... El que tiene este cargo, ha de ser irreprensible, debe ser apto para enseñar; no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
Concluimos la lección anterior con Israel, justo al este del Río Jordán, el pueblo listo para entrar en la tierra prometida. Moisés murió y Josué ahora estaba a cargo de la conquista de Canaán y la colonización. La historia de estos eventos se relata en el libro de Josué, el cual puede dividirse como sigue: (1) la conquista de Canaán, capítulos 1-12; (2) la división de la tierra entre las tribus de Israel, capítulos 13-22; (3) discurso de despedida de Josué, capítulos 23 y 24. En la trayectoria del ejército de Josué yace la gran amurallada ciudad de Jericó. Josué escogió dos espías para que entraran en la ciudad, y recibieron hospedaje por parte de Rahab la Ramera. Cuando ellos fueron descubiertos ella los ayudó a escapar. A causa de su favor al pueblo de Dios, se le respetó su vida, más tarde, cuando Jericó cayó en manos de Israel.
Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6