miércoles, 20 de abril de 2016

Si os dejáis circuncidar, de nada os aprovechará Cristo. En Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada, sino la fe que actúa por medio del amor.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Nos Preparamos para enseñar en la Congregación
Estad firmes en la libertad de Cristo
Gálatas 5:1-12
5: 1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no os pongáis otra vez bajo el yugo de la esclavitud.
2 He aquí yo, Pablo, os digo que si os dejáis circuncidar, de nada os aprovechará Cristo. 3 Y otra vez declaro a todo hombre que acepta ser circuncidado, que está obligado a cumplir toda la ley.
4 Vosotros que pretendéis ser justificados en la ley, ¡habéis quedado desligados de Cristo y de la gracia habéis caído!  5 Porque nosotros por el Espíritu aguardamos por la fe la esperanza de la justicia. 6 Pues en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada, sino la fe que actúa por medio del amor.
7 Corríais bien. ¿Quién os estorbó para no obedecer a la verdad? 8 Tal persuasión no proviene de aquel que os llama. 9 Un poquito de levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío en el Señor con respecto a vosotros que no pensaréis de ninguna otra manera; y el que os inquieta llevará su castigo, sea quien sea. 11 Pero con respecto a mí, hermanos, si todavía predico la circuncisión, ¿por qué aún soy perseguido? En tal caso, se habría quitado el tropiezo de la cruz. 12 ¡Ojalá se mutilasen  los que os perturban!

La firmeza: Uso de una libertad Divina
La libertad en mantenerse firmes
Gálatas 5:1-12
Parte del v. 1 resume el cap. 4 donde se menciona el tema de la libertad. 

También el mismo pensamiento sirve para introducir esta porción de mantenerse firme en libertad. 
Cristo es el gran libertador de la esclavitud del pecado. 
Pablo pide a los gálatas que se mantengan firmes en el sentido de su fe en el evangelio que fue proclamado por el Apóstol. 
El mismo pensamiento está en 1 Corintios 16:13, donde Pablo recuerda a los corintios: Vigilidad, estad firmes en la fe; sed valientes y esforzaos (comp. Fil 1:27; 4:1; 1 Tes. 3:8; 2 Tes. 2:15). 

También el Apóstol les exhorta a no tomar de nuevo el yugo de la esclavitud con el cual los judaizantes querían atraparlos para esclavizarlos en el judaísmo. Los gálatas habían sido libres de una religión pagana o judía (si eran judíos); ¿para qué regresar al yugo de una esclavitud que una religión trae? 

Las cosas externas no tienen nada que ver con la libertad del Espíritu. Pedro recordó a los líderes de Jerusalén en el concilio de Hechos 15:10 acerca del yugo del judaísmo cuando dijo: Ahora, pues, ¿por qué ponéis a prueba a Dios, colocando sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

El Apóstol toma la doctrina clave de los judaizantes que era la circuncisión para exhortar a los gálatas a no circuncidarse (v. 2). 
Pablo no quería decir aquí que si ellos hacían este acto automáticamente perdían la salvación. El Apóstol les dice que si se circuncidan para obtener favor con Dios, ellos están escogiendo un camino falso donde los ritos externos son practicados para agradar a Dios. 
Si este es el caso, de nada les sirve el sacrificio vicario de Cristo. Una cosa es hacer buenas obras en Cristo pero es otra cosa hacer obras como parte de la salvación.
Libertad o esclavitud
Gálatas 5:1–12
1.     Pablo apela a los gálatas a permanecer en la libertad y no volver a la esclavitud.
2.     El volver a observar la ley ceremonial implica que han abandonado el evangelio.
3.     El perdurar hasta terminar la carrera es la meta del atleta.
4.     Poca herejía (levadura) puede contaminar a toda la comunidad cristiana.

La obligación de la ley arruina la gracia y es más, la persona que se somete al yugo de la ley tiene que vivir en ella (v. 3). 

Pablo testifica que todo hombre que se circuncida tiene que guardar toda la ley. La palabra declaro es martúromai , que se puede traducir como juntarse como testigo. También se traduce “protestar contra algo.” El significado aquí es que Pablo protesta severamente a que todo hombre que toma el yugo de la circuncisión está obligado a seguir toda la ley. 

Santiago concuerda con Pablo cuando dice: Porque cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se ha hecho culpable de todo (Stg. 2:10). Una persona que decide ser justificada por la ley tiene que seguirla perfectamente toda su vida y si en un caso quebrantare un punto de la ley es culpable de toda la ley. Alguien puede decir entonces: ¿Por qué Dios dio la ley que nadie puede seguir? 

Tenemos que tener en mente que el propósito de la ley no fue de salvar al hombre sino de mostrar lo pecador que él es. Esta es la razón por la que Pablo se opone rotundamente a las enseñanzas de los judaizantes.

Cuando una persona confía en la ley y piensa que su labor en ella trae salvación entonces es desligada de Cristo (v. 4). 

La palabra griega dkatargéo tiene el significado de eliminar o hacerlo inválido. Esta palabra aparece en Romanos 7:2 donde la mujer casada queda libre de la ley del marido (comp. Rom. 7:6). 

Lo que Pablo dice es que el hombre que busca la justificación por la ley no está viviendo en la esfera de Cristo. Así que el sacrificio perfecto de Cristo no es suficiente para la salvación. El hacer las obras de la ley basados en méritos de esfuerzos humanos, no deja cabida para la gracia (que es el regalo inmerecido de Dios por medio de Jesucristo). 

Pablo no está hablando de perder la salvación sino del método de salvación que los gálatas estaban escogiendo. Los que enseñan que hay que hacer algo más que el solamente aceptar a Cristo están en realidad diciendo que el sacrificio de Cristo no fue completo y así se divorcian del sacrificio completo y también de la gracia de Dios. El cristiano hace buenas obras pero no para salvación sino porque ama a Cristo y tiene el Espíritu Santo.

