminos sean rectos en su presencia.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿En qué forma revela la misericordia de Dios un estudio de la historia de Betsabé?
2. ¿En qué fue poco prudente Betsabé? ¿Podemos aplicar esto a los tiempos en que vivimos?
3. ¿Somos justos limitándonos a poner la culpa de este suceso exclusivamente en David? ¿ Era Betsabé también responsable?

CETURA
"Y Cetura, concubina de Abraham..." 1 Crónicas 1:32
Léase: Génesis 25:1-6 y 1ro. Crónicas 1:32-33. A la muerte de Sara el patriarca de Mamré quedó viudo. Hacía mucho que Agar había huido al desierto de Madián. Después de casarse Isaac con Rebeca, el hijo había dejado el techo paterno. Estos cambios dejaron a Abraham solo, y esto le indujo a casarse de nuevo. Esta vez se casó con Cetura.

Cetura le dio seis hijos: Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Esto parece raro cuando se recuerda que Abraham tenía aproximadamente 140 años cuando se casó Isaac. Esto sólo es compatible con un curso especial de los sucesos. Por ello, algunos dicen que esto es un cuento de hadas. Otros comentaristas dicen que Cetura era la concubina ya desde mucho antes. Sin embargo, esto es imposible. Primero porque "Y Abraham tomó otra mujer", lo cual sugiere un orden cronológico en los sucesos. Segundo: si Abraham ya tenía seis hijos antes del suceso de Agar y del sacrificio de Mona, la cosa es incomprensible.

El uso de la palabra concubina sólo indica que esta mujer no tenía todos los privilegios y derechos que Sara había tenido, y esto lo prueba el que no hubo derechos hereditarios para los hijos. En cuanto al hecho de que Abraham engendrara a esta edad, hemos de recordar que su virilidad había sido restaurada milagrosamente por el nacimiento de Isaac, y hemos de creer que persistió hasta su muerte. Esto es parte de la promesa de que su simiente se multiplicaría como la arena del mar y como las estrellas. No vamos, pues a detenernos más en esto. Lo que nos interesa es sólo que por el matrimonio, Cetura pasó a ser la segunda esposa de Abraham.

El ejemplo del patriarca, naturalmente, no es una ley de conducta. Es curioso que Cetura es la primera mujer que se nos menciona que estaba dispuesta a casarse con un hombre que lo hacía por segunda vez. Esto no implica censura para Abraham ni para Cetura. En realidad fue una bendición el que tuviera tantos hijos, lo que contribuyó al cumplimiento de la promesa a Abraham. Es de notar que en aquellos tiempos la esterilidad femenina no era rara. Recuérdese que Sara, Rebeca, Raquel y Lea tuvieron muy pocos hijos. Hay algo simpático en la idea de que el viejo patriarca se vio rodeado por el amor de una mujer en su última edad y por todo un círculo de hijos.

Por esto Cetura se nos presenta como un tipo distinto de esposa. No como una joven que dedica su vida al marido con cariño. No como una esposa que es, hasta cierto punto, independiente en su propia tienda. Sino como una esposa que tiene cuidado de una persona de edad. Esto implica devoción, que combina el afecto de esposa con el de madre. Es como la hija mayor que cuida al padre.

No se trata de una relación romántica. No representa un matrimonio ideal. Pero es un matrimonio el cual la pasión, que ya no es vehemente adquiere cualidades altamente éticas. Naturalmente, no sabemos hasta que punto Cetura amó a Abraham debido a su peculiar vocación y si compartía su fe.

Pero podemos decir que ocupa una peculiar posición como esposa de un hombre con un segundo matrimonio. En modo alguno este segundo matrimonio es prohibido por el Señor. No es obstáculo la relación que habrá en el cielo, como dice Jesús a los Saduceos. Sabemos bien que los santos están unidos por el matrimonio, pero sabemos bien que son, sobre todo, hermanos y hermanas en Cristo. En el cielo los santos vivirán como los ángeles de Dios. No se trata de un matrimonio de conveniencias, o como se dice hoy un "unir los recursos" o cualquier otro arreglo por razones superficiales. Ha de haber sincera devoción entre los dos. Ha de haber la consagración de esta calidad en que el amor se combina con el deseo santo de ser una ayuda para el que está solo y solitario.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1- ¿Qué nos enseña la vida de Cetura referente al matrimonio por segunda vez?
2- ¿Eran los hijos de Cetura considerados en el mismo nivel que Isaac? ¿Por qué?
3- ¿Cuál es la enseñanza de Cristo referente a la relación entre esposo y esposa en la vida venidera?

DALILA
«Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.» (Jueces 16:4>
Léase: Jueces 16:4-20. Dalila tenía su casa junto a la orilla del río Sorek, una mujer que fue instrumento de los jefes de los filisteos para reducir a la impotencia a Sansón.

Sansón es el héroe de Dios. Su aparición como liberador de Israel permanece en misterio. Fue escogido y equipado por Dios para este propósito en una forma singular. Pero Sansón, el héroe, mostró un defecto fatal, el de sucumbir fácilmente a los encantos de las mujeres. Una mujer lo subyugó y sacó ventaja de su dominio sobre él.

Incluso ya antes de conocer a Dalila, Sansón en Gaza vio a una ramera y se llegó a ella. Los filisteos lo acecharon a las puertas de la ciudad para echarse sobre él al amanecer. Pero a media noche Sansón se levantó y « tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro y se fue.

Después de esto se enamoró de esta mujer en el valle de Sorec, que se llamaba Dalila. El nombre nos suena hermoso, y lo que halló Sansón en su casa fue peor que la muerte. La mujer le fingió amor y le sedujo para que en prueba del amor con que él había de corresponder al suyo, le dijera cuál era el secreto de su fuerza. «¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo ?» Tres veces consecutivas Sansón le dio una falsa respuesta. Al tratar de ponerla a prueba Sansón se demostraba invencible: el secreto no había sido revelado.

Dalila fue tejiendo una red inextricable de engaño y seducción. Fue presionándole cada día, e importunándole, hasta conseguir reducir su alma «a mortal angustia». Entonces él le reveló finalmente el secreto. Esta vez Sansón fue reducido a la impotencia en manos de sus numerosos enemigos.

La execrable calidad moral de esta mujer, que se pone al servicio por «cien ciclos de plata» concedidos por cada uno de los jefes filisteos no exonera de su culpa a Sansón. Dalila es una criatura infame en las páginas de la Biblia, pero Sansón no debía visitar prostitutas en Gaza o en Sorec. Sansón había perdido el temor de Jehová.

El aspecto que nos interesa hacer resaltar de la conducta de Dalila es simplemente que usó su atractivo femenino ilegítimamente, con un propósito destructor y homicida. Sin embargo, toda mujer que finge amor y usa las armas de su vanidad y coquetería para conseguir sus fines egoístas, está haciendo un juego paralelo al de Dalila. El encanto femenino y el atractivo del cariño son dones de Dios. La mujer los ha recibido del Creador. Dios castigará a quien los use de un modo trivial o frívolo, pues los ha concedido con propósitos mucho más elevados.

DÉBORA, LA PROFETIZA
“Las aldeas quedaron abandonadas en Israel... hasta que yo, Débora, me levanté, me levanté como madre de Israel.”
Léase: Jueces 4:4; 5:5. Débora es La Juana de Arco de la asombrosa historia de Israel. Israel cayó repetidas veces en la idolatría. En estos períodos había perdido todo sentimiento de conciencia nacional y habría renunciado a su prestigio y honor. Pero tenía también una resistencia y una elasticidad que le permitía recobrarse como ninguna otra nación. Se recobraba totalmente de lo que parecía una desintegración espiritual y política. Esta capacidad de renacer de sus cenizas era un don de Dios. Que Dios tenía destinado que Israel tenía que restaurarse, se hace evidente de modo perfecto cuando consideramos la historia de Débora y los días en que vivió.

Casi todos los llanos de Palestina habían ya sucumbido a la fuerza de los cananeos. Jabín, el rey de estos, residía en Hazor y dominaba a Israel por medio de sus fuerzas armadas. Tenía un potente ejército, especialmente temido por sus novecientos carros herrados. En contra de ellos los esfuerzos de la infantería eran inútiles. En consecuencia la gente de Israel que poblaba la tierra baja tenía que pagar tributo a Jabín. Vivían en condiciones de servidumbre. Sólo la gente de las regiones montañosas habían conservado su libertad, simplemente porque los carros de guerra de Jabín no se adaptaban al terreno montañoso. Los que vivían en las regiones de montañas como Efraín, poseían todavía una cierta organización, y habían resistido heroicamente.

