Tweet biblias y miles de comentarios
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 29MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
DESARROLLO DEL SERMÓN:
El caso de Pedro
En Mateo14.22-33 vemos un buen ejemplo de cómo es posible progresar en la fe.En cierta ocasión los discípulos de Cristo navegaban en medio de una fuerte tormenta, pero el Señor se acercó a la barca y les dijo“Yo soy, no temáis”.
Pedro respondió diciéndole:“Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”, y el Señor dijo: “Ven”. Pedro obedeció, pero“ al ver el fuerte viento, tuvo miedo;y comenzando a hundirse, dio voces diciendo:“Señor, sálvame”.
El Señor accedió, pero lo reprendió diciendo: “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”
Notemos que la fe de Pedro necesitaba crecer, pues en realidad la fe no es un sentimiento pasajero sino la convicción o certeza absoluta de que Dios cumplirá lo que ha prometido.
Por consiguiente, en la vida cristiana es preciso aprender a confiar en Él, tanto en lo que consideremos demasiado fácil como en lo que aparentemente sea imposible. Y Pedro tuvo que aprender a andar por fe.
Diez pasos para progresar en la fe
Nuestro Padre sabe cómo fortalecernos espiritualmente y, a la vez, nos usará y nos bendecirá conforme a nuestra fe, como sucedió en el caso de los dos ciegos que recibieron la vista (Mt 9.27-31).
CONCLUSIÓN:
Dios desea que crezcamos en la fe y alcancemos todo nuestro potencial para glorificarle como Él merece.Nuestro Padre se deleita en ver que creemos en Él y dependemos de Él, al grado que quienes nos rodeen reconozcan su presencia en nuestra vida y comprendan su necesidad de creer en Cristo como su Salvador.
Evaluemos nuestra vida y veamos si guardamos o practicamos algo que no concuerda con nuestra condición como hijos de Dios y que perjudica nuestro crecimiento en la fe.Confrontémoslo con toda valentía y tomemos la decisión de eliminarlo con la ayuda y bajo la dirección del Espíritu de Dios.Él tiene planes sorprendentes para cada uno de nosotros que no debemos perder de vista.Por el contrario, sometámonos a
sus designios y no perdamos la oportunidad de experimentar la vida a su máxima expresión al amparo de su poder, su gracia, su bendición y su amor inagotable.
PASAJE CLAVE: Mateo 14.22-33 | LECTURAS DE APOYO: Mateo 9.27-31 | Fil 4.19 |1 Juan 2.6
INTRODUCCIÓN:
La vida cristiana es vida de fe
Al aceptar a Cristo como nuestro Salvador, nuestra vida eterna en el cielo quedó asegurada.
Desde ese momento comenzamos a andar como creyentes, lo cual implica que diariamente debemos crecer en la fe y “andar como Él anduvo”(1 Jn 2.6).
Pero no estaremos solos ni debemos hacerlo por nuestras propias fuerzas, debido a que habremos entrado en una relación continua con el Señor y podremos depender de su ayuda y dirección para lograrlo.Él mismo nos asegura que,
La vida cristiana es vida de fe
Al aceptar a Cristo como nuestro Salvador, nuestra vida eterna en el cielo quedó asegurada.
Desde ese momento comenzamos a andar como creyentes, lo cual implica que diariamente debemos crecer en la fe y “andar como Él anduvo”(1 Jn 2.6).
Pero no estaremos solos ni debemos hacerlo por nuestras propias fuerzas, debido a que habremos entrado en una relación continua con el Señor y podremos depender de su ayuda y dirección para lograrlo.Él mismo nos asegura que,
- primero:podremos llegar a conocerlo de manera íntima y personal;
- segundo, descubriremos su voluntad y propósito para nuestra vida;
- tercero, aprenderemos a escucharlo y obedecerlo;
- cuarto, experimentaremos su presencia, poder y sabiduría; y
- quinto, aprenderemos que la vida cristiana consisteen vivir y andar por fe.
DESARROLLO DEL SERMÓN:
El caso de Pedro
En Mateo14.22-33 vemos un buen ejemplo de cómo es posible progresar en la fe.En cierta ocasión los discípulos de Cristo navegaban en medio de una fuerte tormenta, pero el Señor se acercó a la barca y les dijo“Yo soy, no temáis”.
Pedro respondió diciéndole:“Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”, y el Señor dijo: “Ven”. Pedro obedeció, pero“ al ver el fuerte viento, tuvo miedo;y comenzando a hundirse, dio voces diciendo:“Señor, sálvame”.
El Señor accedió, pero lo reprendió diciendo: “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”
Notemos que la fe de Pedro necesitaba crecer, pues en realidad la fe no es un sentimiento pasajero sino la convicción o certeza absoluta de que Dios cumplirá lo que ha prometido.
Por consiguiente, en la vida cristiana es preciso aprender a confiar en Él, tanto en lo que consideremos demasiado fácil como en lo que aparentemente sea imposible. Y Pedro tuvo que aprender a andar por fe.
Diez pasos para progresar en la fe
Enfrentar y superar la adversidad y las pruebas. Dios nos desafía a superar cualquier obstáculo aunque todo parezca estar en contra nuestra. ¿Decidiremos darnos por vencidos o confiaremos en Él y le agradeceremos por contestar nuestras oraciones y fortalecernos?