El contraste con las enseñanzas legalistas era el caminar por el Espíritu (v. 5). 
Los cristianos (Pablo usa nosotros para referirse a todos los que participan en la esfera de Cristo) esperan con gran anticipación, por fe, la esperanza de la justicia. 
Es importante ver que la fe está en contraste con la ley. 
La circuncisión está basada en la carne pero la fe está basada en la esfera del Espíritu. La fe espera en la esperanza de justicia. Pablo no quiere decir la justicia que fue imputada cuando una persona cree en Cristo sino cuando la justicia de Dios sea completamente realizada en su venida (comp. 1 Ped. 1:3, 4, 13). Es cuando, en la venida de Cristo, el creyente será totalmente conformado a la voluntad perfecta de Dios. Será entonces cuando la justicia interna que comenzó en la salvación se manifestará por completo en esa segunda venida de Cristo. 
Podemos decir que hay tres cosas que continúan en el cristiano cuando acepta a Cristo y son: La vida cristiana es vivida en el poder del Espíritu Santo; el cristiano ejercita su fe en Cristo y tiene la esperanza en la glorifiación futura de su vida en vez de la ansiedad que ocurre porque no hay seguridad de la salvación.
Joya bíblica
Pues en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada, sino la fe que actúa por medio del amor (Gálatas 5:6).
Si el cristiano camina en el Espíritu y en la esfera de Cristo, entonces ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen ningún provecho porque son factores externos que no tienen nada que ver con la fe y la justificación (v. 6). 

Pero lo que sí tiene provecho es la fe que se expresa en el amor (comp. Gál. 5:13). 
Pablo expresa el mismo pensamiento cuando dice: Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Ef. 2:10). 

Las obras de la ley son como una mesera en un restaurante. Ella trata de agradar a su cliente por la propina que él dejará, su sonrisa y buen servicio es algo externo y con un propósito egoísta. A diferencia de la mesera de un restaurante está la dueña de casa. Ella prepara una comida para su esposo y lo recibe con alegría porque está enamorada. Sus obras son producto del amor que tiene para su marido y lo que hace es para agradarlo. Así también el cristiano, sus obras son por amor y por la relación íntima que tiene con Cristo.

Pablo usa la imagen de una carrera para describir la vida cristiana (v. 7). 
Esta imagen de una carrera era una de las ilustraciones más favoritas del apóstol Pablo. Para él es una carrera que demanda seguir las reglas y disciplina para poder terminar y así obtener un galardón (1 Cor. 9:24–27; Gál. 2:2; Fil. 3:13, 14; 2 Tim. 4:7). 

Los gálatas estaban corriendo la carrera espiritual muy bien. 
Cuando Pablo los dejó, ellos estaban siguiendo el evangelio que se les encomendó pero enseguida que el Apóstol se fue, vinieron los maestros falsos para estorbarlos. La palabra griega egkópto , que se traduce estorbó, era una palabra que se usaba en el ejército antiguo y tenía el significado de poner un estorbo o de destruir una carretera o camino. 

En el contexto que Pablo usa esta palabra es cuando un corredor ilegalmente se pone al frente del otro para causar un tropiezo. Por causa de este estorbo algunos de los gálatas habían caído a otra clase de evangelio y otros estaban a punto de ser tropezados. Pablo hace una pregunta retórica (¿Quién os estorbó...) para hacerlos pensar en el error en que habían caído.

Pablo se dirige a la autenticidad de los maestros falsos y menciona tres cosas muy importantes acerca de ellos. 

La primera cosa que los maestros falsos tienen es que su doctrina no proviene de Dios, quien llamó a los gálatas (v. 8). Fue Dios que los llamó por medio de Jesucristo (Gál. 1:6). La salvación es una obra totalmente hecha por Dios cuando mandó a su hijo a morir por los pecados del hombre (Rom. 8:28–30). 

El poner las obras u otras cosas en el regalo de Dios pone al hombre como parte con Dios en el hacer la salvación y el sacrificio de Cristo no es perfecto ni completo. 

La segunda característica de los maestros falsos fue mencionada en el versículo anterior (v. 7) y es que son piedra de tropiezo para los creyentes. Ellos son estorbo en la carrera cristiana con su falsa doctrina.

También los maestros falsos son como la levadura que tiene una influencia negativa en la congregación (v. 9). La levadura es una substancia que se usaba en la masa del pan para ser leudado. La levadura se usa en la Biblia como ilustración positiva. Jesús usó la ilustración de la levadura para ilustrar el reino de Dios (Mat. 13:33; Luc. 13:21). La levadura también se usaba para ilustrar las enseñanzas falsas que creaba y el efecto negativo que producía. Un poco de levadura puede contaminar toda la masa. 

Así también las enseñanzas falsas. Un poco de falsedad cambia el significado del mensaje y puede influenciar el modo de pensar de mucha gente. Jesús usó la ilustración de la levadura para referirse a las enseñanzas de los fariseos (Mat. 16:6, 12).

El Apóstol confía en Cristo en cuanto a los gálatas. 
Había esperanza en que los gálatas regresaran a su sentido espiritual y recapacitaran en el evangelio que fue predicado por el Apóstol (v. 10). 

En cuanto a el que os inquieta llevará su castigo (v. 10): Pablo usa el singular porque posiblemente había una persona que era la figura principal entre otros maestros falsos.

 Cualquiera que fuera esta persona, él llevaría la sentencia de Dios. Lo mismo dijo Pablo a los profetas falsos que infiltraron la iglesia de Corinto: ... cuyo fin será conforme a sus obras (2 Cor. 11:15).

Posiblemente los judaizantes ponían a Pablo como ejemplo de la circuncisión. 
El pidió a Timoteo que se circuncidara (Hech. 16:3). También pudieron interpretar mal el punto de vista de Pablo: ¿Fue llamado alguien ya circuncidado? No disimule su circuncisión... (1 Cor. 7:18). En cualquier caso, Pablo fue acusado de promover la circuncisión. Contra esta acusación, el Apóstol se defiende con una pregunta (v. 11). Si Pablo predicaba la circuncisión entonces, ¿por qué era perseguido por los judaizantes? Y si el Apóstol enseñaba que la circuncisión formaba parte de la salvación, entonces él ha quitado el tropiezo de la cruz (v. 11).

 La palabra tropiezo es skándalon y tiene que ver con una “piedra de tropiezo o tropezadero”. Para los judíos la muerte en una cruz era abominable. La cruz de Cristo era un tropezadero. 

Al predicar la circuncisión para la salvación entonces la cruz es removida y no tiene nada que ver en su ministerio. 

La crucifixión de Cristo es el regalo más grande que Dios pueda dar al hombre pero para el religioso es un tropezadero y para los filósofos locura. Pablo dijo: Nosotros predicamos a Cristo crucificado: para los judíos tropezadero, y para los gentiles locura. Pero para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios (1 Cor. 1:23, 24).