La esposa de Lapidot, que vivía debajo de una palmera, entre Rama y Betel, en tierra de Efraín, los había inspirado a esta resistencia. Su nombre era Débora, y la llamaban «la madre de Israel». Era astuta, denodada y tenía el don de la profecía y del canto. Les recordaba a sus compatriotas en las montañas la historia de la liberación de Egipto, el paso por el Sinaí, y les profetizaba días mejores en el futuro. Como juez, administraba justicia y les daba consejos. Su reputación era sólida y les inspiraba confianza. Con la ayuda de Barac organizó un ejercito pequeño permanente entre el pueblo. Entrenó e inspiró al jefe de este ejercito, Barac, y le dio instrucciones en la forma en que debía presentar batalla a Sisara, el general del ejercito de Jabín. Su capacidad militar era evidente, y lo prueba que Barac requiriera de Débora que ella le acompañara a la batalla.

Se alistaron diez mil hombres de Neftalí y Zabulón, y los estacionó en el monte de Tabor. Débora dirigió destacamentos que se apoderaran de los pasos en las montañas. Conocía a Jabín y su altivez, y sabía que entraría en el valle del Kisón, terreno sumamente peligroso entonces para los carros herrados, por ser la estación de las lluvias.

Todo sucedió como ella había previsto. Barac estaba esperando en la ladera del Tabor. Los otros bloqueaban los pasos hacia la región del norte. Barac descendió del monte con sus hombres. Sisara se hallaba en el valle de Kisón. Dios envió una tormenta de truenos y relámpagos que desbarató completamente las filas de Jabín. Las huestes de Barac se lanzaron contra el ejército en desorden de Jabín y los carros acabaron arrastrados o atascados en el turbulento Kisón. La derrota de Sisara fue completa. El mismo pereció en su huída en manos de una mujer, mientras descansaba agotado en una tienda. Dios llevó a cabo una gran victoria a través de una mujer. Barac contribuyó a la misma, pero las alabanzas no recayeron sobre el. Débora era poderosa porque la movía el Espíritu del Señor. De El recibía su inspiración y el fuego de su corazón. Su heroísmo se contagió a todos aquel día. Aún hoy Dios elige a alguna mujer e implanta en ella del temor de su nombre. La nombra «madre de Israel». De ella irradia inspiración y despierta a los que duermen, para que la luz de Cristo los ilumine.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿Podemos suponer, por el hecho que no se menciona el pecado en esta narración, que Débora no los tenía?
2. ¿Qué rasgo admiramos más en Débora?
3. ¿Usaría hoy Dios a Débora como juez de Israel, con lo cual se implica La cuestión de si una mujer debería predicar?

DEBORA, LA NODRIZA
"Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alon-bacut." Génesis 35:8.

Léase: Génesis 35:1-15. Las Escrituras nos hablan de dos Déboras. Una, en tiempo de Barac, gobernó como profetisa a Israel. La otra, fue el ama de leche de la familia patriarcal de Jacob. Merece nuestra atención el que esta ama de Rebeca sea mencionada en las Escrituras.

Tenemos delante la Santa Revelación de Dios. La dio a su Iglesia para vencer a Satán. En este libro se nos habla del destino de cielos y tierra, y con todo, cabe en el relato el referirse a un ama de leche en tiempos patriarcales. Esto es lo que leemos en el versículo que hemos leído. Allon Bacut significa "encina del lloro".

Débora sería una sierva de muchos años en la casa. Cuando murió, Jacob había ya regresado con su esposa y los suyos de Padan-Arán a Canaán. Había plantado sus tiendas en Betel. Sus hijos eran ya hombres. El tendría unos sesenta y pico de años para este tiempo, y Débora sería una anciana de ochenta a noventa.

Obsérvese la consideración que se tiene a esta antigua sierva en la casa de Jacob. Isaac y Rebeca se la habrían dado a Jacob cuando la familia de éste empezó a aumentar. Probablemente, en la casa de Jacob habría cuidado a José y a Dina. Se había quedado con la familia. Todos la tratarían con cariño y se sentirían apegados a ella. Cuando finalmente hubo sonado su última hora toda la familia está presente en su entierro. Jacob y los suyos la acompañaron a su última morada con lágrimas en los ojos, según vemos en el nombre dado al lugar.

Hoy nos hemos librado de la esclavitud. Obsérvese, sin embargo, que incluso en tiempos en que existía esta triste relación entre hombres, Dios inspiraba con su gracia una fe que convertía esta maldición en una bendición: las cadenas de la esclavitud podían ser cadenas de amor.

Débora significa "una abeja". Un nombre apropiado para una sirvienta. Un símbolo de actividad, diligencia, tesón. Porque la gracia de Dios convirtió a Débora en un siervo querido y fiel. ¿No es esto un ejemplo hoy para muchos cristianos que sólo trabajan pensando en la recompensa, como la hormiga?
En el caso de la sirvienta, Dios inspira en Débora un tierno afecto hacia Jacob, Lea, Raquel y los demás, afectos que es correspondido. No sólo quieren que se les sirva, sino que aprecian y agradecen los servicios prestados. Débora pasa a ser un miembro de la familia. Al morir es como si hubiera muerto uno de los deudos entrañables, como la muerte de un hijo. Como si hubiera sido una hermana de Jacob o de Lea.

Aquí también hay una lección. Hoy no existen en el mismo sentido este tipo de relaciones, entre esclavos y dueños, y apenas en siervos y amos. Pero sí existen relaciones en que otros seres humanos pueden ser tratados como objetos, se les saca el provecho y luego se les abandona como si no hubieran existido. Cuando una persona deja de ser útil a la otra se la arrincona, se le pone a un lado: "Hallaremos a otra en su lugar."
Este tipo de relación hace imposible la fe. Impide la devoción en el que sirve, lo cual niega la fe. Impide cumplir la responsabilidad del que utiliza los servicios del otro, que cree que ha cumplido al pagar el salario; la fe aquí también es muerta. La relación humana es muerta también: en ella no hay ayuda mutua para el crecimiento de la fe.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1- ¿Cuál es el significado del nombre Débora?
2- Por lo que se nos dice del entierro, ¿Qué tipo de relación habría entre Débora y la familia de Jacob?
3- ¿Que podemos aprender en este caso en las relaciones que tenemos con otras personas a nuestro servicio?

DINA
"Salió Dina, la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver a las hijas del país" (Génesis 34:1).

Léase: Génesis 34:1-31. Dina era una chica sobre la cual hay en la Biblia un largo relato. Esta historia se narra en el capítulo 34 del Génesis. Obsérvese la avalancha de catástrofes que siguieron como una cadena de una primera equivocación cometida por la chica. De un modo especial destaca la traición de sus hermanos, que mancillaron el Pacto del Señor al atacar a los habitantes de Siquem, cuando estaban sufriendo el dolor de la circuncisión. La circuncisión era el signo del Pacto. A causa de Dina fue destruida toda la ciudad, y Simeón y Leví violaron la justicia porque se llevaron las mujeres y los niños de aquella ciudad como despojos. El resultado fue tal que Jacob consideró que "los moradores de la tierra lo tendrían por abominable", y tuvo que huir de Betel. Además, ella fue culpable de que Simeón y Leví recibieran una maldición en vez de una bendición al morir Jacob.

¿De qué equivocación procede esta serie de catástrofes? De algo que llamaríamos una travesura. Había sido educada en una casa que hoy llamaríamos cristiana. Pero sentía curiosidad por ver cómo era el mundo, y quiso establecer contacto con la sociedad.

Las tiendas de su padre se hallaban cerca de Siquem. Jacob no había establecido contacto con la pequeña ciudad. Sin embargo Dina quiso ir a la ciudad y contemplar las chicas de la misma, y aun quizá asociarse con ellas. Un día cuando sus hermanos estaban con el ganado dejó la tienda de su padre y se fue a "ver a las hijas del país".

Dina sabía muy bien que se exponía a serios peligros. Habría oído la historia de que (dos veces) su bisabuela y una su abuela habían sido prácticamente raptadas por príncipes locales. Y se fue sola, ¡a esta edad! ¡No había que preocuparse! Ya encontraría manera de que todo saliera bien.