Nuestro Padre sabe cómo fortalecernos espiritualmente y, a la vez, nos usará y nos bendecirá conforme a nuestra fe, como sucedió en el caso de los dos ciegos que recibieron la vista (Mt 9.27-31).
Entender la naturaleza de Dios. Él es digno de confianza, así como omnipotente, omnisciente, omnipresente, santo, amoroso y misericordioso. Debemos, entonces, esforzarnos por pasar tiempo con Él a fin de conocerlo a profundidad, disfrutar de su compañía y descubrir dimensiones de su carácter que hasta ahora desconocíamos.
Meditar en su Palabra. La Biblia es el combustible para nuestra fe.Si deseamos conocer lo que Dios piensa, cómo actúa y lo que puede hacer y hará, su Palabra es la fuente inagotable de sabiduría.Si meditamos diariamente en ella, nuestro Padre celestial hablará claramente a nuestra mente y corazón, nos protegerá y suplirá todo lo que nos haga falta (Fil 4.19).
Poner en práctica los preceptos de la Palabra de Dios. No nos será posible crecer en la fe si no aplicamos los preceptos de la Biblia.No obstante, si nos sujetamos a su voluntad, Dios nos capacitará para ser más que vencedores.Él complacerá nuestro deseo de seguirlos por lo que nuestra fe crecerá debido a que podremos ver su mano poderosa interviniendo en nuestras vidas.
Observar los caminos de Dios. Hay ocasiones en las que Dios permite que las adversidades nos ayuden a aprender a depender de Él.En otras, Él guarda silencio a fin de que nosotros ejerzamos paciencia.Además, Él utiliza situaciones aparentemente inoportunas o a personas que nosotros consideremos inútiles para sus propósitos, a fin de lograr sus deseos.Al familiarizarnos con su forma de actuar, nuestra fe crecerá y tendrá perspectivas mucho más amplias.
Observar su obra en las vidas de otros. Dios traerá a ciertas personas a nuestras vidas para influir en nosotros y desafiarnos a confiar en Él sin importar nuestras circunstancias.Al seguirles con atención y escuchar sus testimonios, nuestra fe será fortalecida y crecerá considerablemente.
Obedecer a Dios y dejar todas las consecuencias en sus manos. Creer en Dios, conforme se nos indica en Hebreos11.6 es la expresión perfecta de la fe, pues significa que a pesar de lo que eso demande de nosotros, le obedeceremos con la plena confianza en que suceda lo que suceda Él cumplirá sus promesas.
Si de todo corazón creemos en este principio y actuamos conforme a su voluntad, Él nos bendecirá abundantemente.
Si de todo corazón creemos en este principio y actuamos conforme a su voluntad, Él nos bendecirá abundantemente.
Recibir respuesta a nuestras oraciones.
Debemos orar con expectación de su contestación, con santa osadía, diligencia, persistencia y con seguridad absoluta de que nuestro Padre celestial suplirá todo lo que nos haga falta.A semejanza de cualquier padre, que se lanza a rescatar a su hijo cuando parece que va a ahogarse, Dios desea que sus hijos confíen en Él y nos tiende su mano, firme y segura cuando estamos ante algún peligro.
Debemos orar con expectación de su contestación, con santa osadía, diligencia, persistencia y con seguridad absoluta de que nuestro Padre celestial suplirá todo lo que nos haga falta.A semejanza de cualquier padre, que se lanza a rescatar a su hijo cuando parece que va a ahogarse, Dios desea que sus hijos confíen en Él y nos tiende su mano, firme y segura cuando estamos ante algún peligro.
Adorar a Dios. Al cantar nuestras alabanzas al Señor tenemos la oportunidad de expresar toda nuestra confianza en Él, pues proclamamos el poder y la grandeza de nuestro Padre celestial.
Recordamos, también, todas las maneras en las que Él ha demostrado su fidelidad hacia nosotros, lo cual contribuye a ratificar nuestra dependencia de Él en todo momento y circunstancia.
Recordamos, también, todas las maneras en las que Él ha demostrado su fidelidad hacia nosotros, lo cual contribuye a ratificar nuestra dependencia de Él en todo momento y circunstancia.
Confesarle nuestros fracasos en la fe. Si hemos fallado, Él no nos rechazará.Si se lo confesamos, Él estará dispuesto a perdonarnos y brindarnos otra oportunidad. Luego, al experimentar su amor incondicional, nuestra confianza en Él aumentará y nos permitirá continuar creciendo en nuestro caminar como creyentes bajo la dirección y control del Espíritu Santo.
CONCLUSIÓN:
Dios desea que crezcamos en la fe y alcancemos todo nuestro potencial para glorificarle como Él merece.Nuestro Padre se deleita en ver que creemos en Él y dependemos de Él, al grado que quienes nos rodeen reconozcan su presencia en nuestra vida y comprendan su necesidad de creer en Cristo como su Salvador.
Evaluemos nuestra vida y veamos si guardamos o practicamos algo que no concuerda con nuestra condición como hijos de Dios y que perjudica nuestro crecimiento en la fe.Confrontémoslo con toda valentía y tomemos la decisión de eliminarlo con la ayuda y bajo la dirección del Espíritu de Dios.Él tiene planes sorprendentes para cada uno de nosotros que no debemos perder de vista.Por el contrario, sometámonos a
sus designios y no perdamos la oportunidad de experimentar la vida a su máxima expresión al amparo de su poder, su gracia, su bendición y su amor inagotable.
DOWNLOAD HERE>>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6