Pensando en el celo de los judaizantes por la circuncisión que obscurecía el evangelio de gracia, el Apóstol les habla rudamente (v. 12). 

Si ellos estaban tan entusiasmados acerca de la circuncisión entonces por qué no ir al extremo y castrarse. Para algunos esta expresión de Pablo no suena muy bonita. Pero el Apóstol estaba defendiendo a sus hijos en la fe, a la iglesia que le había costado mucho. 

Su celo por la obra de Cristo era grande. Aquí podemos ver un ejemplo muy bueno para nosotros y es que los líderes de la iglesia de Cristo no deben tolerar las herejías.
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martes, 19 de abril de 2016

Los que han nacido de nuevo son hijos de la promesa tal como Isaac. Pero como en aquel tiempo, el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Contra la esclavitud de la ley
Gálatas 4:8-31
8 Sin embargo, en otro tiempo, cuando no habíais conocido a Dios, servisteis a los que por naturaleza no son dioses. 9 En cambio, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor dicho, ya que habéis sido conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres principios elementales? ¿Queréis volver a servirlos otra vez? 10 ¡Vosotros guardáis los días, los meses, las estaciones y los años! 11 Me temo por vosotros, que yo haya trabajado en vano a vuestro favor. 

12 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, ya que yo me hice como vosotros. No me habéis hecho ningún agravio. 13 Sabéis que fue a causa de una debilidad física que os anuncié el evangelio la primera vez; 14 y lo que en mi cuerpo era prueba para vosotros, no lo desechasteis ni lo menospreciasteis. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde está, pues, vuestra bienaventuranza? Porque os doy testimonio de que si hubiera sido posible, os habríais sacado vuestros ojos para dármelos.

16 ¿Resulta que ahora me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad? 17 Ellos tienen celo por vosotros, pero no para bien; al contrario, quieren aislaros para que vosotros tengáis celo por ellos. 18 Bueno es ser siempre celosos del bien, y no solamente cuando estoy presente con vosotros. 19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros, 20 yo quisiera estar ahora con vosotros y cambiar el tono de mi voz, porque estoy perplejo en cuanto a vosotros. 
Alegoría de Sara y Agar

21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿No escucháis la ley? 22 Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.  23 Pero mientras que el de la esclava nació según la carne, el de la libre nació por medio de la promesa. 24 En estas cosas hay una alegoría, pues estas mujeres son dos pactos: Agar es el pacto del monte Sinaí que engendró hijos para esclavitud. 25 Porque Agar representa a Sinaí, montaña que está en Arabia y corresponde a la Jerusalén actual, la cual es esclava juntamente con sus hijos. 

26 Pero la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra madre, es libre; 27 porque está escrito: 
  Alégrate, oh estéril, 
  que no das a luz; 
  prorrumpe en grito de júbilo 
  y levanta la voz, 
  tú que no estás de parto; 
  porque más son los hijos de la desolada 
  que los de la que tiene marido. 
28 Ahora bien, hermanos, vosotros sois hijos de la promesa tal como Isaac. 29 Pero como en aquel tiempo, el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también. 30 Pero, ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo; porque jamás será heredero el hijo de la esclava con el hijo de la libre.  31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. 