Pero no fue así. Apenas hubo entrado Dina en la ciudad, y había entablado conversación con algunos transeúntes, que el príncipe, hijo del rey Hamor, que se llamaba también Siquem, como la ciudad, la invitó a su palacio. La historia no nos cuenta si Dina consintió o se resistió a los halagos de Siquem; sólo sabemos que éste "se acostó con ella, y la deshonró".

Entonces, se nos dice, el alma de Siquem se apego a ella y se enamoró de la joven y le pidió a su padre que se la diera por mujer.

El deseo de Dina por las cosas mundanas la había llevado a Siquem y allí había perdido su virginidad; sabemos que se quedó en el palacio, y posiblemente habría persistido en servir al mundo. Pero, no fue éste el curso que siguieron las cosas.

Sabemos que una vez pasados a cuchillo los siquemitas, Simeón y Leví, saquearon la ciudad, tomaron sus riquezas y se llevaron cautivos a los niños y a las mujeres. Al parecer esto no turbó en lo más mínimo su conciencia. Ante la reconvención de su padre por su proceder contestaron: "¿Había este hombre de tratar a nuestra hermana como una ramera?" Al pasar juicio sobre el hecho no olvidemos que esta hermana era la que había dado lugar a todo lo ocurrido.

Dina no ha sido sola. También hoy hay hijas que se cansan de residir en las tiendas del Señor. Quieren ver un poco del mundo. Quieren asociarse con los demás, y hablar de modo inteligente de lo que han visto. Esto no es pedir mucho. Sólo un leve contacto con el mundo.

Aunque no es de esperar que el resultado de este deseo sean también violaciones y asesinatos, ponen en peligro la religión del hogar, y esto puede implicar la muerte moral del alma. Para el mundo nada de esto tiene sentido, naturalmente. Pero para la Iglesia de Dios ésta es una degradación seria.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿Cuáles son los resultados del pecado de Dina?
2. ¿Qué nos enseña esta meditación con respecto a mezclarse con el mundo?
3. ¿Se puede decir que las acciones de Simeón y de Leví son justificadas?

DORCAS Ó TABITA
"Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía."  (Hechos 9:36)
Léase Hechos 9:36-42. El nombre de la mujer era Tabita. Dorcas es una traducción hebrea. Tabita, en griego, significa «gacela». «Esta mujer abundaba en buenas obras y en Iimosnas que hacía.» Se dedicaba a coser vestidos y túnicas para los pobres. Esta costumbre ha sido imitada más adelante y en la Iglesia Cristiana de nuestros tiempos incluso su nombre ha presidido el de Sociedades de Señoras, que se han dedicado a la beneficencia. Parece ser que fue la primera, (por lo menos de la que tenemos conocimiento) que se dedicó a estos actos de amor, inspirada por Cristo. Su ejemplo ha sido una fuente de inspiración constante para las buenas obras. La Iglesia ha mostrado en innumerables ocasiones este espíritu de amor hacia los pobres, especialmente en el pasado cuando no había la menor forma de auxilio social de entidades seculares o de las autoridades.

Tabita puso en acción las palabras de Jesús: «Estuve desnudo y me cubristeis.» Originó un movimiento de amor que ha perdurado durante diecinueve siglos. La Iglesia Cristiana ha mitigado infinitos sufrimientos. En tiempos pasados y en países no cristianos, la suerte de los humildes fue siempre cruel e inmisericorde.

Cuando Pedro fue a Jope se encontró al llegar que Tabita acababa de morir. La habían lavado y puesto en la estancia superior, y allí llorando, llevaron a Pedro, y le rodearon las viudas mostrándole las prendas en que todas ellas se ocupaban. La falta de Tabita iba a ser irremediable. Pedro se puso de rodillas, oró, y poco después se la volvió a presentar viva. Tabita pudo continuar su ministerio benéfico.

Tabita es una expresión del amor cristiano transformado en hechos. Apela a la acción de las mujeres que, por su edad, o su posición, o circunstancias, no tienen ninguna otra vocación específica. Nos enseña que la pobreza puede ser mitigada efectivamente en el nombre de Jesús.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión
1. ¿Por qué las sociedades femeninas toman muchas veces el nombre de Dorcas?
2. ¿Cómo se puede caracterizar a Dorcas?
3.  ¿Aparece Dorcas como poseyendo «fe salvadora»? ¿Es esto típico de las sociedades a las que se suele dar este nombre hoy?

DRUSILA
"Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe de Jesucristo." Hechos 24:24.

Drusila era de Edom. Era la hija del rey idumeo Herodes Agripa y había nacido en el año 34 D. de J. Como los suyos, Drusila profesaba la religión judía. Cuando oyó a Pablo en Cesarea aún no tenía veinte años, a pesar de que ya habían ocurrido muchas cosas en su vida. Era famosa por su hermosura. A los dieciséis años se había casado con el príncipe Azizo, rey de Emesa. Pero, el gobernador romano Félix la conoció en un festival en la corte, y se interesó en ella. Cuando Félix envió a Drusila un nigromante judío, Simón, con una invitación personal, Drusila abandonó quietamente la corte de Azizo y se dirigió a Cesarea, donde se casó con Félix. Ante la ley judía evidentemente el matrimonio era ilegal. Drusila no tuvo inconveniente en aparecer en público como la esposa de Félix. Azizo tuvo que aguantarse, simplemente.

Drusila llevaba un año viviendo con el gobernador romano cuando Pablo llegó a Cesarea en circunstancias que pueden leerse en el capítulo 23 de Hechos. Es posible que cuando Pablo fue llamado ante el tribunal de Félix, para responder a las acusaciones de los judíos, capitaneados por Tértulo, Drusila se hallara presente en la sala, si bien no hallamos confirmación de esto en el libro de Hechos. Pero sí hallamos allí que a los pocos días, Félix y Drusila, los dos conversaron en privado con él respecto a la fe de Cristo.

No sabemos exactamente qué ideas se cambiaron en esta conversación, pero no parece improbable que Pablo aprovechara la ocasión para dejar claro en oídos de Drusila, que de nombre por lo menos todavía era judía de religión, cuáles eran los requerimientos éticos de la ley mosaica y las consecuencias de su infracción. Este se evidencia en el versículo 25, donde se nos dice que Pablo disertó sobre «la justicia, el dominio propio y el juicio venidero», en términos tales que el nuevo esposo de Drusila, Félix», «se aterrorizó y dijo: «Vete por ahora; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.»
Es probable que Drusila se burlara de Pablo y de sus ideas sobre el dominio propio y la justicia. No sabemos nada más de Drusila por la Biblia, pero este mismo hecho parece indicar que su conciencia no quedó afectada muy profundamente, y en todo caso su conducta no lo mostró. Josefo, el historiador judío, nos cuenta que Drusila murió en la erupción del Vesubio que sepultó a Pompeya y Herculano. Drusila había ido allí, precisamente unos pocos días antes de la erupción con su único hijo, Agripa, y pereció sepultada por la lava.

Drusila había deshonrado su fe judía, había rechazado a Cristo, abandonado a su esposo y vivía en pecado. Drusila supo cuán «horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo».

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión :
1. ¿En qué forma es la vida de Drusila un aviso para la joven de hoy?
2. ¿Dónde se encontraron Drusila y Pablo?
3. ¿Cuál fue el fin de Drusila?

ELISABET
"Y he aquí que tu parienta Elisabet, también ella ha concebido un hijo en su vejez; y ya está de seis meses, la que era llamada estéril." Lucas 1:36
Léase Lucas 1. A Elisabet le cabe el honor de ser la primera mujer que confesó a Cristo en la carne, incluso antes que María. Cuando María, después que hubo concebido por el Espíritu, fue a visitar a Elisabet, esta exclamó en oración profética: "¿De dónde a mí esto, que la madre de mi Señor venga a mí?" (v. 43). Por medio de esta inesperada e indudable confesión Elisabet reforzó la fe de María en el hecho de que ella, sin la menor duda, llevaba al Salvador del mundo en su seno.

