... El que tiene este cargo, ha de ser irreprensible, debe ser apto para enseñar; no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
Al reflexionar sobre esto, vemos que el milagro que Dios operó en él fue doble. Siendo cojo de nacimiento, nunca había andado, no sabía lo que era caminar. El ser sanado era como haber nacido, como si fuera un bebé, pero no tuvo que aprender a caminar como los recién nacidos, porque Dios lo sanó y le dio la habilidad de empezar a caminar…y también de poder brincar. ¡Que Dios tan grande y poderoso en verdad tienen aquellos que creen en El y le aman y le sirven de todo corazón!
Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6