¿Querer ser esclavo siendo libre en Cristo? 
La exhortación de no regresar a la ley
Gálatas 4:8-31
Semillero homilético
De millonario a mendigo
4:8–10
Introducción: Leemos de personas que han perdido todos sus bienes en el colapso de la bolsa o en un juego de azar. Sería un golpe duro pasar de millonario a mendigo en un solo paso. Pero esto es lo que está pasando en el sentido espiritual a los cristianos de Galacia, según Pablo. Traza los pasos que han dado los cristianos cuando abandonaron el evangelio para volver al judaísmo. Consideremos estos pasos:
I.     Eran pobres, siervos de dioses falsos antes de conocer a Cristo, v. 8.
1.     Estaban en esclavitud al pecado.
2.     Estaban en las tinieblas de las religiones paganas.
II.     Al aceptar a Cristo, abandonaron la idolatría y los dioses falsos; son millonarios en sentido espiritual.
III.     Ahora, algunos están inclinados a volver a la pobreza, porque están pensando en volver al judaismo con sus requisitos de la ley.
1.     Tendrían que observar ciertos días y reglas concernientes a las comidas, según la ley.
2.     Tendrían que someterse a la circuncisión.
Conclusión: Según Pablo, si deciden volver a las prácticas relacionadas con el judaísmo, su trabajo parecía haber sido en vano.
El Apóstol regresa de un argumento formal a una petición a los gálatas: no regresar a la ley que esclaviza de la misma manera que las religiones paganas, a las cuales ellos antes servían.
Pablo se refiere a los cristianos que habían sido paganos, para mostrarles lo erróneo que es el regresar a una religión de esclavitud (v. 8). Antes, los gálatas habían sido paganos que servían a otros dioses que en realidad no eran tales (1 Cor. 12:2). Los dioses de los gentiles eran ídolos que los llevaban a una adoración a demonios (Deut. 32:17; 1 Cor. 10:20, 21). Satanás y sus demonios buscan la adoración de los hombres en diferentes maneras. Los gentiles eran ignorantes a esta verdad y creían en sus dioses.
Luego que llegaron al conocimiento del Dios verdadero, sus vendas fueron removidas y vieron el error tan grande en que habían estado (v. 9). Pablo aclara que la iniciativa para la salvación no es de los hombres, sino de Dios. La fe en Cristo los ha traído a una posición sublime y sería locura dejar esta posición en Cristo para regresar a una religión pagana. En la religión judía, se aplica el mismo principio. La posición de libertad en Cristo es superior a los rudimentos impuestos por la ley. El Apóstol hace una pregunta para aquellos que querían regresar a una antigua religión (Pablo tenía en mente a los judaizantes que querían imponer la ley). Sería una locura también dejar la posición de libertad en Cristo para ser esclavizados en la religión de los judaizantes que en realidad está en bancarrota.
El Apóstol menciona algunas cosas que posiblemente los gálatas estaban practicando o a punto de practicar, como requisitos que envolvían el paquete del judaísmo (v. 10). ¿Cómo sería posible haber dejado las bendiciones celestiales por ritos externos que no tienen nada que ver con las riquezas espirituales? Los días se refiere a los días sagrados en el judaísmo, el sábado era uno de ellos (Rom. 14:5). Los meses eran aquellas celebraciones que caían en el ciclo de los meses, como la luna nueva mencionada en Números 28:11–15. Las estaciones eran aquellas celebraciones que duraban más de un día. Eran las fiestas como la de los tabernáculos, la pascua, etc. Los años tenía que ver con el año de jubileo (Lev. 25:11). Pablo no estaba contra la práctica de estos días festivos, pero sí en que se impusieran estas actividades como parte de la salvación y así parte del cristianismo.
Pablo refleja una preocupación por las iglesias de Galacia (v. 11). El Apóstol temía por los gálatas que él hubiese trabajado en vano. La palabra “trabajar” es kopáo y se traduce lit. “haber trabajado hasta el punto de agotamiento total.” Toda la labor que Pablo puso para llevarles el evangelio sería en vano. La palabra vano es eiké (ver 3:4). No podemos deducir en este versículo que Pablo estaba diciendo que ellos podían perder la salvación si regresaban al judaísmo. La teología paulina acerca de la salvación va en contra de perder la salvación. En Romanos 8:35–39, el Apóstol comenta que nadie nos puede separar del amor de Cristo. También confiamos en que el trabajo redentor de Cristo será perfeccionado hasta el día de Jesucristo (Fil. 1:6). Pablo se refería aquí a su labor entre ellos, la que sería en vano en el sentido de que su mensaje no fue aceptado en sus corazones genuinamente. Seguramente, no recibieron el mensaje de gracia que fue predicado por Pablo. No es posible que después de haber probado el Espíritu Santo de Dios quisieran regresar a cosas externas de una religión. Si este es el deseo de los gálatas entonces hay algo mal en sus vidas espirituales y la labor de Pablo fue en vano. Notemos que Pablo no está diciendo que su labor fue en vano en el sentido real, pero la posibilidad estaba allí.
Con un tono de súplica, Pablo ruega a los hermanos que sean como él. El testimonio de Pablo fue uno que no buscaba los ritos externos para la salvación, como él mismo lo dice: Sabiendo que ningún hombre es justificado por las obras de la ley, sino por medio de la fe en Jesucristo, hemos creído nosotros también en Cristo Jesús (2:16). Pablo había sido un hombre celoso en el judaísmo (1:14), pero cuando Cristo lo salvó, él reconoció que lo externo no tenía nada que ver con la salvación (Fil. 3:5–7). Pablo caminaba en el evangelio de libertad. Este fue el testimonio de Pablo cuando estuvo con los gálatas. El se hizo como ellos en el sentido que no los judaizó y después les expuso el evangelio. Fue a ellos y se puso en el mismo nivel de ellos para ganarlos para Cristo. Este era el método de Pablo para evangelizar (1 Cor. 9:19–22).
La última parte del v. 12 que dice: No me habéis hecho ningún agravio, es mejor incorporarla con el v. 13. Los gálatas no le habían hecho ningún mal a Pablo, al contrario, lo recibieron con amor y compasión por una enfermedad del cuerpo. Fue en esa circunstancia que el Apóstol fue a Galacia y les predicó el evangelio. Entre el Apóstol y los gálatas había existido una relación muy especial y sincera y Pablo apela a esta relación para mostarles que lo que ha compartido no es con motivos egoístas sino para su bien. No sabemos de seguro cuál fue la enfermedad en el cuerpo del Apóstol que lo hizo ir a Galacia. Hay varias interpretaciones. Algunos piensan que fue malaria. Otros que fue el producto del abuso físico que sufrió en Listra (Hech. 14:9; 2 Tim. 3:11). Otros comentaristas piensan que la enfermedad de Pablo tuvo que ver con el aguijón en la carne (2 Cor. 12:7). Sabemos por estos pasajes que Pablo sufrió en la carne, pero no podemos concluir si estas referencias están relacionadas con la enfermedad del cuerpo mencionada en Gálatas. Es mejor interpretar esta enfermedad en el contexto de Gálatas. En el v. 15 se nos dice que era un problema de sus ojos. Uno de los problemas del Apóstol parece haber sido que no podía ver muy bien (6:11). Posiblemente era una forma de oftalmía. Podemos decir que Pablo tuvo una enfermedad en los ojos que era muy molesta.
La apariencia del Apóstol no era muy agradable cuando fue a Galacia. Los gálatas pudieron haber despreciado y rechazado a Pablo por su apariencia pero no fue así. Ellos lo recibieron como un ángel de Dios, como a Cristo Jesús (v. 14). Ellos lo recibieron como se recibe a un ángel con gozo y respeto y aun más como a Cristo Jesús. Ellos recibieron a Pablo como mensajero del evangelio y creyeron su mensaje sin ninguna reserva. Es interesante ver como en una circunstancia difícil en la vida del Apóstol, Dios se manifestó en una manera muy especial.
Aprecio por los siervos de Dios
Los hermanos de Galacia fueron un ejemplo digno de imitar en su aprecio por el trabajo de Pablo. A veces se escucha que alguna madre dice, ante la enfermedad de su hijo:“Me sacaría los ojos y se los daría si lo pudiera curar.” ¿Estamos dispuestos a una actitud de sacrificio en favor de los que nos ministran la Palabra de Dios?
Pablo les pregunta dónde está ese gozo y el agradecimiento profundo que tenían por él cuando les predicó el evangelio (v. 15). Tanto era el agradecimiento y amor que los gálatas sentían por Pablo, que ellos darían sus propios ojos a Pablo para que él viera mejor. Ahora se habían hecho enemigos de Pablo por haberles dicho la verdad (v. 16). Era tanta su inconsistencia que el amor y aprecio que tenían por el Apóstol ahora se había convertido en enemistad. Ellos estaban dejando el mensaje genuino y al mensajero para seguir a unos engañadores con sus falsas doctrinas.
Los judaizantes tenían celo por los gálatas pero no era para el bien (v. 17). La palabra griega que se traduce celo es zélos y significa “estar celoso, ser envidioso; poner el corazón en, esforzarse por; tener o mostrar gran interés en”. La palabra celo en sí no es mala pero el contexto indica a qué clase de celo se está refiriendo el autor. El celo de los judaizantes era negativo. Ellos querían apartar a los gálatas de Pablo y en realidad del mismo Jesucristo. A los ojos de Pablo, el aceptar estos ritos externos era un desligamiento de Cristo (5:4). El pensamiento paulino de aquello que los judaizantes estaban haciendo en separar a los gálatas para ellos era el mismo que en 2 Corintios 11:2 donde él da la metáfora de un matrimonio. La acción de los judaizantes se podía comparar a una persona que seduce a la novia para separarla de su novio o de su prometido. Pablo aclara que es bueno mostrar celo, pero que sea bueno, la clase de celo que el Apóstol les mostró cuando estaba con ellos (v. 18). No como los judaizantes que tan pronto Pablo les dio la espalda vinieron, los cortejaron y los separaron del Apóstol. Las gálatas debían siempre mostrar esta clase de actitud que les fue enseñada en el evangelio y no solamente en la presencia del Apóstol.