Es esta fe firme e invariable que constituye la virtud más prominente de Elisabet. Quizá su firme convicción de que Cristo había ya empezado a asumir forma humana no nos parece a nosotros particularmente notable. Esto puede ser porque sabemos que María ya llevaba en su seno a su hijo, y que este hijo demostró ser el Mediador entre Dios y los hombres. Pero Elisabet no tenía nuestra perspectiva histórica, Y por esta razón la convicción a que dio expresión es verdaderamente notable.

Israel había quedado reducido casi a la nada, debido al desprecio y malicia de la jurisdicción romana. El culto a Jehová había quedado reducido a poco más que mero formalismo. Caifás, por ejemplo, constituía un ejemplo patente de la condición de degeneración a que había llegado el sacerdocio en aquel tiempo. Y hemos de recordar que Elisabet pertenecía a este pueblo, que se hallaba en condiciones espirituales humillantes.

Además, Elisabet era anciana, una mujer que había estado pidiendo un hijo a Dios durante muchos años. Era motejada con este estigma de la esterilidad. Y no había estado presente al tiempo en que el ángel se le apareció a Zacarías. No había oído lo que Gabriel le dijo a María. Todo esto ella lo había oído de otros.

A pesar de sus circunstancias desfavorables, Elisabet trascendió inmediatamente toda duda. No sólo esperaba al Mesías que había de llegar, sino que creyó que había llegado. Cuando María fue a visitarla, ella vio y creyó inmediatamente esta maravillosa verdad: "Aquí debajo de los vestidos de esta mujer se halla mi Salvador escondido." El Mesías ya no tenía que venir. Elisabet sabía que había venido. Y por ello oró y le confesó.

Los pasos por los cuales el Señor condujo a Elisabet a esta fe rica y plena no nos son escondidos. Su nombre era el mismo que el de la mujer de Aarón. Caifás, dijimos, era un ejemplo de degeneración del sacerdocio en su tiempo. Elisabet representaba un verdadero retoño del tronco familiar de Aarón. Ella preservaba todas las benditas tradiciones de la familia de Aarón. El Señor, por tanto, la había conducido a ello, aunque fuera a través de caminos de humillación, pues era aflictivo de un modo especial el que la hija de un sacerdote permaneciera sin hijos.

Por lo que el Señor inesperadamente la bendijo con un embarazo con el que ya no contaba. Había renunciado a la esperanza de tener un hijo. Su concepción fue acompañada de un mensaje de un ángel y de la mudez de su marido. Es patético, pero Zacarías no le pudo decir nada respecto a su encuentro con el ángel; tuvo que escribírselo. Por estas demostraciones extraordinarias, Elisabet, sabía que Dios había decidido realizar cosas maravillosas. Le parecería a ella que habían vuelto los días de Abraham y Sara, y que Dios había visitado de nuevo a su pueblo.

María fue a visitarla cuando Elisabet ya estaba de cinco meses. El instinto maternal de Elisabet le dijo que un hijo se movía en su matriz, al ver a María, y que este hijo se movía en una forma extraordinaria. Así que madre e hijo fueron afectados por la influencia del Espíritu Santo cuando se acercó el Salvador. Al instante la flor de la fe floreció del todo en Elisabet. Ella apreció y sintió la bendición del hecho que Dios, revelado en la carne, estaba cumpliendo la esperanza de sus padres.

Es interesante observar la evidencia de esta fe en Elisabet. Era la madre de Juan. María, una mujer mucho más joven que ella, y que ni tan sólo descendía de sacerdotes, era la madre del Mesías. Una situación así podría haber inducido celos en ella. Podría haberse dicho: "¿Por qué a ella este mayor honor?" Sabemos que en Elisabet no hubo tales pensamientos. Dio a María el más honroso de los nombres posibles a una mujer: "Madre de mi Señor." Y se lo dijo de modo espontáneo y natural, sin afectación. Alabó a María como "bendita tú entre todas las mujeres". El hijo de Elisabet dijo más adelante: "El tiene que crecer y yo he de menguar." El espíritu de Elisabet pasó a Juan, o el espíritu de Juan ya inspiraba a Elisabet. Elisabet fue el último retoño de la vara de Aarón. Judá había de dar nacimiento al Mesías, pero Aarón había de adorarle en servicio.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:
1- ¿Quién confesó primero a Cristo en la carne?
2- ¿Cómo sabemos que la fe de Elisabet era sincera?
3- ¿Cómo sabemos que crió a su hijo en el temor del Señor?

ESTER
«Y Mardoqueo había criado a Ester, hija de su tía, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó coma hija suya» (Ester 2:7).

Léase: Ester 2. Ester es la última mujer del Antiguo Testamento de la cual conocemos bastante para hacer un perfil de la misma. Encontramos en su carácter y conducta puntos dignos de elogio, pero también otros que lo son menos.

Digamos en primer lugar que, como dice el versículo, era muy hermosa. Tenía que serlo, pues el rey Asuero había ordenado que su imperio fuera reseguido y buscado para encontrar las mujeres más hermosas, y que éstas fueran traídas a Susa. Entre tanta belleza Ester fue considerada superior. Asuero se sintió cautivado por ella y la eligió para sustituir a la reina arrinconada Vasti.

Como cualidades de carácter encontramos dos que son agradables. Primero es su afecto por Mardoqueo, su padre adoptivo y segundo su decisión y valor al oponerse a Amán. Hay muchas personas que cuando emergen de la oscuridad a posiciones de autoridad y favor no se acuerdan más, o fingen no acordarse de las personas con quienes se habían frecuentado antes, incluso de sus deudos y familiares. No podemos decir esto de Ester.

Su valor es indudable. Arriesgó su vida al aparecer ante Asuero sin ser llamada: «Si perezco que perezca», resuena todavía como una demostración de su valor. Sus acciones fueron decisivas, realizadas con mucho tacto. Era una persona de carácter.

Entre los rasgos menos dignos de alabanza hay la impresión que produce su conducta de que vaciló bastante antes de decidir presentarse al rey (vease capítulo 4). Mardoqueo tuvo que usar lenguaje bastante enérgico para convencerla: «No te imagines que por estar en la casa del rey te vas a librar tú sola más que cualquier judío.» Y especialmente la conmovió otra parte del mensaje: «Quién sabe si para una ocasión como ésta has llegado a ser reina.»
Puede mencionarse también el hecho de que aceptara la proposición de Asuero de hacerla reina con evidente alegría. Vasti no había sido depuesta por una causa legítima, y aunque para discutir con Asuero sus acciones (sería ridículo pensar que podía haberle echado en cara este acto), no hay duda que el que una hija de Abraham se casara con un potentado pagano era una flagrante violación de las órdenes de Dios. En otras palabras, si su conciencia la hubiera acusado de un acto reprobable, podría haber procurado no causar tan buena impresión en el rey.

También es reprobable el que se dejara llevar por el deseo de venganza, o sea, que una vez había conseguido el decreto que permitió a los judíos matar a quinientos hombres en Susa que se oponían a ellos; entre ellos a los diez hijos de Amán (aparte del mismo Amán) no considerara que ya había bastante. Todavía le pidió al rey un día más de venganza (trescientos hombres murieron en esta nueva matanza), y que se dejara colgando de la horca a los diez hijos de Amán. Esto es reprobable.

Los planes de Amán eran para la eliminación de todo el pueblo judío, Ester incluida, si fuera posible, pero Ester no mostró clemencia. Tenemos que llegar al Nuevo Testamento para hallar figuras dulces como María, la madre de Jesús, o María de Betania. Ester también contribuyó a su manera a la redención de su pueblo. Es necesario que sea erigida la cruz en el Gólgota para que cesen todas estas matanzas y la paz y el amor se enseñoreen de los corazones.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿Cuáles son algunas de las buenas cualidades de Ester?
2. ¿Por qué la impresión que nos produce Ester no puede ser del todo favorable, a pesar de estas buenas cualidades?
3. ¿Hizo bien Ester al vengarse una vez había conseguido su propósito?

EUNICE
Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. (2.a Timoteo 1:5)
LEASE 2 TIMOTEO 1. En la familia de Timoteo reinaba la tradición cristiana. Conocemos nombres en tres generaciones. Detrás de Timoteo hay Eunice, y detrás de ésta, Loida. Los tres manifiestan una «fe no fingida», que ha pasado de uno a otro. La fe no es impartida por los padres sino que procede de Dios. Pero Dios se complace en permitir que su bendición se acreciente en las sucesivas generaciones, imprimiendo el valor de lo que permanece y el conocimiento de ser llamado, dentro de la familia, para glorificar el nombre del Señor.

