Estudio Del Nuevo testamento:Estudio ministerial serio
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 43MBytes | 862 páginas | Idioma:Spanish | Categoría: Estudios Ministeriales
Información
La idea de escribir una
«Introducción al Nuevo Testamento» en forma de historia del cristianismo
primitivo, enmarcada en su contexto contemporáneo e incluyendo una panorámica
de la historia política, cultural y religiosa del período helenístico y del
Imperio romano, procede del predecesor de este libro, a Eínführung in das Neue
Testament de R. Knopf (edición revisada por H. Lietz-mann y H. Weinel en la
serie «Sammlung Tópelmann», hoy sustituida por los «De Gruyter Lehrbücher»).
Por ello la Introducción que ahora presentamos no aspira a ser un volumen
introductorio en el sentido técnico del término, ni tampoco una «Historia de la
literatura cristiana primitiva», títulos que tratan eruditamente las cuestiones
de fecha de composición, integridad y estructura literaria de cada uno de los
escritos del Nuevo Testamento. Ciertamente, tales cuestiones entran de lleno en
la obra presente, pero se abordan dentro del contexto de una reconstrucción del
desarrollo histórico de la cristiandad primitiva. Mi intención primaria es
presentar al lector la historia de las iglesias cristianas primitivas, puesto
que, en mi opinión, el estudiante del Nuevo Testamento debe intentar desde el principio
comprender los escritos de este período primitivo dentro de su contexto
histórico determinado.
Es obvio que este intento
de reconstruir la historia del cristianismo primitivo obliga a abandonar el
marco rígido de las «Introducciones» tradicionales. Por ello no limito la
investigación a los veintisiete escritos canónicos, sino que trato también unos
sesenta escritos de la literatura cristiana primitiva, generados en los
primeros 150 años de la historia del cristianismo, con independencia de que se nos
hayan conservado por entero o sólo fragmentariamente. Como testigos de esa
historia cristiana primitiva esos libros no canónicos poseen el mismo valor que
el Nuevo Testamento. Pero la presentación histórica de este material requiere
tener ideas claras sobre la autoría, fecha, lugar de composición de cada uno de
estos escritos; en otras palabras, debemos tener presente en cada caso los
resultados de la investigación histórico-crítica.
A este propósito me he
esforzado por presentar los problemas al tomar alguna decisión en torno a esas
cuestiones. Si tal problemática es difícil en relación a algunas partes del NT,
es más difícil respecto a la literatura no canónica: tradicionalmente el debate
entre los estudiosos se ha concentrado en la literatura canónica mientras que
otros escritos fuera del canon han recibido una atención más escasa. Además
algunos de los que pertenecen a este último grupo han sido descubiertos
recientemente y su evaluación crítica ha comenzado en nuestra época. A pesar de
todo es mucho mejor hacer avanzar la investigación —y con ella nuestro
conocimiento— por medio de la reconstrucción hipotética que ignorar por
completo un material nuevo y aparentemente problemático.
Teniendo en cuenta la
situación presente de los estudios neo-testamentarios, podría resultar erróneo
suscitar en los estudiantes de la historia cristiana primitiva la expectativa
de unos resultados totalmente seguros. El mismo Nuevo Testamento nos
proporciona las pruebas de que la historia de las comunidades cristianas primitivas
es un proceso complejo, lleno de puntos controvertidos sobre los que hay que
tomar arduas decisiones. Comprender tal proceso exige un buen juicio crítico, a
la vez que la elaboración de nuevas líneas a través de la historia del
cristianismo primitivo. El reciente descubrimiento de más escritos antiguos no
sólo exige una nueva orientación básica de nuestros puntos de vista, sino que
permite al estudioso apreciar con mayor nitidez las profundidades y riquezas de
este período formativo, especialmente si se contempla en el contexto de la
historia general de la cultura en la que nació el cristianismo.
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6