El ministerio personal de Cristo duró alrededor de tres años y medio. Durante este tiempo él viajó a través de Palestina, haciendo milagros y enseñando una nueva manera de vida. Al terminar este período, fue arrestado y crucificado en el Calvario. Entregó así su vida para que el mundo pudiera ser redimido. En la lección anterior dejamos a Jesús en Capernaum, sede de casi todo su ministe-rio. El pronto cambió a Galilea por Judea con el fin de asistir a la Fiesta de la Pascua en Jerusalén. Ahí arrojó a los cambistas fuera del templo y tuvo su famosa discusión con Nicodemo acerca del nuevo nacimiento. Regresando a Galilea a través de Samaría, él se encontró a una mujer junto al pozo de Jacob, cerca de la ciudad de Sicar. Después de hablar con ella extensamente acerca de cosas espirituales, él concluyó con un profundo pensamiento: “Dios es Espíritu: y los que lo adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad” (Juan 4:24).
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6