Ni Loida ni Eunice podían haberse imaginado que Timoteo iba a ser llamado a un lugar de tanta prominencia en la Iglesia de Cristo. A Pablo esta especie de nubilidad espiritual, que va de una generación a otra, como israelita, le parece especialmente hermosa. Se goza al contemplarla. Pero nos habla de ello por algo más: quiere llamar nuestra atención a lo realizado por la madre, la forma en que Dios la usó, a ella y a Loida, para inspirar la fe ferviente y real en Timoteo.

Pablo viene a decirnos que el hecho que Timoteo fuera criado bajo la influencia de la gracia es motivo en sí para dar gracias a Dios. La salvación puede tener lugar a cualquier edad, incluso a edad muy avanzada, pero el llegar lejos en el conocimiento de Dios suele ser más seguro cuando el niño ha sido criado dentro de las Escrituras. El corazón, espíritu y conciencia del niño es más tierno y en él se hunden de modo indeleble las enseñanzas. Cuando han sido imprimadas con eficacia difícilmente se borran más adelante. Timoteo tuvo un inmenso privilegio al poder ser educado desde la niñez en el camino del Señor. Para él, el conocimiento de la Escritura y el contenido de la fe fue vívidamente real. No eran un mero barniz formal, sino que habían crecido y se habían hecho una posesión inseparable de su propia vida y conciencia.

Timoteo le debía esto a su madre, como Agustín se lo debía a su madre Mónica. Este es el privilegio de algunos hijos de madres cristianas, pero no de todas. Algunos hijos de madres cristianas, convertidos luego, han dicho que no habían recibido la más mínima bendición de su madre. Pero en otras ocasiones la madre inspira de modo permanente la vida del hijo y éste conserva siempre sagrados recuerdos de ella. Es algo glorioso que unifica a los dos espiritualmente. La ternura del amor materno es santificada por el amor de Cristo; el amor maternal potencia el ferviente anhelo de la madre de que el hijo sea del Salvador. La madre no descansa hasta que de un modo u otro, leyendo historias de la Biblia, dando consejos, ejemplo, estimulo, como sea, le induce a abrir su corazón al Salvador que se le está revelando por aquellos medios.

Nos lamentamos hoy del hecho que muchos hijos maduros se apartan de la fe. Pero al hacerlo hemos de preguntarnos dónde están las Eunices, cuya intensidad espiritual se ha contagiado al hijo. El padre sin duda tiene su responsabilidad, y su carácter, con frecuencia más fuerte, ha de guiar también al hijo en el hogar. Pero, aun cuando se ejerce la influencia del padre, la tierna actividad espiritual de la madre, su vida fiel, piadosa y de oración es la roturación del terreno que permite recibir la semilla en un blando seno. Las madres deben empezar su actividad en los niños cuando son muy jóvenes. No basta con educar al hijo a comportarse con modales, cuidarlos e instruirlos con rectitud. Hay que conducirlos a entrar en los misterios de la Divinidad.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión
1. ¿Da valor Pablo a la educación en la casa de Timoteo?
2. ¿Estamos haciendo bastante énfasis en la necesidad de que el niño sea educado en el hogar?
3. ¿Qué lección da la vida de Eunice a las madres de hoy?

EVA, LA MADRE DE TODOS
"Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión". 1ra. Timoteo 2:13, 14.

Léase: 1a Timoteo 2:9- 15. Eva significa "madre de vida", o sea, "madre de todos los que tienen vida". Eva personifica todo lo femenino en la raza humana. En ella hay escondido, como en un grano o semilla, toda la gracia e independencia de una mujer, su susceptibilidad a Satán, pero también su susceptibilidad a la fe. Adán personificaba todo lo masculino, y en general lo humano. El mundo se burla hoy de la "costilla de Adán", pero gracias a este relato, al parecer absurdo, el creyente más sencillo de la Iglesia de Dios entiende la relación entre los hombres y las mujeres mucho mejor que el más profundo filósofo, que medita sobre él a base de sus prejuicios personales.

Eva fue creada de Adán. Adán tiene que ser considerado como el origen y fondo del cual ella apareció. Pero esto no significa que Adán la hizo. Aunque ella procedió de él, fue Dios quien la creó. Por esta razón, ella también, antes de aparecer sobre la tierra, existía en el pensamiento de Dios. Dios la vio, y porque la vio la creó. Eva es el producto de esta creación divina.

Eva nunca fue un niño o una hija o una joven. En el instante de la creación estaba delante de Adán en el Paraíso, resplandeciente y en plena madurez femenina. Era una mujer completa, cuyas perfecciones no eran debidas a la cultura o la tradición, sino que era el producto de la creación divina. La mujer no tiene, pues, por qué quejarse de no ser un hombre, porque ella, como él, es el resultado de la actividad divina. El pensamiento de Dios está expresado en su ser femenino. Es verdad que Adán existió primero. El fue su cabeza y la raíz de que procedió ella. Pero Adán no era viable sin ella. Estaba en necesidad, y ella era la ayuda que necesitaba. Dios la creó como una ayuda para él. En realidad, la ayuda y sostén debe ser mutuo.

Satán vio inmediatamente que Adán podía ser seducido más fácilmente a través de Eva. Satán reconoció su amabilidad y gracia, pero también su fragilidad natural. Se dio cuenta que podía ser tentada. "Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión", dice el apóstol Pablo. La mujer representa la gracia humana en alto grado. Lo bello en la naturaleza le entusiasma más que al hombre. Su sensibilidad es más viva e impresionable por lo concreto y lo atractivo. No es, instintivamente, menos santa o más pecadora. Pero era más susceptible a la tentación, porque estaba constitucionalmente menos adaptada para ofrecer resistencia que él. Pero no transgredió sola, sino que arrastró a Adán, con ella, al pecado. En vez de perderla a ella en manos de Satán, Adán se dejó atraer a él por causa de ella. La transgresión de Eva consiste esencialmente en "el pecado con el cual hizo que Adán pecara".

Debido a él, la felicidad de Eva duró muy poco. Resbaló en su primer paso. Adán no le extendió la mano para resguardarla, sino que se dejó arrastrar con ella. Ahora tenía que abandonar este magnífico Paraíso para entrar en un mundo de abrojos y cardos. La angustia que precede el dar a luz a los hijos afectó su ser gravemente. Perdió la confianza en sí misma que Dios le había dado. Ahora estaría sujeta al dominio de otro.

No sabemos cuánto tiempo vivió Eva, pero es probable que viviera centenares de años. Sus días tienen que haber sido tediosos y cansinos, ocasionalmente llenos de dolor. Había sido gloriosa un tiempo y había vivido, durante un corto período solamente en la hermosura del Paraíso. El verse echada en un mundo en el que nada había sido provisto para la mujer tiene que haber sido un contraste terrible. Eva fue apartada de su heredad. Su plenitud femenina fue completamente devastada.

Sin embargo, en lo profundo del alma de esta mujer, Dios sembró la semilla de una fe gloriosa, y por medio de ella permitió de nuevo que se levantara delante de ella un cielo. La simiente de esta mujer tentada había de quebrantar la cabeza del tentador. Eva concentró toda su alma en esa promesa. De hecho, cuando nació Cain de ella, supuso que este hijo era ya la simiente prometida y exclamó: "Por voluntad de Jehová he adquirido varón." ¡Pobre Eva! La desilusión que siguió a esta esperanza, cuando después de los años la tierra absorbió la sangre de Abel, tuvo que ser muy amarga.

No obstante, después de siglos. Los ángeles de Dios reconocieron la simiente de esta mujer en el Hijo de María. El Hijo de María era también el hijo de Eva. Nuestro privilegio consiste en que podamos reconocer a este Niño de Belén en su cuna. Entonces, quizá renuentes pero con una clara esperanza podemos recordar a Eva. Pensando en ella, en el Niño y en nosotros podemos decir la "Madre de todos".

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1- ¿Qué significa el nombre Eva?
2- Eva pecó primero. ¿Por qué, pues el mundo se perdió debido al pecado de Adán?
3- ¿En qué forma el estudio de la vida de Eva refuerza nuestra fe?