El Apóstol ha argumentado su evangelio como un abogado, ha expuesto su mensaje contra un jurado algo escéptico. Pablo ahora les habla como una madre que ama a su hijo amado, quien quiere irse de sus brazos hacia un camino no correcto. Fue por medio de Pablo que los gálatas nacieron en un nacimiento espiritual. Con dolor en su corazón Pablo les llama hijitos míos (v. 19) y les explica que otra vez está sufriendo dolores como una mujer en parto. Pablo sufrió por primera vez cuando fue a ellos por las circunstancias personales (v. 19). Ahora, el Apóstol sufre por las circunstancias en que se encuentran los gálatas. Ellos estaban yendo en una dirección que era contraria al evangelio de Cristo. El Apóstol deseaba ver a Cristo visible en la vida de los gálatas. Es el mismo pensamiento que expresó en 2 Corintios 3:18: Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. La palabra griega morfóo que se traduce sea formado tiene la idea de la formación de un embrión. La idea entonces es el crecimiento espiritual que es interno. A la luz de los frutos de los gálatas, había pocos frutos o mucho que crecer en la vida espiritual o posiblemente el Apóstol no estaba totalmente convencido de su salvación.
Joya bíblica
... por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros (4:19).
No sabemos de seguro por qué Pablo no podía visitar a los gálatas en este punto (v. 20) pero él comparte el deseo que tenía de verlos y de cambiar de tono. El cambiar de tono no quiere decir que él iba a cambiar de opinión acerca de su evangelio ni modificar sus argumentos. Pero es mejor interpretarlo como que si estuviese presente su estilo hubiese sido diferente. El hubiese hecho preguntas para saber más del problema. Aunque no puede estar con ellos Pablo expresa su sorpresa en cuanto a la decisión de regresar a la esclavitud de la ley.
Sin ninguna introducción, Pablo regresa al argumento de la gracia y la ley. Posiblemente Pablo se dirige a los judaizantes y a las personas que cayeron en la red de la exégesis judía. Pablo les hace una pregunta a aquellos que demandaban estar bajo la ley y a los que querían estar bajo la ley (v. 21). Aquellos que desean ser encarcelados por la ley, ¿no has oído lo que la ley dice? Si quieren caminar por la ley (la ley de Moisés) entonces escuchen lo que la ley enseña.
Pablo comienza con una parte de la vida de Abraham en la cual los judaizantes basaban la mayor parte de su argumento (v. 22). Abraham tuvo dos hijos. El primer hijo se llamó Ismael y nació de una esclava egipcia que se llamó Agar, la esclava de Sarai, esposa de Abraham (Gén. 16). Después de un tiempo, Sara tuvo un hijo que fue prometido por Dios a Abraham. Isaac nació de Sara que era libre (Gén. 21). El hijo de la esclava nació con un nacimiento normal según la carne en el v. 23. Pero el hijo de Sara nació según la promesa de Dios. Dios, a través de un milagro, permitió que Sara y Abraham en su vejez tuvieran un hijo (comp. Rom. 4:18–21).
Después de narrar este evento histórico, Pablo lo usa como una alegoría para mostrar un contraste entre la ley que esclaviza y la promesa que es libre (v. 24). La palabra alegoría es allegoréo , que es una interpretación de un documento en lo cual algo particular o escondido es introducido en el significado del texto. Notemos que Pablo no niega el contenido histórico de la Escritura pero da un significado adicional o escondido de la historia sagrada. Algunos maestros de la Biblia que creen en la interpretación alegórica de la Biblia usan este pasaje como apoyo para alegorizar. Estos maestros siguen los pasos de Orígenes en el segundo siglo después de Cristo. También Agustín fue influenciado por el concepto alegórico de Orígenes. El problema de interpretar la Biblia alegóricamente es que su historia es de un significado mínimo y el significado escondido es de más importancia. Pablo alegorizó las esposas de Abraham y sus hijos pero no eliminó el contexto histórico. Las dos mujeres son dos pactos. El primero proviene del monte Sinaí donde la ley fue dada al pueblo de Israel. Lo que Pablo quería decir es que Agar era una esclava y la ley que fue recibida por Israel también esclaviza. Como el hijo de Agar fue esclavo, los hijos de la ley serán también esclavos.
Pablo continúa su alegoría de un pacto que es Agar y el monte Sinaí donde la ley fue recibida por Moisés (v. 25). Del monte Sinaí, Pablo se refiere a la Jerusalén física donde la ley era observada y enseñada por los religiosos y posiblemente los judaizantes se referían a Jerusalén como el centro de la religión verdadera.
El segundo pacto es el de la promesa y es el pacto de gracia por medio de Jesucristo. Pablo no menciona a Sara ni su hijo Isaac, pero menciona la antítesis de la Jerusalén física que es la celestial, la madre de todos los que están en el pacto de la gracia. La palabra madre (v. 26) tiene que ver con los creyentes que son sus ciudadanos. El mismo pensamiento se encuentra en el Salmo 87:5 cuando el salmista menciona a Sion y dice: De Sion se dirá: “Este y aquél han nacido en ella.” La Jerusalén de arriba es la misma Jerusalén que Abraham esperaba que era la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios (Heb. 11:10). Es interesante que en el AT Dios le dijo a Moisés cómo construir un tabernáculo terrenal. También Dios edificará una ciudad para la morada eterna de sus hijos como lo testifica el apóstol Juan en Apocalipsis 21. En general la alegoría de dos pactos se puede visualizar en el siguiente resumen:
Agar, la mujer     Sara, la mujer
en esclavitud     libre
Ismael, el     Isaac, el
nacimiento natural     nacimiento
     sobrenatural
Jerusalén terrenal     Jerusalén celestial
Judaísmo     Cristianismo
Pablo escribe una cita de Isaías 54:1 en el v. 27. Cuando Isaías escribió esta porción, Israel estaba en la cautividad en Babilonia. Estas palabras fueron parte de una profecía para confortar a Israel en su cautividad y tenía que ver con la restauración futura de Israel (Isa. 54–56). Pablo escribe este versículo de Isaías para mostrar que aunque Israel en la cautividad no tenía sus hijos, sin embargo Dios le da una promesa de regocijo la cual era su restauración futura. También a Sara, que no tenía hijos, Dios le dio una promesa de regocijo y era que daría a luz un hijo, Isaac (Gén. 21:6). Fue por la descendencia de Isaac que se originó el pueblo de Israel y Jesucristo se encarnó como judío y por medio de él hay muchos hijos (judíos y gentiles) que son parte de la promesa de Dios.
Pablo compara el nacimiento de Isaac con el del cristiano (v. 28). Isaac experimentó un nacimiento sobrenatural, así también los cristianos experimentan un nacimiento que es un milagro de Dios (Juan 3:3, 5). Como Isaac, los cristianos son hijos de la promesa y de la bendición de Dios.
En el v. 29 el Apóstol continúa aplicando su alegoría que comenzó en el v. 22. Ismael persiguió a Isaac cuando se le hizo un banquete en el día que fue destetado. Ismael se burlaba de Isaac. Posiblemente Ismael pensaba que él era el heredero de los bienes de su padre porque era el mayor y se burlaba de su hermano menor. La tensión entre Ismael (los árabes) e Isaac (los judíos) permanece hasta hoy. Pablo lo aplica a la persecución que había en su tiempo entre los judaizantes que exaltaban la ley que traía la esclavitud y los hijos de la promesa que eran nacidos según el poder del Espíritu. Pablo regresa a la ocasión cuando Ismael se burló de Isaac y pregunta qué dijo la Escritura acerca de este incidente (v. 30). Pablo cita lo que Sara le dijo a Abraham: Echa a la esclava y a su hijo, porque jamás será heredero el hijo de la esclava con el hijo de la libre (comp. Gén. 21:10). No había campo para que Ismael se conviertiera en un coheredero con Isaac. Dios permitió la petición de Sara (Gén. 21:10, 12). Esto les recuerda a los lectores en Galacia que el observar la ley no trae una herencia en la familia de Dios. Hay una separación en el sentido que no tienen la herencia en común entre la religión externa y el nacimiento interno que es por el Espíritu.
Pablo concluye su argumento entre Ismael e Isaac diciendo que los cristianos no son los hijos de la esclava y no tienen nada que ver con la esclavitud sino son hijos de la libre o de la promesa y herederos de Dios (Rom. 8:17).
Paralelos y contrastes
Hagar — esclava                                           Sara — libre
Ismael, hijo de Satanás                                  Isaac, hijo de la promesa
Acto de la carne                                             Acto de fe
Sinaí, hijos de esclavitud en la ley                 Jerusalén, pueblo libre
Perseguidor                                                    Perseguido
Arabia                                                            Ciudadanía celestial
Ira                                                                   Misericordia
Rechazo                                                         Herencia
Condenación                                                  Salvación
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lunes, 18 de abril de 2016

