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Una Edificación Muy Especial para Dios: Nehemías
¡De Rodillas!
Nehemías 1:1-11a
Cuando era niño, uno de mis
pasatiempos favoritos era jugar “sigue al líder” y solía pasar largos períodos
de tiempo entretenido con mis amigos. Teníamos que estar dispuestos a seguir a
quien iba al frente en todo lo que nos dijera, lo que a veces nos ponía en
situaciones y actividades bastante ridículas por cierto. Una de ellas era
caminar de rodillas, pero pronto descubrimos que esa posición no nos permitía
avanzar con rapidez.
En la actualidad, es difícil que a
alguien se le ocurra dirigir a otros andando de rodillas, porque es evidente
que no se logrará mucho. Lo más común es guiar a los otros estando de pie; por
ejemplo, se puede pelear mejor en esa posición porque hay mayor movilidad
estando parados.
Sin embargo, tratándose del pueblo
de Dios, la mejor posición desde la cual se debe guiar a otros es precisamente
de rodillas. El líder espiritual auténtico no se mueve, ni aún para realizar lo
que sabe que Dios quiere que haga, hasta no haber pasado tiempo conversando con
su Señor acerca de la tarea a realizarse, ide rodillas!
Así es el caso de Nehemías, uno de
los grandes personajes del Antiguo Testamento. Su historia empieza
aproximadamente trece años después del regreso de los judíos a la tierra de
Israel que fue dirigido por Esdras (458 a.C.). Hacía casi 92 años que habían
vuelto a Jerusalén del exilio. El templo ya se había reconstruido y el pueblo
había experimentado un avivamiento espiritual bajo la dirección de Esdras, pero
los muros de la ciudad estaban derruidos. Por lo tanto, estaban indefensos
porque la mayoría del pueblo vivía en las afueras de la ciudad, sin protección
para sus casas y familias.
Durante esa época, el rey
Artajerjes, hijo de Jerjes, gobernaba sobre el gran imperio persa. Jerjes se
conoce en la Biblia como Asuero, y se menciona en el libro de Ester. Así que
Artajerjes debe haber conocido a esa heroína y posiblemente por influencia de
ella elevó a Esdras y Nehemías a posiciones de influencia en su reino.
Nehemías, el personaje principal de
esta historia, era copero real de Artajerjes en ese tiempo. Este oficio siempre
se asignaba a una persona de mucha confianza porque era quien probaba el vino
que el rey iba a tomar para asegurarse de que no estuviera envenenado. Debido a
que compartían el mismo riesgo, existía entre ambos cierta unidad y dependencia
mutuas.
El relato se inicia diciendo que una
delegación de israelitas llegó desde Jerusalén para saludar a Nehemías entre
quienes estaba su hermano carnal Hanani, pues querían informarle de las
condiciones imperantes en la ciudad y su muralla. Este reporte motivó a
Nehemías a hacer algo a favor de la ciudad de sus padres.
EL AUTOR Y LA FECHA
Encontramos dos clases de material
en el libro. Una buena parte da evidencia de que fue escrita por Nehemías. La
prueba más contundente de esta afirmación está en el uso de los pronombres
personales de primera persona (1:1–7:5; 12:27–43; 13:4–31). Otras porciones del
libro son parecidas al estilo de Esdras, o de los documentos que usó para
escribir sus otros relatos (7:6–12:26; 12:44–13:3).
Los dos tipos de material han
servido para fundamentar dos opiniones contrarias entre los eruditos
conservadores en cuanto a quién es el autor de este documento histórico.
Algunos creen que fue Nehemías, que quería narrar su propia experiencia y que
después unió su relato con otros escritos, semejantes a los que utilizó Esdras.
Otros piensan que fue este último quien escribió el libro basándose en los
materiales disponibles, incluyendo porciones de las memorias de Nehemías.
Debido a que no encontramos entre
los escritos de Esdras referencias a otras personas que emplean el pronombre
personal de primera persona, el primer punto de vista parece más probable.
Aunque Esdras y Nehemías aparecían como un solo libro en las primeras versiones
hebreas del Antiguo Testamento, es probable que esto se haya debido a que ambos
estaban relacionados por ser contemporáneos y por contener un mensaje común,
independientemente de quién haya sido el autor.
Los eventos relatados en este libro
ocurrieron entre 444 a.C., cuando Nehemías se preparaba para dirigir el tercer
regreso a Jerusalén, y 425 a.C. cuando retornó a la tierra con otra misión.
Esta última fecha probablemente identifica el año en que el libro se terminó.