EVODIA Y SÍNTICA
"Ruego a Evodia y ruego a Sintique, que sean de un mismo sentir en el Señor."
Léase Filipenses 4. Las mujeres hicieron un gran papel en la introducción del Cristianismo en el mundo pagano. Pablo, desde el comienzo de sus cartas a sus últimas palabras de despedida, nos da nombres de mujeres, que tenían gran influencia en la vida de la Iglesia. En Roma solamente hay Febe, de Cencrea, María «la cual ha trabajado mucho por nosotros», Trifena y Trifosa «las cuales trabajan en el Señor»; vimos a Persida, que merece un comentario similar y Julia, una hermana de Nereo. Vimos especialmente a Priscila en varios puntos. A Lidia. Y aquí se nos mencionan a dos mujeres de influencia, Evodia y Sintique, de las cuales Pablo dice también que «han combatido conmigo juntamente en el evangelio, con Clemente y otros colaboradores».

Las dos serían de los primeros convertidos de Filipos, cuando Pablo llegó a la ciudad. Se ofrecieron a ayudar a Pablo, de modo evidentemente eficaz. No ya una llamarada de entusiasmo, sino trabajo persistente, tenaz, difícil, perseverando en sus esfuerzos para establecer la iglesia de Filipos.

No tenemos idea de la causa de la disensión entre Evodia y Sintique. Lo que sí sabemos, que los efectos de la misma tenían que ser destructores para la iglesia. No sabemos si había diferencias doctrinales entre las dos o un puntillo o celos de carácter personal. Otra vez vemos al maligno azuzando a una hermana contra otra, como en el pasado había jugado con Caín. Todo ello era en deterioro de la obra y el crecimiento de la congregación.

¿Qué hace Pablo sobre ello? ¿Encogerse de hombros, y permitir que la pugna continúe indefinidamente. Esto deshonra el nombre del Señor y es un escándalo en la Iglesia. Esto estorba también la obra de la gracia en ambas. Cuando hay reyertas entre personas influyentes se forman facciones en la congregación, pues los unos se ponen en favor de uno y los otros de otro. Estas rencillas habrían terminado con la congregación.

Pablo interviene. Los que han sido comprados por el Señor deben persistir unánimes en la mentalidad de Cristo. En el versículo mencionado exhorta a que hagan las paces. Esta disensión halla eco en la Epístola en otros puntos. Sin duda, Pablo se refiere también a la misma cuando dice en el capítulo 2: «Por tanto, si hay alguna exhortación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable y compasivo, completad mi gozo, siendo de un mismo sentir, teniendo el mismo amor, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por rivalidad o por vanagloria; antes bien en humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo (v v. 1-3).

Hemos de suponer que esta disensión se resolvió, pero podría haberse transformado en una conflagración que habría destruido la iglesia. Esto ha ocurrido más adelante en numerosas ocasiones.

Es por esto que las advertencias del apóstol son válidas incluso hoy. Nos impulsan a procurar que estas contiendas se apaguen por todos los medios posibles y se efectúe la reconciliación y restablezca la unidad.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión :
1. ¿Qué mujeres tuvieron un papel importante en la propagación de la Iglesia de Cristo?
2. ¿Cuál era la relación entre Evodia y Sintique?
3. ¿Qué hizo Pablo para resolver sus diferencias?

HERODÍAS
"Ella salió y le dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella contestó: La cabeza de Juan el Bautista". (Marcos 6:24)
Léase Marcos 6:14-21. Herodías era de Edom, descendiente de Esaú. Herodías era en realidad la mujer del hermano de Herodes, Felipe, un príncipe, pero que había sido desheredado por su padre. Felipe y Herodías vivían en Roma. Como resultado de una visita de Herodes a Roma durante la cual se hospedó en casa de su hermano, Felipe se vio privado de su esposa. Herodías le abandonó para irse con Herodes. Pero, Herodes también era casado con una princesa de Arabia, lo cual era otro obstáculo al matrimonio de los dos.

Herodes rechazó a su esposa. Herodías entró en el palacio como reina. Sólo un hombre se atrevió a protestar públicamente de toda esta inmoralidad: Juan el Bautista. Herodes lo mandó encerrar y es de suponer que, por temor a mal quistarse con el pueblo prefirió dejarlo en vida. Herodes era capaz de cualquier crimen, pero era taimado y probablemente supersticioso. No le cabía duda que Juan era un profeta.

Herodías no tenía escrúpulos y sabía perfectamente que su peor enemigo era Juan el Bautista. En tanto el viviera su situación como favorita estaba en peligro. Siempre cabía la posibilidad de que Juan influyera en Herodes de modo desfavorable para ella.

La ambición de Herodías carecía de límites. Lo mismo su orgullo. Habría urdido toda clase de planes para librarse de Juan. Por fin se presentó la ocasión perfecta. Herodes se había puesto en una trampa de la que no pudo escapar. La hija de Herodías, a instigación de su madre pidió, como recompensa de haber danzado de forma que soliviantó las pasiones de aquel viejo zorro, la cabeza de Juan. Juan fue degollado.

Herodías era para Herodes algo semejante a lo que Jezabel era para Acab. En ambos casos la mujer tenía aún menos escrúpulos que el marido. Jezabel odiaba a Elías; Herodías a Juan. Sólo el final de la historia es distinto. Jezabel pereció sin consumar su venganza sobre Elías. Juan sucumbió en manos de Herodías.

El corazón de una mujer decidida al mal no se queda atrás respecto al corazón de un hombre. Cuando se entrega al pecado, pasa a ser un instrumento de Satanás con no menos perfidia y bajeza. Hoy no suelen ocurrir dramas de semejante violencia, por lo menos en los medios habituales en que transcurren nuestras vidas. Sin embargo no es menos verdad que la influencia de una mujer puede ser seguida y descubierta en la conducta de muchos hombres de responsabilidad. La historia nos presenta numerosos ejemplos de mujeres de este tipo que dieron lugar a persecuciones religiosas crueles e incontables víctimas. Basta con que recordemos los casos de Fernando I el Católico de España y Luis XIV, en Francia, cuyas esposas Isabel y Mme. de Maintenon, respectivamente, dieron lugar a la Inquisición en España y a la Revocación del Edicto de Nantes, en Francia. Ambas decisiones causaron millares de víctimas entre los judíos conversos y los protestantes o reformados en España y entre los hugonotes en Francia.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión
1. ¿Cuál fue el primer acto pecaminoso cometido por Herodes y Herodías juntamente?
2. ¿Qué nuevos actos del mismo tipo cometieron los dos después?
3. ¿Qué pasión instigó a Herodías para cometer estos acto.

HULDA
«Entonces fueron el sacerdote Hilcías y Ahicam, Acbor, Safán y Asaya a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la parte nueva de la ciudad, y hablaron con ella» (2 Reyes 22:14).

Léase: 2 de Reyes 22:14-20; 2 de Crónicas 34:21-33. Hemos visto a varias mujeres ocupando posiciones eminentes en la historia de Israel. Incluso el trono de Judá fue ocupado por una reina durante varios años: Atalía. No hemos visto a ninguna mujer que fuera llamada profetisa, sin embargo, excepto a Débora. Débora subió a su cargo militar en una época en que los hombres parecían haber perdido el vigor. Ella les sirvió de inspiración. En esta época de desbarajuste en Israel y Judá, vemos a dos mujeres asumiendo posiciones clave en los asuntos del estado. Josabat, preservando el linaje real en una acción atrevida, cuando los hombres no daban la cara. Huida, testificando el nombre de Jehová.

En el culto de Israel sólo los hombres podían ser sacerdotes. Incluso el cordero sacrificial tenía que ser macho, no hembra. En el mundo pagano las mujeres han ocupado lugares prominentes en los círculos religiosos, adivinadores, pitonisas y sibilas. El oráculo en Delfos y en Pitia estaba a cargo de una mujer. La mujer tiene una poderosa imaginación y sensibilidad. Tiene una mayor intuición que el hombre, y al parecer puede recibir raptos y éxtasis con tanta o mayor facilidad que los hombres. En la historia del pueblo judío hay muy pocas mujeres que descuellen como profetisas. Vemos una en el reino de Josías.

Los esfuerzos de Huida parecen haber sido bendecidos. Ezequías había, finalmente, reaccionado contra la disolución moral y espiritual que había seguido después de Atalía. Pero esta reacción se había ido ya desvaneciendo. Bajo Manasés había desaparecido y el clima moral era pésimo. A su muerte la reforma era necesaria.