¿Resulta que ahora me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad?

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Nos preparamos para enseñar en la congregación
Pablo Apela a los Gálatas para atraerlos nuevamente
Gálatas 4:12-20
12 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, ya que yo me hice como vosotros. No me habéis hecho ningún agravio. 
13 Sabéis que fue a causa de una debilidad física que os anuncié el evangelio la primera vez; 14 y lo que en mi cuerpo era prueba para vosotros, no lo desechasteis ni lo menospreciasteis. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. 
15 ¿Dónde está, pues, vuestra bienaventuranza? Porque os doy testimonio de que si hubiera sido posible, os habríais sacado vuestros ojos para dármelos. 16 ¿Resulta que ahora me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad? 
17 Ellos tienen celo por vosotros, pero no para bien; al contrario, quieren aislaros para que vosotros tengáis celo por ellos. 
18 Bueno es ser siempre celosos del bien, y no solamente cuando estoy presente con vosotros. 
19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros, 20 yo quisiera estar ahora con vosotros y cambiar el tono de mi voz, porque estoy perplejo en cuanto a vosotros. 

Título


Una apelación personal (Gálatas 4:12–20)

Pablo se detiene por un momento en la presentación de su argumento para hacer una apelación a sus convertidos gálatas. 

Les suplica que adopten una actitud como la de él mismo hacia la ley ceremonial judía. Luego les recuerda las circunstancias bajo las cuales él les había traído el evangelio y el afecto con el que lo habían recibido, a pesar de que él padecía de una aflicción repulsiva. 

Pablo llama la atención al móvil del interés de los que se oponen a él, en comparación a los “dolores de parto” que Pablo sufrió por los gálatas. Su único deseo es que pudiera estar con ellos en persona, a fin de que pudiera suavizar el tono de su apelación.

Designando a los gálatas con un término afectuoso, hermanos (12), Pablo implora: os ruego (“os suplico”, NVI). 

Ya el apóstol dejó de discutir; ahora está implorando. Y su apelación personal es: Que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Esta es una referencia específica a la comprensión que Pablo tenía de la ley. El, judío por nacimiento, había escogido el camino de la fe. 

Los gálatas, que previamente habían aceptado la fe cristiana, estaban ahora listos a renunciar a ella en favor del camino de la ley, el mismo que Pablo había rechazado. Así que él hace la apelación de que se vuelvan otra vez lo que él se había vuelto.

El significado de la ambigua frase, Ningún agravio me habéis hecho, era indudablemente claro para los gálatas, pero no lo es para el lector moderno. La mayoría de las versiones hispanas son similares: “Ningún agravio me hicisteis” (BJ.). Pero Phillips lo traduce así: “No tengo nada contra vosotros personalmente.”

a. El recuerdo de la recepción que los gálatas le dieron (Gálatas 4:13–16). 
El pensamiento de que su trabajo entre los gálatas pudiera resultar en vano inunda la mente del apóstol con recuerdos de cómo lo habían ellos recibido. 

Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio (13). Esta es una alusión al hecho de que la predicación de Pablo entre ellos se debió a su enfermedad. Tal vez el apóstol fue a Galacia, o se quedó allí porque estaba enfermo. La cláusula al principio identifica esta visita como la primera que les hizo.

Lo que le daba importancia a esto en la apelación de Pablo era la reacción de los gálatas a esta condición que era fuera de lo común: Y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo (14). 

Su aflicción física era tan ofensiva que había sido una prueba severa (“la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo”, BJ.) para ellos. Se habían visto tentados a tratarlo con desprecio (“repulsa”, BJ.). En vez de ello, lo recibieron como si hubiese sido un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. La recepción que le habían dado había sido abrumadora. En vez de despreciarlo, le dieron la bienvenida como a un ángel de Dios.

Al recordar tal bienvenida, Pablo correctamente podía ahora hacer la pregunta: ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? (15). 
¿Qué le había pasado a esa actitud mental gracias a la cual ellos (lit.) “se habían bendecido a sí mismos”? 

La pregunta de Pablo es retórica, lo que significa que tal actitud había cesado. La recepción feliz que le habían dado a Pablo y a su mensaje había sido tan genuina, que él ahora podía dar testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos. 

Frecuentemente se ha dado por sentado que esta declaración indica que la enfermedad de Pablo (cf. v. 13) tenía que ver con su vista, pero es del todo posible que esto sea meramente una vívida ilustración de la disposición de los gálatas de hacer cualquier cosa humanamente posible para él. Como quiera que sea el caso, Pablo describe aquí la completa abnegación de ellos demostrada en su disposición a ayudarlo.

A la luz de esto, Pablo ahora pregunta: ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo? (16). El, a quien otrora consideraran un amado ángel de Dios, y por quien hubieran sacrificado sus ojos con alegría, ahora se ha vuelto un enemigo, que literalmente los odia. Debe recordarse que esto es la perspectiva que los gálatas evidentemente estaban tomando hacia Pablo, y no expresa los sentimientos del apóstol en forma alguna. El sugiere que han adoptado esta actitud porque les ha dicho la verdad. No había hecho nada sino predicarles el verdadero evangelio —la verdad puesta a prueba en el crisol de su propia experiencia.

b. No todo el celo religioso proviene de Dios (Gálatas 4:17–20). 
En contraste a su propia veracidad franca, Pablo se da cuenta de que los judaizantes tienen celo por vosotros (“mucho interés”, VP.), pero no para bien (17). Los contrincantes de Pablo estaban “profundamente interesados” en los gálatas, pero no para su bien. Su interés se debía a otra razón: quieren apartaros de nosotros. 

Lo que los judaizantes querían era impedir que estos convertidos permanecieran bajo la influencia de Pablo. Su propósito era que los gálatas tuvieran celo por ellos. O sea que los enemigos de Pablo querían separar a sus convertidos de él, y ligarlos a ellos mismos.

El apóstol reconoce que bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros (18). Es difícil interpretar este versículo, pero a la luz de la declaración previa parece que Pablo está diciendo que es bueno que estos gálatas tengan a alguien que se preocupe por ellos. La NVI lo traduce así: “Es estupendo ser objeto de cariño, con tal que el fin sea bueno, y serlo en todo tiempo, y no sólo cuando estoy presente entre vosotros.”

En los versículos 19–20 Pablo expresa cuán profunda es su preocupación por los gálatas, en contraste con el interés superficial de sus oponentes. Se dirige a sus convertidos en una forma afectuosa: Hijitos míos (19). Esta es una expresión paulina frecuente. 

El apóstol compara su profundo interés por los gálatas con el de una mujer que está con dolores de parto: por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros (19). Tal lenguaje revela gráficamente el profundo interés de Pablo y la figura evoca una nota a la que responde el corazón de cualquier madre. Sólo el amor supremo produce tal ligazón con otra persona. 

La palabra traducida formado (morphoo) es particularmente lúcida: extiende la figura de “Cristo en vosotros” (Col. 1:27) al embrión recientemente formado en el vientre. La palabra importante aquí es vuelvo (19). Esta era la segunda vez que Pablo había pasado por esta agonía de la paternidad espiritual. La expresión denota la extensión de la apostasía de los gálatas.

Pablo concluye esta apelación personal con la expresión de su vehemente deseo: quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono (20). ¿Cuándo es más apreciada y necesitada la presencia de un ser amado que en el momento de nacer? Este anhelo conmovía el corazón del apóstol. 

Las palabras escritas pueden ser frías y hasta mal entendidas. Pablo quería que sus lectores estuvieran seguros de su interés amoroso. Nada podría lograr eso excepto su presencia; pero obviamente esto era imposible. En el deseo de Pablo también estaba entretejido el elemento de incertidumbre: pues estoy perplejo en cuanto a vosotros. Su perplejidad se debía a que no estaba seguro en cuanto a los gálatas. 

La Biblia de Jerusalén reza: “No sé cómo habérmelas con vosotros.” ¿Cómo podía haberse desarrollado esta situación entre sus amados gálatas?

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Los profetas eran predicadores que comunicaron las palabras de Dios para transformar la manera de pensar y la conducta social de sus oyentes.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




COMUNICARSE: UN ASUNTO MILENIAL

A todo el mundo le gustaría cambiar algo o transformar alguna política. A algunas personas no les gustan las clases a la mañana temprano, otros tienen terror de ir al dentista y la mayoría quisiera no tener que pagar tantos impuestos. 

¿Cómo se hace para cambiar estas experiencias desagradables? A un niño se lo puede advertir con un fuerte "¡NO!". 

La conducta incorrecta se puede corregir con un castigo apropiado. 
Pero ¿cómo hace uno para cambiar la manera en que los adultos o los gobiernos piensan y se comportan? Los empleadores pueden proveer entrenamiento laboral para aumentar la productividad u ofrecer incentivos monetarios para afectar la conducta de sus empleados. 

Un maestro puede motivar a los adultos en un contexto educacional ofreciendo una calificación por buen desempeño. Sin embargo, ¿cómo hace uno para producir un cambio en las creencias o actitudes de otra persona, cuando hay libertad para elegir entre dos o tres puntos de vista diferentes?

