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biblias y miles de comentarios
Dando la batalla contra el mundo de las tinieblas...
D
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esde
el casería se apreciaba un hermoso valle, con un río que serpenteaba la
planicie como una enorme
cinta de plata que brillaba intensamente con el sol del mediodía. Y
en un espacio tan pequeño, de casas grandes junto a callecitas
empedradas, cualquier incidente—por pequeño que fuera--, se
difundía con una rapidez extraordinaria.
“La dueña de la tienda
está endemoniada”, comentaban, al tiempo que otro fue más
específico e informó: “La invitaron a una sesión de tarot, donde Juana
la bruja, y después de eso llegó diferente a su casa. Dicen
que grita como un condenado y permanece mirando indiferente en
cualquier punto recóndito. Perdida, totalmente. No la pueden detener ni
varios familiares juntos”.
--No puedo hacer nada
por ella—sentenció el líder religioso del pueblo--. Recomiendo que la lleven a la capital, donde nuestro Obispo--.
La familia estaba
angustiada. El esposo había ido a cuanto yerbatero le recomendaban.
Incluso, un viernes en la noche y a raíz de las presiones de algunos
vecinos, la bañaron con agua de hierbas al filo de la
medianoche. No sirvió de nada. Ella seguía peor.
--Antes que tanta
superchería, lo que ella necesita es liberación espiritual—dijo Rosaura, una mujer del grupo de oración de una congregación evangélica—Vamos a orar por ella y a ordenarle a Satanás que
la deje libre de toda atadura--.
Muchos creyeron que estaba
más desconectada de la realidad que la propia endemoniada. “Es una fanática religiosa”, decían.
Los cristianos debemos prepararnos para batallar contra el mundo de las
tinieblas…
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Rosaura
se apropio del caso. Concertó con la familia para ir una tarde a
interceder por la señora. Fue una
ministración que duró dos horas. Una batalla sin cualquier; no
obstante el resultado fue altamente satisfactorio. ¡Quedó libre!
Una líder de una iglesia pequeña, sin profundos conocimientos teológicos, pero con el convencimiento de
que contaba con la autoridad de Cristo para echar fuera al mismo demonio, como debiéramos hacer nosotros.
Preparados para la batalla
Libramos una batalla espiritual permanente con las fuerzas del mal. No es contra Satanás únicamente, y
como muchos creen, incluso bajo el presupuesto mental de que “El diablo se mantiene bastante ocupado, y si no me meto con él, él tampoco se mete conmigo”.
¡Tremendo error! Nuestro
enemigo siempre está en procura de ponernos tropiezo. Maquina
permanentemente las estrategias para que experimentemos una caída o
revés espiritual. O sencillamente busca que lleguemos a un
desierto de estancamiento en el proceso de crecimiento personal y
espiritual.
Además de habilidoso, él
cuenta con un ejército de ángeles caídos, los mismos a los que
sedujo y llevó a una rebelión contra el Creador (Cf. Apocalipsis 12:3,
4). La Biblia identifica al dragón como Satanás mismo
(Apocalipsis 12:9). Él se opone al plan salvífico de Dios.
Dominio sobre regiones
Aunque
millares de personas manifiestan escepticismo sobre el dominio
territorial que ejerce Satanás, es
evidente. ¿De qué otra manera se explica que en un país, sector o
ciudad prevalezcan el ocultismo, la violencia, la drogadicción, la
prostitución y la miseria, entre otros fenómenos
sociales?
El evangelio de Marcos
relata que el Señor arribó a la región de Gadara, junto al mar de
Galilea (Marcos 5.1), una zona gobernada por fuerzas de maldad. Igual
ocurre con muchas áreas geográficas: el adversario
espiritual ha tomado fuerza y es necesario recordarle que Cristo ya
lo venció a él y a todas sus huestes. Están derrotados por la obra del
amado Señor Jesús en la cruz.
Dominio sobre personas
Quien vive al margen de Dios, está bajo el influjo del pecado y abre puertas al ocultismo, ofrece las
condiciones propicias.
Ejercemos dominio, en el poder de Jesucristo, contra el mundo de las
tinieblas…
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El relato del evangelio de
Marcos refiere que un endemoniado salió al encuentro del Señor
Jesús. Alguien que habitaba los sepulcros y cuya atadura era tan fuerte
que “Este hombre vivía
en los sepulcros, y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con
cadenas. Muchas veces lo habían atado con cadenas y grilletes, pero él
los destrozaba, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Noche y
día andaba por los sepulcros y por las colinas, gritando y
golpeándose con piedras. Cuando vio a Jesús desde lejos, corrió y se
postró delante de él.”(Marcos 5:3-5, Nueva Versión
Internacional). Pese a la agresividad del ente del mal que lo dominaba, se arrodilló ante el Maestro.
Lo mismo ocurre hoy día:
las potestades demoníacas no pueden resistirse a un creyente que
ejerce su autoridad en Cristo. ¡Es hora de que resistamos al diablo y a
sus huestes en el poder de Jesucristo!(Cf. Versículos 7,
8)
No podemos ser permisivos
ni marginarnos de lo que está haciendo el diablo para impedir el
plan de Dios. El adversario espiritual está derrotado y debemos
recordárselo y pararnos en la brecha, como recomienda el apóstol:
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7 Reina Valera 1960).
Es imperativo que no
olvidemos mantenernos alerta, porque como advertía el autor sagrado: “Vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar; al cual resistid firmes en la fe…”(1 Pedro 5:8, 9 a Reina Valera 1960).
En el poder de Jesucristo
Ser
cristiano implica no solamente aprender, asimilar y poner en práctica
nuevos parámetros de vida que
den solidez al proceso de crecimiento personal y espiritual. Es
necesario que nos movemos en el poder de Jesucristo, ejerciendo la
autoridad que él nos ha delgado.
El propio Salvador
advirtió a sus discípulos y a nosotros hoy: “…he aquí, yo os envío como corderos en medio de lobos”(Lucas 10:3 Reina Valera
1960). Una vez regresaron los setenta misioneros, les aseguró: “He aquí os doy potestad de hollar
serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”(Lucas 10:19)
Usted y yo como cristianos, tenemos autoridad por el poder de
Jesucristo
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Como
soldados de Jesucristo estamos llamados a dar la batalla contra el
adversario espiritual. Lograremos
resultados si ejercemos la autoridad en Él: Vivir conforme a Su
voluntad, resistir al diablo y echarle fuera de cualquier persona o
territorio sobre el que gobierne.
Tenga presente, siempre, que el poder que hay en nosotros, Jesucristo mismo por la obra de Su Espíritu
Santo, es mayor que el de las fuerzas del mal: “Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es
más poderoso que el que está en el mundo.”(1 Juan 4:4, Nueva Versión Internacional)
Si Satanás sigue
atemorizando al mundo, haciéndole creer la mentira de que tiene
poder ilimitado, es porque se lo permitimos. Él está vencido. Cristo ya
hizo la obra en la cruz. Nos corresponde a nosotros asumir
el papel protagónico que asiste a todo soldado de Jesucristo. En
oración y recordándoselo, pierde terreno. La Palabra de Dios dice que
huirá de nosotros.
No depende tanto de Dios
como sí de nosotros, porque Él ya nos concedió autoridad. Láncese a
la batalla. Recuerde que en el amado Señor Jesús tenemos asegurada la
victoria. Un llamado final: Ejerza autoridad en Cristo
contra Satanás.
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6