Entonces aparece la figura de Josías, un reinado largo y hermoso, probablemente bajo la inspiración de Jedida pero de modo especial de la profetisa Huida, que animó al rey a reformar las condiciones paganas del estado. Hulda era una mujer campesina corriente. Estaba casada con Salum, del cual no sabemos nada más. A pesar del humilde origen de Hulda, tenía gran reputación, pues el rey envió al sumo sacerdote y otros ministros a que inquirieran de ella cuál era la voluntad de Dios. Y el relato nos indica que gracias a su profecía Josías fue inducido a renovar el pacto con Jehová.

Aun hoy quedan Huldas, mujeres que se han hecho líderes de causas que parecían del todo perdidas. En nuestros días de decaimiento de la iglesia necesitamos nuevas Huldas que hagan la misma magnífica labor.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿Por qué las mujeres, entre ellas Hulda, adquirieron prominencia en ciertos casos en Israel?
2. ¿En qué forma servía Hulda?
3. ¿En qué forma es un ejemplo para nosotros?

JAEL
«Bendita sea entre las mujeres Jael, mujer de Heberceneo; entre las mujeres que habitan tiendas, bendita sea» (Jueces 5:24).

Léase: Jueces 4:17-24; 5:24-31. Jael nos recuerda a Judít de Betulia, que hundió una espada en el cuello de Olofernes mientras estaba durmiendo.

Jael era La esposa de Heber, ceneo. Los ceneos, no eran verdaderos israelitas, sino los descendientes de la esposa de Moisés. Como eran un pueblo nómada, vivían en tiendas. En los días de Débora se hallaban acampados al pie del monte Tabor. Estas tiendas estaban situadas cerca del lugar en que Barac y Débora habían destruido el ejército de Jabín con sus novecientos carros herrados. Jabín había permitido a los ceneos que se asentaran en su territorio porque esperaba que se harían aliados suyos contra los israelitas. Pero Jabín se equivocó, porque los ceneos se pusieron del lado de Israel.

Jael se consideraba también como aliada de Israel. Se gozó cuando supo que Barac había derrotado a Sisara. Jael recabó para sí el honor que Barac habría deseado para sí. Con su propia mano, como un juicio de Dios, Sisara, el cruel opresor de Israel fue clavado en la tierra por medio de una estaca que le atravesó las sienes. Hemos leído en Jueces 4:9 que Débora ya le había dicho a Barac: «No será tuya La gloria de La jornada que emprendes, porque en mano de mujer entregará Jehová a Sisara.» Por ello, Débora en su cántico entona alabanzas a Jael: «Bendita sea entre las mujeres que habitan tiendas, bendita sea.»
Digamos de paso, que los comentaristas coinciden en afirmar que Jael mató a Sisara no como un impulso personal, sino porque el celo por Jehová movió su mano. Esto no significa que su acción pueda compararse a la de David cuando mató a Goliat, pues éste lo hizo dando La cara. Dios ayudó a David. Jael no podía confiar en La misma forma en Dios. Aunque se sintió impulsada a eliminar a un enemigo reconocido de Dios y de su pueblo, le faltaba la fe de que Dios la ayudara y por ello atacó a Sisara a traición.

El relato de Jueces nos dice que después de haberle hablado ofreciéndole seguridad en su tienda, le cubrió con una manta, le dio de beber leche y se avino a vigilar a La puerta de la tienda para despistar a los que pudieran inquirir por Sisara. En vez de hacerlo, tomó una estaca de La tienda y con un mazo se acercó a Sisara calladamente y le metió la estaca por las sienes y lo dejó clavado en el suelo.

Jael mató a Sisara como un asesino mataría a su víctima, no como un campeón del Señor destruiría a los enemigos. Es bueno tener celo por Dios, pero no es posible elogiar el medio usado por Jael.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1 ¿En qué forma estaba relacionada Jael con el pueblo de Israel?
2 ¿Podemos considerar como noble el acto de Jael?
3 ¿Si hubieras estado en lugar de Jael, habrías llegado al extremo de matar a este rey?
4 ¿Perduró la fama de Jael, en el pueblo de Israel, como resultado de este hecho?

JEZABEL
«A la verdad, ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel, su mujer, lo incitaba». 1 de Reyes 21:25.

Léase: 1.A Reyes 21. A los ojos de Jesús, Sidón y Tiro fueron calibradas como equivalentes a Sodoma y Gomorra. Eran ciudades dedicadas al comercio, ricas y prósperas, centros de vicio y de impiedad. Jezabel procedía de Sidón. Era una princesa, la hija del rey de Sidón. Ya se puede comprender su reacción, acostumbrada a una vida licenciosa y refinada, cuando se trasladó a un ambiente rural, Jezreel, ciudad en que la vida era simple y austera en comparación, donde se hacían esfuerzos para vivir al servicio de Jehová.

La religión judía no era pura. Jeroboam había vuelto a organizar el servicio al becerro de oro pero también había el culto a Jehová. Samaria era intolerable para Jezabel, tal como era. Por ello, al ver que Acab, su marido, era un hombre sin carácter, ni voluntad, decidió tomar las cosas bajo mano. Sustituyó poco a poco el culto de Jehová por el culto a Baal. Suprimió el primero, simplemente, eliminando a los profetas. Y con ello empezó la lucha a muerte entre Elías y Jezabel. Jezabel era la que instigaba el mal que Acab permitía.

Aparecieron templos a Baal por todas partes, con sacerdotes vestidos en preciosos atuendos. Banquetes, festividades, y el pueblo seguía ávidamente todos estos festejos. Entretanto, el culto de Jehová quedó prácticamente suprimido. Los profetas fueron asesinados. Elías tuvo que huir, y no creía que hubiera en Israel ningún hombre que no hubiera doblado su rodilla ante Baal, excepto él mismo.

La lucha inexorable contra Jezabel llevada a cabo por Elías, que culminó con el milagro del Carmelo, es bien conocida y ahora no nos afecta. Pero si podemos decir unas palabras más sobre Jezabel. Era una mujer sin conciencia y sin corazón. Su arrogancia y su sensualidad no conocían límites; habían acallado la voz de su conciencia. Persiguió a muerte sistemáticamente los profetas de Jehová. Puso a muerte a Nabot para apoderarse de su viña, con acusaciones falsas. Y cuando Acab fue herido mortalmente por una flecha y Jehú se dirigió a Jezreel se posó indiferente a la ventana (2.a Reyes 9:30) con aires seductores. Jehú ordenó que la echaran ventana abajo.

Jezabel se nos aparece como una mujer repulsiva. Todo su refinamiento sólo le sirvió para comportarse de modo más brutal. Para hundirse más en el pecado. Incluso el malvado Acab queda pálido ante la perversidad de Jezabel. El eterno juicio será sobre ella peor que el que recibió en la tierra: defenestrada, pisoteada por los caballos y comida por los perros. Cuando intentaron sepultarla no hallaron de ella más que los huesos de la calavera, los pies y las palmas de las manos.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿En qué ambiente se crió Jezabel?
2. ¿Qué planes hizo y llevó a cabo?
3. ¿Afectó su vida el curso de la historia de Israel?

JOCABED
"Por la fe, Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses". (Hebreos 11:23).

Léase: Éxodo 2:1-10; 6:20. Jocabed ha sido incluida en Hebreos 11 entre "la gran nube de testigos" cuyas vidas y actividades dieron testimonio de su fe. Era de la tribu de Leví. De Éxodo 6:20 deducimos que sería de mayor edad que su marido Amram, pues era su tía. Un matrimonio así fue prohibido más tarde, pero durante el período de la confusión de Egipto fue permitido.