Podría parecer imposible lograr ciertos cambios, pero aun así la gente sí cambia un poco todo el tiempo. La mayor parte de las personas son afectadas de manera inconsciente por una multitud de presiones sutiles. 

Los cambios ocurren debido a presiones sociales tales como el deseo de aprobación, la necesidad psicológica de evitar el conflicto o en respuesta a una apelación emocional. 

La gente desea aprender mejores formas de satisfacer sus necesidades y está abierta a sugerencias que le sean presentadas de manera persuasiva. Las innovaciones tecnológicas se aceptan con rapidez porque facilitan la vida, pero los hábitos son más difíciles de cambiar.

La persuasión fue una de las herramientas clave que los profetas del Antiguo Testamento usaron para transformar la manera de actuar de la gente. 

Al comunicarse en forma oral con sus audiencias, motivaron a algunos a reconsiderar la forma en que pensaban acerca de ellos mismos, de Dios y de su relación con Dios y con los demás. Si ellos cambiaban su manera de pensar (se arrepentían), Dios restauraría su relación con ellos. Si el pueblo abandonaba las costumbres de las naciones y seguía los caminos de Dios, el pacto con Él seguiría.

El papel de la comunicación: 

La comunicación profética
Los profetas oficiaron como voceros de Dios (Ex. 7:1-2; Jer. 1:4-10), así que el papel principal era comunicar a otros las palabras de Dios. Como mensajeros de Dios, no estaban interesados en simplemente declarar la verdad. Su propósito iba mucho más allá de la meta de tan solo repetir lo que oían.

Los profetas eran predicadores que comunicaron las palabras de Dios para transformar la manera de pensar y la conducta social de sus oyentes. No se preocuparon principalmente en escribir un registro de un período histórico, una cartilla escatológica de eventos futuros ni una presentación sistemática de su teología. 

Eran personas reales que intentaron comunicar mensajes urgentes a sus amigos e incluso a algunos enemigos. 

Persuadieron a las personas a mirar la vida de una manera radicalmente diferente (Jer. 3:6-13). Ofrecieron esperanza a los desesperanzados y una evaluación realista de las debilidades del pueblo a los orgullosos líderes militares de la nación (Amós 6:1-14). Animaron a las personas a mirarse a sí mismas desde la perspectiva de Dios y a no conformarse a la perspectiva política prevaleciente en ese tiempo, debido a las presiones sociales. Exhortaron a las personas a dejar de lado sus antiguas formas de actuar, a hacer un juramento de cambio y a transformar su vida abriendo un nuevo surco (Jer. 4:1-4).

Modelos de comunicación
La comunicación es el proceso continuo por el cual una persona que actúa como emisor transmite a un receptor un mensaje deseado, a los efectos de obtener una respuesta de parte del que escucha.

                    


Como la gente tiene personalidades, experiencias de vida y percepciones del mundo que les son únicas, las dinámicas de comunicación varían de una conversación a otra. Este proceso de comunicación de tres pasos (emitir-recibir-responder) se lleva a cabo a lo largo de un período de tiempo y a través de una serie de eventos. Burke imagina una conversación completa como si fuera un drama con actos, escenas, agentes, agencia y propósito. Ya que la mayor parte de las comunicaciones incluye una serie de interacciones entre dos personas, un modelo helicoidal ilustra la dinámica de la comunicación.

Modelo helicoidal de comunicación



Estos modelos de comunicación diagraman algunas características regulares de la conversación, pero la mayoría de las personas también ha experimentado la dinámica impredecible de la comunicación. Una mujer que usted no conoce, puede decirle: "¡Cuidado con el carro!" 

Usted puede oír estas palabras, pero no estar seguro de si ella le está hablando a usted. Usted vuelve a mirar y se da cuenta de que lo está mirando y a la vez señala con desesperación hacia su izquierda. Recién ahí usted toma conciencia de que ella está tratando de advertirlo de un peligro. En seguida usted reacciona y evita el automóvil que, de repente, comenzó a dar marcha atrás en su dirección. Luego, le agradece a la mujer.

El proceso solo tomó segundos, pero incluyó la transmisión de una idea significativa a través de palabras y gestos, de modo que el receptor pudo entender la advertencia y actuar. Si usted hubiera continuado pensando que la extraña le estaba hablando a alguna otra persona, la comunicación no hubiera ocurrido. Si usted hubiera entendido que las palabras eran: "¡Cuidado con el barro!", hubiera habido una comunicación equivocada.

La comunicación exitosa incluye la recepción de la idea que el emisor quiere transmitir. Los sonidos y los gestos conllevan un significado que se intenta transmitir, que puede ser interpretado correctamente o no. 

Si el mensaje no tiene sentido para el que lo escucha o si se interpreta como algo que no es, se produce un quiebre en la comunicación. Las barreras para la comunicación podrían incluir: ruidos que distorsionan o interrumpen el mensaje, ignorancia acerca del tópico o actitudes preconcebidas acerca del que habla. Un discurso pobremente estructurado, afirmaciones sin respaldo o conclusiones exageradas también pueden interferir con una comunicación efectiva de ideas.

La comunicación teológica
La teoría de la comunicación no considera la dimensión teológica en este proceso, pero sí provee un examen útil de la interacción humana. Debe agregarse el factor divino al paradigma de la comunicación, ya que tanto Dios como el mensajero juegan papeles clave para convencer a los oyentes que cambien su manera de pensar. 

Los mensajeros no pueden controlar ni limitar la obra de Dios, pero necesitan ser conscientes de los factores humanos que influyen en una buena comunicación. Esto complementará la obra de Dios en la mente del oyente, en lugar de desanimarla.
Cuando los factores divinos se insertan en las dos puntas de esta estructura de comunicación, se define un modelo más completo del discurso profético. 

El impacto del poder trascendente sobre el proceso de comunicación es difícil de cuantificar, pero el texto profético insiste en el papel que juega Dios en la comunicación (Miq. 3:8; Ezeq. 11:5).


Los profetas transmitieron el mensaje de Dios a sus audiencias para obtener una respuesta. Una vez que el oyente decodificaba estas palabras (reproduciendo el significado exacto del que hablaba), la influencia de Dios obraba en la mente del receptor para producir convicción y deseo de actuar. La audiencia puede escoger responder a la persuasión humana y a la obra divina ya sea en forma positiva, neutral o negativa.
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