Cómo Usar Ilustraciones Para Predicar Con Poder: Homilética Excelsa
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 10MB | 121 PÁGINAS | Idioma: Spanish |Categoría: Homilética
Información
Contenido
Introducción ¿Seco o sabio? 11
Primera parte
Trasfondo y teoría: Decidir acerca de una ilustración
I. El arte y el argumento 19
2. El camino de las Escrituras 39
3. Discernimiento de las teorías del aprendizaje y 53
la comunicación
4. La dinámica de las ilustraciones de la vida real.
Segunda parte
El método: Hacer ilustraciones
Introducción a la segunda parte: Fotos de la vida
5. Enmarcar la foto
6. Completar el cuadro
Tercera parte
La práctica: Trabajar con las ilustraciones
7. El carácter de las ilustraciones
8. Cautela para usar ilustraciones eficaces
9. Encontrar y clasificar las ilustraciones
Conclusión: Cuéntame una historia
Apéndice: Los límites de la narración
Bibliografía
Predicaba sobre la encarnación en el segundo capítulo de Filipenses.
Quería que mi congregación entendiese las ricas implicaciones de la humanidad de Cristo sin caer en la trampa antigua de disminuir su deidad. Examiné larga y cuidadosamente la comprensión correcta del versículo siete, donde el antiguo himno registra que Jesús "se despojó a sí mismo". Confieso que me emocioné un poco al leer el texto original. Di golpes en el púlpito con el puño para enfatizar la correcta comprensión del vocablo kenosis.
Pero la congregación pareció compartir muy poco mi emoción. Regresé a casa cuestionando si, a pesar de mi fervor, alguien salio sabiendo algo más de lo que sabia cuando entró en la iglesia el domingo por la mañana. Tenía una seria sospecha de que más de una esposa le preguntó a otra de regreso a casa por qué el pastor estaba tan nervioso esa mañana, solo para ver a su amiga encogerse de hombros como respuesta.
Unas semanas después de mi sermón sobre la kenosis, nuestra iglesia auspició una conferencia misionera. Los oradores fueron Pablo y Carolina London de la Sudan Interior Misión (Misión al Interior de Sudán). Para mi gran sorpresa, el primer domingo en la mañana de la conferencia, Pablo anunció que predicaría sobre el mismo pasaje de Filipenses que yo había expuesto recientemente.
Temía que la congregación se sentiría frustrada ante esa redundancia puesto que yo había explicado el texto tan exhaustivamente. Al principio mis temores parecían confirmarse. El misionero comenzó su sermón dando énfasis a la continua divinidad de Cristo tal como yo lo había hecho. Centró su exposición en el versículo 7 tal como yo lo había hecho. Entonces, sin embargo, su predicación tomó un rumbo diferente. En lugar de concentrarse en la traducción del texto griego, el experimentado misionero explicó el texto así:
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6