Era el tiempo en que Faraón ordenó que los hebreos echaran los hijos varones recién nacidos en el Nilo. Jocabed tenía, por lo menos, dos hijos: uno, Miriam o María, ya crecida para este tiempo. Otro, Aarón, un rapaz de tres años. Otra vez queda en cinta. Quizás había orado para no volver a quedar en cinta, a fin de evitar una tragedia. Pero con el hijo en camino, quizá desearía que fuera otra niña. Si fuera un niño no sería posible resistir la orden de darle muerte. No es difícil imaginarse la lucha interna en el corazón de Jocabed durante estos meses de embarazo. Y cuando al fin ha dado a luz la respuesta es: "Sí, es un niño."Pero el dolor maternal transforma a Jocabed en una heroína. Va a luchar por el hijo. Esta decisión fue remachada al ver que el niño "era hermoso" (Éxodo 2:3, Hechos 7:20 y Hebreos 11:23). ¿Hermoso? ¿Que madre no considera que su hijo es hermoso? Pero Hechos 7:20 añade unas palabras que nos dan más luz: "Hermoso a los ojos de Dios."
Jocabed captó esta hermosura, algo del otro mundo, celestial, resplandeciendo en las facciones del niño. Jocabed pensaría que aquel pequeño ser que descansaba en su regazo había sido enviado directamente por Dios. Era una intuición que adivinaba el propósito divino. La fe se mezcló con el amor, y armada de los dos decidió que tenía que salvar el niño a toda costa.

No sabemos cómo consiguió esconder al niño Moisés durante sus tres primeros meses. La imaginación de una madre hace prodigios. Pero llegó pronto el momento en que el niño, robusto y sano, habría llamado la atención de alguien con sus lloros y gritos. "No pudiendo, pues, ocultarle más tiempo, tomo una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río." María se quedó a una corta distancia observando. El resto todo el mundo lo sabe. Al ocurrir el maravilloso salvamento. "¡Madre, madre!", correría alocada a su casa. "Una señora muy importante quiere que críes a Moisés."
Es imposible describir con palabras el dolor y angustia que sufren algunas madres por sus hijos. El dolor en el parto, el ver al niño enfermo en la cuna con el rostro ardiente por fiebre, la ansiedad del futuro incierto que se cierne sobre ellos, y sobre todo saber que han traído al mundo un ser con un alma y tienen que dar cuenta de ella a Dios por la forma en que lo han criado. Pero, ¡oh!, el gozo de poder decir, como decimos de Jocabed: "Su fe salvó al niño."
Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿Cuál es el rasgo más notable de la vida de Jocabed?
2. ¿Cuál fue la recompensa de su fe?
3. ¿Qué podemos aprender de su vida que robustezca nuestra propia fe?

JOSABAT
«Pero Josabat, hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de dormir y de esta manera no lo mataron» (2.’ Reyes 11:2).

Léase: 2. REYES 11. En la relación que hemos hecho antes de Atalía vimos cómo trató de exterminar a toda la descendencia real de la casa de David, y consiguió eliminar a todos los descendientes masculinos de Joram, menos un nieto. Este se salvó gracias a la intervención de Josabat.

Como vemos en el versículo anterior, Josabat, hermana de Ocozías, salvó a Joás, su sobrino, «mientras estaban matando a sus hermanos», y llevándoselo con su ama lo escondió en una de las habitaciones de su propia residencia. Josabat era la esposa del sumo sacerdote Joiada, y por tanto residía en el templo. El poder real no tenía prerrogativa para investigar el templo, y por tanto estaba seguro; aparte de que este hecho fue realizado sin que se diera cuenta Atalía.

Satán usó a Atalía para ver de eliminar toda la simiente de David si fuera posible. De conseguirlo habría puesto serias dificultades al cumplimiento de la profecía de que el futuro Mesías procedería del tronco de David. Pero Dios frustró los planes de Atalía.

Josabat era una mujer sencilla, llena de fe. Aunque hija del rey se casó con Joiada, un descendiente de la tribu de Leví. No conocemos detalles de la estancia de Joás bajo la protección de Josabat, pero hemos de suponer que el ama de leche de Joás era también temerosa de Dios. Ya vimos que Joás fue proclamado rey seis años después.

Josabat es una figura recordada con cariño por la Iglesia del Nuevo Testamento. No interesada en la vida fastuosa de la corte, aunque hermana del rey se casó con un sacerdote y vivió la vida semi recluida del templo. Era, probablemente una mujer de gran calma interior, pero con la mente clara, que supo cómo actuar cuando los hombres se mostraban indecisos. Se hizo cargo de la gravedad de la situación y arriesgándose al peligro de que llegara a oídos de Atalía lo que había hecho, no vaciló en su acto heroico.

Su valor se contagió al marido que, seis años después, fue el que tomó la iniciativa y fue el brazo ejecutor de la sentencia de Dios sobre Atalía.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿En qué forma fue amenazada la venida del Redentor a través del tronco de David como había sido profetizado?
2. ¿Cómo salvó al joven príncipe?
3. ¿Influyó su valor en los actos del marido más adelante?

JUDIT Y BASEMAT
"Y fueron amargura de espíritu a Isaac y a Rebeca." Génesis 26:35
Léase: Génesis 26:34, 35. Esaú escogió también dos esposas para sí. Eran Judit y Basemat, las dos doncellas de los heteos, esto es, procedían de familias cananeas, y estaban acostumbradas a las idolatrías con que los habitantes originarios de Canaán provocaron al Señor. El matrimonio de Esaú representa, pues, una ruptura de la fe. Sabía muy bien Esaú que estos matrimonios iban en contra de la vocación que había recibido su pueblo al salir de Ur de los Caldeos hacia Canaán.

Abraham había salido con su familia de Ur, para evitar la idolatría de Mesopotamia, y habían sido enviados a Canaán, donde la idolatría alcanzaba proporciones mucho más escandalosas. Los habitantes de esta hermosa tierra carecían de todo vestigio de temor a Dios. Era algo degradante y que profanaba la confianza que Dios había puesto en la familia el que Esaú quisiera tomar esposas de estas familias malditas. Era inevitable que él mismo se contaminara, y en efecto, fue causa de que la idolatría penetrara en la familia santa.

Judit y Basemat tienen, pues, en la Escritura la mala fama de ser puestas como ejemplo del tipo de mujer que el hijo de una familia que teme a Dios no puede recibir por esposa. No se nos dice nada, naturalmente, de estas dos mujeres personalmente, excepto su origen, y el hecho que este matrimonio de Esaú fue causa de "amargura de espíritu" para sus padres. Es posible que fueran dos mujeres atractivas y razonables. No hay razón para que tengamos que creer que Esaú escogería mujeres indeseables. Hemos de creer que la pena que alcanzó a Isaac y Rebeca procedía del hecho de sus creencias idolátricas, y la forma pecaminosa de vida que esto implicaba.

Isaac y Rebeca estaban perpetuando las tradiciones de Abraham y Sara en su hogar. Vivían una vida quieta y piadosa. Ahora, ya en su ancianidad, aparecieron estas dos mujeres que no tenían el temor de Dios en su corazón. Tenían tendencias sensuales y paganas, lo que hoy llamaríamos mundanalidad, que chocaba con la piedad de los padres. Por ello, sus últimos años, los pasaron en amargura.

Este relato ha sido incluido en las Sagradas Escrituras para beneficio de la Iglesia de Dios. Con demasiada frecuencia la Iglesia ve que hay jóvenes cristianos que se quedan entrampados en las redes de mujeres mundanas, que no conocen ni a Dios ni al Salvador, y que queman incienso a los ídolos del mundo. Estos matrimonios suelen acabar siendo aflicción para los padres. La influencia de los padres va disminuyendo, y la de estas mujeres infieles va siendo lo que marca el tono de la nueva familia. El nombre y la Cruz de Cristo son profanados por su manera de vivir. Es raro que se perpetúe en los hijos el temor del Santo Nombre.

Esaú, con su Judit y Basemat, por tanto, son como una luz roja, indicando peligro a la familia de cada cristiano. El mal pernicioso que resulta de estos matrimonios ha de ser evitado en la comunidad del pueblo de Dios. Los padres piadosos yerran cuando rehúsan apagar este fuego en sus inicios en el hogar. Cuando abandonan a sus hijos a toda clase de asociaciones pecaminosas, luego el intento de amonestarles ya no surte efecto. Es imposible contrarrestar las malas influencias cuando están en marcha los resultados. Los padres intentan arrancar las malas hierbas, pero no evitaron que fueran sembradas: para entonces suele ser tarde. Desde la infancia a la madurez la semilla de la Iglesia de Dios debe ser mantenida dentro del temor del Señor y debe permanecer apartada de la asociación con influencias idolátricas.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1.    ¿Qué podemos aprender de esta meditación relativa al matrimonio fuera de los círculos cristianos?
2.    ¿Sanciona la poligamia el hecho que Esaú tuviera dos mujeres?
3.    ¿Encontró solaz y satisfacción Rebeca en la compañía de sus dos nueras?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6