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La Cienciología: un imperio a la caza de famosos
La última víctima de esta secta fue Katie Holmes, quien
decidió separarse de su esposo, el actor Tom Cruise, consagrado
integrante de esta organización religiosa.
Desde algún lugar en Nueva York, Katie Holmes
respira tranquila. Camina libremente por las calles de la gran ciudad y
de vez en cuando voltea a ver si algún paparazzi la está siguiendo. En
su mano, ya no brilla ningún metal y se siente liberada.
Es que la popular actriz ha decidido romper de buena manera toda relación con Tom Cruise,
al que le ha pedido oficialmente el divorcio. Sin ningún anillo de por
medio, para seguir con su proyecto de vida, Holmes también ha solicitado
al actor de 50 años la custodia de Suri, la hija que tienen en común. “Quiero salvarla de la Cienciología”, reveló ella a uno de sus allegados.
Cruise es considerado hoy por hoy uno de los miembros más importantes de la Cienciología,
organización a la que involucró, ahora se sabe que a la fuerza, a
Holmes. El último de sus objetivos iba a ser la hija en común, que iba a
destinarla a la 'Sea Organization', descrita como un campo de entrenamiento.
Entre los varios motivos de rompimiento de la pareja que, hasta hace
poco era considerada la más estable, se encuentra el que el protagonista
de ‘Misión imposible’ se haya aferrado obsesivamente a la Cienciología,
al punto de obligar a su hija a que sea una fiel devota.
La actriz denunció que venía siendo perseguida por esta iglesia. Ella
aceptó la religión de su marido desde el principio pese a estar
bautizada bajo el símbolo del catolicismo en Ohio. Sin embargo, su boda,
celebrada en 2006 en un castillo italiano, se rigió por el rito de la cienciología y hasta ahora la actriz nunca había confesado sus discrepancias.
Según cuentan, hace 75 millones de años un soberano galáctico llamado Xenu confinó en la Tierra a los "thétanos",
malos espíritus que hasta nuestros días infectan las psiqués de los
hombres provocando males que solo “pueden curarse con mucho dinero y
sesiones de ‘clarificación’.
Esto es en resumen el postulado de la Cienciología, una secta que ha conquistada con mensajes de vida eterna y curación pura a estrellas de cine, empresarios y políticos en el mundo.
Tom Cruise, Dustin Hoffman, Nicole Kidman, Oliver Stone, Constantin
Costa Gravas, Larry King, Mario Puzo, Aaron Spelling, Gore Vidal... son
algunas de las personalidades que pertenecen a esta organización.
UN POSTULADO ENTRE CIENCIA, RELIGIÓN Y RIQUEZA
Su fundador es Ron Laffayette Hubbard,
un escritor de ciencia ficción que nació en Nebraska en 1911. Con el
fin de captar adeptos, Hubbard mezcló la fantasía de sus novelas con la
realidad consiguiendo un negocio fructífero, a lo que podría llamarse
hiperrealidad.
Su obra más conocida "Dianética: La ciencia moderna de la salud mental",
es un gran manual para poder liberar de “de nuestras psicosis si nos
enfrentamos a los incidentes traumáticos o enagramas que bloquean
nuestra mente".
Hubbard dice que para lograr esto hay que seguir al pie de la letra
cinco pasos, que con muy costosos, ya que “implica una audición con la
ayuda de un audímetro que valdría entre 5 mil y 10 mil dólares. Eliminar todos los traumas de las personas costaría alrededor de 80 mil dólares.
Para asegurar su “fortuna”, el novelista habría creado Sterling Inc., una rama de la secta que chantajeó a odontólogos “adictos a las drogas”.
Criminon, por ejemplo, es un programa que aseguran
ofrece un “tratamiento efectivo” de rehabilitación de criminales “que
resuelve las razones por las cuales una persona cambia a una vida
criminal”.
Otra sociedad es Narconon, que pretende acabar con la adicción a las drogas “ayudando al aquejado a recuperar su vida y sus lazos familiares.
La cienciología divide la vida de las personas en dinámicas. ¿Existe un Dios? Para ellos, denominan a un ser supremo como 'La octava dinámica' y aseguran que “la forma correcta de definirla es como infinito”.
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6