MARCO HISTORICO
Aunque queda mucho por conocer
acerca de los eventos de aquélla época, Esdras 4:6–23 nos da suficiente base
para estar seguros de algunos hechos. Parece que cerca del principio del
reinado de Artajerjes (464 a.C.), hubo un intento por parte de los judíos de
reconstruir la muralla alrededor de Jerusalén. Aunque no se encuentra evidencia
de que hubiera habido oposición por parte de Jerjes, es probable que su hijo
Artajerjes haya escuchado a los consejeros de su padre en el sentido de no
permitir la reconstrucción sabiendo que se trataba de un pueblo que tenía una
larga historia de rebeliones. Sin embargo, según Esdras 4:21, parece que
Artajerjes dejó abierta la posibilidad de permitirlo en fecha posterior.
El viaje de Esdras posiblemente fue
autorizado con el fin de asegurar el control de los judíos que vivían en la
región. Cuando Nehemías sintió el deseo de promover la reconstrucción de los
muros de la ciudad, Artajerjes tal vez ya estaba inclinado a aceptar su petición
gracias a la confianza que le tenía y a la buena labor de Esdras. No existía
entonces un líder más conocido ni de más confianza que le permitiera al rey
conservar el dominio sobre esa zona.
Por eso lo nombró gobernador y le
dio la autoridad necesaria para que siguiera sus planes, pero también para que
buscara la reconstrucción moral y política del pueblo. Así que, con esa
comisión, Nehemías dirigió el tercer regreso a la tierra en 444 a.C. y después
volvió a Persia por un tiempo. Es probable que su segunda visita fuera
simultánea al ministerio profético de Malaquías, porque ambos tratan los mismos
problemas que enfrentaba Israel.
PROPOSITO Y TEMA
Como todos los libros históricos del
Antiguo Testamento, Nehemías tiene varios propósitos. El más obvio es describir
las circunstancias relacionadas con el tercer regreso de la cautividad a
Jerusalén en 444 a.C. que incluyen la reconstrucción de la muralla de la ciudad
para proveer algo de seguridad a sus moradores y la restauración política y
espiritual de la gente.
Además, muestra la participación
activa de Dios y su preocupación al buscar el restablecimiento espiritual de
sus escogidos. Se pone de manifiesto que él es quien controla la historia y que
es capaz de utilizar aun a reyes paganos para llevar a cabo sus propósitos. El
Señor tenía en sus planes que el pueblo regresara a la tierra que les había
prometido siglos antes, pero antes tenían que reconocer su santidad y empezar a
vivir como santos, apartándose de la vida pagana de sus vecinos que no conocían
a Jehová.
Tal como Dios les había dicho desde
el principio, experimentarían su bendición si eran fieles y obedientes, pero si
no, recibirían la maldición indicada en Deuteronomio 28. El autor utiliza la
experiencia previa de Israel para ilustrar las exigencias divinas.
Otra característica de este libro,
que parece haber sido incluida intencionalmente, es que describe en forma
detallada la clase de líder que Dios puede utilizar para llevar a cabo sus
planes. La descripción de Nehemías como persona y sus actividades como líder
dirigen nuestra atención a las características que el Señor busca y bendice en
la vida de quienes le sirven.
En resumen, se nota que Nehemías
mantuvo un equilibrio sano entre las tres cualidades que debe tener un líder
espiritual:
Primero, estaba comprometido con
Dios. Al observar su vida con detenimiento, podemos reconocer los rasgos
que denotan un compromiso genuino con su Señor. Aunque detentaba una posición
política elevada, nunca dejó de depender de Dios.
La segunda cualidad que se observa
es que tenía una visión de lo que Dios quería lograr a través de su
ministerio. En todo tiempo podía contestar a la pregunta: “¿Para qué estoy
aquí?”
En tercer lugar, destaca su capacidad administrativa
aplicada correctamente. Al estudiar su vida, podemos aprender a ser mejores
administradores.
¡PENSEMOS!
|
Al
considerar estas tres cualidades de Nehemías como líder espiritual del pueblo
de Dios, vale la pena compararlas con nuestra vida. ¿En cuál de estas áreas
debemos dedicarnos a trabajar para que se desarrolle más? ¿Qué quiere Dios
que usted haga al respecto?
|
ORGANIZACION DEL LIBRO
El libro se divide en dos partes principales. La primera
relata la reconstrucción física de los muros de la ciudad de Jerusalén (1–7).
La segunda tiene que ver con la restauración espiritual de
los escogidos a fin de que sirvieran a Dios y recibieran su bendición (8–13).
·
RECONSTRUCCION
FISICA DE LOS MUROS DE JERUSALEN 1–7
·
RESTAURACION
ESPIRITUAL DEL PUEBLO 8–13
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6